DESDE EL BALCÓN #yomequedoencasa/#quedateencasa nº 1
EMPEZAMOS NUESTROS SEMINARIOS No todos los seminarios de buceo requieren agua. Requieren tiempo, estudio e interés, pero no agua. Y si de algo parece que podemos disponer aunque sea parcialmente, la mayoría de nosotros, es de tiempo. El resto lo tenéis que poner los amigos de esta escuela. Os traemos una interesante propuesta para todos los públicos y todas las edades, aunque no seas buzo.
MIS QUERIDOS BUCEADORES: Quiero expresaros mi sincero deseo de que estéis todos bien, aunque estadísticamente estoy seguro de que muchos estaréis peleando contra esta condena y a otros ya os habrá golpeado. Solo quiero trasladaros a todos mi apoyo, desde la distancia, a quienes lo estéis pasando mal y mi convicción esperanzada de que, como en todas las ocasiones en que se nos ha puesto a prueba, saldremos de esta más fuertes y con aprendizajes vitales hechos. Magullados y doloridos, pero vamos a renacer de nuestras cenizas, a lamernos las heridas - algunas terribles e inolvidables - y a levantar la barbilla, apretar los puños y acelerar el paso. Yo estoy empeñado en ello y como persona de fe que soy, también estoy convencido de ello. Quiero también aprovechar para felicitaros la Pascua. El confinamiento no debe hacernos olvidar el día del padre o de la madre, los cumpleaños o santos de los nuestros, y las fiestas más sentidas de nuestro pueblo, al margen de las creencias de cada cual, como es la Semana Santa. Os deseo un tiempo de recogimiento, de meditación sobre todo aquello de lo que somos capaces cada uno de nosotros, de felicidad, y a quienes creáis, de oración y de Fe. De esta salimos, insisto.
Una de las cosas que he aprendido en estos largos días de distancia social es que es algo que podemos y debemos combatir Una de las cosas que he aprendido en estos largos días de distancia social es que es algo que podemos y debemos combatir. La distancia social ya nos la habíamos puesto antes nosotros mismos, con tanto chat por el móvil, tanto Netflix, tanto WhatsApp y tantas redes donde todo se había vuelto virtual y me atrevo a decir que frívolo. De repente, todo ello ha cobrado una importancia vital, echamos de menos a los nuestros y usamos las herramientas que antes nos separaban, para acercarnos de verdad, para vernos las caras, oírnos las voces, sentir los pensamientos y escrutar los sentimientos y estados de ánimo reales. De repente, un “hola que tal” ha dejado de ser una frase hecha para ser una respuesta y de la que esperamos que el viejo, “bien, bien” automático y sin pensar, sea realmente un “bien, gracias a Dios” lleno de contenido y de verdad. Y esto es algo que probablemente hemos descubierto a golpes en esta crisis, pero que a lo mejor no lo olvidamos más.