EL ESPERANZADOR 3

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LOS TALLERES ORGANIZADOS POR EL CONSEJO DE LA TERCERA ESPERANZA SON UN ÉXITO. EL ARTE, ALTERNATIVA DE LUCHA CONTRA EL OLVIDO DE HABITANTES DE LA TERCERA ESPERANZA (NOTA PÚBLICADA EN EL DIARIO LA JORNADA MICHOACÁN EL 19 DE ENERO DE 2010) Los habitantes de la colonia Tercera Esperanza, uno de los asentamientos con mayor marginalidad, al mismo tiempo que luchan por sobreponerse al incendio que en octubre devastó 45 casas y por conseguir la regularización de los predios, impulsan un proyecto comunitario de iniciación artística con la intención de alcanzar el reconocimiento social a través de la cultura, pues afirman que no basta con obtener un terreno, pues resulta necesario fundar el sentido de arraigo entre los niños. En este asentamiento irregular, ubicado al poniente de la ciudad de Morelia, viven aproximadamente 150 familias. En casas de lámina de cartón y madera habitan hasta tres familias que piensan que es más fácil sobrellevar la pobreza en conjunto, aunque las inundaciones, las fuertes lluvias y los ventarrones parecen ensañarse en su adversidad cotidiana.

Un incendio para la conciencia En octubre del año pasado se generó un incendio que perjudicó a 28 familias y costó la vida de una mujer mayor y una niña de apenas cinco años, además dejó imágenes indelebles en la memoria de los niños: “en el fuego se veía un demonio negro”, comenta Luz Elena, de 11 años de edad, y Julián Eduardo, de 13 años, agrega: “estuvo muy feo el incendio porque salieron las lumbrezotas y me dio lástima por mis gallos que tenía”. Otros, como Cristian, de 10 años, recuerdan el desamparo que vino después: “vivíamos en un albergue de acá que le decían el desayunador, luego nos corrieron de ahí y nos tuvimos que ir a un salón de fiestas. Nos dijo el gobierno que nos iba a dar láminas y madera para hacer las casas, pero no nos ha dado nada. Quisiéramos que la sociedad apoyara aquí”. La Tercera Esperanza no existe para muchos habitantes de Morelia que ignoran su ubicación, y para las autoridades de gobierno que saben de ella es un olvido más. Los habitantes de este asentamiento, empeñados en que el nombre de la colonia no se quede en ironía, después del incendio encontraron en las actividades artísticas una alternativa de lucha contra el olvido y por la aceptación social. Moctezuma Madrigal, colono de la Tercera Esperanza e impulsor del proyecto cultural comunitario comenta: “empezamos a trabajar fundamentalmente con niños y compañeros colonos sobre un objetivo básicamente: recuperar la cultura. Esta colonia está compuesta por migrantes, muchos de ellos vienen de la nación purépecha y otros pueblos, vienen con una amplia cultura y con un trabajo de rescate histórico, entonces lo que hacemos es buscar que transmitan sus conocimientos a los más pequeños”. A través del taller de danza, las niñas de la Esperanza aprendieron las danzas de Jueves de Corpus y los niños la Danza de Viejitos, y en el taller de teatro se hacen obras dirigidas a informar a los niños sobre temas alimenticios y de higiene.


En la apreciación que los niños tienen de su participación en los talleres artísticos se puede observar la forma en que el arte les ha ayudado a la autoafirmación e inclusión social. Cristian comparte algo de su experiencia: “a mí me gusta la Danza de Viejitos porque hay mucha gente que nos aplaude y sonríe”. En poco tiempo, los talleres artísticos han conseguido cambiar la perspectiva de vida de los niños y de ello da cuenta Moctezuma Madrigal: “ahora se sienten reconocidos, se crea un cierto círculo de reconocimiento social. Queremos rescatar esa parte de aceptación dentro del barrio y eso es muy importante para nosotros, porque por medio del arte el ser humano se valora a sí mismo, se entiende como ente creador y cuando te sientes capaz de crear se te abre otro mundo. “Los niños informan sobre los problemas de la colonia a través del arte. Cuando Fausto Vallejo habla de un posible desalojo, nosotros no contestamos con más violencia, nosotros contestamos con cultura, con vida, con arte y creación. Ellos contestan con violencia, con insultos y menosprecio, pero nosotros decimos ya basta del doble lenguaje de nuestros gobernantes, queremos que entiendan que sean dignos al gobernar y actúen con toda honestidad, porque nosotros no vamos a perder el control, nosotros seguiremos con el arte y la cultura”. Las actividades artísticas para los niños tienen un impacto más profundo, pues les permite imaginar que existe otra posibilidad de vida, así lo expresa a sus 13 años África, una niña rubia de ojos verdes, transparentes. Pequeño sol abatido en tierra de nadie: “la danza me gusta mucho porque rescato la cultura que ya se está perdiendo y el teatro me gusta porque me hace soñar, siento que no soy yo”. Con el arte se despierta también la conciencia del compromiso con uno mismo y con los otros: “el arte nos ayuda para aprender y enseñar”, afirma Cristian. “En el fondo es un método de defensa, porque un pueblo que no tiene raíces es muy fácil sustraerlo. En nuestro barrio decimos lo mismo: si no plantamos bien las raíces de amar nuestro lugar, la raza dice: sí me voy, y no se trata de eso, porque todos están conscientes de que hay que resistir”, afirma Moctezuma.


El peso de la realidad Han pasado diez días desde la “llegada” de los Reyes Magos, pero todavía se reparten algunos pequeños juguetes a los niños de la Esperanza que, sin embargo, al ver una cámara fotográfica cambian los regalos por el artilugio que les permita retratar su realidad. Se pelean el turno al lente o piden que se les tomen fotografías en sus frágiles casas que bambolean al ritmo del viento. Ellos quieren decir algo y las imágenes ofrecen su elocuencia, la certeza de una realidad marginal que no se puede negar. Desde hace años, la Tercera Esperanza está en conflicto con el gobierno municipal, pues sus habitantes refieren que fueron desplazados porque en los terrenos que antes ocupaba la empresa Inmobiliario Oesa comenzó a construir lo que se conocería como fraccionamiento Villa Toscana. Todavía hoy se pueden apreciar las ruinas de los departamentos que dejaron inacabados frente a las casas de cartón. También piensan que el alcalde de Morelia, Fausto Vallejo, quiere desplazarlos para construir un patio de maniobras que beneficiaría a los bodegueros que se ubican en las inmediaciones. El gobierno municipal argumenta que esos terrenos son propiedad del estado y que las casas de la Esperanza están sobre los ductos de Pemex. La Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett) ha informado, mediante oficios, que los terrenos son propiedad federal, y para abonar a su causa, los colonos señalan que Villa Toscana se construyó a todas luces junto a los ductos, además de que hay un hotel en las mismas condiciones; en tanto, los habitantes de la Esperanza aseguran que ellos respetan los lineamientos que les ha hecho llegar Pemex. En fin, consideran que el poder del dinero se impone sobre la necesidad de vivienda en Morelia. Moctezuma Madrigal precisa sobre el tenor que ha tomado el conflicto con el Ayuntamiento de Morelia: “queremos hacer un llamado a la sociedad civil que no cierre los ojos, es muy fácil para la sociedad voltear hacia otro lado y ésa es una consecuencia de muchos años. En Brasil llegaron al extremo de poner bardas para no ver las favelas, en lugar de resolver el problema de la pobreza. Es lo que quiere hacer el Ayuntamiento; para no vernos, nos quiere mandar lejos y ni siquiera saber que existimos. Lo que nosotros decimos es que vamos a ir a las plazas, a otros barrios, a los sindicatos y a donde nos inviten para decir: aquí estamos, resistimos, estamos vivos y no morimos, porque ellos hacen lo posible para desaparecernos de esta existencia, o cómo le llamas a que Fausto Vallejo no quiera darle agua a estas familias. El derecho del agua no pasa por si tienes o no escrituras, no nos quieren dar luz y esos servicios no pasan por si eres o no regular, son derechos humanos”. El conflicto político ha permeado la opinión de los niños, así lo manifiesta África, que siente la discriminación: “los problemas que hay en la colonia es que hay muchas personas que nos dividen, que nos dicen cosas; también hay gente que no nos quiere aquí. Yo veo esos problemas y creo que se deberían solucionar”. Todos los niños afirman que no quisieran vivir en otra parte, pues la tierra también recoge los afectos y ahí están sus amigos, su familia. Los habitantes de la Tercera Esperanza pretenden defender, por todos los medios, un derecho que ellos consideran sencillo de entender: “por el solo hecho de haber nacido en este lugar les debería corresponder un pedazo de tierra y una parcela de cielo para sembrar los sueños”.


LA TIERRA SE LLAMA JUAN DETRÁS de los libertadores estaba Juan trabajando, pescando y combatiendo, en su trabajo de carpintería o en su mina mojada. Sus manos han arado la tierra y han medido los caminos. Sus huesos están en todas partes. Pero vive. Regresó de la tierra. Ha nacido. Ha nacido de nuevo como una planta eterna. Toda la noche impura trató de sumergirlo y hoy afirma en la aurora sus labios indomables. Lo ataron, y es ahora decidido soldado. Lo hirieron, y mantiene su salud de manzana. Le cortaron las manos, y hoy golpea con ellas. Lo enterraron, y viene cantando con nosotros. Juan, es tuya la puerta y el camino. La tierra es tuya, pueblo, la verdad ha nacido contigo, de tu sangre. No pudieron exterminarte. Tus raíces, árbol de humanidad, árbol de eternidad, hoy están defendidas con acero, hoy están defendidas con tu propia grandeza en la patria, blindada contra las mordeduras del lobo agonizante. Pueblo, del sufrimiento nació el orden. Del orden tu bandera de victoria ha nacido. Levántala con todas las manos que cayeron, defiéndela con todas las manos que se juntan: y que avance a la lucha final, hacia la estrella la unidad de tus rostros invencibles. PABLO NERUDA

SE LES INVITA: A LOS NIÑOS Y NIÑAS DE LA TERCERA ESPERANZA A LOS TALLERES QUE SE REALIZAN EN EL BARRIO, UNO ES DE RESCATE DE DANZAS Y OTRO DE TEATRO. INFORMATE EN LAS ASAMBLEAS DE LOS SABADOS. GRACIAS A LAS FAMILIAS POR LA CONFIANZA. SUS HIJOS Y SUS HIJAS TAMBIEN ESTAN DEFENDIENDO SU HOGAR ATTE. COMITÉ DE LA COLONIA LA TERCERA ESPERANZA.


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