La “navarrísima” UPN y su Gobierno, así como el PSOE/PSN, no han dudado a la hora de vender la CAN al mejor postor, sin importar que quien la controle a partir de ahora sea Madrid (allí está ahora su dirección), New York, Londres o Frankfurt. Claro está, mientras hacían todo esto, los altos cargos de la CAN se han puesto unos sueldos de escándalo y su último presidente, Miguel Sanz, se ha asegurado cobrar durante toda su vida una retribución cercana a los 60.000 euros/año.
La actual reforma de la CAN y su conversión, Junto con Caja Burgos, Caja Canarias y Cajasol en un Banco –Banca Cívicasupone acabar con la carencia de ánimo de lucro que ha mantenido hasta hoy, su vocación social y la gestión públicosocial de la misma. De estar basada en la captación del ahorro popular y la financiación de necesidades familiares y pequeñas iniciativas empresariales, su conversión en un Banco va a suponer suprimir todo lo anterior y pasar a depender del gran capital estatal e internacional.
EZKER ABERTZALEA www.nafargune.info
A día de hoy, tras el clamoroso suspenso obtenido por el proyecto de Banca Cívica en el examen realizado por la Unión Europea, los directivos de aquella buscan como locos inversores extranjeros (EEUU, Unión Europea,…) que aporten capital para sanear así su grave situación financiera. A cambio, por supuesto, los nuevos socios pasarán a controlar lo que ya no controle Madrid. A pesar de ello, la CAN seguirá diciendo: “Tú eliges, tú decides”. Frente a todo esto, la izquierda abertzale propone: 1.- Mantener y reforzar el carácter público de la CAN y rechazar su conversión en un banco y la entrada de capital privado en la misma. 2.- Reforzar su carácter social, impulsando el sector cooperativo y social, la economía familiar agropecuaria, las iniciativas de jóvenes, el apoyo a la pequeña empresa,...
3.- Conformar, junto con las empresas públicas, un fuerte Sector Público navarro que impulse medidas que favorezcan una salida a la crisis favorable a los intereses de la gran mayoría de nuestro pueblo. 4.- Reformar a fondo los Estatutos de la CAN, democratizando su participación y funcionamiento (representantes públicos, impositores y grupos sociales) y reforzando la transparencia y el control de la misma. 5.- Reducción drástica de los sueldos de sus altos cargos y supresión de cualquier tipo de cesantía o retribución vitalicia. Realización de una auditoria de sus cuentas y exigencia de responsabilidades por su gestión. 6.- Abrirse al resto de Cajas vascas a fin de propiciar un sistema financiero compartido que permita hacer frente mejor a la crisis y abra vías a una más armoniosa relación económica del conjunto de Euskal Herria.