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El “estado de transparencia” se define como una de las más efectivas y bellas conjunciones de contrarios: la materia “existe” pero es como si no existiera, pues que se puede ver a su través. No hay dureza a la contemplación, no hay resistencia ni dolor. Juan Eduardo - Cirlot
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El dominio del fuego fue uno de los primeros pasos dados por la humanidad en su desarrollo, nos brindó calor en medio del frio, facilidad para preparar alimentos y luz frente a las oscuras noches y sus peligros. Poco después empezó a ser utilizado para fabricar utensilios cerámicos, litúrgicos y de uso cotidiano. El descubrimiento del vidrio no tardó en llegar y de la arena sometida a altas temperaturas se formaron los primeros cristales artificiales. Miles de años han transcurrido desde entonces y cada cultura ha perfeccionado sus propias técnicas, utilizándolos con fines utilitarios u ornamentales. Hoy día, y a pesar de su masificada producción para aplicaciones prácticas y decorativas, en torno al vidrio perduran asociaciones de carácter simbólico y místico, relacionados con los primeros usos rituales de esta materia. Su belleza y cualidades se asocian a las piedras preciosas y con ello a la simbología del espíritu, dando pie a una hermosa unión de contrarios: firmeza que convive en tensión con la fragilidad, impermeabilidad y a un mismo tiempo transparencia; de allí la fascinación que genera aun en nosotros, a pesar de ser un elemento omnipresente en la vida cotidiana. Por ello, así como el fuego se relaciona con la idea del bien (generación del calor vital), o del mal (destrucción, incendio), el vidrio fundido también ha sido utilizado con fines bastante disímiles, y los artistas-artesanos han creado objetos – ya execratorios, ya votivos – destinados a propiciar la intervención divina. La función de estos ha sido cristalizar, palabra por demás precisa, la intención o testimonio de quien ha encargado la pieza. Por ejemplo, los antiguos egipcios y griegos elaboraban moldes de partes del cuerpo de sus enemigos que eran fundidos en vidrio y luego quebrados para causarles daño físico por medio de la magia. También se conocen pequeñas joyas vítreas elaboradas a modo de exvotos que sirvieron para agradecer a la divinidad por el restablecimiento de la salud de victimas aquejadas por ciertas enfermedades. 3
Mena Turri es una artista ítalo venezolana con una amplia experiencia en el manejo del vidrio, quien ha logrado un nivel que trasciende el mero dominio técnico hasta desarrollar un lenguaje personal sólido y coherente, creando un universo de sugerencias e insinuaciones que la acercan, ciertamente, a esos primeros artesanos-sacerdotes del vidrio y sus conexiones con la vida espiritual. Sus torsos aluden a una idea estandarizada de belleza de la mujer, pero lo hacen como excusa para hablar del cuerpo como reino absoluto, materia primigenia donde convergen la gracia, el amor y la más pura atracción de la Diosa Venus. Exaltación de su carácter más carnal que convive en franca tensión con la inmanente fragilidad del organismo, su dolorosa decadencia frente al tiempo y la enfermedad. Pero esto no se expone desde una mirada trágica o derrotista, por el contrario, los títulos evaden cualquier sombra de pesimismo y el color celeste, speranza, viola, rubí... se impone como señal de confianza y trascendencia. De esta manera logra transmutar lo que pudiese resultar una imagen atroz, casi violenta por su crudeza, en otra cosa. Pensemos por ejemplo en Rubí: es inevitable relacionar la masa encarnada que emerge desde los senos hasta el abdomen de la figura con una profunda quemadura, y a pesar de lo terrible de la imagen nos embelesa. O Corsetto, un voluptuoso cuerpo traslúcido y dorado cubierto por un juego de vendas ¿acaso quirúrgicas? que resulta en un inquietante erotismo. Mientras Speranza y Celeste parecen contener un magma energético que se abre y revela ante nosotros, con cristales vibrantes 4
y coloridos que emergen desde las entrañas transformando la carne en luz/color y vitalidad. Aquí el cuerpo no parece ser el motivo principal, sino la vía para hablar de otra cosa. Estos bustos se erigen como símbolos de sublimación en los que la perturbación de la carne, por la vía de lo sensual y solar de las energías físicas, propicia el advenimiento de algo superior revelado como energía espiritual. Paralelamente Mena Turri ha desarrollado otra línea de trabajo en la que se permite indagar en las formas puras, estableciendo relaciones entre elementos fundamentales de la composición plástica: la línea, el color y los valores. Estas abstracciones resultan en objetos de singular belleza y claridad visual: Nuvola, Onde y Ondata, por ejemplo, son alusiones a elementos de la naturaleza en los que resalta la versatilidad de la técnica del vidrio fundido y la gama de formas, texturas y diversas transparencias que permite. En ciertas ocasiones cita a maestros del arte universal de los que toma aspectos concretos para eventualmente desarrollar una obra autónoma. Por eso Mondrian aparece hermosamente aludido en Tessuto, Straccio o Stoffa, donde la composición ortogonal de los Boogie – Woogies del holandés se asoma innegable, solo que ahora la rígida y racional malla de verticales y horizontales del pintor deriva en una mucho más orgánica secuencia de vacíos y llenos, colores y transparencias que se entretejen con delicada sapiencia en las manos de Turri. 5
Fuoco Vitrofusión 20 x 20 x 5 cm
Marilyn Vitrofusión 20 x 20 x 5 cm
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Ghiaccio Vitrofusión 20 x 20 x 5 cm
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Lava Vitrofusión 27,5 x 27 x 34 cm
Inverno Vitrofusión 20 x 25 x 28 cm
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El Salto Ángel Vitrofusión 46,4 x 16 x 5 cm
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Celeste Mixta 46 x 22 x 13 cm
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Speranza Mixta 34 x 20 x 13 cm
Bionda Mixta 52 x 23 x 13 cm
Viola Mixta 52 x 21 x 12,5 cm
Mora Mixta 47 x 25 x 12,5 cm
Rubí Mixta 50 x 21,5 x 12,5 cm
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Sagrado Corazón Vitrofusión 30 x 25 x 14,3 cm
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Ondulante I Vitrofusión 50 x 15 x 8 cm
Ondulante II Vitrofusión 49 x 14 x 5 cm
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Agro Vitrofusión 20 x 20,5 x 2 cm
Tessuto Vitrofusión 27 x 26,5 x 2,8 cm
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Mondo Vitrofusión 33 x 33 x 2,5 cm
Tejido Vitrofusión 21 x 20 x 2 cm
Etna Vitrofusión 16,2 x 19,2 x 2 cm
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Cristo Vitrofusión 30 x 26 x 6 cm
Cebra Vitrofusión 33 x 27 x 6 cm
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Equus Vitrofusión 46 x 38 x 23 cm
Donna Pop Vitrofusión 19,5 x 19,5 x 1,8 cm
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Venus Vitrofusion 36 x 30 x 7 cm
Corsetto Vitrofusion 30 x 37 x 10,3 cm
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Volcano Vitrofusión 22,3 x 14 x 14,4 cm
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Nuvola Vitrofusión 37 x 36 x 19 cm
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Velero Vitrofusión 37,2 x 32,5 x 18 cm
Paradisíaco Vitrofusión 30 x 14 x 14,4 cm
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Stoffa I Vitrofusión 21,5 x 27 x 8 cm
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Stoffa II Vitrofusión 26 x 26 x 12 c
cm
Straccio Vitrofusión 33 x 29 x 12 cm
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Primavera Vitrofusión 18,8 x 43 x 7,6 cm
Lineale Técnica m 54 x 54 x
Un Mondrian Técnica mixta 64 x 67,8 x 4,8 cm
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Onde Vitrofusión 36 x 29 x 12 cm
mixta 3 cm
Pozzuoli Vitrofusión 40 x 40 x 4 cm
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Grandine Vitrofusión 19 x 22 x 22 cm
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Glaciar Vitrofusión 23,5 x 37 x 23,5 cm
Olas Vitrofusión 16,8 x 19 x 14 cm
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Lluvia volcánica Vitrofusión 19 x 19 x 30 cm
Marea Roja Vitrofusión 29,5 x 23 x 18,5 cm
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Lluvia Vitrofusió 19 x 24,5
ón 5 x 23 cm
Grandini Vitrofusión 19 x 16 x 14 cm
Estate Vitrofusión 29,8 x 23 x 14 cm
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Ministro del Poder Popular para la Cultura Ernesto Villegas Ministro Mary Pemjean Vice Ministra de Artes de la Imagen y el Espacio Fundación Museos Nacionales Clemente Martínez Mirena Presidente Museo Alejandro Otero Leoner González Director Ejecutivo
@FundacionMuseos fundacionmuseos @menaturri.art Mena Turri Art www.fmn.gob.ve www.menaturri.com
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Estado de transparencia Mena Turri Noviembre 2021 Museo Alejandro Otero Curaduría y textos Richard Aranguren Museografía Eduardo Zambrano Diseño Simón Conde Producción FMN-Museo Alejandro Otero