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No vivirás para siempre, crea una obra de arte por la que se te recuerde, hazlo ahora. No tienes mucho tiempo. Di lo que tengas que decir, aunque tengas que gritar para ser escuchado. Si debes pelear para defenderte, si necesitas pedir perdón o perdonar para seguir adelante. Come, canta, ama, bebe, baila, vive, vive.

Efrén González

UN GRAN TRIBUTO

Ajijic fue considerado Pueblo Mágico en el 2020

Umberto Estrada

Creo va a llover, se siente en el ambiente, aunque las nubes lucen blancas están muy bajas. Caminar por la ribera del Lago de Chapala ha sido una costumbre cada vez que visito Guadalajara, sus aguas tienen algo que me incitan a volver.

En esta ocasión elegí el Pueblo Mágico de Ajijic, su nombre proviene del náhuatl Axixic y quiere decir “lugar donde brota el agua”. Desde 1930 este pequeño pueblo empedrado entre las montañas verdes y el agua de Chapala se ha convertido en el hogar de miles de extranjeros que han sido seducidos igual que yo. ¡¡Corran!!, gritan las madres a sus hijos y realmente todos corremos, por arte de magia las nubes blancas arrasaron el pueblo entero, fue una lluvia diferente a las demás, es como si lloviera de manera horizontal, unas gotas finas y tibias terminaron de mojarme mientras llegaba a un café.

Ajijic tiene un encanto seductor lleno de color en sus fachadas y con ese naranja en los tejados que se distribuyen por todos lo alto de sus techos. Sus cafés, restaurantes, pequeñas boutiques con souvenirs hechos por artistas locales, americanos, canadienses, guanajuatenses y todo aquel que decida expresarse.

La lluvia pasó en un abrir y cerrar de ojos y cayeron los últimos rayos del sol como si nada hubiera pasado, pero ese olor cuando llueve no miente, uno sabe que el agua hizo de las suyas en el piso y suelta su aroma que me acompañó por todas las calles hasta llegar a mi hotel.

Al día siguiente amaneció despejado, con el cielo azul y ese verde en los cerros que cautiva mientras voy por un café y unas donas. Ya más despierto, me dirijo a la Privada Flores Magón No. 3, en el Barrio de Guadalupe, uno de los cinco barrios más antiguos de Ajijic, donde se encuentra el Museo de Arte a encontrarme con el maestro Efrén González. Sin embargo, está cerrado, le mando un mensaje y dice que mejor lo alcance en el Centro Cultural Ajijic en Jardín Norte frente a la plaza principal.

Realmente me sorprende que se respire tanto arte, y personas como el maestro Efrén y sus colegas artistas, arrasan a su paso como un mar violento con sus pinturas, fotografías y esculturas ante las miradas de los turistas y lugareños, mostrando las raíces artísticas que han vivido y experimentado. Como la surrealista estadunidense Sylvia Fein, contemporánea de Frida Kahlo quien estuvo en Ajijic en los años 40, o Neil James una de las promotoras artísticas más importantes por su labor como formadora de varias generaciones de artistas de la región.

LUZ EN SU CAMINO A una cuadra y media del lugar, en Marcos Castellanos y Parroquia se precia tal vez su obra más conocida, “El Muro de los Muertos”, compuesta por numerosas piezas de barro con calaveras que honran la memoria de alguna persona fallecida en el pueblo. La obra se realizó en 2016 y se inspira en el Tzompantli, el muro ritual conformado por cráneos humanos en la época prehispánica. Las calaveras tienen un único molde y cada pieza cuenta con un orificio en el cual se coloca una veladora durante los días 1 y 2 de noviembre, vivir el encendido de las velas es una de las experiencias más hermosas. A pesar de no conocer a María o a John, el recuerdo de mis seres queridos que se han adelantado estuvo presente y fue un placer poder alumbrar su camino y hacer una oración. “Todo lo que está vivo morirá, todo lo bueno y lo malo se acabará, todo lo que es fuerte y lo débil tendrá fin. Todo lo que respira tendrá que expirar, todo lo que tiene fama se olvidará, todo el que se cree indispensable perecerá. Todo creador: los que cantan, los que bailan, los que admiran, los que subestiman, los que critican dejarán de existir y si alguno de todos ellos tiene suerte alguien pondrá su nombre en un muro y así serán recordados un poco más, se les cantará, se les bailará, se les subestimará, se les criticará y luego finalmente junto con el muro dejarán de existir.

No vivirás para siempre, crea una obra de arte por la que se te recuerde, hazlo ahora. No tienes mucho tiempo. Di lo que tengas que decir, aunque tengas que gritar para ser escuchado. Si debes pelear para defenderte, si necesitas pedir perdón o perdonar para seguir adelante. Come, canta, ama, bebe, baila, vive, vive.” Efrén González.//@revistacosasmx

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