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Si la gente quiere que sea Cristina, será Cristina aunque haya proscripción
Por Daniel do Campo Spada.- Durante todo el 11 de marzo de 2023, a 50 años del triunfo electoral de Héctor J. Cámpora en las presidenciales de 1973, se desarrolló en la UTN de Avellaneda el Plenario de la Militancia llamado “Luche y Vuelve”. Un centenar de agrupaciones peronistas con los principales dirigentes del país trabajaron en quince comisiones distribuidos en sendas carpas pero con una consigna clarísima de reivindicar la candidatura de Cristina Fernández como candidata a Presidenta en 2023.
En el 73, cuando ganó Cámpora, el líder Juan Domingo Perón estaba proscripto y por eso el paralelismo con la proscripción a la Vicepresidenta Fernández es más que notorio. La oligarquía macrista una vez más quiere con artilugios dejar fuera de competencia al principal movimiento político en los últimos 80 años de la Argentina.
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Con el encuentro, la mística del peronismo pareció resurgir justo en una jornada en la que los 40 grados de temperatura ambiente no alcanzó para quebrar un entusiasmo que dio signos vitales de renacimiento.
Sería difícil enumerar la totalidad de los dirigentes nacionales y bonaerenses que estuvieron presentes, mas allá de que los oradores tuvieron un claro anclaje en la Provincia de Buenos Aires. El Intendente Jorge Ferraresi, el Gobernador Axel Kicillof y el Presidente del Justicialismo bonaerense Máximo Kirchner. Estuvieron representados referentes no solo de la polí- tica partidaria sino también la sindical, la cultural, deportiva y de diversos sectores de la economía popular. No cabe duda que en el aire flotaba un espíritu de comienzo, de una especie de renacimiento de la mística peronista. Y cuando los peronistas se vuelven a poner en movimiento las tendencias se modifican. El masivo encuentro que se realizó a pesar de un clima adverso como pocas veces (el peor verano en casi un siglo) es quizás la peor noticia para la derecha. Ellos cultivan el desánimo y la desesperanza pero eventos como este (de los que habrá otros en el interior del país) generan una reactivación que los macristas temen. Mas allá del Documento final, como siempre con dificultades de difusión para los medios pequeños como TV Mundus (ya que no queda en un formato acorde a su republicación) los discursos finales fueron más que claros y contundentes. Jorge Ferraresi, fue directo al grano e invitó a militar contra la proscripción de Cristina Fernández. Axel Kicillof, hizo un repaso del plan para atacar al peronismo con tantos hechos sucesivos que se co- rre el riesgo de olvidarlos. Y Máximo Kirchner tuvo como eje la economía en términos políticos donde se ve cuál era el plan de endeudamiento descomunal del país con la clara intención de dejarnos tan debilitados como deudores que tendríamos que entregar dócilmente nuestros recursos. En cada carpa se trabajó buscando crear un plan de gobierno popular que se tenga que aplicar en serio y no como ocurrió en la gestión del Presidente Alberto Fernández donde el estilo moderado puede terminar confundiéndose con tibieza o entreguismo. La único figura que deliberadamente tiene el pulso y la fuerza política es la Vicepresidenta (y dos veces Presidenta) Cristina Fernández.
A partir de esta contundente movida, los otros candidatos que imaginan un “peronismo sin Cristina” se “equivocan” como aquellos que en los años de la proscripción imaginaban un “peronismo sin Juan Domingo Perón”. Ello estuvo presente en los discursos. Y el lema de “Luche y Vuelve” empezó a modificarse con el más realista y claro “si la gente quiere a Cristina, será Cristina”.