algo que no le gusta, su madre le explica las cosas y le da un abrazo de color azul, que sirve para calmar hasta a los niños más enojados. Pablo se levanta cada mañana y se mete en la cama de papá y mamá: ¡NECESITO UN ABRAZO!, les dice y ellos lo aprietan y lo envuelven como a un pequeño pájaro dándole un abrazo de todos los colores del arcoiris. Pablo ríe y es el niño más feliz de la tierra porque siente cuánto lo aman. Pablo es un niño como todos los niños, hace berrinches, rompe algún cristal con la pelota, a veces se olvida de la tarea o pierde sus cuadernos, otras no quiere comer lo que le sirven o pide con insistencia que le compren el muñeco que está de moda; no se quiere bañar, entra a la casa con los zapatos sucios, quiere ver televisión por largas horas, es decir: ¡Pablo es un niño como todos los niños! Pero hay algo que diferencia a Pablo y su familia de muchas otras. Si Pablo hace un berrinche por
Si ha roto un cristal con la pelota, su padre le cuenta sobre los peligros, los riesgos y el cuidado que hay que tener y le da un abrazo de color rojo que permite a los niños pensar mucho en lo que han hecho. Y si Pablo no anotó la tarea de la escuela y para colmo ha perdido los cuadernos, él sabe que debe enfrentar su falta y explicarle a la maestra lo sucedido y comprometerse a tener más cuidado; entonces sus padres le dan un abrazo color amarillo muy intenso que le sirve para alimentar su memoria.
Cuando Pablo insiste en tener algo que sus padres no le pueden dar, recibe un abrazo verde, muy verde para que recuerde siempre que las cosas se las consiguen con mucho esfuerzo y hay que trabajar muy duro para obtenerlas. Cuando no quiere comer, bañarse o dejar de ver televisión, su mamá lo sigue por toda la casa para darle un abrazo color naranja, que es el abrazo del respeto, que hace que poco a poco los niños comprendan que también ellos deben tener límites. Y así, Pablo recibe abrazos rojos, azules, verdes, amarillos, naranjas, violetas, índigos y de todos los colores del arcoiris que van acompañados de millones de mariposas brillantes que llevan en sus alas mucho amor. Por eso cada vez que Pablo se siente triste, solo, enojado, confundido, avergonzado, o está invadido de una gran alegría, corre donde sus padres y les dice: ¡NECESITO UN ABRAZO!