Murtuus in Anima Curam Gero Cutis Revista. Año 1. Número 4. Noviembre 2013. Director: Gabriela Córdoba. Edición/ Redacción: Mme. Eglantine, Gabriela Córdoba. Paginación: Hayden Coffin. Strigoi Publicaciones. Arcadia, Parterre bucólico. info@strigoi.com.ar http://strigoi.com.ar/ Murtuus in Anima Curam Gero Cutis Revista es una publicación de Strigoi. Registro Nº 1209112322232 SafeCreative. Todos los derechos reservados. Prohibido reproducir total o parcialmente el material publicado en este número. Los artículos y colaboraciones son responsabilidad del autor y no reflejan el punto de vista de Murtuus in Anima Curam Gero Cutis Revista.
Fundadora-Directora: GABRIELA
CÓRDOBA
Secretaria de Redacción: MME.
Paginación:
EGANTINE
HAYDEN
COFFIN
A Nuestros Lectores ...................................................................................................... 6-7 Cementerios por Paul Sébillot. Continuación (Traducción) ................................... 8-16 El vampiro enjuiciador ................................................................................................. 17-18 La Cruz Abandonada (o el Strigoï) de Vasile Alecsandri ........................................ 19-21 Reseñas de Libros y Revistas ........................................................................................ 22
La Revue parait une journée ensoleillée de chaque mois.
AÑO 1.- NÚMERO 4
NOVIEMBRE 2013
ARCADIA
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otivos técnicos nos obligaron a demorar la publicación de MIACGC Revista correspondiente al mes de noviembre de 2013, pero como el apasionamiento con el cual seleccionamos contenidos y diagramamos gráficamente cada número es profundo, asimismo lo es el entusiasmo que impulsa en este grupo de trabajo los intentos por contribuir a la conservación de las inclinaciones del espíritu que hayan sido suscitadas por el fenómeno vampírico, no nos parecía correcto anteponer una contingencia personal a la disciplina planeada como norma ineludible desde los comienzos. Unas cuantas novedades acompañarán el final de la primera etapa de esta revista. En primer lugar, la inclusión de Strigoi Supplément, en cuyas páginas impresas digitalmente el lector hallará textos puramente dependientes de los de la revue ordinaria (ensayos, extensas traducciones comentadas, entrevistas, e indagaciones, propuestas y
contribuciones que nos hacen llegar colaboradores del mundo entero). Al haber unido los ardores que nos moldean al grupo de artífices y escritores que integran el cenáculo La Société des Artistes Mortes – grata conjunción resulte de este círculo con portes de extinto vitral del panteón en el que evocación y dogma estético arrellanan–, acentuamos en nuestros ánimos el compromiso por seguir develando a cada paso las convicciones que conceptualizan a los hombres libres mediante la espontánea elaboración artística y le alejan, como si de un sacerdote que custodia la mantención perenne de fuegos sacros se tratase, de intelectualismos restrictivos o inadaptabilidades subalterno-deformantes. Continuando, otro de los agregados a la revista será el reordenamiento y posterior puesta en línea de strigoi.com.ar, página web desde donde los visitantes podrán leer y descargar el material completo que se publica de forma gratuita en MIACGC Blog (incluiremos compresiones zip y 6
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rar que optimizarán tiempos y tamaños de archivos para facilitar downloadings más directos). Para concluir diremos que, como el amable lector habrá podido observar, MIACGC no desvía el Pasado ni cercena su influjo, pues conscientes somos de que es la Memoria de las asociaciones humanas la que determina rumbos en los procederes futuros que practiquen la intencionada voluntad de rescatar de la más parda obscuridad las contribuciones al quehacer intelectual de muchos obviados por el reconocimiento azaroso y la complicidad sepulturera de las modas. Transitamos un lento proceso de correcciones, detallismos certeros y mejoramientos que ansiamos retribuyan al lec-
tor constante su atención; por tanto, una vez más Mme. Eglantine, Hayden Coffin y Gabriela Córdoba agradecen, con el mayor rebosamiento que nos cabe, cada una de las permanencias que justifican esta obra. Nos incentiva la idiopática aspiración de convertirnos en el mango de sus impertinentes esa vez que avizoren un fantasmagórico vampiro… Ojalá desplacen su propensión por una serena lectura. Buenas lluvias. El Equipo de Strigoi Publicaciones
DURANTE EL TRASLADO ARCANO EN EL QUE NOS EMBARCAMOS CUANDO HACEMOS MIACGC REVISTA ESCUCHAMOS: DIVA 30 GREAT PRIMA DONNAS (2001), LOS NOCTURNES DE CHOPIN POR LA VIRTUOSA MONICA ALIANELLO DESDE PIANOSOCIETY.COM & EL ÁLBUM DE JOY DISASTER, SICKNESS.
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PAUL SÉBILLOT (1843 – 1918) FUE DESCENDIENTE DE UNA ANTIGUA FAMILIA BRETONA. INTERESADO POR LA ETNOGRAFÍA Y EL FOLCLORE NATAL CREÓ DÎNER DE MA MÈRE L’OYE O “CENAS CÉLTICAS”, CÍRCULO QUE REUNÍA A LINGÜISTAS, HISTORIADORES, ARTISTAS Y A TODO AQUEL QUE SE OCUPABA DE LAS TRADICIONES POPULARES DE BRETAÑA. EN DICIEMBRE DE 1885 SURGIÓ LA SOCIETÉ DES TRADITIONS POPULAIRES, LA CUAL CONTÓ CON UN ÓRGANO DE PUBLICACIÓN PERIÓDICA LLAMADO REVUE DES TRADITIONS POPULAIRES, DEL QUE SÉBILLOT FUE DIRECTOR Y SECRETARIO GENERAL. EN CEMENTERIOS EL AUTOR COTEJA LAS COSTUMBRES DE ENTERRAMIENTO Y LOS RITUALES DADOS DESPUÉS DEL FALLECIMIENTO EN DIFERENTES REGIONES DE FRANCIA Y PAÍSES LIMÍTROFES. NO ESCAPAN A SU RECOLECCIÓN LOS SUCESOS ANECDÓTICOS EN LOS QUE INTERVIENEN HOMBRES LOBOS, FANTASMAS, RESUCITADOS Y VAMPIROS. Continuación as almas que no han hecho la procesión de San Ronan el día de la Troménie [San Ronan,
es un santo bretón que forma parte de los mártires míticos de la antigua Armórica, hacia el noroeste francés. En su honor se conmemora el día del “perdón de san Ronan” en julio de cada año. Los fieles realizan la procesión dentro de los límites del antiguo priorato benedictino fundado durante el siglo XI. Esta procesión se denomina “la Troménie” (del bretón tro-minic’hi = el tour del recinto sagrado)] *, o la de San Servais, deberán hacerla después de su muerte. Una cavidad profunda se abre en el muro de la iglesia de Saint-Servais. Es a través de ella por 8
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donde se completan las devociones y los difuntos se esfuman. Basta con asomar la cabeza en el orificio para oír el roce de los ataúdes en las paredes y el ruido que hacen mientras caen rodando hasta el fondo del pozo 15. Según una leyenda que encontramos con características similares fuera de Francia y que se ha popularizado en el mundo literario a través de la Balada de Lenore, los novios muertos distantes salen de sus tumbas para buscar a sus prometidas. Un muchacho del país de Tréguièr, que le dijo a su novia que se casaría con ella a pesar de cualquier obstáculo, se mató al caer de un caballo. Durante la noche, la joven que no dormía, oyó que llamaban a su puerta y vio a su amado, quien le declaró que tenía que llevarla a su casa y desposarla. La joven mujer pensó que su enamorado al fin había obtenido el consentimiento de sus padres para concretar la unión, y fue a consultar a su madre, quien le aconsejó seguir al muchacho. Entonces ella montó detrás de él y el caballo partió a galope tendido. Luego de una larga carrera, ella vio alzarse delante suyo la iglesia del burgo. “La cancela del cementerio estaba abierta y el caballo resbaló por la avenida principal… saltó por encima de cuatro o cinco hileras de tumbas y cayó al lado de una fosa recién cavada”. Antes de que la muchacha tuviese tiempo de reponerse, estaba tendida en el fondo de la sepultura. “Este es nuestro lecho nupcial”, dijo el novio, y se recostó sobre ella. Al día siguiente se encontró, sin vida y desfigurado en el fondo de la fosa, el cadáver de la jovencita 16. En la Alta Bretaña, alrededor de Saint-Malo, se recogieron dos versiones de esta leyenda. Un marinero y una muchachita se habían jurado fidelidad incluso después de sus muertes; el marino falleció sin que su buena amiga fuera informada del suceso y una noche, salió de la tumba, tomó de la caballeriza de los familiares de la chica una yegua blanca y fue a buscarla a la granja en la que estaba. Ella montó, y mientras la yegua galopaba, él la desairaba varias veces, diciéndole: “La luna te ilumina, la muerte te acompaña, ¿no tienes miedo?” — No, respondía ella, no lo tengo, porque estoy contigo”. Como él se quejaba de un fuerte dolor de cabeza, ella le dio su pañuelo para que lo atara en su frente. Una vez que llegaron a la casa de la muchacha, mientras ella llamaba a la puerta, el marinero desapareció. Les dijo a sus padres que su novio fue a buscarla, mas ellos le confirmaron que no lo habían visto. La joven comprendió al instante que su amante había muerto, y murió también. Cuando se desenterró el cuerpo del novio para dar sepultura a ambos juntos, los deudos vieron que tenía en la cabeza el pañuelo que le había dado su prometida 17. Una mujer joven de Saint-Briac había prometido casarse con un marinero; éste naufragó, y cuando reportaron su cuerpo, los padres de la novia la enviaron lejos a una boda, para que ella no lo supiera. Mientras bailaba, una jorobada cruel le dijo: “¿Qué dirías si se te informa que tu novio ha fallecido? — Difunto él, significa que no hay más un buen Dios en el Cielo.” Diez minutos más tarde, se advirtió que un hombre a caballo venía a buscarla para conducirla hasta sus parientes. Era su novio. Subió en grupa con él, y como se quejaba de sentir frío en la cabeza, la muchacha le dio su capucha y luego el pañuelo blanco que llevaba. Llegaron al hogar y el hombre se libró para poner el caballo en el establo, diciéndole hasta mañana. A continuación, la joven fue a la iglesia, donde se enteró que estaba oficiándose el funeral de su novio, quien era un personaje célebre. Al saberlo, cayó muerta y cuando los asistentes abrieron el ataúd para depositar a los amantes uno al lado del otro, encontraron sobre los hombros del cadáver del muchacho la capucha y el pañuelo anudado en su frente 18. Los niños que, por diversas causas, no vieron la luz, se muestran en el cementerio, o bien su madre difunta no encuentra reposo en su tumba. Se dice en Saint Lunaire [comuna al noroeste de Francia], que una mujer que por tres veces había dado a luz a niños muertos al nacer, la que no se cuidaba bastante durante sus embarazos, presa de un hondo remordimiento, fue a confesarse con un sacerdote. Él le dio por penitencia realizar nueve vueltas, a medianoche, por la iglesia que rodeaba el cementerio. A la primera vuelta, ella vio a un apuesto militar; durante la segunda, a un abogado; y en la tercera, a una religiosa. Cada uno de estos fantasmas la llamó su madre, y le dijeron que, si ella no los hubiera con15 16 17 18
A. LE BRAZ, p. 213-214. LE BRAZ, 1. c. p. 360. PAUL SÉBILLOT, Littérature orale de la Haute-Bretagne, p. 197-199. E, BEBGERAT, Rev. des Trad. populaires, t. VI, p. 752-754. 9
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vertido en sombras, los mostrados hubiesen sido sus destinos sobre la tierra 19. La virgen Berhette, que no había querido casarse, no puede descansar en la tierra, y se aparece a sus familiares cubierta por un sudario, seguida por siete pequeños cochinillos que la persiguen quejándose como niños que demandan el pecho a su madre. La segunda noche, la muerta retorna con su cortejo. Según el consejo del rector, su prima la sigue y la ve sumergirse en un estanque. Después, reanuda su curso a través de los campos, hasta llegar al cementerio donde desaparece con los siete cerditos en la tierra de su tumba. La noche siguiente, Berhette responde al rector que la conjura que los siete cerdos son los siete niños que habría parido si se hubiese casado, y que la seguirán hasta que cada uno de ellos reciba el bautismo de sangre que deviene de comer un pedazo de su carne. El rector extiende una estola, y Berhette, saliendo del estanque, se deja devorar las piernas por los siete cochinillos que luego se transforman en siete niñitos 20. Hay épocas en el año en que todos los difuntos dejan un momento sus tumbas: pueden permanecer en el cementerio, entrar en la iglesia, o irse lejos. En la Alta Bretaña, durante la noche de Todos los Santos salen y van a pasearse por los caminos donde golpean a los transeúntes; esa noche las iglesias están atestadas de muertos que llegan para rezar 21. En Ardennes pueden pasearse dentro del perímetro del cementerio o, incluso, más allá 22. El Día de las Almas [Conmemoración de los Fieles Difuntos] (2 de noviembre), se recomienda a los niños valoneses [Región Valona, estado belga] no tirar piedras en los setos y no cortar varillas, pues las almas de los fallecidos se posan allí. Incluso, hasta las puertas deben cer-
ESTAMPA PARA LENORE ILUSTRADA, PUBLICADA EN 1845 EN REVUE PITTORESQUE
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JUDITH GAUTIER, Le Rappel, 5.août,1889. GALISTE DE LANGUE, Le Grillon du Foyer, p. 139-172. PAUL SÉBILLOT. Trad. et sup. t. I, p, 224. A. MEYRAC. Trad. des Ardennes, p. 172. 10
GUIONVAC’H CHRONIQUE BRETONNE, (1890) ROMAN DE LOUIS DUFILHOL.
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rarse con precaución para no dañarlas 23. Hace una cincuentena de años [a mediados del siglo XIX], de acuerdo a una leyenda popular de Verviers, pudo verse, en Toussaint, después de la medianoche, una larga procesión de resucitados con mantos negros y enormes sombreros, salir del viejo cementerio hoy abandonado que se encuentra detrás del Hotel del Pueblo. Llamaron a este séquito “el duelo”. Descendía a Capaurue, lentamente y en silencio, pasando por la puerta Cuper, el “Puente de los Leones”, se dirigía hacia Spintay y regresaba por las calles l’Harmonie y Brou, volvía a Crapaurue y permanecía, al fin, en el antiguo cementerio. Las buenas gentes del pueblo temían salir de sus viviendas a esa hora en que la hilera desfilaba, aunque, si alguna carreta, cansada de transitar por adoquines, estacionaba delante de sus moradas, dejaban sobre una tabla de la ventana una vela encendida para avisar a quienes anduvieran por la calle y prevenirles de tropezar con el cortejo 24. En el país de Tréguier, hay el Día de todos los Santos, dentro de los cementerios, procesiones nocturnas de almas en pena que son obligadas a seguir a todos los visitantes que llegan 25. La noche del 2 de noviembre, en el momento en que la medianoche arriba, todos los espectros de los habitantes del pueblo de Aurillac que deberán fallecer en el año, atraviesan de uno en uno el porche de la abadía de Saint Géraud. Marchan lentamente y se dirigen hacia el cementerio. Allí, el esqueleto de la Muerte los toma de la mano y a cada uno conduce hasta el ataúd donde será sepultado. Cuentan que un jovencito que había querido verificar el hecho, reconoció a su propia imagen en una de las sombras, y se desvaneció por el espanto. Cuando al día siguiente se le reanimó, estaba loco 26. En otros tiempos, creían en la villa de Saint Menges que durante la noche del 1 al 2 de noviembre los muertos dejaban su tumba, paseaban en procesión dentro del cementerio y después salían a las calles del pueblo. Se seguían uno al otro, en fila india, y el último que cerraba la marcha portaba una bandera. Antes de salir del cementerio, todos bailaban en ronda alrededor de las fosas mientras entonaban letanías. Raramente alguien pudo ser testigo de ese espectáculo, a pesar de que los más ancianos del país afirmaban haber percibido las canciones a medianoche. Cuando llegaban las primeras luces del día, todos los muertos regresaban a sus tumbas para volver a salir al año próximo, durante la misma época 27. En la Baja Normandía, los condenados podían, gracias a las oraciones, obtener durante esa noche, doce horas de tregua a sus sufrimientos 28. Pero estas no eran las únicas maravillas que sucedían entonces en el cementerio. Según una creencia bretona, la noche de Todos los Santos, las almas de los fallecidos, se acercaban hasta el relicario y gritaban el nombre de los que debían morir ese año 29. Decían en el país de Tréguier que durante esa noche, las bocas sin labios de los difuntos recobraban la palabra, y que podía divisarse cómo hablaban entre ellas las calaveras en los osarios. La conversación se entablaba y poco a poco iba generalizándose. Un viviente, a quien le había sido dada la oportunidad de asistir a ese prodigio, había sido informado en una sola noche sobre todo lo que ocurría al otro lado de la muerte. Además, había oído nombrar a todos los que morirían durante el año. Otra noche del Día de Todos los Santos, un mendigo tuvo la curiosidad de asistir a aquella reunión en el cementerio de Saint Pol-de-Léon, y oyó a uno de los muertos decir que el primero que fallecería en el año sería el vivo que los escuchaba. Al día siguiente, lo encontraron muerto 30. 23 E. MONSEUR. Le Folk-lore wallon, p. 131, 132. 24 Wallonia, t. II, p, 191. 25 Revue des Traditions populaires, t. III, p. 51. 26 DURIF. Le Cantal, p. 667. 27 A. MEYBAC. Trad. des Ardennes, p. 23. 28 LECOEUR. Esquisses du Bocage, t. II, p. 285. 29 Le Conteur breton, t. I, p. 175. 30 A. LE BRAZ, 1: c. p. 156-158. Los muertos del osario parecen estar informados de lo que sucede en este área geográfica. Orain, en Folk-lore de l’Ille-el-Vilaine, dice que en Servou, una noche antes de la muerte de una dama, un hombre que estaba en la iglesia oyó chocar huesos y observó cómo escapaban del cementerio. El sacristán se vio obligado a clau12
M. TH. BUSNEL COOPERÓ CON SUS TRABAJOS EN EL LIBRO DE DUFILHOL, EDITADO POR LA SOCIÉTÉ DES BIBLIOPHILES BRETONS. AQUÍ UNA DE SUS ILUSTRACIONES.
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Durante el mes de adviento, en Sixheim (Meurlhe) [sudoeste alemán], quedan expuestos más resucitados. Esta misma creencia existe en el boscaje normando 31. En la Baja Bretaña, además del Día de Todos los Muertos, hay dos festividades solemnes en las que todos los muertos de cada región se dan cita: las vísperas de Navidad y la Noche de San Juan. En el momento en que el sacerdote eleva la hostia, cuando la celebración de la misa de gallo, las almas del Purgatorio consiguen tregua y llegan para recomenzar por algunos instantes las tareas que los ocupaban en el momento de sus muertes. Los sacerdotes que recibieron dinero, sin poseer el derecho, de una misa, esperan en el altar que alguno venga a reponérselos; los condenados levantan la losa de sus tumbas para recibir las oraciones, mientras ciñen en sus brazos que queman la gran cruz del cementerio 32. Puede verse también a los fallecidos desfilar por los caminos, mientras corean el cántico de Navidad. A la cabeza, marcha el fantasma de un viejo cura que porta el copón entre sus manos descarnadas. Detrás de él, un niño pequeño del coro tañe una minúscula campañilla. La muchedumbre los sigue en dos filas. Cada muerto tiene un cirio encendido cuya llama no vacila ni por el viento. De esa manera, se encaminan hacia alguna antigua capilla en ruinas, donde sólo celebrarán misa las almas difuntas 33. El día de San Juan, tan pronto como los vivos desaparecen, los muertos, quienes siempre sienten frío, llegan para calentarse alrededor de una fogata; se sientan en las piedras que han sido puestas allí con esa intención y, hasta la mañana, permanecen 34. Según Souvestre, los lugares vacíos dispuestos alrededor de la llama eran destinados a las sombras que se acercaban para entonar cánticos y contemplar las danzas 35. En Córcega, la Squadra d’Arroza [cofradía de muertos], se compone de miembros de la hermandad que fallecieron hace mucho tiempo. Puede vérseles salir del cementerio en horas avanzadas de la noche, y cada uno de los difuntos viste el hábito de penitente: un roquete con capucha negra y en la mano llevan una vela prendida. [Estas almas] salen para cumplir, en vísperas de la muerte de personas ilustres, todas las ceremonias que los vivos practicarán durante el día. Cuando la Squadra encuentra a los transeúntes, los rodea. Una noche de noviembre, dos amigos que eran perseguidos, se apretaron contra un muro y opusieron a estos cazadores muertos las hojas de sus estiletes. Los espectros, entonces, se dirigieron hasta el medio del camino, mientras unos hombres presentaban ante ellos objetos cubiertos con mortajas (que en realidad eran cadáveres de niños), y otros les ofrecieron cirios encendidos 36. Las almas del Purgatorio que necesitaban cumplir una penitencia, podían obtener de Dios el permiso de recorrer el mundo. En la Baja Bretaña, se las veía por la noche, apretadas en sus sudarios, de rodillas frente a sus lápidas sepulcrales o cerca de la cruz de un viejo cementerio; fue en esa postura en la que Guionvac’h [“Guionvac’h” o “Crónica Bretona” es un roman de trama ligera de Louis Dufilhol, fir-
mado con el seudónimo René Kerviler y publicado en 1890 por la Société des Bibliophiles Bretons. El héroe protagonista es un viajante que a través de las visitas a diversos poblados va describiendo tradiciones que aún continúan siendo practicadas: el culto a los difuntos, las leyendas de peregrinaje y los santuarios venerados en Bretaña] vio a las mujeres de quienes sus cabellos descendían como mantos. Estaban inmóviles, profundamente inclinadas, con las manos unidas y todavía sostenían el rosario con una pequeña cruz de madera. Quedas, en silencio, permanecían durante mucho tiempo, para luego, repentinamente, pasar a cantar a coro; mas ese sonido era un largo y débil murmullo de sufrimientos que parecía venir desde muy lejos 37. Tres leyendas, de las cuales las dos primeras fueron recogidas en la Bretaña de lengua francesa, hablan de la penitencia de los muertos, y cuentan acerca del castigo que reciben aquellos que osan persurar la puerta de la tumba y asegurarla con cuerdas. 31 RICHARD. Trad. de la Lorraine, p. 251. LECOEUR. Esquisses du Bocage normand, t. 11, p. 291. 32 EMILE SOUVESTRE. Le Foyer breton, lre éd. p. 236-37. 33 A. LE BRAZ, 1. c., p. 274-75. 34 A. LE BRAZ, p. 280. 35 Derniers bretons, t. 1, p. 12. 36 F. ORTOLI. Contes de l’île de Corse, p. 317-319. 37 L. KERARDVEN. Guionvac’h, p. 187, 119. 14
FRONTISPICIO PARA GUIONVAC’H DIBUJADO POR M. TH. BUSNEL. DURANTE LA NOCHE DE WALPÜRGIS LOS ESPÍRITUS DE LAS TINIEBLAS PUEBLAN LA CAMPIÑA (TEUZ -ESPECIE DE ELFO O HADA ESCOCESA E IRLANDESA; A VECES SE LAS RELACIONA TAMBIÉN CON LOS ESPÍRITUS DE MONTAÑA ALEMANES-, GATOS NEGROS Y HADAS MALÉFICAS) Y AMENAZAN CON SUS CORRETEOS AL TEMEROSO GUIONVAC’H, QUIEN SE POSTRA, PARA EVITARLES, AL PIE DE LA CRUZ.
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turbarla. Lozanos muchachos que atravesaban a medianoche el cementerio de Saint Suliac, vieron a tres mujeres arrodilladas delante del relicario. Uno quiso quitar la cofia de una de ellas, diciéndole que sólo se la devolvería si lo besaba. Al día siguiente, en el lugar de la cofia, se encontró una calavera, y según lo dispuesto por el rector, se la trasladó durante la noche envolviendo a un niño recién nacido. Así, la calavera volvió a convertirse en gorro, y gracias al bebé, el hombre no sufrió ningún mal. Se conocen en Saint Cast dos leyendas análogas, pero no suceden en un cementerio. Durante el Adviento, unas jovencitas que retornaban del pueblo vieron, al pasar por el cementerio que lucía más limpio que las calles, a una niña arrodillada que rezaba frente a una tumba. Al día siguiente, volvieron a encontrarla y la interrogaron, sin que ella les respondiese. El tercer día, una de las muchachas, a pesar del consejo de sus amigas, colocó en lugar de la figura una calavera, a la vez que robó su cofia. Más tarde, durante tres noches seguidas, pudo oírse a la difunta gritarle: “¡Devuélveme mi cofia!”. A continuación, el rector ordenó a la joven que le regresara la prenda a la muerta que se la había robado; ella lo hizo y no sufrió ningún mal en el momento. Sin embargo, murió un día después 38.
Continuará en el próximo número. * Las aclaraciones entre corchetes en bastardillas son mías. © de la digitalización del original: Gallica, Bibliothèque numérique. BnF, Bibliothèque nationale de France. © de la traducción: Gabriela C. R. Córdoba. Todos los derechos reservados.
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Mme. DE CERNY. Saint-Suliac, p. 31-32 et 39-41; PAUL SÉBILLOT. Trad. et sup, t. 1, p. 237-258. 16
l panel de altar que aquí mostramos es parte actualmente de un conjunto de cuatro retablos que se hallan en la Galería Nacional de Ljubljana, desde 1936. A principios del siglo XX, fue poseedor de él un monasterio franciscano en Viena y, posteriormente, a través del escabroso comercio del arte que ciertos trazos estéticos deben sufrir, pasó a manos de los curadores del castillo de Velenje, en Eslovenia. Los cuadros restantes dependen del préstamo del museo diocesano franciscano, en Austria. Difícil precisar la fecha en que se realizó, así como también su autor. Historiadores de arte presumen que debido a paralelos estilísticos puede datar del año 1460 o una fecha posterior, debido a que durante el siglo XV fueron comunes los cripto-retratos en los cuales prominentes figuras eran retratados como santos y héroes mitológicos o, en sentido negativo, traidores y tiranos (en este caso, Vlad Tepes personifica al gobernador romano Pilato, quien juzga a Jesucristo durante el transcurso de una escena de la Pasión).
M.
Apoyados en otra representación del voivoda rumano, una miniatura para resultar más precisos, que se encuentra en la Biblioteca Estatal de Württemberg, los especialistas pictóricos afirman que las similitudes fisonómicas resultan indiscutibles. La nariz aguileña del medieval príncipe sanguinario y su amplio bigote, por encima de la barbilla puntiaguda, lo describen exacto. En ambas imágenes, el soberano detenta idénticos sombreros con un amplio cinturón de abalorios, broches y joyería encerrada con plumas. Además, detalles en el realismo de las telas han contribuido en desacertar el tiempo justo de realización (si bien los atavíos de los verdugos parecen pertenecer al estilo visto en las pinturas de mediados del siglo XV, el ropaje que cubre a los otros participantes –la profundidad de los pliegues dibujados– de la escena corresponde al final de ese período), y el posicionamiento de las figuras hacia el centro de la composición rememora al de los trípticos del altar de Znojmo y a las Horas de Gysbrecht de Brederode.
M.
A la par, persiste la controversia acerca del autor del retablo. Por su estilo de “sucesor tardío del estilo realista rectangular”, según los críticos eslovenos, pudo haberse instruido en Nuremberg, Munich o Regensburg, para luego ir a trabajar en Viena; es decir que su procedencia puede ser de Franconia o Baviera, o, como muchos datos indican, austríaco. Lo cierto es que ha eternizado al déspota Vlad Tepes como lo hizo Matías Corvino mientras cruzaba la leyenda Hungría: un vampiro-corregidor al cual su impiedad carnicera le imposibilita absolver al mismísimo hijo de Dios. © del comentario a la ilustración: Mme. Eglantine. Todos los derechos reservados.
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CHRISTUS VOR PILATUS (VLAD TEPES COMO PONCIO PILATO, JUZGANDO A CRISTO), PINTURA AL TEMPLE SOBRE MADERA POR EL MAESTRO CONSEJERO DE ADMINISTRACIÓN DEL CASTILLO DE VELENJE (ESLOVENIA), 1463. GALERÍA NACIONAL DE LJUBLJANA (NARODNA GALERIJA LJUBLJANA).
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ucede en la Rumania de mediados del siglo XIX un hecho particular que no siempre se patentiza en el orbe literario de un país que lucha por su emancipación, y es Vasile Alecsandri quien se ha encargado de trasladar esta inquietud al subgénero poético doïna. Poblada, expandida y, posteriormente, defendida la tierra colindante al Mar Negro por los descendientes de colonos romanos que siguieron a Trajano en la Dacia, ésta debió conquistar su existencia nacional a lo largo de todo el lapso de siglos en que duraron las invasiones de los pueblos bárbaros. Así, la asimilación cultural de las costumbres propias de aquellas tribus godas, ostrogodas, hunas y tártaras, la prolongada intimidación del islamismo y los movimientos vecinos de húngaros, polacos, serbios y otras poblaciones de raza eslava, aunque demandara ríos de sangre, también favoreció el acrecentamiento del acervo rumano. Cuando el siglo decimonónico arriba, los artistas ya han concentrado en su impronta de modo simultáneo la influencia de la Ilustración, el neoclasicismo y el romanticismo, además de las ideas de Biedermeier. Alecsandri, no siendo indiferente a tal embrujo, combina en su producción las refor-
mas democráticas que pugnaban por una unidad nacional perdurable (las cuales venían siendo impulsadas por el radicalismo revolucionario de 1848), a una lírica serena acompañada por el epicureísmo más optimista y la búsqueda por el balance. Perdura en los anales literarios rumanos como poeta patriótico, sin dejarse tiznar por un apasionamiento patriotero que muchas veces condena al escritor como morucho político que sólo acata estilos prestablecidos. Una vez reconocido el folclore como marco de identidad del pueblo y, por tanto, recobrada la tradición oral, nuestro poeta imita los modelos de versificación anacreóntico y el de la Arcadia italiana, reviendo en sus combinatorias igualmente el pastoral neoclásico. La antigua poesía popular rumana y las canciones tocadas por los violinistas gitanos también engendran en su pelaje valaco emotivos homenajes. Precisamente es como nacen las doïnas, especie de endechas populares, que junto a los cantos fúnebres y a los versos satíricos conforman el subgénero lírico de Rumania. Expresan sentimientos nostálgicos, amorosos o patrios, y pueden equivaler a rústicas serenatas o pastorales galantes dialogados. Cinco son sus manifestaciones más difundidas: 19
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las de tristeza profunda (doïna de jale), melancólicas (doïna de dor), la endecha de haïdouk (doïna de haiducie), de la vida militar (doïna de cătănie), y la del fervor a la patria (doïna de instrăinare). En La cruz abandonada (o el Strigoï) que traduce del francés (sobre la traslación del rumano de J. E. Voinesco de 1855) al castellano MIACGC Revista para su sección Literatura, Alecsandri reúne dos nociones aparentemente contrapuestas para crear la tensión que definirá al personaje romántico. Un sombrío caballero emerge de su sepulcro para reencontrarse con su novia pero es la misma naturaleza infausta de la mortalidad la que vence dicho amor y le hace regresar hacia la espesura de la depresión. El mismo sortilegio que lo ha transformado en un errabundo vampiro montañés, es el que pende sobre el albur de la concreción amorosa y, a pesar de que su enamorada insista en que persevere fundido a ella, únicamente podrá devolver sus cortesías a la potencia que lo convirtió en eterno: la Muerte. Sin embargo, narran los campesinos rumanos que el amor nunca fenece si es un sburătorul quien se ha enamorado…
acia el fondo de ese vasto precipicio donde el viento enfurecido sopla eternamente, ¿puedes ver una cruz abandonada que se agita incesantemente por la ráfaga? La hierba no crece en derredor, y jamás ningún pájaro detiene su vuelo para aterrizar en la cumbre debido a que se escucha un gemido subterráneo todo el tiempo, prorrumpido por una voz lamentable… ¡una voz horrorosa! Allí, durante la oscuridad de la noche, pueden verse millares de fuegos fatuos fulgurar, mismos que revolotean misteriosamente y, de forma repentina, con un pálido resplandor, hace su aparición un fantasma que blasfema. ¡Viajero infortunado, huye lejos de esta senda maldita si tu caballo es de raza, porque debajo de la cruz de esa tumba, donde la paz nunca desciende, yace un vampiro solitario! Antaño, en una noche oscura, dos cariñosos cuchicheadores flotaban misteriosamente en el aire; dos sombras que se abrazaban en tierno modo, erraban en el valle y hablaban de amor eterno. Mientras que sobre la cúspide de una colina lejana podíamos ver apenas moverse los reflejos exangües de las estrellas, un blanco corcel, dado a luz por el viento, su melena erizaba y sus cascos ligeros marcaban trazos sobre el sol. “¡No más, no, mi amigo! –decía la jovencita con voz conmovida y los ojos llenos de lágrimas. ¡Oh!, te conjuro en nombre de la santa cruz, quédate cerca mío, mi bien amado, ¡no te alejes!”. Mas el hombre no responde… Toma a su manceba en sus brazos, la aprieta ardientemente sobre el corazón, le da un beso para luego alejarse rápido y, lanzándose vivazmente sobre su caballo de guerra… desaparece en la oscuridad. ¿Quién osa correr así en el seno de la noche como un espíritu de tempestad? ¿Quién es el que huye en la duodécima hora nocturna? Es un caballo blanco con su dueño. El viento sopla y gime, el caballo se lanza valiente y sobrepasa al viento en su carrera… pero he aquí que a través de los vapores del llano aparecen, súbitos, numerosos fuegos fatuos. Esas luces engañosas vuelan y se alejan; el caballo vuela también y las persigue, pero, a cada paso, se aproxima rápidamente al precipicio… ¡Detente, detente!... desde lo alto de los peñascos ¡caen juntos, caballo y jinete, hacia el barranco inmen-
Bibliografía: - Alexandri, V; J. E. Voinesco. Les Doïnas. Poésies Moldaves. Joël Cherbuliez Éditeur. Paris, 1855. - Cioranescu, Alexandre. Vasile Alecsandri. Twayne Publishers. USA, 1973. - Goga, Mircea. Une île de latinité. Culture, civilisation, langue et littérature roumaines. Presses de l’Université Paris-Sorbonne. Paris, 2006. - Greene, Roland; Cushman, Stephen, Cavanagh Clare y otros. The Princeton Encyclopedia of Poetry and Poetics. 4th ed. Princeton University Press, 2012.
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LA CRUZ ABANDONADA VASILE ALECSANDRI
so!... Después, entra en el fondo de ese precipicio de lamentaciones y maldiciones impías que el
viento de la noche se lleva; y, mucho después, a menudo, aparece un aterrador fantasma que sale de la tumba…
LA PEAU MORTE, COLLAGE POUR GABRIELLE ANGOISSER.
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M I A C G C R E V I S T A
al expresado sin barreras estipuladas por normas colectivas, el choque y neutralización que entre sí han practicado las religiones y la vehemencia ex-
M.
LE VAMPIRE DE ROPRAZ DE JACQUES CHESSEX. GRAN INFLUENCIA PARA LA LITERATURA FRANCESA, DIRIGIÓ LAS REVISTAS LITERARIAS PAYS DU LAC Y LA ÉCRITURE.
O
tra de las magistrales novelas de Chessex, sin lugar a dudas concentra en la trama esa ligazón existente entre las abominaciones mentales humanas y la manifestación disimulada con que emergen a la sociedad. Transcurre el año 1903, y aunque el progreso iniciado desde el siglo XVIII ha dado al mundo novedosas mejoras en cuanto a calidad de vida y coexistencia social, las poblaciones más alejadas de las grandes capitales continúan veladas tras un terrorífico halo de superstición, creencias primitivas e incivilizados métodos frente a la resolución de peligros. Después de constatar profanación de tumbas, violación, robo de órganos sexuales y descuartizamiento de cuerpos de tres mujeres jóvenes, en el pueblo de Ropraz, en Haut-Jorat, se comienza a sospechar la presencia de un vampiro entre los habitantes. Por su complexión física por demás desarrollada, el carácter huraño con que es identificado por sus vecinos y una infancia atestada por maltratos familiares, se culpa a Charles-Augustin Favez, un labrador de veintiún años. Favez será el malsano vampiro que asola a una comarca protestante, en la que padres de tiernas muchachas inmaculadas, viudas activas, magistrados, curas o cualquier otro representante institucional anda su intachable vida. Tamaño rufián debe ser prontamente apartado, hasta arrojar sobre su persona una sentencia reformatoria… Extender detalles del argumento sería descubrir de modo casi inicuo las grandiosas estrategias escriturales del literato suizo ganador del Goncourt. No obstante inevitable resulta añadir que su pericia además se instala en la confrontación de temáticas tan peliagudas como son el deseo sexu-
cedida que presentan en muchísimas ocasiones las muchedumbres ante un hecho de violencia grupal naturalizado. En definitiva, como Chessex escribe, cada miembro social no es más que el chupasangre de su propia historia, concibiendo-vadeando en la otredad sus temores más cruentamente enmascarados. “Uno se atrinchera en el cráneo, en el sueño, en el corazón, en los sentidos, se encierra en su granja bajo siete cerrojos, con el fusil aprestado y el alma aterrada y hambrienta.” Le vampire de Ropraz fue publicado en castellano en 2008, por editorial Anagrama y consta de 96 páginas.
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