Oski, Un monje enloquecido

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Oski

UN MONJE ENLOQUECIDO

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Presidenta de la Naci贸n

Cristina Fern谩ndez de Kirchner Vicepresidente de la Naci贸n

Amado Boudou Secretario de Cultura DE LA PRESIDENCIA de la Naci贸n

Jorge Coscia DirectorA EjecutivA del Museo Nacional de Bellas Artes

Marcela Cardillo

OSKI

UN MONJE ENLOQUECIDO


Al cuidado de

Miguel Rep

ÍNDICE

Asistente

Laura Vaccari Edición del catálogo

Al cuidado de Miguel Rep y Laura Vaccari

El arte menor, a lo grande Jorge Coscia

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Directora Artística

María Inés Stefanolo

Asistente de Dirección Artística

Retomando una deuda pendiente Marcela Cardillo

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Montaje

El rompecabezas Oski Miguel Repiso (Rep)

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El Vero Oski, Artista de Indias Miguel Rojas Mix

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Oski, de rigurosa joda Juan Sasturain

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Oski: Un Monje Enloquecido Que Hace Arabescos Sobre Los Textos Sagrados Umberto Eco

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Autobiografía de Oski Escrita por CèsaR BruTo

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Alejandra Hunter

Silvina Echave Leonardo Teruggi, Fabian Belmonte, Martín Mendez, Francisco Amatriain, Daniel Galán, Carlos Cortez, Alberto Alvárez Documentación y Registro

Paula Casajús Ana Bertollo, María Rosa Espinoza, Victoria Gaeta, Cecilia García, Silvia Rivara, Florencia Vallarino Coordinación fotográfica: Ana Bertollo Fotografía: Gustavo Cantoni, Matías Iesari Gestión de Colecciones

Mercedes de las Carreras Antonio Facchini, Jimena Velasco, Dario Aguilar, Bibiana D’Osvaldo, Carolina Bordon Prensa y Comunicación

Martín Reydó, Eleonora Waldmann, Trinidad Massone, Esteban Benhabib, Rodrigo Dacomo Diseño gráfico

Susana Prieto, Candela Gomez RELACIONES INSTITUCIONALES

Ana Ruvira, Soledad Obeid. ÁREA EDUCATIVA

Mabel Mayol Silvana Varela, Marina Bertonassi, Gisela Witten, Pablo Hofman, Alejandro Benard, Roxana Pruzan, Marcela Reich, Susana García, Cecilia Arthagnan, María Inés Alvarado Textos catálogo:

© Miguel Rep, 2013 © Miguel Rojas Mix, 2013 © Juan Sasturain, 2013 © Umberto Eco, 1974 © César Bruto, 1952 Impresión

Contartese Gráfica

AGRADECIMIENTOS

Adriana Conti, Diego Conti, Pablo Conti. Alicia Ferrari, Paloma Zamorano, José Marcelo Zamorano, Mariali Ferrari, Fundación Augusto y León Ferrari, Juan Sasturain, Eduardo Grossman, Fernando Birri, Miguel Rojas Mix, Palomo, Lorenzo “Lolo” Amengual, Juan Krymkiewicz, Coco Yáñez, Carlos Sampayo, Mayte Gualdoni, Doris Carpani, Judith Gociol, Federico Ben Cattan, Franca Beer, Gandhi, Nora Bonis, Fondo Nacional de las Artes

Biografía de Oski (Oscar Esteban Conti) 141


El arte menor, a lo grande Jorge Coscia Secretario de Cultura de la Presidencia de la Nación

Virtud de su esencia, un museo puede albergar diversos mundos posibles. Sus paredes no debieran convertirse en cemento estanco donde consagrar discriminadamente una producción inamovible y ajena a toda discusión. A la vez, un museo público, como el centenario Museo Nacional de Bellas Artes, tiene la prerrogativa, pero también su contracara, la misión, de interpelar a los cuarenta millones de argentinos valiéndose del hecho artístico para construir relatos que nos estimulen a reflexionar sobre nuestra identidad y nuestros doscientos años de historia compartida. En un museo-mundo así entendido, nadie debiera quedar afuera. Para la política que implementa el Gobierno nacional desde hace una década, la recuperación del patrimonio común también alcanza a las diversas manifestaciones culturales que pueblan y reverdecen el imaginario colectivo. Me refiero al patrimonio intangible, aquel que testimonia las maneras de mirar e interpretar el mundo y nuestro tiempo. El gesto es evidente: poner en un plano de igualdad las expresiones artísticas tradicionales y aquellas manifestaciones consideradas “populares”, haciendo justicia con estas últimas. Durante demasiado tiempo, la producción nacional en el campo de la historieta y el humor gráfico, a pesar de su fecundidad, ocupó un lugar secundario, menor, subalterno en la historia de las artes visuales y en el corpus consagratorio de quienes debían considerarse autores por derecho. Recién en los años setenta, fueron los estudiosos de la cultura popular quienes despuntaron en la tarea de escribir la tradición y las filiaciones de la historieta como género, sistematizar el análisis de sus lenguajes y recursos expresivos, y ahondar en la crítica del valor estético de su producción. Sin duda, un reconocimiento y una visibilización institucional ampliamente merecidos. Artesano fatigoso de este mundo de viñetas, autodefinido artista a secas, Oscar Esteban Conti, “Oski”, es uno de los grandes creadores de la historieta argentina, agente primordial de la transformación de este arte en Latinoamérica y precursor de figuras como Copi o Caloi, receptores de sus trazos ineludibles. Su mirada plástica, tan fina como barroca, conjunción de aguda ironía y ternura, decantó siempre en diálogo con la palabra escrita sobre tiras humorísticas, pero también sobre temas universales (la conquista de las Indias, la medicina, el deporte, la literatura, el zodíaco), que reinterpretó magistralmente en sus dibujos, con el extrañamiento frente a lo dado que hace posible el desafío de pensar. Artista popular de formación académica y hombre de izquierdas a un tiempo, Oski supo ver el mundo, que descifró en sus repetidos viajes, con los ojos locales, latinoamericanos, que ostenta el observador comprometido con su realidad. No en vano, su militancia política lo arrojó a las costas de la Cuba revolucionaria y del Chile de la Unidad Popular. En la antesala de cumplirse un siglo de su nacimiento, en 1914, hoy celebramos el desembarco de su retrospectiva sobre los muros del Museo Nacional de Bellas Artes, en la que constituye su primera muestra individual en la principal institución dedicada a las artes visuales del país. La propuesta, entonces, es poner en valor su obra múltiple y adentrarse en ella con libertad de contemplación, para descubrir las claves de su ingenio, su hilaridad, su ironía. De este modo, la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación insiste en su compromiso de abrir las puertas de los museos a la vista del gran público, de todos los argentinos, para seguir enalteciendo nuestra cultura. 8

Contratapa de Cuadernos de Oski: La Medicina. Tinta

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Retomando una deuda pendiente

Marcela Cardillo Directora MNBA

Aunque la caricatura forme parte de los estudios fundantes de la disciplina de la historia del arte, en el Museo Nacional de Bellas Artes este tipo exhibición o de la ilustración han sido excepcionales, salvo quizás en el contexto de amplias muestras temáticas. En los últimos tiempos, solo pueden recordarse las dedicadas a Alejandro Sirio (2007) y la de Molina Campos (2006). En el mismo sentido, es destacable el hecho de que una revisión integral del humor gráfico argentino es una deuda pendiente para la institución. Tarea titánica pero muy estimulante que en algún momento habrá que encarar. Ahora bien, si aceptamos que el estatus artístico de las caricaturas, y señalamos también que no son frecuentes las exhibiciones de este tipo en el museo, ¿por qué una muestra sobre Oski? ¿Por qué él y no otro? La razón es simple: porque solo los que lo conocen (porque lo leyeron en su momento, o porque son refinados lectores de historietas o esmerados revisores del cómic nacional) saben de su enorme talento. Genio absoluto en la materia, padre inspirador de tantos, irreverente y sutil en sus trazos, Oski es la estación obligada por la que debe pasar cualquier revisión de la caricatura nacional. El objetivo central de esta muestra es acercar a uno de los padres fundadores de esta disciplina a un público más amplio que quizás todavía no lo conoce o que, si lo leyó hace mucho tiempo, bien merece reencontrarse con el maestro. La obra de Oski, que atraviesa la historia y la literatura argentina, es un oportunidad para acercar un relato diverso sobre el arte argentino del siglo XX. Porque la caricatura se trata de una disciplina que ya ha sido consagrada por los críticos como un arte en sí mismo, pero que todavía las agendas de los museos le escamotean presencia. Para revertir esa tendencia general (dentro de la cual el MNBA también presentaba demoras) es que proponemos esta interesante muestra Oski, un monje enloquecido. Párrafo aparte merece la dedicación y el cuidado de Miguel Rep a la recolección de estas piezas. Como suele ocurrir con los curadores (o los cuidadores, para ser justos con la autodenominación que Miguel nos propone) su trabajo de recolección de las dispersas obras del Maestro se ha vuelto por momentos abiertamente detectivesco. De ese esfuerzo, y de la organización cuidada de ese material, nace esta exposición, que es también hija del cariño y de la admiración que Rep siente por Oski. Mucho ha trabajado en ese sentido y el resultado de ese esfuerzo es lo que podemos disfrutar en el museo. Los “dibujitos” reunidos aquí (una fracción de su vastísima producción) consiguen el efecto deseado: presentarse a los ojos de quienes nos visiten como grandes obras de arte, en el sentido cabal del término, de un enorme artista argentino. Para que siga inspirando a tantos caricaturistas. Porque su talento está vivo, y como nos recuerda Rep hoy, más vigente que nunca.

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Tapa de Cuadernos de Oski: La Medicina. Tinta.

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SerigrafĂ­a de la Vera Historia Natural de Indias (1972)

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EL ROMPECABEZAS OSKI Miguel Repiso (Rep)

Lo más visible del legado de un artista es que sus creaciones siguen vivas, a pesar de que su autor haya muerto. Esto es patente en los dibujos de Oski. Sus figuras se mueven, sus fuegos crepitan, y sus aves sin alas sobrevuelan un espacio pre renacentista. Oski vive en sus criaturas, que escapan de la solemnidad, a quienes dibujó con tanta ternura en escenarios con escala humana-grotesca. En un género donde la complejidad artística, ese cruce de técnica y pensamiento, no abunda, Oski puede verse como un artista integral. Hay varios Oski en la vida de Oscar Esteban Conti: uno, el primero, de balbuceantes líneas steinberguianas, de chistes ingeniosos y elocuencia infantil. Un segundo Oski, que es el del encuentro con César Bruto (Carlos Warnes), donde el mundo anterior, con vacíos en fondos a la Amarroto, se llena de historias y climas, una ilustración sin necesarios ingenios, que anuncian al Oski definitivo. Ésa es la palabra que le cabe más: ilustrador. Está el Oski pintor, al que se conoce poco, y en esta muestra se soslaya, para poder profundizar en su obra gráfica. La pictórica queda pendiente, y si esta exposición tuvo una recolección de originales dificultosa, imaginamos lo imposible que sería una recuperación de sus óleos. Y tenemos al último Oski, recreador de mundos ajenos para dibujar un mundo propio, inigualable, para el cual se valdrá de otros textos, otras estampas, muy antiguas, para reinventar ese pasado, y hacerlo divertido y contemporáneo. Ése es el Oski más reconocido y universal. Obra gráfica de Oski: línea pura, caligráfica, blanco y negro. Cuando aplica colores, excepcionalmente, es un artesano vesubiano. Detallismo, tramas. Ausencia de sombras y volumen. Espacialidad por superposiciones. Arriba va lo lejos, abajo lo cerca. Aviación. Tinta 14

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Oski, engrandeciendo los momentos intrascendentes, des-solemnizando los instantes supuestamente grandilocuentes. Oski y sus temas: las faunas, las fundaciones, los arbustos, la ciencia, el deporte, las acrobacias del amor, los enclenques personajes literarios. La historia, la América, su barroco, su ingenuidad desnuda ante el acorazado europeo. La eterna vigencia de Oscar Esteban Conti no es un misterio: su estilo siempre estuvo fuera de moda. Es ya un clásico, un minucioso retratador de los momentos históricos en que el humor se transforma en movimiento y la Historia así toma vida. No pasa. La línea de tiempo se diluye. Parece que a Oski la Historia lo estuvo esperando con toda la paciencia que suele tener la Historia, y que lo protegerá de todo olvido. Si hay un misterio Oski hay que encontrarlo en su propia vida, sus innumerables viajes, y en el destino de gran parte de sus originales perdidos. Puedo imaginarme a ese Oski, de 65 años, dibujando la escena de su propia muerte. Allí veo al Viejo, acostado, enchufado a sueros y vinos, pelo largo abundante, blanquísimo, con sus pesados anteojos de carey, levantando un dedito, haciendo comentarios, ácidos, hirientes, a los testigos que lo miran con cariño, resignados, con toda la ciencia por el piso, la mala praxis científica, un gato corriendo y alguna media a cuadros en un rincón. Abro la Vera Historia de Indias. Ahí se prueba por qué Oski fue un renovador en las artes gráficas: su trazo minucioso aloja lo mejor de la escuela rioplatense, que traduce en líneas serenas al pesado arbusto literario de Ulrico Schmidl, dibujos simples con fuertes contenidos documentales. Oski aggiorna al litógrafo César Hipólito Bacle y la pintura histórica previa al Siglo XX. Didactismo sin solemnidad. Fauna, flora, humanidades. La obra del Hombre abriéndose paso en la Naturaleza, con ferocidad, o dócilmente. Gentes que conquistan, gentes que se defienden, que corren, que comen, que miran, que se distraen. ¿Cuánto dura un momento-Oski? Fernando Birri, en su película basada en la inencontrable lámina original de 1 metro x 70 centímetros, la Fundación de Buenas Aeres, trata de develar ese misterio cuantitativo. Abro un libro. El de los Comentarios sobre las Tablas Médicas de Salerno. Veo esas puestas en escena, donde todo ocurre a la vez. Veo la cantidad de tramas y medios tonos. Veo las composiciones precisas, que ordenan el caos de la vida, más precisamente, de los momentos. El dibujo también es un momento. Veo el humor, todo Oski desemboca en

Aviación. Tinta 16

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humorismo: la tragedia, el tiempo, los que pasaron a la historia y los que no, las jerarquías humanas. La capacidad de Don Oscar para encontrar el disparate en esas escenas congeladas por las Academias. Como Visconti, Oski acude al pasado para mostrarnos el presente. Historiador desmadrado, rugbier luxado, el artista transforma las fotos antiguas en belleza pura, el humor y el cariño por las desventuras humanas brotan en cada centímetro de sus Fotoskis. Oski, en su trabajo con César Bruto, inventa las Fotoskis. Es recorrer las imágenes de este hombre, para poder armar un rompecabezas imposible: fotos de Oski con abundante cabellera aún gris y anteojos de marcos cuadrados y negros, saco y corbata. Un hombre cargado de hombros, lento y pesado. Más: Oski en acción, haciendo escenografía. Oski bebiendo en Roma, a un costado su hermoso dibujo del mapa de los vinos de Italia. Oski con su melena blanca, mirada certera y taciturna. Oski dibujando delicadamente, sobre calcos. Oski entre amigos, en inauguraciones. Oski con mujeres distintas. Oski en aeropuertos. Dibujó mucho Oski. Su trayectoria gráfica es más fácil de seguir: las primeras publicaciones en Cascabel, la adhesión a la línea libre y absurda. Rico Tipo, donde Oski era el distinto, el que dibujaba mal entre sus vecinos de trazo cerrado y exitoso. Amarroto, 1946, guiones unidimensionales. César Bruto, ilustraciones ilustradas. Los chistes con personajes que de tan inquietos se caían de la revista. Y los viajes: Cuzco, Chile, Italia, Francia, Cuba, Venezuela, México, España. Y la política: un dibujante comprometido. Un rara avis en un ambiente de humoristas observadores imparciales. Oski no: su compromiso con causas como la cubana o la de la Unidad Popular chilena, sus publicaciones en revistas de izquierda italianas, todos vestigios de un pensamiento libertario. Un dibujante culto y anarco que dibuja elegantemente sin olvidar que su llegada gráfica final es el pueblo. Una muestra palpable de ello es el documental de 1972, “Pulpomomios a la chilena”. El medio gráfico de los años en los que Oski trabajó sin descanso se caracterizaba, entre otras cosas, por el descuido de los originales que cada dibujante entregaba a las redacciones. Como si el original se completara con la

publicación, el abandono de esas preciadas piezas, donde el artista posó su mano, ha sido moneda corriente hasta bien entrados los años 80. Esa ausencia se siente en retrospectivas como la presente. Corpus enteros se han perdido. Es larga y angustiante esa costumbre, y con mucho esfuerzo y tiempo podemos recuperar algunos cartones dispersos. Los continuos viajes, las entregas en cualquier redacción a donde, quizás, no se volvía, el traspapelamiento en el proceso del taller, y, como postre, el exilio forzado y a las apuradas han favorecido el extravío de esas hojas tan valiosas. En Oski esa falencia es patente. Desde hace tres décadas los dibujantes valorizan sus originales, la experiencia negativa ha sido capitalizada. Las nuevas tecnologías, que el Maestro no pudo disfrutar, han modificado radicalmente esa tragedia porque los dibujantes envían sus trabajos por vía electrónica conservando así los originales o sus versiones digitales. Y si los envían en papel, se ocupan de retirarlos. La influencia de Oski es ilimitada. Sin hacer nombres, la aparición de su línea determinó el estilo de muchos de sus colegas, esquirlas que aún perduran hoy. De todas maneras, sus grandes series como la Historia del Deporte, el Fuero Juzgo, el Fausto, el Ars Amandi, y por supuesto los clásicos trabajos sobre la historia de Indias y las Tablas de Salerno no tienen continuadores. Tamaños emprendimientos se terminaron con él. En el 2014, se cumplen 100 años del nacimiento de Oski. Como buen adelantado que fue, la primera individual sin ningún tipo de acompañamiento que el Museo Nacional de Bellas Artes le brinda a su obra, se hace cuando cumple los 99. Nada de efemérides redondas para el Maestro. Los fastos pomposos no le caen bien al espíritu oskiano. Oski. El maestro. El Viejo. El monje enloquecido. Oski, el contemporáneo de Carpani, Quino, Alberto Breccia, Carybé, Divito, Altán, Sábat, Alonso, Berni, León Ferrari, pero también podríamos decir el amigo de Durero, Grosz, Bacle, Guamán Poma, Cándido, Brueghel y, por supuesto, Steinberg. Oski, este porteño lleno de genio, nos dejó una obra que merece quedar en el Parnaso del arte latinoamericano.

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SerigrafĂ­a de la Vera Historia Natural de Indias (1972)

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El Vero Oski, Artista de Indias Miguel Rojas Mix

Fue en un caluroso verano del 79 que lo vi por última vez. Venía de Italia rumbo a Buenos Aires y su avión hizo escala en París. Paso el día en mi casa. Lo acompañaba su pareja de entonces, una chilena morocha que se apelotonaba al sol, Carmen Correa. “Voy a operarme de algo que no tiene mayor importancia”, me dijo con su voz cansina y comenzamos a charlar de lo humano y lo divino. No tenía un mango y quería que lo ayudara a vender unos dibujos a un editor francés. Algo que ya habíamos hecho en otras ocasiones… “¿Cómo que estás sin un mango?. Hay aquí dibujantes que se inspiran en ti y están ganado mucha guita”. Sí, me respondió ” es que dibujan más rápido que yo”. Tenía 65 años y, barriga más, barriga menos, conservaba la guapa pinta de anarco romántico que había tenido siempre. Mi primer contacto con su obra fue en las páginas de la revista Rico Tipo. Oski publica allí su única tira cómica periódica: Amarroto. Posteriormente, cuando ancló en Chile nos amistamos y nos veíamos a menudo en cenas de amigos o en su casa, en torno a una facaccia, plato que preparaba con satisfactoria jactancia. En una de tantas hablamos de Amarroto, me contó que estaba inspirada en un tío suyo, tan avaro que numeraba el papel higiénico. Algo habría heredado. Recordaba constantemente su colaboración con Carlos Warnes, que había creado César Bruto, personaje fascinante por el desparpajo analfabeto con el que trataba todo tipo de tema. Cortázar lo evocaba con la misma reverencia que tenía por John Keats o Marcel Duchamp. En la década de los ’60, se trasladó a Cuba. Había triunfado la Revolución y partió a la Isla “para ver, sentir y trabajar...» (Marcello Ravoni Linus Amo VI - Giugno 1079, NP 63, pp. 2-3). Con el triunfo la Unidad Popular se reasentó en Chile. Fruto de esta estadía fue la Vera Historia Natural de Indias. Poco antes del golpe volvió a Buenos Aires. Lo que, cuando uno recuerda el odio al extranjero que desató la Junta, pudo haberle evitado serios problemas. Más que con palabras, Oski expresaba su compromiso político con su presencia. En Buenos Aires permaneció hasta la muerte de Perón. Rumbeó entonces a Barcelona, donde ilustró varios libros para la Editorial Lumen. Duró poco. El ambiente se puso tenso cuando en una cena con intelectuales

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catalanistas, las emprendió contra el catalán que pasaba sobre su cabeza sin poder seguirle la pista. “Esto es un dialecto para disléxicos –les soltó–, y no un idioma para cristianos”. Los contertulios quedaron boquiabierto y Oski dejó de tener trabajo… Durante su estadía en Chile emprendimos la tarea de hacer una carpeta con serigrafías de 50x70 a todo color: La Vera historia natural de Indias. Era una teratología bufa que ponía en solfa las más fantásticas narraciones de los cronistas sobre la fauna americana. Yo me encargaba de encontrar los textos en auténticas crónicas y Oski los ilustraba como hacían los primeros ilustradores de América que “pintaban de oído”. Me acababan de nombrar director de la Editorial Andrés Bello y me di a la tarea de editar una colección de carpetas con serigrafías de destacados artistas. La colección “Arte para el pueblo” estaba destinada a poner sus obras al alcance del gran público. Una de nuestras ambiciones durante la Unidad Popular fue la de popularizar y descolonizar el arte y Oski se prestaba mejor que nadie. Por su actitud y por su imagen era un vero artista popular de Indias. La empresa no pudo dejar de tener avatares. Al terminar el entintado de los dibujos, me dijo: “Me voy de Chile, no puedo colorear estos dibujos. Es tarea de monjes medievales. Me llevaría meses y no lo puedo hacer” Bueno, le respondí, pero tenemos un contrato, vamos a pasar los dibujos a plantillas transparentes y los pondremos sobre papeles del color que tu elijas. Así los imprimimos, salvando la carpeta y los mutuos términos del contrato. Dado el abanico de temas que trató y obras que tradujo al lenguaje gráfico, no falta quien se pregunta si hay un sentido americano en su obra. Su humor sin duda es universal. Lectores de Italia, Francia y España han reído y ríen con sus «dibujitos» (así los llamaba él mismo). Más es preciso reconocer en su obra una visión americana del mundo. Muchos de estos dibujitos sólo alcanzan pleno sentido para quien está inserto en la realidad americana. Quién puede entender, por ejemplo, sus historias de tangos: «Farolito Viejo», «Julián», «Langosta», etc., sino aquél que entiende vitalmente lo que es «el compadrito», «el bacán» o «la percanta». Así pues, aún cuando sus dibujos pueden tener un público universal, no hay duda que muchos de ellos se ven dirigidos al «interlocutor» latinoamericano con quien se establece una comunicación mano a mano y llena de sentido. Más aún, una importante parte de su temática es americana. Es en esta tesitura que Oski alcanza su estilo personal. Una viñeta de los años 60 resulta significativa: la «Banda de Música». En un pueblo de la sierra toca una banda de músicos, rodeada por un grupo de curiosas y curiosos. El argumento es simple. El tema en sí mismo no tiene nada de cómico. La hilaridad nace del contrapunto entre el mundo y las circunstancias. Músicos enfundados en uniformes militares que resoplan y transpiran tocando sus instrumentos, niñitos que se persiguen y tirándose el pelo y los indios que contemplan estupefactos esta «interpretación maestra». Por último, la escultura que corona la fuente de la plaza es la esencia de la contradicción del colonizado. En una nación de indios de chuyo, awayo y talega, el monumento al indio es un piel roja, más propio de la cinematografía

Amarroto.Tinta. 1946 24

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Amarroto.Tinta. 1946

del Far West que del Altiplano. Es en esta contradicción entre imagen y realidad donde se instala el humor de Oski. Sutilmente hay aquí un planteamiento sobre los imaginarios apócrifos. La contradicción existencial que acomoda un mundo donde ni siquiera los símbolos corresponden a su identidad. El «mundo» y el «tiempo» son los marcos de su imaginario. El tiempo como historia –Oski era particularmente riguroso con la documentación– y el mundo como «mundo-en-torno» –Oski era elocuente en la ambientación–. Ambos son trazos significativos para entender su obra. Aluden a la trama, a la complejidad de las cosas que existen paralelas y sin relación necesaria con el suceso central. La dicotomía entre «argumento» y «contingencia» constituye una de las fuentes de su humor. Su humorismo gráfico, que no sólo evidencia la cultura americana, sino que recorre sin tapujos la cultura universal, parece confirmar el legado de otro argentino ilustre, Borges: “somos herederos de todo el pasado y no de los hábitos o pasiones de tal o cual estirpe”. Concuerdo, debemos mirar con ojos propios, no sólo lo nuestro, sino también lo impropio. El sentido crítico que alimenta su humor, desvela realidades y enajenaciones de lo propio, a la vez que ironiza nuestra visión de lo ajeno. Llevar la imagen al caos –dentro del cual por cierto hay un orden– el orden satírico-absurdo-, es un elemento básico de su humorada, incluso utiliza símbolos que aluden a ese caos, como el calcetín a rayas que aparece colgando de los lugares más insólitos. Con un tal distanciamiento, Oski se asoma a revisar el mundo, la historia y las tradiciones. Toma textos trascendentales, desde las Crónicas de la Conquista al Kama Sutra y juega sobre los equívocos que nacen del trasladar un texto a imágenes. Su mordacidad surge de una especie de meta conciencia que, al mostrar el revés de la trama, descubre la fabulación. Como en el juego de los dados, Oski «pide por abajo», diciéndonos que toda escena puesta en mármol por la historia es una imagen idealizada, llena de resquicios, en donde se ocultan los accidentes de la vida, el absurdo y el caos. Así opera por ejemplo en la Vera Historia de Indias. Lo mismo hace cuando utiliza, no un texto, sino una estampa como punto de partida; entonces da vida a personajes congelados en su monumentalidad y genera el humor llevando al absurdo las complicaciones que en el diario vivir provocaba la forma en que vestían, se movían o actuaban. Cuando se ocupa de la historia la desmitifica (hoy día, los posmodernos dirían, la deconstruye). Oski parece ser fiel a una vieja idea expresada por Voltaire, que comentaba: “Los historiadores son unos charlatanes que hacen triquiñuelas con los muertos”. En todas las grandes series que emprende –gustaba de abordar grandes ciclos: La Historia de la Medicina, El Kama Sutra, Los Cuadros famosos, El Manual de Carreño, La Vera Historia y la 26

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Historia Natural de Indias, El Fuero Juzgo, etc.–, su humor consiste en dar vida a personajes e historias congeladas por la monumentalidad, introduciéndoles en lo cotidiano y llevando al absurdo el sentencioso sentido de los textos. La forma de comunicar su visión del mundo, significó, además, una trascendental transformación del dibujo humorístico en nuestro continente. Con Oski el dibujante se sitúa en intelectual, deja de ser ilustrador y entrega una visión personal, crítica, lúdica y un tanto sarcástica del mundo. El humor como “Teatro del absurdo”. Yo no conozco muy bien la influencia que ha podido tener en Europa, pero en América fue enorme. Pasó largos períodos en diversas ciudades del Continente, aventando una semilla, que con el tiempo, germinó en un estilo y una mirada crítica que nació de la insolencia de su libertad irreductible. Oski no apreciaba que lo llamaran humorista. El era artista y punto. Un día, con ese humor maldito que era el suyo, respondió a un amigo común, pintor, quien le manifestaba su admiración con la mayor buena fe del mundo, llamándolo: «El gran humorista de América». –«Mirá, humorista yo no soy. Vos sí, en cambio, sos un gran humorista».– «Pero, ¿cómo?», le dijo sorprendido el otro, que hacía un arte épico y serio de obreros musculosos. Y Oski respondió lapidario -«¿No ves que todo el mundo se caga de la risa mirando tus cuadros?». A la respuesta siguió una carcajada estrepitosa, de nuestro amigo y mía, que no pudimos dejar de apreciar su causticidad. Así era Oski y así los amigos que lo amaban. Mucho más se podría decir de la vida de Oscar Conti, que había nacido en Buenos Aires en 1914: viajero sedentario, amante del vino, de las mujeres y de los cuadrantes viejos de reloj... Pero su vividura le pertenece. Su obra, en cambio, es nuestra. Oscar Conti, que firmaba Oski, cerró su carpeta a mediados del ‘79, cuando, sintiéndose enfermo, decidió volver a Buenos Aires. Allí, en un hospital perdido, murió como había vivido: solitario en una errata.

Vera Historia del Deporte. Tinta (1973) 28

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SerigrafĂ­a de la Vera Historia Natural de Indias (1972)

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Oski, de rigurosa joda

Juan Sasturain

A mediados de 1979 se organizó una Bienal del Humor y la Historieta en Córdoba. No era la primera y también habría otras después. Pero fue la única que se realizó durante la Dictadura. Y fue muy grande e importante, sobre todo por su carácter internacional. Llegaron muchos y buenos de afuera. Viejos conocidos como Pratt y Ongaro, yanquis famosos –Joe Kubert, entre otros– y sobre todo el increíble Jean Giraud, Moebius, que comenzaba a ser uno de los monstruos de la historieta contemporánea y andaba en zapatillas, liviano y de anteojitos. Esa Bienal fue todo un acontecimiento. Para algunos de nosotros, colados ahí como periodistas, fue la oportunidad de estar cerca, también, de artistas argentinos que estaban afuera y que vinieron invitados. Entre todos ellos, me di el gusto y me permití la emoción de conocer a un señor veterano –tenía sólo 65 años, pienso ahora– que usaba melenita canosa y anteojos grandes, algo enconvado para no parecer tan grandote y dar frágil. Era Oski, vivía por entonces en Milán y yo –como muchos– lo admiraba desde siempre. Recuerdo haberme juntado con Sanyú y el Lolo Amengual –dibujantes que andaban por ahí y se sumaron a mi grabador– para arrinconarlo y sacarle un reportaje con tirabuzón. Oski era parco y ladino, cachador. Se tiraba a menos con sabiduría, trivializaba sus logros, contaba sin atisbos de solemnidad su trayectoria como una serie de equívocos y tropiezos. Hablaba como dibujaba, con la misma capacidad de deslumbramiento y rara seducción, traviesa ingenuidad. Esa entrevista es lo más valioso que me traje de Córdoba pero no el único recuerdo de Oski. Lo más lindo pasó en un almuerzo en patota de invitados, prolongado en típica sobremesa, acaso la del último día. Lugar común de cierre, estaban en el lugar las soberbias autoridades provinciales y no faltó el mangazo habitual a los artistas de “un dibujito” para la mujer del milico gobernador de turno de cuyo nombre no quiero acordarme. 32

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Oski, taciturno y mañoso, sin apuro ni fastidio aparentes, pareció empeñado largo rato, ante la expectativa creada a su alrededor, en dibujar lo que describía como “la sombra del tornillo”, un ejercicio sutil que omite la materialidad del objeto y se limita a dibujar las sombras de la rosca. Pasado largo rato, Oski desechó con un gesto de contrariedad los infructuosos ejercicios que había estado realizando y tras decir “no me sale” rompió el papel y dio por terminado el intento. No hubo ni dibujito ni disculpa. Fue una auténtica gastada. De regreso en Buenos Aires, publiqué el reportaje en Medios y Comunicación –de lo poco que se dejaba ver y oír por entonces– y apenas semanas después participando de ciertas herméticas “jornadas de arte impreso” junto a Oscar Steimberg me enteré que Oski se había muerto. Así nomás: una complicación boluda en el posoperatorio de una intervención no demasiado grave, me dijeron. Era el 30 de octubre de 1979. Hermenegildo Sábat –quien lo conocía, lo admiraba, incluso había “padecido” alguna vez su humor intempestivo– escribió en Clarín una nota sentida, precisa y memorable. La mejor. Señalaba una originalidad absoluta que no impedía detectar filiaciones. Su trazo venía de Saúl Steinberg, claro, pero mientras el rumano era pariente cercano de Klee, Oski era –siempre recuerdo ese vínculo– “sobrino nieto de Durero”. Exactamente así. Aquel ocasional reportaje cordobés resultó ser el último que concedió, y cobró de pronto un sentido extra. Así, tras su muerte volvió a publicarse como homenaje en la revista Humo(R) –Andrés Cascioli estaba armando por entonces una exposición de Oski– con unas hermosísimas fotos que le había hecho Eduardo Grossman y que son las mejores de todas las que andan por ahí. Oski fue un genio. De los pocos que hemos producido en este país de tantos buenos dibujantes y humoristas. Hay unanimidad en este juicio de valor. Y hay una dificultad casi unánime también para definir los rasgos de su genialidad: hay que verlo, detenerse en detalles y mecanismos. Simple en apariencia, sus formas expresivas siempre son complejas. Y cada uno lo disfruta a su manera, desde lugares diferentes de complicidad. A mi papá, por ejemplo, siempre le gustaron sus chistes unitarios en Rico Tipo –de mozos, de bomberos, de borrachos– y repetía tiras de Amarroto: “¿Qué hace con los trajes viejos”. “Los uso”. Yo me quedo con el ilustrador.

Dante Alighieri. Tinta

Descubrimiento de América 34

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De sus contemporáneos, tiene afinidades muy claras con el primer Landrú –los dos arrancaron a principios de los cuarenta como bichos raros en el contexto del costumbrismo generalizado– y son impensables sin Steinberg. Pero lo de Oski es más abstracto e indirecto que la provocación por el absurdo de Landrú: de la sociología a la metafísica. La veta loca de Landrú se apoya en el material que le dan la sociedad y la política: Landrú escribe y dibuja –aunque no copie– mirando el diario y con el oído finísimo puesto en la mesa con mantel de una confitería de Barrio Norte. Comenta y delira con lo que ve. La veta loca de Oski, en cambio, se apoya en la Historia y las artes. Oski dibuja y no escribe (de eso se ocupaba su ladero César Bruto), sale menos, se queda más en el estudio leyendo los textos que le interesan –de la Biblia al Kama Sutra; del reglamento de boxeo a los manuales de urbanidad o las Crónicas de la Conquista– y mirando los cuadros que le interesan. Después dibuja, comenta gráficamente, versiona, inventa en esa fisura. Las conclusiones decantan solas; nunca es explícito. Landrú, siempre lo es. Los dibujantes de las generaciones siguientes lo homenajearon, se sirvieron de sus soluciones más rotundas. Copi y Caloi, cada uno a su manera, incurrieron en variantes de sus pajaritos sin alas. Todos se acordaron de él, rindieron tributo a su inteligencia y sutileza expresiva cuando se fue para quedarse. Pude en su momento escuchar a Breccia o Warnes, sus amigos de muchos años, hablar de Oski como si ese “viejo malo” e indomable estuviera al pie del tablero y la ironía. Y es que sigue ahí, todavía.

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SerigrafĂ­a de la Vera Historia Natural de Indias (1972)

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Oski: Un Monje Enloquecido Que Hace Arabescos Sobre Los Textos Sagrados

Umberto Eco

Oski es conocido mayormente, no sólo en Sudamérica sino también en Europa, como un sabroso dibujante de viñetas humorísticas. Pero esta definición es ya restrictiva, ya que sólo por momentos Oski se permite el dibujo con diálogo, la tira cómica propiamente dicha, y cuando lo hace se vuelve sospechoso de “clasicismo”, a tal punto sus personajes evocan estilísticamente un universo que es más el del primer Steinberg cuando en los años cuarenta elaboraba su “Bertoldo” que el trazo más esencial del dibujante contemporáneo. Porque el estilo de Oski es florido, barroco, se adapta mejor al paseo del caballero con sombrero de copa (pero también sobre patines con rueditas) por un paisaje de frondosa vegetación tropical o en un salón lleno de cosas hermosas de pésimo gusto, que a los fines –que conozco– del apunte contemporáneo de costumbres, a la sátira política con personajes reconocibles, a la evocación de la cotidianeidad alienada. Cuando analizamos sus viñetas, descubrimos que Oski les dedica más tiempo y malicia de las que aconsejaría el carácter efímero del destino del producto. La sospecha de que Oski no es un viñetista queda demostrada cuando hojeamos sus folletos destinados a ilustrar manuales deportivos, textos medievales, zodíacos, juegos de naipes, páginas de historia patria, crónicas renacentistas. Donde Oski no es el dibujante que añade alguna viñeta al texto original: ese procedimiento sería por lo menos ofensivo, desde el momento que Oski no ilustra, sino que interpreta deformando. Es que Oski usa los textos, incluso arcaicos, como didascalias que justifican la existencia de sus vagabundeos gráfico y fantástico por territorios misteriosos, habitados por fieras inexistentes, o que si han existido se desrealizan bajo su lápiz, señores en frac subidos a velocípedos inverosímiles, conquistadores y médicos de los antiguos tratados de escuela salernitana. Y sin embargo no traiciona los textos; los extraña, pero no los niega, porque curiosamente Oski traduce en imágenes todo lo que el texto dice. Sólo que exagera, toma demasiado al pie de la letra y con minucias de manual técnico, o bien interpreta en clave grotesca, transforma la gravedad en arrogancia, lo extraño en anormal, desnuda casi las posibilidades de comicidad inconsciente contenidas en el texto.

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Así descubrimos su secreto: en el plano del dibujo, recita una vez más la comedia argentina de la imaginación sin normas y filologizante (oxímoron insostenible), la de los Borges y los Cortázar, inventa (glosando datos de bibliotecas) bestiarios fantásticos, reproduce bibliotecas de Babel en miniatura, en una palabra, juega con la cultura y toma la cultura prestada para tratarla sin respeto (aunque con una atención alerta a sus misterios). Hablamos de miniatura: y Oski es en efecto un monje enloquecido que hace arabescos sobre los textos sagrados, pero no como los quiere el padre prior. Está de parte del diablo, aspira a serlo. Se comprende entonces por qué sólo en sus obras “de caballete” revela su vocación medievalizante y simbólica (pero Oski no es ni Satanás ni Lucifer, es un Astarotte, un demonio molesto, que trompetea con su culo en los congresos de los archivistas paleógrafos). Aquí Oski se desencadena en colores, en collages en la reconstrucción minuciosa de paisajes, en la inserción de objetos hallados que parecen inventados. Juegos de naipes y altares, dos momentos de una religiosidad a contrapelo que cultiva sin sentido de la gracia, porque sus personajes están siempre deformados por el más tremendo de los pecados originales: no saber contenerse, serios como son, se ríen. Sólo que los tonos de antigua miniatura los absuelven y los consagran a la pintura. En esta falsificación de la página del misal, del folio amarillento, del tapiz, Oski trasciende la dimensión de la viñeta y elabora un tesoro medieval propio, su alcoba de maravillas, enloquece de colorido. Milán, 1974

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Autobiografía de Oski Escrita por CèsaR BruTo En una noche inesperada de noviembrE de 1914 enpesó a naser en buenoS aireS el famoso dibujante Oski… Pero no nos adelantemos. Primero me gustaría de aclarar que Oski no es Oski, como vulgarmente se dise, sino un sobrenombre que le pusieron cuando era chico, igual como a otros le disen el chinO, el pulgosO, el flacO o otras yerbas. Su nombre sien por sien es oscaR Conti, pero parese que siendo nenito encontró un pariente quen lugar de decirle oscaR le dijo — ¡Oski, Oski!... ”, como quien llama al perritO, y desdentonses quedó así, como pudo haber quedado estropeado de un palo o con la cabesa rota de un cascotaso, que son las otras cosas que también hasen los parientes cuando lo quieren llamar a uno. Aclarado el nonbre, ques lo primero que se presisa para no ser en la vida un muertO siviL, apenas nasió Oski sólo pensó en creser, en ir al colejiO, en educarse a fondo, en ser duénio de una colturA propia, y en venirse rico para descansar tranquilo. De todo eso, lo que más ampliamente consiguió fué la cosa de creser, lo cual no es tan fásil, porque hay muchos quenpesaron como él, desde abajo, pero por falta de costansia se cansaron de seguir creciendo y se quedaron petisos para toda la vida… ¡En fin, basta la salú! Habiendo conseguido creser a fuersa de voluntá y enerjía, el resto vino cómodamente en la vida de Oski. La aducasión, si es que la tiene, se la ganó con su mismo efuerso, no faltando nunca al colejiO, adonde por su eselente condubta, aplicación y aseO elevado consiguió sienpre el mejor bancO, el mejor librO y el mejor maestrO. Así, de un galope — salbando la distansia que pueda haber entre un ser humanO y un Yatasto, por egenplo —, Oski pasó la istrusión primaria, la istrusión segundaria, la istrusión tersiaria, ¡y quién sabe adondestaría haora si no hubiera plantado el estudio para dedicarse al dibujo, para el cual nadies presisa estudiar nada, porquel dibujo sale solo cuando uno tiene cabesa, y el que no tiene cabesa que se pegue un tiro y listo el póliO!

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Con el dibujo al honbro, Oski no se quedó sentado en el unbral de su casa esperando que pasara el cadáber de la famA, de la gloriA o de los honores. ¡Quesperansa!... El tipo agarró un día sus balijas y se fué de viage por Bolibia, por Perú, por Italia, por romA, por espániA, por barselonA, por París, por fransiA, por austriA, por… ¡He, la vacA, las cosas lindas que tiene para contarle a los nietos, si es que algún día los tiene, y si los nietos tienen el respeto descucharle con respeto! Además, hizo esposisioneS, vendió obras, colaboró en diarios y revistas de miles de paises, le dió la mano a mucha jente inportante que le presentaron, y a la final largó todo y se vino otra vez de nuevo de vuelta a largarjentinA, adondestá haora difrutando de sus haorroS y pensando la manera de pagar sus deudas. ¿De qué cómo fué que yo lo conosí a Oski? ¡Ha, esa es otra historia, como diría Kuria Ripley! Hase justamente dies ánios (10), estando un día yo buscando trabajo, un amigo vino y me dijo: —Che, César: acá te presento a un amigo que anda en la vía igual que vos, ¿por qué no agarran y se juntan los 2, así entre ambos buscan algo de comer, o se mueren de hanbre juntos ques más barato?” Dicho y hecho. Desde aquel día — julio de 1942 —, yo y Oski tiramos juntos del carro del artE, hasiendo cada cual la parte que le toca, y sin quejarse él nunca de mi escritura, ni de lamentarme yo de las morondangas que él fabrica. Y como él sienprestá de viage, o sea que yo lo veo poco, nunca tenemos tienpo para pelear, y cada vez que sencontramos nos miramos contentos como 2 hermanitos… ¡Esta es la única autobiografíA de Oski, y lo demás es plajiO!

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SerigrafĂ­a de la Vera Historia Natural de Indias (1972)

Vera Historia del Deporte. Tinta(1973)

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Vera Historia del Deporte. Tinta(1973)

Vera Historia del Deporte. TĂŠcnica mixta (1973) 50

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Sans贸n y Dalila. Tinta 52

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Receta afrodisíaca. Tinta

César Bruto. Tinta. Años 50 54

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El Rigoletto. Tinta

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Dibujo de la época de Las Tablas de Salerno. Tinta.

Descubrimiento de América. Tinta 58

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Descubrimiento de América. Tinta

Descubrimiento de América. Tinta 60

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Descubrimiento de América. Tinta

Boceto. Tinta y lápiz 62

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Dibujo para Cabro Chico. Técnica mixta (1970)

Dibujo para Cabro Chico. Técnica mixta (1970) 64

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Dibujo para Cabro Chico. Técnica mixta (1970)

Dibujo para Cabro Chico. Técnica mixta (1970) 66

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Dibujo de la ĂŠpoca de Vera Historia de Indias. Tinta (1956-57) La Maratona. Tinta

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Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975)

Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975) 70

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Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975)

Gato. Tinta 72

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Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975)

Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975) 74

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Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975)

Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975) 76

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Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975)

Comentarios a las Tablas MĂŠdicas de Salerno. Tinta (1975) 78

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Dibujo de la ĂŠpoca de Vera Historia del Deporte. Tinta (1973) 80

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Los pioneros. TĂŠcnica mixta

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Plaza Italia. Tinta. A単os 40

Organito de la tarde. Tinta (1944) 84

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Parada de tren, entre Guaqui y La Paz. Tinta(1944)

Tango “Farolito Viejo”. Tinta. Años 40 86

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Bar. Tinta(1944)

Gotán. Tinta. Años 40 88

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Perros cimarrones. Tinta. A単os 50

Monumento. Tinta. A単os 50 90

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Naipe. Serigrafía. Años 70

Naipe. Serigrafía. Años 70 92

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Vera Historia de los Inventos. Tinta (1961) Bicicleta. Tinta

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ZodĂ­aco. Leo. Tinta y letraset

ZodĂ­aco. Scorpio. Tinta y letraset 96

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Zodíaco. Cáncer. Tinta y letraset

Zodíaco. Aquarius. Tinta y letraset 98

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Pecados Capitales. La lujuria. Tinta. A単os 70.

Pecados Capitales. La ira. Tinta. A単os 70 100

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Opera La Traviata. Tinta. Años 50

Cervantes. Tinta. Años´50 102

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Pétalos íntimos. Tinta(1944)

César Bruto. Tinta. Años 40 104

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César Bruto. Tinta

César Bruto. Tinta 106

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Opera Carmen. Tinta. Años 50 Página siguiente: La Giungla. Técnica mixta 108

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Boceto para El Fantasma de Canterville. Tinta(1975)

Boceto para El Fantasma de Canterville. Tinta(1975) 110

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Ars Amandi. Tinta. A単os 70

Ars Amandi. Tinta. A単os 70 112

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Ars Amandi. Tinta. A単os 70

Ars Amandi. Tinta. A単os 70 114

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Ars Amandi. Tinta. A単os 70

Ars Amandi. Tinta. A単os 70 116

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Ars Amandi. Tinta. A単os 70

Ars Amandi. Tinta. A単os 70 118

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Ars Amandi. Tinta. A単os 70

Ars Amandi. Tinta. A単os 70 120

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Ars Amandi. Tinta. A単os 70

Ars Amandi. Tinta. A単os 70 122

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Boceto basado en San Jorge y el drag贸n de Uccello (in茅dito)


Pastel inĂŠdito

Pastel inĂŠdito 126

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Miniatura inĂŠdita. Tinta 128

Tarot. Collage. AĂąos 70.

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Afiche para muestra en Instituto General Electric. Montevideo. Serigrafía (1966)

Afiche para muestra en Galería Bonino. Buenos Aires. Serigrafía (1957)


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Afiche para muestra en GalerĂ­a Lirolay. Buenos Aires (1967)

Afiche para muestra en GalerĂ­a Lirolay. Buenos Aires( 1966)


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Afiche para muestra en GalerĂ­a Pecanins. Barcelona (1975)

Afiche para muestra en GalerĂ­a Galatea. Buenos Aires (1965)


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Afiche para muestra en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires (1985)


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Mapa de los Vinos de Italia. Afiche. Italia (1977)

Detalle del Mapa de los Vinos de Italia


Biografía de Oski (Oscar Esteban Conti)

FOTO: EDUARDO GROSSMAN 140

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1914.

Oscar Esteban Conti nace el 12 de noviembre en Buenos Aires. Hijo de Humberto Conti, escribano, y Sara Schiavi. Fue el hijo menor de 3 hermanos: Humberto (Tito), veterinario, y Sara (Chacha), ilustradora de cuentos infantiles. 1939.

Se diplomó de profesor de dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes, mientras hacía trabajos en publicidad para poder pagarse los estudios. Cursa la carrera de escenografía en la Academia Superior de Buenos Aires. Egresa en 1942 y es profesor de la Escuela Industrial de La Plata. 1942.

Realiza su primera publicación en la revista Cascabel con el seudónimo Oski. Conoce a Carlos Warnes (César Bruto) con quien realiza una dupla exitosa durante dos décadas. Publican juntos los Cuadernos de César Bruto. Publica también en Vea y Lea, Cabalgata, El Hogar, Clarín, entre otras. Conoce y convive con Hilda Onetti.

Cuadro de La Primera Fundación de Buenas Aeres (1957).

1943-1944.

Viaja con Hilda a Cuzco, Perú, donde se aboca al estudio de la arqueología y el folklore. 1944.

Aparece la revista Rico Tipo y Oski publica ahí. Realiza con César Bruto el periódico Versos y Notisias (sic), que sale los miércoles dentro de la revista. Textos delirantes, ilustrados con sus dibujos que acompañan al estilo de las fotos de los diarios: las llamadas “fotoskis”. Oski ya está bajo la influencia del rumano Saúl Steinberg en su dibujo, de quien, en 1945, Editorial Abril publicará su célebre volumen Todo en Líneas. Expone en el Ministerio del Educación en La Paz, Bolivia y en el Instituto Americano de Arte en Cuzco, Perú.

Distintos documentos del Oski viajero Portada del libro Todo en Líneas de Saúl Steinberg (1945).

Fernando Birri y León Ferrari en la filmación de La Primera Fundación de Buenos Aires (1959) 142

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1955.

1946.

Crea Amarroto su único personaje fijo de tira cómica. Lo publica en la revista Rico Tipo. Además de Amarroto, sale en forma semanal una página de chistes y la ilustración de César Bruto escrita por Warnes. 1947.

De su relación con Hilda Onetti nace en agosto su primera hija Adriana. Realiza la escenografía para La putain respectuese de Jean Paul Sartre que se representa en Santiago de Chile en el Teatro Municipal. Expone en Buenos Aires en Galerías Pacífico, Salón Concentra, en Santiago de Chile en la Sala de la Editorial del Pacífico y en Mendoza en la Galería Giménez. Allí conoce a Franca Beer. 1948.

Publica en Pobre Diablo. Se casa con Franca el 2 de junio en Montevideo y realiza con ella su primer viaje a Europa. Vive dos años en Roma, donde pinta y colabora con varias publicaciones de izquierda como L´Unitá, Paese Sera, Vie Nuove. Expone en Café Greco invitado por el Art Club, en Roma y en el Museo de Arte Moderno de Roma en una muestra colectiva. En Roma también realiza un trabajo de investigación sobre los mosaicos de la iglesia de Santa María en Trastevere. 1950.

Se separa de Franca Beer. 1951.

Segundo viaje a Europa. Viaja por Inglaterra y España. En París conoce a Ruth Varsavsky. 1952.

Publica en France- Journal. Aparece Cuadernos de César Bruto con un número especial dedicado al dibujante: Bruta antología de Oski. Se casa en México con Ruth Varsavsky. 1953.

De la relación con Ruth Varsavsky nace su hijo Diego el 4 de noviembre. Realiza la escenografía de Androcles and the Lion de Georges Bernard Shaw que se estrena en Buenos Aires en el Teatro Nuevo. 1954.

Expone en Buenos Aires en la Galería Picasso.

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Publica en El Hogar. Realiza para Laboratorios DuPont folletos médicos. Publica Medisinal Brutoski ilustrado (en colaboración con Warnes). 1956.

Realiza colaboraciones en la revista Entretelones de Santiago de Chile. 1957.

El 20 de febrero nace Pablo, el segundo hijo con Ruth Varsavsky. Expone en Buenos Aires en la Galería Bonino y en Santiago de Chile en la Galería Sol de Bronce. 1958.

Tercer viaje a Europa. Realiza colaboraciones en la revista El Pingüino y Revista Medicinal, ambas de Chile. Publica Vera historia de Indias en Compañía Fabril Editora de Buenos Aires.


1970.

1959.

1961.

1965.

Incursiona en el cine. Fernando Birri filma una película en base a una lámina de Oski realizada en 1957: La Primera Fundación de Buenos Aires. Colabora como productor y técnico León Ferrari que, en su calidad de ingeniero, construyó un mecanismo para mover la cámara. Oski también participa como guionista de otra película: El Negoción, de Simón Feldman. Expone óleos en Santiago de Chile en la Casa Central de la Universidad de Chile. Publica en Ultimas Noticias de Chile. Realiza un Vademecum con César Bruto en Chile.

Expone en México DF en el Palacio de Bellas Artes y en Galería Paul Groussac y Galería Van Riel, ambas en Buenos Aires. Vera historia de los inventos, en Buenos Aires. Libro de Amarroto, en Chile.

Cuarto viaje a Europa. Expone en Galería Galatea de Buenos Aires. Realiza colaboraciones en La Gaceta.

1960.

Realiza una exposición en la Galería Bonino de Buenos Aires. Decide viajar y vivir durante un tiempo en Cuba inmediatamente después de la Revolución. También en Caracas (invitado por la revista El gallo pelón en octubre de 1960) y en México. Expone en Caracas en la Sala de exposiciones de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central y en la Sala de Arte de la Imprenta Nacional en La Habana en diciembre.

1966.

Expone en Galería Van Riel y Galería Galatea, en Buenos Aires.

Expone en Galería Lirolay de Buenos Aires en agosto y en Montevideo en el Instituto General Electric en octubre. Publica un calendario con la historia de la aviación para Lan/Chile.

1963.

1967.

Editorial Eudeba publica Fausto, de Estanislao del Campo con ilustraciones de Oski. Expone en Santiago de Chile en la Sala Decor.

En abril expone en el Museo de Arte Moderno de Colombia y en agosto en la Galería Lirolay de Buenos Aires. También en Caracas en la Galería Universitaria de Arte y en la Galería Asterico de La Plata. Realiza colaboraciones en el diario La Segunda de Chile.

1962.

1964.

Expone en Galería Delia en Mendoza y en Galería Galatea en Buenos Aires. Realiza colaboraciones en la revista Panorama de Buenos Aires y en la revista Monitor de Roma.

1968.

Editorial Fabril de Buenos Aires publica Vera Historia de Indias. Expone en Caracas en la Galería Universitaria de Arte. 1969.

Expone en Buenos Aires en la Galería Lirolay.

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Viaja a Chile después de la asunción del gobierno de la Unidad Popular y vive y trabaja en Santiago. Trabaja para la televisión y publica en la revista Cabro Chico. Participa como uno de los ilustradores de El Quillet de los Niños, Buenos Aires. 1971.

Realiza la escenografía para Il soldado Bombolone, obra infantil en Roma. Colabora en la revista Legislación Argentina. 1972.

Realiza en Santiago de Chile, con textos de Miguel Rojas Mix, quien era el director de la Editorial Andres Bello, una serie de grandes dibujos sobre la Vera Historia Natural de Indias, reproducidos luego como serigrafías. Regresa a la Argentina. Publica en Satiricón los Brutos Consejos para GobernanteS donde nuevamente trabaja junto con César Bruto. Expone en Buenos Aires en el Museo Nacional de Bellas Artes junto con Sábat. Colabora con sus dibujos en el documental Pulpomomios a la chilena, un cortometraje animado auspiciado por el Banco Central de la Nación de Chile.


1973.

1976.

Se publica en Argentina Vera Historia del Deporte. Expone en Buenos Aires en la Galería Carmen Waugh. Realiza colaboraciones en el diario Clarín. También publica en la revista Satiricón, Billiken y revista El Globo de España.

Vive en Roma. Editorial Lumen publica Ars Amandi. Publica Oskis Buch der klugen Kinder en Editorial Insel de Frankfurt. 1978 y 1979.

Publica en el primer número de la revista Mengano. Editorial Planeta de España publica Oski en su tinta. En diciembre realiza en Milán una exposición de miniaturas con prólogo de Umberto Eco en el catálogo. Publica Oski por Oski en Editorial Apuntes de La Línea, Buenos Aires.

Trabaja junto con Carlos Sampayo en diferentes proyectos. Una historieta para chicos: Aventuras de Félix, amigo de los animales y predicciones astrológicas en broma: Horóscopo Sampayoski. Realiza varias publicaciones en la revista Il Male y en Linus. Publica en Italia Vera Historia de Indias y Ars Amandi en España

1975.

1979.

Quinto viaje a Europa. Vive en Barcelona y trabaja para Editoral Lumen. En esa editorial publica la Vera Historia de Indias. También ilustra y publica El fantasma de Canterville de Oscar Wilde. Por encargo de Laboratorio Serono realiza las ilustraciones de Los Comentarios a las Tablas Médicas de Salerno. Publica en el Almanacco Linus de Italia. Realiza exposiciones en Milán, Barcelona y Florencia. Colabora en la revista El ciudadano de Madrid e Il Racconto de Italia.

Regresa a la Argentina. Participa de la Bienal del Humor y la Historieta en la provincia de Córdoba. Expone en Buenos Aires en la Sociedad de Distribuidores de Diarios, Revistas y Afines. Publica en Humor Registrado. Aparece su último reportaje en la revista Medios y Comunicación. Muere el 30 de octubre internado en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires. Su pareja de ese entonces era la chilena Carmen Correa.

1974.

Publicaciones póstumas:

Exposiciones póstumas:

-El ABC de Oski (1983. Nueva Imagen. México) -El libro de la sabiduría de Oski (1986. Puntosur. Buenos Aires) -Maestroski (1989. Hyspamérica) -El fantasma de Canterville (1991) -El descubrimiento de América (1992. Catari) -Vera Historia de Indias (1996. Colihue) -Comentarios a las Tablas Médicas de Salerno (1999. Colihue) -En el diario Pagina/12: Vera Historia del Deporte (2004), Medisinal Brutoski (2007), Brutos consejos para gobernanteS (2007), Vera Historia de Indias (1998) -Fausto (2013. EUDEBA)

1980. Homenaje. Museo de Artes visuales de Quilmes. 1985. Homenaje. Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires. 2013. Oski, un monje enloquecido. Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires.

Oski en la pluma y pincel de Guillermo Divito (años 40)

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Doble pรกgina central y pรกgina de despedida al colaborador Oski, en la publicaciรณn Il Male, de Italia, con motivo de la muerte del dibujante (Noviembre de 1979). 150

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1 Oski en Roma con su perro Fufi/2 Oski con César Bruto/3 Oski en una muestra/4 Oski en Lucca, Italia, con Quino, Mordillo, Alberto Breccia, Carlos Sampayo y José Muñóz, entre otros/5 Oski con escultura/6 y 7 Oski, escenógrafo de Andrócles y el León.

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8 Oski con César Bruto en un aeropuerto/9 Oski, sobremesa con sombrero/10 Oski con César Bruto en la Sociedad de Distribuidores de Diarios y Revistas de la Argentina (SDDRA) en 1979/11 Oski con su hija Adriana/12 Oski con su hijo Diego/13 Oski con su hijo Pablo.


MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES

Dirección Ejecutiva Marcela Cardillo

Relaciones Institucionales Ana Ruvira, Soledad Obeid

Dirección Artística María Inés Stefanolo

Área de Educación Mabel Mayol, Susana García, Marcela Reich, Silvana Varela, Marina Bertonassi, Alejandro Benard, Gisela Witten, Pablo Hofman

Delegación Administrativa y Jurídica Carlos Valenzuela Investigación María Florencia Galesio, Patricia V. Corsani, Paola Melgarejo, Ana Giese, Pablo De Monte, Lucía Acosta Documentación y Registro Paula Casajús, María Rosa Espinosa, Cecilia García, Ana Bertollo, Florencia Vallarino, Victoria Gaeta Gestión de Colecciones Mercedes de las Carreras, Raúl Alesón, Antonio Facchini, Jimena Velasco, Natalia Novaro, Silvia Rivara, Darío Aguilar, Viviana D´Osvaldo, Carolina Bordón Museografía Valeria Keller, Mariana Rodríguez Pedro Osorio, Gastón Arismendi Museografía Silvina Echave Francisco Amatriain, Leonardo Teruggi, Fabián Belmonte, Alberto Álvarez, Carlos Cortés, Daniel Galán Prensa y Comunicación Martín Reydó, Eleonora Waldmann, Trinidad Massone, Esteban Benhabib, Rodrigo Dacomo Diseño Gráfico Susana Prieto Candela Gomez

Biblioteca Alejandra Grinberg, Agustina Grinberg, Lucía Ivorra, Marcelino Medina, Carolina Moreno, Cristina Maza Área de Fotografía Miguel Bustos, Gustavo Cantoni, Matías Iesari, Oscar Ramírez Sistemas y Tecnología Documental Walter D. Pirola, Damián Rial Asistencia de Dirección Ejecutiva Samira Raed, Augusto Macchi, Elena Sanchez, Viviana Scarcella, Rosario Martin, Mariana Folchi, Mónica Gali Asistente de Dirección Artística Alejandra Hunter Delegación Administrativa y Jurídica Natalia Chagra, María Florencia Martínez, Silvana Sara, María Biaiñ, Mariano Barrientos, Gabino Oliva Asuntos Legales Mariano D´Andrea Departamento Administrativo. Recursos Humanos Graciela Otero, David García, Amalia Nigro, Horacio Eizayaga Área de supervisión y seguridad Omar Guateck, Karina Mansilla Guardianes de sala Informes Guardarropas

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