Gaita Asturiana

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GAITA ASTURIANA


La gaita se define por tres principios organológicos: depósito de aire auxiliar, emisión simultánea de al menos dos sonidos, y lengüetas interiores inaccesibles. Estas gaitas son en su gran mayoría de soplo de boca, es decir, se llena el fuelle de aire al soplar el gaitero, y a través de un tubo llamado soplete o portaviento: y de soplo mecánico (las menos) por medio de un barquín o fuelle pequeño unido al fuelle grande y accionado con el brazo, presionándolo contra el costado del ejecutante. La gaita, con su depósito de aire supletorio a una o varias flautas sonoras, no fue más que el resultado lógico del deseo del músico primitivo de aliviar su trabajo pulmonar, inventando un pulmón auxiliar artificial, y a la vez dar más uniformidad y


continuidad a la música que producía. El fuelle o bolsa para almacenar una reserva de aire, permitió al gaitero tocar su instrumento por mucho más tiempo sin fatigarse, y dar mayor regularidad a la melodía, auque bien es cierto que el fuelle para alimentar de aire las lengüetas y tubos sonoros no le permitiera << forzar al nota >> como se puede hacer al soplar directamente en la lengüeta de un caramillo, una flauta o un oboe. Es lícito por lo tanto suponer, a través de estas apreciaciones, que hubo un lejano día en que un pastor mesopotámico, por distraer sus ocios, tocaba un caramillo que evolucionó lentamente y llegó a disponer de unos pulmones artificiales adosados a tan primitivo y rudimentario instrumento de aire para aliviar la fatiga y el trabajo. Y nació la gaita. Cañizo y fuelle curtido de la pelleja de un óvido. Después se


dio el nombre de organistrum a la gaita, al tenor de la variedad de mecanismos o elementos orgánicos de la misma. Hay gaitas que tienen un solo tubo sonoro, flauta melódica o puntero, más un tubo armónico, bajo continuo, llamado roncón o bordón. Unas segundas con un solo puntero y dos roncones, roncón y ronquillo. Otras, las terceras, un solo puntero y tres roncones, bajo y dos tenores y, por último, las que tienen dos punteros y dos roncones. Las diferencias en apariencia de la gaita y su aspecto exterior, obedecen a las tendencias del arte popular, es decir, al genio y temperamento de cada país o raza, reflejado en su artesanía y en la tradición cultural; mientras que las diferencias orgánicas obedecen a las necesidades, a la índole y carácter del folklore musical del país


respectivo. También en la manufactura de la gaita influyen la maestría, el gusto y la fantasía personal del fabricante y los medios con que cuente. Los elementos de la gaita europea más corrientes son éstos: fuelle, soplete, puntero, uno, dos o tres roncones, una lengüeta doble y otra sencilla. La gaita asturiana suele dividirse en tres tonalidades: la grillera, la redonda y la tumbal, que corresponden, respectivamente, al Re, al Do y al Si bemol. La gaita asturiana tiene dos tubos sonoros, de los cuales, el mayor o roncón sólo da la nota tónica, y el menor es el puntero, del que sale la melodía; que las hay tumbales, o sea, bajas, y afinadas en todo agudo o grilleras. El origen de la gaita en Asturias está unido al de las ya dichas tanto si es


de origen celta, como fenicio, griego, romano o suevo, puesto que las mismas invasiones e idéntica cultura fecundaron las vida históricocultural de estos pueblos del NO. de la península ibérica. Lo cierto y evidente es que no fueron árabes ni cruzados los que importaron la gaita de Oriente a Europa, como han supuesto algunos escritores, por cuanto el instrumento era y bien conocido en nuestro continente siglos anes de la llegada de los árabes a España (s. VIII) y de la vuelta de los cruzados de los Santos Lugares (s. XI al XIII). La constatación iconográfica más antigua de la gaita en Asturias, se encuentra en un capitel de la iglesia de Santa María de la Oliva, de Villaviciosa, de mediados del siglo XIII, coetánea, por lo tanto, a las


iluminaciones contenidas en las celebérrimas Cantigas de Alfonso X, y anterior a los formidables e iluminados cuadros de época que, con representación de gaiteros, se contienen en el famoso Libro de la Montería del Rey de Castilla Alfonso X. Acerca de la lírica popular de Asturias y la de su vecina Galicia, ambas con la gaita como instrumento básico y expresivo, el maestro Eduardo Martínez Torner escribió en 1923: << La tradición musical asturiana, con la gallega y andaluza, es, sin duda alguna, de las más interesantes dentro de nuestra península, tanto en la cantidad de sus documentos, algunos de gran valor artístico, como por el interés que encierran para el estudio de la tradición lírica española>>. El panorama plástico, lírico, pictórico y documental de la gaita


sorprendente y variopinto a través de especimenes meramente curiosos o de subido mérito artístico, bastando con visitar, para comprobarlo, los locales del gijónes Museo Internacional de la Gaita.


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