Agradecimientos especiales Carmenchu Brusiloff Edda Grullón Santiago Duval Pierre Denis Hilcia Ferrúa Guillermo Aristy Dirección Nacional de Patrimonio Monumental
José Rafael Lantigua Ministro de Cultura
Planos Guillermo Aristy
Lourdes Camilo de Cuello Viceministra de Patrimonio Cultural
Corrección de Estilo Lourdes Camilo de Cuello Nerva Fondeur
Alexander Santana Delgado Viceministro Administrativo
Diseño y arte final Marcos Cabrera Díaz
Coordinación General Lourdes Camilo de Cuello Nerva Fondeur
Editora El Taller® Impresión
Textos María Ugarte Carmenchu Brusiloff Fotografías Santiago Duval Bonilla Pamela Hernández Fausto Ortiz Manuel de Jesús Reyes
Santo Domingo, República Dominicana © 2012
Ana María Conde Welinton Mateo Dirección General de Museos Altabeira Polanco Museo Alcázar de Colón Ana Yee de Cury Museo de las Casas Reales Nancy Handall de Mejía Manuel Cámpora Soledad Terc de García Museo Infantil Trampolín
Esteban Prieto Vicioso Arquidiócesis de Santo Domingo P. José Hernando Hernando, O. P. Convento de los Dominicos Jean Le Priellet Meicy Díaz de Garrido Hotel Mgallery Nicolás de Ovando u Hostal Nicolás de Ovando Ayuntamiento del Distrito Nacional Logia Cuna de América Escuela Taller de Santo Domingo “Ing. José Ramón Baéz López-Penha” Ministerio de Trabajo Hospital Padre Billini
D
ocumentos históricos fechan la fundación de Santo Domingo el día 5 de agosto de 1502. Era la quinta de las primitivas poblaciones españolas de la isla: La Isabela, Santiago, la Concepción de La Vega y Bonao la habían precedido. Pero de aquellos antiguos asentamientos apenas quedan vestigios que revelen las características de su conformación urbana original. En Santo Domingo el tejido de la ciudad intramuros es el mismo elaborado por aquel emprendedor gobernante frey Nicolás de Ovando, quien hizo trazar “con regla y compás y a una medida, las calles todas”. Pronto fue ennoblecida con escudo concedido por el poder real y la villa se convirtió en ciudad, marcando en esta forma su importancia creciente dentro de los amplios territorios de la Corona de España. Santo Domingo, donde “todas las cosas son primadas”, fue también el punto de partida desde el cual salieron los avezados soldados españoles a descubrir y conquistar América. Su traza y edificaciones del siglo XVI han llegado hasta nosotros como un conjunto monumental histórico único dentro del ámbito continental.
Caminamos aún por las mismas calles que recorrían los conquistadores; oramos en los mismos templos que levantaron las órdenes religiosas llegadas junto a soldados y pobladores. Utilizamos como viviendas o negocios las mismas casas de elevados techos y espesos muros que por su lujo y suntuosidad provocaron elogios de viajeros y cronistas.
Muy pocos son los monumentos de estilo puro y de rasgos definidos encasillables en una determinada corriente arquitectónica: gótica, mudéjar, renacentista o plateresco. Las influencias se sucedían y se intercalaban donde es posible observar, en construcciones como la Catedral de Santo Domingo, a un interior gótico con una fachada netamente plateresca. Ejemplo que se repite en la mayoría de los monumentos donde lo medieval convive con lo renacentista, cuando un arco morisco puede abrirse en una fachada de líneas clásicas. La supervivencia del gótico en Santo Domingo, cuando en la metrópoli está sustituido por elementos renacentistas, es el resultado de una larga y profunda tradición de quienes traían a estas nuevas tierras las formas de vida de viejas raíces medievales.
Nicolás de Ovando
Las edificaciones de la antigua urbe responden a las características del llamado estilo Isabelino, un repertorio de molduras góticas que se combinan con elementos netamente mudéjares. La decadencia de la ciudad, luego de sus años de auge económico, político y cultural en el que se levantaron grandes templos y se edificaron suntuosas residencias, permitió la conservación de sus viejas construcciones a través de los siglos. Sin recursos para demoler lo existente y menos aún para edificar de nuevo, se aprovechaban las estructuras levantadas, dividiéndolas, anexándoles nuevos cuerpos, desfigurándolas pero sin destruirlas. Con el proceso de restauración de tiempos recientes se derribaron muros modernos y se levantaron capas de revoque para encontrar un arco, un pórtico, una puerta de piedra, una moldura original o una pilastra de excepcional belleza. El casco colonial recobró, en cierto modo, su aspecto de antaño. Así, recorrer sus calles y sus plazas, visitar sus edificaciones modestas o extraordinarias, sus templos y sus ruinas, resulta una experiencia en la que el espíritu recrea una etapa cuando Santo Domingo, Ciudad Primada, desempeñó un papel preponderante, glorioso y sorprendente.
Juan Ponce de León
En las soleadas arterias de la ciudad intramuros contemplaremos la primera fortaleza de América, el primer hospital del Nuevo Mundo, la primera Universidad, las ruinas del primer monasterio, la recia y bien conservada Catedral Primada, el palacio de la primera audiencia y el primer alcázar virreinal. Aquí residieron humanistas como el arzobispo Alejandro Geraldini; cronistas destacados como Gonzalo Fernández de Oviedo y Bartolomé de las Casas; predicadores como Fray Antonio de Montesino; conquistadores de la talla de Hernán Cortés, Diego Velázquez, Juan Ponce de León y Alonso de Ojeda. Durante varios años, en una humilde celda del convento de Las Mercedes vivió Gabriel Téllez, el gran escritor español cuyo nombre de pluma fue Tirso de Molina. Grandeza y decadencia; esplendor y miseria; todo ello se plasma y se revive en las viejas piedras de la ciudad de Santo Domingo que están ahí como testimonio, prueba, recuerdo y enseñanza. María Ugarte
Tirso De Molina
Parque Colón:
eje de cinco rutas en la Ciudad Colonial El Parque Colón es el eje desde el cual parten varias rutas para acceder a pie a los más importantes monumentos de la ciudad. Trazamos los recorridos de manera que puedas ir apreciando los puntos turístico-culturales de acuerdo a tu tiempo: pueden caminarse independientemente o de manera contínua como las 1, 2 y 3 ó las 4 y 5.
1ra. RUTA - Desde el parque Colón hasta la casa de Hernán Cortés 1. Parque Colón 2. Palacio de Borgellá 3. Catedral Primada de América 4. Casa del Sacramento 5. Fortaleza de Santo Domingo 6. Calle Las Damas 7. Casa de Hernán Cortés
Parque Colón
Palacio de Bogellá
Has llegado la más emblemática plaza de la capital con una extensión de 4,500 mt2. A principios del siglo XVI fue conocida como Plaza Mayor o Plaza de Armas. En su centro, sobre un pedestal de granito, está la estatua en bronce de Cristóbal Colón. Obra de fines del siglo XIX del francés Ernest Guilbert, proyecta el encuentro entre dos culturas, la europea y la indígena en la figura de una aborigen a los pies del Almirante, quien apunta hacia el Oeste, rumbo de su descubrimiento.
En la calle Isabel la Católica, verás al lado oriental del Parque Colón la fachada con doble galería del Palacio de Borgellá. Lleva el nombre del gobernador que lo hizo remodelar durante la dominación haitiana (1822-1844) demoliendo una casa del siglo XVI. Durante la anexión a España (1861-1865) fue asiento de la Real Audiencia; en 1875 Casa de Gobierno; y en 1942, sede del Senado de la República.
Al atardecer este parque cobra un animado colorido: acuden moradores y turistas de diferentes edades, unos sentados bajo los árboles conversan o se entretienen con juegos de mesa; otros departen amigablemente en los cafés al aire libre de la calle peatonal El Conde.
El edificio a su lado, con frontis triangular, es la Real Cárcel. En los años de la Ocupación Militar Haitiana fue conocido como El Coliseo donde se presentaban obras de teatro con espíritu separatista, interpretadas por miembros de la Sociedad La Filantrópica y dirigidas por nuestro prócer Juan Pablo Duarte. Es, en la actualidad, Museo de la Catedral donde se presentan la historia y el tesoro artístico de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
“Cerca de la Puerta del Perdón, el campanero que acudía en los primeros albores para dar los toques del Ave María encontró a un hombre que yacía con rigidez cadavérica. Al terminar la Misa, un canónigo decretó “Non respirat”. Transcurridas varias horas, a las 5:00 de la tarde, el alcalde se acercó a ver si se daba sepultura al hombre. Por enterrar el ataúd, la Cofradía de los Dolores ofreció al sepulturero veinticinco maravedíes. Siendo ya la hora del toque de oración del Angelus vespertino, su entierro fue dejado para el día siguiente. Mas, asomando las luces, el cura semanero de la Catedral escuchó una voz que decía: ‘Yo no estoy muerto.
Catedral Primada de América Al sur del Parque Colón se levanta el principal monumento colonial de la ciudad: la Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación, Primada de América. Es una edificación maciza que asemeja una regresión al románico respondiendo a la necesidad de resistir huracanes y terremotos. Sus dos portadas laterales, las más antiguas, y su interior. son de estilo gótico tardío. Su primera piedra fue colocada por el obispo Alessandro Geraldini el 25 de marzo de 1521, habiéndose terminado en 1540. La entrada norte, la del Parque Colón, presenta tres arcos superpuestos de estilo gótico isabelino, el primero de los cuales está coronado por el escudo de la Catedral: un jarrón de azucenas. Al construirse un anexo éste portal gótico quedó al fondo de la fachada de estilo herreriano. En su interior se aprecia la siguiente inscripción: “Acabóse esta iglesia hasta esta puerta a XXI de noviembre de
quinientos e XXVII años estando vacante la sede siendo provisor el muy reverendo Don Rodrigo de Bastidas el cual puso la postrera piedra”. Encamínate hacia la calle Arz. Meriño, al oeste, por el sendero central del Parque, vuelve la mirada hacia la bóveda del templo donde hay un proyectil incrustado el cual fue lanzado sobre la ciudad por las tropas españolas que, junto a las dominicanas, luchaban para reconquistar la ciudad de Santo Domingo ocupada por los ejércitos franceses en 1809. Ha permanecido allí por siglos; para muchos fue un hecho milagroso. Bajando la calle llegas a la Puerta Mayor, puerta principal del templo. Tiene ornamentación renacentista de estilo plateresco en cuyo friso aparecen centauros, grifos, un busto de mujer y otras imágenes llamativas: sobre su dintel está el águila bicéfala de la casa de Austria, escudo imperial de
Tú no puedes enterrarme. Que me suelte le digo’. Y el sepulturero aducía: ‘Que yo no sé si estaba vivo y se hace el muerto, o está muerto y se hace el vivo, pero yo lo entierro. Yo no pierdo mis maravedíes. Anoche lo dejé muerto acostado y ahora después que abrí el hoyo se sentó y pretende que está vivo’. El cura convenció al sepulturero de que el hombre estaba vivo. Había posiblemente sufrido un ataque de catalepsia”
cuenta del doble sentido, los magistrados llevaron a Llerena escoltado por alguaciles hasta el puerto y lo embarcaron a Nueva Granada; al día siguiente los funcionarios eclesiásticos excomulgaron a su vez estos alguaciles. A la derecha, al sur, apreciarás el campanario de ladrillo: quedó trunco para evitar que su altura superara la Torre del Homenaje de la Fortaleza de Santo domingo.
Carlos V, Rey de España y Emperador de Alemania. Más arriba los vitrales con figuras de formas audaces son del siglo XX, obras del artista dominicano José Rincón Mora: se aprecian mejor desde el interior. El atrio de la catedral sirvió de mercado público durante la dominación haitiana. Fue también, durante unas festividades de Corpus-Cristi, escenario de un entremés satírico interpretado por ocho jóvenes universitarios bajo la dirección del maestro y canónigo Cristóbal de Llerena. El argumento inducía a unirse contra el Gobernador Presidente y sus oidores por las injusticias que provocaban. Al darse 6
En el portal sur, el más antiguo, notarás una inscripción que testimonia la iniciativa del obispo Alessandro Geraldini de colocar la primera piedra del templo. Su pórtico da acceso a la ‘Plazoleta de los Curas’ donde en un tiempo residieron los canónigos. Contó además con una zona de cementerio, provocando situaciones anecdóticas aunque con visos de realidad. Una de ellas la relata el ex Presidente de la República Don Manuel de Jesús Troncoso de la Concha (1938-40).
Altar del Ave María
A mediados del siglo XVIII cuando en este casón moraban don Luis Garay y su esposa doña Librada, un domingo por la tarde, Cuquito, un orangután de su propiedad, tomó en sus brazos al niño menor de la familia que estaba dormido y subió con él hasta la azotea de la casa, meciéndolo con un gesto de estar dispuesto a lanzarlo. La señora estaba en la iglesia, y al ser avisada le ofreció al Santísimo Sacramento donarle la casa si salvaba al hijo. La gente se fue agolpando y repetía en oración “Óyela, Señor”. Felizmente Cuquito bajó y colocó nuevamente en la cuna al pequeñín.
Casa del Sacramento Sal de la Plazoleta o rodea la catedral por su lado este y detente un poco más al sur. Tienes al frente la Casa del Sacramento, de fachada neo-plateresca, a partir de la remodelación a la que fue sometida durante el siglo XX. Se supone la fecha de construcción en la primera mitad del siglo XVI.
Recinto de la Fortaleza de Santo Domingo Camina por esta antigua calle de “Los Nichos”, hoy conocida como “Pellerano Alfau” en honor al creador del Listín Diario, el periódico más antiguo del país fundado en 1889. Al final llegas a la más antigua arteria de Santo Domingo: calle “Las Damas”, así nombrada porque en sus casas vivieron las mujeres de la corte de la virreina María de Toledo. Del otro lado se levanta la Fortaleza de Santo Domingo, primer edificio militar de la colonia y eje de la conquista de
América. Su portal en piedra es de la época de Carlos III, de estilo neoclásico con varios elementos barrocos: es la última intervención arquitectónica de la colonia española. En la fachada interna tiene una arquería de tres luces con arcos rebajados en ladrillo. En el centro de este conjunto imponente, con sus 18 metros y medio de altura máxima, se encuentra la severa Fortaleza de Santo Domingo, erigida en el siglo XVI. Entre sus dependencias cuenta con un anexo en forma de martillo de dos plantas destinado a la casa del alcalde, un aljibe en ladrillo y el primitivo polvorín. A la torre se la nombra “del Homenaje” porque en ella se celebraban las investiduras de vasallos del rey en una ceremonia medieval llamada con el mismo nombre. Así tenemos en una vista la primera y última construcción militar española del continente.
Calle Las Damas Hacia el norte, a la izquierda, se encuentra la Casa de Rodrigo de Bastidas, quien en 1512 fue alcalde ordinario de la ciudad y también almojarife mayor. Su portal está coronado por una imagen en piedra de Santa Bárbara. La casa de estilo arquitectónico neoclásico del siglo XVIII fue convertida en cuartel de milicias, sufriendo varias transformaciones. En la actualidad está ocupada por el Museo Infantil Trampolín. La calle recibió varios nombres: Capitanía General de la Fuerza (Fortaleza), del Gobierno, del Palacio, de los Jesuitas, del Cuartel, del Arsenal, del Reloj, del Hospital, de la Gobernación, del Correo y de la Corte. Al otro lado de la Casa de Bastidas se aprecia una restaurada vivienda con detalles renacentistas: representa la típica casa de familia acomodada de la burguesía del primer cuarto del siglo XVI. A principios del siglo XX alojó un cuartel de Policía. Hoy en ella opera la Sociedad Dominicana de Bibliófilos.
Encamina tus pasos hacia la esquina siguiente, de nuevo a la calle El Conde. A mano izquierda estarás junto a una casa del siglo XVI con un hermoso patio sede de la Academia de Ciencias. A mano derecha estuvo la sede de la Universidad Autónoma de Santo Domingo – UASD ‑. En frente funcionó por largos años el periódico El Caribe, hasta su traslado a un edificio moderno.
Casa de Hernán Cortés En la esquina noroeste llama la atención una imponente casa de comienzos del siglo XVI con grandes vanos para puertas y una preciosa ventana gótica con arco conopial. Se dice que es uno de los quince primeros edificios que Ovando ordenó construir en el continente americano en 1504 y que en ella Hernán Cortés organizó la expedición para la conquista de México. Reconstruida en la década del 70, aloja hoy día la Embajada de Francia. Puedes refrescarte a la sombra de un café de la calle El Conde, o seguir adelante.
2da. RUTA - Desde el Parque
Colón hasta el Alcázar por la calle Las Damas 1. Casa de Ovando 2. Casa de los Dávila y Capilla de Los Remedios 3. Plaza María de Toledo 4. Panteón de la Patria 5. Casa de los Jesuitas 6. Casa de las Gárgolas 7. Museo de las Casas Reales 8. Reloj de Sol 9. Plaza de España 10. Alcázar de Colón.
Casa de Ovando Empezamos delante de la casa número 11 de la calle Las Damas. Aquí vivió el segundo gobernador de la Española, Nicolás de Ovando. Su fachada y portal de piedra son de estilo gótico-isabelino, único en el Nuevo Mundo y considerado una joya de interés universal. Fue también conocida como “Casa de los Cañones”. Forma parte de un conjunto de edificaciones donde opera un hotel. En su vestíbulo se expone una pintura del gobernador.
Plaza María de Toledo En la acera opuesta y regresando un poco hacia el Sur, llegas a la encantadora Plaza María de Toledo, así llamada por la esposa de Diego Colón. Fue creada en la década de 1970 para destacar el aspecto arquitectónico del monumento que le sigue; incluye dos arcos que pertenecían a una de las casas que se demolieron.
Casa de los Dávila y Capilla de Los Remedios El edificio siguiente está integrado al mismo complejo hotelero: es la Casa de los Dávila. Es única en la ciudad porque contaba con su propio bastión militar El Invencible, visible desde el puerto, y capilla familiar conocida como la capilla de Los Remedios. De mediados del siglo XVI, la constituye una sola nave cubierta por bóveda de medio cañón levantada casi completamente en ladrillos. Es considerada la más acogedora capilla de la ciudad.
Panteón de la Patria Antes de su restauración de 1950 y consagrada como Panteón de la Patria, esta iglesia tuvo varios usos. Construida por los jesuitas entre 1714 y 1740, tiene una apariencia medieval con un toque barroco por sus cornisas unidas. Presenta forma de cruz latina con nave central y capillas laterales. Allí reposan los restos de próceres dominicanos.
En la cúpula de la intersección cuelga una gigantesca lámpara de cobre, regalo del dictador español, Francisco Franco, al dictador de la República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo. En la bóveda de la capilla mayor Rafael Pellicer pintó el Apocalipsis en 1958. En el templo se alojó también el seminario de San Fernando. Luego de haber sido expulsada la orden de los Jesuitas del país en 1767, fue almacén de tabaco, teatro en tiempos de la Independencia y oficinas públicas.
Casa de los Jesuitas
Relatos del ayer contaban que en las horas nocturnas las ánimas de los jesuitas abrían y cerraban puertas y empujaban muebles.
Al lado del Panteón Nacional, a la esquina con la calle Las Mercedes, se encuentra una de las más antiguas casas de la ciudad de Santo Domingo: la Casa de los Jesuitas. Construida en el siglo XVI, perteneció a la orden de los Jesuitas desde 1711 y en sus locales funcionó la antigua Universidad de Gorjón.
Casa de las Gárgolas A tu izquierda sigue la calle “Mercedes”, antes llamada “del Truco”. El edificio siguiente es la llamada “Casa de las Gárgolas” con sus artísticos desagües de techo en formas de animales mitológicos. Conforme a las creencias medievales servían para ahuyentar los malos espíritus. La construcción contigua es la Casa de Juan de Villoria, de principios del siglo XVI: posee un ameno portal y ventanas exteriores de piedra.
Hoy día está ocupado por el Museo de la Casas Reales: exhibe artefactos desde la llegada de los primeros españoles a la isla hasta la emancipación en 1821, proclamada por José Núñez de Cáceres.
Museo de las Casas Reales
Reloj del Sol
Dirige tu mirada hacia el edificio de enfrente: es el conjunto de “Las Casas Reales”. Bordea el complejo y encontrarás la portada principal, labrada en piedra con estilo entre el gótico tardío y el plateresco. El escudo que adorna la fachada, reconstituido durante la restauración de los años 1970, es el único que existe en el mundo de la reina Juana La Loca, en cuyo mandato se fundó la Real Audiencia, que operaba en el edificio de la esquina.
Estás en una amplia explanada que da continuación a la calle Las Damas. Observa el Reloj de Sol, colocado en 1753 con la inclinación requerida para que desde la Sala del Real Acuerdo, en las Casas Reales, los oidores pudieran advertir la hora.
Las ventanas son de estilo renacentista con ornamentaciones de toque plateresco e inspiraciones mudéjares. Durante las renovaciones se integraron el Palacio de los Gobernadores y Capitanes Generales y el Palacio de la Audiencia.
Desde aquí se divisa, en la otra ribera del Ozama, la pequeña capilla del Rosario. Es erróneamente considerada la primera iglesia de la ciudad, aunque sí la primera que veían los navegantes de las flotas españolas luego de su larga travesía. Hay constancia de que en 1544 ofició misa el fraile Bartolomé de las Casas.
Alcázar de Colón El Alcázar fue levantado en el segundo decenio del siglo XVI. Sufrió varias intervenciones, siendo la última en la década del 70. En su género se tiene por único en América.
Plaza de España Encamina tus pasos a través esta gran plaza despejada: es la Plaza de España donde en ciertas ocasiones se ofrecen espectáculos multitudinarios.
Don Diego Colón
Fue creada en los años 1970 sobre el camino que baja a la Puerta de San Diego. Al fondo apreciarás, en todo su esplendor, un edificio hecho principalmente de piedra coralina, con doble galería o “loggia” con arcos de medio punto en la planta baja y rebajados en la alta, cuya entrada principal es de estilo gótico tardío. Se trata del Alcázar de Don Diego Colón, primer virrey de las Indias y tercer gobernador de La Española, hijo de Cristóbal Colón, descubridor de América,
Se dice que en el Alcázar fueron celebradas las bodas del cacique Enriquillo con Mencía. Luego fue cuartel general de las tropas enviadas por Carlos VI en 1533 para sofocar la rebelión del citado cacique. En ella fallecieron el Adelantado don Bartolomé Colón, hermano del descubridor y doña María de Toledo, esposa del virrey. A su derecha, en estilo platerescorenacentista, la Puerta de San Diego, antes conocida por “Puerta de la Mar”, es la única ornamentada en la ciudad. En su lado oeste hay dos nichos muy pequeños, mientras hacia el río muestra columnas elípticas con detalles renacentistas.
En los bares y restaurantes de la Plaza de España encontrarás una gran variedad de comida internacional y criolla donde podrás tomar refrigerio, o seguir adelante.
3ra. RUTA - Desde el entorno del Alcázar hasta el Parque Colón.
1. Entorno del Alcázar 2. Reales Atarazanas 3. Las Alcantarillas Coloniales 4. Centro Cultural de las Telecomunicaciones 5. Casa del Cordón 6. Casa de Juan Pablo Duarte 7. Iglesia de Santa Bárbara 8. Ermita de San Antón 9. Ruinas de la iglesia y monasterio de San Francisco 10. Casa de la Moneda o de los Medallones
En el entorno del Alcázar Hacia el lado noroeste del Alcázar hay una calle cuesta abajo con un encantador ambiente de casas coloniales restauradas: se llama “de la Atarazana” por ser la ruta que conducía hasta las Reales Atarazanas. En la casa número 2 estuvo una ferretería, la del progenitor de Juan Pablo Duarte, Padre de la Patria.
Junto a puerta en la muralla residió un dentista chino que calmaba los dolores incrustando agujas en el cuerpo, en una época en que la acupuntura no se conocía en el país. De aquí nace la popular frase dominicana “No lo salva ni el médico chino” para indicar que un enfermo no tiene esperanzas de curación.
Centro Cultural de las Telecomunicaciones
Reales Atarazanas Frente a la puerta se levanta el único edificio de las Reales Atarazanas que hay en América: una impresionante construcción de ladrillo y columnas de piedra que data del siglo XVI. Fue utilizada como aduana y centro de subastas.
Las Alcantarillas Coloniales En la calle Isabel la Católica esquina calle Restauración está la entrada a las alcantarillas cuyo primer tramo se construyó en 1502, cuando se inicia el traslado de Santo Domingo a la margen occidental del río Ozama.
En la no. 7 “de la Atarazana” encontrarás la tienda Manos Dominicanas, artesanía de excelencia, donde podrás conseguir las más bellas piezas de ambar y larimar. Al frente, la librería del Ministerio de Cultura, donde podrás adquirir obras literarias dominicanas.
Al lado oeste de la Plaza de España, en el edificio moderno de la otrora oficina central del Instituto Postal Dominicano, se encuentra el Centro Cultural de las Telecomunicaciones, su museo y mediateca. La institución presenta de forma interactiva, la historia e importancia de las telecomunicaciones para el desarrollo del país.
Casa del Cordón
Más arriba, en la calle “Isabel la Católica” esquina con “Emiliano Tejera”, encontrarás la Casa del Cordón. Se dice que fue la primera de la ciudad construida en piedra. Su preciosa portada con un arco rebajado y festones de perlas, propios de la época de los Reyes Católicos, está enmarcada por el cordón de San Francisco. En esta vivienda, para pagar el rescate exigido por el pirata Sir Francis Drake, quien saqueó la ciudad en 1586, fue puesta la balanza en la cual pesaron los valores aportados por las mujeres que iban vestidas de luto como señal de duelo al desprenderse de sus joyas.
Casa de Juan Pablo Duarte Sigue por la “Isabel la Católica” y encontrarás la casa número 308 donde nació el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte donde se aloja el museo que le es dedicado. En esta residencia fue bordada la primera bandera dominicana izada el 27 de febrero de 1844. En su jardín se cultivaba el jazmín de malabar, o la Filoria y los trinitarios – los tres primeros patriotas del movimiento independentista- la adoptaron como insignia. Si es de tu interés, allí puedes preguntar por el itinerario de la Ruta de la Independencia.
Iglesia de Santa Bárbara Al final de la calle encontrarás la común asociación de estructuras c de una ciudad amurallada que consiste en un reducto militar y su templo inmediato: aquí, bastión e iglesia de Santa Bárbara. La pequeña iglesia muestra dos torres desiguales hechas en piedra y una triple arquería de ladrillo. Posee elementos góticos tardíos y detalles barrocos, mientras su presbiterio es dieciochesco. En este templo fue bautizado Juan Pablo Duarte.
Ermita de San Antón Sigue bordeando el lienzo norte de la muralla y llegarás hasta el siguiente conjunto, el de San Antón con su reconstruida ermita incendiada por el pirata Drake en el siglo XVI y su posterior fuerte, aún por explorar. La plaza escalonada y flanqueada de casas dominicanas típicas lleva el nombre del complejo religioso-militar de San Antón.
de una sola nave abovedada, ceñida de oratorios laterales
Ruinas de la iglesia y el monasterio de San Francisco Frente a la Plaza de San Antón verás unas estructuras imponentes; rodéalas y a la vuelta encontrarás un inmenso portón justo frente a la calle “Hostos” esquina “Emiliano Tejera”. Puedes contemplar uno de los más seductores ambientes de la Ciudad Primada de América: las ruinas de la iglesia y monasterio de San Francisco. Puedes observar dos fachadas que forman un ángulo recto. Al oeste, a la izquierda, es el portal del siglo XVI del convento que destaca un grueso cordón franciscano retorcido; y sobre el alfiz está el busto del Padre Billini, fundador de un manicomio que funcionó en este edificio a principios del siglo XX. De frente, la entrada de la iglesia, con líneas clásicas, da paso hacia las sobrecogedoras ruinas del grandioso templo de estilo isabelino,
En este monasterio y bajo la tutela de los frailes franciscanos se educó el cacique Guarocuya, aquí bautizado con el nombre de Enriquillo.
También desde esta altura se construyó el acueducto de Santo Domingo, con un pozo que se conectó a una tubería de cerámica que llevaba a distintas fuentes públicas de la ciudad.
Su historia de construcciones y destrucciones, tanto por causas naturales como por vandalismo, empieza con el arribo de la orden franciscana a la isla en 1502: las primeras capilla y vivienda levantadas por los frailes eran de paja. Posteriormente, con muros de piedra y techo de madera, es Francisco de Garay quien asume los costos de su capilla mayor. La edificación de la nueva iglesia con bóveda queda a cargo de Rodrigo de Liendo, pero en 1586 la destruye el pirata Francis Drake antes de que pudiera ser cubierta. La obra fue continuada por los franciscanos hasta el siglo XVII, cuando finalmente adquiere una bóveda de piedra. Las ruinas que hoy vemos corresponden a la reconstrucción de la primitiva capilla terminada en 1772.
Casa de la Moneda o de los Medallones Baja por la calle Emiliano Tejera y dobla hacia la derecha en la “Arzobispo Meriño”. Hacia el Sur, a tu derecha encontrarás una llamativa fachada plateresca con cinco medallones tallados: es la llamada Casa de los Medallones. Su altura sobre el nivel de la calle actual responde a la elevación anterior y la de su patio trasero.
Cada domingo se celebran las Tardes Soneras, en el atrio de las ruinas de San Francisco, una entretenida actividad musical. Es, asimismo, escenario de algunos espectáculos artísticos en diferentes épocas del año.
4ta. RUTA - Desde el
Parque Colón, por las calles El Conde, Hostos y Las Mercedes hasta la Puerta del Conde
1. Casa Consistorial 2. Calle El Conde 3. Ruinas del Hospital San Nicolás de Bari 4. Iglesia de Las Mercedes 5. Puerta del Conde 6. Fuerte de la Concepción 7. Iglesia, Hospital y Fuerte de San Lázaro 8. Fuerte e iglesia de San Miguel.
Casa Consistorial En la esquina noroeste del Parque Colón llama la atención el edificio del antiguo Ayuntamiento, o Casa Consistorial, levantado a fines del siglo XVI. Ha sufrido varias reformas en los siglos XIX y XX; la última en 1911. En tiempos de la dominación haitiana fue sede de la Guardia principal, y a dicha esquina se le decía “del Buró o Vivac”, pues en ella se daba el santo y seña del día a los soldados.
En su interior se conservan murales del pintor español José Vela Zanetti quien durante la década de 1940 vivió en Santo Domingo como refugiado político de la Guerra Civil española.
En dirección oeste, podrás apreciar interesantes edificios representativos de una época. Entre ellos la casa 151, de la segunda mitad del siglo XIX, que conserva un portal de piedra colonial y representa la arquitectura residencial de esta zona. En el número 155, el edificio de 1930, es uno de los principales del Art Decó dominicano.
Calle El Conde Encamínate por la arteria de mayor solera en la ciudad antigua: la calle “El Conde”, ahora peatonal. Originalmente, antes de la nivelación del terreno, la llamaban “La Sabanita.”; llevó el nombre de “Clavijo”, fundador del primer colegio de niños en la colonia. Conocida después por “Calle Real” cambió en el siglo XVII a “El Conde” por ser el título nobiliario de Bernardino de Meneses Bracamonte y Zapata, Conde de Peñalba, a quien se atribuye la apertura del Baluarte del Conde. En épocas diferentes se le ha llamado “Imperial” durante la ocupación francesa; “Separación” como recordatorio de la Independencia; “27 de Febrero”, en honor al día de la Independencia, hasta que en 1934 retomó nuevamente el nombre de “El Conde”.
Ruinas del Hospital San Nicolás de Bari En diagonal, al frente, se mantienen las ruinas de la iglesia y primer hospital de piedra en América: San Nicolás de Bari. El templo era considerado “iglesia caliente” porque allí solían refugiarse los perseguidos. Solamente quedan en pie muros y arcos ubicados al fondo de la iglesia y fragmentos de elementos arquitectónicos los cuales fueron usados, en el siglo XX, para componer el arco del parquecito delantero.
En la esquina con “Hostos”, el Edificio Baquero, de principios del siglo XX, con materiales expuestos, propio del período modernista, fue en un tiempo el más alto de la ciudad. Dobla a la derecha, camina hasta la segunda e squina (con calle Luperón) y verás a tu izquierda la “Casa de Italia”, edificio del siglo XVI donde vivió y murió en 1864 el general Pedro Santana, varias veces presidente del país.
El templo de la esquina, erigido en 1922 sobre ruinas del conjunto, es la iglesia Nuestra Señora de la Altagracia Dobla a la izquierda por la calle “Mercedes”: apreciarás la vivienda No. 204, una de las más antiguas de Santo Domingo: aloja la Casa de las Academias (Historia, Lengua y Medicina). Está integrada por dos residencias antiguas ubicadas entre las esquinas Luperón y Duarte, unidas a finales el siglo XIX para alojar al Presidente Ulises Heureaux (Lilís). Entre las calles “Mercedes”, “19 de marzo” y “Luperón”, está el parque María Trinidad Sánchez en honor a esta heroína que murió fusilada por luchar a favor de la independencia nacional.
Iglesia de Las Mercedes Más allá de la plaza, haciendo esquina con la calle “José Reyes” se levanta con sobria elegancia la iglesia y convento de Nuestra Señora de Las Mercedes, construidos en el siglo XVI. Su entrada hacia la calle Mercedes, considerada la de mayor antigüedad, muestra un frontón ornamental con una figura de Dios omnipotente tallada en piedra. Cruza hacia la acera de enfrente para ver en toda su magnificencia la torre campanario. Se eleva maciza en el ángulo noroeste, varias veces intervenida por efecto de ciclones y terremotos. Con sus nueve arcos de medio punto, uno con derivación mudéjar, abiertos a la altura del armazón de las campanas, es considerada la más hermosa torre de Santo Domingo.
Cuentan que un día lluvioso, desde allí dio un traspié el campanero cuyo paraguas, abierto para protegerse del agua, hizo de paracaídas permitiéndole descender sano y salvo.
La puerta principal, de cara al oeste hacia una plazoleta, tiene un portal de piedra construido en 1635 con estilo herreriano y ciertos rasgos barrocos. Su altura no está en proporciones con su anchura: entre las macizas pilastras y el diminuto frontón. Algunos comentan que parece como si un enano estuviera sostenido por dos gigantes. Cuentan que Tirso de Molina se alojó en una celda de su claustro para escribir su gran obra Don Juan Tenorio, inspirada en el Tercer Almirante, Luis Colón. Este edificio pertenece actualmente a la Logia Cuna de América. Junto a la fachada principal del templo, está la Capilla de La Soledad, integrada al conjunto arquitectónico: su portada tiene un arco de ladrillo y un relieve en piedra con la Cruz de la Soledad.
Baja la próxima calle, la “Sánchez”, atraviesa El Conde y encontrarás la casa donde nació Matías Ramón Mella, uno de los tres Padres de la Patria.
Puerta del Conde A varias cuadras hacia el oeste la calle “El Conde” termina en el Parque Independencia donde encontrarás el Baluarte o Puerta del Conde. Era la principal salida de la ciudad colonial. Es un componente militar integrado por dos cubos macizos unidos por un arco de piedra: fue aquí donde el 27 de febrero de 1844 los Trinitarios izaron la primera bandera dominicana y proclamaron la Independencia del dominio haitiano. En el interior del monumento se observa un cordón en relieve a modo de cornisa, elemento que aparece también en el foso protector que lo rodea. Éste conserva su piso y muros originales: tiene una profundidad de tres metros y medio, con una anchura de seis metros y setenta centímetros.
Unido al baluarte por una calzada y caminos con peldaños, se levanta al fondo de la amplia explanada el Mausoleo de los Padres de la Patria donde se guardan los restos de Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.
Si lo deseas, descansa un rato, sentado en uno de los bancos, el trayecto siguiente resulta un tanto largo por la periferia norte de la muralla donde se mezclan edificios modernos, ambiente popular y uno que otro hito arquitectónico de la colonia.
Fuerte de la Concepción Al norte del parque, del otro lado de la avenida “Bolívar”, puedes ver al amplio bastión de la Concepción. Aquí quedó interrumpida la muralla en el siglo XVI; sería un siglo después cuando proseguirían los trabajos. Sus huellas fueron reproducidas en piedras sobre la calzada.
Al ver la iglesia llaman la atención dos portales contiguos ubicados tras el pórtico, ambos con arco de ladrillo. La parte más antigua del templo es la capilla gótica adosada en el muro oeste. Una arquería de tres luces se extiende entre la iglesia y las estancias del hospital. Dobla a la derecha sobre la “Juan Isidro Pérez” y a pocos pasos se encuentra su bastión asociado, parcialmente restaurado en 1970. Algunos de sus muros sirvieron de paredes divisorias a varias casas de ese sector, mientras su revellín, como foso triangular, separa los edificios modernos de la muralla.
Iglesia, Hospital y Fuerte de San Lázaro
Fuerte e Iglesia de San Miguel
Vuelve sobre la calle “Mercedes” hasta la “Santomé”. Sube por la cuesta para encontrar en la esquina con la “Juan Isidro Pérez” el conjunto de iglesia y hospital de San Lázaro, parte del tramo noroeste de la antigua muralla. Fue levantado en un promontorio en las afueras de la zona de viviendas para acoger leprosos y pacientes con enfermedades contagiosas.
Los basamentos de la muralla prosiguen hasta la esquina con la “José Reyes” donde están las ruinas del fuerte de San Miguel, del siglo XVII. Paralela al fuerte está su pequeña y sobria iglesia, reconstruida en 1765 con fachada de carácter barroco. Este templo fue uno de los más adinerados de Santo Domingo en tiempos de la colonia, pues era propietario de todos los solares de la zona oeste de la ciudad, conocida con el nombre de “Jobo Bonito”.
Cuenta la leyenda que frente a la iglesia finalizaba, por el lado norte, el callejón de “María la O”, nombre de una rica mujer que vivía en la colonia en el siglo XVII, y que un Viernes Santo, al bañarse en el río, se transformó en un brazo de mar.
5ta. RUTA :
Desde el parque Colón hasta los monumentos al sur de la calle El Conde. 1. Parque Padre Billini 2. Casa del Tostado 3. Casa de Teatro 4. Colegio de Gorjón 5. Plaza Duarte 6. Iglesia del Convento Dominico 7. Casa del Tapado 8. Iglesia Regina Angelorum 9. Museo de la Porcelana 10. Museo Memorial de la Resistencia Dominicana 11. Puerta de la Misericordia 12. Capilla de San Andrés e Iglesia Nuestra Señora del Carmen.
Ahora puedes dedicarte a conocer los monumentos ubicados al sur de la calle El Conde, y llegar hasta el Paseo Presidente Billini, al que todos conocemos como “el Malecón”, junto al bellísimo litoral del mar Caribe. Para iniciar esta ruta tomaremos el Parque Colón nuevamente como punto de partida. Esta vez iniciaremos nuestro recorrido bajando por la calle Arzobispo Meriño en dirección sur.
Casa de Tostado Frente al parque Padre Billini, hacia el Sur, se levanta la Casa de Tostado, con preciosa ventana gótica geminada, única en el continente americano. Su primer propietario fue el escribano
Parque Padre Billini Luego de pasar junto a la Catedral Primada de América, a mano izquierda y haciendo esquina, está la plaza Padre Billini, que fue conocida antiguamente como plaza San Juan de Dios. Dobla a tu izquierda sobre la calle Padre Billini. En la no. 55 se encuentra la llamada Casa de la Argolla, por la aldaba circular de su puerta: sus jambas y dinteles son originales del siglo XVI. Es muy posible que en esta casa se hubiera firmado la capitulación de los haitianos, el 28 de febrero de 1844, pues en ella residía el cónsul de Francia quién participó muy activamente en las negociaciones.
Francisco Tostado, muerto por una bala de cañón frente a la Casa de Bastidas durante la invasión del pirata Sir Francis Drake en 1586. En esta residencia funciona el Museo de la Familia Dominicana del siglo XIX.
Casa de Teatro
especial atractivo en horas de la noche.
Desciende por la calle “arzobispo Meriño”, en dirección al litoral, y verás en la número 110, la Casa de Teatro, local acogedor donde las actividades culturales abarcan todas las facetas del arte en un espacio informal, lleno de vida cultural.
Hernando de Gorjón llegó con Ovando en 1502 y se convirtió en propietario de ingenios. Construyó con su peculio un colegio con dos cátedras “en las que se pudieran leer gratis todas las ciencias que fueran necesarias para la reedificación de nuestra fe católica”. Como ocupaba toda la manzana, el sector recibió el nombre de Placer de los Estudios.
Parque Duarte
Colegio de Gorjón Continúa bajando la ligera cuesta hasta la esquina con “José Gabriel García”: estás frente al Colegio de Gorjón. Es un edificio del siglo XVI con un portal de piedra en la sobria fachada considerada de las más valiosas que se conservan de esa época en la capital dominicana, donde actualmente se aloja el Centro Cultural de España, entidad que mantiene un programa intenso de actividades y que, junto a Casa de Teatro, constituye un
Prosigue hasta la calle Hostos, te encuentras en el Parque Duarte, punto donde por vez primera se reunieron los Trinitarios para luchar contra la ocupación haitiana. La tradición señala el sitio como lugar donde fue ajusticiada Anacaona, reina del cacicazgo de Jaragua y mujer del cacique Caonabo. Entre las fachadas de residencias que ves, la que hace esquina en la calle Duarte número 51, construida en 1936, de estilo tardío, está considerada una pieza única de la arquitectura local.
Regresa a la “Padre Billini”, dobla a la izquierda al lado de la Plaza Fray Bartolomé de las Casas: este hacendado introdujo los esclavos africanos en América, luego se arrepintió y convertido a fraile defendió a los indígenas contra los abusos de los españoles.
decoración de perlas en su alrededor, colocado encima del pequeño nicho cuadrado que tiene en bajorrelieve una cabeza humana. En tiempos de la colonia, la nave central fue aula universitaria, la primera en América (ahora Universidad Autónoma de Santo Domingo –UASD‑): en ella también se celebraban las graduaciones.
Iglesia del Convento Dominico Al frente sur se encuentra la más antigua iglesia católica en pie del Nuevo Mundo: el complejo del Convento Dominico. Su construcción comenzó en la segunda década del siglo XVI. Su sobria fachada norte presenta un portal de arcos muy abocinados, flanqueados por dos estribos macizos. La fachada principal, hacia el oeste, conserva el arco apuntado gótico primitivo y el precioso rosetón de piedra de la época en que fue levantado el templo, a la vez que azulejos sevillanos del siglo XVI decoran las enjutas del arco. Los elementos barrocos del portal proceden de una intervención hecha en 1746. El escudo de la Orden de los Predicadores está sobre un medallón de piedra con
En aquel entonces, la plazoleta estaba cargada de estructuras del convento / universidad cuyos vestigios están señalados sobre el pavimento. Del otro lado, al oeste, verás la Capilla de la Tercera Orden o Capilla de la Confraternidad: data de 1759. En su patio posterior está la estatua de Eugenio María de Hostos, puertorriqueño que fundó en este local la primera escuela normal del país. Continúa hacia el oeste, en la casa número 151 Manuel de Jesús Galván escribió su novela histórica Enriquillo, una de las principales obras de la literatura dominicana y latinoamericana del siglo XIX. Relatos de antaño cuentan que en la vieja casona hay un tesoro enterrado: en las noches aparece y desaparece el celaje del esclavo que tuvo a su cargo la encomienda de protegerlo.
En este templo, el cuarto domingo de Adviento de diciembre del año de 1510, el dominico fray Antonio de Montesinos pronunció un sermón a favor de los indígenas: algunos estudiosos consideran dicho sermón como el germen de los derechos humanos modernos.
un nicho vacío hay un busto de mujer coronada de laureles. El portal lateral hacia el callejón es de influencia renacentista.
Dícese que aquí residió un hombre que ocultaba su rostro: unos dicen que con una máscara; otros que con un velo o una capucha. Para tal actitud había diferentes versiones: un gemelo del Rey de España, que aquí lo envió para no verse suplantado; miembro de la nobleza que cometió un crimen y se ocultó en la colonia o un leproso que cubría las marcas de su enfermedad.
Casa del Tapado Continúa tu andar por la calle Padre Billini para observar, en la esquina noreste con la “19 de marzo”, la Casa del Tapado: una casa de dos plantas con un portón de entrada que muestra un escudo con una cruz, un rosario y cuatro pergaminos enrollados. En la “19 de marzo”, en dirección sur, está la casa número 109 donde nació el Padre de la Patria Francisco del Rosario Sánchez, quien, en la Puerta del Conde el 27 de febrero de 1844, izó la primera bandera nacional proclamando la Independencia de la dominación haitiana.
Iglesia Regina Angelorum A una manzana más hacia el oeste, en la confluencia con la “José Reyes”, se encuentra la Iglesia Regina Angelorum. Ésta iglesia fue destruida por terremotos, ciclones y reconstruida en 1722: muestra una fachada con carácter semi-militar en la cual se abren tres arcos romanos: sobre
En este hermoso templo está enterrado el filántropo y educador Francisco Javier Billini, quien en 1877 descubrió los restos del Almirante Cristóbal Colón en la Catedral de Santo Domingo. Desde la Iglesia Regina Angelorum, si sigues por la calle José Reyes, pasarás frente al Museo de la Porcelana. Si continúas hasta la calle Arzobispo Nouel, antes de llegar a la esquina de la calle Sánchez, encontrarás en medio de la cuadra, al Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, dedicado a recordar los caídos en las luchas democráticas de nuestro país. Si vuelves a Regina Angelorum y encaminas tus pasos hacia la costa por el callejón lateral, dobla a la izquierda, luego a la derecha hasta llegar al Bastión de San José, construido en el último tercio del siglo XVII, conocido también como “Fuerte Nuevo” o “Del Estudio”. Delante está el monumento a fray Antonio de Montesinos, obra donada en 1982 por el gobierno de México al pueblo dominicano.
Cuentan que en el nicho hubo un santo de piedra que se cayó al suelo cuando un soldado invasor haitiano quiso apoyarse de él para intentar coger la miel de una colmena que había tras la estatua.
Capilla de San Andrés e Iglesia Nuestra Señora del Carmen Si continúas por la “Arz. Nouel”, tras cruzar la calle “Sánchez” encontrarás el Hospital Padre Billini, recientemente mejorado con tecnología de punta. Es heredero del Hospital de San Andrés cuya capilla está en medio de la manzana. Al lado se encuentra uno de los más pequeños templos de la ciudad: la iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Fue construida en el siglo XVII, pero su fachada es de 1729: las ventanas conservan sus rejas del siglo XVIII. La estatua de la Virgen, colocada en un nicho sobre la puerta principal, mide apenas 79.5cm de altura. Sobre la acera de enfrente, la casa 255 es conocida como Casa de los Trinitarios, vivienda donde se fundó la sociedad secreta “La Trinitaria” para luchar contra el invasor haitiano. Si subes la calle “Sánchez” por la izquierda, encontrarás en la no. 206, la residencia de Ramón Matías Mella uno de sus fundadores y Padre de la Patria.
Como dato curioso, la Virgen del Carmen de esta iglesia ha recibido el rango de Coronela.
Puerta de la Misericordia Camina hacia la calle “Palo Hincado” y verás la Puerta de la Misericordia, llamada también Puerta Grande, o de la Sabana. En esta Puerta, Ramón Matías Mella disparó el trabucazo con el que proclamó la Independencia Nacional el 27 de febrero de 1844. En 1808 fue tapiada por los franceses cuando Juan Sánchez Ramírez, héroe de la reconquista, sitió la ciudad. Si llegas al “Malecón”, observarás a mano izquierda el reconstruido Fuerte de San Gil, bastión hispánico del cual quedaron un trozo de lienzo de muralla, su terraplén y dos cañones. El monumento contemporáneo al frente conmemora la Independencia Financiera de nuestro país de los Estados Unidos de América, erigido en 1947 por el dictador Trujillo; es parte de los atractivos de la Ciudad Moderna. Completa estas rutas participando de las distintas actividades que te ofrece la Ciudad Colonial de Santo Domingo.