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AVANCES PARA UN NUEVO SERVICIO NACIONAL FORESTAL
Durante
los últimos seis meses se ha estado discutiendo en el Congreso el proyecto de ley que crea el Servicio Nacional Forestal como organismo continuador de la actual Corporación Nacional Forestal. El Colegio de Ingenieros Forestales ha participado activamente de la discusión, a través de la exposición de sus planteamientos ante la Comisión que discute el proyecto, así como a través de reuniones con diferentes diputados.
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El balance ad portas de finalizar la votación del articulado es positiva. Se han acogido por parte de los diputados la mayoría de las observaciones que realizaron el conjunto de organizaciones que concurrieron con su opinión. Hubo consenso en la eliminación de cualquier mención en el articulado de un traspaso de funciones relacionadas con la biodiversidad a un nuevo servicio dependiente de otro ministerio. Este es un logro importante y un revés para el Ejecutivo, sin embargo, aún queda pendiente que el proyecto de ley explicite en su articulado que la administración de las áreas protegidas que conforman el actual Snaspe, serán administradas por el nuevo Servicio Nacional Forestal.
La temática de la biodiversidad es relevante ya que, tanto la principal autoridad del Ministerio de Medio Ambiente, como del Ministerio de Agricultura, han insistido en afirmar que los proyectos de ley que crean el servicio de biodiversidad y el servicio forestal no requieren un análisis conjunto y deben seguir caminos separados. Esta afirmación a nuestro juicio es insostenible. En los dos proyectos se aborda la institucionalidad de la gestión pública de los recursos naturales, entre los cuales se encuentran los bosques y otras formaciones vegetales. El ministro de agricultura al presentar el proyecto de ley que crea el Servicio Nacional Forestal insiste en enfatizar la gestión productiva de los bosques como misión del nuevo servicio, desconociendo la misión histórica de conservación que le ha correspondido a la actual Conaf y que debe continuar realizando el futuro Servicio Nacional Forestal.
Por otra parte, el ministro de Medio Ambiente insiste en que la protección de la biodiversidad puede gestionarse de manera separada de las acciones que apuntan al manejo forestal sostenible de los bosques y las formaciones vegetales. Claramente esto es incorrecto. La gestión de la biodiversidad y el uso sostenible de los bosques es un desafío conjunto que debe ser abordado, a nuestro juicio, por el nuevo Servicio Nacional Forestal.
Esperemos que los avances y mejoras que el proyecto de ley ha logrado en su tramitación en la Cámara de Diputados no se pierdan durante su discusión en el Senado. Si se mantienen las modificaciones aprobadas y se apura la discusión, podremos por fin contar con un Servicio Forestal Nacional y reactivar la necesaria agenda legislativa que requiere con urgencia nuestro sector.