REVISTA VEOVEO 73

Page 1




Daniel vivía en un mundo azul. Era un mundo del azul más hermoso que uno se pueda imaginar y todo lo que era de ese color era parte de ese mundo. Su casa era azul con ventanas y puertas brillantes, tenía un dormitorio con cuadros pintados por él en todos los tonos de azul, había pájaros, árboles, paisajes y mucho más. Sus zapatos y su ropa tenían mucho azul también. Su vida era pintar, ordenarlo todo y escuchar música suave. A Daniel le gustaba vivir en ese mundo porque se sentía seguro y cómodo en él. Un día llegó a su nueva

escuela que era muy hermosa porque estaba pintada del color que tanto le gustaba: azul de cielo. También le llamaban la atención las hermosas sillas de colores que no se cansaba de contar y ordenar cada vez que tenía la oportunidad. La maestra Anahí que conocía el mundo de Daniel, le permitía hacerlo porque a él le gustaba contar y ordenar todo lo que encontraba. Lo hacía con los lápices, con los cuadernos, con los juguetes, que a veces no sabía para qué servían, pero era contarlos y ordenarlos, además la maestra Anahí le permitía separar todo lo azul y ponerlo en un solo lugar donde Daniel


se sintiera muy a gusto. Los niños de la escuela querían jugar pero eso a él no le interesaba, querían hablar con él pero Daniel no los escuchaba, a veces se acercaba a algún niño pero sólo porque le llamaba la atención el color de su ropa, especialmente cuando era azul porque sabemos que Daniel vivía en un mundo azul con chispas de colores. Era un mundo del azul más hermoso que uno se pueda imaginar y todo lo que era de ese color era parte de ese mundo. Es que Daniel era un poco diferente a los demás, no hablaba con los otros niños y muchas veces se quedaba por largo tiempo a mirar un mundo que los demás no podían ver, ni tocar, ni escuchar y muchas veces no podían entender. En ciertas ocasiones parecía que Daniel se enfurecía por no poder ser como los otros niños y se ponía a gritar por mucho tiempo. La maestra Anahí les explicaba que en el mundo azul de Daniel algo lo estaba incomodando pero

que pronto se tranquilizaría. Es que Daniel vivía en un mundo azul, era un mundo del azul más hermoso que uno se pueda imaginar y todo lo que era de ese color era parte de ese mundo. Sus amigos aprendieron a quererlo, entenderlo y trataban de que su salón de clases y su escuela tengan mucho de lo que a él le gustaba y lo hiciera sentir feliz; por eso el día de su cumpleaños lo celebraron de una manera muy particular. chispas de colores, pues cada uno le llevó un regalo especial: eran pinturas, lápices, marcadores y pinceles donde predominaba el color azul en todos sus tonos y juntos pintaron, disfrutaron y se sintieron felices. Es que Daniel era un niño como todos los niños: sentía, bailaba, lloraba, reía, se esforzaba y tenía sueños, pero los de él eran de color azul, del azul más hermoso que uno se pueda imaginar.

















Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.