Concierto de Love of Lesbian

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DOMINGO, 31 DE OCTUBRE DE 2010 ●

Málaga hoy

Cultura y Ocio

El oráculo de Brahms CRÍTICA CLÁSICA ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÁLAGA

★★★★★ Teatro Cervantes. Fecha: 29 de octubre. Programa: ‘Concierto en Si menor para violonchelo y orquesta, Op. 104’, de A. Dvorák; ‘Sinfonía nº4 en Mi bemol mayor Romántica, Ed. Novak 1878/80’, de A. Brückner. Intérpretes: Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Enrique Arturo Diemecke. Solista: Tatiana Vassiljeva (violonchelo). Aforo: Unas 800 personas (casi lleno).

José Manuel Cabra Apalategui

En uno de los juicios más desafortunados de la historia de la música, Johannes Brahms calificó las sinfonías de Bruckner como un “fraude” (schwindel): una creación efímera llamada a desaparecer en el olvido a la muerte del compositor. Que Bruckner fuera un declarado admirador de Wagner, con quien Brahms se

disputaba el título de campeón en el panorama musical vienés de la época, quizás ayude a explicar el erróneo vaticinio del genio alemán. Muy distinta fue su disposición respecto a otro de los grandes músicos postrománticos: Antonin Dvorak. Brahms formaba parte del jurado que le concedió una beca del gobierno austrohúngaro en 1874; no sólo le dio su voto en aquella ocasión, sino que, desde entonces, se convirtió en su gran valedor, promoviendo la publicación de sus obras, lo que supuso el reconocimiento definitivo de Dvorak en la escena internacional. En realidad, son las filias y las fobias las que acaban por desaparecer. Cambian los gustos, las modas y los fetiches; la creación auténtica, sin embargo, resiste tanto el aplauso como el desprecio, la postergación y hasta el olvido, para acabar volviendo siempre, en-

tonces ya de forma definitiva, intemporal; como perteneciendo a un Olimpo que no nos es dado cuestionar a los hombres, ni siquiera a Brahms. A esta morada celeste pertenecen naturalmente Dvorak y

LECTURA

El Bruckner de Diemecke fue sorprendente, ágil y vigoroso, como un velocista alto y corpulento Bruckner, protagonistas del cuarto concierto de abono que, bajo la batuta del director mexicano Enrique Diemecke, ofreció la Orquesta Filarmónica de Málaga el pasado viernes y en el que la renombrada Tatiana Vassilijeva, con un Stradivarius de 1725, ofició como solista en el Concierto para violonchelo y orquesta del

P. PIÑERO

Love of Lesbian durante su concierto en la Sala Vivero el pasado viernes.

Y Love of Lesbian puso a volar sus guisantes en la Sala Vivero Pablo Piñero / MÁLAGA

Cuando el líder de un grupo acaba el concierto sin camisa, con unas gafas con lucecitas verdes parpadeantes en los ojos y un muñeco de un guisante con capa en la mano, hay dos opciones. O se ha quedado solo o tiene un público que le adora (y hasta le respeta). Los asistentes a la Sala Vivero en la noche del viernes optaron, claramente, por la segunda opción. Santi

Balmes, líder de Love of Lesbian, lo agradeció con un divertidísimo y movido concierto en el que sus chicos, eso sí, eso sí, podrían haber ido perfectamente sin su cantante: el auditorio coreó todas y cada una de sus canciones; se las sabían todas. Quizás porque sus letras son dignas de escuchar: ¿Que cómo es mi vida sin ti? Pues sin ti sí que es vida. Libre por fin, ya sin ti, aleluya la mía… Apenas seis meses después de su último concierto en Málaga, la

músico bohemio. La violonchelista rusa y la orquesta ofrecieron una interpretación decidida y sensible, llena de claridad, de esta pieza transida de nostalgia que muestra el excepcional talento de Dvorak para escribir melodías inolvidables. El Bruckner de Diemecke fue definitivamente sorprendente; ágil y vigoroso a la vez; como un velocista alto y corpulento. Una Sinfonía Romántica (versión Novak) adaptada a nuestro mundo, a nuestros modos impacientes, que necesariamente va ligera de equipaje. Sin llegar a desnaturalizarla, la interpretación de Diemecke la despoja de gran parte del sentido espiritual, casi místico, que alcanza en lecturas más pausadas; quizás de otro tiempo, pero irrenunciables. Resultó un discurso coherente, brillante e impecablemente ejecutado… sólo que no todos teníamos prisa por ir a cenar.

banda catalana volvía a la capital de la Costa del Sol para demostrar que son uno de los grupos de pop indie del momento y abarrotar la Vivero. En una actuación de alrededor de dos horas repasaron su último disco, 1999 (O cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando la luna) (Music Bus, 2009), a modo de recorrido cronológico hasta 2010, con campanadas de fin de año incluidas. En ese viaje por el tiempo Love of Lesbian demostraron que su directo supera aunque pa-

rezca difícil a sus discos de estudio: Temas como Algunas plantas, Club de fans de John Boy o Miau lo dejaron claro. El grupo repasó también algunos temas de sus anteriores discos como Un día en el parque o Música de ascensores. De su etapa con letras en inglés, nada se supo. Un concierto que, además de música, dejó espectáculo. No sólo por el semidesnudo de Balmes, sino también porque por el escenario aparecieron personajes de la talla de un gato fotógrafo o un fan vestido de súper guisante con capa para bailar uno de los últimos hits de esta banda: Te hiero mucho. Cualquier cosa puede ocurrir con Love of Lesbian tocando en directo. Y eso es lo divertido.

Kiarostami y Cohan comparten Espiga de Oro en la Seminci Emma Suárez se llevó el premio a la mejor actriz por su trabajo en ‘La mosquitera’ Efe / VALLADOLID

El Festival de Valladolid, que hacecasidosdécadasdescubrió para España el cine del ya consagrado realizador iraní Abbas Kiarostami, acaba de presentar ahora al novato argentino Miguel Cohan, que con su primer trabajo ha logrado una Espiga de Oro compartida con el primero, que ya la ganó en 1994. Fue con A través de los olivos cuando Kiarostami estrenó en Valladolid su palmarés, al que ahora añade un nuevo triunfo en este certamen con Copia certificada, protagonizada por Juliette Binoche, su primer largometraje de ficción rodado fuera de Irán y que ha sido unánimemente elogiado por la crítica acreditada en la 55 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). Kiarostami oscila entre la realidad y la ficción en una película que pretende jugar con el simbolismo del original y de la copia, de lo auténtico y la imitación, a través del encuentro en un pueblo de la Toscana italiana entre una galerista (la francesa Juliette Binoche) y un escritor (el cantante de ópera británico William Schimel). En la otra vertiente, el jurado internacional de la Seminci, que ha presidido el director hindú Adoor Gopalakrishan, reconoció en el fallo emitido ayer el empuje de jóvenes valores como el argentino Miguel Cohan, que salió por la puerta grande de Valladolid con su ópera prima, Sin retorno, que también se llevó el Premio Pilar Miró al Mejor Nuevo Director y el que concede la crítica internacional (Fipresci). Federico Luppi y Leonardo Sabaraglia sostienen este thriller psicológico, una coproducción hispano-argentina que comienza con un atropello fortuito y mortal por el que responde, con varios años de prisión, la persona equivocada ante el silencio cobarde de su verdadero responsable. Elcineespañoltambiénhatenido su hueco en el palmarés del Festival de Valladolid, por partida doble, con la Espiga de Plata a La mosquitera, de Agustí Vila, y el premio a la mejor actriz a Emma Suárez, protagonista de ese arriesgado e innovador filme que tantea los límites de las personas dentro de una sociedad obstinada en negar la parte más trágica de la vida. Emma Suárez y Eduard Fernández encabezan el reparto del segundo filme de Vila (Barcelona, 1961).


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