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MÁLAGA HOY | Lunes 23 de Septiembre de 2013
CULTURA Y OCIO FESTIVAL Baker. Y también lo quisieron exponer los chicos de Sidonie, que invitaron a Erik, el mítico batería de Los Planetas, para el fin de su fiesta particular en la que fue la actuación más contundente y enérgica de toda la cita musical. Pero, claro, el cartel dio mucho más de sí. Si Tolouse calentó el ambiente a primera hora de la tarde, cuando lo que más pegaba era un café y no una cerveza, Izal demostró por qué es una de las bandas revelación del pop naciónal. Los de Mikel Izal cerraban su gira anual y adelantaron algún corte del nuevo disco que tanto, como también hizo Iván Ferreiro, sobrio, serio y tan fascinante como siempre. El del sábado fue el último concierto con sus Confesiones de un artista de mierda, que pronto dejarán hueco a las canciones del disco que sale mañana a la venta. Antes, a media tarde, Miss
Pablo Piñero GRANADA
Eriza la piel. Hace reír. Y llorar. Te saca a bailar, emociona. Hace que uno se sienta vivo, despierto. Hasta importante. Es la magia y los efectos especiales de la música en directo. De estar rodeado de miles de almas que entonan como himnos sus canciones preferidas. Música que te saca a la calle, que excita. Aviva amistades, más allá de las etiquetas de las omnipresentes redes sociales. Que alegra la vida, la de verdad, la que se toca. Es como el sueño que uno sueña con soñar. Y que se hace realidad gracias a la música. Tan real y palpable como el Alhambra Sound, festival que el pasado sábado sirvió para poner un cierre de lujo al peculiar verano de 2013. Mientras el amor estival se apaga, miles de personas –más de cinco mil según la organización– se reunieron en la Feria de Muestras de Armilla para disfrutar del último gran festival de la estación del calor. La de las vacaciones, la que trastoca el día a día. La excéntrica. La que transmite cualquier sensación a flor de piel. La que nos pone guapos y guapas. La estación erótica, tal vez. También la de la música, esa, sí, con la que tanto tiene en común. Porque la música ayuda a saludar con toda la energía posible al rutinario otoño de degradados rojos y marrones. Como permitió a los que se reunieron, entre chimeneas y viejas industrias, del Alhambra Sound. Allí disfrutaron del directo de varios de los mejores o más conocidos grupos del panorama pop-rock nacional, que hicieron vivir a sus fans durante la eminentemente diurna jornada del festival en la ciudad de Granada. Quizás fuera también porque sea ésta la más indicada para ello: guste o no, la capital granadina es, ha sido y, probablemente será, origen de algunas de las mejores bandas indies del país (y de festivales, como el legendario Espárrago Rock). Lo demostró Niños Mutantes, que cerró el cartel con un corto pero intensísimo concierto con guiños a sus más viejos seguidores y alusiones a otros de los viejos nombres del indie granadino como Mamá
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La música, la vida
Niños Mutantes cerró el cartel con un corto pero intenso concierto al indie granadino
● Más
de 5.000 personas disfrutaron el sábado de una intensa jornada de conciertos en el Alhambra Sound de Granada
3 REPORTAJE GRÁFICO: PABLO PIÑERO
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1. Arriba, Iván Ferreiro, sobrio pero fascinando al público al tocar algunas de las canciones del nuevo disco. 2. El grupo madrileño Miss Cafeína dejando alto el pabellón en el concierto a media tarde. 3. Mikel Izal cerraba su gira anual y adelantó algún corte de su nuevo álbum.
“Las mujeres son cada vez más malas, y los hombres más tontos”, dice de De la Iglesia A. G. Arribas (Efe) SAN SEBASTIÁN
Ayer era el día en el Festival de Cine de San Sebastián para Las brujas de Zugarramurdi, la nueva y esperada comedia del director Alex de la Iglesia con la que vuelve a sus orígenes más “bilbaínos” y disparatados, con el sólo objetivo de partirse de risa y conjurar sus ataques de misantropía.
“Creo que los hombres somos cada vez más tontos, lerdos y torpes a la hora de comunicarnos con el mundo femenino, y las mujeres son cada vez más malas, más perversas y más inteligentes, cosa que lo hace todo infinitamente más sexy. Me da la impresión de que todo lo que me gusta, al final termina dándome miedo”. Y algo así pasa con su recreación del po-
der del matriarcado y el origen “real” de las historias de brujas, que el realizador vasco ha demostrado con creces conocer y haber estudiado -”el sombrero de las brujas que se representan en Nueva York o Minesota es en realidad el folclórico navarro”-, porque al final, da miedo. Las brujas de Zugarramurdi es una comedia desmadrada antropológicamente ha-
EFE
Álex de la Iglesia.
Cafeína y L. A. habían dejado alto el pabellón, como para exigir más a los que les seguían, para que Ferreiro, Sidonie (que también adelantaron alguna estrofa de su próximo larga duración) y los Niños Mutantes de Juan Alberto Martínez no se durmieran. Tampoco se durmió, por supuesto, el público, que gracias a los horarios del Alhambra Sound, que cerró sus puertas poco más tarde de las una de la mañana- pudo más tarde seguir la fiesta o irse a dormir temprano. Según el gusto. Según la edad. Y que permitía un domingo de resaca festivalera y de recibimiento con morriña y cara de circunstancias a este otoño que llega de sopetón, como cuando se recibe un extraño regalo. Han pasado pocas horas y ya se he echa de menos el verano, su espontaneidad, sus ganas, al carpe diem. A cruzar la línea digan lo que diga. Todo aquello a lo que incita la música en directo, esa que nunca debe morir. Como el amor.
blando, es decir, como dirían los antropólogos, el modo en el que busco separarme de la madre y encontrar la diversión tras ese divorcio materno”, apungta. “Pero esto sin ningún tipo de pretensión -aclara enseguida- esto es un juego en el que disfruto viendo cómo mis amigos, y yo, y la gente de mi edad, intentamos sobrevivir en un mundo dominado por las mujeres en el que nos ha quedado el papel de tontos”. Un argumento que comparte Carmen Maura, una de las brujas protagonistas, junto a Carolina Bang y Terele Pávez.