TEMA 8 EL SUELO
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.1. LOS CAMBIOS EN LAS ROCAS: LAS METEORIZACIONES Las meteorizaciones son las alteraciones que experimentan las rocas que se hallan en contacto con el aire, el agua y los seres vivos. METEORIZACIÓN FÍSICA O MECÁNICA Es la división en fragmentos que experimentan las rocas situadas en la superficie terrestre. Puede producirse por diversas causas, como:
Cambios de temperatura: las rocas se dilatan al calentarse y se contraen al enfriarse. Esto produce que se agrieten, especialmente donde hay grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche (desiertos).
Gelifracción: el agua se cuela por las grietas de las rocas y cuando baja la temperatura por debajo de 0ºC se congela, y por tanto aumenta su tamaño, lo que hace que la roca se rompa.
METEORIZACIÓN QUÍMICA La meteorización química son los cambios que se producen en las rocas debido al oxígeno, al dióxido de carbono y al agua. Es especialmente importante en los climas húmedos. Las más importantes son:
Oxidación: cuando el hierro (que es muy abundante en las rocas) se oxida con el oxígeno que hay en el aire, las rocas pierden consistencia y se rompen con más facilidad.
Disolución: hay algunas rocas, como el yeso, que se disuelven con mucha facilidad.
Los seres vivos contribuyen a la meteorización física y química de las rocas.
Las lombrices, las hormigas o los topos, horadan la tierra y
favorecen la alteración de las rocas.
Los líquenes (asociación de alga y hongo)
segregan unas sustancias que también alteran las rocas.
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.2. EL SUELO La meteorización mecánica divide las rocas, mientras la meteorización química altera su composición, las degrada y facilita su desmoronamiento. Ambos tipos de meteorización dan lugar a un largo proceso que hace posible la formación del suelo. Los procesos de meteorización y la acción de los seres vivos contribuyen a la formación de un elemento muy importante: el suelo. El suelo es el sistema complejo que se forma en la superficie del terreno, resultado de la disgregación de la roca madre, mediante meteorización física y química, y de la actividad de los seres vivos desde que se empieza a formar. El suelo es el asiento de la vida terrestre, pues proporciona soporte físico y nutrientes para los seres vivos. Así, el suelo y el clima condicionan el desarrollo en una zona de un determinado tipo de vegetación y esta, a su vez, de determinadas especies animales. Al mismo tiempo, el suelo es el resultado, como hemos dicho, de la actividad de los seres vivos que lo habitan. La formación del suelo
Podemos resumirla en 3 fases: 1.- El suelo se inicia a partir de la roca que forma la superficie, llamada por ello, roca madre. Por la meteorización física y química esa roca se rompe, y los fragmentos se desmenuzan liberando minerales y elementos químicos. Los huecos que quedan entre los fragmentos y los minerales se rellenan con agua y aire. 2.- La capa de roca disgregada empieza a ser colonizada por los seres vivos. En primer lugar, líquenes y las plantas más primitivas (musgos), que aportan la primera materia orgánica y, poco a poco, se van incorporando microorganismos, plantas mayores y algunos invertebrados (lombrices, larvas, insectos, etc.) que mezclan los componentes del suelo y lo airean. 3.- Los restos de todos estos animales y plantas sirven de alimento a microorganismos (bacterias, hongos) que los descomponen en sustancias más sencillas, formando una capa de materia orgánica llamada humus o mantillo. 3
Este mantillo, además de proporcionar nutrientes a plantas y animales, retiene el agua y actúa como aislante, evitando las variaciones bruscas de temperatura. El suelo que se forme variará según sea la clase de roca madre a partir de la que se forme, el clima, el relieve, la cubierta vegetal y la presencia de animales.
Los suelos alóctonos pueden estar muy alejados de la roca de la que proceden, porque los materiales resultantes de la meteorización fueron arrastrados por el agua hacia zonas más bajas.
Los suelos autóctonos son aquellos que se originan sobre la roca madre.
El tiempo necesario para que se forme un suelo autóctono depende de los siguientes factores:
Tipo de roca madre, puesto que no todas tienen la misma resistencia a la meteorización.
Clima: la meteorización química es más intensa en los climas húmeros y cálidos.
Relieve: si hay mucha pendiente los materiales son arrastrados a lugares más bajos y resulta difícil que se forme el suelo.
Vegetación: cuanto más abundante sea la vegetación más fácilmente se desarrollará el suelo.
3. COMPOSICIÓN DEL SUELO El manto de materiales que cubre las rocas constituye un suelo si contiene:
Fragmento de rocas y minerales, resultado de la meteorización de la roca madre. Los materiales gruesos se denominan gravas, los del tamaño medio, arenas, y los del tamaño muy fino, arcillas.
Materia orgánica, constituida por multitud de organismos, restos de organismos sin descomponer y humus, es decir, materia orgánica que ha sido descompuesta por los organismos.
Aire, ocupando parte de los huecos dejados por los materiales sólidos.
Agua, que puede encontrarse en cantidad muy variable. Por los poros y huecos del suelo circulan el agua y el aire.
.4. CARACTERÍSTICAS DEL SUELO Las características más utilizadas para diferenciar unos suelos de otros son la textura y el perfil. TEXTURA DEL SUELO Viene determinada por el tamaño de las partículas minerales que lo componen. Se distinguen:
Suelos arenosos. En los que predominan las partículas de tamaño grueso. Son muy porosos y dejan pasar el agua fácilmente por lo que no se encharcan pero retienen mal el agua.
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Suelos arcillosos. En los que predominan las partículas de tamaño muy fino. Son poco porosos y se encharcan con facilidad.
Suelos francos. Poseen un equilibrio entre las partículas gruesas y las finas. Sus características son intermedias entre los dos anteriores.
Se llama perfil de un suelo a la sección que se vería al cortarlo desde la superficie hasta el sustrato rocoso. Cada capa del perfil se llama horizonte. Horizonte : Es el estrato superior, sobre el que se asienta la vegetación. Es A: muy rico en humus (color oscuro). Su espesor es muy variable, de algunos milímetros a varios decímetros. A veces se distingue una subcapa, O, de restos de plantas y animales sin descomponer del todo.
Horizonte : De color más claro, al ser pobre en humus, aunque es rico en B: sustancias minerales, procedentes de la descomposición de las sustancias orgánicas del nivel superior arrastradas por el agua. Puede llegar a alcanzar un espesor de hasta 1 m.
Horizonte : Formado por los fragmentos de la roca madre, mezclados con C: arenas o arcillas. Su espesor es variable, desde pocos metros hasta más de 30 m.
.5. LA VIDA EN EL SUELO En el suelo habita una extraordinaria diversidad de organismos. Las especies de seres vivos presentes en cada lugar dependen del clima existente y de las características del suelo. En cualquier caso, siempre hay:
Vegetales. Desempeñan un papel clave en la formación del suelo ayudando a la meteorización física y química de las rocas.
Animales. Favorecen la aireación del suelo, removiendo la tierra y abriendo galerÍas. Sus restos también contribuyen a la formación del humus.
Hongos y bacterias. Intervienen en la descomposición de los restos orgánicos transformándolos en humus y, finalmente, en materia mineral.
.6. EL SUELO COMO ECOSISTEMA La biocenosis del suelo está integrada por el conjunto de organismos que viven en el suelo. En función del modo en que obtienen su alimento, pueden diferenciarse: 5
Productores. Son organismos autótrofos y se localizan en el límite superior del suelo para poder utilizar la luz como fuente de energía. Por ejemplo, plantas, musgos, líquenes y bacterias fotosintetizadoras.
Consumidores. Son organismos heterótrofos que se alimentan de materia orgánica viva. Por ejemplo, ciempiés, hormigas, babosas, ácaros, larvas de insectos, topos, etc.
Descomponedores. Son organismos heterótrofos que se alimentan de materia orgánica muerta y la transforman en materia mineral. Por ejemplo, las lombrices, los hongos, etc.
El biotipo del suelo lo forman los fragmentos de roca y minerales, el agua y el aire. Está caracterizado por su temperatura, su humedad y la luz escasa o incluso nula (excepto en el límite superior del suelo).
.7. LA INFLUENCIA DEL HOMBRE EN EL SUELO La necesidad de alimentar a una población creciente, junto con intereses económicos, han favorecido actividades como:
La deforestación, o tala de bosques, para utilizar la madera y sustituir el bosque por terrenos agrícolas. Le quita al suelo la cubierta vegetal, facilitando su erosión.
La sobreexplotación de cultivos, que empobrece el suelo.
El sobrepastoreo, o consumo excesivo de pastos por el ganado, que deja al suelo sin protección.
Estas actividades provocan la degradación de los suelos, es decir, disminuyen su calidad y fertilidad, y además hace que se erosionen con mayor facilidad. Algunas medidas que deben adoptarse para proteger suelos son:
Evitar la sobreexplotación de cultivos y el sobrepastoreo.
No hacer surcos a favor de la pendiente en las zonas de cultivo.
Repoblación forestal. Plantando árboles y matorrales propios de lugar, autóctonos, especialmente en las zonas altas y laderas con fuentes pendientes.
La pérdida de suelo fértil favorece la desertización, es decir, el avance del desierto.
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