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EscrrtosRtaqOricos la Joctrina secre.ta Je Pitá'}ot-rul
T~aduccibtt 1J com(t\tacios
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ESCRITOS PITAGÓRICOS
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Etlilorial B . Bauzá.-Apart. 66.- Aribau, 175 a 179 Barcelona
BIBhiOTEG.R DE TEOSOfÍA Y ORIENTAhiSl\10
- ·-
Dirigida por PEDRO GUIRAO Catedrático del Instituto de Vitoria
Volúmenes publicados: EL &HNGELIO DEl. TAO (Ot llibro <agrado de Lleh,Tzu)
11 tL KV ANG&LIO DE COiO' UCI O
lli ESCRITOS PITAGÓRICO S (La clucla secreta de Pltágora• l
11' LOS ESCR IT OS SAGRA DO S DK IIERMI\ S (l!lllbro secreto de loo sacerdolu egipcios)
En prensa: LO S UPA NISH AD S
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B 1 B L 1 O TE CA
DE TE O S O F 1 A Y O R 1 E N T A Ll S M O
ESCRITOS PITAGÓRICOS (La enseñanza secreta de Pitágoros)
TRADUCCION Y COMPILACION O!!
PEDRQ GUIRAO
Editorial B. BAUZA Aribail, 175 a 179
· Barc.elona
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:~Es propiedad de la casa :: :: :: Editorial B. BAUZA :: ::
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Tallthll Or&HCOI. - Arlbau, 175 • 179. - a arctlona
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INTRODUC C'IO.N
Hemos .querido da.r en esl~ volumen una compilación de las enseñanzas. morales y políLica.s de Pitigoras y de sus más eminentes discípulos. A Pitá,goras corresponde la. gloria. de haber introducido en Europa la dotrina. secreta. del antiguo Egipto, si bien hizo todo lo posible por mantener oculto su recóndito significado; sabido es que Pitágora.s IDICl-aba mu)'! lentamente a. sus discípulos en el sentido esotérico de sus enseñanzas. y que la mayor parte de eUos no lograban pasa;r. más allá. de la categoría inferior de meros auditores. P itágoras no dejó nada escrito, pero sus discípulos han conservado algunas de sus máximas Y( de sus sfmbolos, que son de un cons iclcra.ble valor, pues nos permiten vislumbrar una profunda. doctrina. panteísta. No obstante,
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admiten una
in~erpretación
meramente trivial
y exotérica.
En cambio, los escritos de Jos discípulos de Pitágoras muestran una considerable dis-minución en el vigor de ese secreto significado que tan palpablemente se manifiesta. aún en su nebulosidad, en las frases del Maestro.
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LOS VERSOS ÁUREOS DE PITÁGORAS
Estos versos áureos constituyen una. especie de poema. mora.l,, en el que se expone una. especie de catecismo práctico pa.ra. uso de Jos discipulos de rango inferior. Se han conservado con toda f idelidad, porque había obligación de saberlos · de memoria. Tienen una delicadeza encantadora y una elegancia y pul critud 'inimitables. Constituyen, además, un ·e xcelente programa de vida. Se atribuye a :F'ilolao la redacción o fijación escrita de esos versos áureos. l. Adora. primero a. los Dioses inmor tales, como está establecido y ordenado por la ley .
2. Venera al Juramento y después a los Héroes, llenos de bondad y luz. 3.
Asimismo, honra a los Demonios te-
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rrenales, dándoles la adoración correspondiente. 4. Asimismo,, honra a tus padres y a los parientes más próximos. '
5 . l!:n lo que respecta al resto de la humanidad, hazte amigo del que más se distinga por su virtud. .
;-.
6. P resta siempre oído a sus moderadas exhortaciones y toma ejemplo de sus acciones virtuosas y útiles. 7. Evita, en cuanto sea posible, el odiar a t.u amigo por una pequeña falta. 8. Kota. que el Poder es vecino cercano a la. :t{ecC$i dad. 9. Sabe que tales· cosas son como te he dicho, y acostúmbrate a superar y vencer est.as pasiones:
10. l'1;imero : la g lo tonería, la pereza, la. sensualidad y la. ira . · 11. N o hagas nada malo, ni en presencia de otros, ni privadamente.
12. Sobre .todo, respétate a. tí mismo.
13. En segundo lugar, observa. la justicia en tus acciones y en tus palabras. 14. Y no te acostumbres a. portarte en cosa alg un<t sin r egla. y sin razón.
ló.
Hazte siempre ·esta reflexión: que el
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PITA. GOR I C OS
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Destino ha ordenado que todos los hombres mueran. ',
16. Que los bienes de fortuna son inseguros; y que así como pueden adquirirse, pueden perderse. 17. En cuanto a todas las calamidades que los hombres sufren por la suerte divina,·
'f.
18. Sufre con paciencia tu suerte, sea. la que sea., y no te aflijas por clla.. HJ. Pero ha.z lo que puedas para. remediarla. 20. Y considera. qu e la. fatal idad no manda. la. mayor p~rte de estas desgracias a. los buenos. 21. Hay ent.re los hombres varias clases de razonamientos, buenos y malos . 22. No los admires co n demá.siada. facilid'ad, ni los rechaces. 2.3. Pero si aumentaran los engaiíos, óyelos· con tranquilidad y ten paciencia . 24. Observa bien, en toda ocasión lo que voy <li decirte: 2ti. Que nadie, ni por palabras o hechos, te seduzca jamás. 26. No te permit'a.S decir o hacer lo que no sea en provecho tuyo. 27 . Con~ulta y delibera. antes de obrar, para no comeler ton terlas.
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28. Porque es propio de un infeliz el hablar y¡ obrar sin premeditación . 2D. Pero haz lo que no te haya de pesar nunca, ni que te obligu.e a anepentirte.
30.
No hagas nunca lo guc no entiendas.
31. Pero aprende todo lo _q ue debas saber y de este modo tendrás una. vida placentera. 32. De ningún modo descuides la. salud de tu cuerpo. 33. AnteS bien, da.le de beber y de comer con medida., y asimismo el ejercicio necesa.rio. ; 3·4 .. Por lo necesario, quiero decir Jo que no te haga daño. '
35. Acostúmbrate a vivir con aseo . y decencia, pero sin lujo. 36. Evita. codas las cosa.s que den lugar a envidia. 37 . Y no seas gastador sin razón, como uno que no entiende lo que es decente y honesto. 38. Ni seas ambicioso, ni tacaño; la justa medida es excelente en tales cosas. 39. Haz solamente las cosas que no puedan dañarte, y medita antes de hacerlas.
¡..... 40.
No permitas que el sueño cierre tus ., párpados al acostarte.
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J>JTA.GORJ C OS
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41. Sin haber examinado la razón ele todas lus acciones en el día pasado. 42. ¿En qué he hecho mal? ¿Qué he hecho? ¿Qué he omit ido que haya debido hacer? 43. Si en este estrecho examen encuentras que has hecho mal, repréndete severamente por ello. 44.
Y regocíjate si
has
hecho algún bien.
45. Pra.ctica. concienzudamente todas estas cosas; medita. sobre ellas; debías amarlas con todo tu corazón. 46. Ellas te pondrán en· camino de la. virtud divina.. 47. Yo lo j uro, por _el que ha trasmi tido a nuestras almas éJ .Sagrado Cuaternión, el manantial de la Naturaleza. cu:ya causa es eterna. 48 . Nunca pongas tu mano en ningún trabajo, sin haber pedido primero a. los Dioses que te concedan el éxito en Jo que vas a. emprender. ·49. Cuando te hayas familiarizado con esta costumbre,
óO. Sabrás la. constit ución de Jos Dioses inmortales y de los hombres, 01. Hasta donde los diferentes seres extienden lo que los contiene y los une. 52.
Del mismo modo sabrás que, segl\n la.
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ley~ la natural eza de este Universo, es la misma en todas las cosas.
53. Así, que no esperes lo que no debas esperar ; y nada en este mundo se te podrá. ocultar. 54. Del mismo modo, sabrás que los hombres atraen sobre sí mismos sus propias desgracias voluntariamente y por su libre elección. 55. 1Desgraciados! No ven ni entienden que el bien está. cerca de ellos. 56. Muy JlOcos saben cómo librarse ·de sus desgracias. 57. Tal es la. suerte que éiega. a. ·la. humanidad y: la priva de sentido.··· . 58. Los ho~bres Son como g~a.ndes cilindros rodando arriba y abajo, y siempre oprl.·mir!os por innumerables males. · 59. Disputas fata.les, innatas, les persiguen por t-odas partes, sin darse ellos cuenta. 60. En , vez de provocarlas y removerlas, debían evitarlas con concesiones. 61. 1Oh, padre Júpt~·! i Si libraras a los hombres de todos los males que les oprimen! 62. :Mnéstrales el demonio que emplean. 63. Pero tened valor; la raza de los hombl·es es divina.
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64. La Naturaleza sagrada les revela los más escondidos misterios. 65. Si ella. os participa. sus secretos, fácilroen te realizaréis todas las cosas que yo os he ordenado. 66. Curando tu alma, la librarás de lodo mal y de toda aflicción. 67. A:bstente de las carnes que están prohibidas en 1.& purificación y salvación del alma.. 68. Examina bien todas las cosas y haz una justa distinción entre ellas. 69. Dejándote . siempre guiar y. dirigir por el entendimiento que viene de arriba.. 70. Y cua ndo habiéndote desprendido del cuerpo mortal, llegues al más puro éter, 71. Serás un Dios inmortal, incorruptible; y la muerte no tendrá. ya. dominio sobre "ti.
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LOS SÍ.IIIIOLOS PITAGIÍRICOS
Estos símbolos, a. diferencia. de los versos áureos, encierran un significado que a. primera vista. aparece ya como mucho más profundo y como adecuado para discipulos que poseían un cierto grado de iniciación en Los misterios. E n este capítulo incluimos Los símbolos con el comentario de Jámtl>lico (filósofo neo.~pla tónico, afiliado a la escuela de Pitágora.s, aunque muy posterior a este), pero nos parece que Jámblico com'enta dichos símbolos de un modo bastante arbitrario y les supone un sentido excesivamente trivial y sencillo. No hace falta. mucha perspicacia para. comprender que estos símbolos tienen que expresar algo mu.cho mcís profundo. Est.a manera de erpresarse por medio de símbolos, permitía. a. Pilágoras dejar su pensamiento en la. penumbra, supliendo así las cleficiencias de la lengua g riega, que no permite la c~critura jeroglífic'a de los sacerdotes egipcios.
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SIMBOLO 1
Cuando vayas al temrflo a adcrar a la divinidml, ?W digas 11i hagas nada relatiw a los asuntos de la vida ordinaria. ExPLICA'CION.- Este símbolo preserva una naturaleza. divina. tal como es en sí misma, pura y< sin mancha; pues lo puro desea. unirse a lo puro. También nos evita el int roducir asuntos humanos en el culto divino, pues tales cosas son extrañas Y' contrarias al culto religioso. Este símbolo contribuye también grandemente a la ciencia, pues en lu esencia divina no debe introducirse nada. de concepciones humanas ni antroponrórficas . Por tanto, somos exhortados por estas palabras a lo siguiente: Quo u o mezclemos palafura.s sagradas y· acciones divinas con la. inestabilidad de las cosas humanas.
SIMBOLO 2 N o ·entre.9 en un templo ne!IJ.igentemente, ni adores al descttido, ni atí.n Cll<lndo estuvieres solamente en la puerta.
EXPLICAcro:s.-Este símbolo concuerda también con el precedente. Porque si lo semejante es aliado y a.migt
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de lo semejant e, es evidente que, puesto que los dioses tienen una esencia principa l, debemos hacer de su adoración el objeto principal. Pero el que hace esto por aJguna otra cosa, coloca en segundo lugar lo que debe tomar la preeminencia, invirtien do com'Pletamente el orden de la a labanza y conocimiento religiosos. Además, no es propio colocar bienes superiores en condició n subordin ada. a la utilidad humana, ni colocar nuestra condición en orden a. un fin, mientras las cosas mas excelentes están en condición subordin ada.
SIMBOLO 3 Sacrifica y, adora descalzo. ExPLICA.<::ION.-E n este símbolo se encuen· tra una exhortac ión semejan te. Signific a que debemos adorar a los dioses y adquirir conocimiento de ellos ordenad a y modestamente, procuran do no salirnos de nuestra condición en la tiel'l'a. Signific a también que adorando y adquiriendo este conocimiento, debemos est!ar libres de tr'a:ba.s y desem'barazados debidam ente. E l símbolo indica también que el sacrificio , y adoración, debe realiza.rse, no solament e con el cuerpo, sino también con las energías ·del alma, para que estas energías no se vean dete-
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nid'a$ por pasiones, ni por ias imbecilidades 'd(ll. cuerpo. Todo lo que nos pertenece, debe estar libre y preparado para l;t participación de lol; dioses.
SL\fBOLO 4 No eludes 1w.da Tel{lli·oo a los diose~ o crmcerniente a les dcgmas div-inos.
Exl'Lrc,\croN.-Este símbolo exhorta del mismo modo a la misma. virtud. Pues este dogma. venera. y despliega. suficientemen te -la .transcend encia de los dio~es. insistiendo en que no estimemos divino el poder de nuestra. razón. Es probable que esto nos pa.rezca. difícil e imposible, a consecuencia. de nuestra e:..islcncia corpórea unida con la generació n }" corrupciún ; teniendo nosoLros una existcnr i:'l. momenl•ínea.; estando sujetos •~ varias enfermedades; s iendo nuestra habitación pcqueíia, t1•nie1Hlo tendcn U'a a J.a, med ianía. somnolencia e indigencia , imbeci lidad y fal ta de consejo; teniendo nues tra alma tantos impedimentos y varias otras circunstan cias, aunque nue5tra naturalez a t>osec ilustres prerroga.Liva.s. A l mismo Liempo somos in l'eriores 11 Jos dioses y no poseemos su mismo poder ni su misma. virtud. Este sí mbolo, por tanto, introduce el conocimiento de los dioses de una manera part.i-2
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cular, como seres que pueden real izar todas la.s cosas. Así nos ex horta a no dudar nada rela tivo a ellos, ni acerca de los dogmas divinos, es decir los relativos a la. filosofía pitagórica. Pues asegurando esto por medio de la disciplina y la teoría cien tífic.'\, son verdaderos y libres de falsedad. El mismo símbolo puede también exhortarnos a. la ciencia concerniente a los dioses, pues nos manda adquirir una ciencia por medio de la cual no tendremos dificultad en los asuntos relativos a los dioses. Puede exhortarnos al mismo tiempo con r!"speto a. los dogmas divinos y a la disciplina, pues sólo Ja disciplina da luz sobre todas hs cosas al que las considera y observa. P ues, practicando la discipli n:t se realiza una cosa sobre todas las demás, es decir, la creencia en la naturaleza, esencia y poder de los dioses )'! también en los dogmas pitagórico.:; que parecen prodigiosos ~~ los que no los habían conocido nuuca, ni habían sido iniciados en la disciplina. Así que el precepto ?W (Zlules e.:; equivalente <~ 1JarUcipa y adquiere aq uellas cosas por medio de las cuales han de desaparecer t us dudas, es decir, adquiere disciplina y demostración científicas.
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SlMBOLO ü
Huye de los caminos las sendas solitaria.~.
1níb'icf).~.
( 'mniua ?Jur
ExPLICAClO:\. - Yo creo que esLe ,;ímbolo coutr ibuye también !t desarrollar la idea prc~eden tc, j)Ueste éste nos ex hor ta a al><tndon ar una. vida popular r mcra.melite humana, considerando mejor seguir una. ,-ida aislada y divina. Signific.a también que es pre ·iso desdeñar a opiniones com un es, pero lener en alta esti ma las privadas y arcan as. Que debemos desdeñar el deleite meramente humano, pero seguir ar di entemente la. se nda que nos traza el camino de la voluntad divina . Del mismo modo nos exhor ta a abandonar las costumbres popuiares lunnanrl.!'. su~lilu~·éu dolas por el culto relig ioso de los d ioo,e;.
RDlBOLO G A.l>.~/.ente
ele !11 danums ( 1) a los clü>Ms /crrena.te~ .
7J!UJ-~ ('.~!e
pertenl!ce.
EwucAcrox. - .Este símbolo ,·n unido también al precedente. Como exhortación nos encarece a abrazar el ,·iajc ceh·-~ti a l, rcunirn oo; a los diose~ intelectualc~, separarnos de la naLu(1)
Uu pescado.
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ESCR IT
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raleza material y ser conducidos como en una ]Jrogresión circular a una vida pura e inmaterial. Nos exhorta además a <tdoptar el culto más excelso para con los dioses, especialmente para con los dioses principales. 'l'a.l es por tanto la exhor tación a.l conocimiento y adoración de l<L di vinid.a.d. Los sí mbolos siguientes exhortan a la sa.bidurfa.
SIMBOLO 7
Go'&ierna a:nte todo tu lenrf114, siguiendo a los dioses. Exl'LTCACIOK .-El primer trabajo de la sabiduria es replegar la razón en sí misma y no [acostum'brarla. a p1·oceder exteriormente, sino a. p er feccionarse en si misma y a conver tirse a. si misma. El seg undo trabajo consiste en seguir a los dioses. Pues nada perfecciona tanto la. in teligencia como ser converticlo a la divinidad y seguir sus huellas.
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snmoJ_;O s Cumulo sopía el viento, ailómio. Exruc-rcioN.- Estc símbolo e.> también una pru eba de la sabidurí a divina. Significa. de una manera. velada que debiéramos amar la semejanz a de ht esencia. y poder divi nos, y, cuando sus palabras concuerd;tn con sus energías, hon rarlas y reverenc iarlas con la. mayor sincerid ad.
SDlBOLO 9 No hieras e! fuego con la espada. BxPLICAtio:-;.- Este símbolo ex hor ta a la prudencia . Pues excita en nosotros una concepción 1Lpropiada. para expre...<:a.r con propiedad la idea de no oponer palabras ásperas a un hombre lleno del fuego de la ira, es decir no Juchar con él. Frecuen temente un hombre ignorant e se agita con palabras y nosotros mismos tenemos que sufrí r hechos terribles y desa.gmd ables. Heráclito testifica. t.ambién Ja. verdad de este símbolo, pues dice: E.~ tliticü lucluu· con la
i rn,.
l'ucs muchos, por dar ricnd<t- ;;uclla. a l<L ira,
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han cambiado h\ condició n dei alma, y han hei·lto lct mncr(e prefcrib;h! a la vida. l'cro gobe .. nando la lengua y est ando Lranquilos, en \'er. de comieu da se produce amistad , el fuego de .la im se ext ingue, y tú mi~mo no pareces desp rovis ~o de inLclige ucia.
Sli\!DOLO 10 1!.l6j(~te
de loclr~ boteUa de vi1wgre .
Exl'LlC.\Cio:-..-L a verdad del precedentr. se LC~t ifica. en et presente sí mbolo. l'ues exhorta a la. prudenc ia y no :. la ira ya que éste es áspera., y todo lo que es <Íspero <'ll el alnHl está de.sprov ist.o de razonam iento y prudencia. J.~a. ira hierve como una tetera ca lentada at fuego, no at iende a nada sinó a sus propias emociones y divide et j uicio en mil par tes . E~ necesar io, ¡>or tanto, que el alma a me la quieLud y se aparte de la ira, que frecuen Lcmcnte se vuelve sobre si m ismr~, como eJ fuego cuan<io ataca al bronce sonoro. l'or lo tanto, es necesar io supri mir esta pa-
sión.
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SL\IBOLO 11 (L lev<wlar una car!Ja, 71ero n.o le e&!J'I!des a só/ larla .
A:!Jucla al. hombre
Exruc,tCION.-Este símbolo exhor l<t
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la for-
ta.loza, pues tomar una. carga. signilica <~cción de tt'a.ba:jo y• fuerza, y solL;trla. sigu ifica descanso y reposo. Así, el símbolo tiene el siguiente significado: No seas pa.ra ti ni para otro la. causa de indolencia o conducta afeminada., pues todo lo útil se adquiere con trabajo. Pero los discípulos de Pitá.gora.s consideran este símbolo como referente a Hércules y en loor de la fuerza . P ues durante su unión con los hombres, ib;~ frecuentemente ;tl f uego, rechazando indignado la. indolencia.. La rectitud de conducta se produce obrando y Lra.ba.janclo, pero no holgando. SL\IBOLO 12 Al extender tus pies p<bra ponerle las sandalias, extiende primero tu 1>-ie derecho, pero al. lxn'íarte los pies, extiende primero el iz-
quierdo . .r<:nuc"c roN. - Est.e símbolo exhorl:t <t praeLica.r ht prudencia., amon est{lnclono~ <t colomr
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ESCRITOS
las acciones dign<ts a nuestra mano derecha, pero poner a la izquierda las que co nsideramos indignas y bajas.
SIMBOLO 13 No hables de
asunto.~
pitagóricos sin luz.
ExPLlCACION.-Este símbolo exhorta a la posesión de la. inteligenc ia con prudencia. Esto es semejante a la luz del alma, que siendo difusa, abre camino y conduce como de las tinieblas a la luz . Es propio, por tanto, colocar la inteligencia como guía. para todo l.o hermoso en la vida, pero especialmen te p<Lra los dogm<ts de Pit.ágoms, pues éstos no pueden conocerse sin lu;,.
SIMBO.W 14 No des tm paso lanza.
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allá del eje tle la ba-
ExPLICACION .-
Este Rimbolo nos exhorta a l ejercicio de la justicia, a la honorable igualdad y moderación en un grado admirable y al conocimiento de la. justicia como la más perfecta vir~u d , a, la cual las otras vi rtudes sirven de compleme nLO y sin ht cual ninguna. de ellas reporta. provecho alguno. También nos manifiest a que se debe conocer
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esta virtud, no a l descuido, sinó por medio de teoremas y demo~traciones cicntific..'ts. Pero ~.~ te c:onodmient.o no pertenece <1 ning-ún otro a.rLe o ciencia. sino ünicamentc a la filosofüt pltagórica, que honra la disciplina ante todo.
SIMBOLO 15 Hahieruw partido de 11' casa, no 'l;otwlvas; pues las furia$ te estJeran. E xPLJCACJON. E~te símbolo exhorta. también a la filosofia y· a.l Lntb!tjo espontáneo de la energia. según l!t inteligencia. Ma.nifiesta claramen te y predice que, habiéndote aplica<lo a la filoso fía, debe.~ separarte de todo lo c01:poral y sensible y meclitar profundamente sobre la muer t.e, procediendo sin volver a t rá.s de .las c;osa~ inteligibles y que existen siempre del mismo modo, por medio de una disciplina apropiada, pues viajar es cambiar de sitio y la muerte es .la separación entre el alma y el cuerpo. Pero debemos fi losofar ver<(¡tderamen te, sin energías sensibles ni corporales, empleando la inteligencia pura en ht aprehensión de la verdad, cuyo conocimiento, una vez adquirido, es la sabiduría. Pero habiéndote aplknclo n In filo~ofía, no te Yttelva.s atrás ni sea..<; armsLra.do a los objclos primiti1·os de IJ<tLUralc.za~ corporales.
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;;i haces esto, ~en ti rás gran arrrpen t ¡. miento, por tener tu conoci mienl.o cnvuell.o en la 'oscuridad que a las naturaleza¡¡ corporales Cll i'Ueh·e. Pero el símbolo invoca al arrepentimiento: la:; f urias . l'ul~~
S! MBOLO 16 Vuelto hacia et Sol, ·no hagas aguas . ExrLic.~ciON . -La exhortación de este ~ím bolo es la siguiente : No inten~es hacer nada. que sólo pertenezca a la naturaleza animal sinó procura filosofar mirando al cielo y al Sol. Que la luz de la verdad sc.a. tu guía, y recuerda que ninguna. condición abyecta debe ser admitida en la. filosofía.; esta. nos hace ascender a los dioses y· a la sahiduría mediante l¡t observación de las órbitas celes~ialcs . Habiéndote aplicado al estudio de la filosofía y pur ificándote en la luz de 1¡¡, verdad que está en cll¡¡,, h<tbiendo comenzado a. !llJarcha.r por este camino hacia la teología, la filosofía, y b astronomía y hacia el conocimiento de la causa que está. sobre t-odas ellas. no vuelvas a hac<'r na.d;~ perteneciente a la naturaleza anima l.
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tiL\lBOLO 11 N o 1impir:s el asimtlo con wta anlorclw . BxPr.rcAciON .- Este símbolo exhorta, también lo mil'mo. Puesto que una a ntorch<t es una na turaleza pur'a a causa de su rápi eh y abunda11te part.icipación de fuego, del mismo modo que Jo que se Uama azufre. El símbolo, no solamente exhor t<~, a no prof<tn<trlo, puesto _que es 011 sí mismo limpio de profanación, sino también a que no mehclemos Ja.s particularidades de la sabiduría con
las de Ja naturalez a anima.!. Puc.~ una antorcha. se puede colll}lara r a la iilosofía. por la l uz brillan le que da. y un asiento, por su baja. condición, se compara a 1..'1.
naturaleza an imal.
Sl.MBOLO 18
.·Wmenla un gallo, pero no lo sncrific¡ues, 1me.~ es sagrado al Sol !J' a la. l/llna . Este símbolo nos exhona. ;t nutrí r y fortalecer el cueqlo r a no de:;cuidarlo disolvien do y dest.r uyen<lo los iuert('.~ vínculos de unión, conexión, simpatía. y consen.ExPucAcro:--~.
timicnlo del mundo. A"í que nos exhorta a ocuparnos en la contempdación y esludio del
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U ni verso, por medio de la filosofía, dado lo ardu o de una tal investigació n. Pues es verdaderam ente imposible conocerlo por nmgtin otro procedimien to. Pero la filosofía, recibiendo ciertos destellos divin os y teniendo poder sobt'C la ll<ttura.leza, se !tace apta para tal investigación. Por tanto, debemos filosofar .
SIMBOLO l!J
No le sientes sobre una medula. Exl?UCA"CION.- P uesLo que el alimento debe
:mcdinn por la naturaleza. animal y corporal, y' no con una med ida,. no pases tu vida en la indolencia sin ser iniciado en la. filosofía; aiHCS bien, dedicándote a ésta, provee de alimento aquella parte tuya. más div ina: el alma- y especi·atmeu te la. inteligenci<~. que> el alma contiene,~cuya nutrición se mide, · no con una medida., sinó con la contemplaci ón y la disciplina..
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N o alimentes anim:ales de uña.s encorvadas. Exl'r.rc,l{;lO:-;.- E!;tc símbolo, también de una ma.ncra pitagórica, nos mancla compar tir con nuestros semejante::; lo que poseemos.
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Pues La organización física de los animales dotados de garras se adapta a recibir rápidamente y r.on facilidad, pero de ningún modo abandonan lo que han cogido o lo comparten con otros, pues está en oposición con La forma de sus uüas a consecuencia de 'tenerlas ton:icidas; exactamente como el ca ngrejo, que por su forma natural, agana las cosas :\vid¡uncnlc pero se resiste a soltarl as . Pero nuestras manos han s ido pucsLas en nosotros, suspendidas naturalmente para que con ellas pudiéramos dar y recibir y Los dedos también están en las manos naturalment~ rectos y no encorvados. Por tanto, no debemos imitar a los animaLes ~ue tienen las uñas encorvadas, pues el Creador nos ha hecho de otra forma; debemo> ser caritat.ivos para con los demás, Nos exhorta a ello el nombre mismo de las manos, pues los que les pusieron nombre, llamaron derecha a la mano que cons ideraron más ho nrada., no sólo porque recibe, sinó porque es ca.pa,z de da.r y reparLir. Usa.ndo de la filosofía, debemos obrar e n esta forma . l'ues la justicia. es una. retr ibución justa y una r emuneración equitativa, por medio de dones recíprocos entre los opulentos y los desv;~ lidos.
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ESCR IT
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No CCI'Ies en e' camino.
Bxi'LICACTOI'.- Este símbolo m;tnificstn que la ven tad es una, pe~o la fal>;ocdad, multifo rme. De esto se desprende que solamente de un modo puerle decirse exactamente lo que es una cosa, pero que puede decirse de muchos modos lo que no cs. El símbolo, por tant.o, dice: Escoge la. filosofía. o el camino de la filosofía en el cua.l no hay bifurcación y ~n el cual no se defienden tesis contradictorias, aquel que se basa en elemostraciones científicas por medio de la disciplinr~ y de la contemplación, lo cual es lo mismo que decir : escoge la filosofía pitagó rica. Y esto es ciertamente posible. l'ero la filosofía que considera tan sólo las cosas corporales y sensibles que tos modernos emplean hasta la saciedad, que pasa. por alta la Divinidad, las cualidades, el alma, las virtudes r. en suma, las causas principales del cuerpo, esta. filosofía-, elude fácilmente la afirm'a.ción y sin !dificultad puede ser rebatida. F.sto se ve claramente en los argumen to~ de sus defensores. P or otro lado, la filosofía que se ocup;¡ de cosas incorpóreas, int.el igibles, inmateriales y perpetuas, y que susbiste siempn) del m_isma modo y nunca. en cuanto le e.-; posible, admi te
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corrupción o mulación, e$ta filosofía produce demostraciones f irmes, estables y directas. E l precepto, por tanto, nos amonesta =~ que cuando filosofemos, procedamos de la manera scflalada, evi tando toda conexión co n los eugailos de las cosas corpóreas y mult iformes, y fam iliarizándonos con la esencia de 1:\s na tu ralez¡ts inco rpóreas, que en todo l icmpo ~on s imiiMes a sí mismas a causa de la vcrdnd v cs tabil ida el que na.Luralmen te contienen .
SIMBOLO 22 Ko recibas una golondrim' en oosa. ExrLICA'CIOI' . -
Este si mbolo amonesta a Jo
sig uiente: N o a.dm i~as en tus dogmas a un hombre indolente y, que ;no sea un firme adicto a la secta .Pitagórica., puc.~ -estos dogmas req UÍ(1 ren atención conti nua y const-ancia en el trabajo de las varias disciplinas que contienen. Emplea. l a golondrina como imagen de Indolencia y de inconstancia porque este pájaro nos vi$ila. en prima,·era pam aba ndo narnos luego.
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SUiBOLO 2:3 No
use.~
anillo .
Exrr.tCACJON . - Comprenderemos est~ símbolo como una exhortación de la doctrina. pita.górica. en la. sig uien te forma. : un anillo es como \1.\l<t sujección para los que lo llevan; tiene la particula ridad de que no pincha ni causa dolor, sino que en ciert.o modo se acomoda y adapta al dedo. El cuerpo es una sujección rle esta clase para el alma.. Por tanto, el precepto no lleves wn anillo e.~ equivalen ~e a .emp.lea la filosofía pum 1/ separa tu alma de lo que la ·rodea. Pues la filosofía es la. meditación sobre la. ;muer te y la separación del alma y el cuer1Jo. D edícate, por t.ant.o, co n gran celo a Ja filosofítt pitagór ica, la cual, por mcd io de la. inteligencia, se separa de toda natura.ler.a corporal y se ocupa de las cosas inteligibles e inmateriales. Libértate t.ambi én del pecado y de las ocupaciones de la carne, que te arras tran y estorban a la meditación fi lo~61'it.a , asimisu1o, de exceso de rl utrición,. que es para el alma como una traba y que iu troduce constantement e mult itud de enfermedades.
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SlMBOLO 24 No inscribas la ·imagen de Dios en tm amVlo. ExrLICAcro:-~. - Este símbolo tiene la. siguiente explicación : Sé filósofo y, soilrc todas Jas cosas, considera a los dioses como incorpóreos. Pues esta es la. pri ncipal raíz de los dogrna.s pitagóricos; de ella se derivan casi todos los demás y por ella. adquieren vigor y sentido. No pienses, por tanto, que los diosec; usan formas corpóreas o q ue pueden rec;ibir sustan cüt materia l. Las inscripciones en lo,; anillos indican una sujección que sul>siste en el ;~niJlo en forma corporal y sensible, repr<:<;entando de es¡,¡t manera un anim<tl q ue se hace visilJ.Ie por medio del g rabado . De es to especialmente debem'os a partar a los diMes, que son •etrer nos e intelig ibles, subsistiendo siempr e del mismo modo, como ya hemos demostrado plenamen te en nu<:<;tro discurso relativo ~~ Jos dioses.
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SIMBOLO 25
No te contemples en et espejo a la luz de una Z.ámpam. EXPLICACION.- EsLe símbolo nos exhorta de una manera pitagórica a. f ilosofar, no cnt¡cgáudonos a imaginaciones derivadas de lo sensible, pues éstas sólo dan una re~ativa. lu;¡ para. enter'arnos de las cosas. Est.a. lu<~ semera a la de una lá'm'pa.ra y no es natural ni verda(lera . Nos exhorta, por tanto, a dedicamos a concepciones científicas acerca de objetos intelectuales, cuyas concepciones son de una. pureza espléndida, y establece una. visión del alma resultante de todas las concepciones intelectuales e intciigibles. Debemos dedicarnos a la. contemplación ele éstas y no a la de las na.Luralezas corpóre<w y: sensibles. Pues ya hemos demostrado varias veces q ue éstas mudan contínuamente y de ningún modo subsisten de una. manera. estable, Jo cual impide obtener de ellas un conocimiento cien Lífico
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SIMBOLO 26
No te rías en demasía. ExPLICA.atON .-Este símbolo nos muestra que las pasiones deben ser subyugadas. Pon en tu memoria. la razón verdadera y no te enorgullezcas demasiado en la prosperidad, ni te abatas excesivamente en la desgracia; está pe,rsuadido de que ninguna do la,s dos merece verdaderamente tu a tención . Pero est.e símbolo menciona. la. risa. sobre todas la.s pasiones, porque ésta. es la. más conspicua, siendo una especie de inflamación de nuestra naturaleza que se extiende hasta. la. cara. IJ.1al vez nos amonesta. también a abstenernos de la risa inmoderada, porque la risa distingue al hombre de los otros animales, definiéndose aquel como un animal que ríe. Se muestra. por tanto, en este precepto que no debemos estar demasiado apegados a la naturaleza humana, sinó adquirir por medio de la filosofía una imitación de la divinidad todo lo más elevada. que podamos, y preferir Lo racional a lo risible.
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ESCRITOS SntBOLO 27
N o te cor l es l~s uií.as en un S<U;r if'icio.
ExPUCAC rox.-La exhor tación de este símbolo pertenece a la amistad. Pues de nuesLros parillntes, los más cercanos son lo:; herman os, hijos y padres, que semejan a aquellas parLes del cuerpo que, cuando cortadas, producen dolor y mutilación , t.ales como dedos, toanos, narices, etcétera. Pero otros que son pm·ientes lejanos, tales como las hijas de primos yernos de tíos y oLros scmejanle s, semejan a. aquellas partes de nucsLro cuerpo que pueden cortarse sin sentir pena, como cabellos, uñas, cte. .Por lo taULo, el símbolo, queriendo indicar aquellos parentesco s que hemos descuidado por algún Liempo debido a. su distancia, emplea la pali~bra uftas y dice: No los dejes en ab,;olnLo, pero si en los sacrificios o en cualquier otra circunstan cia los has olvidado, atráelos a t.í y renueva tu relación con ellos.
SHIDOLO 2S No ofrezcas fáeihnellle tu ?lvtmo derecha. a todo
el 1nmulo. Exl'LICAcro:-~. -El significado de esle símbolo es: no eleves ni t.e esfuerces en levantar al
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que no está. inicia.tlo ni adapl.ado, extendiéndolo Lu mano derecha. También significa que la mano clerech<t no debe darse fácilmente ni aún a Jos que se han mostrado dignos de ello por medio de disciplina., doctrinas, participación en Ja continencia, silencio qu inquenal u otras pruebas mem· mente preparatorias.
SIMBOLO 29
Cuando te levantes de la, cama, pliega las sá· banas y, borrlt las impresiones d,el cuerpo. EXPLICA'CION.-Este símbolo exhorta a que, habiéndote aplicado primeramente a. la filosofía., debes en segundo ll!gar familiarizarte con las naturalezas incorpóreas e inteligible~ . Levantándote, por tanw, del sueño y de la oscuridad nocturna de la ignorancia, no lleves co ntigo nada corp6reo a la l uz d() ht filosofía, si no purific.a y borra ele tu memoria todo vestigio del SU()ño de la ignorancia.
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No cornas el corazón. Th'PLICAcroN.- Este símbolo significa que no es propio deshacer la unión y conjunto de1 Universo.
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Significa. además lo siguiente: no seas envidioso, sino filántropo y comunicativo, y nos exhorta a filosofar a.cerca. de esto. Pues la filosofía es la única entre la~ cien!:;Ul.s y ar tes que no se apena con el bien de ·o tros ni se regocija con el mal de nuestros semejantes, considerando que todos tenemos la misma naturaleza, est<tmos sujetos a las m•isma.s p·a siones Y' expuestos a una for tuna común. Evidencia que todos los hombres son igualmente incapaces de prever los acontecimientos futuros. Por tanto, nos exhorta. a la simpatía. y al amor mutuo y a verdadera. comunión, como corresponde a animales racionales.
SIMBOLO 31
No
c~11w.s
el cerebro.
ExrLtCA.diON.-Este si'mbolo semeja también <Ll prime(o, pues el cerebro es el instrumento principal de la prudencia intelectual . El símbolo, por ianto, significa veladamente que no debemos dudar de las cosas y dogmas que ha.n sido objeto de deliberación . Bstos son los que han sido objeto ¡ie consideración in telectual, igualándose a conocimientos de naturaleza científica en cua nto a veracidad. .Pues los asuntos ele esta clase no deben considerarse por medio de los instrument.os de la fo rma irracional del a lma, como el corazón y
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el hígado, sino por medio de la. na.lura.!e-La puramente racional. Tratar estos as un tos con discusiones es una Locura.. ' EL símbolo nos exhort.a. a. venerar la fuente de La inteligencia y el órgano más próximo de la. percepción intelectual por medio del cual poseeremos contemplación, ciencia y sabidllría; · por medio de él filosofaremos verdaderamente y no confundiremos los oscuros vestiglos que la filosofía produce.
SIMBOLO 32 Aléjate ilulifjnadn de tus excrementos !i de lo8 restos de tus 1tñas.
ExPLIC\CION.-El significado de este simbolo es como sigue: desprecia las cosas que te conciernen )~ que en cierto modo están más desprovistas de alma, pues las cosas que est-án más animadas son más respetables; así pues, cuando practiques [¡~ filosofía, honra las cosas que se expresan por medio del alma y la inteligencia sin instrumento sensible y por medio de la ciencia. contemplativa, pero desprecia. y rechaza las cosas que se obtienen meramente por medio de los instrumentos de los sentidos sin la luz intelectual y que de ningun modo contribuyen a adquirir y perpetuar la inteligencia,
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SDlBOLO 33 No reci./m,s E·r-!J'lhimts. ( 1) k:Xl'LICAC10N .- Este símbolo parece referirse mcra:mente a la etimologíct del nombre. No recibas a un hombre imprudente y desvergonz<Ldo, ni tampoco al que se somoj1L de todo y es humilde en extremo por Ja imbecilidad de !\U in teligencia. 'l'a.mbién se ent iende lo siguienle: no seas tú como 1111 0 de ellos.
SlMBOLO 34 Borra. la se-fía:l del pote en la-s cenizas . ExJ?uc,~croN . - -Este símbolo significa !)ue el que es tudia hL filosofía debe relegar al olvido la eon fu~ ión y ordinari ez que existe en las demost raciones sensibles y corpórerts y usar en su lugar las que se !·elaciona.n COJJ los objews in teligibles. ¡)e habla aquí de las cenizas en lugar del poh·o de las mesas que usaban los discípulos de l:'itúgoras para completar la demostración.
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Un pez rojo.
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SDlBOLO 35
No te <werq¡!/fis a ro r¡ue contiene oro 1J(tra tPner Mjos. símbolo uo habla aquí de la secta filosófica que de {!no una mujer, ~iene mucho de corporal y que ~iende hacia abajo . .Pues el oro es lo más pesado de todas las cosas de la tierra y tiene ~endencia hacia cl centro, que es la peculiaridad del p~.~o corpora1; pero el término acercat·se no significa solamente estar -en conexión, sino estar o sentarse cerca. de otra persona. Ex.PUCACTO~ . -El
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HO'nra una {i[]1.tra 11' nn paso, antes r¡ne una /i,r¡ura y1 un l1·íbolo . exhortación de c.~te ~ím bolo es la. siguiente: dedícate diligentemente a. la filosofía y a. .la clisdplina y sírvete de ellas como escalones para obLe ner lo que te propones, pero rechaza el progresa r por medio de las cosas que honm y ve11era la multitud. Prefiere también la filosofía itálica (llamada así la filosofía de Pitágoras, porque se propagó primeramente en J.talia), la cual contempla. las cosas esencialmente incorpórcas, a ExPLICA'CIO~.-La
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la. filosofía. Jónica (Tales de .Mileto fué el fundador de esta secta.), que consid era al cuerpo como el obje~o principal.
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Abstrmte de j1ulías. Exl'LIC.o\:CION.-Este símbolo r.os amones~a a aparta rnos de todo lo que es co nuptib le en nuestras relaciones con los dioses y la profecía divina.
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Trasplanta 'mdJvas a tu jardín, pero comas.
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las
Exl'LICACION.- Este símbolo significa vagamente que las plantas de esta clase se cicrratt al poners e el sol y 1e parece apropiado hacér · nos lo notar. También aiiade traspla nta, es decir, observ a s11 naturaleza, s11 tendencia hacia el sol y su ~impatía con él, pero no esLés satisfecho .:on esto ni descanses en ello, sino continúa, t:·aspla.nta tu concep ción a p lantas semejantes y también a animales que no son semejan tes, a piedras~ a. ríos, en suma, a natura lezas de varias clases. Pues l¡¡.s encont rarás prolificas y multiforme$
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y admirablemente abundant-es; y esto, para el que empieza. estudiando las malvas como un principio, significa. la unión y armonía dol mundo. No solamente debes hacer observaciones de esta clase, sino multiplicarlas como si fueran trasplanLadas.
SIMBOLO 39
Abstente de animales. ExrucAcro~ . -Este símbolo exhorta a. la. justicia., a honrar a. toda la. humanidad y a muchas otras cosas semejantes. Con todo esto se pone de manifie.>to el sistema. de exhor tación por medio de símbolos, que encontramos abundantemente en ms antiguas enseñanzas de P itágoras.
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•;¡, SIG,VIFIC,\!JO SECRt:TO DE LOS SÍMIIOI.OS PITAGÚI\ICOS
En este capítulo inten ta el trad uctor dar una explicación del recóndito sentido de algunos de los símbolos ante3 expuestos y com~nta dos por Já.miblico. El traductor no tiene la. pretensión de haber acertado con el verdadero significado de los mismos, pero cree haber dado con una orie11 tación fecunda para inter preta r algunos ¡eje ellos. Segú n esta. orien Lación, los símbolos pitagóricos adquieren un formidable va.Ior de amoralidad, lo cual const ituye una de las principale.> carac terísticas de toda moral pante ísta. En todo sistema de moral panteísta. vemos que, a diversos grados de compenetración con lo Absoluto, corresponden diversos grados cada vez más atenuados de senti do moral, hasta. llega r al estado de supremo éxtas is divino, en el que los
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mandamientos morales han qued<~do de~provis tos de valor y significado. Los símbolos coment.a.dos por el Lra.ductor son algunos de Jos que cita Diógcucs L<bcrLio en su obra Vidas de lo.~ {ifósofoo •nr.á8 il.ustres. Algunos de ellos son idén tico.s a los comentados por Jámblico, pero otros ofrecen pequeñas va -
riantes.
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No herir el fuego con /.a e8-pad4. EXPLlO.'\ClON y co~IENTAtnto .-La.
espada que en t.u dicsLra, es ciertamente un ar••':~ poderosa, pero su filo no estú. en el acero de la hoja, sinó en el ibm2o ,que la maneja. Ctutndo éste es torpe, La •espada es un trozo de meta~ for jado que cae con pesade2, como si se tratase de volver al fo nclo do la tierra., de donde sólo salió para descloro suyo y del cspíriLu meng uado qu e la empui1a;¡ pero unida al bra~o como el caballo al jinete Y' como el fuego a la llama~ fúndense sus dos vidas en una, do un modo tan íntimo y perfecto, que tan aventurado es decir que [¡~ es pada se conLinúa. en el brazo, como que el brazo se continúa. en la. espada.. Pero ésta, femenina en su nombre r en su malignidad, encuentra también maridaje en el cerebro que gtúa al brazo. No hiere éste, no, por medio de la. espada.; hiere la visla aguda, e~griJnes
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que supo halla;· el punto descubierto del adversario; hiere la voluntad, más recta que la centelleante hoja; la mente, que concibió el propósito de desmoronar la vida universal en cada una. de sus almas. Llamemos, pues, inocente meLal al arma, torpe músculo al bm zo.• y reservemos el noble epíteto de espada a La inteligencia poderosa que da pábulo y aceite a. la lámpara de la vida y a rroja c:.trnaza a la muert.e devoradora . Y ¿cómo usaremos de esa espada? ¿La blandiremos al azar, como espiga movida por el viento? Locura. grande sería y neceda.d incalificable. La espada. será señora de Ja vida. y de la muerte, sola.ment.e cuando huyeudo prudentemente los puntos defendidos, ataque flamigera y feroz tos puntos blandos que est.ci.n al descubiert.o . P recisa. una sagaz y previa valoración de esos puntos susceptibles de ataq ue, para poder a.sí encaminar siempre la esp<tda por los senderos 'Cle la victor ia, gala.rdón de la f uerza.. Porque la f uerza no es ninguna en~clcquia estable : es un desnivel, una diferencia. · ¿Ha dicho alguien que la espada est{t manejada p or el valor? Ese tal míen te. La espada. está modda. por la inteligencia sagaz, por la. astucia y por la prudencia. Sólo así su manejo es un arte y lleva en sí cie•·ta espiritualidad y un dejo aristocrático. Ataca, pues, con la espada a l debil, o al fuerte en un ~rance de debilidad ; i pero guard<üe de atacar al fuerw en su fo rtaleza l i H ier·e sin reparo las cenizas, pero gmkdace de herir la hoguera, que la lla ma to-
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mani incrcmenéo y Le sepultará. en su,; fauces! Los insensatos han llama.do cobardía y dob le;: a C$tas enseñanzas, pero ¿de qué otra for ma las iban a -.llamar , si son insensatos? El que mi ra el mundo colg<tdo por los pies, ve lo de arriba abajo y lo de· abajo arriba, pero ;;u afirmación de que un objeto está en una dirección, es precisa.men te testimonio de que c.st:'Í. en la. dirección contra.ria. Si estas mis lecciones sigues, ob rarás ele acuerdo con la NaturaJeza, nttestra madre. ¿Has visto alguna vez la nuoo que vaya contra el viento ? La fuer;:a no es el valor; es la cobardía, es la debida colocación de cada cosa en el seno del orden. Tal es la lección del fuego y de la espada.
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No pasa.r pCFr enci·ma de la balanza. ExPr.rcAOlON Y COMENTAlUo .- El Universo es una inmensa jaula, que e,; po;ible tenga como puerta. eso a. que llamamos muerte. N o es fá.cil comprobar si existe .tal salida., pues, de existir, sólo la conocerán los que ya han salido por ella y nos han abandonado. Lo unico cier to es que .todos los seres vivos están encerrados en esa jaula donde convi ven. Pero vivir es desear ser deseado, poseer y ser desposeído; convivir es juntar en hórrida amalgama nuestras aspiraciones y nuestras cosas poseídas para. dár-
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ESCRITOS
noslas y; arrebatárnoslas recíprocamente sigui endo el fluj o de nueslro poder, que se transforma así en volun tad y dominio. Mas s iendo el Mundo un todo cerrado, el incremento de un sér se veri fica for~osanren te a expensas de otro; un suspiro que cxb.ahts e~ a lgo que has s ustraldo a1 medio arnbionle; un goce gue disfrutas, es una parte que has arrebatado del goce universal do todo¡; los :>ores y si t ienes en cuenta, además, que lo húmedo se equilibra con lo seco, lo frío con lo caliente, lo Jcn to con lo veloz, lo grande con lo pequcilo llegarás a la conclusión de que él M1mdo es una inmensa l>a.lan7.a de infinidad de platillos, un enorme balancín do infinidad de b raZO!;. Por eso los antiguos filósofos de la fnclia cor.denaban la acción, porque t~do platillo que) haces bajar con el peso de tus merecimienws, implica otro platillo que hace;; subir en det-rimento de alguno de tus semejan te~ . '!'al co mo la marea, que sube ·en unos puntos pa ra descender en otros,: de la propia. manera, los tenc~ natos bienes afluyen a una. persona para. dejar tl. ol.ra en el desconsuelo. La Vida hace desfilar Jos rayos de su linterna por sucesi va~ generaciones, y si no fuese porque abandonó <~ ta Muerte las generaciones que nos precedieron, no tendrü~mos aho ra. en el Un iverso ni sit-io donde poner los pies, tan ter ril>lc $Cría el hormigueo humano. 'J:oda acción es corrcla~iva de una pasión. •rodo bien va atado a un hilo rígido y resistente que arrastra por el otro extremo un m~ .
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Y estos hil o~ est¡j,n tan cnLrclazMios, que ;:i m.>ver un bien en cua.lquier f<C itt illo, h;~cc;; rcchina.r espantosament e una infinid;vl de males. Obrar es arreba tar, e~ v iolentar, es a-;e.~inar. La caridad no es un acto; c.s un nombre hueco. pues no hay acción que pueda $er nunca caritativa . 'l'odo lo que se da a uno, se pierde par;t otros; todo mal que se ahuye11 ta, es un macl que se deja s uelto por cl mundo con ~ us abiertas fauces . Y si para. evitar esos malc.s, quisieses no obrar, ten presente que no obrar absolut...'\mcnle es morir, pero que morir es obrar. No encontrarás cscapaLoria alguna. Arroja, pues, la. piedad de tu pecho. Salta violentamente en tu pl<üillo y a rroja por ol espacio a los infelices seres que, a¡> iiíados c:1 el platillo opuesto, buscan eu su debilidad apoyo para no caer en los abi;;mos de la muerte que asoman al borde de la pla.tafm·m;t. Y· sobre todo, 110 in ten L·e~ nuncn proc umr que tus saltos en l;~ vida gua rden t;o m¡>á:; con lo~ de lus semejantes, con objeto dll no arrojarlo~ en las profundas simas. Ko le en.:arames nunca al fiel de la balanz;t para ~altar :ülí sin perturbar el equilibrio ele los l>lal il los. No salies nunca por enc:ima de la b;~hwza para tender una mano al inl'eliz que V<t ¡t perder pie en el platillo opuesto. 'fales imp ulsos necios y presuntuosos con que quieres violentar la obra de la. Xaturale;.:a , constituyen delitos castig<Hlu:; con ferot:idad. porq ue esas <lesarmonías y de:>t'quilil.>r ios par-,¡
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cialcs, son precisam ente factores del total equilibrio y de Ja armoní a total de In. ba.lanza inmensa que desplieg a sus plat.illos en el espacio. Salta, pue:;, en tu platillo sembrando mate:; y cierra tus oídos al ajeno dolor, que los quejidos de tus semejan tes son notas que deben oírse forzosamente en el armon ioso cántico de la Natural eza . Pero que nunca te nlllcva la caridad a saltar por encima de la ba.lanza . Tal es la lección de la balanza.
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No estar sentado sob,re la ehenice. Em-uc,...,croN Y OOMm<TMno.-C henice es la me<lida. del coLldian o alimento que n ecesitam o~. T odos debemos, pues, usar diariamente de la chenice para vivir, pero no debemos desear el alimento ni la vida. Precisa. men ~e porque vivimos en el vasto seno del mundo y en el inmenso oleaje de la existenc ia, debemos 1lev;Lr la !lecha de nuestro deseo ltacia regiones ign otas. Absurdo e irracion al nos parecer ía ver que un arquero in tentara apuntar al sit io preciso de donde la. flecha parte, y, sin embargo, nos parece razonable y natural que apuntemos con nuestro deseo al punLo inicial de nuestra procesión a Lo infini~o . Jamás la flecha. ha. apuntad o al arco; jamás el ojo, que todo lo vé, se ha contemplado a sí mismo. Solamente sabrás vivir si logras concebir
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separadamente las cosas más inten~aliiente un idas. No hay 1•ino sin sabor, y, no obsl<tnl e, el sabor es cosa muy distin ~<L del vino. :::ii confundes la cÓmicla con el de.;eo de comer, y la vida con el deseo de vivir, eres hombre al agua. Parecerás a ese arquero que apuma con la flecha. al arco. Deseamos precisarnenle lo que no tenemos, y desdeña mos aquell o <¡u e es por nosotros poseído. Nun.;a verás un hombre ahíto que 1Lnsíe por comer,, ni una mujer hermosa que suspire p or poseer hermoSllra. Y puesto que vives-o crees. por lo menos, vivir- debes desear la muerte. Dtbes marcha¡· a.presuntdamen w por el camino d~ la vida en busca de su término; jamás debes disminuir la. velocidad (!.:) Lu ca.n'era; jamás debes buscar reposo alguno en el vivir, que la vida llama & la muerle como la noche ;Ll día. Debes obedecer ci!lga.mente sus mandatos,, puesto que disfr utas gratuitamente ele sus beneficios, y, por lanto, jamAs debes sent.a.rw en el rústico banco del placer, Runque _po r una aberración singula.r te agrade. Pero, sobre lodo, no emplees nunca la. chenice a. guisa de taburete por bu~<":tr d reposo ; marcha siempre decidido tras los prodigios a.te~oraclos de la umer Le, pero, si por ser débil y cobarde necesitaras l;omar a liento, siénlat.e c11 todo caso sobre el suave arte, sob re la afilada filosofía. o sobre el ensordecedor barullo de la\' gente.;;. ~o acerques nun ca la chen ice al inmundo lugar de t us posaderas, qu e a c.c;o rqu i1•a.lc
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el convertir Ja \ida en un<~. :;ucesión de harturas. '!'erminarh~ esta lección aquí, da<h~ su exccsi va evidencia, si no iuera por lo arraigado que está ese maldito vh:io de comer y de refocilarse en la, comi da . .\ byecta y asquerosa es, repug nan te y fétida, como se pone de maniIics~o en los eructos y en los vó mitos, así como ert el vientre abier to de un a.rrinut l c:;pachurrado en la vü~ pública . Pero se h;toe todavía más odiosa si se tiene en cuen k~ qu e hacemos de la mis tu<~ el gancho de una Lenaza qlte nos apri siona. y que nos hace uar vueltas incesantemente por el circular sendero de la vida. Comemos y dormimos para tomar fuet7.as; trabajamos para quedar de nuevo en la debilidad; f uerzas t.omamos otra vez; débiles otra vez quedamos. Es más feliz el asno, que, en su insípida c;trreí-a alrededor de la nor ia, oye el rumor misterioso de los canjilones que mueve con su trab;tjo. E n c;tmbio, no son nuestro:; dedos los que mueven e imptllsa n la. máquina. del Universo. ¿ Logras ver algún sentido en el ansia de co mer ? ¿ No merece una tanda ue h\tigazos la bestialidad del que, con la panza exhubcra ntc, se sienta. sobre la c!Jeuice pa.m gozar de la digestión y del recuerdo de la comida.? .lüa.La. .cosa es comer por comer; pésima., comer para vivir; !Jorrible, vivir por 1¡~ vida misma. PPga un pu ntapié a. la. chenice para. que no la encu en tre.~ ya más en t u rego<:ijada ma rcha ha cia, la. muer te. Que si la vid a carece de sentido,
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digna co:;a es morir ; y sí, por r:t~·a casual ida <!. en cer rase algún ~cntidu oru!to, po!· in l'imo q\ll'
.:. w.:ra, el morir sc!'it;. cosa ;:gradahie y tii ..-.traícla, pues n o~ facilita ría .la ~otució n del nrertij o. l'ero s i e res de espíril u tan mcnr:uado qn<' uo puede$ tomar la. muerte como <t<:lD ele con \·s dignida;cl o de suave pa~atie mpo, vien<h>tc constrdí ido a clarie un cariz de ridicul ez trágica , dimelo cuanto anLes .que na te molc.~t.aré con mis ~erm ones, sinó que l e diré: simplcmenLe: ¡ \"i,·e, hombre, vive! i Emoriúgat.c eu <:'1 ••ivir. acerca l<t cheuice IL t us posa.de ras Y' perfuma tus narices co n e l tufi!lo de la p iara hum;: na ! J:';icil es ,-ivjr, pero morí:· es co~a y<t dificil. 'J.'al es Ja lección de la c!1enicc .
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M DO L O
comer corazón.
E xl'LIC.I.(l{O:-< Y co~tEI('fAJUo .-Sabido e :;
que
en el corazón residen los scntirn ieuLO;; quu a.g ila n nuestro pecho, como en !a cabeza re~ iclen los pensam ientos que revolotr:~n a guis;t d1' paloma s .e n su paloma r, y como en el hígado rcl> iclcn las pasion es que dan nacim ien1o al odio. a la luj uria y a. ht envidia que corroe. Por c.'o los soldados de las an t iguas erl <tdes dcvorao.l!l con deleite el corazón <1~: cncmi!!o moriimndo. pues, no habién dose pr.,pagado todavio.~. los mara villosos '·doncs de !a H.eLóri ca, que nos in fun d~ cualqu ier sentim iento por med io del discurso, se
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vcía.n precisados a comer el wrazóu del cadú.vcr del a<h·ersario para reponer las migajas de valor que se escapaban con el batallar continuo . Ha sido, pues, p i'it.c~ica constante en el mundo esa trasfusión de sentimien ~s entre clisünta.:; personas: cuando un conocido nos habla. no hace sinó meternos por los oídos manojos de palabras que se con vierten acto continuo en scnl.imicntos, y, de modo análogo, la con t-emplación de un desdichado nos hace sufrir y la visión de un poderoso nos produce temor, respeto• o envidia. Es m{~s; igual vir tud poseen los seres inani mados: el brillo del zafir nos alegra él ánimo y la. visión del inmenso mar MS <la calma al espíritu; y por si esto fuera. poco, hallan todavía :~l be;·g ue en nuesLro corazón los goces e infor tu nios de los héroes de las leyendas fabulosas. E, inYersame me, completam os esa mescolanza sentiment al infu ndiendo fragmento s de nuestra propia vida. a los seres imLni mados que nos rodean: decimos que una. mon ta.ii<t se ~leva hacia las inmensida des del espa.cio, e imaginamos las columnas del Pa.rtenón como aguan tan do por un vigoroso esfuerzo de s u base la proporcio nada mole del edificio, y, sin emba.r'SO, na.d<L de ello es cierto: ni la cim¡\ dril monte busca la nube, ni las columnas sostienen el t-echo del l'artenón a la. manera. qu e Atlante ~o;;lieae en sus hombros la 'tela agujeread a del firmamen to; toda partícula material t-iende ha<·j:¡. jas regiones subleo·¡í,ea.s y la..<; columnas no
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hacrn sinó descargar pa~iv<tmcntc en el ~uelo el pe:;o de la techumbt·e. Quiere lodo eso decir que, aunque no arranquemos con las manos ningú n po.lpit.aote corazón pant devorarlo, comemos, no obl\tautc. corar.oncs de todos los seres que nos rodean, ya que nos hacemos partícipes de las alegrías y de los infortunios que en los tales órganos suyos Licnen su a.siento. Del mismo modo que ('[ t igre abre sus fauces al olor de 1a sangre, disp uesto a devorar su presa, así el hombre, bestia feroz también, muéstrase siempre dispuesto a devorar el primer corawn que se le presenta al paso; siempre le verás dirigirse a los paseos o a la plaza. pública, a} tribunal o a los regocijos populares, pues necesita. inquieLudes a(jenas que devorar o a~egtías ajena." que rompartir aunque en lo más mínimo le afecten. Y aunque se disfrace con la ca.ret.1. del misántropo que huye de los hombres, o del poeta que se a.c01·ca plácidamente a la N atunt, siemprCi dcscu brirfts Cin él hambre de corazones: se conmoverá con la majestuosa tr ister.a de la luna y llorará. con el contin uo parpadear de las estrellas. Da esa. perversión feroz de la naturaleza humana, nacen esas aberracionCi.'\ que se Llaman amistad, amor, sentimiento, odio r filantropía, que son cauces por dondCi penetran atropelladamente en el espírit.u infinidad de desdichas y calamidades. Imagina., lector, un tonel en donde vierten sus aguas infinidad de caf1os de agmts Lurbias y cr ista li nas, früts y caliente:;, pcsLífcras y
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aromática~, r supón, uclemús, c¡ue ese tonel f-<'tá plagado dr agujeros y resquebrajaduras por don(](~ ~e derrama el liquido asqu~roso que re~: ult;t de tan abig-anada mescolanza. Pues é.<l<\ es la ima;.:cn ele nue~tro c;;pírim abier t<> por doquier a lo~ ><ent imicntos. ¿No te rlará grima contemplar c.-,pectáculo La.n lamentable? ¿~o procurarás aplicar todo tu esfuerzo a la reparación de e..~a. desdicha hasta. dejar el t<>ncl de~pro,·isto dr la. m;ís mínima resquebrajadura.? ¿Y no ~en\ ésta. la. única. manera de con>ervar en ~u3 propia.·; madre.c; y libre ele corrupción el aiiejo vino recon fonador del ánimo? Y si aceptas como exacto el símil ¿ por qué no te aplica~ cuanto antes a. cerrar con toda espita. tu alma. a 1odas esas bárbaras e infinitas influencias de In. amistad,. del amor y de l a simpatía, remin isce ncias de tiempos bárba.. ros? Si eres un sér vivo y tienes una. vida. que vivir ¿ por qué no vives tu v ida. precJsam~nte .Y por qué te elllJ)eiias neciamente en coger con las m<tnos vidas ajenas? No te dejes afectar por el dolot· de la personn a. qu ien más ames, q Lte 1?~'-C dolor le per tenece a él y ~ola.mcnte en él tiene existencia. y significado. No Jleve.s t u necedad ltasta el pun to de suponer que ese dolor flota en el ambiente como un<t bombilla. de jabó n y que puede ser recogido por el primero que se presente. Recoger el dolor ajeno es rob<tr, con la agravante ele que es un robo s in p;·o,·edto. El dolor dr Valías pertenece sola mente a. él, y na.ilie mú;; puede por aquel dolor ~er mordido.
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Qui'>i<'ra que esu>~ razonamient.os Le impuls;tra.n a. crrmr l:t c~pill\. por rloncle penetra el dolor <'n !u pcdto. Pero ello l!it d;~ ~er <t condición de- que rierrc..~ r.-unbk;n l;ts dci placer aj eno que pretende~ robar en rl torbt>llino de las ~<.'n le$. Ya has visto cuán feo es el c.spcctárulo de esa bárbara mezcla, ya te acabo de insinuar también que es rotalmeme ilu~orio su provecho. Hubiera. deseado que renunciaras a comer corazón por motivos pummente estéticos, pero te encuentro tan reado hoy que no quiero omitir los motivos que dicen relación al ¡)ersonal inferés rastrero. Insi:>tiré, pues, en que el corazón no es un alimento digerible; podrás comer su carne, pe.ro expelerás por c.! orificio posterior los sentimientos que contiene. Antes una gota de Uuvia atr:wcRa rá. el acero que un goce de otro ~ér á.Lra.vcsa.r:í t u espíriLu. J:;s posible que nada se mezcle en este J1lll1Hio y que ca.da mescolan7.a no ;;ca ~inó una yuxtn.pol<ición de átomo;; al !arlo unos ele otros y ron propia ind iviclualid~d, pero lo que no ofrece dud<t es que nadie logrará. mezclar los senLimi enLos de dos espíritus dis!.irlios. .Gos Luyos Hie'mpre wyos senín, y tos ajenos siempre ajenos scn\11. El rlo.lor rle un amigo qncclar;í en él, y (Íl potlr;i ~, <t lo sumo, dar nacimiento en Lí mi>mo a un dolor tuyo que con aquél marchan:t paralelo. Rodearlo de la. multitud y creyendo ~e infiltra. en tí su Jora. alcg!'ia, marthnr:is si<'mpre solo coa tus inquieLudes. ~i con ojos ajenos verás, ui sentirás con ajenos sentimientos.
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¿De qué te sen•ini, pues, de,·orar extraños corazones? Deja que cada. cual viva su prop ia vida y que vea con sus propios ojos. Bccójete tü .en ti y vive t.tl .en t.i mismo. Pon una, llanera a las fron teras de tu sér y aíslate en tus :,cnlimientos como el español en el emb0%0 de su capa. 'l'en presente que de todos modos vivirá<' en la. soledad de Lu \"ida., aunque te rodees de un millón de personas, y que ni un soio sentimiento ajeno ~e incorporará. a t.i, aunque devores como bestia feroz 1111 milla.r de corazones. Y ya que las Parcas se han dignado fabricar para cad<~ uno de nosotros el ovillo de una vida diferent.e, sé can ellas galante y cuida de desenrollar tu ovillo bien, sin hacer un embrollo de madejas. Es muy posible que e!;e devanamiento de ovillo a que llamamos vivir sea una faena tonta., pero si la realizas con pulcritud Y' clignida.d, podrá ser tan digna como la pobreza del hidalgo. Y siendo digna, será hermosa . 1'al es la lección de íos comidos corazones.
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A?l"!UÚlr a. llevar la rarga y
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im'fl(Jnel"la..
EXPLICAOto.N Y co~mN'fA.'R~o.-La vid1t es cierLarnentc una cMga, pero es carga suave, li~cra, agmdable y fecund:t en peq ueños goces. Es carga. que no fal.ign; es fardo tar1 agradable, que sólo lo abandonamos cuando la 1\fuer te Yiolenta.mente nos lo arrébata.
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Otra ca.rga. hay m[~s pcs;~ua., má~ llura, mi> a])rumaclora; es la. carga del pecaclo, que nos aplasta con su peso y nos mata para no r<:'sucitar ya nunca. Por eso dice el maestro Pit<'tgoras que a nadie debemos imponerla y que, por ef conti·ario, debemos arrimar el hombro para ayudar a. llevarla. Debes, pues, guardar tus pecados en el último r incón de tu alma, de la misma manera que. guardas t,u oro en ci uitimo rincón ele tu faltriquer a. Y el alivio del pecado ajeno debes verificarlo precisamente cargando tú con algún pecado, análogamente al mod o como cl arriero alivia el pe.-;o de la caba.llería. t.argando con a.lgün paquete y no tirándolo en medio de 1a vía püblica, que esto no seria. caritativo a livio, sinó a'bsurdo desp ilfarTo . f'orque es r,an reciO el pecado, que nHnc<~ 1o podrás aniquilar por más que lo inlen(es. Y gusta tanto de roer el corazón humano, que nunca lo podrás aventar esp<trciénd olo por la estér il inmensidacl del firmamen to, ni precipitándolo a los verdosos abismos del mar, ni manten iéndolo apris ionado bajo tierra. Es un parásito de larga vü.alidad que se aloja en el hombre y oue cambia de habitación como ttí y yo cambiamos de traje. Por eso el pecado qne arrojes de !í mismo se alojará en otro hombr;y :por eso debes abrir lugar en t u alforjn para el pecado de que vaytas 11 ali viar a tu semejante . :Mfts no debe lodo esto apesadum brarte. Ya hizo nolar el maestro Platón que el mal debe existir en alguna parte si quieren exi.i;ta su cont.rario el bien, pues ni Jo ele a rriba existiría sin
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lo de abajo , ni lo gra nde existiría sin lo peque ño, ni lo cálido existi ría sin lo frío, ni idea :tlguna existi ría si n estar at.nda a ~;u COJI trario por férrea cadena.; y que, como no es decoroso alojar el mal en el Olimpo, en compañí:l de los dioses , fuerz a es que convi va con nosotr os y que nuestro mundo subl unar sea. a:lbergue de toda$ sus c:oncupiscencias y maldades. Yo quisiera, lector, qne mis palab ras lleva.rarr '~ tu án imo un cierto amb iente de seren idad que te incita ra a recha zar el pecado y el mal, pero sin odiarlos y sin inten tar necia mente su ext.erminio, pue.«, no sólo gozan de una fuerte inmor talidad, sinó que - en secreto de Jo digoconviene darles pábulo por bajo mano a fin de que el bien nos ilumin e con su respla ndor celeste. Sospecho que los teólogos se han dejado arras trar un poco del humano renco r ·aJ condenar airad amen te e l pecado y que se han dejado Ue~·a.r de su buen deseo al con fiar en que algún rlía queda nl exterm inado el nU:tl, y el bien resplandecerá. sobre la Tierr a. Mal lo pasar ían lo¡:. gatos el día en que quedasen extermi11ados sus enemigos los ratones. Y t.engo para mí, además, que ningu mt cosa. de este mun¡lo es suscep tible de exterm inio: ~acude la sirvienta el polvo con Tabiosa fu ria y c.rce haberlo destruído cuando no ha logrado sinó cambiarlo de lugar, dejándo lo flo t<mte en el aire; búrlase el polvo del estrépit,o que ha :ll'lnotllo la infcl iz mujer y vuelv e a dejar,;e raer 'indolcntem"nte sobre él mueble donde arúes reposaba. Si reconoces, pues, que el pecad o es inmortal
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y conveniente, reconocerá.<; también la estulticia de dos modos de conducirse la humanidad frente a.l pecado: uno, modelo de simple~, que pretende pura y simplemente su exLerminio; otro. rabiosamente egoista, que con~istc en querer sacudirse el mal a. toda costa,. sin reparar en que ello implica arr01jarlo a las almas de lo3 demás mortales-cosa infame,-o llevarlo a la región de los dioses -co~a sacrilega;-pretenden limpiar el alma con la moral a la manera como se limpia. una habitación a fuerza. de escobazos. Una. sola. línea de conducta queda, pues, razonable y digna.; tal es la. que el maestro Pitágora.s nos señala en osta. rn{~xima que comentamos. Precisa aliviemos el peso de la carga del pecado a nuestros semejantes y no vacilemos en ensuciarnos con el pecado ajeno, que el mal es un grillete que ' debe llevar [¡~ humanidad a través de su destierro por este mundo inferior, y d.ebemos hacer que nuest.ro peso sea soportable a nuestros herman os ele cautiverio. 'Abre, pues, tu comr-ó1r a todo mal y a. todo .Pecauo, con la misma generosidad con que Ja. maure 'l'ierra abre su seno a l<t htnnan idad sin distinción de S<lxos ni del razas . No vaciles en rccog<lr el pecado <lel J)()()r criminal, pues, uel mismo modo qu<l pr<lcisa primero ensuciar el pavimento con serrín para dejarlo terso, asimismo precisa te manches con el ajeno mal para que tu alma pueda quedar diáfana. Pero si una. hermosa mujer te incita suspirante a recoger el pecado más sabroso ele sus encendido~
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labios, te aconsejaré con cautela : acéptalo, por ~;cr el pecado un mal, pero desconfía, porque de mujer proviene; que la mujer es capaz de pone1· maldad en el mismo pecado. 'l'al es la lección de ayudar a Ueva.r la carga.
SIMBO LO
iVo orinar de cara al sol. ExPLICACi oN Y COMEISTAJUo. -Quisiera dar a. esta profunda y delicada míbx ima un comentari o digno de su sutil hermosura . P ero es que, al contacto de las cosas, el espíritu humano se ha hecho pesadote y no puede elevarse ya a la región de las puras idoas - donde el bien y el mal han sido superados - s inó por un Tuclo corto y chabacano al estilo del de las gallináceas. Procuraré , no obstante, remontarm e hasta donde pueda, y pido desde luego perdón si no alc¡utzo a regione.~ más elevada,.~ . No sé si gustas, lector, de contemplar el espectáculo de las cosas, ma-jestuoso y cruel, ni si gust.as también de oponerte el ingenuo espectáculo de la inocencia humana-¿ qué es eso de la perve1·sidad y del crimen? - Un poe~:~ a. quien conocí, falto casi siempre de inspiració n, supo, no obstante, expresar con tal elocuencia ese espectáculo, que, a PCS<J:r de mi natural aversión po:· la pO<'SÍa. quiero t.rascribir sus versos, pue~ conslitu.,·cu una excck;,te introducción <t mi comc¡Jl.ario. Hélos <tquí:
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La luz del Sol baiiaba la pradera c<m 1ma displicencia que dolú1; árbol, guS(J,nO, pi~lra : todtJ era bañaclo por ig~tal, wta tt·as d·ía.
El Tiempo resbalaba sobre la era c1m 1ma dejadez que a<lormecía, '!!'a lo.~ _gritos del Hombre: para. espcm !/ al elemo dolor, sordo se hacw. JiG fuente sUsurraba placentera monótona 'IJ' suave melodw; Sl~ paz cruel, mlordaz insulto era a la inquie~l·d del. T!omlJre (jit-e vivía..
Y una 1¡11/)e avanzaba en la ladera su estulta ·m:ole fofa, blo.ncn, fría.
Rn el campo, en el cielo V' por cloquiera el silencio su diente hinca<lo había, 'IJ' el Homb1·e me1ws qtw un guijan·o era en aquella im7>ertérrita armonía. ' Imagina, pues, el espectáculo del campo en una de esas mañanas a que alude el poeta; mués tra.se exh uberancia de luz )' Ja Naturaleza yergue la cervi7. poniendo ele man ifiesto su recóndito poderío. No es ya una masa inerte, pasivo escenario de las humanas pasiones, sinó que, poseída. de vigorosa vitalidad y henchida de lujuria., muéstrasenos Cfhada iuclecorosamen-
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te panztt arriba, en desn udez obscena, para govolupLuo~am<'n te de las fecundan tes CJUanadonc~ del Sol divino. Ma<lre de.-.;piada.da y lúbrica, no cu ida de noso~ros, sus hijos, y no la cor:mucven loo asolamientos de · tollas nuestras ciudades, ni la desaparición de infinitas generacione$. ni las hecatombes geológicas que devoran islas y continente.;;. Serena e impertér :·i.a en su lujuria insaciable, no llegan a su corazón enorme los qu ejidos amontonados de la humanidad, que serán para ella como imperceptibles átomos, y guardará tal vez sus brutales afectos para serc.-; monstruosos que, al otro lado del firmamento, habiten gigantescos espacios. Teniendo {)11 cuenta ~odo esto, ¿qué dirás, lector, si ves de pronto aparecer por un sembrado a un zagal de corta edad que dirige al horizonte su mi rada atrevida y contempla sin asomo de temor ese espectáculo de Ja Naturaleza que te Uena de congoja? ¿Y qué diríts si, frente a la férrea, majestacl ele las cosa.<;, ese za.galejo niflo cclm mano a la, parte d.elantera de su p;~n talún corLo, MlelanLa su pequefto vienLre y, em puña ndo el Licrno bizcocho de la. viri lidad, htnzn iusoleutelllenLc a. la faz del Sol el dorado orín eu chorro de amp l h~ curva.wm? ¿No temerás ver castigado :;u atl'e\·imiento con fulminante rayo? Y yo, en arrebato ele inspiración, exclamaría: « i Grandioso e ineverentc· reto a la cruel grandeza de las cosas 1 i Tmpetu a.lti\·o de niñez que no halla eco ya ni en corazón de adolcsz<tr
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cente! Odio llevamos también en nuestro cara· zón, zagalejo imberbe, pero devoramos s ilenciosamente la pen<t que nos corroe. Guárdate de provocar .otra vez la ira de la Xaturaleza., cubre Lu inofensiva arma viril y ven a. reunirLe con nosot.ros,. que aprenderás de los ancianos a. conspirar en la. sombra.. . »No luches, no, en pleno día, no rotes en pleno Sol a. ht NaturaJez<L inmensa. Espera que las neg ra~ ~o mi>ra.:; broten lÍe ]¡¡,s cavt· rnas e inv<J.dan los caminos, porq ue entonces, alentados por la impunidad del secreto, es cuando nos entregamos a nuestros conciliábulos y maquinaciones. Y, aunque no estás en edad de sumarte a. los conjurados, en premio a tu \'a.lentía. sin par, te informaré de nuesLra tonspira.ción en ténninos generales. Por el fuego queremos arrasar y de:;tntir la mole del Universo, pero nos vemos obligados a cmplca.r un fuego infinitamente más poderoso que el. que, procedente del rayo, robó del Olimpo Promcteo. Comprenderás que éste no sirve sinó para especLáculos de iluminación y piroclenia., y que es absolutamente incapaz de dcnmLr con sus fauces ht inmensa mole cósmica. Precísanos un fuego sutil que dest ruya sin llama, y sin humo y sin estrépito, que alcance remotisimas regiones, que llegue solapadamente a las cnLraiías y limites de lodo lo que es, ~· <¡ue a. los ·mi:;mos dominios del no-sér se asome. Invisible e impalpab!c, 1:ero cxtraordinariamcnLe destruct-or, día llcgttrá - te lo juro ·en que consuman'~ ·su obra vengadora. ;\a.d<J., excepto el,
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subsisLirá y sólo él reposar á serenamente en el vacío. »Pero mucha cautela. exige, pequeño ;.:agal, esta. nuestra empresa magna.. Por eso guardamos las chispas de ese fuego inmorta l en un lugar recóndi~o donde no pueda ser visto ni pueda. extra.viársenos: adent ro de nuestra cabe7.a. está, ·encerrado en los huesos del cráneo y oculto por el cabello a hL vista de los dioses, para mayor disimul o. • Y de otra. arma nos valemos también, aunque secundaria, para ay udar a. la del fuego. Me refier~ a. esa que has ostentado imprudentemente a. la luz del Sol y con la que acrecen tamos sin cesar el número (le los conjurados . Es arma. que a.ument.a. nuestra s miserias-y por eso tal vez nos la dejó Nat ura- pet·o que favorece grandemente el triunfo de nuestra venganza. Oculta gardámosla. también y has ta fingimos ignorar que con nosot ros la llevamos. Pero en la umbría noche, cuando la Naturaleza. duerme, ella tmba.ja ... »Consp ira en la sombra con nosotros, valiente zagal, pero no incü es a deshom las ira..<> de la. Poderosa Naturaleza., ni hagas que nuestros planes se vislumbren y malogren. No muestres a la luz del día tus odios n i tus armas. No orines de ca.ra al Sol, zaga.lejo niño» . •ra.l es la lección de no orinar de enra al Sol radiant e.
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No a8omar los pie.s por debajo de las sábanas. Elx:PLICA.CION Y COMENTAJUO.-Ima.gina, lector una. habitación sumida en clara y· su.a.ve penumbra; eu esa habitación, una cama de esas que parecen más bien mue6les de elegante reposo que de inanimado sueño; y en esa C<Uila hospitalaria, una figura de mujer, menuda y !illbrosa, reposando de costado con ademán recogido y dejando asomar tan sólo por fuera de las sábanas una. enmarañada cabellera.. L a discreta. ondulación de la sábana da a sus formas morbidez suave y como esfumada; el reposo de la. habitación impone, y diríase que es aquella. plácida. habitación un rinconcito de cielo. Pero s upón por un momento que esa diminuta figurita de cera se agita momentáneamente al impulso de un f ugaz ensuéño, que estim su cuerpo, que vuelve cl rostro a lo alto, qu<> Jlace a.cíemán como de desperezarse, que pone rígidas y entreabiertas las piernas que se dibujaban juntas y ondulantes, dejando asomar sus pies por debajo de las sábanas. El hechizo queda roto; tórnase mujer lo que parecía un hada y aquellos piés que asoman vergonzosamente, da.n en aquel ambiente de paz una sensación plebeya. de carne. Pero ¿de dónde viene esa fealclad que se manifiesta en los pies que asoman por deb¡Ljo de la sábana.? No puede venir de los mismos
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ESCRITOS
pies, que en las mujeres l$Uelen ser tan hermosos como la cara, y campot o puede venir del espectáculo ele la carne, ba:iu pena de cond enar a Fidias, Praxiteles y í.:euxis, que radiante de belleza. la mostraron. Esa fea.lda.d viene,; sin duda alguna, de la mezquindad de la sábana y de la cama. Qu icre decir con esto el maestro lJitágoras que, así como la canm y la sábana dan reposo y calor al cuerpo,. así las ambiciones y los 'éxitos dan reposo y calor al alma. Y que así como no debemos reposar en una cama pequeña, para que al primer descuido no ason1en por debajo de ella nuestros pies, así debemos descansar en amp lísim·a s ambiciones, para que nuest.rl~ al ma ouede perfectamente a cubierto. El deseo y el éxito constituyen los dos extremos del eje alrededor del cual gira y debe girar toda nuestra exiswncia. Pero a. condición de que ese eje tenga una longitud ta.n grande, que perfot'C la bóveda de los cielos y los abismos que se exti·en<len por debajo la tier m que pisamos. El hombre que limita. sus deseos,, es un hombre que castra vergonzosamente su l' irilidad espiritual, quedando reducido a. un montón de carne. ¿. No comprendes, lector, que el deseo es infinito 0!1 su ,;:;encli1 y natundcr.a? ¿No ves, q ue puedes desear lo que hay· al otro lado <le las montañas, lo que se extiende más allá de los más anchurosos mares, lo que para siempre haya dejado de existir, lo que tiene ;que <existir todav)ía. e. incluso lo que es impos ible pueda jamú~ adqu ir ir c.xi:;lencia?
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H ubo un emperador filósofo, Marco Aurclio, que creyó de~ea.rlo todo y pro nunció aquella. frase: « i Oh, U niverso, deseo todo lo que tú deseas! » sin comprender que ese deseo que él creía. de extensión monstruosa, resulta todavía. mezquino y ruin. Los anhelos de todo el Un iverso son todos ellos insuficientes para saciar nuestm sed de des<'a.r, que jamás puede q ueda.r sa.ciada,, pues constituye la médula de las mismas cosas existentes. P ero desear toda!l las coMs en este sumo grado de universalidad, es Jo mismo que no desear nada de un modo concreto. Fíjate, lector, en que el desear una. cosa equivale a. dejar de desear , a unque sólo sea por un momento, todo el - resto del Universo. • Por eso ·el sabio atraviesa la vida. como una sombr a silenciosa, sin dejar rastro ni promover barull o; lleva en su corazón un enorme fa.rdo r epleto de deseos, pero considem que es te Un iverso no tiene dignidad bastan~c para volcar sobre él el conwnido del saco. Y es que el mundo, y los espacios, a ¡pesar de su inmensidad.. son pequeños ... Tal es .la lección de los pie.> q Lte aso man po r debajo de la. sábana.
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No restregar la sí!la con aceite. E.u>LICA:CION Y COMT.NTARJO.-Ha.y gentes que gusta.n de estar senta.da.s con omnímoda. comodidad y que hacen del placentero reposo algo así como un rito. Untan la. silla con aceite para darle un brillo pulcro y terso, y, sentados en ella., gozan de una. beatitud oUmpica contemplando como desfilan ante su mirada todos los dolores del mundo. Contra éstos escribió el maesLro Pit,á.goras la máxima a que nos referimos. No es con aceite, sino con petróleo o a.g uarrás con lo que debemos restregarla., para. que al menor descuido nos tueste la. carne y levante ampollas en nuest,ra epidennis. Comete un error el que cree que el vivir es permanecer sentado en la Justrosa silla de una inefable felicidad y que a cambio de unos golpecitos suaves en el pecho, va a. obtener una beatísima be.atitud al otro lado de la muerte. Vivir es desear- óyelo bien, burgués ladrón. pícaro de siete suelas ;- no crea~ que dejándote sac<tr unas pocas pesetillas por los curas, escaparás a ser tost.ado en la. inmunda fragua de la Naturaleza. Porque desear es sufrir, y, sin dolor ni deseo, nunca hubiera habido vida . Somos hijos del deseo e hijos del dolor, y en vano es que los cobardes como tú pretendan renegar de ta.l casta.. ·
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PITA GOR ICOS
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Clava descomuna!e.<; púas en Lu silla ¡le detrás del mostrador y aprende por adelantad o a refocilarLe en el dolor que desgarra la carne y pone frío en los huesos. i Bestia anémica, pammdo animal, insensible paquiderm o, busca la amistad del dolor, que forma nuestm conciencia, y contempla sin pestañear el reposado seno de la muerte, q tte dispersará tus cenizas por l o:; cuatro áml.>iLos del espacio, f undirá el soplo rlc tu vida con el SOJllo del viento que circula. por el mundo y te incorporará. otra vez a la vida de las cosas, de las que moment,1.neamentc te habías distanciad o en tu forma hu ma11<tl i Cuán vil es tu alma de Lendero, estafador de incautos compradores~ que te creces en tn v ileza e intentas estafar a Ja Divinidad 1 ¿ De dónde has sacado tiÍ que con misas, limosnas y: unos golpecicos que no duelen, vas a conquistar para siempre un rinconcito de cielo? ¿No ves que son los cura,s los que te estafan a ti ?. Explotan tu cobardía de vivir y se ríen luego de tu inocencia. ¿Quieres que 1e comuniqu e un secreto? Sabe que eres inmortal. No te asustes pensando que un día has de mot"ir y que la llama de t u vida se ha de apagar para siempre. Tú vives y vidrás. Y antes te cansarás tú de vivir que la Naturalez a se cansará de comunica rte vida. Pero no vivirás en paraísos de beatitud, ni con ángeles ni con huríes. Vivirás aquí la vida de todas las cosas, te angustiar ás con las angusti¡¡.s de todo ~o existente~ sentirás )a frialda4
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de lodo lo que tiene frío, arderá~ en todo Jo que fuego Licne, grmirfts erl todas las cosas que gi men . ; l'ueH no fallaba más ! Perderás tu c:onc-icncit\ indiv idual y rormarás parte de la gran <·on<·icm:ia uui1ersal de todo Jo que existe. Ya pueue.; ir a que lo~ curas te consuelen, que tu turno te ha de tocar de la misma manera. Aprende de nosotros, los valientes, Jos honrados, los que aún en nuestra forma indil'idua.l humana sentimos en nosotros los dolores ;~jenos, los que anhelamos incorporarnos al dolor universal, los que deseamos morir para contemplar más de cerca el misterio de las cosas, los que deseamos vivir la vida de las piedras, de los animales y de las pla.ntas. No haij' cu idado que quieras tu formar con nosotros, con lo~ amigos de la trágic;t verdad, pero ya, formarás .t ht fuerza cuando vengas con nosotros de rea!.a. i Ladrón, -estafa.dor de parroquianos y sobornador de curas.; ni estafn.rás a l Dolor, ni sobo rn anís a la Muer te ! Ta l es Ja lecció n de la s il la restregada con aceiLe.
S ! M BOLO
No criar aves de
1uias CIJrl:as .
EXPUCAC!ON :í COMENT.\RJO.-No crí es bichos de tal ral ea, por·que te sacarin los ojos. T odo el mundo está compenetrado de esta máxima, pero cree est~r en seguridad con sólo abstener.se
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de la cria de cuervos y gavUa.nes, sin imag inar siq uieril. que está crianclo en ~ u cora.zón unas aves de uña~ más reLorcida.s y de instin tos más feroces . A éstas alude el maestro l'itágoras y de éstas no~ vam~ a ocupar en el presente comentario. Esas temibles aves de rapiña son los deseos, las aspi racionc~, Jos impulsos del alma . Críalos 1:1 iiombre en ~u corazón d~de que viene aJ mundo, les da. pábulo, los mima, se somete a a ellos y, como ln<is se inclina éste a sus C;\prichos, con m~ furor picotean aquéllos en sus ojos y desgarra.n sus entrañas. lma.gina, lector, un miserable enfermo :tbandonado en un barranco. Si éste tal tuviera. valentía suficienw para no aspirar a nada y morir reposadament,c, podría considerarse dichoso y feliz, pero s i tiene Ja maJa ocu rrencia de querer permanecer un os instMtLes más en la vida, puedes asegurar que ha Lrazado la. senda de su desgracia. Porque luego querrá sufrir menos; luego reposar bajo techado; luego, ser asistido por un médico; luego, descansar ·en blanda. cama.; luego,t recobrar por completo la. salud perdida. Y no pararán ahí las punzadas del deseo, porque, una vez conseg uido todo esto que se le apa recía como un ensueño de felicidad, se considerará. como el sér más desgraciado s i no ¡luede obtener algún dinerillo, y luego querrá. Lener nn palco en el teat ro, y luego querrá. tener elevadas r elaciones r una mujer inteligente, hermosa y fiel-cosa dificil-y este amontonamieut"Ú su-
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cesivo de deseos será como bola de tneve, que, como m:ás lejos va, más volumen tiene. Porque el hecho es que, una. vez obtenido un bien cualquiera que creíamos constitttía nuestra felicidad, nos encontramos con que es- . t-ábamos equivocados. Creemos entonces que nuestra felicidad est:\. en otro bien cualquiera y obtenemos luego irlénLica decepción. Podemos comparar la serie indómita de deseos a. una escalera resbaladiza, en la. que los escalones vayan descendiendo a. medida que nosotros trepamos, con lo cual, después de mucho ascender, nos encontramos fatigados a. la. altura. del primer peldaño. De ahí que hayan sido innumerables las tentativas por poner un dique a. esa desenfrenada huida del deseo, habiéndose dedicado a esa labor los moralistas griegos. Platón quiso detener el deseo haciendo notar que, siendo f<üso y fuga?. el mundo en q tle nos m·ovem~s, resulta poco sensato desear alguno de sus objetos. A rist.óteles quitiO encontrar a lgo que mantuviera aheno;jMio el deseo y devolviera al hombre la serenid<td perdida, y creyó hallarlo en la felicid<td. Los estoico;, con rlelicado escepticismo, consideraron vanas e:;a:; tentativas en busca del escalón firme y supremo, y se conLcnlaron con desear los objetos más imprescindibles, manteniéndose así acurrucados en los escalones ínfimos, ya que la. inquietud por ascender se nota con tanta. inten:.idad en los últimos escalones como en los primeros; añadían q.uc les encumbraba. esa humildad, puesto que
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propio de los dioses es no desear cosa alguna, lll<'ÍS se parecen a los dioses es ' desear poquísima cosa. Los cínicos optaron valienlemente por arrancar el de seo de ra.íz-en lo cual iban muy bien encarrilados,- pero fueron aborrecidos y despreciados, porque, consecuentes con su doctrina, no aspiraban siquiera al decoro ni a la limpieza.. La. moderna Europa y la moderna América han bebido en el deseo hast.a emborracharse.«¿ Para. que quieres ganar ta.nto dinero, comerciante, sumiéndote a.•i en la inquietud ?»- pregunta Goethe.-«l:'a.ra ganar más dinero aún» contesta aquél con los ojos llamea.ntes de ambición hueca. No deseamos ya con vistas a. una cosa.; deseamos por desear, apetecemos la. vacuidad misma del deseo. Nautas sin norte y sin brújula, navegamos por el océano del tiempo sin esperanza 'de divisar tierra Y' al10ga.mos nuestra inquietud en el tumulto de las turbulentas o.la.s. Sólo el antiguo Oriente, hermético y cerrado, se meció en las tranquilas aguas de la serenidad. Muést.rasenos la. civili:mción g; i ~r:a como un generoso esfuerzo por retener unal; migajas de esa. sagrada. serenidad del Oriente lejano y muésLra.l;cnos la civilización contemponínea como una chabacana barauuda de inquietud, en la que andan mezcladas una triste generosidad con una velada cobardía. ¿Será. posible volver atrás? Imposible parece, porque el ánfora sin fondo del clesco es tan imposible de llena.r como de ser vaci~da. Son tan corva.:¡
y propio de los hombres que
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r etorcidas las uñas del deseo, que jamás suolta.n la presa a. que s.c han aferrad o. i Decsoo, bestia feroz, ave de rapiña ... 1 Tal es la lección de las aves de corvadas uiias.
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MÁXIMAS PIT.IGOI\ICAS DE ÜMilLICOS
J á mblico es un filó3ofo griego de la esc uela neo-p latónica. t\ aci6 en Calcis <t fines del siglo tercero de nuestra era, y estudió la:; doctrinas de Porfirio, de Platón, de los pitagóricos, de los cal deos y d{) Jos egipcios. Ensciaó filosofía. en Alejandría y alcanr.ó gran renombre, a pesar de su falta de dotes oratorias. Se conserva una obra suya muy famosa titulada IIUsterios l!:gipoios~ habiéndose perdido casi todas las demás. Así como la generalidad de lo,; filó3ofos neoplatónicos, concede extraordinaria irn'portancia a l éxtasis místico como facultad indispensable pam el estudio de la filosofía y para la unión espiri tual con la clivinidad, Jámblico opina que un tal éxtasis cst.<í reservado a los espíritus superiores, y que el vulgo ele las gentes debe emplear la disciplina y el ritual de los misterios y· de la.s inichtciones pM<L La! fina.lidad.
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En las máximas suyas que van a continuación, se nota. muy acentuada. esa. t.endcncia.. Vivimos bien en cuanto vivimos la vida. l. del alma: Exacl.ament.e lo mismo que vemos bien con nuestros ojos empleando su virtud. 2. No debe creerse que el oro se e:;tropoa con orín, ni la. virtud con la bajeza. 3. Debemos ampararnos en la. virtud como en un templo inviolable, para no exponernos a ninguna insolencia innoble del alma con respecto a nuestra comunión y continuidad en la. vida. 4. Debemos confiar en la. virtud COillil en una. esposa casta; pero considemr a. "la forl una como una amiga inconsta.nt.e.
l
5. Es mejor que la virtud vaya acompañada de pobreza, que no 1a riq ucza de violencia; la frugalidad con salud es mejor que la voracidad con enfermedad. 6. Exceso de nutrición es nocivo aJ. cuerpo: pero el cuerpo se conserva en buena salud, cuando el alma está debidamente _preparada.
'/.
7. Es igualmente peligroso dar una espada a. un loco que el poder a un hombre depravado. S. Como es mejor quemar la parte del cuerpo que contiene materia purulenta, le es mejor al l10mhre depravado la muerte que la vida.
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9.
Los teoremas de fil.osofia deben sabo-
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' rearse lo más posible como si fueran néctar y ambrosía. El placer que sale de ellos es vercladero, incorrupLible y divino. También pueden producir magnanimidad; y aunque no pueden darnos la inmortalidad, sin embargo, nos facilitan la adquisición de conocimienLos de las naturale-tas eternas. 10. Si una sensación vigorosa la consideramos como cosa elegibJ.e, mucho más nos esforzaremos en obtener prudencia, pues es el vigor de los sentidos, de la. inteligencia práctica que poseemos. Y aunque por medio del primero no somos engañados en las percepciones sensibles, así por medio del último evitamos falsos razonamientos en asuntos pní.cticos. 11. Veneremos a la divinidad de una manera adecuada, teniendo nuestra inLeligencia pura ce todo vicio y limpia de toda lllancha.
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12. Un templo debe adornarse con dones, pero el a lma con disciplina.
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13. Como los misterios menores preceden a los mayores, así la di:;cipiina precede a la .filosofía. 14. Los frutos de la tierra. son rccog•clo.:; anualmente; pero los frutos de J'J. filosoiht en todo tiempo. ló. La. tierra. es cuidada. especialmrnte y atendida por el que desea obtener los más excelentes frutos . Así pues, debe practicarse la mayor a~enci ón al alma, para que produr.cD. frutos dignos de su naturaleza..
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MÁX IMAS .\UREAS
DE llt:MÓCI\A'rES
Dcmócrates fué un filósofo griego pitagórico que parece vivió en el siglo primero antes de nuestra. era, bajo el reinatlo de Augusto. Se sabe poca cosa de su vid¡t y. de s us obras. S us máximas áureas tienen un sello especial de distinción. Si alguien i n clirH~ su mente a est.as f.<'ntencias, obtendrá mucha~:; cosas dignas de un hombre y estará libre de .tod:t bajez<t. l.
2. La. perfección del alma. corregirá la depntvación del cuerpo; pero ht fortaleza del cuerpo, sin razonamiento, no perfecciona al alma. 3. El que ama los bienes del ttlma. amará cosa.:; m;í.s dil'inas. H ermoso es rechazar al hombre inj usto ; 4. pero s i e~:;to no fuera. posible, hermoso es H Q actuar juntamente con él.
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necc.;ario
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bueno qtlO apa-
recer como <-a.L
6. No consiste la felicidad de un hombre en tener buen cuerpo o en poseer ab undantes riquezas, sinó en ht COIH.Iucta recta y justa. 'i . Debemos abstenernos del pecado, no tanto por temor, como por el buen parecer.
8. Gran cosa es ser sabio cuando es preciso serlo en circunstancia~ adversas. 9. Arrepenti rse después ue una ba,ja acción, es la salvac ión de la vida,.
10. Es necesario decir la verdad y no ser locuaz. }.
11. m que la.nza una InJUria, es mó.s desgraciado que el que la recibe.
'f. · 1'ti. .El
hombre magnánimo debe sobrellevar eón buena volun tad los errores de los demás.
13. J•:s de buen parecer no oponer:>e n la: ley, ni a un príncipe, ni ;t oLro m;'¡~ sabio.
14. El hombre bueno no presta. atención a los reproches del depravado. 15. D ttra cosa<'-~ ser gobernado pot :tquellos que son peores que nosotros. 1'<
Hi. Bl que está compl et:unenk subyugado por las riqueza.s, nunca p odre~ ~er just.o. 6
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17. La r azón es frecuentemente más persuasiv;\ que Ql oro.
18. El que amonesta a. un hombre que se inteligente, trabaja en vano. ee cr 19. Muchos que no han aprCJidido a discutir racionalmente, vi ven sin embargo según la razon.
" ''
20. Muchos que cometen Jas más bajas acciones, usan a menttdo las mejores palabras. 21. Muchas veces los tontos se vuelven sab'ios en los infortunios. 22. Es necesario imitar Jas obras y acciones virtuosas, más bien que las palabras. 23. Los que son nat uralmente bien dispuestos, conocen las cosas hermosas y desean practicarlas. 24. Vigor y ·fortaleza son la noble~a de las 'ocstia.s, pero la rect.it.ud de modales es 1<~ non!eza. del hombre. 25. Ni a.rt.e ni sabiduría ptleden adqu irirse s in aprendizaje previo. 2G. Mejor es reprochar tus propios que los de los demá-s.
errore.~
27 . A\'luéllos cuya.s costumbres son bien ordenadas, serán también ordenados en sus v¡dtts. 28 .
Es bueno, no sola.menLe abstenerse de
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lanzar una injuria, sinó <tún del deseo de ha -
cerla..
20. Natura.! es hablar bien de las buenas obras; pero el hablar bien de las obras indignas, es propio del hombre fraudule nto e impostor .
f.,...
30 . Mttchos de los que hacen g randes. estudios, no tienen entendim iento .
31. Es necesar io esforzars e en obtener abundancia de entendim iento y no ,pct·:;eguir abundac ia de erudición. 32. P referible es que el consejo preceda a las acciones, a que el ar repentim iento las
siga..
33. No pongas la confian7.a en todos los hombres¡ sinó en los que son dignos; lo primero indica estupide z ; lo segundo, sabidurí a. 34. Un hombre digno o indigno debe j uzgarse no sólo por sus ttcciones, sinó por su voluntad. 3ú.
L os deseos inmoderados son propios 'de niños, no de hombres . 36. lores.
Los pla.cere.' de.~ordenados aport,1 n do-
37. Los vchemen tes deseos hacia un u. cosru determin ada, ciegan ttl a.lm<t ron respecto a. todo lo demás . 38.
El amor es de tal naturale za, que,
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sin ocasionar inj u, iu., aspira- a las cosas adecuadas. 3!J. .No reciba$ nada como agradable, si no es ventajoso. 40. 211ejor es ser gobernado, que goberua:· a estúpidos.
iJ.. Mejor preceptor que el argumento, es la calamidad para los riifíos.
f'-
.ti . Gloria y riqueza s in sabiduría no son ¡.o .>~e~ iones
seguras.
43. No es cicrtameut.e innecesario procurarse riquezas, pero proc urárselas injustamente es lo niás pernicioso de lodas las cosas. 44. '.l'erriblc cosa. es imi ta.r el mal y no tener deseos de imitm· el bien . 45. Vergonzosa cosa es para un hombre ocuparse en los asunto::; de Jos dem;í..<; e ignorar los suyos propios . 46. Tener siempre la intención de obrar. torna a la voluntad imperfecta.. 47 . Los hombres fraudulentos y los que sólo son buenos aparen temen te, todo lo hace11 de Jlalabra y mLda de obra. ,18. Bendito el hombre que t iene riquezas y entendimiento, pues las usará bien en todo Jo qu e sea necesa.rio. 49. La. ignoran cia de lo excelente es la causa riel error.
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óO. A!lics de· rcali?.a.r coca." indignal;, debía el hombre rc.<;pelars e a sí mismo. ól. Un hombre dado a contradicciones y atento a det~lles insignifi c;mt.es. no ·se adapta naturalm ente a aprender lo necesario .
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52. El hablar conUnua.men t.e, sin estar dispuesto a. escuchar , indica. petulancia.
53. Conviene guardars e del hombre depra-vado, no sea que se aproveche de la oportunidad. 54. Un hombre envidioso es ca.usa de molestia, tanto a sí mismo como a un enemigo . oo. No solament e es un enemigo el que obra inj ustamente, sinó el que piensa obrar así.
56 . La enemista d de lo~ pariente s es mucho más amarga que la. de los extraños.
57 . CondúceLe sin sospecha. para. con todos los hombres y sé precavid o y acomodaticio en tu comportamiento.
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58. Al recibir favores, debe procurar se que la. retribución sobrepuj e a l clóu. f>9. Cuando vayas a ot.orgar un favor, considera primero al que ha de rcc ibirio, no sea que, siendo un ca.rá.ct.er malvado , te <te vuelv<l. mal por bien .
60. Pequeños favore> olorgaclo s a tiempo. son de la mayor impon<tncia para los que los reciben .
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61. Los honores oLorgadu6 al hombre sabio son fructíferos, si el que .los recibe comprende que le son dirigidos.
62. m hombre bienhechor es el que no a.t.icudc a la retribución, sinó que hace el bien deliberadament-e.
63 . Muchos de los que ap¡wentan ser amigos, no lo son; otros que no aparentan serlo, lo son. 64. La amistad de un hombre sabio mejor que la de todos Jos tontos.
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6ó . Es indigno de vivir el que no tienP ningún amigo digno. 66. Muchos vuelven la espalda a sus amigos cuando están en la. adversidad . 67. Lo preciso es nermoso en todo; pero no me parece hermoso n1 el exceso ni él defecto. 68. El que no quiere a. nadie, no parece ser amado ,POr nadie. 69. Un hombre anciano es agradable cuando Liene amplias ideas y conoce gran número de anécdotas interesantes.
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70. La belleza del cuerpo es s'implemc.n te animal, a no ser que vaya acompañada de l;t m'teligencia. 71. FiLcil cosa es encontrar uu amigo en la prosperidad, pero encontrarlo en la adversidarl es lo más dificil.
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todos los pariente~ son am igos, ~lllo ros que realizan lo que es mutuamente ventajoso. 7~.
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73. Puesto que somos hombres, no debemos escarnecer, sinó compadecer las calamidades de los hombres.
74. El bien se presenta con dificul~<tcl aún a los qu e Jo buscan; el mal se m;~nifieséa, aún sin buscarlo.
15. Los hombres que se complacen en condenar a otros, no se adaptan fácilmente a la amistad. 76. Terrible cosa es una muj er dada. a la locuacidad. 77 . Ser gobernado por mujer es el e.üremo de la insolencia y de la debilidad. 78. Es propio de una in teligencia divina. pensar s tempre en 10 hermoso. 79. E l que cree que ' la. Divinidad lo ve todo, no pecará ni en público ni en privado. 80. Los q ue alaban al falto rle entendimiento, le hacen un g ran perjuicio.
::>1. Mejor es ser a labado por otro, que por uno mismo. 82. Si no puedes apropiane la.s a I<:I.Janzas recibidas, consicléralas' adulación.
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¡;¡¡. J~l mundo es una. escena; ·Ja viLla, una. transición . Ven irnos, vcmo¡; y pa1'timos .
S-J. El mundo es una tmns ición; la vida, uHa vana opinión .
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LAS COMPARACIONRS DE llEMÓFILO
l. La alabanza es como .l a armadura pintada, porque es agradable y no sirve para nada.
2. El aprender es como una corona de oro; honorable Y' ventajosa.
3. Los hombr es ligeros, com~ las vasijas vacías, fácilmente se cogen por las orejas, 4. La vida, como un instr umento· m usica~. armonizad;t con intención y misericordia, se torna más agradable.
5. La ra.zón, como un buen alfarero, da hermosa forma al alma . 6. La inteligencia del hombre sabio, como el oro, pesa más que nada. 7. La jactancia, como la ar mad ura dorada, no es lo mismo por dentro que por fuera .
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8., La razón Lienc el mismo poder que un báb amo; nos bcneficj¡~ cuando estamos mal y nos deleita cuando estamo:,: bien. !).
D el hombre malo, como del mal perro,
d silencio es más wmiblc que la voz.
10. No conviene preferir la. amiga a. la esposa; nf la adulación a la amistad. 11. Los nombres locuaces, como la colorra... por su continua. charla, destruyen el placer de la conversación.
12. Las furias per siguen los pec.ados de los hombres malos e impíos, y también los de los estúpidos y aventureros cuando son viejos.
13. Es necesario que un hombre bien ed ucado deje la vida con elegancia, como si fuera. un banquete.
14. Como cl puerto sirve de refugio a un barco. asi la a:mista.d es el refugio de la vida. 15 . El reproche e! el padre es una agradable medicina; es mucho mej or que el sc.vero cas~igo .
lG. J!;s necesario que el hombre valiente. como un buen lucltatlor, ponga todo ,; u peso cont.ra la fortuna cuando és ta le es adversa. 1í . Las poses10nes elel que se basta a sí mismo son como un camino corto y agradable que tiene mucha gntcia y 1>oco trabajo. 18 . L os caballos impacientes se ._guían por la
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P 1 1' .t O O R I C O S brida., pero las me;¡ :e; í:-ritable¡; d ra7.onamienw.
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gu ian por
19. Las pruebas deben usarse moderadamen-
w, como la sal.
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20. Una vida bien armonizada se lleva "f:í· cilment c, comt> un zapato bien ajustado. 21. Los vestidos largos impiden <ti cuerpo andar y las riquezas inmoderadas lo impiden al alma. 22. Los que corren el estadio tienen el galardón de la victoria ¡¡J fin de la carrera; pero l os que se deleitan en el trabajo de la. sabiduría, tienen la recompensa en la. vejez. 23. Es necesario que el que tiene ardientes deseos de hacerse ciudadano de la. virtud, atraviese por entre los placeres como por entre las sirenas. 24.
Como los que se dan a la vela. en bueno, se preparan para la tempestad, asi los qu e son sabios en la prosperidad, deben prepararse para la adversidad . ~iempo
25. Los vestidos limpios se ensucian ot.ra. vez con el uso, mas el alma, una vez _purifica.<lll. de 111- ignorancia., permanece hermosa para siempre. 26. Los esclavos fugit.ivos, aunque no sea.n perseguidos, siempre temen; los fal tos de en· tcndimicnto sufr en perturba.ción, aunque no ha yan obrado mal.
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27 . La riqueza del ava ro, como el sól, cuando se na puesto, no deleita a nadie. 28. Los frutos de la tierra brotan una vez al año; los frutos de amistad, en todo tiempo. 2!J. Deber de todo músico es armonizar Jos instrumentos, el deber de todo hombre bien educado as adapta.r se armoniosamente a su for-
tuna. 30. Ni los golpes de un enfermo, ni las amenazas de un tonto deben temerse. 31. Es necesario proveerse de vestido interior como protección del pecho, y de in teligencia como protección contra el dolor.
32. La dicta del enfermo y Ja falta de entcndimien Lo en el alma, ~on cosas fastidiosas.
33. Los niños sin instrucción confunclcn las letras ; los ho mbre:; s in educación, las cosas. 34. La inteligencia salida de la filosofía es como un excelente guía, porque está presente con nuestros deseos y siempre los con-
duce a lo hermoso.
35. El tiempo tornará. el ajenjo rn{IS ·dulce que la miel, pero la.s circunstancias haren algunas veces preferible un enemigo a un amig!l.
:lG. Un hncn piloto sufre n<Luf ragio algunas veces ; un hombre digno e~ algunas vec<'s desgraciado.
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37. El trueno asusta especialmen te a los niños; las amenazas, a ~os ~ontos. 38. Una buena figura es el adorno de una estatua; las acciones constituyen el adorno humano. 39 . Beber un veneno mor tal en copa de oro, es lo mismo que recibir consejo de un amigo indiscreto.
·40. Las golondrinas anuncian buen Liempo; los discursos de la filosofía, ausencia. de dolor. 41. Los niños huérfanos no están tan neccsit.ados de guardianes como los hombres tontos.
42.
La fortuna es como un juez venal, qu~ recompensa al que nada ha he-
frecuen~emenLc
cho. 43 . Un piloto y viento f:worable so11 necesarios para la navegación próspera; el razonamiento y. la fortuna, par;~ tula vid<~ l'eli7.. 44. El hombre tími do se arn¡¡t contra sí mismo; el tonto emplea las riquezas con el mismo objeto.
<tú. Anclar un buque con un ancla inservible equivale a poner esperanza en una meñLC depravada. 46. Las nubes oscurecen frecuentemente el Sol; las pasiones oscurecen la razón . ...,._ <l7 .
Ni una cama dorada beneficia a un en-
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rermo, ni una espléndida. fortuna. al hombre estúpido. 48. EL agua pura quita la. inflamación~ y las palabras suaves hacen desaparecer {¡t Ira .
.;u. N o se usa eL vino fuerte para beber en ábunoa.nc¡a·, m !as ma.neras r ústicas para ·ra con vcrsaciOn.
50. Deben considerarse lo mismo las amcna7.as de un adulador que el enfado 'de un mono.
!H . La niñez es la primera parte de la. vida, a 'la cual todos los hombres prestan atención como a la primera parte de un drama.. ¡
52. Es necesario ser cauto en nuestras promesas, pero espléndido en nuestras acciones. 5:!. En la juventud, como en las plantas, Ja:; primeras flores indican los frutos de la v'ir-
tud.
o4. En los banq,uetes, el que no se embonacrta con vino es el más agradable; en la prosperidad, el que no se conduce ilcga.l mente. fJ5 . Beneficiar a. un hombre depravado e<: lo mismo que alimentar una serpiente; ninguno de los dos conoce la. gratitud. 5ú. Es raro naufragar en tiempo bueno; como lo es no naufragar por falta de consejo. 57 . F.l viento hin cha Ja,; vejigas; las falopinirmcs a l o~ hombres e,;l.lípido ;,
~as
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&8. Jú que hace ejercicio debe c''ita.r hl fatiga; el que está en prosperidad, la envidia . 59. El justo •medio es excelente, dice uno de los sabios; persuadidos nosotros de lo mismo, am igo Asclepiades, terminamos aquí los bálsamos de la vida..
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!IÁXI.IIAS PITAGOI\ICAS IH:llliJ.'IJ,O
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l. No pidas a la divinidad, lo que no pu('ilas conservar una vez obt.e nido, porque nmgun 'dón Uivino puede ser quitado; así la divin inad no confiere lo que no puedes re~ener.
2.
Vig ila t u in teligencia, po rque ef sueño Licue en esto afinidacl con la verdaderiL muer-
te. 3.
La divi nidad en vía el mal a (os hom-
bres, no como venganza, sino como purificarión ; la ira es ajena a. la divinidad, pues se p rorlucc por circunstancias a.jenas a. la voluntad, y nada. ronlrario a la voluntad puede sucederlc a UJJ Dios. ·.L Cuando deliberas si has de injuria.r o no, a. otro, sufrirás el mal que vas a cometer. rero no puedes esperar ningún bierl del ma.l, pues las maneras de cada lUlO corresponden a
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su vida. y acciones. 'roda alma es un depósito : la. que es buena, de cosas buenas, la que es mala., de cosa:; deprav adas.
ó. Consul ta y medita profun clameni.e an tes de obrar o hablar ; pues no puedes volverte atrás de lo que has hecho o dicho.
6. La divinid ad no estima pri ncipalmente la lengua, sino las obras del sabio, pue.~ el hombre sa i.>lo honra il. la ilivi nidad aún Ctli.L!Hlo c;; Lá callado.
7. El hombre locua.~ e ignora nte, contam ina la. natura leza divina en oración y sacrific io. El hombre sabio es el ún ico sa.cerdoLe amigo de la. divinid ad y sabe cómo orar a ella. S. El hombre sabio, siendo enviad o desn ur tfo, dc¡¡n udo invoca. al que te ha enviad o; sólo él ()S oído por la divinid ad, que no se ocupa de asun tos extraño s.
9. .b:.; imposible recibir de la divinid ad ning ún don mayo r que la vi rtud. 10. No -se honra. a fa divinid ad con doñes lll Vl.:'i.tma.s; ni' se ailornn co11 ófrendas su~pen d idas en los templos. Un alma divinam ente inspirada., se une sólidament.e con 1:1 divinidad, porque necesar iamen te las cosas homogé neas se atraen .
'f.
11 . Es más doloros o servir a. las pasion()~ q l!P a. los tiranos . -7
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t los12.
Conversa. más cónti~o mbmo que con demás.
13. Si tienes cuidado de recordar que en cualquier sitio '!Ue tu alma o cuerpo realizan un hecho, la divinidad está. presente inspeccionan do t.u conducta, en todas tus palabras o acciones venera.rás est.t presenci<t de la cual nada puede ocultarse, y, al mismo tiempo, tendrás a la divinidad como tu más intimo asociado.
a. Loco y furioso puedes considerarte en la. proporción en que eres ignorante de ti mismo. 15. Es necesario buscar esposas e hijos que permanezcan después de habernos librado d~ la vida presente. lG. El filósofo, aunque uo tenga nada, lo posee todo y vive una vida semejante a la divinidad, considerando . la mayor rfqucza el 'iio poseer 'biene¡¡ externos e lnnecesal'ios. La adquisición de riquezas inflama muchas veces el deseo, pero el obrar justamente en todo, es lo suficiente para gozar una. vida (le bendición. 17. El verdadero bien oo se produce nunca con hábitos indolentes. 18. Considera como el sumo bien, lo q uc comunicado a otro te se,t aumentado a tí mismo. }. . 19. Estima mayormente como amigos a Jos
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P 1 T A G O R 1 C OS que ayudan a tu alma, ayudan a tu cu~rpo.
<1.Uiies
que los
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20. Considera rióJcula, tanto la alaban za como la reprobación de Jos ton tos, y la vida del ignora nte como deshon ra. 21. Haz que tus familia res te reveren cien más que te tellla.n, pues el amor sigue a la reverenc ia, mas el odio al temor. 22. Los sacrifi cios de los tontos son comida. para. el fuego; y las ofrend as que suspenden en los templos son el susten to de los sacrilegos.
23. No se puede tener tapado por mucho tiempo el disimulo.
24. El hom'bre injusto sufre más ma.l cuando su alma. es atormentada. con la. concien cia de su faltA, que cuando su cucrp.o es azo~do con Litigo. 25. No es conven iente discuti r sobre la. divinida d .con hombres de opiniones falsas, porque el mismo peligro hay hablan do •~ los tales de cosas verdad eras que falsas. 26. Toman do la. razón como tu g uía, evttarás comete r crí menes.
Y..
27 . Siendo molesto a. los demás, difícilmente evitará s que te molest en a. tí. 28.
Consid era, como gran erudici ón la que
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~in·e
para sustituir la falta. de enalio.;ión en los ignorantes. :L9. El deprav<tdo no oye l,L ley divina~ y así 1•ive sin ley.
30 Un ext.ranjero justo no es sólo superior a un ciudadano, sino que es niá.s excelente que uno de la familia.
31. Tantas pasiones del alma, ta ntos déspow fieros y salvajes.
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'&2 . No es libre quien no haya óbt.enido dominio sobre sí mismo.
33. El trabajo y la continencia, preceden la adquisición de todos los bienes.
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3
34. Per suádete de que tus riquezas no son poseídas por tu razón.
3f>. Haz lo que juzgas hermoso y honrado, a unq ue no adquieras glor ia con ello, porque el vulgo es un juez depravado de los hechos hermosos.
t
36. Juzg<lj a w 1 J¡ombre por sus hechos antes que por sus discursos, porque muchos viven mal y hablan bien. 37. Haz cosas nada grande.
grand('~',
au nque no prometas
38. Puesto que la.~ raíces de nuestra. natu· raleza tie11en su origen en la Divinidad, de la cua l nosot.r os hemos sa lido, debemos adh el'irlos
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tenazmente a nuestra. raíz, pues las corrientes de ag ua y otros dones de la naturaleza, se secan y pierden al ser arranca.dos del lugar de su nacimiento.
....,. ,
39. La. temper ancia es la fortaleza. del alma.; es la luz del alma libre de pasiones. Es mucho mejor morir que oscurecer el alma por medio de la in temperancia d<'l cuerpo . 40. N o puede,; consid erar feliz al hombre que depende de sus amigo¡; o de sus hijos, o ae cualquier natura leza pasajera y calda.; todo esto es · inestable e incierto : P ero depender de la. Divini dad y de uno mismo, es firme y estable.
41 . H ombre sabio y amigo de la. di vinidad , es el que estudia la manera de t rabajar por el bien de su r.uerpo . 42.
sas.
Except o la libertad, cede todas las co-
43 . A prende a producir hij o:> eternos, no los que puedan sostene r t u cuerpo en la. vejez, sinó los que puedan alimen tar t.u alrua con alimento perpetuo. 44. Es imposible que una person a pueda ser amant e do los placeres, amante del cuerpo, amante de riquezas y amant e de la Divinidad. Porque el aman te del placer es también amante del cuerpo; un amant e del cuerpo lo es de las riquez as; y un amante de las ri~ueza.s
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es necesariamente injusto; y el injusto es necesariamente profano para la. Divinidad y sin ley .para los hombres. 45. La Divinidad no puede encontrar en la tierra un aliado mĂĄs conforme a su naturaleza que el alma pura y santa.
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~1.\XLIIAS SELECTAS
llE SEXTO
Descuidar cosas de poca importancia, l. no es el menor delito de la vida humana.. 'f 2., El hombre sabio que desprecia las riquezas, se semeja. a Dios. 3. , No busques el nombre de Dios. porque no lo encontrarás. Porque todo lo que tiene nombre, Jo recibe de lo que es superior a. é.li; así hay una persona que llama, y otra que responde. ¿Quién, pues, ha ·dado noníbre a Dios ? Por 'tanto, Dios no es un nombre. slnó una. indicación de lo que nosotros concebimos acerca de él.
4. Dios es una. luz incapaz de recibir la oscuridad. 5. Tienes en ti mismo algo semejante a
Dio~; ; emplea. por lo tanto, como tcm~lo de
J)jos, aquello en lo cual te pareces
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a El.
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6. Honra a Dios sobre todas las cosas, para que El te gobierne. 7.
Aquello que honrares sobre todas Las co~as, tendrá. dominio sobre tí; pero si te entregas al dominio de Dios, tendrás dom inio sobre todas las cosas. }
8. E l mayor honor que puede dársele a Dios, es conocerle e imitarle. fl . No hay nada semejante a Dios; sin embargo, su imitación en Lo que sea posible por una naturaleza inferior, le es grato.
10. Dios ciertamente no necesita nada, pero CJ' hombre sabio sólo nece$ila de Dios. P or ta.nt.o,· el .que necesita pocas cosas, y éstas necesarias, semeja. a Aquel que no nct;-e.:;it,'\. nada. 11 . Procura ser grande en la estimación de Dios, pero evita la envidi<t entre Jos hombres. J2. El hombre sabio, cuya estima ent re Lo~ hombres es escasa: durante Sll vida, ~crá célebre después de muer to . 13. Considera perdido para ti, todo el tiem-. po que no pienses en la Divinidad. 14. Una inteligencia brillante es el coro de la Divinidad. ro. Una inteligencia perversa. es el coro eje los demonios malos,
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16. Honra lo que es justo, solament e por que es justo.
17. No te pod rás esconder de la Divinida d cuando obrares injustam ente. ni aún cua nd o pien¡;e.~ que estás escondido. 18. El funda.me nto de la piedad es la contincnc.ia, pero el summum de la piedad es el amor de Dios. 19. Desea que te suceda lo que es conveniente y no lo que es agradabl e. 20. 'l'odo lo que quisieras que tu prójimo sea pa.ra t i, sé tü para tu prójimo. 21. Lo que Dios te da, nadie quitar.
te lo puede
22. N o hagas, ni atín pienses, lo que no quieras que Dios sepa. 23. Ant.es de hacer na.<la, piensa en Dios, para que su luz preceda a tus accio.nes. 24. El alma e~tá iluminad a por el recuerdo de la Divinida d. 26. El uso de todos .los animales como comida es indireren te, pero es niás racional abstenerse de ellos.
2G. Dios no es el aut.or de ningtín mal. 27. No debe.s poseer más que lo necesario para el cuerpo. 28. Posee aquellas cosas que nadie te puede quitl!or.
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29.
Sufre lo necesario como necesario.
30. Pide a Dios las cosas que merecen ser concedidas por El. 31. La ra~ón que está. dentro de tí, es la de tu vida.
Ju~
32. P ídele a. Dios las cosas que no puedes recibir de los hombres. 33. Desea que las cosas a las cuales debe preceder el tra.bajo, sean obtenidas por ti despues de trabajar. 34.
No ansíes co mplacer a la multitud.
35. N o es propio despreciar las cosas que necesitaremos después de muertos. 36. No pidas a la Divinidad aquello que, después de obtenido, no puedas poseer perpetuamente. 37 . Acostumbra. a tu alma a que después ele concebir todo lo grande de la Divinidad, conciba algo grande de mí misma. 38. No es times como precioso lo que un hombre malo te puede quitar.
+ +
39. E s amad o de la Divinidad el que considera. !Wlamente como preciosas las cosas que ~un estimadas como lales por la Divinidad.
4.0. 'l'odo cuan to el hombre tenga ademá.<; de lo necesario, le es hostil.
.u . El que ama Jo que no es conveniente, uo amará lo conveu iente.
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42. La inteligencia. del sabio está siempre con la. Divinidad.
•13. Dios mora en la. inteligencia. del hombre sabio. 44. Todo de~eo es insaciable y, por tanto, siempre está en necesidad.
45. El hombre sabio es siempre semejante a sl mismo. 46. El conocimiento e imitación de Dios bastan para obtener la bienaventuranza. 47.
Usa. de la. mentira. como de un veneno.
48. Nada caracteriza. tan bien a la. sabiduría. como la. verdad. 49. Cuando mandes sobre los hombres, acuérdate que la Divinidad manda. también sobre ti. 50. Persuádete de que el fin de la vida es vivir conforme .a. la. Divinidad. 51 . Los afectos depravados son principio de tristeza. 52. Las malas inclinaciones, son enfermedades del alma; pero la. injusticia y la impiedad, su muerte.
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53. Trata a todos los hombres como si fueras su guardián después de Dios. 54. El que trata. mal a la. humanidad, se • rata mal a si mismo. 55.
Desea poder beneficiar a tus enemigos.
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56. Sobrelleva todas las cosas, para que puedas vivir en conformidad con Dios. 57. Honr ando a.l hombre sabio, te honrarás a ti mismo. 58. En todas tus acciones pon a Dios delante. 59 . Se te puede permitir rehusar el matri monio pa ra vivir incesa.ntemente en unión con Dios. Sin embargo, si conociendo la lucha, quieres empren derla, toma una esposa y engendra hijos .
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60. No está en nuestro poder el vivir, pero lo está el vivir rectamente. 61. >Jo desees admitir acusaciones contra el hombre que estudia. la sabiduría. 62. Si quieres vivir satisfecho, no hagas muchas cosas. Porque forzosamente has de hacer mal algunas.
63. Todo vaso que extingue tu sed, debe scrte dulce. 64. Huye de la borrachem como de la locura. 65.
).Jingítn bien brota. del cuerpo.
66 . Considera. que sufres un gran castigu cuando obtienes el objeto de tu deseo corporal, porque el deseo n unca se ve así satisfecho.
67. I nvoca que haces,
a. Dios por testigo de todo lo
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68. El hombre malo no piensa que hay providencia .
69 . Afirma todo lo que posoc
en ti como el verdadero hombre.
~ab id u r ía
70.
El hombre sabio participa de Dios.
71.
Tu bien reside en tu inteligencia.
72. Lo que no es nocivo a l a lma, no es nocivo al hombre. 73. El que injustamente mata. a. un hombre sabio, le beneficia. por su iniquidad. Pues de este modo le libra de ..sus ligaduras. 74. El tellliOI' a la muer te entristece al hombre cuando desconoce su alma.
75. ~o poseerás inteligencia hasta que no sepas que la tienes.
76. Considera que tu cuerpo es la vestidura de tu alma y, por tant-o, consérvalo puro. 77 .
Los demonios impuros se atraen las al-
mas impuras. 78. bres.
No hables de Dios a todos los hom-
7!!. Es peligro~o, y no es peq uef10 el daiío, hablar de Dios, aú n diciendo J¡~ verdad. 80. Una afirmación verdadera respecto de Dios, es una afirmación de Dios. 81. No te atrevas a hablar rle Dios a la mu ltitud.
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No conoce a Dios el que no 1e adora.
83. El hombre que es digno de Dios, e~ lrunbién un dios entre los hombres. &4. Es mejor no tener nada que tener mucho y no repartirlo con nadie. 85. El que cree que hay Dios y guc no cuida de nada, no se distingue del que no cree en Dios. 86. Honra a Dios de la mejor manera aquel q u~ inclina su inteligencia a su semejanza lo mejor posible. 81' . Si no injurias a nadie, a nadie temerás. 88 . Nadie es sabio mirando solamente a la tierra. 89. Mentir es engañar y ser engañado . 90. Reconoce lo que Dios es, .Y Jo que hay en ti que reconoce a Dios. Dl. No os la muerte, sino una vida mala, lo que destruye a:! a.lm'a.
92. Si conoces al que te ha hecho, te conocerás a tí mismo. D3. No es J>osible para un hombre vivir conforme a. la Divinidad. D+. La. sabiduría divina. es verdadera cien·· cia. 95. No hables de Dios al alma impura.
06 . EL hombre sabio sigue a Dios y Dios sigue al alma del hombre sabio.
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97. Un rey se goza en sus súbditos y, por tanto, Dios se goza en el hombre sabio. Asimismo, el que gobierna , es insepara ble de los que gobierna ; y, por tanto, .Pios es in~e parable del alma del sabio, la cual defiende y gobierna..
!)8. EL hombre sabio es gobernado por D ios y de este modo es bendito 99. EL conoci miento científico de Dios hace que el hombre use pocas palabras .
100. EL usar muchas palabras hablando de Dios es causa. de ignoranc ia de D ios . 101. EL hombre que posee conocimi ento de Dios, no será ambicioso. 102. El alma erudita, casta. y sabia es verdadero profeta de Dios .
103. Acoslúmbrate siempre a. mirar a. la Divinida d. 104. Una inteligen cia sabia es el espejo de Dios.
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i\IÜ IJJ ,\S KTICAS IJE S'I'OJJI\0
St.obco era. un au tor griego del siglo sexto de nuestra. era y ha prestado grandes servicio~ a la cultura clásica. Compuso _para su hijo una A-ntología o colección de extractos de los filósofos y escritores griegos. Esta Antología consta de cuatro l ibros : el primero se ocupa de la f ilosofía, el seg undo, de la dialéctica y. la retórica; el tercero, de la moral; y el cuarto, ue la poiHica, la economía cloméstica, y las artes. Gracias a ell;~ se ha conservad() lllHt porción de trozos de los mejores escritores de .Grecia. La;; má.x imas que van a. continuación son de una profundidad digna de profunda meditación.
-~
Lo que no debeis hacer, ni siquiera l. debéis .vensa.rlo. 2 . Escoge más bien ser fuerte de alma que de cuerpo .
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3. Com ~n celc qu'-' la> co o:a s que n<:\><'s :tan trabaj o, contribuyen a hl ,·irtud más que los phceres.
4. Toda. pasión del alma. es contraria a su sa.lva.ción .
5. Bs dificil andar al mismo tiempo por diferente s caminos de la vida.
i-
·e:;. Pitítgoras ha. dicho qu e es necesario escoger la vida más excelente ,. porque luego la costumbr e la hará agradabl e. Las riquezas no sirven de an cla, la. gloria meno~ .nin, ni tampoco el cuerpo, ni Jos honores. ¿ Cmí.les son, pues, las poderosa s anclas ? La prudcncia, la magnani midad, ·Ja fortaleza. Estas no puede sacudirlas tempestad alg una. Bst.a Cii la. ley de Dios; que la. vir tud es Jo tinico fuerte .Y todo lo demá;; es t.ri vial.
7. Todas las partes cle la '' ida huma na deben ser hermosas , conto las de una estat ua .
8. El incienso debe darse a Jos Dioses, pero la alabanza a los hombres buenos .
9.' Es necesario defender a Jos que son injustamente acusados de malos hechos, y alabar a. los que sobresale n en el bi<~n. 10. No es noble el caballo, por e;;tar sunt uosamen te adornado , ~ino por ~u buena na · tu ral eza ; ni es digno el hombre por pos<:er JULtchas ríq uc;,;as, sino por tener un alma generosa.. -8
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11. Cuando el sabio abre su boca, las belleza.::; de su alma se presentan a l;t v"ist.a, como las estatuas en un templo. 12. Recuerda que todos los hombres afirman que 1a sabiduría es el mejor bien, pero que hay muy pocos que l uchan con todas sus fuerr.as para obtener este bien. 13 . Sé sobrio y dispuesto a creer, porque éstos son los nervios de la sabiduría. 14. Mejor es yacer en la )lierba confiando en la Divinidad y en Li mismo, que yacer en un lecho de oro con perturbaciones.
+
15 . No tengas necesidad de nada, que está. en poder de la fortuna el dar y el quitar.
16. Desprecia todas las cosas, que no te harán falta cuando seas librado del cuerpo; invoca a los Dioses en tu ayuda. 17. No se puede esconder el fuego en un vestido, ni ocultar una fal~cdad con el tiempo. 18. E L viento aunrent.a el fuego; la costumbre, el amor. 19. Un icamenLe son apreciados por la Divinidad los que aborrecen ht injusticia. 20. Todas las cosas que el cuerpo necesita, se pueden procurar los hombres fácilmente, sin tra;_bajo ni molestia, pero las cosa.s que necesitan trabajo y molestias, no son objetos ele deseo para el cuerpo, sinó para una opinión deprava<la .
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21. P itágoras dijo La.mbién del deseo : Est.a pa.ston es varia, laboriosa y multiforme. Unos deseos, uo obstante, son adquiridos y accidentales, pero otros son ingén itos. Pero 61: definió el deseo como una. tend encia. o impulso del alma, como un apetito de los sentidos o un vacío o ausencia de ellos . l'aml.>ién dijo que hay tre:; especies má~ conocidas \le deseos ,t:uóneos )~ rlepravados que son: los de~ seos indecorosos, Jos deseo s ilimitados y lo~ deseos fuera. de tiempo . ....!._ ' 22. No trates de ocultar tus errores con palabras; remécliaios C{>n reproche.' . 2:3. No es tan difícil errar, como no reprender al que ,Yerra. 24. Así como no se puede curar una enfermedad corp oral ocultándola o alab ándola, tampoco puede aplicarse remedio a un alma cnf~: r ma que está mal guardada o prol.egid<t. 25 . La gracia de libertad de palabra, así como la hermosura en su tiempo, producen gran deleite.
¡-
26. No conviene tener una cspa d<t sin punl.a., o usar la libertad de palabra sin utilidad. 27 . Ni se puede quitar el Sol del mund Cl, ni la libertad de p<dabm de ht c;·udición. 28. Así como es posib le al qnc está. ve~t i do~ pobremente tener buenas costumbres, así él que lleva una vida pobr e, pued e tener 1iberl ad de palabras.
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29. Prefiere ser reprendido que adulado; cvila lo$ aduladores como tus peores enemigos. 30. La vida del avaro ¡>arece un banquete fúnebre, porque aunque tiene todas las cosas nece~>arias para un festín, sirt embargo nin g un o de los presentes se regocija
'"'1-
31. Adquiere continencia con la mayor riqu eza y fortaleza. ~2. No frecuent.cs el comercio de Jos hombn:<. dice Pitá.goras, con l1> cual da a ent.cndcr que no debe abusarse de los placeres carnales.
33. Es imposible que sea libre el que es esclavo de sus pasiones.
34. .Pit.á{_!oras dijo que la borrachera es el preludio de Ja locura. 35. Habiendo preguntado a Pitúgoras como un amante del vino puede curarse de la bor rachera, respondió: ·-·Haciéndole ver frecuentemente sus acciones cuando está beodo. 36. Pitágoras dijo que era. necesario calJar o decir algo que valiera míts que el silencio.
37 . Antes que pronunciar una palabra vana, intenta tirar una piedra al azar .
...,....
38. No digas pocas cosas en muchas palabras, sino muchas cosas en pocas pa;1abras. 39. El genio es para Jos hombres un demonio bueno o malo.
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•LO. Halliénd o:c prcg unla d 1 a l'itá gora s cómo se debía. cond ucir un hom bre para con su país cuan do és¡,e le hab ía tra tado nl<LI, respondió: «Cómo con una mad re» .
41. El viajar ense fia al hombre la frug< tlida d y la manem de bastarse a sí mismo. Pue s que el pan, hech o de lech e y hari na, y' un lecho de hier ba,, son los más dulc es remedios del ham bre y del ca nsancio. 42. C ualq uier país pod rá ser vir de resi den cia al sabio, pues el mun do ente ro e.; paLrimonio del ahn a dign a.
4B. Pilágora s dijo que en una ciud ad entr a en ;prim er luga r ei lujo , de.;:p ués la ~aci edad y ).a in~olencia lasc iva, ] desp ués ele toclas ellas , la dest rucción. 44. Pi t.ágoras dijo que la mejo r ciud ad era la que conLenia. mas hombres dign os.
45. Haz las cosa s que juzgas herm osas,
aun que, q ue la buen.as. aqué llos
haciéndo las, uo alcance.<; fam <L. l:'or gen tuza es -mal juez de las cosa s D espr ecia , por tant o, la repr ensi ón de cuya s alab anza s no Cl;Limas.
46. Lo~ que no ~ligan a Jos hom bres malos, desean r¡uc los ho mbr es buen os sean per j u dica.dos .
4i .
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freno, ni 48.
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posible diri gir un caballo sin s in prud enci a.
riqu eza~
Es lo mismo pens ar alta men te de ti © Biblioteca Nacional de España
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mismo en la prosperidaü, que correr en un camino resbaladizo. lll. No está la. puerta. de la. riqueza tan guardacla, que la oportunidad de la fortuna. no pueda abrirla. ;¡Q . Líbrate por medio de la razón del dolor desenfrenado de un <thllit ado rmecida.
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51. El hom bre sabi<:~ sobrelleva ia pobrez<~ con ec uanimidad. ó2. Guarda t u vida, no sea que se consuma con t.risteza y cuidado. 53. No guardare silencio tampoco respecto a este particular, que tanto Platón co~ Pitá.gora.s, decían que no debiera considerarse la vejez como la salida de la presente vida, sino como el principio de una vida de bendición. ó4. T,os antiguos teóiogos y sacerdo tes testif ican que el alma está. un ida al cuerpo por un castigo, y que está enterrada en este cuerpo como en un sepulcro. 5ó. Lo que vemos cuando estamos despiertos, es muerte; cuando dormimos, un sueño.
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!;SCII !TOS .IIUJULIIS Y POLÍTiCOS DE .11\Ql!ITAS
A rquit.as gobernó cluraute siete aiíos la ciudad de 'l'aren to y conquis tó la admiración de sus súbditos a causa de su La!en to }' de sus virLut!es, F ué uno de los -más ilustres discípu los de Pit.á.gora.s . No se con sen a de él ningun a obra completa., pero sí una porción de disquisiciones acere<~ de asuntos de J;D~tafís ica, de lógica, de poli· Lica y de moral. Incluimos a continu acivn lo que se conserva de él acerca de estas dos últimas cuestiones.
El bien ,y la felwid<lcl Pr ¡m~ram ente e~
¡>rcciso saber que el hombre de bien no es nece:.<ar iament.e por eso un hombre feliz, pero que el hombre fel iz es necesari~t-
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mPnlc un hombre rle birn; porqu(' rl hombre
feliz merece elogios y felic:ita.ciones mientras que el hornbrr. de bien no merece elogios. Se l'e.Jicil a n un hoiJlbt·e por ~~~ virtud, se le fe! icita. por ~~~ éx i(Q. El hombre de bien lo es tal. a cnnsa de los bienes que recibe de la fortuna. ;\ ¡1 ~e le puede quitar al hombre de 1lÍ<'n su virtud. El hombre feliz puede perder su dicha. El poder ele 1:~ virtud no depende de nadie; el de la uicha,: por el contrario, es depcuc!icnt<'. Las enfermedades largas y las pt1 rrl iclas mnrch ilan la flor de nuestra dicha.
Dios !1'
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hombre lnteno
Dios se <lis ~iugue del hombre de bien, en que .El, no solamente posee una virtud perfecta y limpia rle todu afección mor tal, sinó que goza ele una virtud cuyo poder es inclefect.ible e independiente. como conviene a. la maj estad U': a la magni fic·<'ncia de sus obra~ El hombre, por el conLra.rio, no solamente posee una vi rtud inferior a. ca.usa. de la c:onsb tu-·. ción mortal ck ~u na tu ral e~<t. ~ inó que unas ve· ces por la uti ~ma. abundtmcia de !o~ bienes, otras por la fuerza de la costumbre, por el vicio de su naturalez;L o por otras caug¡¡,s, es incapaz el(' oblener la ,·en.ladera. perfec.aón tlel bien.
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El hombre de bien, según yo pienso, ,es el que sabe comp ortars e bien en las circu nstan cias y ocasiones grave s; sabrá condu cirse bien en buena y en mala fortun a: en condición brillante y ,gloriosa, se mostr ará digno de ella ; y si la. fortun a r,a mbia, sabr;í acep!K1.r debid amente su suert~. Pam expre sar · mi pensa mient o breve mcnt.e y resum irlo diré gue el homb re de bien es el que, en ~oda ocasión y seg ún Jas circun stancias, repres ent¡\ bien su papel y sabe procecter bien, no solam ente con respecto a. si mismo. sinó tambi én con respecto a. los que t icnen confi anza en él y están asocia dos a el en la vida.
Lc.s i re.s cla.\C8 de biene.9 . JJncsto que ent re lo' bienes, Jo~ unos son deseables por 1'-Í mism os y no por otra cosa, mient ras qu e los otros son deseables por otra cosa y no por s1 mismos, debe haber otra clase de biene s que sean deseables a la \·cz por si mÍl;lllo., y por otr:l. cosa.. ¿Cuá l es, pLtes, el bien na~ura.lmente deseable ,por sí mismo y; no por otra cosa? Evidentemente
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es la dicha, porque es el fin por Pl cual buscamos todo lo demas, mientras (fue ella es buscada ünicamentc por sí misma y no por otm eo~a. En segundo lugar ¿ cmUcs son los bienes que se escogen por otra cosa y no por sí mi:;mos ? Eviden temente, los que nos aportan uWida.d, y son los medios de procurarnos el verdadero bien, o sea, las causas de Jos bienes en sí deseables por ejemplo : las fatigas corpora,ics, Jos ejercicios, las pruebas que nos traen la salud, la lectura, la. meditación y el estudio, que nos aportan la virtud y las cualidades del hombre honrado. ¿Cuales son, en fin, los bienes que son deseables a la vez por si mismos y por otra cosa? Son las virtudes y su posesión, las resoluciones del alma, las acciones y, en una. palabra, todo Jo que ·pertenece a la esencia. de Jo bello. Así pues, lo que es dcsca.ble1 por s! ·mismo Y' no por otra cosa,r es el só)o y único bien. Ahora. pues,, lo que se busca por sí mismo y por otra cosa se divide en tres partes: una tiene por objeto el alma; la otra, cl cue11>0 ; y la tercera, Ja.s cosas extel'iorcs. La primera comprende las virtudes del alma; la segunda, las ventajas ilel cuerpo; la tercera, los amigos, la gloria, el honor la amistad. Que es propio de la virtud el ser dc:;cable por si misma, se puede probar como sigue: en erecto, si nosotros buscamos los bienes naturalmente inferiore:; (hablo de los del cuerpo), sólo por si mismos y ·s1 el alma es :ntejor que el cuerpo, e~ t:virleut.c que nosotro:; amamos
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los bienes del a.lnHt por ~í mismos y no por los efectos que pueden producit·.
La diclta Hay en la vida humana tres situaciones: la de la prosperidad, la de la adversidad, y una intermediaria. El hombre de bien que posee la. virtud y la practica. la pone en práctica en estas tre.'l circunstancias, a saber: en la adversidad, en la prosperidad o en una situación intermediaria. Pero en la atlversidad es desgraciado, en la prosperidad es feliz y en el estado mixto no es feliz. Es evidente, pttes, que la. dicha no es otra cosa que el uso de la virtud en la prosperidad. Ha.blo aquí de la dicha del hombre. E l hombre no es solamente un alma; es también un cuerpo. El sér viviente es un compuesto de dos, y el hombre lo es igualmente, pues si bien el cuer po es un instrumen ~o del a lma, es también un.a par te del hombre como el alma. Esto es por lo que entre los bienes, los unos pertenecen al hombre y los otros a las partes que lo componen. El bien del hombre es la dicha; entre sus partes integrantes, el alma ti <'ne por bienes la pruclencia, el valor, la justicia y la temperancia; el r.uerpo tiene la belleza, la salud, la buena disposición de los miembros y el estado per- · fccto de los sentidos. T,os bienes externos son:
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la. riqueza, la gloria., el honor, la nobleza,1 ventajas que acrecien tan el valor del hombre, subordinadas natu ralmente a los bienes superiores Los bienes inferiores sirven de satél ites a los bienes SUJJeriorcs; la amis tad, la gloria, la riqueza, son los satél iles del cuerpo y Kl.el alma ; la sal ud, la. fuer za. y la perfección de los senLidos son los satél ites del alma ; la prudencia, el valor , la temp eran cia :y la jusLicia son los ~;até lites de la razón del alma ; la ra.zón es el satéli te de D ios. El es Todopoderoso, el ~Iaestro supre mo. Sólo para estos bienes debe n existir los otr·os, puesto que los soldados obedecen al gene ral; los mari neros, al piloto, el mund o, a Dios; el alma , a la rnón ; la vida. fcliz, a la prudencia . La prud encia no es ot.ra cosa. que la ciencia. de la vida feliz o h~ cienc in de los bienes que perte necen a la. ua.Lura.le.za. del hombre.
La dicha y los denrá.s bienes La (licha y la vida perfecta pertenecen a Dios ; el hombre no puede poseer más que llll co njun to de ciencia, virtu d y prosperidad, formando _un solo cuerpo. Yo llamo sabid uría a la cienc ia de los Dioses y los demonios; prudencia, a la c1enc m de las cosa.s huma nas, la ciencia de la virla. Pue.s es preciso llam ar cien-
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cia a las virtud es ,que se apoyan sobre razones y demos traciones~ y virtud moral a. la excele nte costumbre de Ja parte irracional del a lm;t, que nos hace dar ei nomílre qe s;ier tas cualid ades correspondi entes a nuest ra.<; costumbres, es decir, los nombres de liberales, justos, templado:;; llamo prosp eridad a esta aflut'ncia de bienes que nos llegan sin el concu rso de !a razón y sin que la ra.zón sea ht causa. Puest t que la. virtu(l y la ciencia dep enden de nosotros, y la prosp eridad no ; puesto que la dicha consiste en la. contemplación y prá.cl ica de lo bello ; puesto que la contemplación ly la. acción , cuando encue ntran obst.áculos, nos presta n el apoyo neces ario ; puesto que cuan do van por una ruta fá.cil, nos aport an la. distra cción y la dicha ; y puesto que la prosperida d produce estos bienes, es evidente que la dicha. no es otra cosa que el uso de la virtud en la prosp eridad .
La honradez
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la salucl
El hombre honrado es en conexión con la prosp eridad como un l10mbre de ,un ¡,;uerpo sano .Y robus to; pues él est{t tambi én en eslado de sopor tar el calor y él frío, de levan t.ar un g ran peso y de sobrellevar fáci lment e ot.ros males .
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Ve la p1·osperid~d
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la 'IJirtud
Puesto que la dicho consiste en practicar la yirtud en la prosperidad, hablemos de la. virLud y¡ de Ja prosperidad : Primero, de la prosperidad. De los bienes, unos no son susce)!.tibles de exceso,. por ejemplo: la virtud, puesto que no· hay exceso en la virtud y. nunca se es demasiado hombre de bien ; la virtud, en efecLo, tiene por medida. el deber y el hábito del deber ~n la vida práctica. La prosperidad puede pecar por ,exceso y ,por defecto; este exceso engendra ciertos males, hace salir al hombre de su estado naLural, poniéndole en un estado contrario a la virtud, y no solamente sucede esto con la prosperidad, sinó que o"'tras causas m{ts numerosas aún producen el mismo efecto. No debemos extrañarnos de ver que artistas impr udentes, descuiden el verdadero arte, seduciendo a 1os ignorantes con falsas imágenes, pero ¿acaso no sucede lo mismo con r espeto · a la virtud? <Juanto más ~rande y -bella es la virtud, más fingen las gentes adornarse con ella. Ha}r. en efecto, multitud de C03a.s qu e deshonran 1a. apariencia de virtud: una es la raza de gente falsa que 'la simula, otras son las pasiones de la naturaleza que la acompa.iian y ta.l vez dir igen en sentido contrario las disposiciones del a lma, otras aún son las mala.~ co;;tumbrcs que han arraig<tdo en nosotros.
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De suerto \¡uc no es cosa de ext rañarse s i alguna. vez se ju1_gan las cosas mal, porque la. ,·erda.dera na.Luraleza. del alma. lla. sido falsificada. en nosoLros. Lo mismo que vemos un artista. que paree<'. excelente, rquivocarse en la.s obras que expone a. nuesLra vista; lo mismo, el general, el piloto, el pintor y todos los ot.ros en general, pueden equivocarse, sin perder por eso el ta~alcn to a.dq LLirido; del mismo modo no se debe considerar deshonrado al que ha tenido un momento de debil idad, ni vir tuoso a.l que ·ha. hecho una sola acción buena; sino que es prech;o c,onsiderar los que son malos por el azar y buenos po1· el error. Para formarnos un juicio exacto y justo, no debemos considerar una sola circunsta.nci<t ni un solo periodo de tientpo, sinó toda la vida entera. Lo mismo que el cuerpo sufre por ~xceso y por defecto, y que, sin ~mbargo, el exceso y lo q ue se llama superfhto engendran na.LLlralmente las má.s grandes enfermedades en el alma. sufrCl lo mismo con la prosperidad que con la adversidad cuando ést.as llegan a dcsticm'po, y, sin embargo, los males más grandes le \' ienen de lo que se llama una prosperidad absoluta, pol'que ésta, semejante al vino, emborracha la m1.ón de las buenas gentes.
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Por esto la prosperidad es más difíci l de sopor lar debidamente que l<t adver sidad. Los hombres, cuando están en la adver stdad, parecen seres moderados y modestos; y en la for1itna, ambiciosos, orgullosos y soberb ios. Pues la ad vcrsid ad vucl ve a l alma a sí mis ma; la prosperidad, por el contrario, la eleva y la hincha ; por eso todos lo~ miserables son dóciles a !os consejos y prude ntes en su conducta, al paso que los felices son altivos y atrev idos.
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El Umlite de la prosperidad
Hay por tanto una medida, un límite de prosp eridad y esLe es el que el hombre honrado debe desear. Asim ismo, hay una medida para el tamaño de un navio y la longit ud del t imón; éste permi te al piloto experiment ado a.traxesar una gran extensión de mar y llegar a buen fin en su viaje. El exceso de prosperidad, hace que, aún en trc los hombres honrados, el alma no sea la que dirige, sinó, al contr ario, que la prosperidad, gobierne al a lma; lo mismo que una luz demas iado viva deslumbra los ojos, asJ demasiada prosperidad deslumbra la razón del alma.
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Los d()nes de la virtud Sostengo que la virtud es suficien Le para no ser desgraciado, y· que la maldad es lo b~ tantc para evitar el ser fe!i?.. Si sabemos :juzgar bien del verd<tdero estado del alma en estas dos condiciones, notaremos que el malo es necesariamente desgraciado si esti en kL abundancia- pues usa mal de ella.-como si esti en la indigencia; exactamente como un ciego, que tan ciego es en la luz como en la oscuridad . .Pero .el hombro de bien no c.> siempre icli z, pues no es la pose.~ión de la virtud lo que constituye la dicha; e.~ el uso que de ella se hace. En efecto, no siempre ve el que tiene vista; si la lub no le alumbra, no verá. Dos caminos Lenemos en la vida: uno más rudo, e¡ ue sig uió el paciente Ulyses, otro más agradabl:e,, por donde cami nó N éstor; la virtud desea. el uno, ¡>ero puede también seg uir el otro. Pero la Na.turaleza grita en voz fuerte qu r. la dicha es la vida. deseable en si, 1J' cuyo estado es seguro, puest.o que en ella. pueden rcaliza.rso sus propósi tos, ele suer te que si en uue.~tra vicia. se encuentran cosas que no hemos deseado,. no se es feliz, sin ser no obs(ante ab~oluta meme de3graciado. No declaramos que e1 !10mbre ele bien está ex en t.o de enfermedades Y' sufrimientos, ni osamos decir
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que no conoce el dolor; pues si atribuimos ~alguna'> causas de dolor al cuerpo, también debemos atribuir algunas al alma.. El dolor del insensato est.á desprovisto de razón y medida., mientras que el de los sabios está cerrado en la ¡ucdida que la. razón da a todas las cosas, pero esta relat.iva insensibilidad del sabio pa.ra. el dolor• tan alabada, enerva el carácter de generosidad de la virtud, cuando vence. las ·'Pruebas de los grandes dolores Y' cuando se expone a. la. muert-e, al s ufrimien to o 1t la pobreza, pues es '·fácil sopor tar las pequeñas desgracias. Es preciso, pues, practicar la ·ntetropatía, es decir, evitar igualmente la. insensibilidad como excesiva, la sensibilidad a.l dolor y no gastar en palabras nuestras fuerzas por encima. de la medida. oe la naturaleza humana.
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La cienci.a. :le l4 vida
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Se puede decir que la. filosofía. es el deseo de saber y comnrender las cosas por sí mismas, uni do a. la. vtrtud práctica., inspirado por el amor a la. ciencia. y realizado por ~lla. El principio de la. filosofía es la ciencia de la. naturaleza.; el medio, la vida. práctica.; el fin, la ciencia misma. Es una. casualidad feliz el ser bien nacido, el haber recibido una buena ed ucación, el haberse habituado a obedecer una regla justa y a. tener costumbres confon11es a.
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la. Naturaleza. Es necesario, además, haber sido ejercitado en la virtud, haber sido educado por padres y maestros sabios. Bs hermoso también imponerse a sí mismo la .regla del deber, no tener necesidad de ser constreilidos a. ella, ser dóciles a los que nos dan buenos consejos respeto a la vida y la ciencia. Pues una feliz disposición de la naturaleza y una buena educación, son a menudo más poderosas que las lecciones para conducirnos al bien; no falta entonces Jruis que la luz eficaz de La razón, que nos da la. ciencia.. Hay en la vida dos direcciones rivales que se disputan la preferencia: la vida práctica y la vida filosófica. La má.s perfecta es La que reune a entrambas y se presta a armonizar las circunstancias. Hemos nacido para una actividad racional, que llamamos práctica. La razón práctica nos conduce a la política; la razón teórica, a La contemt>lación de la universalidad de las cosas. El espíritu en sí mismo, que es universal, abraza los dos poderes necesarios a la dicha, que ya. hemos definido : la actividad de la virtud en la prosperidad. Esto no es exclusiYamente ni una vida práctica que excluye la ciencia, ni una vida especulativa que excluiría. la acción. La. razón perfecta incluye esos dos principios todopoderosos para. los cuales el hombre ha nacido: el principio de la sociedad y el principio de la ciencia, pues si estos princiipios opuestos parecen en su desenvolvimiento chocar el uno
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contra el utro, desviándose los principios políticos de la. polític<t y los c~peculativos de la es peculación para persua.di rni)S a vivir en el reposo, no obstante, la. nal urale:w,, aproximando los fines de eslos <los movimientos, nos los muestra unidos en uno solo. La.<; virtudes no son conlradict,orias, sinó eminentemente armómcas. S i el homb re desde su j t1ventud se somete a los princ:ipios de .las ·vi rtudes y a. la le}" divina ele la armonía de! mundo, su vida será. una corriente fá.cil y suave; y si por su propia. inclinación camina hacia el mal y tiene la dicha de encont rar mejores g uías, podrá, rectificando nu I"Urso, llegar l t la. dicha. como los viajeros favorecidos por la. suerte alcanzan una. travesía feliz gr¡l.cias al piloto. Y la. feliz travesía de la. vida es Ja dicha. Pero si no puede conocer por sí mismo sus verdaderos inLereses, si no tiene la suer te el~ encontrar di rectores prudentes, ¿qué import!t Lenga inmensos t.esoros ? Aunque el insensato fuera. llofortunado en todo, será. eternamente desgraciado. En todas las cosas es preciso considerar el f in y. esto es lo que hacen Jos pilotos, quo siempre ~ien en presente en su mente el puc.r'to a donde debeu q¡~d uc ir el buque; Jos cocheros, que tienen siempr<l la vista puesta en el fin de su carrera; los tiradores y arqueros, que miran al blanco. pues al blanco es a donde deben dirigirse Lodos los esfuerzos. Es preciso, pues que la. virtud se proponga un f in y un
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objeto ciertos, que sea. como el arte de vivir; este es el nombre que yo lé doy en las dos direcciones que puede t{)mar. Este objeto y este fin es el mejor para la vida. práctica; para la vida filosófica es el bien perfecto, al que los sabios en cuéstiones J.!umanas llaman rlicha. Los que están en la miseria, no son capaces ~e juzgar la dicha según ideas exactas. Los que consideran el placer como el bien supremo, son castigados por la locura; los que buscan ante todo la a.usencia. de dolor, reciben t,tmbién su castigo; en una palabra, es exponerse a. todos los torbellinos de la t<:mpcsta.d el hacer consistir la mayor dicha de la vida en los goces corporales o en evitar toda reflexión. No son tampoco mucho más felices los que su primen la. belleza. moral, descartando toda discusión y toda reflex ión sobre este asunto, buscando el placer · en la ausencia del dolor, en los goces fisicos primitivos y simples, en las incl inaciones irreflexivas, tanto del cuerpo como del alma. honrándolas como si en ellas consistiera la belleza. misma.. Estos cometen una doble falta, rebajando el bien del alma y sus funciones superiores al mve1 del cuerpo,, y elevando el bien del cuerpo al alto grado que debe ocupar el goce del alma. Por un discernimiento exacto de estos bienes, es preciso dar lo suyo al elemento divino y¡ lo s uyo a.! elemento material. No saben ver esta subordinación de dignidad entre lo inferior y lo superior. Pero nosotros lo vem'os, y decimos que sí el
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cuerpo es el órgano del alma, la razón es la guia del. alma entera,. la que dirige al cuerpo, .Y que todas las otras ventajas físicas no deben ser más que instrumentos de la. actividad intelectual, s i se quiere que esta. sea perfecta en poder, duración y riqueza .
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La razó11 !1 la e.1·perieneio práctica
H e aquí las condiciones más importantes para. ser sabio ; primero, es preciso haber recibido de la suerte,, un espíritu dotado de facilidad pam comprender, tener memoria y· amor al trabajo; es preciso, además, ejercitar la inteligencü~ desde la juventud, p1·acticando la ar g umentación por medio de los estudios de las m;ítem;í.t icas . Después, se debe estudi<tr la filosofía sana ; y por fin puede abordarse el cono('i miento de lo~ Dioses, de las leyes Y' de la vida h u nH~na. Hay dos medios de llegar a r.1<tc estado ll<uuado sab iduría; el uno es adquirir la cost,urnbrc del trabajo intelectual y el gusto de saber; el otro es procurar ver muchas cosas, mezcla rse frecuentemente en Jos as un tos de la vida y conocerlos, ya sea directamente ya por cualquier ot.ro medio. Pues no es completamente sabio el que desde su j uventud ha ejercitado su razón por medio de razonamientos dialécticos, estudios mat.emá.t icos y ciencias exa.cLa.s, ni el que ha descui-
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<lado estos trabajos y se ha dedicado por completo a los negocios. El un o es completamente ciego cuando se trata. de juzgar hechos particulares, y lo es el otro cuando se lraLa de cosas generales. Lo mismo que en los cálculos es preciso combinar las partes de que ha. de obtenerse el todo; así en la práctica de los negocios~ la. rcv zón puede vagamente esbozar la. regla. general, pero sólo la. experiencia. puede permitirnos conocer los detalles y los hechos individuales.
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ÚL juventud
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La misma relación Jtay entre la. juvenLud y la vejez. La juventud httce <L los hombres enérgicos, la vejez les vuelve pr udentes. La. vejez reflexiona sobre Jo que bace )~ considera seriamente Jo que debe hacer, a fin de que la ·compamción del porvenir con el presente, y del presen Le co n el porvenir, le permitan cond ucirse bien. Ap lica la memoria. al pasado; la sensación, al presente; hL previsión al porvenir. Pues nuestra memoria tiene siempre por objet.o el pa.s ado; la previsión, el porvenir; la seRsación, el presente. Es preciso, por tanto, que el que quiera gozar una vida. honrada y bella., tenga, no solamente el sentido de la. memoria., sinó también el de la previsión.
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La ley A las leyes de los malos y ele los ateos se oponen las leyes no escritas de los dioses, que infligen males y cast,igos terrib l e.~ a los que no Jns obedecen. La~ leyes divinas han engendra,clo y dirigen las leyes y las má.xima.o; escriLas que han sido dadas a los hombre.~. La. ley es con relación al alma y la vida del hombre, lo que la. armonía es con relación al oído y a la voz, pues la ley instn(ye al al ma, y, del mismo modo, la armonía educa el oído y la voz. Toda socied<tcl se compDne del que manda, del que .obedece y de las leyes de entre las leyes, una es viva : el rey; la otra es inanimada : 1<~ le~ra escrita. TJa le)• es por tan to esencial. Por ella el rc.v es legitimo, de ella saca el magistrado sus poderes; _por ella el que es mandado conserva !<11 libertad, y toda la ~ociedad es feliz bajo su amparo. Cuando la ley es violadá, el rey no es más qu e un ' tirano, el magistrado esM. sin derecho, el ,que es l)landado cae en la esclavitud y la sociedad entera en la desgracia. Los actos humanos son como un tej ido mezel:tdo }' fonnado de mandamientos, deberes,
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obediencia y ele fuerza capaz de vencer la resistencia. El mando pertenece e:sencia.lmente a Lo superior ; el ser manclado pertenece a lo inferior ; la fuer1.a pertenece a los dos, pues la parte railonable del alma m;mda. y la parte irracional es mandada; ambos unidos t ienen la fuerza de ,·cocer las pasiones. De la cooperación armoniosa entre estas dos partes nace la virtud, que desviando Jos placeres y .las tristezas, conduce al alma al reposo y a. la t.ranq uilidad. Es preciso gue la ley sea. conforme a la naturaleza, qu e ejerza. un poder efectivo ~obre las co¡;as y sea útil a la comunidad política pues si uno o <los, o todos estos caracteres le faltan, no es ley, o por lo menos, n o es una ley perfecta. La ley e.~ conforme a la natur aleza, si es l<t imagen rlel derecho na tural, que se ref iere y a tr ibuy'e a c;uht un o segt'm su mérito; es poderosa, si está en armonla con los hombres que deben sometérsele, pues hay mucha gente que no es itpl<t pa.ra r ecib ir el que es por naturaleza el pl'imero de los bienes. I; a ley es útil a. la sociedad política, si no es monárquica, lli no está cons~1tuída para Los privilegiados. si está hecha para. el interés de todos y si se impone igualment-e a todos. Es prcci~o también que la. ley esté h~ cha. en conformidad con los países y los lugares, pues todos los terrenos no pueden dar los mismos frutos, ni todas las almas humanas las mismas virtudes. Por eso unos fundan el
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derecho arisl.ocrático, los otros el derecho democr ático y otros el derecho oligá.rq uico. El derecho aristo cráti co, f undado sobre la propu,·ción subc ontraria, es el más justo , pues esta prop orción da. a los más gran des térm inos ma.y or conexión y a los más pequeños términos menor conex ión. El derecho demo cráti co, está fu ndado sobre la. proporción geométrica, en la. cual la conexión de los grandes y Jos pequeños es igual. El derecho oligá rquico y tirán ico está fundado sobre la prop orción aritmética, que, opue sta. a la. subcontra ria, atrib uye a los más pequ eños ténui nos Jas mayores conexiones, y a los má.s gran des térm inos, las más pequ eñas conexiones. La mejo r ley y cons tüución debe ser un compuesto de toda..<; las otras constituciones y tener algo de demo crática, algo de oligárqu ica, y algo de moná rquic a y algo de arist ocrá tica, como sucedía en Lacedemonia, pues los reyes era.n allí el elemento monárquico, los gerontes repre senta ban la aristocra.cia y los ,efores la. oligarquía., los gene rales la. caba llería y los jóvenes la. 'democrac ia . .L:s preciso, pues, que la. ley sea no solamente bella y buena, sinó tamb ién que sus tli icrcnLes parte s se llagan mutu amen te opo~ ición; ele este modo será. pode rosa )· dura ble; por esta oposición yo ent iendo que una mism a mag ist.ratura mande y sea mandada, como en las sabia s leyes de Lacedemo nia. En estas , el poder de los reyes está. equil ibrad o por
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los e{ores, el de los efores, por los geronte.~ y entre estos dos poderes están los general<'s de caballería y los jóvenes, los cuales, tan pronto como ven tomar dcmRsiad<~ preponderancia a un partido, van a colocarse al otro lado. Es preciso que la ley determine,, primero: lo que concierne a Jos dioses, a los demonios, a. los padres, en una palabra, todo lo que es honrado y digno de estima; en segundo lugar, lo que es útil. Es sabido que los reglamentos secundarios siguen a. los principales y que las leyes deben inscribirse, no en la. ca.s<t y sobre las puertas, sinó en lo profundo del alma. de los ciudada.nos. Pues aún en Lacedemonia, que tiene leyes excelentes, no se administra el estado por numerosas ordena.m;a.s escritas. La ley es úti1 a la comunidad política, si no es monárquica ni tiene por objeto un interés privaclo, siendo út il a Lodos, ext,iendc a todos su obligación, y, en lo con cerniente a los cast.igos, .procura avergonzar a:l culpable,, marcándole de infamia ;wtcs que quitarle su:; riquezas. Castigándose con l<\ igno minia al culpable, lo-· r· iudadatlos se e~fucrzan en llevar umt vida más s<tbia _y honrada por no incurrir en los castigos de la ley; :si é~ta les castiga por medio de multas, estima.rím por encima de tocio las riqueza.;;, comprendiendo que es el mejo1· mo!lo de reparar sus faltas.
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ley
El verdader o jefe debe no solamente tene r apti tudes para mandar bien; debe, adem ás, ama r a los homb res. Pues es contradictorio que un pastor odie a. su rebaño y esté anim ado de sentimientos hostiles hacia. él. Es prec iso ademá.s, .que sea legít imo; solam ente así podrá. sostener la ffi.gnida.d de jefe. Su cien cia le perm itirá disce rnir bien su poder de casti gar; su bondad, hacer el bien; la ley, ha.ce rlo todo según la razón. El m'ejor jefe sería . el que se aproximara más a la ley, pues nunc a obraría por su propio interés, sinó en inter és de los demás, pues Ja ley no existe para si misma, sinó para los que están sometidos a eUa.
FIN
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lNDICE Págs. !)
lN'l'RODUCCION •
.7 Los versos áureos de Pitágoras Los símbolos pitagóricos . 14 El significado secreto de los símbolos 44 pitagóricos . :. l. No herir el fu.cgo con la espada . 45 . 11. No pasar por encima de La balanza. . ' 47 Ill. No estar sentado sobre la chenice . 50 IV. No comer corazón . 53 V. Ayudar a llev<!-r .la carga y no imponerla. . 58 ()2 VI. No orinar de cara al Sol VII. No asomar los pies por deba.j o de las sábanas. G7 ., '. Vlii. No restregar la silla con 70 aceite . .: 1 . '· L""í:. No criar aves de u ña~ cor7:! vas . .: 1 . • 1. 7'1 Máximas pitagóricas de J {unbli~o Máximas áureas de Demócrates t>O Los compara.cione.<; de Demófilo S!J !/7 Máximas pitagóricas de Demófilo 103 ~Láximas select<ls de Sexto . J 1:! .Máximas ética.s de Stobeo . l~scriLo.s morales J' políticos de Arquitas .
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Tomo de 224 páginas 19 por 12. Las dos /\nt6ricas
e;
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Tomo de 224 página.s 19 por 12.
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La Vid a en el ran(ho.
Tomo de 256 páginas 19 po.r 12. La Conquista del Oe$1e.
Tomo de 216 páginas 19 por 12.
L 0'6mo debo co nducirme en aociedad 1
L ib:-o ulilisimo para toda persona afecta ai Lra· to
sOcial. Extrae~
del auma.rio: Los deberes religiooos del hom · ,b,.., El homb~ 1>11 sus relaeio!lll'l de fa.milia. El decoro propio. Arreglo peraona.l. Hl t.ocador, tr&ji'S y modas. La fama.. El decorO con el prójimo. Eatado, pro6lsión. Comerci ante&. Empleados. Abogados . M&licos . Artistaa. Militare,. Eclesiástico s. Los tratamiento s. La. educación en la. callo. En la.s vi.sit.... La composturu. La con v"roa.· ci6u. VíeiCF! y mala.s costumbros. Discusiones . Citu híe· tót~ca.a en idiome extranjero. Chistes, refr~n~. ele. L u carlM. Carlas de muj4>t"e.S. Lua :~obr~. Cou\·~uie:ncia.s epi&:· t.oln~. Las t&rjetas. L111 etiqueto. en las comíd..,. Modo üe diapooor la. meso.. Medo de asiatir a olla.. Los honoi'CO de la mesa. Cuándo se dobc ir a. los convites . Los u1e· nú... La aervilleta. Entrom.,.:o, vinos y postres . Dobe retO do loo oonvidad011. l,a gaianl~ría . Los guaolell . Loo vi a. · jea . J,os viajes de veraneo. J,os viajes do novios. Paw.~06 y ~i ros. Reunio nOl' etc sociedwl . .Ju.t\goa. Dn.iiM y soiréet .
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Editoriu.l B. Bauzá.-Apart. fi6.- Aribau, 175 a 179 Barceloua Cómo &O ba de recibir: consejos. Cómo se h a de asis~ir: co&ojoo. Loo bailes do máscaras: aaall.o!l. Concier~ y ce&LrOS. Lll8 propinas. Las presentaciones. La hoepita· t~daa . Las bud"" . Los .- .oviazgos. F'\ lrOtUSillW•. La ...... El tra¡c do novia. Banquete de boda. Participaciones de boda . Los alfileres. Los ba uti$moo. La corlesi• con loe infeliores y deagraeiados. Las visitas & l0<1 pobrCII. L<~a liutoon&B . .Entierros y duelos . Los lutos. EaquQ(u mortuonaa. La. cortesanía.
Tomo de 224 pAginas, 19 por 12.
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S'óO
ÜONDKSA D» TuAMAB
Breviario de la mujer.
El primer capitulo de esta obra lo titula ;¡u autora La cienota do ~a viaa y en verdad que todo el libro se resume en una feliz exposición del arte de , vivir para el sexo femenino. Estética, prácticas secretas de la hermosura, modo de vestir, maquillaje, el tocado, todo va expuesto con a rte singular y un encanto indecible . Ninguna mujer de buen tono puede prescindir de este va.d~mecmr. del atractivo, que constituye lo esencial pa ra la vida de relación. E:><trac~o clol s umario : La. eienuia. do la vida. La obr~ do bollozn. l'•icologia do la mujor. Sn onc• uto.
E l ado do &gradar . La jovencilla. lllll muj er j ovoo. La mujor " los oO años. La muj er a loa 40 oüos. La anciana. La mujer de mundo. La muj er de su caso.. La n:adre do familia . E l Jabora~rio de In hellc7.a. Los muebles. La temperatura. La iluminación. Las adver· l.oneias del espejo. El cuarto de baño. Dh•er9as clases de baños. ML,age& y fricciones. De IL• diferentes higie· nes del cuerpo. Los arLificios femeniles. A la conquista del hombre. La expresión esLudi:11!a. Las armas do eom bato. . Las seducciones de la mujer. Coquetería.. Castidad. Pudor. Caprichos, deseo.•. Los C<lioo. El onsucilo. El gcato. El in¡;c~:w, el buen tono. Como se debe amar. La 111ujer debo Ger la querida do su marido . Consejos a las ••posos para relene•· a su.. maridos. L a fisonomía. La belleza. E l lteebtzn. La hnrmosora diabólica. La Cintura. La
graei:t on loa movimlentos. Lo$ andaoe.;; . .El arto de sa· bet· ar.dar
y
do sentarse . Los p rincipios de l too11do.
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P.ditorial B. Bau~A . -Apar'l. 66.- Arihau, 175 a 179 Barcelona arté do -lirse. El arto d& conservar la juventud. No' existou mujerc.s feas. Lo~ nervio~. J,a gimua.sia.. El ba.lle . El andar. El sueño. ~~ odo de c1•ilar la obe..iola.d. l'ara. eniiaquec,er. Medios para engordar. Las ropas íntilll.88. Prácticas secretu de la hermosura. La pierna. El bra zo. La piel. Los ojoa. La. nariz. La boeo;. La oreja. La cabellera. . L;r. barb:>. El cw.>rpo. Los senos. El ma quill:.je. Las tintura.t. J.os perfumeo. Los cosméticos. Baños aromáticos. Los vinagres. Mis rooetas.
Tomo de 336 páginas 18'/2X12. En tela.
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Agotada la edición e n rúaUca . Bauo:< KABL DU PnBL La r.laqia, ciencia natural.
El insigne doc tor de Tubinga profundi~a cu e;;t.: libro uno de los problema:; que habrán de agitar a la Humanidad eternamente, cual es la inmortalir!ad del alma, con un caudal de snbid u ría in mens;¡, y tUl a dialéctica vcrdadenunenlo sugc;;lil·a . Du i'rcl inIIOOta reincorporar la magia en el cua.d ro de las ciencias na turales, estudiándobt bajo sus dos aspectos. físico y psíquico, par:\ restaurar la creenci:L P. n unn vida futura proporcionando COll ello u:ia base <:lo moral. E xtracto · rlel •mnario: La eioucia nat.nral desconocida . Profundizam iento mñgico do la cieudn. na.tura1 moderna. El magnolismo animn.l, el ave de la. ríriiC:l m:igit'.a. J,a exteriorización ódic~ del hombro. Lo. curación por s im¡.¡atía.. El n..gu:¡. 1na.gneti?.:HJa. G r:lVH:l riún .v lovifa.t·i{,n. Do los proyectiles ml<t.icos . La varila adivinatoria . El problema de la fuerz" vital y Sll soltrcióu. El ud exteriorizado en la. fÍ3iea má¡¡ie.'. El •oxto >en!ido. Los son~o.hulo~ f'N'fo~nrn.·~ . F.l ,nnnoi,lei~mo . La sugc.sU.Jn '!X· traña. moJteJÍ•Ief.¡:mn nr:ifi ci aJ. ;,Cómo podomoa: ll'!.; :tr s ser elarividont.cs? Do la iuflucnt ia do lo.; f~tores físi eo>! en la me.gia, et.e.
Tomo de 680 págs ., 21 por 15 en tela..
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Tl/TJUO'n;(J¡j DN T.EORO?!A Y ORIF.VT..!T./ 81!0 Dirigida 110r JoJI Ply lr!l Guira(), f'ofrdrái¡'ico d'c fi!O.S'J/Iío. t'll rl r11} Bil~. · So propon\' cst:t f!ihlio'~:;:\ pu l;lj~ar umt selcc<'ión rlc las obra; lná.~ cjninenl;t!S acerca tl e ~Lcosof ía, OC ÚJl,isiHO, lll'a ¡!Ílt )', e n gcucL'aJ : de Ja. 'cich cio. secreta qLH' ronst-il,oyó e l a lma ·'•lel Oriento r n Jos .újempos do su esplendo1· y que ·desa~Ja l"<•ci.<) <"on e l triu nro de lh <' i·,·iJ"i ~ za.ción europea . De all(unos aiios a •·sta pa.r1<.:, ~r han hecho nll'riUi~imos t'ra.hajo~ )Jara clesentcnar todo ese cau hl de ciencia pedido. per·o la rnayor parte de esas i rt,·esru~acioucs han s ido r son palrin10nio; •le ,;\,lg unos l'l'ti<Íi tos ~· 1io· han tm~c~n· lido al gran pilh]i¡·o. A la soflom HJa,·üs ky corr:r'-Jlonde la ¡(iori a de hahc r s i l o uno de .los pri\noro!< p;1.ladinl's rlo .es;ts irh'estigacionies y él<' l1allCr c-ons!'g11ido in f"Ore<a.r eruu s trabajos a un núcleo consider<Lble de gentt•s. La pujanza cada ~--ez mayor do la Socie-lad Teosófica es lnrerta ¡>rueba de eJlo. De ahí que haya ~ur!!ido ~•1 estos úHjmos arios mulfi1iud U•' l_itcr:ttur;r fl~osól ica. qu-e se li:nH·t por !o gene ral a coment..1):' l a~ obras de la sciíüra Hlavatsky . Esw 1tO~ IHt llevak!o. a considerar la conv'C ni cncia. de lHtccr asequ ib le a l qran pÍllllliico el tesoro colml)lle l;o de h se cr·cta cienc ia orianl.:tl, de ~a cu:il se es!•\ rl cscorr ientl'o paulatina•men!e el "·el o del ·miste ri o e11 que hasta aho1·a estaba encerrada . Se Y<' qur 't.odas las religiones y to·Jas las liloso!~at; no han hecho niú!> 11u:• e xponer doctrinas que J¡ro!:II'On del {on lo de las pinimides del antiguo F.g iptjo doctrinas que los llli~rnos saC()rdoIJes egipcios- que eran. sus dep ositarios-se guardalJan ~n'uy bi en de 1~\"C I :tr por coin'Plcto, limi:tAndose a dllt' Vle ladas J·c fe rcncias de ella.s. E l hrah'manismo, e l judaísm!o, el IJudh'ismo, el 'co nrucian.is mo, el lm'ahometismo " e l · cr,isti;utis1no, 110 hicieron ~inó sacar maooriales dé esa cienl'ia t"!ipc'a, si bien cada una dt> e,;.1.s ·1-c)jgionM arr()¡rJa)Ja las. cosas a .su manera . 11a8ta. ,que en la Edad • :.\led i<t huho u·n tl!lsurgi'mi~nto \del gns'(;o por la cicn ci:t oculla; pero ose rcsurg im icr1to Cu é a hogado por la Tnquis ici.6 n, t(J·.iliza ndo pro · 001'1-imien.tos de 'Violencia. 1 Nos J¡a. parecido 11er.esario pone r al fren te do cs!1J. Dlhltotlécla. de T>COsofia y Orientali~m'o 1 a persona de autoriJad t>n esas cuestiones. y a ese electo. utilizamo<; lo~ conocimiento~ del sellor Guimo, Catedrático de filosofía en el Tnstitulo tic Ril.hao, r per sona que s~ ha dedico. lo clesJe milchos años a estudios ele filoscitía: ol'ierl!;;tl, seg ún 't¡ien c o.crecl itado en vnr ins puhli(!ac iones de esa índole. Los IJeósofos en.con't r<trú n Cll nu estra l>ilJJiotec;a m'ult.itud de obras 1\llt.alm'r n'te •l>:!osórie<ts, junto c.on of l';ts <rne completan ¡las 'mer illiísbnos jnvestigacionc~ rle la sciiora 13lan.tsky, y los aficionados a la dh·ina ·ciencia 'ol'icntal encon't•m rán a.qu í J.:t~ ~jort'S obras n M han lcjado. que aquellas perdidas ci,·ilizacioue~ © Biblioteca Nacional de España fln.~Ht11,lo
Obra.; publi cadas : l. EL Ev,,KG ELIO 0"1. TAO.-~~s una colecc ión de narracioo~ s en las que se cx pO<lcn doctr i nas y ané•:dot.as del rofoninador chino LiehTzu. 1'ap signif ica litera ln>:ln tc camino, y se denom ina así esa doct.rina, porque Lioh- Tzu, (o Lao Tseu) prete nde mcd ian!JJ ella enca!minar al homb re a sn unión con la Divin idad. Es un libro del siglo VI antes d() J. C. Tomo de 160 pá!J1l. tirada s en cxcelcnt.c pape l 12 por l!l. ·2'50 ptas. ll. KvA r-;<; ,.;uo De CPi'' FUClO .-.Es 1m. libro co.mpucsto por los discíp ulos de Co•tlucio y ,se relata n en ól ' las conve rsacio nes y enseJ'ianzas de i•ste. Confu cio. era un pol:itico-'m;O ralist a, pues opinaba. crue el bie•test<Lr de la nació n se o'bitiene medi anw la. reforma. 'moral de los ciuda danos . Es un libro de plena actua.lidorl después (le !ta~t~os s iglos. Tomo de J 60 págs. tirada s c<l excclen'tc papel 12 por 19. (2'50 ptos.
IV.
Lo.s
Escn n•os SAGI\ AOOS
O<•: HEnM~::s. (La cloctrina.
socretla 11<1 turs sc«;!.lrdo./:e.o; C!fipci,o,~.) . En esta ohra que e~ ta.l Yez IR 'tll{t.<> i1n•pcr t:utte de la colecció<l, se inclu yen los <:scrilos redac tados .ror
los sacer dotes del dios egipcio Hennlls, y se expon en en c nos Jas doctr in<tS S<::crctas religi vsas . que eran conoc idas sol¡¡tncnlc ,por un cortó nitmero de inicia dos. Esas doctr in;ts egipc ias son de tm.'L antigü<lflad inca!Gulablc, y consti~uycn el ftmd¡l !lnenLo de la teoso fía. To\lXo de 192 págs. tirada s en excel ente pape l12 por 19. 3'00 ptas.
1.\n prepa ració n:
Lo,s U PA NJSH,o.,I)S (ún ·dil,e,nci.a. I!I!.Cre/k~ LAS Pf\EGUJ\'l'AS I)I::L R~;y MIL~NDA. NAnH AClON ES nE L 'll>~ nwo. (El Lib·
de lw br(l,/t{¡flli{I,)W8).
ro sacr~Jta 1te los judlws:) .
Publl•hed In Spaln
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