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No al outsourcing, Daniel Carlos García

M OVIM IENTO C OMUNISTA M EXICANO FEBRERO 28 DE 2 020 No al outsourcing Daniel Carlos García

Foto: Alejandro Saldívar

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La Secretaria del Trabajo federal, Luisa María Alcalde ha mencionado en el marco del debate en torno a la reglamentación en las Cámaras del outsourcing, que éste es como el colesterol: hay del bueno y del malo. Poco después hubo un par de voces, una de ellas la de Porfirio Muñoz Ledo, quienes mencionaban lo contrario, que esta figura laboral era negativa por cualquier lado que se le viera y como tal debiera desaparecer. Yo coincido con esto último.

También conocido como tercerización o subcontratación, el outsourcing tiene una historia a la par del neoliberalismo, surgida un poco antes, en la segunda mitad de los setenta, muy bien se embona con los postulados del Decálogo de Washington y las políticas económicas de Milton Friedman.

Surge como opción para que las empresas puedan disminuir los altos costos para el mantenimiento de la infraestructura material y humana, a partir de la subcontratación de per

sonal que pueda cubrir algunos pasos del proceso productivo, no necesariamente centrales ni prioritarios para la empresa que recurre a esta forma de complementariedad. De tal manera que se convirtió en una opción para los inversionistas.

Hasta aquí no habría ningún problema, pues evitaría la inversión de la matriz sustantiva del proyecto productivo, insisto, en rubros no prioritarios, pero si incluidos en el mismo, con distinto rango de actuación e importancia. Ayuda entonces a las empresas en su proceso productivo sin necesidad de inversiones extraordinarias. Entonces ¿cuál es el proceso real de esta figura y qué es lo que significa para el resto del mercado laboral?

Lo dado es su congruencia casi exacta con respecto al también naciente neoliberalismo, a tal grado que el primero derivaba del primero, lo que no quiere decir que había nacido junto con éste, sino que realmente acabó sir

M OVIM IENTO C OMUNISTA M EXICANO FEBRERO 28 DE 2 020 viéndole dócilmente, ubicándose en la parte que se conocería como de flexibilización laboral.

El outsourcing permite que se relaje o de plano se nulifique la contratación colectiva y por lo mismo el derecho a la sindicalización, con todo lo que ello implica de logros y condiciones adecuadas. En sustitución quedan los contratos individuales, por obra determinada, quedando suprimidos los periodos vacacionales, la antigüedad, la seguridad social y el sistema de pensiones. En mucho no hay certeza laboral.

El régimen de explotación se exacerba en el modelo de outsourcing, donde los únicos beneficiarios son los patrones, a costa del sacrificio de los trabajadores y de las conquistas laborales desaparecidas que durante décadas fueron alcanzando y que ahora, de plumazo desaparecen.

No hay seguridad salarial pues casi siempre se trabaja por horas, es decir, no hay jornada laboral, menos aún horas extras. Hablamos de tercerización porque la empresa donde realmente trabajo el individuo, no tiene obligaciones con el mismo, quien asume la relación laboral es quien lo contrata y en las condiciones que ya describimos arriba. Lo curioso que salvo el líder minero Napoleón Gómez Urrutia, los dirigentes sindicales brillaron por su ausencia. Por lo menos hasta ahora desconozco algún punto de vista de éstos. Así ha sido su pobre participación en los debates de los últimos años en materia laboral. Al contrario de los anteriores, representativos de la iniciativa privada y las cámaras patronales han elevado su voz para oponerse a la iniciativa gubernamental, en tanto que para ellos, la iniciativa “ocasionaría graves consecuencias, entre ellas, la pérdida de empleos e ingresos vía exportaciones, porque varios sectores prioritarios para el país hacen uso extensivo de esa forma decontratación legal”. Es decir, como siempre, asustan con el petate del muerto.

En el mismo foro realizado en el Senado de la república se señaló que actualmente aproximadamente el 25% del personal contratado, se realiza bajo la figura del outsourcing, cifra nada menor y si es preocupante, más allá de que se considere dentro de los marcos legales.

De manera reiterada hemos dicho, que más allá de las presuntas “bondades” que el outsourcing brinda a la iniciativa privada y los patrones, para los trabajadores sólo sirve para que éstos vayan pauperizándose mucho más, pero sobre todo que trabajen para el presente y no puedan asegurar nada para el futuro, además de que alienta el individualismo y no el sentido colectivo de la organización en sociedad y la ubicación en el mercado laboral.

Lamentablemente no hay condiciones (espero equivocarme), para que la postura de la fracción morenista y sus aliados imponga con sus votos una salida dual, que en el fondo va hacia no tocar los intereses de su sector de la oligarquía financiera.

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