"La Galera"; una vieja tradición. Turleque. Por Jaime Moraleda Moraleda.

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“LA GALERA”: UNA VIEJA TRADICIÓN Jaime Moraleda Moraleda

La recaudación de impuestos ha dejado su huella en múltiples pueblos castellanos a través de las denominadas “Casas de Tercia”, donde se recogían en especies lo que el pueblo tenía que pagar como tributo. Una tercera parte del Diezmo que recibía la Iglesia recaía en estas tierras de La Mancha en las arcas de la Orden de San Juan de Jerusalén, por lo que se disponía en cada villa o lugar del inmueble oportuno que, como en el caso de Turleque, no sólo servía de lugar de residencia de los administradores del Prior, sino que disponía de un amplio granero y una bodega para el cereal y la vid respectivamente, que eran “la moneda” de pago habitual de los habitantes de este lugar. Como quedó reflejado en Las Relaciones del Cardenal Lorenzana, los frutos más singulares que para el siglo XVIII se daban en Turleque eran el trigo candial (sic), tranquillón, cebada, centeno, avena y también garbanzos y vino.

Junto a los impuestos de carácter religioso se encontraban los civiles, incluso los gravámenes municipales como los arbitrios, todos ellos oficiales y obligatorios. Sin embargo, ante puntuales necesidades de los pueblos para sufragar gastos extraordinarios, surgió como práctica y tradición las aportaciones voluntarias de los vecinos. Turleque, que tras 1751 acumulaba una deuda municipal de 37.000 reales por eximirse de la jurisdicción de Consuegra, consolidó este método de recaudación como fórmula habitual para ennoblecer las Ferias y Fiestas de octubre en honor a la patrona la Virgen del Rosario, y que venimos a conocer con el término de “La Galera”. El pueblo ofrecía voluntariamente aquello que sus posibilidades permitían, una vez más, no en dinero efectivo, sino en especies, por lo que el Ayuntamiento, que era la institución depositaria de estas donaciones vecinales, junto con la Hermandad y su mayordomo, propiciaban el mejor medio con el que acarrear los productos ofrecidos. El medio habitual fue la galera, por ser el carruaje de mayor capacidad. Éste era tirado por dos mulas y se diferenciaba del carro porque su plataforma estaba suspendida sobre cuatro ruedas: dos traseras de mayor tamaño (como las del carro), y dos delanteras de menor diámetro. El eje de las ruedas traseras iba fijo en la plataforma, igual que ocurre en los carros; sin embargo el eje de las ruedas delanteras no era fijo, sino que


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