Tembleque. Arqueología. Artículo publicado por Jaime-Max Margariños Sánchez (Arqueólogo) en la Wikipedia, en septiembre de 2012. De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a: navegación, búsqueda Tembleque
Bandera
País • Com. autónoma
España
Castilla-La Mancha
• Provincia
Toledo
• Comarca
La Mancha
• Partido judicial Ubicación
Ocaña 39°41′41″N 3°30′15″O39.69472, 3.50417Coordenadas:
39°41′41″N
3°30′15″O39.69472, -3.50417 (mapa)
• Altitud • Distancias
635 msnm 56 km a Toledo 92 km a Madrid
Superficie
223 km²
Fundación
1241
Población
2.371 hab. (2011)
• Densidad
10,63 hab./km²
Gentilicio
Temblequeño, ña
Código postal
45780
Pref. telefónico
925
Alcalde (2011)
Jesús Fernández Clemente (PSOE)
Patrón
Jesús de Nazareno
Sitio web
www.tembleque.es
Tembleque es una población española de la provincia de Toledo en la comunidad de Castilla-La Mancha.
Contenido
1 Geografía 2 Historia 3 Patrimonio etnográfico inmueble 4 Patrimonio histórico inmueble 5 Bibliografía 6 Demografía 7 Personajes ilustres 8 Monumentos o 8.1 Plaza Mayor o 8.2 Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o 8.3 Casa de las Torres o 8.4 Ermita de la Veracruz o 8.5 Ermita de la Purísima Concepción o 8.6 Casa de Postas o 8.7 Ermita del Cristo del Valle o 8.8 Ermita de San Antón 9 Enlaces externos
Geografía
Está situada en el centro geográfico de la península Ibérica. Está ubicada junto a la autovía A-4 que une Madrid con Andalucía. La distancia que la separa de Madrid es de 92 km y de la capital de la provincia de 55 km. Su altitud sobre el nivel del mar es de 635 m.
Historia Para comprender la evolución del poblamiento humano en el Término Municipal de Tembleque hay que tener en cuenta algunos factores inherentes al territorio que condicionan la elección de ciertos emplazamientos como lugares de asentamiento humano, en algunos casos, con cierta recurrencia. Un factor de primera magnitud es el tránsito de cursos de agua por la zona o la presencia de pozos que hagan posible el acceso a este recurso de vital importancia. En el territorio de Tembleque es el río Algodor el único cauce de cierta importancia que encontramos y es precisamente en torno al mismo donde se concentra el mayor número de evidencias de asentamientos humanos desde los periodos más antiguos hasta la actualidad. Se podría decir, además, que en determinados periodos culturales, como la Edad del Hierro o el periodo romano, el río condicional el establecimiento de un patrón de poblamiento lineal con una cierta equidistancia entre los asentamientos del mismo rango. En muchas zonas de Tembleque, dada la proximidad del nivel freático a la superficie, es fácil encontrar agua para el consumo humano y para otros usos. Por eso, la presencia de pozos y la calidad de sus aguas es, en algunos casos, un factor importante a la hora de establecer asentamientos en determinados periodos. De hecho, el casco urbano actual se sitúa en torno al Pozo Palacios, uno de los más antiguos del término municipal y cuya presencia, probablemente, explique también la localización en las cercanías del casco urbano del yacimiento de La Fuentecilla, ocupado de manera estable durante la II Edad del Hierro y el periodo romano. El topónimo del yacimiento es ya un indicador y la presencia de numerosos pozos actuales por la zona indica la importancia de las aguas subterráneas incluso en la actualidad. Indicativa es, en este sentido, la información que nos proporciona P. Madoz, a mediados del siglo XIX: “Se surte de aguas potables en pozos comunes que las tienen gruesas y de regular sabor, existiendo además dos lagunas, una al Este y otra al Oeste, llamadas de la Vega y de Villaverde, que no dejan de perjudicar a la salud. Otro factor de gran importancia en el poblamiento de esta zona de La Mancha durante determinados periodos prehistóricos y protohistóricos es la presencia de la sierras y elevaciones naturales que destacan notablemente en la llanura. Estas elevaciones, elegidas por sus cualidades estratégicas, conservan restos de su ocupación preferente durante el Calcolítico y la Edad del Bronce, periodos en los que incluso se invierte un notable esfuerzo en construir estructuras de vigilancia en las cimas de algunos de estos picos. Pero también se encuentran enclaves de este tipo ocupados durante la II Edad del Hierro e, incluso, durante la Edad Media. Yacimientos de estos periodos se encuentran en la Sierra de Enmedio, Sierras Peladas, Sierra de Buenos Vinos, Sierra de Algodor y Sierra de La Rabera. Otro factor importante para comprender el poblamiento y, sobre todo, las relaciones de los grupos humanos asentados en la zona con otros territorios, es la fácil transitabilidad
de la llanura manchega y la presencia de algunos caminos históricos, coincidentes con vías pecuarias. Por los límites administrativos de Tembleque discurren varias vías pecuarias que responden a trazados de larga tradición que deben ponerse en relación cuando menos indirecta con los asentamientos de la zona. Por otra parte, en los planos topográficos actuales, puede verse, al igual que en todos los pueblos manchegos, la compleja red de caminos vecinales que, con un trazado radial desde el casco urbano, conectan unos pueblos con otros y el pueblo con los distintos parajes del término. Muchos de estos caminos obedecen a una tradición de tránsito que, al menos, puede retrotraerse a la Baja Edad Media, pero que, en algunos casos, es muy anterior. Después de haber presentado algunas directrices básicas del poblamiento presentes en la ocupación del Término Municipal de Tembleque, pasamos a caracterizar los diferentes periodos prehistóricos e históricos documentados en dicho territorio. A grandes rasgos, la ocupación es continuada en el tiempo, sin periodos prolongados de abandono, salvando algunos momentos de los que no se detectan evidencias directas, como el Neolítico. Se aprecia que algunos de los yacimientos arqueológicos documentados tienen una ocupación dilatada en el tiempo, aprovechando elementos y tradiciones anteriores, concentrándose en lugares con ventajas evidentes para el control y explotación del entorno. La presencia de grupos humanos en los territorios del actual Término Municipal de Tembleque se remonta a momentos que podrían encuadrarse en el Paleolítico Inferior y Medio, si bien el material lítico localizado y que puede adscribirse a estos periodos es muy escaso. No se identifican yacimientos típicos con una dispersión abundante de material lítico, tan solo se han encontrado algunas piezas sueltas en yacimientos de otros periodos, por lo que resulta muy arriesgado afirmar con rotundidad que nos encontramos ante yacimientos paleolíticos. En todo caso, los yacimientos en los que encontramos materiales que parecen sugerir una posible actividad humana durante el Paleolítico son La Fuentecilla, Espantasueños I, Espantasueños V y El Puente. Hay que decir que en las inmediaciones de Camino Antiguo se encuentran también algunas piezas que parecen tener una factura paleolítica. No estamos ante concentraciones de material significativas y, en algunos casos, somos conscientes de que la presencia de determinadas piezas líticas puede deberse a la actividad de explotación lítica durante otros periodos como la Edad del Bronce. De todo ello, se deduce que, al contrario de lo que ocurre en otras zonas de La Mancha toledana estudiadas por nosotros, en las zona próximas al Algodor, como son Turleque o Tembleque, los yacimientos con industrias líticas que se pueden remontar al Paleolítico son muy escasos o están prácticamente ausentes. Los siguientes periodos culturales documentados en el territorio del actual T. M. de Tembleque son el Calcolítico y la Edad del Bronce. Desconocemos, si alguno de los yacimientos detectados estuvo ocupado durante el Neolítico, dado que no se han encontrado evidencias. El Neolítico es uno de esos periodos que no resulta fácil de detectar en la zona que nos ocupa, pero que creemos puede encontrarse enmascarado en algunos yacimientos posteriores. Del Calcolítico y la Edad del Bronce encontramos evidencias en varios yacimientos, todos ellos situados o bien en las proximidades del río Algodor, o bien en las sierras y elevaciones que delimitan el término municipal y que ya hemos citado anteriormente. Yacimientos de estos periodos son: Los Villares I, Romeral, Buenos Vinos I, Cerro de
la Pedregosa, La Viña de Joroba, Silo del Duende, Espantasueños I, Espantasueños II, Espantasueños III, Espantasueños IV, Espantasueños V, El Puente, Casa de las Mulas, La Conchuela, Casa Nueva I, Casa Nueva II, Cabeza Arada, Zayos, La Mina, Valhondo y El Piojo. Del periodo Calcolítico disponemos de evidencias directas en Romeral, La Viña de Joroba y Cabeza Arada, lo que no excluye la existencia de ocupaciones de este periodo en otros yacimientos con materiales a mano en los que no se han encontrado materiales típicos. En los aterrazamientos del Algodor, a salvo de posibles crecidas del río, pero en emplazamientos sin aparente carácter defensivo abiertos a las tierras del entorno, encontramos varios yacimientos que ofrecen, en mayor o menor medida, fragmentos de cerámica realizada a mano e industria lítica que nos remiten de forma genérica a la Edad del Bronce, sin que se puedan realizar más precisiones con los datos disponibles. En algunos casos, como en el conjunto de Espantasueños, en El Puente o en Casa Nueva, parece que nos encontramos ante poblados de gran extensión, al menos en lo que a dispersión de materiales se refiere. Incluso, habría que barajar la posibilidad de que algunas zonas con gran concentración de yacimientos como Espantasueños, puedan obedecer a una realidad poblacional muy compleja y de larga duración durante la Edad del Bronce. A parte de estos yacimientos de mayor extensión, encontramos otros de menor tamaño situados en las sierras, en las cimas de los picos más prominentes, o en cerros más aislados. Algunos de estos yacimientos documentados en Tembleque ya fueron estudiados e inventariados por A. Ruiz Taboada en sus investigaciones sobre la Edad del Bronce en La Mancha y su entorno (Ruiz Taboada, 1998). El acceso a estos poblados está limitado por la fuerte pendiente, factor este compensado por las ventajas derivadas del asentamiento en altura como son la eventual defensa, el control del territorio inmediato, la interconexión visual con otros emplazamientos cercanos y el aprovechamiento de recursos naturales muy concretos. Los yacimientos en altura o en cerros cónicos de cierta elevación documentados en Tembleque son los siguientes: Los Villares I, Romeral, Buenos Vinos I, Cerro de la Pedregosa, Cabeza Arada, Zayos, La Mina, Valhondo y el Piojo. Algunos de los emplazamientos en altura documentados en Tembleque, presentan estructuras artificiales de grandes dimensiones realizadas en mampostería de piedra y acumulaciones de tierra que conforman uno o dos montículos artificiales que coronan la cima y, en ocasiones, se encuentran ligeramente rehundidos en su zona central. Se trata de unas estructuras similares a otras documentadas en las zonas de sierra de La Mancha toledana y suelen encontrarse asociadas a materiales cerámicos realizados a mano que nos remiten a la Edad del Bronce. El siguiente periodo representado con claridad en Tembleque es la II Edad del Hierro. No tenemos indicios claros de la ocupación durante la I Edad del Hierro, aunque es muy probable que, en realidad, exista continuidad entre la Edad del Bronce y el periodo que nos ocupa en algunos yacimientos donde se documentan ambos periodos, como pueden ser Los Villares I, Romeral, Buenos Vinos I, Espantasueños I, II y IV, El Puente, Casa Nueva I y II o Cabeza Arada. La existencia de un periodo tan controvertido como la I Edad del Hierro, sin que existan evidencias claras a parte de los inexpresivos
fragmentos de cerámica realizada a mano, solo podrá confirmarse en estos yacimientos con investigaciones más detalladas y de mayor alcance. Otro de los conjuntos de yacimientos que mayor número incluye son los de la II Edad del Hierro. En Tembleque se documentan numerosas localizaciones que aportan materiales de este periodo y que, en conjunto, muestran una gran variedad de emplazamientos. Por un lado, encontramos los asentamientos ubicados en zonas llanas en torno a un pozo, como puede ser La Fuentecilla. También se encuentran pequeños asentamientos situados en pequeños cerros aislados en la llanura y aparentemente alejados de cursos de agua como pueden ser el caso de Los Villares I y II. Encontramos también yacimientos de mayor o menor envergadura situados en las sierras. Entre los yacimientos de cierta envergadura con estructuras constructivas visibles hay que citar Romeral y Cabeza Arada. De menor tamaño y situados en elevaciones de menor altura y más fácilmente accesibles son los yacimientos de Buenos Vinos I, II y III y El Valle. Por último, se encuentran los yacimientos situados en las terrazas fluviales del Algodor, más o menos cerca del cauce y siempre a salvo de crecidas. Dentro de este grupo encontramos los yacimientos de Espantasueños I, II y IV, El Puente, Casa Nueva I y II. Esta realidad, pone de manifiesto que el poblamiento se realiza preferentemente en torno a los cursos fluviales, pero que, cuando se dan las condiciones necesarias, los asentamientos también se realizan en torno a surgencias de agua o pozos situados a relativa distancia de los ríos. En los yacimientos situados en torno al Algodor, la proximidad al agua y la fertilidad de la vega, así como el control del paso natural que describe el propio río en esta zona, son factores de gran relevancia a la hora de explicar la concentración del poblamiento de la II Edad del Hierro en sentido lineal en torno a este río. Este aspecto se aprecia con mayor claridad si tenemos en cuenta también los yacimientos documentados en los términos municipales limítrofes regados por este río, como Turleque, también prospectado por nosotros. Es un hecho que los principales yacimientos documentados, se encuentran distribuidos regularmente a lo largo del río. No hay porque pensar que todos estos yacimientos son coetáneos, ya que es posible que las variables condiciones que se dieron durante la II Edad del Hierro en la Carpetania hicieran que en momentos puntuales de inestabilidad se prefiriesen enclaves que primasen las ventajas defensivas y de control del territorio, frente a la proximidad a los recursos. En los grandes yacimientos situados en altura como son Romeral y Cabeza Arada es probable ver las consecuencias de la inestabilidad generada por el avance de la conquista romana en la Meseta Sur, que debió producir un fenómeno de concentración del hábitat y fortificación de los poblados en la zona y que no sabemos en que medida pudo afectar a los yacimientos que nos ocupan. En este sentido se han interpretado poblados fortificados de cierta envergadura como Cerro del Gollino, en Corral de Almaguer (Santos et alii, 1990). Los materiales localizados en los yacimientos citados son en su totalidad producciones a torno, con pastas predominantemente oxidantes y bien decantadas, aunque se encuentran ejemplares más groseros en cocciones reductoras y destinados al uso de cocina. Las cerámicas más elaboradas suelen presentar decoración pintada en colores
rojizos, violáceos y negros azulados. Los motivos presentes en dichas cerámicas son semicírculos concéntricos, bandas horizontales, bandas sobre el borde de la pieza y trazos paralelos oblicuos. También se han identificado algunos ejemplares con pintura jaspeada de tipo carpetano. Son muy frecuentes los bordes moldurados con forma de pico de ánade y bordes vueltos de labio redondeado. No todos los asentamientos con ocupación durante la II Edad del Hierro tuvieron la misma fortuna a partir del cambio de era, pues mientras unos parecen despoblarse definitivamente en este momento, otros muestran una renovada continuidad. Por lo que se refiere al periodo de dominación romana en los territorios del actual Término Municipal de Tembleque, se documentan varios asentamientos, algunos de los cuales, como ya se ha dicho, muestran una ocupación previa durante el periodo anterior. Los yacimientos con ocupación romana son: La Fuentecilla, Buenos Vinos II, Silo del Duende, Espantasueños II y III, El Puente, Casa Nueva II y El Valle. En los yacimientos documentados se advierte una gran densidad de restos en superficie, destacando la abundancia de material latericio (tejas planas y algún ladrillo), así como fragmentos de contenedores cerámicos de grandes dimensiones (dolia), cerámica de cocina y fragmentos de distinto tipo de Terra Sigillata, sobre todo altoimperial. Nos llama la atención la ausencia de materiales de tradición indígena en los asentamientos romanos, si tenemos en cuenta que en los yacimientos documentados en el vecino Turleque si se encuentran estos materiales. También nos sorprende la ausencia de elementos que remonten la romanización de los poblados de la II Edad del Hierro con posterior ocupación romana a momentos previos al cambio de era. Cabe suponer que los yacimientos con ocupación romana debieron tener una funcionalidad muy concreta orientada a la explotación de los recursos agrícolas dentro de los patrones productivos característicos del mundo romano. La explotación del territorio y la complejidad social y administrativa derivada de la aculturación propiciada por la presencia de Roma en la Carpetania, condujo a la racionalización de las explotaciones agrícolas y los centros de producción a través de la implantación de villas rurales, auténticas células de producción agropecuaria dependientes de los centros urbanos principales. En este caso, los asentamientos que nos ocupan debieron depender administrativamente, durante la etapa altoimperial, de la cercana ciudad de Consabura. En esta época los lugares de habitación se consolidan y, se erigen algunas infraestructuras relacionadas con las vías de comunicación. Estas se organizan de acuerdo a las nuevas necesidades político-administrativas y económicas del Imperio, pero, eso sí, siguiendo en la mayoría de los casos antiguos trazados prerromanos. Algunos de estos trazados se conservan fosilizados en la caminería actual y en los trazados de algunas vías pecuarias. La desintegración de las estructuras administrativas romanas y su progresiva transformación, así como el definitivo desmantelamiento del aparato del Imperio en la Península Ibérica con la penetración del pueblo visigodo, dieron lugar al periodo conocido como Edad Media. Tras la batalla de Vogladum, en el 507, el progresivo asentamiento del pueblo visigodo concluyó con el establecimiento del reino visigodo con capital en Toledo. Las prospecciones realizadas en Tembleque no han deparado el hallazgo de materiales claros que puedan adscribirse a este periodo, aunque es posible que, en yacimientos como Casa Nueva II, con ocupación romana y posterior
asentamiento medieval, hubiese una continuidad del poblamiento durante la Alta Edad Media, puesta de manifiesto por la abundante presencia de teja curva en superficie. No obstante, sólo una excavación arqueológica o la aparición de materiales más definitorios en superficie podrán confirmar este particular. Del mismo modo, las huellas de la presencia islámica en Tembleque tampoco se han podido detectar de forma clara en los yacimientos documentados, aunque no pueden descartarse ocupaciones de este periodo en la zona. Nosotros pensamos que los dos yacimientos documentados en Sierras Peladas pudieron tener su origen en este periodo. A parte de la excelente situación del cerro donde se ubica Sierras Peladas I, encontramos una dispersión de material cerámico modelado a torno, compuesto en su totalidad por galbos muy rodados de cronología indeterminada, si bien parecen sugerir un posible origen medieval. En la superficie del cerro se ha podido apreciar la existencia de un pequeño montículo artificial que bien podría corresponder con alguna torre o atalaya de vigilancia, del tipo de otras que se encuentran en las sierras manchegas y que suelen estar relacionadas con el periodo medieval islámico. Llama la atención que el yacimiento parece controlar un paso entre las Sierras Peladas y la Sierra del Corvo, esta última en el término de Villacañas. Además, hay que señalar la proximidad de la Senda Galiana por el sureste. Este yacimiento se encuentra muy próximo a Sierras Peladas II, situado unos 200 metros al Noreste, en la misma línea de sierra, y que parece datarse en la misma cronología. Es posible que ambos yacimientos deban ser considerados complementarios. Las primeras noticias escritas que tenemos en referencia a Tembleque hacen alusión a los momentos correspondientes a la reconquista y repoblación de los territorios situados al sur del Tajo. Tembleque aparece por primera vez citado en el año 1083 con motivo de la conquista por parte de Alfonso VI del castillo de Consuegra, entre cuyos territorios se encuentra Tembleque (González, 1975: 216). Más tarde, vuelve a formar parte otra vez de los territorios musulmanes hasta 1150, cuando pasa otra vez a incorporarse a los territorios cristianos. El 27 de diciembre de 1150, Alfonso VII cede el castillo de Consuegra y su alfoz al noble mozárabe Rodrigo Rodríguez y a sus sucesores, aunque se perderá otra vez, pocos años más tarde, a manos de los musulmanes. Tras la recuperación del castillo de Consuegra, Alfonso VIII lo donará en esta ocasión a la Orden Militar de San Juan el 8 de agosto de 1183. La Orden de San Juan sustituyó, mediante esta donación, al rey y, de este modo, los territorios bajo su poder se convirtieron en señoríos donde la Orden gobernó y administró justicia. Con la donación de Consuegra a los sanjuanistas se afianza definitivamente la zona en manos cristianas y comienza un periodo de intensa repoblación, fruto de la cual surgirá Tembleque. La victoria de las Navas de Tolosa (1212) lleva la frontera de Castilla hacia el sur de Sierra Morena y, la seguridad generada por esta nueva situación, permite al rey Alfonso VIII intensificar de manera definitiva la repoblación de los territorios liberados. La
repoblación correrá a cargo, eso sí, de las Ordenes Militares y, en el caso que nos ocupa, de la Orden Militar de San Juan. Poco a poco fueron poblándose los territorios de la Orden y sucediéndose la concesión de cartas pueblas en relación con los asentamientos que con el tiempo terminarían conformando los municipios actuales. Las diferentes concesiones crearon una tupida red de villas que posibilitaron una auténtica colonización agrícola del campo sanjuanista. El sistema de colonización de la Orden de San Juan se basó en repartir las tierras en lotes de 30 hectáreas (Quiñones) y en entregar una casa y una superficie de tierras para viñedo, arbolado y huerta. A parte de los terrenos repartidos entre los colonos, la Orden se reservaba una parte de las tierras denominadas “sernas”, así como las Casas de la Tercia, donde se recaudaban los impuestos. En 1241 el prior de San Juan, don Ruy Pérez, otorga carta de población al lugar de Tembleque (citado como Temblech, RAH, Ms. 9-30-6-6448), instalando en él doscientos cincuenta pobladores, a los que concede tierras, señala el término jurisdiccional del pueblo y le concede el Fuero de Consuegra. Por estas fechas, se producen enfrentamientos con Yébenes de San Juan por cuestión de limites jurisdiccionales. También pleitea con el poderoso Concejo de La Mesta, por asuntos de pastos; ya sabemos que por el término de Tembleque pasa una Cañada de Merinas y que son varios los parajes con el nombre de cañada. Los habitantes de Tembleque, en estos primeros momentos, viven dedicados a la actividad agropecuaria. Es un pueblo en formación que depende totalmente de Consuegra, centro jurídico y administrativo del Priorato. El Prior, para los asuntos civiles, elige los alcaldes ordinarios, así como el alguacil. El escribano, los emplazadores y ejecutores, residen en Consuegra y administran la justicia en los términos de su jurisdicción. La población de Tembleque, dada su condición agrícola y ganadera, no debió crecer mucho en sus primeros tiempos, pues incluso muchos años después no se aprecian apenas cambios en el número de habitantes. Sigue Tembleque al priorato de San Juan en sus vicisitudes, mostrándose ya con personalidad definida, hasta que el 10 de agosto de 1509, la reina doña Juana, accediendo a la petición del pueblo, otorga por Real privilegio el título de Villa a Tembleque con derecho de regir sus justicias y Alcalde en su propio Ayuntamiento. Para conmemorar tal hecho, se levanta el rollo jurisdiccional, que es un monumento que simboliza la libertad municipal y, al mismo tiempo, la autoridad y seguridad del vecindario de Tembleque. El Rollo de Tembleque data, por tanto, del siglo XVI y está formado por un graderío hexagonal de cuatro escalones sobre el que se levanta una columna labrada dividida en dos cuerpos: el inferior a manera de fuste estriado sobre basa y el superior con columnillas adosadas. Originalmente se situó en el lado noroeste del municipio, desde donde se trasladó en 1836 a la Calle Real, reinando Isabel II. Organizada y dirigida por el cardenal Cisneros la expedición a Orán Tembleque contribuyó a ella con una compañía de soldados y un millón de maravedíes, y por ello
conquistó la simpatía del gran Cardenal, quien, con ayuda del Prior de San Juan y del pueblo, construyó el magnifico templo parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción. Levantada en la primera mitad del siglo XVI, la Iglesia Parroquial fue reparada en 1582 y 1596 bajo las órdenes de Nicolás Vergara el Mozo. Las Relaciones de Felipe II mencionan la iglesia parroquial con cuatro capillas, tres de la propia iglesia y una cuarta de Juan Alonso de la Torre para su enterramiento y el de sus descendientes. Así mismo, el municipio de Tembleque permaneció fiel al Emperador en las guerras de las Comunidades de Castilla y ayudaron al apaciguamiento de Toledo a las ordenes del gran prior de San Juan, don Antonio de Zúñiga, por lo que Carlos V dio las gracias a los hijos de Tembleque y el titulo de "Fieles y leales" en carta autógrafa fechada en Worms el 12 de enero de 1522. El siglo XVI fue, sin duda, un siglo esplendoroso en el que un importante programa constructivo cambiaría la fisonomía del casco urbano y daría lugar a un incremento demográfico considerable al calor de la relativa prosperidad de la época. Durante este siglo, la actividad agrícola de Tembleque experimentó un fuerte desarrollo como consecuencia de la ampliación de las tierras cultivables y la buena calidad y producción cerealista de la zona. Dicha situación favoreció el crecimiento demográfico de la villa y la instalación en la misma de nuevos vecinos atraídos por la bonanza. Los datos demográficos disponibles para la primera mitad del siglo XVI evidencian altibajos dentro de un progresivo crecimiento. A pesar de todo, en el siglo XVI se produjo la culminación ascendente de una coyuntura positiva en las actividades agropecuarias, industriales y comerciales, paralela a un crecimiento demográfico de la población. Para entrar a mediados del siglo en una fase de inflexión de la agricultura y de la ganadería derivada del alza general de los precios y de la deferencia entre costos y rendimiento de la producción, que produjeron a lo largo del siglo XVII deudas en la población, arrendamientos, venta de bienes y cargos, tala de montes, aumento de los impuestos, etc. Al igual que en el resto de Castilla, desde inicios del siglo XVII, Tembleque comienza a padecer los síntomas de una crisis generalizada. El hambre, las malas cosechas, los desastres climatológicos, las enfermedades, y la escasa racionalidad de los impuestos excesivos, llevarían a la sociedad de Tembleque a una situación mucho menos favorable que en siglo anterior. Desde el punto de vista demográfico, los censos de este siglo muestran la baja general de la población, hecho que se observa igualmente en otros pueblos cercanos. Así, mientras que Tembleque tenía en 1598, 1255 vecinos, en 1646 la población había bajado a 1152 vecinos, y la tendencia descendente se culmina ya a principios del siglo XVIII, con 781 vecinos en 1712. Todavía y a pesar de los indicios de crisis general, parece que en Tembleque se produce una coyuntura no del todo desfavorable que permite que se continúen construyendo edificios durante el siglo XVII. De hecho hay quien, sobre la base de este hecho, piensa que Tembleque debió gozar de un cierto florecimiento económico durante esta centuria (Fernández Vinuesa, 1990: 31-32), algo del todo dudoso si tenemos en cuenta el indicador demográfico y el contexto de crisis generalizada en Castilla.
Uno de los espacios más significativos y peculiares de Tembleque es su Plaza Mayor, construida durante la primera mitad del siglo XVII e inaugurada en el año 1653 por el rey Felipe IV. La Plaza Mayor de Tembleque es una construcción arquitectónica de estilo barroco popular castellano de planta trapezoidal o casi cuadrangular, lo que indica que fue diseñada conscientemente, según se deriva de un documento de 1598 por el que sabemos de los pleitos que tuvo el Ayuntamiento por derribar parte de las casas que ocupaban los que luego fue el espacio de la actual plaza. Sigue los esquemas de los corrales de comedias de la época y de las hospederías, todo ello orientado a un objetivo funcional: servir de centro de reunión para el pueblo en sus espectáculos festivos. En esta plaza destacan la curiosa y perfecta utilización de los entramados de madera, con pilares, toscos canecillos, zapatas y forjados de bovedillas de yeso corrido de las plantas altas y el castizo soportal, bajo columnas de piedra caliza, junto con unos singulares elementos decorativos de tallas vegetales que flanquean la cruz de San Juan en los antepechos, recuerdo de la dependencia de la Villa del Priorato de la Orden. Tiene la plaza una característica disposición para su utilización como coso taurino, con el monumental torreón de uno de los ingresos para la presidencia y la especial configuración de las galerías. El alzado consta de una planta baja con soportales columnados, y dos alturas sobre estos realizadas con balcones sobre pies derechos de madera. Tan solo en el acceso principal se alza una tercera altura exenta. Las columnas del corredor inferior son de orden toscano, de fuste liso y soportan vigas de maderas lisas. En los accesos las columnas se complementan con pilares de piedra mucho más robustos. Presidiendo la plaza, se encuentra el actual edificio del Ayuntamiento que fue construido entre los años 1650 y 1694. Se trata de un elegante edificio de dos alturas con un diseño frontal muy equilibrado de estilo barroco madrileño. El edificio se alza sobre un zócalo de sillares y los paramentos de mampostería se encuentran enlucidos y muestran remates de sillería en las esquinas y en las divisiones de los dos módulos laterales. La techumbre del edificio es de teja a doble vertiente. El acceso se realiza a través de una sencilla portada de piedra moldurada situada justo en el centro de la fachada. A ambos lados de la puerta se encuentran dos pares de ventanas con rejas de forja, y sobre ella un balcón corrido al que se abren tres puertas con jambas de piedra y remate de frontón curvo. La puerta central del balcón tiene un frontón curvo partido con un escudo de piedra en el centro. A ambos lados del balcón corrido central se encuentran otros dos balcones de menor tamaño con sus respectivas puertas de acceso rematadas por frontones curvos. La torre de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción se construyó en 1611, al menos el cuerpo de campanas octogonal, rematado con chapitel y vanos enmarcados por arcos con dovelas almohadilladas. También durante el siglo XVII se construye la portada norte de la Iglesia. También del siglo XVII, pero de su segunda mitad, es la Ermita del Cristo del Valle, situada en las cercanías de la Sierra de Algodor, próxima al río. Sobre el origen de esta ermita existe un documento de Domingo de Aguirre que relata la causa de su construcción y que pasamos a reproducir íntegramente por su interés:
“HERMITA DEL STMO. CHRISTO DEL VALLE. Está esta entre los términos de la Villa de Tembleque y la de Consuegra, a tres leguas menos cuarto de ésta y cerca de dos leguas de aquella, en un sitio que llaman la Cañada de Urda, a poca distancia del Valle del Algodor; su principio y erección fue un caso raro. El día de San Juan Bautista del año 1688 llegaron al paraje de esta hermita y en un silo que servía de quintería a las labores de un vecino de Tembleque llamado Francisco Rodríguez Palmero, dos hombres en traje de peregrinos que el uno parecía de edad de cuarenta años y el otro de treinta y tres, poco más o menos, los cuales en el poste que ay en el medio del silo con polvos y pinceles que traían prevenidos, pintaron la imagen de Nuestro Sr. Jesu-Christo Crucificado y al pie de la Crud su Santísima Madre: hecho esto se ausentaron sin que persona alguna de los que estaban en el silo lo advirtiera. Por más diligencias que se practicaron para saber de ellos jamás se pudo aberiguar su paradero: estendida la noticia de este hecho acudieron de todas las Ciudades, Villas y lugares cercanos infinitas personas a visitar estas Santas Imágenes, espe-rimentando piadosos beneficios en sus dolencias. Reconociendo el dueño del Silo que era necesario edificar hermita para custodia de tan aprecia-ble alhaja y singular y ser sus medios limitados, lo cedió juntamente con una fanega de tierra en contorno a la dignidad Prioral de San Juan, como sitio dentro del Gran Priorato, perpetuamente, con derecho irre-bocable. Era a la sazón Gran Prior de Castilla y León el Excmo. Sr. D. Fr. Fernando Francisco de Escobedo, pasando el silo espresado día 29 de agosto del dicho año a las 9 de la mañana le dio posesión el Alcalde Mayor del Gran Priorato, D. Antonio Madrid Moztazero con todas las formalidades que se requieren. Inmediatamente dio providencias el Sr. Gran Prior, para que se reparase y custodiase el Silo como era correspondiente, al objecto de que en él se guardaba y atendiendo a la expresión y voluntad con que hizo Palmero la donación dejó a su advitrio por los días de su vida y para sus sucesores el nombramiento y representación de Capellanes y que concurriendo en los presentados las calidades correspondientes conforme a los Estatutos de la Sagrada Religión gerosolimitana se les diera el hábito. Después el Serenísimo Príncipe Carlos de Lorena sucedió en el Gran Priorato por muerte del Sr. Escobedo y concluyó la Hermita que hoy existe, grande, hermosa, bien adornada, alaxada de todos ornamentos y demás cosas necesarias al culto divino, encerrando dentro de ella el silo, de modo que el testero de la Hermita está sobre dos arcos que heran las entradas del silo y ahora lo son de la Capilla donde están las imáge¬nes referidas, causando singular devoción a cuantos las miran. Así el plano de la cueva o capilla, como el de la Hermita, están más vajos que el nivel del terreno estertor, por causa de la construcción que tenía el silo y sobre la puerta principal de la Hermita están las armas del Príncipe con esta inscripción: «Serenísimus Princeps Carolus Alotaringia Magnus Castellae, et Legionis Prior Anno Domine 1698». Hay su Hospital para refugio de los pobres pasageros, según Instituto de la Orden Jerosimilitana y casas para el Capellán y sivientes que habi¬tan todo el año. Concurren a celebrar su fiesta gran número de perso¬nas el día 29 de septiembre. Disfruta esta hermita las rentas del invernadero del Valle del Algodor”. (Reproducido en García Ortiz, 1995: 31-33). En al casco urbano se construyen en este siglo otras tres ermitas, la actual Ermita de la Purísima, que fue primero iglesia del convento de franciscanos fundado en 1602, la Ermita de Loreto y la Ermita de estilo popular de San Antón. El siglo XVIII, inicia un nuevo periodo de recuperación que, en Tembleque quedará reflejado en los aspectos económicos, demográficos y constructivos. Superada la pérdida de población del siglo XVII y las consecuencias de la Guerra de Sucesión, la población inicia su recuperación de modo que si se había decrecido hasta los 781
vecinos en 1712, a mediados del siglo se asciende ya a los 1000 vecinos. Para el siglo XVIII, los datos disponibles sobre Tembleque provienen del Catastro del Marqués de la Ensenada, elaborado entre los años 1750 y 1759. Por esas fechas, el pueblo continúa siendo villa del Rey bajo la administración perpetua de la Orden Militar de San Juan. Desde el punto de vista de los grupos sociales el Catastro de Ensenada nos informa de que a mediados del siglo XVIII Tembleque tenía: 29 clérigos, 2 religiosos mercedarios descalzos, un trinitario, 2 cape¬llanes del Cristo del Valle, 28 religiosos, 2 coristas, 3 legos, 2 sirvientes, todos del convento de San Pedro de Alcántara, 3 sacristanes, 3 músicos, periguero-muñidor, 7 administradores de bienes eclesiásticos, médico, boticario, 6 barberos-sangradores, 2 preceptores de gramática (2.500 rs. y 700 rs.), 2 maestros de primaria (2.850 y 1.500 rs.), abogado, escribanos-notarios, notario, 2 oficiales de pluma, 2 alguaciles, 5 empleados en el ayuntamiento, 5 administradores de bienes seglares, 3 empleados de la fábrica de salitre, estanquero, 2 administradores de rentas del rey, 3 mayor¬domos, guarda del Pósito, correo, 11 cardadores, 2 mercaderes (uno de ellos francés), 17 tenderos de lino y chocolate, 2 de especiería, 11 regatonesfruteros, 8 mesoneros, 6 corredores, 7 tratantes de ganado, 9 queseros, 80 arrieros, agrimensor, 33 salitreros, 2 fabricantes de agua fuerte y de leche de tierra, 2 de aguardiente, calesero, polvo¬rista, 5 molineros, 22 panaderos, 7 aguadores, 5 albañiles. con sus oficiales y un aprendiz, 4 carreteros con 2 oficiales y 2 aprendices, 5 albeitares con otros tantos oficiales, 2 herreros con 2 oficiales y 2 aprendices, calderero con 2 oficiales y 3 aprendices, esquiladores, cerrero, cordelero, 6 zapateros de nuevo con 4 oficiales y 2 aprendices, 14 de viejo con 3 aprendices, sastre, cardador, cedacero, tintorero, 4 yeseros, calero, tejedor, empedrador, 400 labradores y jornaleros, 19 hortelanos, 137 labradores-sirvientes, 72 pastores entre mayorales, zagales, ayudadores y mani¬jeros, 120 pobres de solemnidad, que se mantienen de pedir limosna. El caserío de Tembleque se componía de unas ochocientas setenta casas y, en la Plaza Pública de Tembleque había los siguientes edificios propiedad del Concejo: una casa del Ayuntamiento, Cárcel, Peso Real, Carnicería, Matadero, Repeso de Abastos, Abacería y dos mesones. La base económica continúa siendo la agricultura y la ganadería y la industria, escasa, derivada de las dos actividades anteriores. En el Catastro, aparte de describir la situación de los campos, cultivos y ganadería se menciona la existencia de dos molinos de viento, así como la existencia de dos tahonas y calderas para hacer aguardiente. En las actividades industriales se mencionan la explotación de los salitrales, cuya importancia hace que se instale una Real Fábrica con 22 calderas. Se tiene constancia también de la existencia de una fábrica de jabón, dos hornos de agua fuerte, un horno de cal. Se trata de una tierra llana en la que a pesar de todo se dan algunos encinares y chaparrales en determinadas zonas del término, sobre todo en las sierras. En algunas zonas del término hay buenos pastos y ello favorece la cría de ganado lanar y corderos. Según el Catastro de Ensenada, Tembleque tenía en esas fechas en torno a 11000 cabezas de ganado lanar. También hay ganado porcino. Para las labores del campo emplean ganado mular y asnal, así como para los desplazamientos. Junto a estos datos del Catastro, los edificios de Tembleque nos hablan de una cierta pujanza que se
expresa en las construcciones. Así, en la segunda mitad de esta centuria se construye la actualmente desaparecida Ermita de la Virgen de Gracia a las afueras del pueblo. También de este siglo es la peculiar Iglesia de la Vera Cruz, un edificio de estilo barroco popular que destaca por su original planta octogonal que se cubre con una cúpula de ocho elementos curvos. En la clave del arco adintelado de la puerta oeste se encuentra una inscripción con la fecha de probable construcción del edificio, el año 1762. Durante el siglo XVIII, se inicia en España un impulso de las comunicaciones gracias a la progresiva configuración de los Caminos Reales. Algunos pueblos, como Tembleque, situados junto a los Caminos Reales, tienen Casa de Postas. La de Tembleque se sitúa junto a la antigua carretera de Madrid-Cádiz. También conocido como Parador de Afuera, el edificio ha tenido distintos usos a lo largo de su historia, si bien su función original es la que le da nombre, sirviendo en sus inicios para dar albergue y avituallamiento a las personas y caballerías que recorrían el antiguo camino de Madrid a Cádiz. La Casa de las Torres, apelativo con el que popularmente se denomina al palacio de los Fernández-Alejo, es también un edificio construido a mediados del siglo XVIII. De grandiosa arquitectura, su importancia se acrecienta por ser uno de los últimos edificios barrocos construidos en España. La fecha de construcción, 1753, figura inscrita en la fachada y da cuenta de lo tardío de este edificio barroco. La construcción del palacio fue idea personal de D. Antonio Fernández-Alejo, miembro de una ilustre familia de Tembleque, que quiso así materializar parte de su gran fortuna amasada en América. A su vuelta del Nuevo Mundo hizo construir este imponente edificio con maderas importadas y materiales nobles, dejando impronta de su familia en el escudo de armas que aparece flanqueado por dos carabelas, y que sirve de coronamiento a la portada de la fachada principal. A finales del siglo XVIII, la decadencia en que se habían sumido las encomiendas de la Orden Militar de Santiago era absoluta, habían perdido completamente su razón de ser y se podrían calificar como entes casi ficticios. El ocaso del régimen señorial de las Ordenes Militares se encontraba próximo. A lo largo de las primeras décadas del siglo XIX se consuma la supresión jurídica y política del régimen señorial y con él, el de las Órdenes Militares. El siglo XIX estuvo marcado por la guerra de Independencia contra la invasión napoleónica y sobre todo por el cambio en la propiedad de las tierras que supuso la desaparición de los mayorazgos y las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz. La venta en pública subasta de las grandes extensiones de terrenos pertenecientes a la Iglesia, el Ayuntamiento y a la Orden de San Juan, lejos de propiciar un reparto más equitativo de la tierra entre las clases menos favorecidas, supuso al contrario de lo que se pretendía, el nacimiento de una nueva clase social preponderante que sustituiría a buena parte de la nobleza local. Económicamente, los procesos de desamortización, si bien no ocasionaron los efectos deseados, tuvieron su influencia en la distribución de los bienes rústicos y, por tanto, generaron cambios importantes en la propiedad de la tierra. En Tembleque, como en la mayor parte de los pueblos de Castilla, el grueso de las propiedades cae en manos de
unas pocas familias que pueden comprar los bienes desamortizados, con lo que se agudizó el desequilibrio social entre los posesores y los trabajadores jornaleros. Muy tímido fue, en consecuencia, el crecimiento de la pequeña y mediana propiedad, así como de las clases medias. Los datos ofrecidos por el Diccionario de P. Madoz nos permiten reconstruir un interesante panorama de la situación en la que se encuentra Tembleque durante la primera mitad del siglo XIX. Pertenece en este momento al partido judicial de Lillo, provincia de Toledo, y su parroquia, también a la diócesis eclesiástica de Toledo. La población era 728 vecinos o, lo que es lo mismo, de 2935 habitantes. Por esas fechas el casco urbano de Tembleque tenía 700 casas, disponía también de Casa Consistorial, cárcel, Palacio de los Fernández Alejo y dos escuelas, una de niños a la que asistían 140 niños, y otra de niñas, a la que asistían 40. Se menciona un convento suprimido de San Francisco y sin uso, la Iglesia Parroquial de la Asunción y cinco ermitas: Ntra. Sra. de Gracia, Vera-Cruz, Ntra. Sra. de Loreto, con un cementerio, Ntra Sra. de la Victoria y la Concepción. Se mencionan los despoblados de Aloyón y Bonache, como aldeas de las que todavía en esas fechas se pueden ver las ruinas. Geográficamente, se afirma que está situado en lo más bajo de una dilatada cañada rodeada de altos cerros que la dominan y el clima es templado, dominando con más frecuencia los vientos del Norte y del Sur. Indicativa es la información que nos proporciona sobre el abastecimiento de agua en Tembleque: “Se surte de aguas potables en pozos comunes que las tienen gruesas y de regular sabor, existiendo además dos lagunas, una al Este y otra al Oeste, llamadas de la Vega y de Villaverde, que no dejan de perjudicar a la salud”. El terreno es llano con algunos cerros y se muestra con desigual calidad. Producen trigo, centeno, cebada, avena, salicor y vino. Se mantiene el ganado lanar, vacuno y mular y se cría caza menor. En cuanto a la industria, hay por estas fechas 6 molinos harineros de viento y uno de agua en la rivera del Algodor. Además se menciona la existencia de tres fábricas de chocolate y una fábrica nacional de salitres en la que se emplea una gran cantidad de operarios. Durante el siglo XX, Tembleque sufre dos acontecimientos importantes que marcan su historia más reciente: la Guerra Civil Española que divide a los vecinos en dos bandos difícilmente reconciliables y las corrientes migratorias de los años 60, hecho que desarraiga a una buena parte de la población: lleva a sus ciudadanos a la zona de Levante español y a cinturones industriales de Madrid y Barcelona. En la actualidad, económicamente el peso recae sobre el sector primario, siendo la agricultura la actividad económica principal y destacando sobre todo los cultivos de la vid y el cereal, repartidos a lo largo de su término municipal. El sector secundario, está presente en menor medida, aunque en los últimos años este sector ha sufrido un fuerte incremento y se dedica principalmente a la construcción y a la elaboración de productos agroalimentarios. El sector terciario tiene una menor representación en la economía local, predominando el comercio y la restauración. Otro pilar importante en la economía actual de Tembleque es el turismo, siendo un importante foco de atracción de visitantes.
Patrimonio etnográfico inmueble
En total se han documentado 12 elementos etnográficos diseminados por todo el Término Municipal. De todos los bienes etnográficos, destacan por su abundancia los silos o bóvedas que salpican algunas zonas del campo de Tembleque. Se han documentado, también, casas de labor o quinterías, chozos de pastores asociados caminos ganaderos, pozos y molinos de viento. TÉCNICAS CONSTRUCTIVAS Conviene apuntar, antes de nada, que la arquitectura popular es aquella que expresa de manera más directa la adaptación de un pueblo a su entorno y en ese sentido representa una importante fuente de información para comprender la esencia del modo de vida tradicional en el ámbito rural en general y, en concreto, en Tembleque. Lo que nos encontramos en un tipo de arquitectura eminentemente utilitaria que se amolda a las necesidades cotidianas generadas por unos modos de vida tradicionales apegados, generalmente, a los usos de la explotación agrícola y ganadera en un entorno natural definido. En los últimos tiempos, la generalización de las transformaciones tecnológicas, sociales y, en consecuencia, culturales, han hecho que este tipo de construcciones, que expresan y se adaptan a un modo de vida concreto, pierdan su sentido y vayan cediendo ante los adelantos de los nuevos tiempos. La vivienda popular manchega, con sus variantes, está en vías de extinción, no sólo en cuanto a la estructura del edificio y sus técnicas constructivas sino también a sus distribuciones y fachadas. Las construcciones de tipo tradicional más características de Tembleque son las casas solariegas, las casas de labor, las cuevas o silos del campo, los chozos de pastores, los encerraderos de ganado, los molinos hidráulicos y otras construcciones auxiliares como los pozos. En las Relaciones Topográficas de Felipe II de 1975 se recoge esta información sobre las técnicas constructivas tradicionales de Tembleque: “...las casas que hay en esta villa todas son hechas de tapieria de tierra y que la tierra es mala y salobre y que para el reparo de ellas se reparan con piedras y yeso, de lo cual se trae de media legua desta villa y lo han cubiertas algunas de teja y otras son pajizas” (Viñas y Paz, 1951: 475). En la arquitectura popular de Tembleque los materiales de construcción más empleados tradicionalmente han sido la piedra, el barro, el yeso, la cal, la teja y la madera. En el esqueleto o estructura de las edificaciones exentas se utilizaba principalmente el muro de carga de tapial, realizado con barro y paja, sobre un zócalo de mampostería trabada generalmente con argamasa, aunque también se construye con mampuesto de piedra y yesones. La mayoría de las fachadas exteriores e interiores están revocadas o encaladas, por lo que el color predominante es el blanco y, solo ocasionalmente, se emplea el añil. En el encamarado, la solución empleada pasaba por la utilización de vigas de madera que configuraban un armazón de pares y tirantes, en cuyas vertientes se empleaba el cañizo sobre el que se apoyaba la teja curva de barro cocido. En las casas más modestas, de uso común, los tabiques interiores se realizan de adobe, compuesto de barro y pequeñas piedras como aglutinante. Las casas se encuentran encaladas al interior y al exterior. Las cubiertas suelen estar realizadas a dos vertientes, con tejas curvas dispuestas en forma de canal.
CASONAS Y CASAS SOLARIEGAS El tipo de casona o “casa solariega” en Tembleque se caracteriza por la sencillez y austeridad típica de la arquitectura castellana, aunque algunos ejemplares muestran en sus fachadas la preminente situación social de sus propietarios en épocas pasadas. El casco urbano de Tembleque conserva con mayor o menor fortuna numerosos ejemplos de este tipo de residencia en la que se aglutinan los espacios domésticos con los productivos. Las casas nobles o de campesinos ricos documentadas en el casco urbano de Tembleque, aunque incluidas en el grupo de Elementos Inmuebles, son indudablemente bienes que aportan un importante volumen de información de tipo etnográfico. Generalmente son construcciones de dos pisos, muy amplias y constan de dos partes diferenciadas en planta y no en altura; la vivienda propiamente dicha y la zona destinada al trabajo y los animales. Ambas se disponen en torno a un espacio abierto, patio interior columnado en el primer caso, corral tapiado en el segundo. En las casonas principales, el acceso suele ser grande con jambas y dinteles de sillería. Las puertas suelen estar realizadas con madera oscura y ocasionalmente disponen de casetones y adornos de hierro forjado, generalmente clavos ornamentales. Uno o dos escalones dan acceso al zaguán, pues raramente las puertas se encuentran a ras del suelo. Sobre la puerta suele ser usual la presencia de un balcón o gran ventana con rejería de hierro forjado. Sobre la puerta también, en el mismo conjunto de la fachada, se encuentra en ocasiones el escudo de la familia, en caso de ser de origen noble. Las ventanas bajas de la casa suelen estar protegidas por rejerías forjadas que sobresalen de la fachada, las altas, a su vez, suelen ser pequeñas y también disponen en ocasiones de rejas. El patio central a modo de claustro suele disponer de columnas más o menos sencillas que emulan modelos clásicos, contando en otras ocasiones con postes o pies derechos de madera. Dichas columnas sustentan la segunda crujía abalconada a modo de corredor y distribuidor de las estancias de la segunda planta. El suelo del patio suele estar también enguijarrado. No es infrecuente encontrar un pozo o aljibe con acceso desde el patio principal, aunque también puede encontrarse en las estancias subterráneas de la vivienda. Bajo la casa suele encontrarse la cueva o bodega que sirve de almacén y espacio refrigerado para la conservación de ciertos alimentos. Ocasionalmente, puede encontrarse asociada a un lagar con tinajas para almacenar el vino. Estas cuevas forman a veces complejas redes de galerías. Anejo al edificio doméstico, se encuentran organizados, en torno a grandes patios abiertos, los almacenes, cuadras, corrales, sarmenteras y habitáculos para guardar los aperos de labranza. Estos patios suelen tener grandes portones de acceso para facilitar el trasiego de las caballerías y de los carros. Casas de este tipo pueden considerarse la Casa de la Calle Prior, la Casa de la Calle del Romeral la Casa de la Calle Iglesia y la Casa de la Calle Convento.
Más peculiar resulta la presencia del Palacio denominado Casa de las Torres, situada haciendo esquina entre la Calle Convento y la Calle Fray Francisco de Tembleque. La Casa de las Torres, apelativo con el que popularmente se denomina al palacio de los Fernández-Alejo, es un edificio de grandiosa arquitectura cuya importancia se acrecienta por ser uno de los últimos edificios barrocos construidos en España. La fecha de construcción, 1753, figura inscrita en la fachada y da cuenta de lo tardío de este edificio barroco. La construcción del palacio fue idea personal de D. Antonio Fernández-Alejo, miembro de una ilustre familia de Tembleque, que quiso así materializar parte de su gran fortuna amasada en América. A su vuelta del Nuevo Mundo hizo construir este imponente edificio con maderas importadas y materiales nobles, dejando impronta de su familia en el escudo de armas que aparece flanqueado por dos carabelas, y que sirve de coronamiento a la portada de la fachada principal. De planta cuadrada en torno a un patio central y alzado en tres pisos, su fachada aparece enmarcada por dos torres. La fábrica es de mampuesto con sillares en las esquinas y presenta en las fachadas los muros decorados con vanos rectangulares y con remate de arco de medio punto, de molduración pétrea sencilla, protegidos por rejas y barandillas de buena forja castellana. La máxima ornamentación se concreta en la fachada principal labrada en piedra con portada monumental de estilo barroco muy recargado con dos columnas con fuste profusamente labrado que enmarca el acceso y sustenta un balcón con barandilla de forja. Sobre la portada que se abre al balcón se encuentra el escudo familiar también labrado en piedra.
CASAS DE LABOR Y QUINTERÍAS Otro tipo de construcción muy frecuente en toda La Mancha, aunque ya fuera de las poblaciones, suelen ser, por un lado, las pequeñas casas de labor y, por otro, las quinterías. Ambas son edificaciones realizadas con zócalo de mampuesto y alzados de tapial, dispersas, situadas junto a los campos de labor y destinadas a dar cobijo a los trabajadores agrícolas durante los periodos en que tienen lugar los trabajos de mayor duración, especialmente durante las cosechas. La distancia existente entre el núcleo urbano y algunas zonas del término municipal de Tembleque, al igual que ocurría en otros muchos pueblos de La Mancha, obligaba a pernoctar en estas casas para evitar los largos desplazamientos diarios a pie. Las quinterías suelen constar de una sola planta, aunque muchas veces disponen también de un piso alto destinado a pajar, cuentan también con patio, corral, cuadras y cocina para los trabajadores. Las de más importancia tienen habitaciones para guardar y para los dueños. Se pueden diferenciar varias estancias dedicadas a habitación con chimenea, patio, cuadras, espacio porticado, etc. Disponen de pequeñas ventanas de diversos tamaños se abren a diferentes alturas, protegidas por rejas. En Tembleque, podemos considerar como quinterías las Casas de Norro, la Casa del Indiano, la Casa de la Prudenciana o las Casas del Monte. Son antiguos conjuntos agropecuarios que constan de varios edificios de planta rectangular y otras construcciones auxiliares como pozos, silos y eras. Las diferentes edificaciones que la forman presentan planta rectangular, con paredes de tapial enlucidas de cal y techumbre a dos aguas, con
cubierta de teja de cerámica curva. Se documentan edificios destinados a la habitación humana y cuadras para las caballerías.
SILOS, BÓVEDAS O CASAS-CUEVA En la actualidad persiste en muchos pueblos de la Península Ibérica la vigencia de construcciones excavadas en las laderas de montañas o pequeñas colinas. Son las denominadas casas-cueva, que se localizan en una amplia zona del centro peninsular y la zona costera mediterránea. Pueblos como Cabezamesada, Patera, Guadix, Tielmes, Villacañas y otros muchos acreditan su extensión por Levante, Castilla y Andalucía. Frente a las casas-cueva de tipo residencial, como las que se documentan en el casco urbano de pueblos cercanos como Cabezamesada o Villacañas, los silos o bóvedas se localizan en el campo y tienen una función similar a las casas de labor, esto es, servir de refugio eventual durante los periodos de cosecha o labranza. Su construcción, o más propiamente su excavación, tiene su origen en la necesidad de buscar abrigo para personas y animales y, generalmente, están dedicadas a tareas agrícolas. La singularidad de este tipo de refugios merece un esfuerzo de estudio y conservación individualizado. Estas cuevas artificiales cumplen las funciones de refugio para labradores y animales de trabajo. Se encuentran excavada directamente en el terreno geológico y constan de varios espacios interiores a los que se accede a través de una puerta frontal precedida a veces por un pasillo abovedado en rampa. En el interior las distintas estancias cumplen funciones de zona de descanso y cuadras para los animales de trabajo. El espacio para el descanso de los trabajadores suele disponer de chimenea y uno o dos lechos a cada lado. Junto a la chimenea pueden encontrarse también alacenas u hornacinas excavadas en las paredes. Algunos de los espacios cumplen las funciones de cuadras, con pesebres corridos en alguna de las paredes laterales. Toda la estructura suele presentar techos abovedados y ocasionalmente reforzados con arcos fajones, todo ello encalado en blanco. Al exterior, en la parte alta del montículo en el que suele encontrarse excavada la cueva, se halla una o varias chimeneas cónicas, resaltadas sobre el terreno. Aunque disponen de elementos auxiliares al exterior, la parte más importante de estas construcciones se desarrolla en el subsuelo, de una forma que podríamos definir como orgánica, aunque sujeta a unos parámetros más o menos típicos. En la cueva se aglutinan los espacios para el ganado, el descanso de los trabajadores, las alacenas y basares, reproduciendo de algún modo el patrón de las casas de labor. Todo ello excavado a mano en el sustrato geológico de pequeñas elevaciones o cerros, sin entibados, tan sólo enlucidos con cal o un revoco de barro. Las formas predominantes son redondeadas, no hay esquinas angulosas. El techo y las paredes se van conformando directamente al vaciar el terreno interior, procurando redondear los techos en forma de arcos y bóvedas, porque son más seguras y evitan el hundimiento parcial del terreno sobre la vivienda. La ejecución es muy sencilla. Generalmente se aprovechan terrenos en los que existen fajas o capas de gran espesor de arcillas endurecidas situadas entre dos vetas o capas de suelo más consistente, generalmente rocas calizas, que se transformarán así en el suelo y el techo de las nuevas viviendas. La gran ventaja de este tipo de hábitat es su magnífico comportamiento térmico, al mantener prácticamente constante su temperatura, hecho que podría explicar su
pervivencia en esta zona, donde los inviernos son muy fríos y los veranos muy calurosos.
MOLINOS DE VIENTO EN TEMBLEQUE Los molinos de viento fueron en el pasado un elemento más del paisaje rural de Tembleque. Varias colinas y cerros próximos al casco urbano, situados en los parajes de La Talanquera, El Cerillo y Molino Viejo, estaban coronados por varios molinos de viento dedicados a procesar el cereal. La destrucción de estos molinos al caer en desuso, ha hecho que, en el mejor de los casos, solo se conserven parte de los mismos, aunque recientemente se han restaurado dos en La Talanquera con bastante acierto. Los Molinos de la Talanquera se encuentran en el paraje de Los Molinos, a 0,6 km al este del casco urbano de Tembleque. Se sitúan sobre un cerro que destaca en el entorno llano y se encuentran rodeados de campos de cultivo de secano. Se trata de un conjunto de tres molinos de viento situados sobre un promontorio que destaca en el entorno llano. De los tres molinos, dos han sido rehabilitados en los últimos años y un tercero se encuentra parcialmente en ruinas, habiendo perdido toda la cubierta y parte del alzado superior de mampostería. Como es habitual en La Mancha, los molinos de viento que nos ocupan tienen planta circular formada por un grueso y potente muro construido con mampostería de piedra trabada con argamasa y, exterior e interiormente, enlucidos con mortero. Disponen de uno o dos accesos a ras del suelo y de varios ventanucos en las dos plantas superiores. En el interior disponen de una escalera adosada al muro que permite ascender a las plantas superiores, llegando a la tercera planta, situada bajo cubierta, donde se encuentra la maquinaria del molino. La cubierta cónica tan característica de estos molinos, solía realizarse con chapa u otros materiales ligeros para facilitar el giro de la misma, ya que es completamente móvil con el fin de coger los vientos más favorables. Otro de los molinos conservados parcialmente es el de Don Gaspar Torres, que se encuentra situado sobre una suave elevación en el paraje conocido como Molino Viejo, al norte del cementerio. Los molinos de viento se conocen en Tembleque desde al menos mediados del siglo XVII, ya que se citan dos molinos de viento en el Catastro de Ensenada que, sin embargo, desconocemos si corresponden en algún caso a estos tres que nos ocupan. También se mencionan molinos de viento en Tembleque en el Diccionario de Pascual Madoz, que cita la existencia de seis de estos ingenios a mediados del siglo XIX. Con bastante probabilidad estos tres molinos sean parte de los que se citan en la obra de Madoz. ARQUITECTURA Y ELEMENTOS DEL PAISAJE GANADERO Los chozos o bombos son refugios temporales donde pernoctaban y recogían el ganado los pastores. Por eso, estas peculiares construcciones suelen estar asociadas a vías ganaderas como ocurre en muchos de los casos documentados en Tembleque, donde hemos documentado uno en las proximidades de la Vereda de Yepes.
El Chozo documentado se encuentra situado junto a la Vereda de Yepes, una vía pecuaria que cruza tangencialmente el término municipal de Tembleque por su extremo noreste. Como acostumbran a construirse estos peculiares refugios de pastores en La Mancha, este chozo presenta planta circular y está construido con mampostería de piedra irregular trabada, en este caso, con argamasa y enlucida puntualmente con mortero en el exterior y en el interior. La cubierta se realiza mediante falsa cúpula por aproximación de hiladas trabadas con argamasa y dispone de un respiradero en la cúspide. La construcción presenta un acceso orientado al sur rematado por un falso arco de medio punto.
Patrimonio histórico inmueble o
MOLINOS DE LA TALANQUERA
TIPO: Patrimonio etnográfico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Molino de Viento. SITUACIÓN Y ENTORNO: Los Molinos de la Talanquera se encuentran en el paraje de Los Molinos, a 0,6 km al este del casco urbano de Tembleque. Se sitúan sobre un cerro que destaca en el entorno llano y se encuentran rodeados de campos de cultivo de secano. Se accede a la zona tras cruzar la Autovía A-4 por el Camino de la Talanquera, que parte desde el emplazamiento de la Ermita de Loreto. Una vez cruzada la Autovía el camino se bifurca y del mismo surge un camino que conduce directamente al cerro donde se encuentran los molinos. DESCRIPCIÓN: Conjunto de tres molinos de viento situados sobre un promontorio que destaca en el entorno llano. De los tres molinos, dos han sido rehabilitados en los últimos años y un tercero se encuentra parcialmente en ruinas, habiendo perdido toda la cubierta y parte del alzado superior de mampostería. Como es habitual en La Mancha, los molinos de viento que nos ocupan tienen planta circular formada por un grueso y potente muro construido con mampostería de piedra trabada con argamasa y, exterior e interiormente, enlucidos con mortero. Disponen de uno o dos accesos a ras del suelo y de varios ventanucos en las dos plantas superiores. En el interior disponen de una escalera adosada al muro que permite ascender a las plantas superiores, llegando a la tercera planta, situada bajo cubierta, donde se encuentra la maquinaria del molino. La cubierta cónica tan característica de estos molinos, solía realizarse con chapa u otros materiales ligeros para facilitar el giro de la misma, ya que es completamente móvil con el fin de coger los vientos más favorables. Los molinos de viento se conocen en Tembleque desde al menos mediados del siglo XVII, ya que se citan dos molinos de viento en el Catastro de Ensenada que, sin embargo, desconocemos si corresponden en algún caso a estos tres que nos ocupan. También se mencionan molinos de viento en Tembleque en el Diccionario de Pascual Madoz, que cita la existencia de seis de estos ingenios a mediados del siglo XIX. Con bastante probabilidad estos tres molinos sean parte de los que se citan en la obra de Madoz. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Salvando uno que se encuentra semiarruinado, los otros dos se encuentran en buen estado, ya que han sido rehabilitados en los últimos años devolviéndoles un remozado aspecto. BIBLIOGRAFÍA: JIMÉNEZ BALLESTA, J. (2001): Molinos de viento en Castilla-La Mancha. Toledo, Ed. Llanura. MADOZ, P.
(1845-1850): Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar, Madrid.
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SILO DE LA TALANQUERA
TIPO: Patrimonio etnográfico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa-Cueva o silo. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Silo de la Talanquera se encuentra en el paraje de Los Molinos, a 0,6 km al este del casco urbano de Tembleque, en la ladera oeste del cerro donde se encuentran los Molinos de la Talanquera. Se encuentra rodeados de campos de cultivo de secano. Se accede a la zona tras cruzar la Autovía A-4 por el Camino de la Talanquera, que parte desde el emplazamiento de la Ermita de Loreto. Una vez cruzada la Autovía el camino se bifurca y del mismo surge un camino que conduce directamente al cerro donde se encuentran los molinos. DESCRIPCIÓN: Cueva artificial subterránea que cumple las funciones de refugio para labradores y animales de trabajo, aunque en este caso no sería extraño que estuviese en relación con los molinos de viento de la Talanquera y sirviese como refugio para los molineros. Se encuentra excavado directamente en el terreno natural y consta de varios espacios interiores a los que se accede a través de una rampa cubierta por una falsa bóveda de piedra trabada con argamasa que desemboca en una puerta de madera. En el interior presenta un alargado espacio abovedado del que surge a la izquierda y junto a la entrada una habitación también abovedada. Las paredes del interior se encuentran revestidas de mortero. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Se encuentra abandonado y muy afectado por actos vandálicos, como pintadas y otros destrozos. A pesar de ello, conserva bastante bien su estructura original, a excepción de algunos desprendimientos de puntuales de las paredes. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
LA FUENTECILLA
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Paleolítico Medio, Hierro II, Romano. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de La Fuentecilla se identifica en superficie como una dispersión de materiales cerámicos y líticos, aparentemente no muy abundantes, situados a ambos lados del Camino del Molino. Esta somera dispersión de material cerámico de la II Edad del Hierro, entre el que nos encontramos también algunos materiales líticos posiblemente paleolíticos, incluye también materiales del periodo romano y de época moderna, si bien estos últimos deben ponerse en relación con las actividades de abonado de los campos y los vertidos de basuras de la zona periurbana. Entre el material lítico de este yacimiento, que consta tan solo de tres lascas, encontramos una lasca obtenida a partir de un percutor blando, lo que permite ubicarlo a partir del Paleolítico Medio. Por lo demás, el material recuperado, aunque no muy abundante ha permitido identificar un fragmento de borde moldurado con forma de pico de ánade, así como algunos galbos no recogidos cuya factura y acabados nos remiten a un momento indeterminado de la II Edad del
Hierro. Asimismo, hemos podido identificar dos fragmentos de galbo de Terra Sigillata que, junto con numerosos galbos de cerámica común no recogidos, nos indican una ocupación o uso de este espacio durante el periodo romano altoimperial. Mención a parte merece el hallazgo de un fragmento de borde exvasado de cerámica modelada a mano que, si bien podría haber sido realizado durante la II Edad del Hierro, también permite barajar la hipótesis de una posible ocupación previa durante la Edad del Bronce o la I Edad del Hierro. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de las labores agrícolas y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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LOS VILLARES I
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Hierro II. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento se identifica por la presencia en superficie de materiales cerámicos realizados a mano, aunque también se encuentra un galbo de cerámica modelada a torno con restos de decoración pintada a base de bandas de color rojizo. Entre la cerámica realizada a mano, destacan la abundancia de galbos amorfos con cocciones reductoras, mixtas y oxidantes, y, sobre todo, un fragmento de carena con mamelón. Los elementos prensiles en la carena se encuentran en distintos periodos pero lo podríamos asociar por la forma suavizada de la misma a momentos del Bronce Final o incluso a la I Edad del Hierro. Lo que está claro es que podríamos realizar una atribución genérica a la Edad del Bronce de este yacimiento en virtud a la presencia relativamente abundante de fragmentos cerámicos amorfos realizados a mano. Parece probable también, dada la presencia de un fragmento de cerámica a torno con decoración pintada, que hubiese una pequeña ocupación durante la II Edad del Hierro. Salvo por la aparente ausencia de recursos hídricos superficiales – cabe pensar en un abastecimiento mediante pozos -, el sitio reúne unas condiciones estratégicas de cierto interés, dado que goza de una amplia visibilidad en todas direcciones y está rodeado de amplios campos de cultivo. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de las labores agrícolas desarrolladas en el pasado y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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ROMERAL
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Calcolítico, Edad del Bronce, Hierro II. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación, Estructuras defensivas. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Romeral se sitúa en la Sierra de la Rinconada en una cresta alargada e inclinada, pero con un cierto amesetamiento en su parte más alta. Se identifica este yacimiento, no solo por su situación claramente estratégica, sino por la relativamente abundante dispersión de materiales cerámicos y líticos que se identifica en superficie y por la existencia de estructuras que afloran en mayor o menor medida en
algunas partes del enclave. Los materiales cerámicos y líticos identificados en prospección nos permiten datar este yacimiento en la Edad del Bronce, con una posible ocupación en el Calcolítico final, y durante la Edad del Hierro. Las estructuras arquitectónicas visibles en superficie podrían corresponder a una atalaya de la Edad del Bronce reutilizada o amortizada durante la II Edad del Hierro. La razón de su presencia aquí podría ser el control estratégico del entorno, pero sobre todo de los pasos existentes entre la Sierra de la Rinconada y la Sierra de las Jarillas-Sierras Peladas. En lo referente a la cerámica realizada a mano se encuentra abundante material de este grupo, predominantemente cocido en ambientes reductores, aunque también encontramos cocciones más tendentes a la oxidación. Se encuentran ejemplares típicos de la Edad del Bronce como son los bordes digitados o ungulados, cuencos carenados, algunas bases planas y vasos con mamelones simples en el borde. En este yacimiento encontramos varias lascas, varios fragmentos de lasca y algunos restos de talla, uno de éstos últimos presenta un retoque doble. Otro elemento importante que hallamos aquí es una punta de flecha, posiblemente en su origen con pedúnculo y aletas, pero actualmente fragmentada; este elemento podría adscribirse a un Calcolítico final. Los materiales cerámicos realizados a torno, ponen de manifiesto una ocupación durante un periodo indeterminado de la II Edad del Hierro. Encontramos solamente galbos que presentan pastas oxidantes o mixtas con pastas bien decantadas que, en dos de los casos, nos muestran decoración pintada en la cara externa. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: RUIZ TABOADA, A. (1997): “Asentamiento y subsistencia en La Mancha durante la Edad del Bronce: El sector noroccidental como modelo”, Complutum, 8: 57-71. RUIZ TABOADA, A. (1998): La Edad del Bronce en la provincia de Toledo: La Mancha y su entorno. I.P.I.E.T., Diputación Provincial de Toledo. Toledo.
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LOS VILLARES II
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Hierro II. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Los Villares II se identifica por la presencia en superficie de materiales cerámicos realizados a torno entre los que destacan la abundancia de galbos amorfos y sin decoración con cocciones reductoras, mixtas y oxidantes, aunque también encontramos un fragmento de borde exvasado con labio engrosado con cocción reductora. No disponemos de elementos suficientes para la datación de este pequeño yacimiento, aunque nos inclinamos a pensar, con mucha cautela, que podría tratarse de un pequeño enclave de la II Edad del Hierro. Se encuentra relativamente cercano – 350 metros al sur – del yacimiento de Los Villares I, con ocupación durante la Edad del Bronce y la II Edad del Hierro. También se han podido recuperar algunos restos de industria lítica, concretamente dos fragmentos de lasca y dos lascas de sílex, de las cuales una presenta retoque denticulante. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de las labores agrícolas realizadas en el pasado y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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SILOS DE CAÑADA VALDEPENOSOS
TIPO: Patrimonio etnográfico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa-cueva o silo. SITUACIÓN Y ENTORNO: Los dos silos de la Cañada de Valdepenosos se encuentran en dos pequeños montículos que sobresalen levemente en un entorno predominantemente llano. Se encuentran junto al Camino de las Vilaneras, en el extremo sureste del término municipal. Desde el casco urbano, se accede a este enclave a través del Camino a Villafranca, que parte de la carretera CM-410, una vez se cruza la Autovía A-4. Tras recorrer 4,8 km, se llega a una bifurcación de la que parte el Camino de las Vilaneras a la izquierda. Cogiendo este camino y recorriéndolo a lo largo de 4,2 km, se accede a este conjunto de silos. La zona se encuentra rodeada de campos dedicados al cultivo de cereales de secano. DESCRIPCIÓN: Conjunto de dos cuevas artificiales que cumplen las funciones de refugio para labradores y animales de trabajo. Se encuentran excavadas directamente en el terreno natural y constan de varios espacios interiores a los que se accede a través de una rampa abierta por la parte superior y reforzada lateralmente por dos muros de contención de mampostería trabada con argamasa. La parte final de la rampa se encuentra cubierta por una falsa bóveda de piedra trabada con argamasa que desemboca en una puerta de madera. En uno de los silos de este conjunto, la rampa de acceso describe una curva y no es completamente recta, mientras que en el otro, encontramos escalones para facilitar el descenso de la rampa, algo más pronunciado. Aunque no hemos podido acceder a estos silos, debido a que las puertas de acceso se encontraban cerradas, suponemos que en el interior hay un espacio distribuidor desde el que se accede a las cuadras y a los espacios con chimenea para el descanso de los trabajadores. Este tipo de cuevas presenta una estructura orgánica, con espacios de esquinas redondeadas y techos abovedados. En los casos que nos ocupan, se puede apreciar desde el exterior, las chimeneas encaladas que sobresalen en el terreno y que nos hablan de algunas características de los espacios interiores. Además de los dos silos, asociados a ellos se encuentra un pozo con pretil y pilares de mampostería trabada con argamasa y enlucido con mortero. ESTADO DE CONSERVACIÓN: El estado de conservación es relativamente bueno, si bien se encuentran abandonados y sufren los desperfectos derivados del paso del tiempo y la falta de mantenimiento. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CASA DE NORRO
TIPO: Patrimonio etnográfico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa-cueva o silo, quintería. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Casa de Norro es un conjunto de construcciones de carácter agropecuario situado en el paraje de El Rostrillo, en el extremo sur del término municipal de Tembleque. Se encuentra en una zona predominantemente llana y, desde el casco urbano, se accede a este enclave, tras recorrer 9,7 km, a través del Camino a Villafranca, que parte de la carretera CM-410, una vez se cruza la Autovía A-4. Este conjunto se encuentra en un contexto eminentemente agrícola, rodeado de campos
dedicados al cultivo de cereales de secano. DESCRIPCIÓN: Conjunto de construcciones y estructuras de carácter agropecuario situado a los pies de la Sierra de la Ortigosa, en el paraje de El Rostrillo. Consta de dos edificaciones de planta rectangular construidas con tapial sobre zócalo de piedra y cubierta de teja curva a doble vertiente sobre entramado de madera. Estuvieron destinadas a guardar los aperos y los animales de tiro, y sirvieron de refugio de los agricultores y las cuadrillas de trabajadores del campo. Además de estas construcciones que podríamos definir como quinterías, nos encontramos con dos silos que disponen de los elementos característicos de estas construcciones subterráneas. Los silos se encuentran excavados directamente en el terreno natural y constan de varios espacios interiores a los que se accede a través de una rampa abierta por la parte superior y reforzada lateralmente por dos muros de contención de mampostería trabada con argamasa. En uno de los silos, la parte final de la rampa se encuentra cubierta por una falsa bóveda de piedra trabada con argamasa que desemboca en una puerta de madera. Aunque no hemos podido acceder a estos silos, debido a que las puertas de acceso se encontraban cerradas, suponemos que en el interior hay un espacio distribuidor desde el que se accede a las cuadras y a los espacios con chimenea para el descanso de los trabajadores. Este tipo de cuevas presenta una estructura orgánica, con espacios de esquinas redondeadas y techos abovedados. En los casos que nos ocupan, se puede apreciar desde el exterior, las chimeneas encaladas que sobresalen en el terreno y que nos hablan de algunas características de los espacios interiores. Además de los dos silos, asociados a ellos se encuentra un pozo con pretil y pilares de mampostería trabada con argamasa y enlucido con mortero. ESTADO DE CONSERVACIÓN: El estado de conservación es relativamente bueno, si bien se encuentran abandonados y sufren los desperfectos derivados del paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Se observan reparaciones de algunos elementos con materiales contemporáneos que desentonan con los materiales de construcción tradicionales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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SILO DE BUENOS VINOS I
TIPO: Patrimonio etnográfico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa-cueva o silo. SITUACIÓN Y ENTORNO: El silo se encuentra en la parte alta de la Sierra de Buenos Vinos, en el extremo sur del término municipal de Tembleque. Desde el casco urbano, se accede a este enclave a través del Camino a Villafranca, que parte de la carretera CM-410, una vez se cruza la Autovía A4. Tras recorrer 1,5 km, se llega a una bifurcación de la que parte el Camino a Camuñas a la derecha. Tras seguir este último camino a lo largo de 8,8 km, se coge el Camino del Silo de Rojas unos 700 metros hasta el pie de la sierra de Buenos Vinos, donde hay que subir a pie hasta encontrar el silo. Esta construcción se encuentra rodeada de tierras sin cultivar en una zona elevada, si bien al pie de la sierra se encuentran campos de labor dedicados al cultivo de cereales. DESCRIPCIÓN: Se trata de una cueva artificial que cumple las funciones de refugio para labradores y animales de trabajo. Se encuentra excavada directamente en el terreno natural y consta de varios espacios interiores a los que se accede a través de una rampa abierta por la parte superior y reforzada lateralmente por dos muros de contención de mampostería trabada con argamasa, uno de los cuales se encuentra actualmente desplomados y ha ocasionado el taponamiento
parcial de la entrada. La parte final de la rampa se encuentra cubierta por una falsa bóveda de piedra trabada con argamasa que desemboca en una puerta de madera. En el interior hay un espacio distribuidor desde el que se accede a las cuadras y a los espacios con chimenea para el descanso de los trabajadores. Este tipo de cuevas presenta una estructura orgánica, con espacios de esquinas redondeadas y techos abovedados. El caso que nos ocupa dispone de una chimenea enlucida que sobresale en el terreno. ESTADO DE CONSERVACIÓN: El estado de conservación es relativamente bueno en el interior, si bien se encuentra abandonado y sufre los desperfectos derivados del paso del tiempo y la falta de mantenimiento. La entrada se encuentra casi taponada por el desprendimiento de uno de los muros de contención de la rampa de acceso. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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BUENOS VINOS I
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Hierro II. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Buenos Vinos se encontraba ya inventariado con una cronología que lo remontaba a la Edad del Bronce. Nosotros hemos podido comprobar que en la misma zona donde se localizó inicialmente el yacimiento, se encuentran además evidencias de una posible ocupación posterior que pudo desarrollarse durante la II Edad del Hierro. El yacimiento se identifica por la presencia de una relativamente abundante dispersión de materiales cerámicos, así como por lo que parecen ser estructuras murarias aflorantes, esto es, zócalos o cimentaciones de piedra trabada en seco o con barro para levantar los alzados de tapial. Estas estructuras parecen corresponder a la ocupación de la II Edad del Hierro, pero no habría que descartar que algunas de ellas perteneciesen a la ocupación precedente de la Edad del Bronce, pues no es extraño en los enclaves en altura del Bronce Manchego encontrar estructuras en duro. Los materiales recogidos son predominantemente a torno, y son en su mayoría galbos muy erosionados, encontrando tan solo alguna carena y un fragmento de base. También se encuentran numerosos galbos de cerámica a mano, así como un fragmento de borde exvasado con labio recto a mano donde presenta decoración ungulada. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: RUIZ TABOADA, A. (1997): “Asentamiento y subsistencia en La Mancha durante la Edad del Bronce: El sector noroccidental como modelo”, Complutum, 8: 57-71. RUIZ TABOADA, A. (1998): La Edad del Bronce en la provincia de Toledo: La Mancha y su entorno. I.P.I.E.T., Diputación Provincial de Toledo. Toledo.
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SIERRAS PELADAS I
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Medieval. TIPOLOGÍA: Estructuras defensivas. DESCRIPCIÓN: A parte de la excelente
situación del cerro donde se ubica este yacimiento, encontramos una dispersión de material cerámico modelado a torno, compuesto en su totalidad por galbos muy rodados de cronología indeterminada, si bien parecen sugerir un posible origen medieval. En la superficie del cerro se ha podido apreciar la existencia de un pequeño montículo artificial que bien podría corresponder con alguna torre o atalaya de vigilancia, del tipo de otras que se encuentran en las sierras manchegas y que suelen estar relacionadas con el periodo medieval islámico. Llama la atención que el yacimiento parece controlar un paso entre las Sierras Peladas y la Sierra del Corvo, esta última en el término de Villacañas. Además, hay que señalar la proximidad de la Senda Galiana por el sureste. Este yacimiento se encuentra muy próximo a Sierras Peladas II, situado unos 200 metros al Noreste, en la misma línea de sierra, y que parece datarse en la misma cronología. Es posible que ambos yacimientos deban ser considerados complementarios. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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SIERRAS PELADAS II
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Medieval. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Sierras Peladas II se identifica gracias a la presencia de una dispersión de material cerámico sobre una plataforma rocosa situada en la cima de uno de los cerros de la Sierra del mismo nombre. La cerámica recogida es poco expresiva, si bien se encuentra toda ella realizada a torno y, en varios ejemplares, muestra unas evidentes acanaladuras en las paredes externas que nos invitan a pensar en una cronología medieval islámica, si bien esto no es del todo seguro. Parece que nos encontramos ante un posible lugar de habitación de poca entidad relacionado con la posible atalaya de vigilancia de Sierras Peladas I. Del mismo modo, conviene señalar la proximidad de este yacimiento a la Senda Galiana. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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BUENOS VINOS II
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Hierro II, Romano. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Buenos Vinos II se identifica en superficie por la relativamente abundante presencia de cerámica realizada a torno, entre la que encontramos algunos fragmentos de borde exvasado típico de la II Edad del Hierro, así como fragmentos de borde de cerámica común de cocina. Además de las cerámicas que pueden adscribirse a la II Edad del Hierro, encontramos un fragmento de Terra Sigillata que podría estar poniendo en evidencia una probable ocupación romana de pequeña entidad donde antes hubo un poblado prerromano. En cualquiera de los casos nos encontramos ante un pequeño asentamiento en altura, situado en las proximidades de la Senda Galiana, que discurre a unos 500
metros al sureste. El abastecimiento de agua en esta zona sólo puede suponerse mediante el recurso a pozos o a aljibes para la captación de agua de lluvia, pues no se encuentran ni arroyos ni manantiales en las proximidades del yacimiento. Es posible que este yacimiento haya que ponerlo en relación con el enclave situado a unos 200 metros al este y denominado como Buenos Vinos III. Ambos están separados por una discontinuidad en la presencia de material en superficie, pero además existe una separación topográfica en forma de paso natural por el que transcurre el Camino de Camuñas. Sin embargo, los dos enclaves aportan materiales que nos remiten al mismo periodo cronocultural. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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BUENOS VINOS III
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Hierro II. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Buenos Vinos III se identifica en superficie por la presencia de cerámica realizada a torno, entre la que encontramos algunos fragmentos de borde exvasado típico de la II Edad del Hierro, así como fragmentos de cuello y galbos de materiales cuya forma y factura nos remiten a dicho periodo, aunque no hemos encontrado ningún ejemplar con decoraciones típicas. Nos encontramos ante un pequeño asentamiento en altura, situado en las proximidades de la Senda Galiana, que discurre a unos 450 metros al sureste. El abastecimiento de agua en esta zona sólo puede suponerse mediante el recurso a pozos o a aljibes para la captación de agua de lluvia, pues no se encuentran ni arroyos ni manantiales en las proximidades del yacimiento. Es posible que este yacimiento haya que ponerlo en relación con el enclave situado a unos 200 metros al oeste y denominado como Buenos Vinos II. Ambos están separados por una discontinuidad en la presencia de material en superficie, pero además existe una separación topográfica en forma de paso natural por el que transcurre el Camino de Camuñas. Sin embargo, los dos enclaves aportan materiales que nos remiten al mismo periodo cronocultural. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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MOJÓN DE BUENOS VINOS
TIPO: Otros ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno. TIPOLOGÍA: Mojón de término. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Mojón de Buenos Vinos se encuentra en la sierra del mismo nombre que se sitúa en el extremo sur del término municipal de Tembleque. Concretamente se encuentra junto al Camino de Camuñas. Desde el casco urbano de Tembleque, se accede a este punto a través del Camino a Villafranca, que parte de la carretera CM-410, una vez se cruza la Autovía A-4. Tras recorrer 1,5 km, se llega a una bifurcación de la que parte el Camino a Camuñas a la derecha. Tras seguir este último camino a lo largo de 11 km, se llega hasta el punto del trayecto donde se
encuentra este hito. DESCRIPCIÓN: Monolito de piedra granítica que sirve de mojón de los términos que en su día tuvo en la zona la Orden Militar de San Juan, con cabecera en Consuegra. El mojón de término que se encuentra en Buenos Vinos presenta, al igual que otros documentados en otras zonas, una cruz de dicha Orden Militar grabada en la zona superior, y debajo de la misma una inscripción que, en el caso que nos ocupa, no hemos sido capaces de transcribir. En cualquier caso, el interés que revisten estos hitos como huella de las divisiones territoriales en la Edad Media y la Edad Moderna es incuestionable, hasta el punto de que, como en el caso que nos ocupa, dichos términos son el origen de parte de los actuales. Conviene recordar que la situación de este Mojón, coincide con el límite del término municipal de Tembleque y Villacañas. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La piedra se encuentra erosionada por el paso del tiempo y los agentes naturales. La inscripción que se encuentra bajo la cruz de la Orden de San Juan se encuentra muy alterada, lo que impide su lectura. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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SILO Y POZO DE CASA PACO
TIPO: Patrimonio etnográfico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa-cueva o silo. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Silo de Casa Paco se encuentra en una zona completamente llana de la mitad sur del término municipal de Tembleque. Desde el casco urbano de Tembleque, se accede a este punto a través del Camino a Villafranca, que parte de la carretera CM-410, una vez se cruza la Autovía A-4. Tras recorrer 1,5 km, se llega a una bifurcación de la que parte el Camino a Camuñas a la derecha. Tras seguir este último camino a lo largo de 8,5 km, se coge el camino que conduce al paraje de Casa Paco hacia el oeste. Tras recorrer 1,8 km de este camino se encuentra el silo. El conjunto se encuentra en una zona llana, junto a un camino y rodeado de campos de cultivo de secano dedicados al cereal, a la vid y al olivo. DESCRIPCIÓN: El silo de Casa Paco es una cueva artificial que sirvió de refugio para labradores y animales de trabajo. Se encuentra excavada directamente en el terreno natural y debe constar, como suele ser habitual, de varios espacios interiores, a los que se accede a través de una rampa abierta por la parte superior y reforzada lateralmente por dos muros de contención de mampostería trabada con argamasa, los cuales se encuentran en la actualidad parcialmente desplomados, lo que ha ocasionado el taponamiento parcial de la entrada, impidiendo el acceso. En el interior, es presumible la existencia de un espacio distribuidor desde el que se accede a las cuadras y a los espacios destinados al descanso de los trabajadores. Este tipo de cuevas, suelen presentar interiormente una estructura orgánica, con espacios de esquinas redondeadas y techos abovedados. Junto al silo, se encuentra un pozo con pretil y pilares de mampostería trabada con argamasa y enlucido con mortero. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Tanto el silo como el pozo se encuentran en desuso y abandonados, por lo que acusan daños de cierta importancia. En concreto la rampa de acceso al silo se encuentra bastante taponada por el desprendimiento parcial de los muros de contención laterales, lo que impide el acceso al interior. El pozo, por su parte, se encuentra también afectado por desprendimientos puntuales en el pretil y en los pilares. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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SILO DE BUENOS VINOS II
TIPO: Patrimonio etnográfico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa-cueva o silo. SITUACIÓN Y ENTORNO: El silo se encuentra en la parte alta de la Sierra de Buenos Vinos, en el extremo sur del término municipal de Tembleque. Desde el casco urbano, se accede a este enclave a través del Camino a Villafranca, que parte de la carretera CM-410, una vez se cruza la Autovía A4. Tras recorrer 1,5 km, se llega a una bifurcación de la que parte el Camino a Camuñas a la derecha. Tras seguir este último camino a lo largo de 8,8 km, se coge el Camino del Silo de Rojas unos 700 metros hasta el pie de la sierra de Buenos Vinos, donde hay que subir a pie hasta encontrar el silo, situado unos 250 metros al sur de otro silo (07451660009) documentado en esta misma sierra. Esta construcción se encuentra rodeada de tierras sin cultivar en una zona elevada, si bien al pie de la sierra se encuentran campos de labor dedicados al cultivo de cereales. DESCRIPCIÓN: Se trata de una cueva artificial que cumple las funciones de refugio para labradores y animales de trabajo. Se encuentra excavada directamente en el terreno natural y consta de varios espacios interiores a los que se accede a través de una rampa abierta por la parte superior y reforzada lateralmente por dos muros de contención de mampostería trabada con argamasa, uno de los cuales se encuentra parcialmente desplomado y ha ocasionado el taponamiento parcial de la entrada. En el interior hay un espacio distribuidor desde el que se accede a las cuadras y a los espacios con chimenea para el descanso de los trabajadores. Este tipo de cuevas presenta una estructura orgánica, con espacios de esquinas redondeadas y techos abovedados. El caso que nos ocupa presenta ventanucos con rejas que sobresalen en el terreno y permiten la entrada de luz en determinadas estancias, así como una mejor ventilación del interior. ESTADO DE CONSERVACIÓN: El estado de conservación es relativamente bueno en el interior, si bien se encuentra abandonado y sufre los desperfectos derivados del paso del tiempo y la falta de mantenimiento. La entrada se encuentra parcialmente taponada por el desprendimiento de uno de los muros de contención de la rampa de acceso, si bien todavía es posible el acceso con cierta facilidad. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CERRO DE LA PEDREGOSA
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Medieval. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: Este yacimiento, ya documentado anteriormente, se sitúa sobre un pequeño promontorio rocoso que se encuentra en el extremo noreste del Cerro de la Pedragosa. A pesar de no ser muy prominente ni escarpado, goza de una buena visibilidad sobre el entorno en casi todas las direcciones. El sustrato de dicho cerro es un afloramiento cuarcítico sobre el que se encuentra el yacimiento. Se identifica el yacimiento en virtud de la presencia de una dispersión relativamente abundante de material cerámico, mayoritariamente realizado a mano y adscribible de forma genérica a la Edad del Bronce, si bien no son escasos los fragmentos de cerámica modelada a torno, lo que nos indica un uso u ocupación posterior, probablemente durante la Edad Media, si bien los materiales recuperados no
son muy expresivos. Sumadas las evidencias publicadas por Ruiz-Taboada (1998: 142, Lam. 17 – La Cebollera), y las encontradas por nosotros podemos afirmar que la ocupación más importante e interesante de este yacimiento es la de la Edad del Bronce. Se encuentra cerámica a mano con perfiles exvasados y labios redondeados que, en ocasiones, presentan digitaciones o ungulaciones, también se documentan bases planas y carenas. Dado que no existe ningún arroyo o curso de agua próximo, ni se conocen zonas lagunares en las proximidades, pensamos que el abastecimiento de agua en este poblado debió hacerse, bien mediante la excavación de pozos, o bien mediante la construcción de aljibes en las rocas para la captación de agua de lluvia. En superficie, se aprecian restos arquitectónicos que podrían, en parte, pertenecer a la ocupación de la Edad del Bronce. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: RUIZ TABOADA, A. (1997): “Asentamiento y subsistencia en La Mancha durante la Edad del Bronce: El sector noroccidental como modelo”, Complutum, 8: 57-71. RUIZ TABOADA, A. (1998): La Edad del Bronce en la provincia de Toledo: La Mancha y su entorno. I.P.I.E.T., Diputación Provincial de Toledo. Toledo.
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CERRO GORDO
TIPO: Yacimiento arqueológico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Indeterminado. TIPOLOGÍA: Indeterminado. DESCRIPCIÓN: El Cerro Gordo es un promontorio amesetado que presenta aterrazamientos intencionales en sus laderas y, quizá, un acondicionamiento de la plataforma superior del mismo. La superficie es notablemente pedregosa y, entre esas piedras, se encuentran de forma ocasional algunos materiales cerámicos y líticos dispersos. Los materiales cerámicos son, en general, bastante inexpresivos y no permiten una aproximación cronológica fiable. Tan solo se puede decir que son materiales realizados en su totalidad a torno con cocciones oxidantes y reductoras y acabados alisados. También encontramos algún fragmento de teja curva. Estos elementos nos invitan a pensar en un uso u ocupación postmedieval, sin que podamos precisar más. En cuanto a la lítica, este yacimiento no aporta elementos muy significativos. Tenemos un núcleo sobre lasca así como una lasca de posible factura discoide. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de las labores agrícolas realizadas en el pasado y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CHOZO
TIPO: Patrimonio etnográfico ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Chozo. SITUACIÓN Y ENTORNO: Este Chozo se encuentra situado junto a la Vereda de Yepes, una vía pecuaria que cruza tangencialmente el término municipal de Tembleque por su extremo noreste. Se accede a esta construcción desde el casco urbano a través del Camino del Hornillo, tras recorrer
4 km. El chozo se encuentra actualmente rodeado de campos de cultivo de viñedo. DESCRIPCIÓN: Es este uno de esos chozos vinculados directamente a una vía pecuaria, en este caso, la Vereda de Yepes. Como acostumbran a construirse estos peculiares refugios de pastores en La Mancha, este chozo presenta planta circular y está construido con mampostería de piedra irregular trabada, en este caso, con argamasa y enlucida puntualmente con mortero en el exterior y en el interior. La cubierta se realiza mediante falsa cúpula por aproximación de hiladas trabadas con argamasa y dispone de un respiradero en la cúspide. La construcción presenta un acceso orientado al sur rematado por un falso arco de medio punto. ESTADO DE CONSERVACIÓN: En general, se encuentra en buen estado de conservación, aunque acusa algunos daños debido a la falta de mantenimiento y al abandono. Se aprecian desprendimientos del revestimiento de mortero y crecimiento de hierbas en ciertas partes de la estructura. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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VEREDA DE YEPES
TIPO: Vías o Caminos históricos. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Medieval, ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Vía pecuaria. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Vereda de Yepes transcurre tangencialmente por el extremo noreste del término municipal de Tembleque, atravesando el paraje de Los Hornillos. Desde el casco urbano de Tembleque se puede acceder a este tramo de vía pecuaria a través del Camino de la Huerta del Santo, tras recorrer 3,3 km. En ese trayecto hay que cruzar la vía del tren a través de un paso elevado. La Vereda atraviesa terrenos llanos dedicados actualmente al cultivo de viñedos y cereal. DESCRIPCIÓN: La Vereda de Yepes es una vía pecuaria que conecta con la Colada de La Mancha a la altura del casco urbano de El Romeral y el Cordel de Madrid, dentro de los territorios de Yepes. Es, por tanto, una vía de corto trazado total que atraviesa a lo largo de 1 km el término municipal de Tembleque. Actualmente el aspecto de esta vía pecuaria es el de un camino terrero convencional usado para los desplazamientos agrícolas más que para los ganaderos. Las tierras cultivadas invaden sistemáticamente la franja reglamentaria de esta Vereda. Prueba de su pasado ganadero es la existencia de arquitectura relacionada con el trasiego de pastores y ganados, como el Chozo documentado junto a la misma dentro del término municipal de Tembleque (07451660020). ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se respeta el ancho reglamentario de esta vía pecuaria y se conserva tan solo como un camino terrero convencional. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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COLADA DE LA MANCHA
TIPO: Vías o Caminos históricos. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Medieval, ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Vía pecuaria. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Colada de La Mancha parte del casco urbano de Tembleque y se dirige hacia el este atravesando su término municipal en dirección a El Romeral. Atraviesa terrenos
predominantemente llanos y dedicados al cultivo de cereales y viñedos. DESCRIPCIÓN: La Colada de La Mancha es una vía pecuaria que parte del casco urbano de Tembleque y se dirige hacia el este en dirección a El Romeral y desde allí nacia Lillo. Se trata de una vía ganadera de carácter secundario que, en la actualidad, se encuentra muy alterada por la invasión de las tierras de cultivo que la han reducido a un simple camino terreno de unos 5 metros de anchura. Esta vía, recorre los terrenos de Tembleque a lo largo de 2,6 km y atraviesa los parajes de La Serna, El Montecillo y El Mosquito, por donde hace entrada en tierras de El Romeral. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se respeta el ancho reglamentario de esta vía pecuaria y se conserva tan solo como un camino terrero convencional. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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MOLINO DE GASPAR TORRES
TIPO: Patrimonio etnográfico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Molino de viento. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Molino de Don Gaspar Torres se encuentra situado sobre una suave elevación en el paraje conocido como Molino Viejo, al norte del cementerio. Desde el casco urbano, se accede a este punto a través del Camino de Tembleque a La Guardia, tras recorrer 1,2 km. Se encuentra rodeado de tierras de cultivo de secano. DESCRIPCIÓN: Molino de viento situado sobre un promontorio que destaca en el entorno llano. Se encuentra parcialmente en ruinas, habiendo perdido toda la cubierta y parte del alzado superior de mampostería. Como es habitual en La Mancha, los molinos de viento que nos ocupan tienen planta circular formada por un grueso y potente muro construido con mampostería de piedra trabada con argamasa y, exterior e interiormente, enlucidos con mortero. Dispone de dos accesos a ras del suelo y de varios ventanucos en las dos plantas superiores. En el interior, presenta huellas de la existencia de una escalera adosada al muro que permitía ascender a las plantas superiores, llegando a la tercera planta, situada bajo cubierta, donde se encontraría la maquinaria del molino. La cubierta cónica tan característica de estos molinos, solía realizarse con chapa u otros materiales ligeros para facilitar el giro de la misma, ya que era completamente móvil con el fin de coger los vientos más favorables. Los molinos de viento se conocen en Tembleque desde al menos mediados del siglo XVII, ya que se citan dos molinos de viento en el Catastro de Ensenada que, sin embargo, desconocemos si corresponden en algún caso a este que nos ocupa. También se mencionan molinos de viento en Tembleque en el Diccionario de Pascual Madoz, que cita la existencia de seis de estos ingenios a mediados del siglo XIX. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Este molino de viento se encuentra semiarruinado, conservándose parcialmente en pie el alzado del muro principal. BIBLIOGRAFÍA: JIMÉNEZ BALLESTA, J. (2001): Molinos de viento en Castilla-La Mancha. Toledo, Ed. Llanura. MADOZ, P. (1845-1850): Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar, Madrid.
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CRUZ
TIPO: Patrimonio etnográfico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Símbolo religioso. SITUACIÓN Y ENTORNO: Este crucero se encuentra a la salida del casco urbano por el norte, junto al Camino de Tembleque a La Guardia, en un contexto periurbano en el que se encuentran las últimas casas del pueblo y se abren ya los campos de cultivo. DESCRIPCIÓN: Se trata de un crucero que, en origen, se situaba en el espacio que quedaba delante de la desaparecida Ermita de la Virgen de Gracia (07451660064). Actualmente el único indicio de la existencia de dicha ermita, es la presencia de esta cruz que consta de un podio escalonado de tres alturas realizado en mampostería trabada con argamasa, sobre el que se levanta un pilar octogonal de ladrillo macizo también trabado con argamasa, en cuya cúspide cónica se encuentra una cruz metálica. Existen fotografías de la década de los años 20 del siglo XX en las que se puede ver esta misma cruz en la explanada delantera de la Ermita de la Virgen de Gracia. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La cruz se encuentra abandonada u carente de mantenimiento por lo que acusa deterioros que pueden desembocar en el futuro en el desplome de la estructura de ladrillo. BIBLIOGRAFÍA: BRIONES TORIBIO, L. B.; CORROTO BRICEÑO, J.; MAQUEDANO CARRASCO, B. (2004): Las líneas del Patrimonio Histórico: planos topográficos del siglo XIX de la provincia de Toledo. Toledo.
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CORDEL DE MADRID
TIPO: Vías o Caminos históricos. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Medieval, ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Vía pecuaria. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Cordel de Madrid parte del casco urbano de Tembleque y se dirige hacia el Norte en dirección a Dos Barrios–La Guardia. Atraviesa terrenos predominantemente llanos dedicados al cultivo de cereal. DESCRIPCIÓN: El Cordel de Madrid es una vía pecuaria que parte del casco urbano de Tembleque y se dirige hacia el norte. Transcurre por terrenos de Tembleque a lo largo de 2,5 km y atraviesa los parajes de Molino Viejo, La Serna y Las Canteras, por donde se adentra en el término de El Romeral en dirección a La Guardia. En la actualidad, esta vía pecuaria se conserva como un camino terrero de unos 6 metros de anchura que, en un corto tramo inicial, se encuentra asfaltado. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se respeta el ancho reglamentario de esta vía pecuaria y se conserva tan solo como un camino terrero convencional. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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LA VIÑA DE JOROBA
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Calcolítico, Edad del Bronce. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: Este yacimiento se localiza en una de las primeras terrazas de la margen derecha del Algodor, siempre a salvo de posibles crecidas e inundaciones. La zona, por tanto, es predominantemente llana, aunque con zonas alomadas. El yacimiento se identifica en superficie por la presencia de material cerámico realizado a mano, sobre todo galbos amorfos, aunque los
anteriores prospectores encontraron algunos ejemplares que les permitieron caracterizar el yacimiento como un lugar de habitación del periodo Calcolítico y de la Edad del Bronce. Nos encontramos ante un yacimiento volcado probablemente a la explotación agropecuaria de la vega del Algodor, un enclave que se beneficia de la proximidad al agua y de la diversidad de recursos que proporciona el paso del río por la zona. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque desconocemos la magnitud de las excavaciones realizadas por la plantación de pinos, suponemos que estas han tenido impactos negativos sobre los posibles depósitos y estructuras arqueológicas. Del mismo modo, en las tierras dedicadas al cultivo, suponemos que la penetración de los arados ha debido afectar también al yacimiento. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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SILO DEL DUENDE
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Romano. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Silo del Duende se identifica en superficie gracias a la presencia de abundante material cerámico y latericio disperso en las primeras terrazas de la margen derecha del río Algodor. Aunque solo se han recogido algunos ejemplares típicos, identificamos algunos galbos de cerámica a mano que nos hablan de una posible ocupación de la Edad del Bronce en este espacio, pero sobre todo son llamativos los restos cerámicos de cerámica común a torno de época romana, así como los fragmentos de Terra Sigillata que, junto con la frecuente aparición de fragmentos de teja plana, no hablan de la presencia de un asentamiento romano orientado a la explotación agropecuaria de las vegas del río Algodor. Probablemente, y teniendo en cuenta, los ejemplares de Terra Sigillata, nos encontramos ante una ocupación que se circunscribe al periodo Altoimperial, aunque no sería descartable una continuidad del asentamiento no detectable en una aproximación tan parcial a los materiales. En superficie se aprecian acumulaciones de piedras de tamaño medio que bien podrían corresponder al desmantelamiento de estructuras murarias del yacimiento. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de las labores agrícolas realizadas en el pasado y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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ESPANTASUEÑOS I
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Paleolítico, Edad del Bronce, Hierro II. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento se identifica gracias a la presencia en superficie de una relativamente abundante dispersión de material cerámico y lítico, aunque este último en mucha menor cantidad. La adscripción del material lítico documentado es muy imprecisa, dada su escasez (6 piezas) y su inexpresividad (lascas), de modo que se podría asociar este conjunto a cualquier periodo posterior al Paleolítico Medio, ya que encontramos una laca simple,
conseguida a partir de percutor blando, y además presenta un retoque alterno. En cuanto al material cerámico, destaca la presencia de fragmentos realizados a mano y cocidos en ambientes predominantemente reductores o mixtos, aunque encontramos también fragmentos cerámicos realizados a torno con pastas más o menos depuradas que evidencian cocciones oxidantes. Los materiales realizados a mano, entre los que encontramos un galbo con un mamelón y un borde recto, podrían adscribirse de forma genérica a la Edad del Bronce, mientras que los materiales a torno, sugieren por su factura y calidad, una adscripción de la II Edad del Hierro, si bien no disponemos de indicadores y atributos claros. Nos encontramos, en ambos casos, ante un yacimiento abierto en aterrazamientos algo alejados del río, pero claramente en función de este, donde probablemente se primen también otros factores de carácter estratégico como el control visual del valle o, probablemente, defensivo, aunque no hemos encontrado indicios de estructuras en este sentido. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque desconocemos la magnitud de las excavaciones realizadas por la plantación de pinos, suponemos que estas han tenido impactos negativos sobre los posibles depósitos y estructuras arqueológicas. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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ESPANTASUEÑOS II
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Hierro II, Romano. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento se encuentra sobre la superficie amesetada de un espolón que sobresale en las terrazas altas de la margen derecha del río Algodor, aunque la dispersión de materiales que permite identificarlo se extiende también por la ladera, lo que ha obligado a acotar una superficie mayor. Los materiales que se documentan son cerámicos y latericios. Dentro de los materiales cerámicos, encontramos producciones modeladas a mano con cocciones reductoras que nos remiten a un momento indeterminado de la Edad del Bronce. Junto con las producciones a mano, encontramos fragmentos de cerámica realizada a torno que no resultan muy expresivos pero que parecen remitirnos al mundo romano, como muestran algunas producciones de cerámica común y los restos de teja plana y fragmentos de ladrillo macizo encontrados en toda la superficie del yacimiento. Además, tenemos sospechas, en virtud de alguno de los fragmentos cerámicos recuperados, como el borde moldurado de cerámica oxidante y algunos galbos amorfos, de que pudiera haber también una ocupación durante algún momento de la II Edad del Hierro, si bien esto es sólo una hipótesis incitada también por la morfología y características del espolón donde se encuentran dispersos los materiales. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque desconocemos la magnitud de las excavaciones realizadas por la plantación de pinos, suponemos que estas han tenido impactos negativos sobre los posibles depósitos y estructuras arqueológicas. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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ESPANTASUEÑOS III
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Romano, Medieval. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento se sitúa en extenso sobre una terraza intermedia del río Algodor, del dista unos 430 metros. Se identifica gracias a la existencia de una dispersión de material cerámico y latericio. Entre el material cerámico encontramos algunos fragmentos de cerámica modelada a mano (galbos amorfos sin decoración) que presentan cocciones reductoras, lo que nos indica, de forma genérica, una posible ocupación durante la Edad del Bronce en esta zona. Además de los materiales a mano, encontramos materiales cerámicos a torno que nos remiten a las producciones romanas comunes de cocina. Junto a estos materiales encontramos numerosos fragmentos de teja plana y curva. La teja curva puede estar evidenciando una ocupación medieval en este sitio. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque desconocemos la magnitud de las excavaciones realizadas por la plantación de pinos, suponemos que estas han tenido impactos negativos sobre los posibles depósitos y estructuras arqueológicas. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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ESPANTASUEÑOS IV
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Hierro II. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento se encuentra sobre la superficie amesetada de un saliente que se encuentra en las terrazas altas de la margen derecha del río Algodor, aunque la dispersión de materiales que permite identificarlo se extiende también por la ladera, lo que ha obligado a acotar una superficie mayor. Se encuentra entre los yacimientos de Espantasueños I y II. Los materiales que se documentan son cerámicos y líticos. Estos últimos son poco expresivos, encontrándose seis piezas de sílex (1 núcleo y 5 lascas) que podrían adscribirse a cualquier periodo a partir del Paleolítico Medio pero que nosotros consideramos, dado el contexto en el que aparecen, que hay que poner en relación con la ocupación de la Edad del Bronce, puesta de manifiesto por la cerámica. Dentro de los materiales cerámicos, encontramos de forma predominante producciones modeladas a mano con cocciones reductoras que nos remiten a un momento indeterminado de la Edad del Bronce. Junto con las producciones a mano, encontramos fragmentos de cerámica realizada a torno que no resultan muy expresivos e impiden dar una cronología precisa, si bien alguna de las piezas más depuradas podrían estar indicándonos una ocupación de la II Edad del Hierro, si bien esto es sólo una hipótesis incitada también por la morfología y características del espolón donde se encuentran dispersos los materiales. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque desconocemos la magnitud de las excavaciones realizadas por la plantación de pinos, suponemos que estas han tenido impactos negativos sobre los posibles depósitos y estructuras arqueológicas. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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ESPANTASUEÑOS V
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Paleolítico, Edad del Bronce, Moderno. TIPOLOGÍA: Lugar de habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento se encuentra sobre la superficie amesetada de un saliente que se encuentra en las terrazas altas de la margen derecha del río Algodor, aunque la dispersión de materiales que permite identificarlo se extiende parcialmente por la ladera. Este yacimiento se encontraba inventariado anteriormente con una cronología que lo remontaba a la Edad del Bronce y a los periodos Moderno y Contemporáneo. Dichas cronologías se mantienen en virtud a la aparición de materiales, muy inexpresivos, realizados a mano y otros a torno de clara filiación moderna. Los materiales a mano, galbos amorfos, pueden estar sugiriendo un pequeño asentamiento de la Edad del Bronce del mismo tipo que otros documentados en las proximidades del Algodor. Además de los restos cerámicos documentados, conviene dejar constancia de un conjunto de materiales líticos recogidos en este enclave. El material lítico recogido incluye un chopping tool, elemento muy representativo que permite encuadrar el material a partir del Paleolítico Inferior. El resto del material son varias lascas simples y algunos fragmentos de sílex poco significativos que podrían estar relacionados con el asentamiento de la Edad del Bronce. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque desconocemos la magnitud de las excavaciones realizadas por la plantación de pinos, suponemos que estas han tenido impactos negativos sobre los posibles depósitos y estructuras arqueológicas. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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PUENTE DEL ALGODOR
TIPO: Patrimonio industrial. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Contemporáneo. TIPOLOGÍA: Obra civil. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Puente de hierro del Algodor se encuentra actualmente en un antiguo tramo de carretera, hoy abandonado, a la altura del PK 63+200 de la actual carretera CM-410, sobre el cauce del río Algodor. DESCRIPCIÓN: Este puente es un exponente de la arquitectura del hierro que se extiende durante los siglos XIX y XX en algunas obras de ingeniería civil en España. Al igual que otros de su género, este puente se asienta sobre pilares de sillería irregular con forma redondeada en los extremos a modo de tajamares. En el caso que nos ocupa, solo dispone de un pilar central y, en los extremos del puente, este se asienta sobre dos muros de contención de mampostería con sillares bien escuadrados en las esquinas. Sobre estos elementos descansa la estructura metálica del puente, consistente en un entramado de vigas y refuerzos de hierro ensamblados con remaches y tornillos. En la parte central se encuentra el paso asfaltado del puente, del ancho convencional de las carreteras. Desconocemos la fecha exacta de la construcción de este puente, aunque pensamos que debió construirse en algún momento de la primera mitad del siglo XX. ESTADO DE CONSERVACIÓN: El Puente está en desuso, sustituido por otro de hormigón situado unos metros aguas abajo, pero se encuentra en un excelente estado de conservación. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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EL PUENTE
TIPO: Yacimiento Arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Paleolítico, Edad del Bronce, Hierro II, Romano. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: Este yacimiento se sitúa en el fondo del valle, en la margen derecha del río Algodor pero a salvo de posibles crecidas, ya que en esta zona el río se encauza con cierta profundidad dejando a los lados aterrazamientos de unos metros de altura. El yacimiento se delimita y caracteriza en virtud a una dispersión de material lítico, cerámico y latericio que nos permite encuadrarlo cronológicamente en la Edad del Bronce, la II Edad del Hierro y el periodo romano. Se trata, por tanto, de un yacimiento con una ocupación recurrente a lo largo del tiempo gracias a las favorables condiciones que propicia la proximidad del río y la fertilidad de la vega, así como la presumible feracidad cinegética de las sierras pobladas de monte bajo que se encuentran al suroeste del yacimiento. La industria lítica recogida es muy escasa y consta solo de dos piezas muy dispares, por un lado un fragmento de lasca de sílex y, por otro, es muy llamativa la presencia de un núcleo discoide, una pieza que habría que remontar al Paleolítico Medio, lo que contribuye a complicar aún más el panorama mostrado por este enclave. Por lo que se refiere a la cerámica, encontramos algunos fragmentos amorfos de cerámica a mano que no hemos recogido que podrían corresponder a una ocupación de la Edad del Bronce, pero sobre todo encontramos cerámicas adscribibles a la II Edad del Hierro y al periodo romano altoimperial. Del primero, encontramos fragmentos de galbos a torno con pastas bien decantadas y cocidas en ambientes oxidantes que muestran decoración pintada a base de bandas de color negro o morado, así como los típicos acabados jaspeados típicos del ámbito carpetano. Entre las producciones que podemos calificar de romanas, encontramos fragmentos de galbos de cerámica común a torno y, sobre todo, algunos ejemplares de Terra Sigillata Hispánica. También encontramos un borde de contenedor de época romana. Junto con el material cerámico de este periodo, destaca la abundancia de fragmentos de teja plana que se encuentran en la zona. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de las labores agrícolas y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CASA DE LAS MULAS
TIPO: Yacimiento Arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Moderno. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Casa de las Mulas ya se encontraba inventariado en la anterior Carta Arqueológica y se caracterizó como un espacio habitacional de la Edad del Bronce. Lo cierto es que se identifican en superficie, a ambos lados del río, algunos fragmentos amorfos y rodados de cerámica realizada a mano y algunos nódulos de sílex que nos hablan de una posible ocupación de la Edad del Bronce, pero también hemos documentado la presencia de fragmentos cerámicos realizados a torno que pueden estar poniendo de manifiesto una ocupación posterior o simplemente se deban a las labores de abonado de los campos durante la época moderna. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de las labores agrícolas y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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LA CONCHUELA
TIPO: Yacimiento Arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento se encuentra sobre la superficie amesetada de un saliente que se encuentra en las terrazas altas de la margen derecha del río Algodor. Este yacimiento se encontraba inventariado anteriormente con una cronología que lo remontaba a la Edad del Bronce. Dichas cronologías se mantienen en virtud a la aparición de materiales, muy inexpresivos, realizados a mano. Estos materiales, galbos amorfos, pueden estar sugiriendo un pequeño asentamiento de la Edad del Bronce del mismo tipo que otros documentados en las proximidades del Algodor. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque desconocemos la magnitud de las excavaciones realizadas por la plantación de pinos, suponemos que estas han tenido impactos negativos sobre los posibles depósitos y estructuras arqueológicas. Por otra parte, hay que suponer ciertas afecciones derivadas de las labores agrícolas y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CASA NUEVA I
TIPO: Yacimiento Arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Hierro II, Medieval. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Casa Nueva I se sitúa sobre un aterrazamiento natural de superficie llana situado en la margen derecha del río Algodor. Desde este sitio, aunque no se encuentra muy elevado, se puede tener un cierto control visual de un buen tramo del valle y, sobre todo, se accede con cierta facilidad a las tierras de cultivo que se extienden a sus pies en una buena franja de la vega. El yacimiento se identifica gracias a la presencia de una notable dispersión de materiales cerámicos y latericios que nos permiten realizar una aproximación cronocultural a las ocupaciones del sitio. La aparición de materiales cerámicos realizados a mano, nos permiten suponer una ocupación durante la Edad del Bronce, si bien no sería descartable que algunos de esos materiales realizados a mano pudieran ser producciones de la Edad del Hierro. Los materiales realizados a mano, no dejan de ser unos cuantos galbos amorfos sin decoración que no permiten una aproximación más fiable. No ocurre lo mismo con los materiales realizados a torno, entre los cuales parece más evidente la atribución de algunos de ellos a la II Edad del Hierro, sobre todo aquellos que muestran los atributos típicos de las producciones vasculares de este periodo, como son los bordes moldurados de pico de ánade o los bordes exvasados con labio redondeado que sugieren perfiles en “S”. Además, se encuentran algunos fragmentos que evidencian restos de decoración pintada a base de bandas o brochazos con efecto jaspeado. Además de los materiales antes citados, encontramos abundante teja curva en superficie, lo que nos invita a pensar en un asentamiento posterior de época medieval, si bien no es posible concretar el momento porque no hemos podido encontrar materiales cerámicos o de otro tipo más definitorios. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las
derivadas de las labores agrícolas y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CASA NUEVA II
TIPO: Yacimiento Arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce, Hierro II, Romano, Medieval. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: Situado en el fondo del valle del Algodor, en un espacio llano, se encuentra este yacimiento que se identifica gracias a la presencia de abundante material cerámico a mano y a torno, así como material latericio de distinto tipo. Nos encontramos, pues ante un yacimiento que ya a priori muestra evidencias de una prolongada ocupación que podríamos remontar hasta algún momento indefinido de la Edad del Bronce, encontrando evidencias mucho más claras de una ocupación durante la II Edad del Hierro y el periodo romano, aunque también pensamos que este enclave estuvo ocupado durante algún momento de la Edad Media. Los materiales realizados a mano, no dejan de ser unos cuantos galbos amorfos sin decoración, con acabados alisados o bruñidos, que no permiten una aproximación más fiable. No ocurre lo mismo con los materiales realizados a torno, entre los cuales parece más evidente la atribución de algunos de ellos a la II Edad del Hierro, sobre todo aquellos que muestran los atributos típicos de las producciones vasculares de este periodo, como son los bordes moldurados de pico de ánade o los bordes exvasados con labio redondeado que sugieren perfiles en “S”. Además, se encuentran algunos fragmentos que evidencian restos de decoración pintada a base de bandas o brochazos con efecto jaspeado. Entre las producciones que podemos calificar de romanas, encontramos fragmentos de galbos de cerámica común a torno y un borde de contenedor de época romana. Junto con el material cerámico de este periodo, destaca la abundancia de fragmentos de teja plana que se encuentran en la zona. Además de los materiales antes citados, encontramos abundante teja curva en superficie, lo que nos invita a pensar en un asentamiento posterior de época medieval, si bien no es posible concretar el momento porque no hemos podido encontrar materiales cerámicos o de otro tipo más definitorios. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de las labores agrícolas y las propias de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CAMINO ANTIGUO
TIPO: Yacimiento Arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Indeterminado. TIPOLOGÍA: Indeterminado. DESCRIPCIÓN: En esta zona se documenta una estructura empedrada en los cortes dejados por la zanja del Arroyo del Caz. Se trata de un posible camino empedrado con piedras de tamaño medio y pequeño, posiblemente el antiguo camino que conducía a la Ermita del Cristo del Valle, pero esto solo es una hipótesis. A parte de estas estructuras, en el entorno de esta zona hemos encontrado restos de industria lítica, en concreto una lasca kombewa y un fragmento de lasca con
un retoque espeso continuo. Podríamos decir que este yacimiento contiene una secuencia a partir del Paleolítico Medio. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La estructura que se aprecia en los cortes dejados por la zanja del Arroyo se encuentra afectada por este. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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ERMITA DEL CRISTO DEL VALLE
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVII). TIPOLOGÍA: Edificio religioso. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Ermita del Cristo del Valle se sitúa en la vaguada que intermedia entre la Sierra de Algodor y la Sierra de En medio, muy cerca de la línea que divide los términos municipales de Turleque y Tembleque. El edificio es lo suficientemente imponente como para destacar en el entorno y encontrarse fácilmente. La mejor forma de acceder a este sitio es desde el PK 69+100 de la carretera CM-410, desde donde se coge el Camino Traviesa de Cano hasta enlazar con el Camino del Cristo del Valle. Una vez tomado este camino se sigue en dirección al valle del Algodor, donde el camino gira hacia el sur para iniciar el ascenso hacia el lugar donde se encuentra la ermita. DESCRIPCIÓN: Imponente edificio de planta de cruz griega realizado con una combinación de mampostería trabada con argamasa y ladrillo macizo. Se accede a la ermita a través de una ostentosa portada de piedra labrada de estilo barroco y dos cuerpos, en la que destaca un enorme escudo nobiliario del Principe Carlos sobre el que se encuentra labrada también la cruz de la Orden de San Juan. Bajo el escudo se encuentra resalizada una incripción en la que puede leerse lo siguiente: “Serenísimus Princeps Carolus Alotaringia Magnus Castellae, et Legionis Prior Anno Domine 1698”. En el interior, también acabado en estilo barroco, los cuatro brazos del edificio se encuentran rematados por bóvedas de cañón con lunetos que acaban en el crucero, donde se acoplan mediante pechinas a la bóveda de media naranja con linterna cenital. Sobre el origen de esta ermita existe un documento de Domingo de Aguirre que relata la causa de su construcción y que pasamos a reproducir íntegramente por su interés: “HERMITA DEL STMO. CHRISTO DEL VALLE. Está esta entre los términos de la Villa de Tembleque y la de Consuegra, a tres leguas menos cuarto de ésta y cerca de dos leguas de aquella, en un sitio que llaman la Cañada de Urda, a poca distancia del Valle del Algodor; su principio y erección fue un caso raro. El día de San Juan Bautista del año 1688 llegaron al paraje de esta hermita y en un silo que servía de quintería a las labores de un vecino de Tembleque llamado Francisco Rodríguez Palmero, dos hombres en traje de peregrinos que el uno parecía de edad de cuarenta años y el otro de treinta y tres, poco más o menos, los cuales en el poste que ay en el medio del silo con polvos y pinceles que traían prevenidos, pintaron la imagen de Nuestro Sr. Jesu-Christo Crucificado y al pie de la Crud su Santísima Madre: hecho esto se ausentaron sin que persona alguna de los que estaban en el silo lo advirtiera. Por más diligencias que se practicaron para saber de ellos jamás se pudo aberiguar su paradero: estendida la noticia de este hecho acudieron de todas las Ciudades, Villas y lugares cercanos infinitas personas a visitar estas Santas Imágenes, espe-rimentando piadosos beneficios en sus dolencias. Reconociendo el dueño del Silo que era necesario edificar hermita para custodia de tan aprecia-ble alhaja y singular y ser sus medios limitados, lo cedió juntamente con una fanega de tierra en contorno a la dignidad Prioral de San Juan, como sitio dentro del Gran Priorato, perpetuamente, con derecho irre-bocable. Era a la sazón
Gran Prior de Castilla y León el Excmo. Sr. D. Fr. Fernando Francisco de Escobedo, pasando el silo espresado día 29 de agosto del dicho año a las 9 de la mañana le dio posesión el Alcalde Mayor del Gran Priorato, D. Antonio Madrid Moztazero con todas las formalidades que se requieren. Inmediatamente dio providencias el Sr. Gran Prior, para que se reparase y custodiase el Silo como era correspondiente, al objecto de que en él se guardaba y atendiendo a la expresión y voluntad con que hizo Palmero la donación dejó a su advitrio por los días de su vida y para sus sucesores el nombramiento y representación de Capellanes y que concurriendo en los presentados las calidades correspondientes conforme a los Estatutos de la Sagrada Religión gerosolimitana se les diera el hábito. Después el Serenísimo Príncipe Carlos de Lorena sucedió en el Gran Priorato por muerte del Sr. Escobedo y concluyó la Hermita que hoy existe, grande, hermosa, bien adornada, alaxada de todos ornamentos y demás cosas necesarias al culto divino, encerrando dentro de ella el silo, de modo que el testero de la Hermita está sobre dos arcos que heran las entradas del silo y ahora lo son de la Capilla donde están las imáge¬nes referidas, causando singular devoción a cuantos las miran. Así el plano de la cueva o capilla, como el de la Hermita, están más vajos que el nivel del terreno estertor, por causa de la construcción que tenía el silo y sobre la puerta principal de la Hermita están las armas del Príncipe con esta inscripción: «Serenísimus Princeps Carolus Alotaringia Magnus Castellae, et Legionis Prior Anno Domine 1698». Hay su Hospital para refugio de los pobres pasageros, según Instituto de la Orden Jerosimilitana y casas para el Capellán y sivientes que habi¬tan todo el año. Concurren a celebrar su fiesta gran número de perso¬nas el día 29 de septiembre. Disfruta esta hermita las rentas del invernadero del Valle del Algodor”. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Dado el mantenimiento que recibe y la gran devoción que genera entre los habitantes de Tembleque, este templo se encuentra muy bien conservado. BIBLIOGRAFÍA: AA.VV. (1980): Inventario del Patrimonio Arquitectónico de interés Histórico-Artístico, Ministerio de Cultura. BRIONES TORIBIO, L. B.; CORROTO BRICEÑO, J.; MAQUEDANO CARRASCO, B. (2004): Las líneas del Patrimonio Histórico: planos topográficos del siglo XIX de la provincia de Toledo. Toledo. GARCÍA ORTIZ, J. (1995): La Villa de Turleque. Diputación Provincial de Toledo, Toledo. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (1962): Diccionario de los pueblos de la provincia de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Tomo I, Toledo. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (2000): La Mancha toledana, Temas Toledanos, Serie VI, Toledo.
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CABEZA ARADA
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Calcolítico, Edad del Bronce, Hierro II, Medieval. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Cabeza Arada se sitúa en uno de los emplazamientos más preeminentes del Valle del Algodor, un lugar desde el que se divisa y controla una amplia franja del valle en las dos direcciones, así como una gran extensión de terreno en todas las direcciones. No encontramos, pues, ante un cerro ocupado con una clara orientación estratégica. El asentamiento se identifica gracias, por un lado, a la presencia de una abundante dispersión de materiales cerámicos en superficie y, por otro, al afloramiento superficial de alineaciones de piedras de tamaño medio que ponen de manifiesto la existencia de estructuras murarias. En la parte más alta y en la ladera noroeste, se
aprecian acumulaciones y alineaciones de piedras que evidencian la existencia de arquitectura en duro, posiblemente relacionada con la ocupación de la II Edad del Hierro. Junto a la cima, estas hileras de piedra delimitan espacios cuadrangulares de cierta amplitud, hecho que nos habla de la importancia y magnitud de este asentamiento. No hemos podido identificar alineaciones que puedan ser consideradas parte de una muralla, pero no descartamos su existencia, dada la naturaleza del enclave y su extensión. Las ocupaciones que pueden detectarse a través de la cerámica visible en superficie, nos remiten, por un lado, a la Edad del Bronce, aunque los anteriores prospectores lo remontan también al Calcolítico, y, por otro, a la II Edad del Hierro, ocupación esta mucho más evidente por la abundancia de materiales cerámicos con atributos típicos de este periodo. Conviene mencionar la presencia de algunos fragmentos de teja curva en la zona, lo que estaría revelando una posible utilización posterior de este espacio, quizá durante la Edad Media. Es posible que este emplazamiento tan estratégico fuese utilizado como punto de vigilancia en algún momento de dicho periodo y que algunas de las estructuras murarias que se aprecian en superficie correspondan a alguna construcción del mismo. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de la acción de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: RUIZ TABOADA, A. (1993): “Producción y explotación económica en las estribaciones nororientales de los Montes de Toledo durante la Edad del Bronce”, Complutum, 4: 311-320. RUIZ TABOADA, A. (1997): “Asentamiento y subsistencia en La Mancha durante la Edad del Bronce: El sector noroccidental como modelo”, Complutum, 8: 57-71. RUIZ TABOADA, A. (1998): La Edad del Bronce en la provincia de Toledo: La Mancha y su entorno. I.P.I.E.T., Diputación Provincial de Toledo. Toledo.
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EL VALLE
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Hierro II, Romano. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de El Valle es un espolón elevado sobre el fondo del valle del Algodor situado a los pies del monte de Cabeza Arada. Es un emplazamiento que tiene la virtualidad de controlar más directamente el paso del valle y sus recursos, combinando control visual, accesibilidad a los recursos y eventual defensa. El yacimiento se identifica por la presencia en superficie de materiales cerámicos y latericios cuyos atributos ponen de manifiesto una ocupación que se extiende desde la II Edad del Hierro hasta el periodo romano altoimperial. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de la acción de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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ZAYOS
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Zayos, ya
documentado con anterioridad por otro equipo (Ruiz-Taboada, 1998: 126), es un yacimiento en altura que puede datarse de forma genérica y a falta de más datos en la Edad del Bronce. Se identifica gracias a la presencia de materiales cerámicos en la cima de un promontorio cónico situado en la margen derecha del Algodor, desde donde se divisa una gran superficie de terreno en varias direcciones. En superficie no se aprecia la existencia de estructuras arquitectónicas, pero no es descartable su existencia, al igual que ocurre en otros yacimientos similares situados en contextos serranos del sur de la provincia de Toledo. Los materiales cerámicos identificados no permiten una adscripción precisa, pues no son más que algunos galbos amorfos sin decoración. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La superficie del yacimiento se encuentra tan erosionada y alterada por los agentes naturales que parece difícil que se conserve en buen estado el registro arqueológico. BIBLIOGRAFÍA: RUIZ TABOADA, A. (1993): “Producción y explotación económica en las estribaciones nororientales de los Montes de Toledo durante la Edad del Bronce”, Complutum, 4: 311-320. RUIZ TABOADA, A. (1997): “Asentamiento y subsistencia en La Mancha durante la Edad del Bronce: El sector noroccidental como modelo”, Complutum, 8: 57-71. RUIZ TABOADA, A. (1998): La Edad del Bronce en la provincia de Toledo: La Mancha y su entorno. I.P.I.E.T., Diputación Provincial de Toledo. Toledo.
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LA MINA
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de La Mina se sitúa en la cima de un cerro cónico que destaca en la cresta de Miravalle de la Sierra de La Rabera. En ese lugar, se advierte la presencia de un montículo que parece artificial y que podría corresponder a los restos de una atalaya de la Edad del Bronce. Los materiales cerámicos que se encuentran en superficie y que ya documentó A. RuizTaboada (1998: 126 y 129, Lam. 12), son materiales realizados a mano en su totalidad, con acabados alisados más o menos toscos entre los que se encuentran fragmentos de borde ligeramente exvasados con labios redondeados que, en algunos casos, presentan digitaciones o ungulaciones en el borde. También se encuentran elementos como mamelones en la pared de los recipientes y decoraciones plásticas a partir de cordones y pequeños mamelones alternos. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de la acción de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: RUIZ TABOADA, A. (1993): “Producción y explotación económica en las estribaciones nororientales de los Montes de Toledo durante la Edad del Bronce”, Complutum, 4: 311-320. RUIZ TABOADA, A. (1997): “Asentamiento y subsistencia en La Mancha durante la Edad del Bronce: El sector noroccidental como modelo”, Complutum, 8: 57-71. RUIZ TABOADA, A. (1998): La Edad del Bronce en la provincia de Toledo: La Mancha y su entorno. I.P.I.E.T., Diputación Provincial de Toledo. Toledo.
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VALHONDO
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de Valhondo se encuentra en la cima de un cerro naviforme situado en el extremo norte de la cresta de Miravalle, en la Sierra de La Rabera. Se encuentra en el punto más alto de la sierra, a 847 m.s.n.m.. En ese lugar, se advierte la presencia de dos montículos artificiales que podrían corresponder a los restos de estructuras de la Edad del Bronce. Los materiales cerámicos que se encuentran en superficie y que ya documentó A. Ruiz-Taboada (1998: 126-128, Lams. 11 a y b), son materiales realizados a mano en su totalidad, con acabados alisados más o menos toscos entre los que se encuentran fragmentos de borde ligeramente exvasados con labios redondeados que, en algunos casos, presentan digitaciones o ungulaciones en el borde. También se encuentran elementos como mamelones a la altura del borde y bordes rectos con ungulaciones en el labio. Destaca, así mismo, la presencia de carenas bajas e intermedias. Hay que señalar también la presencia de restos de industria lítica en sílex. ESTADO DE CONSERVACIÓN: No se identifican afecciones graves, salvo las derivadas de la acción de los agentes naturales. BIBLIOGRAFÍA: RUIZ TABOADA, A. (1993): “Producción y explotación económica en las estribaciones nororientales de los Montes de Toledo durante la Edad del Bronce”, Complutum, 4: 311-320. RUIZ TABOADA, A. (1997): “Asentamiento y subsistencia en La Mancha durante la Edad del Bronce: El sector noroccidental como modelo”, Complutum, 8: 57-71. RUIZ TABOADA, A. (1998): La Edad del Bronce en la provincia de Toledo: La Mancha y su entorno. I.P.I.E.T., Diputación Provincial de Toledo. Toledo.
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EL PIOJO
TIPO: Yacimiento arqueológico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Edad del Bronce. TIPOLOGÍA: Lugar de Habitación. DESCRIPCIÓN: El yacimiento de El Piojo, ya documentado con anterioridad por otro equipo (Ruiz-Taboada, 1998: 122 y 126), es un yacimiento en altura que puede datarse de forma genérica y a falta de más datos en la Edad del Bronce. Se identifica gracias a la presencia de materiales cerámicos en la cima de un promontorio cónico situado en las estribaciones septentrionales de la Sierra de la Rabera, desde donde se divisa una gran superficie de terreno en varias direcciones. En superficie no se aprecia la existencia de estructuras arquitectónicas, pero no es descartable su existencia, al igual que ocurre en otros yacimientos similares situados en contextos serranos del sur de la provincia de Toledo y concretamente en esta sierra. Los materiales cerámicos identificados no permiten una adscripción precisa, pues no son más que algunos galbos amorfos sin decoración. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La superficie del yacimiento se encuentra tan erosionada y alterada por los agentes naturales que parece difícil que se conserve en buen estado el registro arqueológico. BIBLIOGRAFÍA: RUIZ TABOADA, A. (1993): “Producción y explotación económica en las estribaciones nororientales de los Montes de Toledo durante la Edad del Bronce”, Complutum, 4: 311-320. RUIZ TABOADA, A. (1997): “Asentamiento y subsistencia en La Mancha durante la Edad del Bronce: El sector noroccidental como modelo”, Complutum, 8: 57-71. RUIZ TABOADA, A. (1998): La Edad del Bronce en la
provincia de Toledo: La Mancha y su entorno. I.P.I.E.T., Diputación Provincial de Toledo. Toledo.
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CAMINO REAL DE VILLANUEVA Y TURLEQUE A HUERTA
TIPO: Vías o Caminos históricos. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Camino Real. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Camino Real de Villanueva y Turleque a Huerta bordea las terrazas altas del margen derecho del valle del río Algodor, viniendo desde es casco urbano de Turleque con dirección SurNorte. DESCRIPCIÓN: Este Camino Real une las poblaciones de Turleque y Huerta de Valdecarábanos, separados por una distancia de unos 30 km. Este camino cruza por el término municipal de Tembleque bordeando las terrazas altas de la margen derecha del río Algodor en dirección Sur-Norte. Se trata de un camino terrero con una anchura que oscila entre los 5 y los 7 metros y, en la actualidad, se encuentra en desuso, salvo en alguno de sus tramos que son utilizados por los agricultores para desplazarse a las fincas. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Es un camino terrero que, en algunos tramos, se encuentra muy perdido por desuso pero que conserva su trazado. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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BÓVEDAS-SILOS DE TEMBLEQUE
TIPO: Patrimonio etnográfico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa-cueva o silo. SITUACIÓN Y ENTORNO: Las Bóvedas-Silos de Tembleque se encuentran distribuidos por distintos emplazamientos del término municipal, fundamentalmente en zonas agrícolas. Encontramos concentraciones significativas de estas estructuras en las terrazas de la margen derecha del Algodor, así como en algunos puntos de las sierras, pero aquí y allá en distintos puntos del término municipal se encuentran estas construcciones subterráneas. DESCRIPCIÓN: Los silos de Tembleque son cuevas artificiales cuya función fue la de servir de refugio a los labradores y animales de trabajo durante periodos concretos relacionados con las actividades del campo como la siega, la roturación o la siembra. Se encuentran excavadas directamente en el terreno natural y constan de varios espacios interiores a los que se accede a través de una rampa abierta por la parte superior y reforzada lateralmente por dos muros de contención de mampostería trabada con argamasa. En el interior suelen disponer un espacio distribuidor desde el que se accede a los distintos espacios como son las cuadras y a las habitaciones con chimenea para el descanso de los trabajadores. Este tipo de cuevas presenta una estructura orgánica, con espacios de esquinas redondeadas y techos abovedados. En algunos casos, disponen de ventanucos con rejas que sobresalen en el terreno y permiten la entrada de luz en determinadas estancias, así como una mejor ventilación del interior. También suelen disponer de salidas de humos de las chimeneas que sobresalen del suelo con forma
cónica. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La conservación de estas cuevas es muy desigual, aunque por lo general todas adolecen de afecciones derivadas del abandono y de la falta de mantenimiento. BIBLIOGRAFÍA: GARCÍA MARTÍN, F. (1987): “Un antecedente de los silos de Villacañas: Las cuevas-silo del Valle de Tembleque”, Actas de las IV Jornadas de Etnología de Castilla-La Mancha:153-167. GARCÍA MARTÍN, F. (2001): Cuevas y silos. Viviendas subterráneas en Castilla-La Mancha. Biblioteca Añil, 14. Madrid.
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PLAZA MAYOR – CONJUNTO HISTÓRICO
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Bajomedieval, ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Plaza pública. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Plaza Mayor de Tembleque se encuentra en el centro del casco urbano. A ella se accede por la Calle Toril, por la Calle de la Serna o desde la Plaza de la Orden. DESCRIPCIÓN: La Plaza Mayor de Tembleque es una construcción arquitectónica de estilo barroco popular castellano de planta trapezoidal o casi cuadrangular, lo que indica que fue diseñada conscientemente, según se deriva de un documento de 1598 por el que sabemos de los pleitos que tuvo el Ayuntamiento por derribar parte de las casas que ocupaban los que luego fue el espacio de la actual plaza. Sigue los esquemas de los corrales de comedias de la época y de las hospederías, todo ello orientado a un objetivo funcional: servir de centro de reunión para el pueblo en sus espectáculos festivos. En esta plaza destacan la curiosa y perfecta utilización de los entramados de madera, con pilares, toscos canecillos, zapatas y forjados de bovedillas de yeso corrido de las plantas altas y el castizo soportal, bajo columnas de piedra caliza, junto con unos singulares elementos decorativos de tallas vegetales que flanquean la cruz de San Juan en los antepechos, recuerdo de la dependencia de la Villa del Priorato de la Orden. Tiene la plaza una característica disposición para su utilización como coso taurino, con el monumental torreón de uno de los ingresos para la presidencia y la especial configuración de las galerías. El alzado consta de una planta baja con soportales columnados, y dos alturas sobre estos realizadas con balcones sobre pies derechos de madera. Tan solo en el acceso principal se alza una tercera altura exenta. Las columnas del corredor inferior son de orden toscano, de fuste liso y soportan vigas de maderas lisas. En los accesos las columnas se complementan con pilares de piedra mucho más robustos. Presidiendo la plaza, se encuentra el actual edificio del Ayuntamiento que fue construido entre los años 1650 y 1694. Se trata de un elegante edificio de dos alturas con un diseño frontal muy equilibrado de estilo barroco madrileño. El edificio se alza sobre un zócalo de sillares y los paramentos de mampostería se encuentran enlucidos y muestran remates de sillería en las esquinas y en las divisiones de los dos módulos laterales. La techumbre del edificio es de teja a doble vertiente. El acceso se realiza a través de una sencilla portada de piedra moldurada situada justo en el centro de la fachada. A ambos lados de la puerta se encuentran dos pares de ventanas con rejas de forja, y sobre ella un balcón corrido al que se abren tres puertas con jambas de piedra y remate de frontón curvo. La puerta central del balcón tiene un frontón curvo partido con un escudo de piedra en el centro. A ambos lados del balcón corrido central se encuentran otros dos balcones de menor tamaño con sus respectivas puertas de acceso rematadas por frontones curvos. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Se ha visto beneficiada por una restauración que permite
contemplarla en muy buen estado de conservación, siendo como es el espacio más emblemático de Tembleque. BIBLIOGRAFÍA: AA.VV. (1980): Inventario del Patrimonio Arquitectónico de interés Histórico-Artístico, Ministerio de Cultura. BARBERO REBOLLEDO, M. (1980): Proyecto de Restauración de plaza en Tembleque, Madrid. BRIONES TORIBIO, L. B.; CORROTO BRICEÑO, J.; MAQUEDANO CARRASCO, B. (2004): Las líneas del Patrimonio Histórico: planos topográficos del siglo XIX de la provincia de Toledo. Toledo. CONDE DE CEDILLO (1959): Catálogo Monumental de la Provincia de Toledo, Toledo, Diputación Provincial de Toledo. FERNÁNDEZ VINUESA, P. (1990): Las plazas mayores de la provincia de Toledo. Toledo. GUERRERO VENTAS, P. (1969): El Gran Priorato de San Juan en el Campo de La Mancha. Madrid. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (1962): Diccionario de los pueblos de la provincia de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Tomo I, Toledo. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (2000): La Mancha toledana, Temas Toledanos, Serie VI, Toledo. VIÑAS, C.; PAZ, R. (1951): Relaciones Histórico-Geográfico-Estadísticas de los Pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II. Reino de Toledo. Primera Parte, Madrid.
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IGLESIA DE LA VERACRUZ
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVIII). TIPOLOGÍA: Edificio religioso. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Ermita de la Veracruz se encuentra en el centro del casco urbano de Tembleque, en la confluencia de las Calle Gracia y la Calle de la Serna, al norte de la Plaza Mayor. DESCRIPCIÓN: De estilo barroco popular, destaca su original planta octogonal que se cubre con una cúpula de ocho elementos curvos. El edificio está construido en mampostería trabada con argamasa reforzada con sillares en las ocho esquinas de que dispone. El acceso a este singular edificio se realiza por dos portadas de sillares de piedra rematadas por un arco dintelado, una orientada hacia el sur y otra hacia el oeste. En la clave del arco dintelado de la puerta oeste se encuentra una inscripción con la fecha de probable construcción del edificio, el año 1762. En el mismo muro que las portadas y unos metros más arriba se abren dos pequeñas ventanas. El edificio se remata al exterior con una cubierta de teja a ocho vertientes que presenta una linterna en la cúspide y espadaña en el lado norte. La cubierta también tiene cuatro ventanucos salientes. Hasta hace unos años la Ermita tenía adosada una casa solariega con escudo nobiliario. Dicha casa se arruinó y fue demolida por el Ayuntamiento, que pagó los trabajos con los ricos materiales del derribo. La ermita fue restaurada hace unos años por una escuela taller promovida por el Ayuntamiento y actualmente alberga la biblioteca municipal. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque ha perdido su función original de edificio religioso, la rehabilitación y restauración acometida hace unos años por el Ayuntamiento a través de una escuela taller, ha permitido remozar este edificio con su aspecto original, dándole un nuevo uso como biblioteca municipal. BIBLIOGRAFÍA: AA.VV. (1980): Inventario del Patrimonio Arquitectónico de interés Histórico-Artístico, Ministerio de Cultura. BRIONES TORIBIO, L. B.; CORROTO BRICEÑO, J.; MAQUEDANO CARRASCO, B. (2004): Las líneas del Patrimonio Histórico: planos topográficos del siglo XIX de la provincia de Toledo. Toledo. CONDE DE CEDILLO (1959): Catálogo Monumental de la Provincia de Toledo, Toledo, Diputación Provincial de Toledo. JIMÉNEZ DE
GREGORIO, F. (1962): Diccionario de los pueblos de la provincia de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Tomo I, Toledo. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (2000): La Mancha toledana, Temas Toledanos, Serie VI, Toledo.
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CASA CALLE PRIOR, 15
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno-Contemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa solariega. SITUACIÓN Y ENTORNO: La casa se encuentra en el centro del casco urbano de Tembleque, en la Calle Prior, número 15, muy cerca de la Plaza Mayor. DESCRIPCIÓN: Casa solariega de estilo popular con portada de piedra. Las jambas de la portada presentan molduras rehundidas labradas en la parte frontal y se encuentran rematadas en la parte superior por una imposta moldurada y, en la zona del hueco de la puerta, por dos ménsulas ornamentales. Sobre los dinteles descansa un arco rebajado de piedra. Actualmente esta portada se encuentra cubierta por una gruesa capa de pintura naranja que oculta algunas de sus características. Aún conserva un hermoso portalón de madera con clavos ornamentales de forja. El resto de la casa es de mampostería trabada con argamasa y muros enlucidos, con tejado de vertiente a dos aguas. Da la sensación de que esta casa debió ser mayor en origen, habiéndose visto afectada probablemente por las particiones y las reformas, que la han reducido a una pequeña casa entre medianerías de la que solo se conserva y muy alterada una parte. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La casa se encuentra muy afectada por las particiones y las reformas. La portada de piedra se encuentra cubierta por una gruesa capa de pintura. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CASA CALLE DEL ROMERAL
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno-Contemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa solariega. SITUACIÓN Y ENTORNO: La casa se encuentra en el centro del casco urbano de Tembleque, en la Calle del Romeral, muy cerca de la Plaza Mayor. DESCRIPCIÓN: Casa solariega muy reformada pero que conserva a grandes rasgos las características que debió tener en origen. Lo más destacable de la fachada es la portada dintelada de piedra, que presenta un florón labrado en la parte central del dintel y dos anagramas de carácter religioso. La casa se encuentra entre medianerías, se articula en torno a un pequeño patio interior y consta de dos plantas y cámara bajo la cubierta. La planta inferior, además de la portada, dispone de tres ventanas al exterior con rejas de forja, la planta superior tiene cuatro pequeños balcones también de forja castellana. La cubierta es de teja curva a dos aguas y presenta ventanucos salientes desde la cámara. Dispone de cueva con respiradero al exterior apreciable en la fachada. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La casa se encuentra muy reformada pero parece conservar la estructura y morfología original. Por otra parte, la portada de piedra se conserva en muy buen estado. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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POZO PALACIOS
TIPO: Patrimonio etnográfico. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: ModernoContemporáneo. TIPOLOGÍA: Pozo. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Pozo Palacios se encuentra situado en el centro del casco urbano de Tembleque, en el extremo sur de la Plaza de la Orden, entre la Iglesia Parroquial y la Plaza Mayor. DESCRIPCIÓN: Situado en pleno casco urbano, a medio camino entre la Plaza Mayor y le Iglesia Parroquial, el Pozo Palacios es, probablemente una de las estructuras hidráulicas más antiguas de Tembleque y, quizá, uno de los factores que contribuyeron al surgimiento de la población en este punto durante la repoblación. La estructura que actualmente observamos es de una gran simplicidad, aunque destacan el gran tamaño de los sillares que lo componen. Se trata de un pozo con pretil de planta cuadrada con dos peldaños escalonados en torno al mismo construidos con grandes sillares de piedra caliza que acusan el desgaste producido por el paso del tiempo. Junto a este curioso pretil se encuentra un gran bloque alargado de piedra del mismo material en cuya cara superior presenta una pila labrada para abrevar a los animales. La parte superior del pretil, parece disponer de cuatro huecos para acceder al pozo, pero actualmente se encuentran sellados por cuatro grandes lajas de piedra superpuestas. ESTADO DE CONSERVACIÓN: A pesar de apreciarse desgastes en los sillares por el paso del tiempo y haber estado sometido al uso continuado hasta hace pocos años, la estructura del pozo se encuentra en buen estado de conservación. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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IGLESIA PARROQUIAL DE NTRA. SRA. DE LA ASUNCIÓN
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (ss. XVI-XVIII). TIPOLOGÍA: Edificio religioso. SITUACIÓN Y ENTORNO: Se encuentra en al centro del casco urbano de Tembleque, al sur de la Plaza Mayor y de la Plaza de la Orden, delimitada por la Calle de las Cruces y la Calle Iglesia. DESCRIPCIÓN: Edificio de planta de cruz latina, con cabecero poligonal de cinco paramentos. Levantado en la primera mitad del siglo XVI, fue reparada en 1582 y 1596 bajo las órdenes de Nicolás Vergara el Mozo. Las Relaciones de Felipe II mencionan la iglesia parroquial con cuatro capillas, tres de la propia iglesia y una cuarta de Juan Alonso de la Torre para su enterramiento y el de sus descendientes. La torre se construyó en 1611, al menos el cuerpo de campanas octogonal, rematado con chapitel y vanos enmarcados por arcos con dovelas almohadilladas. La fábrica es de sillería, destacando los potentes contrafuertes y las ventanas rematadas por arcos de medio punto. La portada principal cuenta con arcos campanéeles flanqueados por agujas y remate de escudos. En el lado norte se abre otra portada labrada en el siglo XVII. Destacan las capillas del Baptisterio, dedicadas a San Román y al Cristo de las Misericordias. La capilla de Jesús Nazareno fue construida en 1765, en tanto que la del Rosario fue acabada en 1756. El Conde de Cedillo destaca el retablo del siglo XVI con una excelente combinación de pintura y escultura que fue destruido durante la Guerra Civil, así como dos estatuas orantes de
alabastro del siglo XVI y el arca o urna del monumento del siglo XVII. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque ha sufrido diverso avatares a lo largo de su historia que han tenido como consecuencia remodelaciones y añadidos, el estado de conservación es bastante bueno. BIBLIOGRAFÍA: AA.VV. (1980): Inventario del Patrimonio Arquitectónico de interés Histórico-Artístico, Ministerio de Cultura. BRIONES TORIBIO, L. B.; CORROTO BRICEÑO, J.; MAQUEDANO CARRASCO, B. (2004): Las líneas del Patrimonio Histórico: planos topográficos del siglo XIX de la provincia de Toledo. Toledo. CONDE DE CEDILLO (1959): Catálogo Monumental de la Provincia de Toledo, Toledo, Diputación Provincial de Toledo. GUERRERO VENTAS, P. (1969): El Gran Priorato de San Juan en el Campo de La Mancha. Madrid. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (1962): Diccionario de los pueblos de la provincia de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Tomo I, Toledo. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (2000): La Mancha toledana, Temas Toledanos, Serie VI, Toledo. VIÑAS, C.; PAZ, R. (1951): Relaciones Histórico-Geográfico-Estadísticas de los Pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II. Reino de Toledo. Primera Parte, Madrid.
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GRUPO ESCOLAR ANTONIA GONZÁLEZ
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Contemporáneo (s. XX). TIPOLOGÍA: Escuelas. SITUACIÓN Y ENTORNO: Se encuentra en el centro del casco urbano de Tembleque, en un solar ajardinado delimitado por la Calle de las Cruces y el Arroyo al norte, y las Calles Santa Ana y Alameda al sur. DESCRIPCIÓN: Este edificio se construyó durante la dictadura de Primo de Rivera y fue inaugurado en 1927. Se trata de un bello edificio de elegantes proporciones construido en ladrillo macizo visto alternado con verdugadas de mampostería. Toda la estructura descansa sobre un potente zócalo de sillares. Se trata de un edificio exento rodeado de patio, lo que realza su elegancia. La planta es rectangular, aunque en la fachada principal sobresalen tres cuerpos, uno central y más ancho por el que se accede al edificio y, dos laterales, situados en los extremos. El cuerpo central presenta un acceso con tres puertas de gran altura sobre las que se encuentra un balcón corrido con otras tres puertas cuyos remates son arcos rebajados de piedra. Dispone de grandes ventanales distribuidos regularmente por todos los lados del edificio, incluso en los laterales, lo que hace que predominen los vanos sobre el muro. La techumbre está realizada a base de teja curva con vertiente a cuatro lados. Presenta un alero de madera de gran saliente que asienta sobre una cornisa moldurada de ladrillos. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Se encuentra en muy buen estado de conservación. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CASA DE POSTAS
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVIII). TIPOLOGÍA: Edificio civil. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Casa de Postas se encuentra en el extremo norte del casco urbano de Tembleque, delimitado por la Calle Empedrada, la
Calle Matadero y la Calle Malecón. DESCRIPCIÓN: Junto a la antigua carretera de Madrid-Cádiz, se encuentra situado este enorme caserón conocido como Casa de Postas o Parador de Afuera, construido en el siglo XVIII. Es una construcción de planta rectangular con unas dimensiones de 60 x 40 metros, estructurada en tres cuerpos y dos plantas. El cuerpo central, de mayor altura dispone de una gran portada de entrada con jambas de piedra que soportan un arco rebajado. Sobre esta portada se encuentra un balcón de forja al que se abre también una puerta con jambas de piedra y arco rebajado. Estéticamente destacan la extrema sobriedad del exterior y del interior, siendo tan sólo destacable el equilibrio compositivo y estructural del edificio en su conjunto. El interior se caracteriza por la presencia de pilares en el patio rematados por arcos de medio punto y campaneles, que dan lugar a distintos tipos de abovedamiento. En el interior dispone de un amplio zaguán, donde se encuentra el arranque de las escaleras que ascienden al piso superior. En los cuerpos laterales adosados a cuerpo central del edificio se encuentran las viviendas en la parte delantera y las cuadras en la trasera. El edificio ha tenido distintos usos a lo largo de su historia, si bien su función original es la que le da nombre, sirviendo en sus inicios para dar albergue y avituallamiento a las personas y caballerías que recorrían el antiguo camino de Madrid a Cádiz. También ha sido Cuartel de la Guardia Civil, casa de viviendas en alquiler y, más recientemente, fue habilitada como sede de la Escuela-Taller y como espacio de reunión de distintas asociaciones. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Dado su uso continuado y las labores de mantenimiento, el edificio no parece sufrir afecciones de importancia, dando la apariencia de encontrarse en buen estado de conservación. BIBLIOGRAFÍA: FERNÁNDEZ VINUESA, P. (1990): Las plazas mayores de la provincia de Toledo. Toledo. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (1962): Diccionario de los pueblos de la provincia de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Tomo I, Toledo. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (2000): La Mancha toledana, Temas Toledanos, Serie VI, Toledo. MADOZ, P. (1845-1850): Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar, Madrid.
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CASA CALLE IGLESIA, 16
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Contemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa solariega. SITUACIÓN Y ENTORNO: Esta casona se encuentra en el centro del casco urbano de Tembleque, en el número 16 de la Calle Iglesia, esquina con la Calle Tahona. DESCRIPCIÓN: Casona solariega en esquina articulada en torno a un patio central y con un patio abierto trasero. La estructura se levanta sobre un potente zócalo de sillares. Presenta dos alturas y una tercera en la esquina sureste a modo de torre. La primera planta, a parte de la portada, presenta ventanas con rejas, sobre las cuales, ya en la segunda planta, se encuentran balcones simples. Se trata de una casa remodelada o posiblemente reconstruida que, sin embargo, integra una portada monumental de piedra formada por dos jambas apilastradas rematadas por una imposta moldurada que sustenta el dintel monolítico sobre el que se encuentra una cornisa moldurada rematada en sus extremos por dos bolardos. Sobre dicha cornisa se encuentra una ventana con reja simple de hierro forjado. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Desconocemos si esta casa se encuentra reconstruida o, más bien, ha sido rehabilitada con una reforma un tanto
agresiva, si bien tratando de conservar los elementos monumentales de la casa más llamativos. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CASA CALLE CONVENTO, 4
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno-Contemporáneo. TIPOLOGÍA: Casa solariega. SITUACIÓN Y ENTORNO: Esta casona se encuentra en la mitad sur del casco urbano de Tembleque, en el número 4 de la Calle Convento. DESCRIPCIÓN: Casona solariega entre medianerías que consta de dos alturas y una cámara bajo la cubierta. La fachada se articula en torno a una portada sencilla de piedra granítica que consta de dos jambas y un dintel monolítico con una cruz de San Juan labrada en el centro y anagramas de carácter religioso a ambos lados. La portada se cierra con unos portones de madera con casetones de estilo castellano y remates ornamentales de forja. Sobre la portada se encuentra un curioso mirador o balcón de forja con remates ornamentales cubierto y acristalado. La fachada se completa con la presencia a ambos lados de ventanas en las dos planta con una disposición simétrica en las que destacan las rejas de forja de dos estilos muy diferentes, por un lado, de estilo popular y sencillo las de la planta baja y, por otro, de estilo más sofisticado y moderno, a juego con el mirador, las de la segunda planta. La cubierta del edificio es de teja curva a dos aguas sobre cornisa moldurada sencilla. Bajo el alero, en la planta bajo cubierta se abren dos ventanucos. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aparentemente se encuentra en buen estado de conservación. BIBLIOGRAFÍA: No procede.
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CASA DE LAS TORRES
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVIII). TIPOLOGÍA: Palacio. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Casa de las Torres se encuentra en el casco urbano de Tembleque, haciendo esquina entre la Calle Convento y la Calle Fray Francisco de Tembleque. DESCRIPCIÓN: La Casa de las Torres, apelativo con el que popularmente se denomina al palacio de los Fernández-Alejo, es un edificio de grandiosa arquitectura cuya importancia se acrecienta por ser uno de los últimos edificios barrocos construidos en España. La fecha de construcción, 1753, figura inscrita en la fachada y da cuenta de lo tardío de este edificio barroco. La construcción del palacio fue idea personal de D. Antonio Fernández-Alejo, miembro de una ilustre familia de Tembleque, que quiso así materializar parte de su gran fortuna amasada en América. A su vuelta del Nuevo Mundo hizo construir este imponente edificio con maderas importadas y materiales nobles, dejando impronta de su familia en el escudo de armas que aparece flanqueado por dos carabelas, y que sirve de coronamiento a la portada de la fachada principal. De planta cuadrada en torno a un patio central y alzado en tres pisos, su fachada aparece enmarcada por dos torres. La fábrica es de mampuesto con sillares en las esquinas y presenta en las fachadas los muros decorados con vanos rectangulares y con remate de arco de medio punto, de molduración pétrea sencilla,
protegidos por rejas y barandillas de buena forja castellana. La máxima ornamentación se concreta en la fachada principal labrada en piedra con portada monumental de estilo barroco muy recargado con dos columnas con fuste profusamente labrado que enmarca el acceso y sustenta un balcón con barandilla de forja. Sobre la portada que se abre al balcón se encuentra el escudo familiar también labrado en piedra. El edificio está declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Se ha beneficiado de una consolidación y restauración general de la estructura y de las techumbres, tras la cual se realizó una restauración de los paramentos exteriores. Es estado de conservación es, en consecuencia, bueno. BIBLIOGRAFÍA: AA.VV. (1980): Inventario del Patrimonio Arquitectónico de interés HistóricoArtístico, Ministerio de Cultura. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (1962): Diccionario de los pueblos de la provincia de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII, Tomo I, Toledo. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. (2000): La Mancha toledana, Temas Toledanos, Serie VI, Toledo.
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ROLLO DE JUSTICIA
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVI), Contemporáneo (s. XIX). TIPOLOGÍA: Símbolo jurisdiccional. SITUACIÓN Y ENTORNO: El Rollo Jurisdiccional de Tembleque se encuentra en pleno casco urbano, en un jardín público situado junto a la Ermita de la Purísima. DESCRIPCIÓN: El Rollo de Tembleque data del siglo XVI y está formado por un graderío hexagonal de cuatro escalones sobre el que se levanta una columna labrada dividida en dos cuerpos: el inferior a manera de fuste estriado sobre basa y el superior con columnillas adosadas. Entre ambos se encuentra un tambor liso que presenta una inscripción de 1836, que menciona a la reina Isabel II. Originalmente se situó en el lado noroeste del municipio, desde donde se trasladó en 1836 a la Calle Real, reinando Isabel II. Como curiosidad, reseñar que durante el último traslado a su ubicación actual en la placita de la Ermita de la Purísima, se encontraron en el monumento varias monedas acuñadas durante el reinado de Isabel II. ESTADO DE CONSERVACIÓN: Aunque ha sido trasladado al menos en dos ocasiones desde que fuera erigido en su ubicación original, conserva en buen estado todas sus piezas. BIBLIOGRAFÍA: CONDE DE CEDILLO (1917): “Rollos y Picotas en la provincia de Toledo”, en Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, XXV, Madrid: 238-266.
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ERMITA DE LA PURÍSIMA
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVII). TIPOLOGÍA: Edificio religioso. SITUACIÓN Y ENTORNO: Se encuentra en el casco urbano, entre la Calle Convento y la Calle de la Purísima, precedida por un jardín público en el que
también se encuentra el Rollo Jurisdiccional de la Villa (0060). DESCRIPCIÓN: Es un edificio de una sola nave con crucero destacado en altura que presenta cabecera recta. El acceso se realiza por un pequeño pórtico lateral abierto al oeste con dos columnas de piedra que soportan un tejadillo a tres vertientes. El primitivo acceso situado en el piecero se encuentra cegado desde hace años. En el lado oeste, se encuentra adosada al crucero una pequeña capilla de planta octogonal añadida con posterioridad. La nave central se cubre al interior con bóveda de medio cañón reforzada con arcos fajones que se sujetan mediante pilastras de molduración sencilla. En el crucero se alza sobre pechinas una cúpula de media naranja horadada en su base por dos ventanas. Tanto en el interior como en el exterior se nos presenta esta ermita como un edificio sobrio y austero. En la sacristía, sin embargo, se encuentra una muestra de la influencia italiana que se introduce en España a mediados del siglo XVII: decoraciones al fresco del barroco decorativo. Conocida actualmente como Ermita de la Purísima y visitada únicamente los días de festividad de la patrona, esta iglesia lo fue inicialmente de un convento de franciscanos descalzos fundado en 1598 y que hoy se encuentra desaparecido. Pascual Madoz nos informa de que a mediados del siglo XIX se había suprimido el convento y carecía de otros usos. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La ermita se encuentra en muy buen estado de conservación gracias a que ha sido objeto de una restauración reciente a cargo de una de las Escuelas-Taller que se han puesto en marcha en el municipio. BIBLIOGRAFÍA: BRIONES TORIBIO, L. B.; CORROTO BRICEÑO, J.; MAQUEDANO CARRASCO, B. (2004): Las líneas del Patrimonio Histórico: planos topográficos del siglo XIX de la provincia de Toledo. Toledo. MADOZ, P. (1845-1850): Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar, Madrid.
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ERMITA DE LORETO
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVII). TIPOLOGÍA: Edificio religioso. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Ermita de Loreto se encuentra en el extremo oriental del casco urbano, a la salida del pueblo junto a la carretera que se dirige a El Romeral (CM-3000). DESCRIPCIÓN: De estilo barroco tardío, se construye esta ermita a finales del siglo XVII, aunque muestra exteriormente una gran austeridad y pobreza decorativa, salvo por la presencia de unas gruesas cornisas molduradas de cierta simplicidad. Los volúmenes de esta ermita la dotan de ciertas peculiaridad ya que, aunque de una sola nave, dispone de un cuerpo central sobredimensionado con bóveda sobre pechinas. Dispone de una tosca espadaña en el piecero, lugar por donde se accede al templo atravesando una sencilla portada sin decoración. Al interior, la nave principal se cubre con bóveda de medio cañón y dispone de dos pilastras rematadas por sendas cornisas decorativas que dividen esta galería en dos partes. En el cabecero, la construcción dispone de un nicho adosado que preside la ermita. El aspecto exterior de esta construcción, impiden sospechar la existencia en el interior de las yeserías de la nave principal, así como las sorprendentes pinturas al óleo de la bóveda. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La situación de este edificio, a las afueras del casco urbano, y el estar rodeado por carreteras, son factores que han contribuido en los últimos años a un progresivo abandono de la ermita, si bien el estado de conservación es bueno en general.
BIBLIOGRAFÍA: MADOZ, P. (1845-1850): Diccionario Geográfico-EstadísticoHistórico de España y sus Posesiones de Ultramar, Madrid.
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ERMITA DE SAN ANTÓN
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVII). TIPOLOGÍA: Edificio religioso. SITUACIÓN Y ENTORNO: La Ermita de San Antón se encuentra en el extremo suroeste del casco urbano, en el centro de un pequeño barrio del mismo nombre, en la confluencia de las calles San Antón, Mesa y Victoria. DESCRIPCIÓN: Citada por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX apenas disponemos de datos que nos permitan hablar del origen y evolución de este edificio. Se trata de un edificio pequeño con planta de cruz latina, cabecera plana y entrada lateral. Nos encontramos ante una ermita de estilo popular, muy austera y carente de decoración exterior e interior, por lo que los muros, construidos con mampostería trabada con argamasa, aparecen sencillamente enlucidos y encalados. La nave principal, a cuyos pies se encuentra un coro elevado con barandilla de madera, se cubre con bóveda de cañón dividida en tres tramos y en el crucero encontramos una falsa cúpula sobre pechinas. Dos pilastras soportan el arco triunfal rebajado. Aunque carecemos de datos concretos, el estilo constructivo y su mención a mediados del siglo XIX nos invitan a datar la construcción de esta ermita a finales del siglo XVIII. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La ermita se encuentra en buen estado de conservación, ya que está en uso y recibe un mantenimiento periódico que impide su deterioro. BIBLIOGRAFÍA: BRIONES TORIBIO, L. B.; CORROTO BRICEÑO, J.; MAQUEDANO CARRASCO, B. (2004): Las líneas del Patrimonio Histórico: planos topográficos del siglo XIX de la provincia de Toledo. Toledo. MADOZ, P. (1845-1850): Diccionario Geográfico-EstadísticoHistórico de España y sus Posesiones de Ultramar, Madrid.
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ERMITA DE LA VIRGEN DE GRACIA
TIPO: Inmueble. ADSCRIPCIÓN CULTURAL: Moderno (s. XVIII). TIPOLOGÍA: Edificio religioso. SITUACIÓN Y ENTORNO: Se sitúa en el extremo norte del casco urbano, al final de la Calle Gracia a la derecha. Se trata de un solar en el que solo se conserva una cruz de hierro sobre un poste de ladrillo macizo (0024) como testigo de la existencia de dicha ermita, actualmente desaparecida. Se encuentra justo tras las últimas casas del casco urbano. DESCRIPCIÓN: Pascual Madoz cita la existencia de cinco ermitas en Tembleque a mediados del siglo XIX: Gracia, Veracruz, Loreto, Victoria y Concepción. La apariencia de este edificio, actualmente desaparecido, lo conocemos gracias a algunas fotografías de los años veinte que muestran un hermoso templo en el que destacaba el cimborio octogonal barroco con linternín cubierto de pizarra. El edificio tenía un pórtico cubierto en la entrada, una nave alargada mostrando al exterior una volumetría compleja con la sacristía y la casa del santero anejas. El abandono del edificio motivo su progresiva ruina que llevó a su demolición en los años ochenta del
siglo XX. A pesar de haberse destruido por completo, pensamos que pueden conservarse las cimentaciones y otros elementos de este templo susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica. ESTADO DE CONSERVACIÓN: La ermita se encuentra completamente derruida. Fue demolida en los años 80 del siglo XX, aunque pensamos que los cimientos y quizá otros elementos no fueron arrasados. BIBLIOGRAFÍA: BRIONES TORIBIO, L. B.; CORROTO BRICEÑO, J.; MAQUEDANO CARRASCO, B. (2004): Las líneas del Patrimonio Histórico: planos topográficos del siglo XIX de la provincia de Toledo. Toledo. MADOZ, P. (18451850): Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar, Madrid.
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Demografía Evolución de la población de Tembleque desde 1900.
Personajes ilustres
Fray Martín de Rojas y Portalrrubio, del hábito de San Juan, Obispo de Malta y Teólogo. Antonio del Campo Borja, obispo de Milán. Fray Francisco Sánchez Grande, confesor de Felipe IV. Manuel López Pintado, almirante de la Armada de Indias, primer marqués de Torreblanca, vizconde de Cabrera por concesión de Felipe V, caballero del hábito de Santiago. José Antonio López Gil, carmelita descalzo, provincial de su orden y obispo de Jaca. Antonio Fernández Alejo, caballero del hábito de Santiago; que construyó su palacio en este término el cual es conocido con el nombre de "Casa de las Torres". Ángel Jesús Mejías, futbolista.
Monumentos
Plaza Mayor
Plaza Mayor de Tembleque Edificación típicamente manchega, de planta cuadrada con pórtico de columnas de granito y corredores en su planta superior, con soportes y ornamentación realizados en madera siguiendo las orientaciones de las construcciones de uso popular del siglo XVII. Las ornamentaciones realizadas en yeso representan cruces de la Orden de San Juan de Jerusalén, como tributo a su tutela medieval. Diseñada para cumplir una doble función, la pura urbanística y centro de la vida de la población y la de plaza de toros, por lo que los corredores en sus dos alturas superiores son abiertas. En uno de sus lados está el Ayuntamiento, construido en 1654; el acceso principal está cubierto por un voladizo coronado por un mirador a cuatro aguas. La mayor parte de las columnas y pilares originales fueron substituidos a finales del s XX por otros nuevos.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción Es de estilo gótico, de carácter urbano. Se empieza a construir a partir de 1509, en homenaje a las aportaciones que hizo el Cardenal Cisneros por participar en la Campaña de Orán, para extender el cristianismo en una región musulmana. Es una construcción muy rápida. La iglesia se levanta de cabeza a pies. Se supone que en 1527 estaba terminada. Su construcción es una nave con cabecera ochavada, tiene un crucero sobresaliente en planta y en alzada y una nave dividida en cuatro crujías y torre a los pies del lado del Evangelio que es sobresaliente en planta. Posee la iglesia dos hermosas capillas, que al ser tan desarrolladas pueden considerarse edificios con entidad propia; son las de Jesús Nazareno (patrón del pueblo) y la Virgen del Rosario, construida en el siglo XVII en estilo barroco por la familia Fernández Alejo. De notable interés, aunque destruidos en la guerra civil, eran el ógano y el retablo mayor. Este retablo, se estructuraba en un basamento, cuatro cuerpos superpuestos y un ático, divididos a su
vez en intercolumnios, donde se alojan esculturas, y calles integradas por pinturas. En la calle central estatuas y alto-relieves representaban a San Juan Bautista, la Virgen rodeada de ángeles, la coronación de la Virgen por la Trinidad, el Salvador sobre el globo o mundo, y Cristo crucificado, la Virgen y San Juan en el ático. Coronando el retablo un medallón con la figura del Padre Eterno. Contemplaban el conjunto toda una serie de escenas de la vida de Cristo y de la Virgen, en los intercolumnios laterales y en el basamento relieves de la creación del mundo y de la vida de Adán y Eva. La obra escultórica, pintada y estofada en su totalidad, aunque hábil, carecía no obstante de firma de ejecución; de mayor calidad era la obra pictórica. Especial mención merecen también las dos estatuas funerarias de la capilla de San Ramón, ejecutadas en alabastro, representan al honrado Juan Antonio de la Torre y su mujer María Díaz. Desde el punto de vista técnico no ofrecen mucho merito, sin embargo, son buen testimonio para reconocer la vestimenta de la primera mitad del siglo XVI y además, pertenecen a una de las tipologías funerarias más bellas: los orantes. El alzado presenta sus tramos cubiertos por bóvedas en estrella que descansan sobre pilares de pequeñas columnillas o sobre columnas renacentistas. Es de un gótico final isabelino en transición con el renacimiento. Las cuatro clumnas del crucero don lisas mientras que las de la nave son nervadas separándose en el techo para formar las nervaduras. Las partes nobles son de sillería y en las menos nobles se emplea la mampostería. La cabecera es toda de sillería. La fachada se empieza con sillería y se termina con mampostería ordinaria. El arco Carpanel es el clásico del gótico isabelino, se traza a partir de tres puntos. La portada principal es arquivoltada, es decir, se hace más pequeña hacia dentro a través de arcos, en este caso, cinco. Estos arcos descansan sobre jambas a través de capiteles decorados. Sobre la puerta se dispone una crestería en forma estrellada y decorados por florones con motivos vegetales. Las enjutas son los triángulos que forman los ángulos. Están decorados con sendos escudos cisnerianos insertos en una guirnalda de tipo clásico. En los lados de la puerta se disponen sendos pináculos abondados al muro y decorados en su parte superior mediante una labor de celosía. Coronando el conjunto se dispone un entablamento de influencia clásica que recuerda también a los Álpices mudéjares. La torre de campanas es obra de muy bella línea, en la que se emplean ricos materiales de sillería almohadillada y mampostería. Se construye en 1611, siguiendo las trazas del arquitecto Hernán González de Lara. Es una construcción de planta cuadrada, que evoluciona a una forma octogonal de estilo muy posterior. El último tramo es de bella sillería almohadillada, que recuerda mucho a la fachada del Hospital de San Juan Bautista de Toledo, llamado también de Afuera. La torre finaliza con una balaustrada renacentista, con adornos del mismo estilo y agudo chapitel.
Casa de las Torres
Fachada del Palacio de las Torres La Casa de las Torres como vulgarmente se denomina al palacio de los FernándezAlejo, es lugar obligado para toda clase de excursionistas. La grandiosidad de su
arquitectura, así como el ser uno de los últimos edificios barrocos construidos en España, acrecienta su importancia. La construcción del palacio fechado 1753 según consta en la fachada en, figura en la fachada, fue idea personal de don Antonio Fernández-Alejo, uno de los miembros de esta ilustre familia de Tembleque, que quiso así materializar parte de la gran fortuna hecha en América. A su vuelta, hizo levantar esta insigne obra con maderas importadas y toda clase de materiales nobles, recreando una hacienda de las Indias con todo lo necesario para autoabastecerse La fachada está adornada por el escudo de armas de la familia que aparece flanqueado por sendas carabelas, y que sirve de coronamiento para la calle central. De planta cuadrada y alzado en tres pisos, su fachada aparece enmarcada por dos torres, cuya silueta anticipa el edificio desde lejos. Fábrica de mampuesto con sillares de esquina, presenta los muros decorados con varios rectos y de medio punto, de molduración sencilla, protegidos por rejas y barandillas de buena forja. La máxima ornamentación se concentra en la fachada principal labrada en piedra, así mismo de tres cuerpos correspondientes a los pisos. Llaman la atención en el segundo de ellos los frontones curvos que rematan los vanos, así como el balcón presidencial, cuya rejería de línea ondulante, imprime la nota de mayor movimiento a la fachada. No existe rivalidad entre exterior e interior en este palacio, pues posee muchas y bellísimas habitaciones y estancias, de entre las cuales, el patio, de sabor renacentista, se lleva las mayores alabanzas. El palacio fue saqueado durante la guerra civil española quemándose la importante colección de pintura francesa que decoraba sus paredes, posteriormente de usó como granero por el Servicio Nacional del Trigo y se habilitó temporalmente como cuartel de la Guardia Civil. A finales del s XX se consumó el saqueo de puertas y rejas. Después de realizar Bellas Artes su consolidación y restauración general de estructura y techumbres se procedió a la restauración total de los paramentos exteriores, aunque derribando los edificios anejos (cuadras, graneros, bodega, almazara, horno) que en su mayor parte estaban en ruinas asi como la zonas del servicio centradas en torno a un hermoso patio con cuatro hermosas columnas de caliza. Declarada Monumento Histórico Artístico desde 1979.
Ermita de la Veracruz
Ermita de la Veracruz Edificio de tipología atípica y singular, de planta centralizada y resuelto en un octógono coronado por cúpula que no se trasdosa al exterior, cuyos antecedentes más remotos pueden encontrarse en el Santo Sepulcro de Jerusalén, y más recientemente en el románico del XII, como las iglesias de Ennate y Estella y en la Veracruz de Segovia. En ella ha permanecido enterrado durante muchos años un miembro de la ilustre familia de
los Torres. Por su extrema sobriedad y pureza arquitectónica puede fecharse en la segunda mitad del siglo XVIII. Ha sido rehabilitada por la Escuela Taller Tembleque III para biblioteca y archivo municipal.
Ermita de la Purísima Concepción Edificio de una sola nave con crucero, destacando en altura y no en planta y cabecera recta. El acceso se realiza por un pequeño pórtico lateral izquierdo, puesto que el acceso de los pies está cegado. En este mismo lado, a la altura del crucero, tiene adosada una pequeña capilla pentagonal, que se interioriza en un heptágono de fábrica evidentemente posterior. Fue restaurada por la Escuela Taller de Restauración de Tembleque en los años 1985-1988.
Casa de Postas Construida en el siglo XVIII. Tiene planta rectangular, de 60 X 40 metros, estructurada en tres cuerpos y dos pisos de eje central y cuatro alas laterales. Actualmente es conocida con el nombre de "Cuartel Viejo".
Ermita del Cristo del Valle Llamada también del Cristo de la Palma. Está ubicada en las proximidades del embalse de Finisterre. Construida en el siglo XVII, destaca por la decoración en cornisas, pilastras y bóvedas realizadas con motivos florales de estilo barroco. En la actualidad se celebran en la ermita dos romerías al año: una el segundo domingo del mes de Mayo, y otra el último domingo de septiembre.
Ermita de San Antón Construida a mediados del siglo XIX. Está situada en el típico y popular barrio de San Antón. Junto a ella se enciende la hoguera de San Antón. Recientemente fue descubierta una cueva que fue sellada. FUENTE: Trabajo de investigación publicado por la Wikipedia en septiembre de 2012, por el usuario “Jaimemax”, (Jaime-Max Margariños Sánchez. Arqueólogo), y eliminado por un reversor y verificador de Wikipedia . (Sigue disponible en ediciones antiguas de la página de Tembleque en Wikipedia). Se eliminó de la página principal por el siguiente motivo, en enero de 2013: Hola Jaimemax, he notado que algunas de tus contribuciones en el artículo «Tembleque» consisten en una investigación original. Debo advertirte que este tipo de ediciones, como artículos de opinión, reseñas críticas y ensayos personales no están permitidas en Wikipedia y serán eliminadas por violar las políticas oficiales del proyecto. Antes de continuar editando, por favor lee «Wikipedia no es una fuente primaria» y «Lo que Wikipedia no es». En caso de que tus ediciones no incorporen material clasificable como fuente primaria, por favor, aporta referencias que indiquen la fuente de la información, de manera que se pueda comprobar la exactitud, precisión y verificabilidad de tus contribuciones.