Dentro de los miles y miles de tipos existentes, nos es difícil a veces descubrir cuáles son en verdad sus diferencias, incluso luego de una segunda, y una tercera minuciosa observación. Es entonces cuando hablamos de la infinidad de variables dentro de las mismas familias y entre ellas, combinaciones que con otros elementos nos permiten percibir la inmensidad del universo que estamos navegando, aún sabiendo que constantemente nacen nuevos alfabetos. La unificación de lenguajes, realizada por los fenicios en el segundo milenio es el punto de partida de las escrituras alfabéticas utilizadas actualmente. Este pequeño pueblo de comerciantes, habitantes de las costas del Mediterráneo, debió sintetizar y unificar los muchísimos sistemas de escritura existentes en su época, pertenecientes a los demás pueblos que con ellos comerciaban, para lograr controlar su creciente negocio. La innovación que permitió este nuevo sistema fue la imposición del uso de las consonantes, que funcionaban en forma totalmente independiente, abandonando el común método de integrarlas a sílabas.