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Entrevista al Hermano de Honor
José Serrano Fernández. Hermano de Honor
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Esta entrevista fue realizada pocos días antes de su fallecimiento y, como homenaje a su persona, publicamos íntegra, tal y como fue concebida, para dar testimonio de su bondad y amor por su Hermandad. Seguro que ya goza del rostro del Bendito Nazareno. Gracias José y hasta siempre. D.E.P.
En el acta del Cabildo General de hermanos celebrado el día 17 de enero de 2021, al término de la función del Dulce Nombre se José Serrano Fernández, en reconocimiento a su incansable labor como miembro activo de la Hermandad y colaborador de nuestra corporación. Esta propuesta resultó sometió a aprobación la propuesta de la Junta de Gobierno, en sesión celebrada el día veintiuno de febrero de dos mil veinte, de nombrar, como Hermano de Honor, a Don aprobada con la unanimidad de los asistentes quedando refrendada la decisión con un emotivo aplauso dedicado al homenajeado que se encontraba presente en el citado cabildo, hecho del que quedó constancia en el acta que de dicha sesión se levantó…
Por este motivo, nos encontramos hoy, 29 de enero, en la terraza del Bar Casa Sirlache con su propietario, Don José Serrano Fernández, “José Sirlache” para charlar de cofradías….
¿Desde cuándo es hermano de la Hermandad?
Desde que nací. Pero al poco tiempo, mi familia y yo nos fuimos al campo a vivir y trabajar y mi padre me borró porque no podíamos pagar el recibo. Años después, cuando volvimos a residir en Aracena empecé a trabajar con los albañiles, antes de dedicarme al bar y me volví a apuntar porque ya podía yo pagar la cuota de hermano.
¿Cuál es su primer recuerdo de la hermandad?
Una madrugá, en la subida por Jesús María, cuando los costaleros viejos no podían con los pasos en la cuesta y los chavales nos acercábamos para ayudarles. Esto pasaba porque eran los mismos costaleros que sacaban todas las cofradías y entre el cansancio de terminar en el Castillo y las copas, no podían con los pasos. Y el ver salir la Hermandad, yo me quedaba aquella noche a dormir en casa de “Malillo” para levantarme y ver la salida en la madrugá.
¿Cuál fue su primer acercamiento como colaborador de la hermandad?
Con la venta de loterías. Serían los principios de los años ochenta del siglo pasado y un día fui a ver a Manolo Sánchez al estanco para preguntarle cuanta lotería de Navidad vendía la Hermandad a lo que me contestó que alrededor de 150.000 pesetas y le pedí permiso para vender 500.000. Yo me hacía responsable de todo, sin que la Hermandad tuviese que poner ni un duro y sin que arriesgara nada. Todos los de la Hermandad por aquél entonces se sorprendieron mucho y, por supuesto, me dieron permiso para hacerlo. Desde entonces, ahí he seguido siempre, al frente y encargado de la venta de la lotería a beneficio de la Hermandad.
¿Recuerda cuándo comenzó a formar parte de las distintas Juntas de Gobierno?
A partir de mi colaboración con la venta de la lotería cada vez me fui integrando más en la Hermandad y al poco tiempo después ya me metieron en la Junta, que por aquellos tiempos se nombraba cada año en el cabildo del Dulce Nombre.
¿Qué ha supuesto para usted el nombramiento como hermano de honor de nuestra corporación?
El orgullo más grande que puedo tener como hermano de mi Hermandad, es lo más… y la verdad, algo para mi totalmente inesperado.
Estoy tremendamente agradecido con todos por esta distinción.
¿Cree importante saber trasladar a los hijos y nietos el “ser cofrade”?
Es algo fundamental. Yo he intentado inculcar a mis hijos y a mis nietos el “ser de Jesús”, el tener que salir en la cofradía y así, con poco más de un año han salido todos de nazarenos. Todos en mi familia son hermanos de la Hermandad y creo que todos lo llevan por bandera.
Cómo cofrade, ¿Cómo ve el estado de salud de la Hermandad hoy día?
En comparación con los años anteriores veo que todo está bastante bien. Por ejemplo, cuando yo empecé teníamos una casa alquilada en la calle Estudio y allí teníamos las reuniones y guardábamos los enseres, hoy la Hermandad tiene casa propia y almacén para guardar los pasos, fijaos si ha crecido… el número de hermanos, los nazarenos que salen, los costaleros, la centuria, etc. hay mucha gente siempre alrededor de la Hermandad y eso es muy positivo.
¿Cómo vive el día de su salida procesional desde que se levanta? ¿Cuál es el momento que vive con más emoción?
Con muchos nervios. Para mi, el momento que más intensamente vivo es el estar todos en la Parroquia antes de salir y se ordena abrir las puertas para que salga el Señor. Todo el recorrido es algo inenarrable, momento tras momento. Ten en cuenta que toda mi vida particular ha sido y es la Hermandad, no se si es una enfermedad o algo por el estilo, pero es mi pasión, y el Viernes Santo el cúlmen de todo un año de trabajo. Recuerdo con gran ilusión el estreno del paso del Señor y esos días previos cuando se montó. Aquella madrugá fue especial y muy emocionante.
Hablando del paso… cuanto hubo que trabajar para poderlo tener, ¿verdad?
Mucho, mucho, muchas aportaciones voluntarias, muchas loterías, rifas de los abonos de los toros, y sobre todo cuantos chiringuitos. En todo he colaborado al máximo, sobre todo en los preparativos, porque luego, por mi trabajo, no he podido estar tanto como me hubiese gustado, pero como todo en la Hermandad, siempre ha sido un trabajo en equipo y cada uno aporta todo lo que puede.
Y en la venta de la lotería, sigue aportando bastante. Es cierto que sigue siendo un apoyo grande.
He recorrido media Sierra acompañado de mis amigos Pirulo, Manolo Sevilla y Joselino, ya han fallecidos dos de ellos, sobre todo los miércoles cuando cerraba el bar para vender la lotería de Navidad. Hemos vivido innumerables anécdotas… íbamos a las casas y después de venderle el décimo correspondiente nos invitaban a tomar una copa y así había semanas que cuando volvíamos a Aracena eran las tantas… cuantos recuerdos…
Y su afición a los pasos ¿Cuándo empieza?
Desde pequeño, que ya íbamos a Santo Domingo a ver los pasitos que preparaba “Domingo Gerva” que eran una maravilla, aunque cuando estuvimos en el campo viviendo me despegué un poco de este mundo, pero en cuanto volvimos al pueblo recuperé esta afición con la que continúo.
Capataz de Nuestro Padre Jesús Nazareno, ¿soñó muchas veces con ello?
Muchas, quizás demasiadas… Creo recordar que en 1985, Antonio González y Manolo Lanne me invitaron a levantar el paso en la iglesia, se lo dije a mi cuñado Zamora y allí nos presentamos esa mañana. Ya en la Parroquia me dijeron que la primera levantá
la iba a hacer Justo Palacios, me desilusioné bastante y luego, en el paseo, José Luis Martín, “el Vichi” me hizo levantar el paso de la Virgen y con ellos seguí hasta que entró. Al año siguiente me incorporé al equipo de capataces del Señor con Antonio y con Jesús A. Miranda y desde ahí hasta ahora.
¿Cuántos años se ha llevado con el traje negro?
Treinta y siete años y sólo en la Hermandad de Jesús, aunque me lo han ofrecido, nunca he ido a otra hermandad.
Después de tantos años, ¿Qué sensación le queda de ellos? ¿Cuál es su mejor recuerdo?
Han sido años preciosos. La relación con la gente que te da este mundo, la unión con todos, el haber podido conocer a tanta gente buena… Eso es lo primordial. Recuerdo la primera vez que levanté el paso del Señor, ¡qué impresión! Me parecía que el Señor se me iba a caer encima, hasta miedo me dio…
Y ya, para terminar, una serie de preguntas cortas:
¿Ha salido de nazareno alguna vez? Si, dos años con la ropa de mi tío Pablo.
Un momento de tu Semana Santa. La salida del Señor el Viernes Santo.
Algo negativo de la Semana Santa de Aracena
Nada.
Algo positivo de la Semana Santa de Aracena
La salida de todas las hermandades. Ojalá este año sea posible que salgan todas otra vez.
Qué mejorarías de la Semana Santa de Aracena
Ampliar el recorrido de las hermandades, principalmente en la nuestra de Jesús
Un momento especial de la Semana Santa (que no sea con su cofradía)
El Domingo de Ramos, el día que empieza todo. 1