INFORME
Inescop ayuda a las empresas a implementar la sostenibilidad en su modelo de negocio A través de diferentes soluciones tecnológicas innovadoras, Inescop ayuda a las empresas de calzado y componentes a aplicar los principios de la economía circular en su modelo de negocio, para convertir los cambios legislativos que afectan a la industria en oportunidades para mejorar su eficiencia, reducir su impacto ambiental, aumentar su rentabilidad económica y, por tanto, su competitividad, contribuyendo con ello a un desarrollo sostenible de la industria del calzado. Informe realizado por
Recientemente, la comunidad científica presente en la 25ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático instó a los países participantes miembros a diseñar planes ambiciosos que contribuyan a reducir las emisiones de carbono para frenar el cambio climático. Es por ello que el proceso de transformación en el que se encuentra inmersa la industria europea, incluyendo la del calzado, hacia un modelo de economía circular, va a ser fundamental para reducir las emisiones. A estas alturas, no cabe duda que la economía circular es una oportunidad en términos de ahorro y de nuevas oportunidades de negocio, contribuyendo a reducir el impacto medioambiental, al mismo tiempo que mejora la competitividad y resiliencia de las empresas. Esta reducción del impacto ambiental se logra al minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorando el suministro de materias primas, y creando más competitividad a través de la innovación, contribuyendo así, a un desarrollo sostenible de la industria.
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LederPiel
Demostrador de sostenibilidad de Inescop.
Digitalización y ecodiseño Y es que, los impactos ambientales, producto de la fabricación del calzado, no son pocos. De hecho, durante la fabricación de calzado se producen diferentes impactos como son las emisiones de gases de efecto invernadero, un alto consumo de materiales no renovables, elevado consumo de agua y energía o el uso de sustancias químicas, entre otros.
Pero es que además, a los impactos propios de la fabricación de calzado, habría que sumar los derivados del transporte, de la fase de uso de los zapatos y los de su fin de vida; se estima que un 93 por ciento de la producción mundial de calzado acaba en los vertederos, lo que supone millones de toneladas de residuos que tardarán más de 50 años en degradarse.