Bernardo Vieco y sus hermanos se formaron en una familia modesta de artesanos, pero en un ambiente nutrido por artistas e intelectuales. En la década de 1880, es clara la escisión entre el artesano, dedicado a un arte mecánico, y el artista, dedicado a un arte liberal más sujeto al ingenio y a la creación personal.
En ese ambiente surgieron en Medellín las exposiciones, las muestras y los salones de arte; la primera exposición de arte de la ciudad se abrió al público en 1892; mientras tanto, Bernardo Vieco actuaba como alumno-aprendiz, ayudante, escultor y maestro al lado de figuras reconocidas como su propio hermano Luis Eduardo Vieco (1882-1955), Francisco Antonio Cano, los hermanos Melitón y Horacio Marino Rodríguez, Marco Tobón Mejía, Gonzalo Gaviria, Luis de Greiff, Rafael Mesa, Leopoldo Carrasquilla, Horacio Longas, Eladio Vélez, Pepe Mexía, Pedro Nel Gómez, Débora Arango y Carlos Correa.