Málaga hoy
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● DOMINGO, 9 DE ENERO DE 2011
Cultura y Ocio CONCIERTO Presentación en la Sala Vivero del disco ‘Dice la gente’
Elogio de la sencillez Kiko Veneno ofreció el pasado viernes en Málaga un directo de dos horas ante unas 600 personas, entregadas a la música sin artificios del maestro de la rumba callejera
Pablo Piñero / MÁLAGA
Tan viva como el primer día. Tan alegre como siempre. Con ese regusto que hace disfrutar cualquier detalle. Tan cercana que uno la hace suya rápidamente. La música de Kiko Veneno es un sonido que casi se puede tocar. Así lo sintió el grupo de elegidos que el pasado viernes quiso alargar un poco más las fiestas navideñas saboreando el concierto de este maestro para deleitarse con la presentación del autoproducido Dicelagente. El último disco de este singular tipo, medio catalán medio andaluz cuyos nuevos ritmos miran más al futuro que al pasado; igual por eso apenas se escucharon sus clásicos. Frente a artilugios variados, acumulación de músicos sobre las tablas o sonidos empaquetados, Kiko Veneno opta por la excepcional sencillez. El impoluto blanco de su ropa ya era una declaración de intenciones: de esas que buscan ahondar en una música desnuda,
sin artificios, de la que se siente. De la que llega a la gente con la misma facilidad que sus letras: “Andalucía, en pijama todavía, el jamón de cada día, el campo y las casitas blanqueás. Las gambas cocías, la cervecita fría y con mucho gas”. Igual que cuando pedía silencio con total naturalidad para lanzarse con algún tema en acústico: “por favor, ahora que sólo se escuchen los buchitos de cerveza”, decía entre risas. Es como si en vez de estar en el escenario ante 600 personas estuviera en el salón de su casa, donde precisamente se cuajó Dice la gente (con la única diferencia de que en la Sala Vivero, por primera vez, no podía fumar). “Estamos como siempre: Tocando en los polígonos, viniendo de Málaga a Sevilla por carreteras sin atajos. Como hace 20 años”. Puro Veneno. Mientras la gente entraba y salía de la sala para echar un cigarrito, Kiko Veneno seguía a lo suyo, siempre acompañado de Los Notas del Retumbe y el magistral sonido de guitarra de Raúl Rodríguez. Un par
de horas de buena música que dio para muchos palos: Rumba catalana en La Rama de Barcelona, guasa gaditana en El mosquito suicida, sonidos africanos en Dice la gente. Las canciones de Kiko Veneno al final son de todas partes. Lo demuestra esa curiosa y divertida versión que hace del Bird on a Wire de Leonard Cohen convertida ahora en un Pájaroenelcablede ritmos sureños. Con múltiples alabanzas a la capital malagueña y sus gentes, a sus amigos de Tabletom y a esa Cádiz “que hermana a Sevilla y Málaga”, los músicos siguieron desgranan-
LA DIFERENCIA
La gente salía a fumar y él seguía junto a Los Notas del Retumbe y la magistral guitarra de Raúl Rodríguez
P. PIÑERO
Kiko Veneno, en un momento del concierto ofrecido el pasado viernes.
do Dice la gente mientras salpicaban el repertorio con algunos temas de discos anteriores. Los delincuentes sirvió para que el público recordara viejos tiempos, Satisfacción para confirmar lo que disfruta Kiko Veneno en el escenario y Volando voy para encontrarnos con el músico de siempre. Porque pasen los años que pasen, este artista sigue siendo igual: alegría en estado puro, creador de ritmillos inconfundibles. Un canto a las ganas de vivir en plena crisis.