MAXIMILIANO CAÑA MORALES
LA C R U Z D E MA Y O
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Una de las fiestas más tradicionales, dentro del aspecto folklórico y religioso, con las que cuenta Carcaboso, es la fiesta de la Cruz Bendita, celebrada el primer domingo de mayo, coincidiendo con el día de la Madre, aunque su verdadero día sea el 3 de ese mismo mes. Se trata de la segunda fiesta en importancia en la localidad, después de las dedicadas al patrón, San Jovita, éstas últimas en el mes de septiembre. Hay documentos que indican que desde antiguo se viene celebrando la Cruz Bendita en Carcaboso. Ya el Catastro del Marqués de la Ensenada nos informa de la Existencia de una Cofradía de la Cruz, que poseía 3 cuartillos de olivos de primera calidad en el Egido Patero, sitio de la Cruz de Piedra, y una vaca, así como una carga de dos reales de subsidio. Por otro lado el Interrogatorio de 1791 nos informa de la existencia en la localidad de la Cofradía de la Vera Cruz, cuyo fin era el de correr con los gastos de entierros de los cofrades que pertenecían a la misma. Un relato popular que circula por Carcaboso señala el origen de esta fiesta en Casar de Palomero, de donde algunos vecinos la importaron. Dicho relato también lo he recogido en Gata, donde existe la Cofradía de la Vera Cruz e igualmente celebran esta fiesta. El origen de esta leyenda extendida por el Norte de la provincia podemos situarlo en el apedreamiento y ultraje a la Cruz por parte de los judíos, ocurrido en el Puerto del Gamo de Casar de Palomero. A partir de entonces, 1488, y para exaltar a la Cruz se empezarían a celebrar estos festejos. (1) La fiesta de la Cruz de Mayo se ha desarrollado de diferentes maneras a lo largo de la historia. Antiguamente consistía sólo en sacar en procesión la Cruz en andas y un ramo con roscas que portaba un sólo mozo del pueblo, a quien le dedicaban la siguiente estrofa: “El mozo que lleva el ramo es un valiente goloso, porque se come las roscas de ese árbol tan hermoso” Posteriormente también se empezó a llevar el ramo de roscas en andas, portado desde entonces por cuatro mozos a quienes se les dedica la estrofa anterior que aún no se ha perdido. A excepción de la procesión todo el acto religioso se celebraba en el interior del templo. No fue hasta 1980 cuando salió del templo y empezó a realizarse la fiesta en la Plaza del pueblo. Desde entonces, a primeras horas del día de la fiesta, con el alba, se comienza a montar el altar y adornar los balcones y terrazas con las mejores colchas, sábanas y otros ajuares semejantes.
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Destaca en el altar su Cruz, fabricada en hierro y adornada con flores, con una altura aproximada de 3,5 metros. A los pies del altar se coloca una alfombra de flores con motivos alusivos a la fiesta. Una vez instalado el altar, los jóvenes se preparan con sus trajes típicos y darán comienzo los actos religiosos. Todo comienza con una procesión, que saliendo del Templo Parroquial se dirige a la Plaza, para después proseguir por distintas calles del pueblo. La procesión termina en la Plaza donde tendrá lugar el acto religioso de la Santa Misa. En procesión sale la Santa Cruz, portada por cuatro jóvenes, el ramo de roscas portado por otros cuatro, a los cuales acompañan mozas y mujeres del pueblo, todos ellos convenientemente ataviados para la ocasión, bien con traje típico o mantilla. A lo largo de la procesión se entonan cantos ancestrales típicos del lugar, que pueden tener un carácter religioso o profano. Los de carácter religioso se vuelven a repetir en el ofertorio, punto culminante de la Santa Misa. Estos cantos, realizados a dos coros alternativos, son los siguientes: OFERTORIO DE LA CRUZ CORO 1 Al entrar en vuestro templo amantísimo Jesús devoto nos preparemos con la señal de la Cruz. Y del Espíritu Santo que todos tres son un Dios os pedimos Cruz Bendita que ayudéis a nuestra voz. A Constantino le muestran una hermosa y bella Cruz guarnecida con los rayos de la más brillante Luz. Mas al ver a los Romanos vienen a determinar hacer tres cruces mortales todas de un tamaño igual.
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Eres el precioso Baño Pilar de eterna Salud Copa donde se recoge la Sangre del buen Jesús. Te pedimos Cruz Bendita por las almas de los fieles que están en el purgatorio que las ampare y consuele. No pasemos adelante sin pedir la bendición a la Virgen del Rosario Excelsa Madre de Dios (*) Este ramo os ofrecemos corta ofrenda es para Dios pues en ella Cruz Bendita ponemos el corazón. OFERTORIO DE LA CRUZ CORO 2 En el nombre de Dios Padre que de todos fue creador en el nombre de Dios Hijo que a todos nos redimió. Al piadoso Constantino y a su madre Santa Elena tomó Dios por instrumento de esta milagrosa empresa. Vos sois soberana Cruz Divisa del Cristianismo Defensa de los mortales y Terror de los abismos. Cruz Bendita y Soberana a tu planta hemos llegado con gran devoción y fe a ofreceros este ramo.
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Y vos Soberana Insignia del Cielo Llave Esmaltada purificad nuestros labios Cruz Bendita y Soberana. Por todo el mundo resuene el eco de nuestra voz publicando las virtudes que el gran Señor derramó. Dios te salve Cruz preciosa Bandera de Nuestro Rey delicias que te comparan con las de Jerusalén. AMBOS COROS Ahora postrados en Tierra digamos en alta voz ¡Viva la gran Cruz de Cristo! ¡Viva nuestra Religión! Terminados los actos religiosos, se procede a la subasta de las ofrendas y a la venta de las rocas bendecidas durante la Santa Misa. Todo termina con un vino de honor ofrecido por los mayordomos de la Santa Cruz. Costumbre relacionada con esta fiesta, que se iba perdiendo y que se va recuperando, es el lanzamiento de la Maya. Hacia media tarde los jóvenes se dirigen al río, aún ataviados con el traje típico. Las chicas portan un cántaro adornado con flores que una vez situado sobre el puente del Jerte lanzan al río mientras los chicos intentan romperlo apedreándolo antes que éste llegue al agua. Si se consiguen romper algún cántaro se considera señal de boda para la chica portadora del mismo. (1) Puede consultarse este relato en el libro “Leyendas Extremeñas” de José Sendín Blázquez. Ed. Everest. 1987. (2) Dictó las canciones Paqui Palomero. (*) Esta estrofa, que aún se conserva, tenía sentido dentro del templo parroquial, y se solía cantar a la altura del altar de la Virgen del Rosario. Esta imagen es muy venerada en Carcaboso y el Catastro del Marqués de la Ensenada nos da cuenta, en 1752, de la existencia de una Cofradía de la Virgen del Rosario que gozaba de dos casas en la calle Cantarranas, un huerto en el mismo sitio, 8 vacas de vientres y tres terneras, con unas cargas por diversos gastos que ascendía a 403 reales y 20 maravedíes. También nos informa de la veneración que se tenía a la Virgen de la Encina, que se ha perdido en Carcaboso.