Inundaciones 1962

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Patrimonio fotográfico: las terribles inundaciones del otoño de 1962

El meandro del Besós, entre San Andrés y Montcada, después de la avenida del 25 de septiembre de 1962. Francesc Ribera.

Las tareas habituales de catalogación del fondo fotográfico nos permiten sacar a la luz imágenes que nos proporcionan una valiosa información documental, que posiblemente hubiera pasado inadvertida de no haber sido por dicho trabajo. Recientemente nos hemos encontrado con una serie de imágenes que hacen referencia a los destrozos ocasionados por las inundaciones del otoño de 1962 en algunas infraestructuras de la red ferroviaria de la comarca del Vallés. Valga este apunte para recordar brevemente la terrible tragedia que sacudió aquel día las comarcas centrales catalanas.

Estado en que quedó el puente sobre el río Ripoll, después de la primera avenida. Francesc Ribera.

El 25 de septiembre de 1962 se producía en la Catalunya la mayor catástrofe hidrológica de la historia reciente en la península. Las primeras lluvias comenzaron a caer por la mañana de forma suave. Eran una bendición para la provincia de Barcelona, afectada por una fuerte


sequía desde hacía más de cuatro meses. A última hora de la tarde la lluvia se transformó en un aguacero torrencial. En menos de 3 horas se registraron 212 mm de lluvia (la media de precipitación anual de la ciudad de Barcelona es de poco más de 600 mm), lo que provocó el desbordamiento de los ríos Besós y Llobregat, así como de sus afluentes, especialmente catastrófico en el triángulo formado por las ciudades de Sabadell, Terrassa y Rubí.

Trabajos de reconstrucción provisional del puente sobre la Riera de las Arenas, en el trayecto entre Sabadell y Terrassa. Francesc Ribera.

Un río insignificante y sin encauzar, el Ripoll, creció entre cuatro y seis metros y se llevó todo por delante, sobre todo en el sector Este de Sabadell. En Terrassa no hubo mejor suerte: fábricas enteras, emplazadas en las inmediaciones de los cauces, fueron arrastradas por las aguas. Barrios de inmigrantes, llegados de toda España en los años 40-50 y que habían sido construidos en las mismas orillas del río, desaparecieron. Tres sectores fueron especialmente afectados: los barrios de Sant Llorenç, Egara y Ca n’Anglada por la Riera de las Arenas, el centro de la ciudad por la Riera del Palau, que estaba canalizada pero taponada, y la zona baja de la Maurina, en la parte Oeste. Ambas rieras confluyen aguas abajo y forman la Riera de Rubí, cuyo desbordamiento provocó muertos y destrozos en esta población y más abajo. A la mañana siguiente, el Vallès tuvo un horrible despertar: más de 800 personas habían muerto o desaparecido, y las pérdidas materiales se estimarían más tarde en 2.650 millones de pesetas de la época. Algunos cadáveres fueron arrastrados hasta el mar, que los devolvería pasados algunos días.

Trabajos de reconstrucción del terraplén tras la primera avenida. Francesc Ribera.


Las infraestructuras ferroviarias sufrieron igualmente las consecuencias de la avenida y el desbordamiento en un pequeño meandro del Besós, en el trayecto entre Sant Andreu Comptal y Montcada i Reixac, en la línea de Barcelona a Portbou, causó un tremendo socavón, desapareciendo completamente el terraplén sobre el que se asentaban las vías en ese tramo.

Reparación provisional del puente sobre el río Ripoll. Francesc Ribera.

El puente sobre el río Ripoll, a la salida de Montcada en dirección a Mollet, no corrió mejor suerte y su estructura de acero de tablero de alma llena fue descabalgada de las pilas por el empuje de las aguas. En la riera de las Arenas el panorama es incluso más desolador: el puente ha desaparecido por completo, las pilas de sillería tampoco han resistido y están diseminadas aguas abajo. El puente sobre el Besós, en la línea de Mataró, resulta igualmente dañado y, aunque su tablero permanece en su posición, un bastión ha cedido a la fuerza de las aguas y otro está seriamente dañado. El paso de las circulaciones queda igualmente interrumpido.

El puente provisional de la Riera de las Arenas es inaugurado por el Ministro de Obras Públicas y el Presidente de Renfe el 15 de octubre de 1962. Francesc Ribera.

Las obras de reconstrucción provisional de todos ellos comienzan rápidamente, con la intención de permitir el paso de las circulaciones lo más pronto posible. Los puentes definitivos deberán volver a construirse prácticamente en su totalidad. La secuencia fotográfica nos proporciona una descripción muy valiosa de todo el proceso. En la riera de las Arenas unas pilastras de madera sostienen el tablero metálico: a mediados de octubre, el puente provisional es inaugurado por el Ministro de Obras Públicas y el Presidente de Renfe. En el caso del río Ripoll, los tramos metálicos se vuelven a colocar sobre las pilas. En el Besós, los


daños son menores y el tablero de 141 m de viga de alma llena que databa de los años 30 no ha caído de sus montantes. Dos pilas de madera provisionales sirven para reestablecer el servicio a la espera de una gran intervención.

Las lluvias de diciembre vuelven a dejar al puente de la riera de las Arenas en un estado precario. Francesc Ribera.

Avanzadas las obras, una nueva crecida el día 3 de diciembre se lleva por delante gran parte de lo repuesto. El panorama vuelve a ser desolador en el socavón entre Sant Andreu Comptal y Montcada i Reixac, que ya estaba medio reparado tras un trabajo sin descanso de acarreo de tierras, y el agua se vuelve a llevar la plataforma. No mejor aspecto presenta el puente provisional sobre la riera de las Arenas: aunque el tablero permanece, muchas de las pilastras de madera han sido arrastradas por el agua. El tablero no ha llegado sin embargo a caer. En el Besós una de las pilastras provisionales también ha cedido y la circulación se hace imposible.

Unas defensas perpendiculares al trazado son la solución definitiva en la curva del Besós. Francesc Ribera.

Finalmente los tres puentes serán reconstruidos por completo. La construcción es costosa y seis meses después de las avenidas las tareas todavía no han concluido. Las pilas de hormigón son de nueva factura en todos ellos, así como los tableros metálicos, de alma llena para la riera de las Arenas y tipo Warren con uniones roblonadas para los puentes de Ripoll y Besós. Para el meandro del Besós, la solución consiste en la construcción de unas defensas perpendiculares a la línea que amortigüen la fuerza de las aguas.


Finalmente el tablero metálico del puente sobre el río Besós ha de ser sustituido por completo. Este puente es el que se encuentra actualmente en servicio. Francesc Ribera.

Todos los puentes se mantienen en la actualidad con esa configuración. La zona del meandro del Besós ha sido hoy día bastante alterada al interponerse en ese tramo la línea de alta velocidad hacia la frontera francesa, por lo que es difícil descubrir el lugar exacto del devastador socavón.

La solución final para el puente sobre el Ripoll es similar a la del Besós: tablero metálico Warren roblonado. Francesc Ribera.


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