1 minute read
4. Sobre la asistencia a los monteros
DE LA MONTERÍA MANIFIESTO 011 3.4. Recordar el papel principal de las rehalas en la montería, seleccionándolas en base a su eficacia y a la profesionalidad y ética de los perreros, evitando aquellas ocasionales o las reunidas sin garantías. Dedicar a podenqueros y propietarios la consideración debida, estimulándolos en su trabajo cuando merezcan la distinción de la alabanza.
3.5. Procurar aportar con prontitud la retribución convenida a los rehaleros, a unos el alquiler de la rehala, a otros la propina a su perrero. Una vez han recogido sus perros cuanto antes lleguen a la perrera mejor, y con mayor motivo si hay perros heridos.
Advertisement
3.6. En los casos en los que la montería se celebre en momentos de alta carencia de agua y altas temperaturas, como suele pasar a comienzos de temporada, considerar soltar temprano y proveer puntos de agua para los perros a lo largo de la mancha, informando a los rehaleros de la localización de los mismos. En circunstancias extremas plantear suspender la montería, primando el bienestar de los perros.
4. Sobre la asistencia a los monteros
4.1. Proporcionar a los monteros la máxima información posible sobre la mancha a cazar, facilitándoles plano, esquemas de situación e instrucciones propias de la finca. Así mismo identificar las rehalas con sus colores y señalar las diferentes sueltas y la forma de batir la mancha, ya sea a una mano o al tope. Exigir a todos los participantes su colaboración para dejar el campo limpio.
4.2. Exigir la puntualidad en la junta, correspondiendo a la misma con tiempos previstos para atender a los monteros y armar la mancha, y arbitrar medidas para que todos conozcan el fin de la montería y no adelanten o demoren su repliegue por carecer de guías o medios.
4.3. Procurar la integración del montero en las características, el desarrollo y el resultado de la montería. Mantener, en todo caso, las reglas tradicionales de hospitalidad y bien hacer.
Sostener la institución de los noviazgos, con la necesaria aceptación de su propuesta y el control en la mesura de su desarrollo. Un noviazgo sin mesura se convierte en un esperpento alejado de los motivos de su creación.
4.4. Organizar la colocación de las piezas cobradas en la junta con criterio estético demostrando respeto a las mismas.