La afición se echa a la calle para celebrar el título

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Deportes

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JUEVES 22-6-2006 Málaga hoy

ÉXTASIS DE LA HINCHADA

EL PARTIDO EN LA CALLE

Miles de aficionados vivieron ayer el partido en la Plaza de Félix Sáenz y luego abarrotaron las calles del centro para celebrar el título de campeones de liga

REPORTAJE GRÁFICO: ERNESTO OEHLER

PANTALLA GIGANTE EN FÉLIX SÁENZ. La afición celebra una canasta durante el encuentro.

ALEGRÍA. Tres aficionados celebran el título de liga.

La afición se echa a la calle para celebrar el título Cerca de 12.000 personas abarrotaron anoche el Paseo del Parque y la fuente de las Tres Gracias hasta altas horas de la madrugada NACHO SÁNCHEZ

Miles de malagueños se echaron anoche a la calle para celebrar el título de liga. Abarrotaron el centro de la capital tras el encuentro, pero antes la afición había calentado motores en la Plaza de Félix Sáenz. El lugar se convirtió en un improvisado palacio de los deportes donde 2.000 personas vivieron el partido entre el Unicaja y el Tau Vitoria con la misma intensidad que si lo hicieran en el terreno de juego. Una hora antes del inicio muchos aficionados esperaban ya ante la pantalla gigante que lo retransmitió y permanecieron allí festejando el título de liga en medio del delirio y alegría. Era la previa a la celebración. Porque así comenzó una noche que muchos no olvidarán. La hinchada cajista empezó a tomar las calles del centro de la ciudad y cuando no había pasado una hora del final del encuentro la plaza de la Constitución, calle Larios, la plaza de la Marina, el Paseo del Parque y, sobre todo, la fuente de las Tres Gracias eran una auténtica marea de color verde. Unas 12.000 personas agitaban sus bufandas y banderas, hacían sonar sus bocinas y cantaban hasta el agotamiento ¡Campeones! ¡Campeones! Cerca de la medianoche, el grueso de la afición abarrotaba la plaza General Torrijos. Aficionados subidos a la fuente llenaban cubos de agua que luego lanzaban al aire para refrescar el caldeado ambiente. Los grados aumenta-

■ MÁLAGA.

ban ante el baile, la fiesta y la alegría de una celebración histórica para la capital de la Costa del Sol. Desde primera hora de la tarde, los que tomaban un café en los alrededores de la plaza de Félix Sáenz se vieron sorprendidos pronto por una avalancha verde. Era la afición del Unicaja que acudía hasta allí para ver el partido a través de una pantalla gigante allí instalada entre gritos ¡A por ellos! y ¡Málaga! Los hinchas cajistas lo vivieron como si estuvieran en el Buesa Arena. Los silbidos se repetían en

FIESTA

Unas 2.000 personas vieron el partido en la Plaza Félix Sáenz, que sirvió para calentar motores los ataques del Tau Vitoria y cada acción de los jugadores del Unicaja era ovacionada con aplausos. El ambiente comenzó a crecer con el tercer triple consecutivo de Garbajosa. La afición empezaba a creer en la victoria y cada vez eran más los que se acercaban hasta la plaza para mirar hacia la pantalla gigante evitando las palmeras, las cabezas y el constante movimiento de bufandas cajistas. Tras unas merecidas cervezas en el descanso, la plaza de Félix Sáenz se quedaba chica al inicio del tercer cuarto. Fue el que peor pasaron los

aficionados, que veían como los vitorianos se marchaban en el marcador. Tocaba sufrir. Los árbitros pitaban dos faltas en ataque seguidas a jugadores cajistas y la afición cantaba el clásico Manos arriba, esto es un atraco. Los decibelios subían, el ambiente se hacía cada vez más tenso y comenzaba la remontada. Los fallos del Tau y las canastas del Unicaja eran celebradas como el más importante de los goles de la selección española. El mejor momento estaba por llegar. Lo hizo con el triple de Garbajosa, que ponía al Unicaja por delante y el delirio se apoderó de la plaza. Ahora sí. Ya se lo creían y la afición malagueña explotaba toda su rabia. Los últimos segundos del partido ya no importaban y el grito de ¡campeones campeones! ya no se apagaría hasta altas horas de la madrugada. Pero antes había que soltar toda la tensión vivida en el partido en el momento en el que el capitán del equipo, Berni Rodríguez, levantaba la copa de la liga ACB. A partir de ahí, bengalas, champán, gritos, abrazos, saltos, llamadas a los amigos y familiares y fotos para inmortalizar el momento se repetirían en una hinchada totalmente volcada con su equipo, que coreaba las mejores jugadas de su equipo mientras eran repetidas en la pantalla. La noche no hacía más que comenzar para los miles de aficionados que se dirigieron hasta la fuente de las Tres Gracias para gritar su alegría por un título de liga que se había hecho esperar. Toca disfrutar.

TRES GRACIAS. Las bengalas también aparecieron.

CAMPEONES. La hinchada observa en la pantalla la entrega del título de liga.

FINAL FELIZ. Tras el encuentro había quien todavía no se lo creía.


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