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La otra revolución: La ideológica, Daniel Carlos García
La otra revolución: La ideológica
Daniel Carlos García
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Retomo un pequeño texto publicado en El Sol del Centro hace algunos días, para insistir en un tema que cada día me preocupa más, me refiero a la transformación de mentalidad en los mexicanos, para así acompañar de mejor manera los cambios sociales, aunque el actual proceso no sea radical, pero si significativo para lo que puede ser nuevas condiciones democratizadoras en el país. Varias veces y de diversas formas y publicaciones he tocado el tema. Vale la reiteración, no está demás hacerla, al contrario, hay que resaltar la amenaza inminente que puede provocar la derecha y el conservadurismo, en el cambio de percepción del grueso de la gente, que han demostrado que tienen una memoria muy corta y una incultura política muy arraigada, después de decenas de años del paternalismo priista y de continuidad panista. No estamos solo en ello, salvo las causas y orígenes, no es un defecto privativo de los mexicanos. La penetración cultural norteamericana en Latinoamérica (más allá de las intromisiones directas), han provocado efectos similares al de nuestra tierra. Dos botones recientes que explican lo anterior están dados en el triunfo de Bolsonaro en Brasil y el golpe de Estado en Bolivia, que derrocó a Evo Morales.
Pero también en los tres países, como ocurrió en Ecuador con Rafael Correa, más allá de las buenas gestiones de los gobiernos de izquierda, éstos no trabajaron para educar políticamente a la gente, no sólo a los apoyadores y/o beneficiarios de los programas sociales, sino sobre todo con las clases medias, que se sienten desplazadas en sus aspiraciones sociales, que en el capitalismo nunca llegarán ni alcanzarán, aunque se le haya imbuido que sí.
M OVIMIENTO C OMUNISTA M EXICANO MARZO 04 DE 2 020 Incluso hay sectores proletarizados que piensan igual que los anteriores. Los gobiernos de izquierda creyeron que el hacer una política congruente con sus planteamientos y programa era suficiente y no era cierto. Al respecto habrá que ver la respuesta de la gente en el acto de AMLO en su estado natal, donde abuchearon a las administraciones municipal y estatal morenista. Desde el primer momento de los gobiernos progresistas, la derecha actúa militantemente en la oposición, cínicamente olvida las razones y responsabilidad de su derrota, exige como si tuviera personalidad moral para hacerlo, magnifica las deficiencias y errores del gobierno. Aquí en México el PAN se atreve a declarar que el gobierno de AMLO no se deja ayudar, como si lo hubieran hecho bien con Fox y Calderón y no fueran responsables en la debacle que heredaron al nuevo gobierno.
Eso sí, son constantes y decididos, aunque recurran a la mentira y la denostación, pero lo hacen sin dudar, para causar un efecto acorde con sus objetivos, así van mellando la idea que tiene la gente de la administración en turno, cambiándola, construyendo una realidad inexistente. Son verdaderos discípulos de Goebbels. Es cosa de tiempo y persistencia para lograr lo que quieren sin hacemos algo en contraparte.
López Obrador y su gobierno debieran hacer mucho más de lo implementado hasta ahora, no circunscribirse a implementar bien los programas sociales o actuar con congruencia y transparencia, sino actuar con la gente, convertirla en verdadero soporte del cambio, sabedores que no es un proceso sencillo ni fácil, que requiere tiempo y trabajo. Y para que ello ocurra se necesita toda una actividad de concientización, cambiar la mentalidad de la ciudadanía a partir de las nuevas circunstancias, es decir,
implementar toda una revolución ideológica (la más importante y última como dijeran los teóricos vietnamitas como Le Duan).
Después de un siglo, entiendo muy bien el valor de los comisarios en la revolución soviética, a partir de su papel asegurador de la parte ideológica y política del proceso revolucionario, base de la propaganda que por aquel entonces se manejaba. No se por qué cuando hablo de esto, recuerdo dos películas soviéticas de fines de los veinte y principios de los treinta: El acorazado Potiomkin y Chapaev. Sin embargo, creo que López Obrador confunde esta situación con la implementación de la Constitución moral a partir de una concepción religiosa expresada en la Cartilla Moral de Alfonso Reyes. Pierden el tiempo pues el camino no es por ahí y es el que ahora hay que retomar. En esto la izquierda comunista podríamos sin duda ayudar.
El trabajo debiera empezar por los propios componentes del gobierno, donde hay muchos personajes que dicen reivindicar y defender la 4T, pero actúan igual o peor que los prianistas. No oyen ni escuchan a los demás, no gobiernan en colectivo, son déspotas y autoritarios. Y así una larga lista de defectos que nos llevan a concluir que no son ni siquiera progresistas, pues ser así o de plano de izquierda implica una forma de vida y de ver la relación con quienes están a nuestro alrededor.
Después había que bajarla a los treinta millones que votaron por la opción de AMLO, para después incluir a quienes están en el lindero de la derecha. Es decir, hay mucho por hacer.