le decía , o s o rm e h ís es Nuestro pa como un s e i, ir s A e el abuelo d yero de inmenso jo cajones de e d o n e ll ra made an muchos rd a u g e u q s colores z que abre e v a d a c a tesoros y que encierr e d ta n e u c ntes el uno te das ie s te y o s alio algo muy v erra. Asiri, ti la e d o c del ser más ri cendiente s e d a iñ n a que era un , se sentía ri a ñ a c lo b pue costumbres s u s e d a s muy orgullo iempre le s y s e n io e y tradic , el cajón d lo e u b A ¿ : a preguntab a el tesoro rr ie c n e lo b ? nuestro pue dos, verdad to e d o s o más vali encanto, le u s e n e ti lo, Cada uno pre el abue m ie s a b ta o. contes r descubrirl e b a s e u q os solo hay jón hay niñ a c a d a c n lo Además e n diciendo tá s e e u q siri como tú los. Pero A e u b a s u s mismo a no se lo a s o ll u rg o y uy que era mu emás era m d a o m o c era lo que creyó y é u q r e b a ería s s curiosa qu jones de lo a c s o tr o s lo guardaban ontaba. c le to n ta que
noches Una noche -una de esas nda como en que la luna es tan redo quedó una gran naranja- Asiri se en sus profundamente dormida y o a uno sueños empezó a abrir un de los cajones del gran joyero nzantes madera del que salían da país con de todos los pueblos del lores y sus hermosos trajes de co tonada por se escuchaba música en como la instrumentos autóctonos adores, marimba, el charango, rond quedó tambores y bocinas. Se ía pero los maravillada con lo que ve si acaso cerró inmediatamente por . alguien la estuviera viendo
Buenas noch es. Soy kulltu ra. Yo te llevaré a c onocer el cajó n de tu pueblo y el d e todos los p ueblos de este gran país. Y así Asiri e mprendió el v iaje y pudo descu brir su origen , los saberes ance strales de su pueblo, su idioma, su s artesanías, sus vestidos, sus viviendas, su alimentación, su música, s us
De pronto vio un cajón muy especial que se diferenciaba de lo s otros porque tení a dibujado un gra n arco iris. Ni cort a ni perezosa se decidió a abrirlo y ¡oh sorpresa! salieron de él, co mo empujados po r un fuerte viento, miles de destello s de colores que fo rmaron un remolino que mu y suavemente elevó a Asiri y la llevó hacia el interior. Así com enzó su travesía por el túnel del ti empo de la mano del espíritu de un a pequeña niña a la que se le encar gó acompañar a Asiri en este herm oso viaje. Alli tuta Asiri,-le dijo la niña, lo qu e
a ella tanto le gustaba. Lueg o, de la mano de K ulltura, fue recorriendo c ajón por cajó n y se enteró de las tradiciones d e otros pueblos, otra música, otras lenguas, otros saberes y otr as formas de vid a tan valiosa s y tan hermosas co mo la suya, a sí que se sintió feli z y le hizo h onor a su nombre m ostrando una inmensa son risa de felicid ad y también de a sombro, porq ue ella era parte de ese gran joye ro de madera del q ue tanto le h abía hablado su a buelo y que encerraba tan tos tesoros.