M . A m b i e n t e
MEDIO AMBIENTE
Minesa usa a las comunidades de Soto norte para que defiendan un proyecto minero que no tiene viabilidad ambiental Por: Luis Álvaro Pardo B. Economista, especializado en Derecho MineroEnergético y Derecho Constitucional
E
l domingo 31 de enero del presente año, el diario El Tiempo incluyó a página entera un publirreportaje, seguramente financiado por MINESA, que llevaba por título “Soto Norte: entre la incertidumbre y las expectativas sobre el futuro”. De su lectura, me surgieron varias inquietudes que quisiera compartir en este escrito. Esperaba flamante
que con presidente
la renuncia del de MINESA,
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Santiago Ángel Urdinola, atrás quedaban sus estrategias corruptas de comunicación y demás malabares encaminados a lograr que se apruebe el proyecto minero SOTO NORTE, cuyo licenciamiento, a menos que el gobierno central y sectores políticos interesados metan la mano, nunca tendrá viabilidad ambiental, ni licencia social. Las grandes preocupaciones mundiales, potenciadas ahora con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, se concentran en la lucha contra el cambio climático y la defensa del ambiente, del agua y de la vida, mientras la era de los combustibles fósiles y de la gran minería depredadora se extingue ante su evidente aporte a la destrucción de las condiciones de supervivencia de los seres vivos en el planeta. El Estudio de Impacto Ambiental (EIA), archivado por la ANLA en octubre, junto con la inútil pataleta de la empresa en su recurso de apelación, también rechazada por la autoridad ambiental en enero de este año, contiene en sí misma los sustentos que demuestran las consecuencias irreversibles y a perpetuidad que sobre el ecosistema causaría un proyecto de las dimensiones propuestas. No hace falta nada más, el EIA demuestra la inviabilidad del proyecto Soto Norte.