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SATURNO

SATURNO El Sendero de Narayana

KARMA - EL VIAJE 3

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Cuando el alma decide, nada la puede impedir. Esa es la grandeza del alma. El alma tiene las tres cualidades divinas de voluntad, amor y luz. Si el alma no lo decide, la mente y los sentidos se vuelven activos, pero en el momento en que el alma se eleve o despierte, entonces estos últimos tienen que escuchar y seguir al alma.

Es como un león que duerme en una casa en la que hay muchas ratas, gatos y perros por todas partes. Cuando el león duerme, todos los animales pueden tener su propia manera de hacer las cosas, pero una vez que el león se levanta y ruge, entonces ¡todos los animales tienen que comportarse bien! De la misma manera, el alma es poderosa. En un punto del tiempo, el alma dice: “¡basta; ahora quiero regresar!”. Cuando el alma lo decide así, nada puede detenerla. Cuando el alma se despierta, se ponen en su sitio la mente, los sentidos y el cuerpo. Ese es el estado del Discipulado. El león ruge, pero no el búfalo. El león emite un rugido; el búfalo emite un bramido. El primero es el estado del aspirante. En el estado de hombre mundano no hay rugido de león sino sólo bramido de búfalo

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