Carmelo completo

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CARMELO

EL “TEACHER” DE HEREDIA

Manrique Álvarez Rojas 13 de septiembre de 2013


CARMELO El Teacher de Heredia

Capitán

Carmelo Masessa Morello 1918-1995 Fotografía: Soloheredia.blogspot.com

CARMELO era un gringote de aspecto latino, alto, delgado, de escaso cabello y con una piel bronceada muy brillante, daba la impresión de ser muy lisa y encerada. Tenía un porte distinguido y serio a la vez, la cultura de su trato y lo educado de su persona lo hacía un personaje único y muy querido en toda la ciudad. Era conocido por todos como el profesor norteamericano que desde los años sesentas enseñaba ingles en muchas de las casas de Heredia. Incansable recorría la ciudad a diario visitando a sus alumnos, las casas de todos eran su casa, portaba siempre una boina cafecita sobre su cabeza, un chaleco tejido beige y el viejo maletín de cuero del mismo color; todos hacían juego con su clásico vestir caqui.

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En medio de su rápido caminar saludaba a todos en buen español, claro con su inconfundible acento extranjero; su cordial saludo siempre iba acompañado con el gesto respetuoso de inclinar un poco su cabeza y tocar con su mano derecha la visera blanda de su boina. -¡Hi, Marrique! Así me decía cuando me veía, ya fuera en mi casa como profesor o en la calle misma como amigo. Parecía todo un caballero inglés. Su verdadero nombre era CARMINE, pero por lo difícil de su pronunciación en español decidió convertirlo en “CARMELO”. CARMINE MASESSA MORELLO era de origen Italiano pero de nacionalidad estadounidense, nació el 15 de junio de 1918 en la ciudad de Newark (Ward 5) en el estado de Nueva Jersey, Estados Unidos. Sus padres fueron los señores Michael Masessa y Angelina Morello que habían emigrado de Italia a los Estado Unidos a principios del Siglo XX. Era el mayor de seis hermanos: Carmine (1918) Jerry (1920) Michael (1924) Viola (1930)

Julia (1930) Gregory (1931)

Viola y Julia eran dos hermosas niñas, hermanas gemelas y los “ojos” de Carmelo. Su vida de adulto la vivió en Costa Rica, fue un personaje algo solitario pero de mucho respeto; conocido y apreciado por todos en todo Heredia. Raramente contaba algo de su niñez, pero cuando lo hacía se le notaba lo feliz que había sido en unión de sus hermanos, le gustaba rememorar como los fines de semana recorría con su padre la costa atlántica de su ciudad. Durante esos bonitos paseos familiares veían llegar y partir las grandes naves trasatlánticas de pasajeros del importante puerto vecino de Nueva York. Sus recuerdos del puerto eran numerosos, reafirmaba su admiración por los grandes buques mercantes que arribaban cerca de Nueva Jersey, muchos de ellos eran utilizados 2


para cargar la numerosa chatarra metálica de desecho que luego sería transportada al oriente, especialmente a Japón. Entre los años veintes y treinta del Siglo XX la chatarra metálica ya era un problema ambiental difícil de controlar en los Estados Unidos, sin embargo algunos países como Japón eran clientes fijos de ese valioso y económico material reciclable. La chatarra metálica mundial era y sigue siendo un elemento esencial para la industria pesada nipona. -¡No te confíes Carmelito! Decía su padre. -Hoy ves partir a esos barcos cargados hasta el tope con esas chatarras metálicas para Japón y mañana esos mismos japoneses nos las devolverán convertidas en destructivas bombas. -Vas ver. Sabias palabras. Siendo un muchacho fue testigo presencial del último vuelo del Dirigible alemán Hindenburg pocas horas antes de su desastroso final el 6 mayo de 1937. Carmelo vivía cerca de la terminal aeronaval de Lakehurst y lo vió pasar flotando lentamente hacia su destino fatal sobre el oscuro cielo de Nueva Jersey.

Dirigible HINDENBURG New York

En su juventud fue un buen estudiante y un excelente deportista lo que le permitió becarse en algunas escuelas y universidades de prestigio, 3


su especialidad deportiva era el Basketball (Baloncesto) del cual logró ser un jugador muy respetado y premiado. Pero llegó la Segunda Guerra Mundial y había que enlistarse, primero para defender la madre patria Inglaterra y luego su país natal Estados Unidos. Mientras tanto todos los sueños de estudiante se congelaron; pero no para siempre. En su primer campo de entrenamiento en los Estados Unidos le dieron para defenderse un viejo fusil usado de la Primera Guerra Mundial y veinticuatro balas húmedas de otro calibre; un arsenal imperfecto para defenderse y no salir vivo en caso de ataque. Luego directo a Londres. En Inglaterra se hiso aviador en tiempo record y dos meses despues de su llegada ya perseguía en su avión de caza las famosas Bombas V1 y V2 que llegaban a Inglaterra, destruía cazas enemigos o simplemente bombardeaba con éxito algunas ciudades alemanas. En su periplo militar entabló amistad con grandes héroes de guerra, entre ellos el famoso aviador sin piernas Sir Douglas Robert Stewart Bader (1910-1982), conocido como “Douglas Tin Legs Bader”.

Douglas Bader 1910-1982

Piloto héroe de la Royal Air Force (R.A.F.) durante la Segunda Guerra Mundial, se distinguió por su valor y arrojo en el combate aéreo contra el enemigo a pesar de no tener ambas piernas Bader era amigo personal de Carmelo, la leyenda aérea inglesa le brindó su apoyo y consejo durante las etapas más peligrosas de la gran guerra. 4


Carmelo ganó rápidamente mucha experiencia y destreza aero militar, sus incursiones aéreas en los cielos de Europa fueron reconocidas y muy aplaudidas en Inglaterra. Una vez finalizado el desastroso conflicto mundial volvió a los Estados Unidos y retomó de inmediato sus estudios universitarios, ingresó de lleno a la Universidad de Nueva York en su condición de Veterano Aviador. Siendo estudiante trató de ampliar sus conocimientos asistiendo a numerosos cursos libres y conferencias de importantes intelectuales y científicos radicados en Norteamérica a causa de la recientemente finalizada guerra. Durante algunos meses frecuentó las clases de historia de un importante abogado y político revolucionario ruso llamado Aleksandr Fiódorovich Kérenski (1871-1970).

KÉRENSKI 1871-1970

Kérenski fue conocido mundialmente por su crucial papel en el derrocamiento de la monarquía zarista en 1917, asumió el cargo como el primero y último Primer Ministro del gobierno provisional ruso tras la revolución y fue exiliado de Rusia en 1918.

Despues de recorrer muchos países y haber sido despreciado por otros tantos, Kérenski toma la decisión de irse a radicar a los Estados Unidos en 1940, ubica su residencia definitiva en la ciudad de Nueva York. A partir de ese momento las universidades de Stanford (California) y de Nueva York lo invitan a impartir lecciones de Historia Rusa en sus sedes principales y a realizar numerosas conferencias sobre política internacional. Durante su carrera universitaria en Nueva York, Carmelo entabló una buena amistad con Kérenski, relación que se mantuvo activa durante muchos años a través del correo postal.

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La influencia de Kérenski sobre Carmelo fue muy importante en la sensibilidad social y amplia visión del mundo que siempre le caracterizó. Finalizando sus estudios conoció a una hermosa joven costarricense que para ese entonces se educaba en la misma universidad; ella cursaba desde hacía algunos meses la carrera de Enfermería. Entablaron una bonita y sana amistad, donde ella aprendía rápidamente el inglés mientras el mascaba bastante bien el castellano, la amistad terminó en un bonito noviazgo con planes a futuro. Una pareja prometedora que se acompañaba y apoyaba mutuamente en medio de su soledad. Lamentablemente la linda joven tuvo que regresarse a Costa Rica, no sin antes prometerle su amor y confirmarle la esperanza de que se volverían a ver en un futuro muy cercano. Para Carmelo la partida de su novia fue una situación dolorosa y triste que solo se vio compensada con los rápidos avances en la terminación de sus estudios. A finales de los años cuarentas se graduó con honores de la Universidad de Nueva York en las carreras de Educación y Arte. En esos años la obtención de un trabajo digno para un joven veterano de guerra y de paso graduado universitario como Carmelo no era cosa fácil, miles de soldados que regresaban de la gran Guerra también buscaban lo mismo sin encontrarlo. Eran tiempos difíciles en los Estados Unidos aunados a la falta de noticias de su linda novia; algo pasaba, de un momento a otro no hubo más cartas, ni más promesas… ¿Olvido tal vez? Finalmente y a través de su universidad le comunicaron que la Universidad de Costa Rica andaba en busca de un entrenador experto para su Selección de Baloncesto, siendo Carmelo un jugador Clase A en esa disciplina y de larga trayectoria en su país, decide solicitar el puesto. Y lo obtiene. Con la ayuda de algunos amigos costarricenses radicados en Nueva York y el puesto asegurado en la U.C.R., decide venirse de inmediato a Costa Rica en busca de su nuevo empleo, de una nueva vida y tal vez de un amor no tan olvidado.

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Recién llegado se da cuenta de que su otrora novia se había casado y era madre de una hermosa bebe, triste y resignado pero con muchas ganas de trabajar asume su puesto de entrenador de la nueva Selección de Baloncesto de la Universidad de Costa Rica. Su esforzada, dedicada y bien calificada labor de entrenador de la Selección fue tan exitosa que la lleva a obtener el Campeonato Nacional de Baloncesto del año siguiente. Traslada su residencia a la ciudad de Heredia y buscando redondear su salario prueba con dar lecciones privadas de inglés a domicilio, actividad laboral privada que sería su ocupación e ingreso seguro hasta el final de sus días. Su calidad de enseñanza, cultura y fino trato fueron la llave del éxito en la incipiente actividad educativa de este Capitán Aviador recién retirado. En Heredia sus alumnos llegaron a contarse por cientos y había que hacer fila para esperar que un campo en la agenda de Carmelo quedara libre, era difícil pero con paciencia y un palito se lograba. La consigna era tener la oportunidad de aprender un buen inglés y hablarlo correctamente de la mano de Carmelo. Se sabía que dormía en una habitación de la casa de doña Yolanda Calderón de Gamboa, contiguo a la Escuela Richard Nixón, sin embargo su casa era la de todos sus alumnos que le recibían día a día y de manera constante. Como buen deportista, su alimentación era más que sana, no comía carnes rojas y todos sus alimentos debían de ser preparados sin grasa ni sal; muchas veces a la semana cumplía puntualmente con su almuerzo especialmente preparado por Lillian en el Restaurante Viena. A diario pasaba por la Joyería de Mario Venegas a conversar un rato y compartir alguna que otra noticia nueva de La Nación; no había tema del cual Carmelo no tuviera conocimiento alguno y sus charlas eran pequeñas lecciones de vida dignas de ser escuchadas.

Mario Venegas Joyería Cuarta Avenida - 2011

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El inglés me encantaba, más nunca fue mi fuerte; sin embargo en el cole me exigían mejorar mis notas. Una misión urgente Don Álvaro Paniagua Córdova, el profesor de piano, siempre me recomendaba a Carmelo para mejorar mi inglés; le hablaba cosas buenas de mí, pero nunca logró que me aceptara en su grupo. Sin embargo gracias a Mario Venegas y a mi mortal insistencia logré un campito en la apretada agenda de Carmelo, una vez aceptado en su grupo, llegaba a mi casa puntualísimo y su lección magistral de inglés era muy comprensible pero también un tanto aburrida. Poco a poco esa lección bisemanal de inglés se convirtió en una larga conversación en español de todo tema y de la cual aprendí más que en todos mis años de inglés en el cole y la U. Hablábamos de las guerras mundiales, de historia, del tiempo, de la conquista del espacio, de la política mundial, de las religiones, del deporte; en fin eran lecciones de muchos temas interesantes y de actualidad que hoy alfombran parte de mis mejores recuerdos. ¡Ah! Pero también pasé en inglés. Tal vez no aprendí todo el inglés que mis padres hubieran deseado, pero sí comprendí muchas cosas que solo el tiempo y la experiencia pueden enseñar. Y Carmelo tenía de sobra de ambos. Contrario a lo que en general se piensa, Carmelo no solo era un reconocido deportista y un profesor de inglés muy apreciado, también era un respetado Traductor de Inglés. En mis tiempos de estudiante comprobé que Carmelo era el traductor de confianza de muchas personas en Heredia, no había fórmula, trabajo universitario, referencia comercial o carta que este señor no tradujera o llenara de un idioma al otro y viceversa; muchas veces sin cobrar nada a cambio. Cierto día me contó que pensaba irse definitivamente para Nueva York, deseaba volver a ver a sus hermanos despues de tantos años de estar lejos y me pedía el favor que le consiguiera uno casete con la música de “Jugo de Piña” para llevárselo a ellos.

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“Jugo de Piña” es una pieza musical muy popular, alegre y pegajosa, que fue creada por el compositor argentino Domingo Rullo y estuvo muy de moda en nuestro país allá por los años ochentas del Siglo XX. En ese momento pensé que era un regalo algo extraño para sus hermanos a los que no veía desde hacía siglos, pero al final supe que era para un sobrino suyo; se lo conseguí nuevecito y con una muy buena resolución. Antes de su viaje vendió y regaló muchos de sus bienes de siempre, entregó su cuarto, cesó a sus alumnos y se fue. Como tres meses despues estaba de vuelta, su vida y amigos estaban aquí, volvió varias veces al norte y siempre regresó; allá nunca fue lo mismo. Estableció de nuevo su pequeño hogar en un apartamentito cerca de la Universidad Nacional, pero ya se le notaba diferente y se le veía algo cansado; sin embargo y para su felicidad reanudo su amistad con el amor que una vez le había robado el corazón. Todo volvía a ser igual que antes y mejor. Su linda novia de juventud, ahora viuda y abuela, le brindaba de nuevo el cariño y el apoyo que Carmelo necesitaba en esos momentos de cansancio y soledad, se le veía de nuevo feliz y lleno de vida. Le habían vuelto a tocar su serio corazón. Aquí, sí en Heredia, terminó sus días… Fue un verdadero maestro que impactó mentes e impartió lecciones hasta el final de sus días; le conocí miles de amigos, pero jamás un solo enemigo. Carmelo y su novia se habían encontrado un día en Nueva York, se alejaron otro y muchos años despues se volvieron a encontrar de nuevo en Costa Rica para jamás volverse a separar. Hoy descansan juntos y para siempre en su última morada, de la que no hay regreso… El Capitán Aviador Carmelo Masessa Morello murió en la ciudad de San José el 24 de junio de 1995. Fue un gran profesor y un buen amigo.

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CapitĂĄn Carmelo Masessa Morello 1918-1995 FotografĂ­a:: Soloheredia.blogspot.com


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