L
a falsificación de monedas en México fue un fenómeno socioeconómico presente a lo largo del siglo XIX. Los principales focos de producción y circulación de monedas ilegítimas fueron las áreas urbanas; se tiene noticia de que las entidades en las que se produjeron y circularon monedas falsas fueron el Distrito Federal, Zacatecas, Guanajuato, Michoacán, San Luis Potosí, Querétaro, Durango, Jalisco, Aguascalientes, entre otros. Pese a que el gobierno del Estado de México contaba con una Casa de Moneda, este problema afectó también a los pobladores de la entidad y seguramente algún institutense fue sujeto de estos productos del engaño. Para el caso mexiquense, se tienen identificadas las cabeceras municipales en que aquellas monedas se fabricaron y circularon de manera extendida: Toluca, Texcoco, Cuautitlán, Chalco, Villa del Carbón, Ixtlahuaca, Jilotepec y Tenango.
Para el estudio del tema, se han propuesto tres períodos de falsificación, de acuerdo al tipo de metal y a la denominación de las monedas apócrifas: El primer periodo se caracteriza por la falsificación masiva de cuartillas y octavos de real de cobre (1829 a 1842). En el segundo periodo están en producción y circulación las monedas que simulan ser de plata, con valores de ocho, cuatro, dos y un real, así como de medios reales (1843-1870). En el tercer periodo continúo la falsificación de monedas de plata, ahora con las denominaciones de un peso, cincuenta, veinticinco, diez y cinco centavos, además de un centavo de cobre (1871-1900).
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urante la época colonial, la vida económica de México se caracterizó por una ausencia de monedas que permitieran realizar operaciones de intercambio al menudeo. Una vez consumado el movimiento de Independencia, los gobiernos republicanos en turno trataron de dotar del circulante oficial a la población mexicana. Esta política monetaria continuó, con ciertas interrupciones, a lo largo del siglo XIX. El gobernador del recién nombrado Estado de México, Lorenzo de Zavala, pretendió establecer una digna capital para la entidad en el antiguo pueblo de San Agustín de las Cuevas, hoy Delegación Tlalpan, dotando a ésta de su casa de moneda, su instituto literario, una biblioteca y una fábrica de puros. Sin embargo, la ruta que tomaron casi
todas estas instituciones fue poco halagüeña, pues mantenerlas requirió trabajar sin respiro para sostener sus infraestructuras económicas y estabilidad política, mismas que terminaron por ceder en un tiempo en que las crisis y convulsiones sociales fueron el pan de cada día para nuestro país. La Casa de Moneda del Estado de México acuñó del 23 de febrero de 1828 al 13 de julio de 1830, pero la cercanía con la Casa de Moneda de la Ciudad de México y la falta de materia prima para seguir produciendo el dinero metálico, propició el cierre de sus puertas. Es por esto que las monedas acuñadas ahí durante ese periodo son muy cotizadas entre los coleccionistas de numismática (visita la sala II del Museo y encontrarás un ejemplar de 8 reales de plata, expedido en aquella casa de Moneda).
P
or curioso y sorprendente que hoy nos pueda resultar, durante el siglo decimonónico, las monedas falsas permitieron efectuar operaciones de comercio al menudeo entre el grueso de la población; pulque, mezcal, maíz, frijol, chile, quelites y haba, alimentos de consumo cotidiano, eran adquiridos con estas monedas. Al respecto conviene saber que durante los años posteriores a la guerra por la Independencia, las autoridades de todos los niveles de gobierno toleraron la ‘circulación’ de monedas falsas; incluso, esta práctica social se llegó a legalizar entre 1836 y 1841. Indiscutiblemente, su ‘fabricación’ siempre constituyó un delito que fue castigado con varios años de prisión. Es decir, los falsificadores podían circular monedas falsas, y sólo debían de
cuidarse de no ser sorprendidos fabricándolas; de lo contrario, los sospechosos eran arrestados y remitidos por las autoridades a dar su declaración y, tal vez, a purgar su culpa en la prisión. Tomado de: · Gómez Wulschner, Luis. Vicisitudes de la moneda de cobre, 1536-1861. El Boletín numismático, Sociedad Numismática de México, núm. 225, oct-dic 2009. · Romano, Ruggiero. Moneda, seudomonedas y circulación monetaria en las economías de México. El Colegio de México-Fideicomiso Fondo de las Americas-FCE, México, 1998. · Jarquín Ortega, Ma. Teresa y Carlos Herrejón Peredo. Breve historia de Estado de México. Colegio Mexiquense-FCE, México, 1995.
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