Revista n° 36 1

Page 1

REVISTA DE LITERATURA INFANTIL DICIEMBRE,

1

2 017, N°36

“EL REINO DE LOS NIÑOS” Editora: Flor del Carmen rodríguez Segura

FELIZ NAVIDAD A TODOS

FELIZ AÑO NUEVO, 2 018 DEDICADA A DON EDUARDO SÁNCHEZ SÁNCHEZ – EDÚ


“EL REINO DE LOS NIÑOS” REVISTA LITERARIA

Estamos cerrando el ciclo de

3 años

de publicación de la REVISTA.

Gracias a la ayuda de muchos amigos que han colaborado con ella, muy especialmente mi agradecimiento a don Eduardo Sánchez Sánchez, EDÚ, que ha colaborado conmigo tan desinteresadamente.

REFLEXIONES DE NAVIDAD 1- LA NAVIDAD: Época de amor y paz. Época de unir familias y corazones. 2- Recordemos que la NAVIDAD, no son regalos, ni fiestas. Es el cumpleaños del NIÑO JESÚS. ÉL siempre debe estar presente en nuestros corazones y acciones.

El Hijo de Dios se hizo hombre y trajo este resumido mensaje: «Dios es Padre, los hombres son hermanos, amaos los unos a los otros». No conocer este mensaje es no saber ni vivir la Navidad. 4- Pidan PAZ por el mundo, los pueblos y las familias. Este debe ser nuestro deseo principal de NAVIDAD. 5- Debemos dejar que la CARIDAD florezca en nosotros y ayudar generosamente con un 3-

juguete, ropita o amor a un niño (a) o a una familia. 6- Dar nos hace sentir bien y es parte de la felicidad. 7- Agradece a DIOS, todo lo que te ha dado: tu familia y familiares, la salud, la comida, el trabajo y sobre todo la dicha de conocerlo a ÉL. 8- Abraza a Jesús, antes de abrazar a tu familia y amigos con una oración muy sentida. ÉL te escuchará. 9- Jesús es la esperanza que nos sana de la parálisis mental con la que estamos unidos a este mundo. 10- Prepara el camino para su nacimiento. Toca los corazones de otros con tu ejemplo. 11- Vive el ADVIENTO, en el cual eres camino para llevar a Jesús más corazones. El Adviento no es un portal, un árbol o un adorno de Navidad, tampoco una corona. El Adviento es invitar a Jesús a nuestra casa, a nuestra familia y a nuestro corazón y poder hacer que los demás también lo inviten y amen.

El Profeta Isaías, con la imagen de una calzada ancha que se llamará Camino Santo, nos narra cómo va a ser el momento en el que el Mesías esté presente en el mundo: "Los impuros no la transitarán, ni los necios vagarán por ella, no habrá por ahí leones, ni se acercarán las fieras. Por ella caminarán los redimidos, volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría”. Navidad se escribe con N de Niño nacido Navidad se escribe con A de amor inmenso Navidad se escribe con V de vida plena

I de ilusión cumplida Navidad se escribe con D de don gratuito Navidad se escribe con A de alegría auténtica Navidad se escribe con D de DIOS ES AMOR. Navidad se escribe con

Web de Javier


VENTANA DEL POEMA NAVIDEÑO Autora: FLOR DEL CARMEN

“LOS PASTORES DE BELÉN” Los pastores muy alegres vienen cantando para conocer al Niño que ha sido anunciado.

Quiero que reclines sobre mi frente tu cabecita de oro. Eres la luz de mi sueño bello Niño amante.

Traen miel, queso, leche de cabra, y paja para el buey. Quieren saludar al Niño que sonríe en el pesebre.

Duerme lucero, Duerme luz de estrellas. Duerme entre hosannas. Duerme, Niño, duerme entre mis poemas.

La estrella de Belén ilumina el camino. los pastores en tropel buscan al Divino Niño que ha nacido.

“LLORA EL NIÑO”

Los ángeles cantan bellas melodías de cristal alabando al Niño desde el blanco rosal. Nació sin choza, ni lana, en una cueva y un pesebre tan pobre como el más pobre. Pero será el Rey del Cielo, según anuncia el ángel. Los pastores muy alegres vienen cantando para conocer al Niño que ha sido anunciado.

“MARÍA CANTA UNA NANA” María canta una nana para el Niño que llora __ “Duérmete mi Niño, duérmete mi Rey entre pajas tibias y el aliento de la mula y el buey. Aunque la paja no es corona para un rey, hoy son rosas y jazmines lo que hay en el pesebre. Tejeré un manto para abrigarte y unos pañales con los lienzos de mi corazón.

San José trabaja, hace un sonajero para alegrar el Niño, cuando esté llorando Canta un jilguero una dulce melodía María tiende pañales allá en el romero. El Niño está llorando sobre paja y cartón y José asierra la madera para hacer una cuna al Divino Niño llorón. El sol ya se esconde entre bellas montañas. La luna los mira sentada en la ventana. Duerme mi Niño, duerme entre ángeles y querubines, antes de que llegue el viento frío y la nieve. Cantemos a Jesús recién nacido para que duerma, cansado de llorar por los pecados del mundo.


VENTANA DEL POEMA NAVIDEÑO UNIVERSAL LOS TRES REYES MAGOS RUBÉN DARÍO

-Yo soy Gaspar. Aquí traigo el incienso. Vengo a decir: La vida es pura y bella. Existe Dios. El amor es inmenso. ¡Todo lo sé por la divina Estrella!

Ángeles divinos, que vais volando, que se duerme mi Niño, tened los ramos. JESÚS, EL DULCE, VIENE

-Yo soy Melchor. La mirra aroma todo. Existe Dios. Él es la luz del día. La blanca flor tiene sus pies en lodo. ¡Y en el placer hay la melancolía! -Soy Baltasar. Traigo el oro. Aseguro que existe Dios. Él es el grande y fuerte. Todo lo sé por el lucero puro que brilla en la diadema de la Muerte. -Gaspar, Melchor y Baltasar, callaos. Triunfa el amor y a su fiesta os convida. ¡Cristo resurge, hace la luz del caos y tiene la corona de la Vida!

Autor: JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Jesús, el dulce, viene... Las noches huelen a romero... ¡Oh, qué pureza tiene la luna en el sendero! Palacios, catedrales, tienden la luz de sus cristales insomnes en la sombra dura y fría... Mas la celeste melodía suena fuera... Celeste primavera que la nieve, al pasar, blanda, deshace, y deja atrás eterna calma...

PUES ANDÁIS EN LAS PALMAS Autor del poema: LOPE DE VEGA

¡Señor del cielo, nace esta vez en mi alma!

Pues andáis en las palmas, ángeles santos, que se duerme mi Niño, tened los ramos.

¿DONDE ESTÁ LA NAVIDAD?

Palmas de Belén que mueven, airados, los furiosos vientos que suenan tanto. No le hagáis ruido, corred más paso; que se duerme mi Niño, tened los ramos.

Os ha nacido hoy en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. ¿Quién recuerda Tu obra y Tus enseñanzas y los muchos milagros que realizaras?

El Niño Divino, que está cansado de llorar en la tierra por su descanso. Sosegar quiere un poco del tierno llanto; que se duerme mi Niño, tened los ramos. Rigurosos hielos le están cercando; ya veis que no tengo con qué guardarlo.

¿Dónde está la navidad, Señor? ¿Qué quedó de ella, de ese mensaje hermoso que el ángel diera?

¿Quién se postra a Tus pies para adorarte? ¿Quién te ofrece Señor, incienso y oro? ¿Quién recuerda de veras Tu nacimiento, que del cielo nos trajo tan gran Tesoro? Perdónanos Señor por el olvido. Perdónanos Señor por la inconsciencia. Perdónanos Señor por el pecado… De hacer de la Navidad, solo una fiesta. Donde año tras año, se cumple el ritual, Al que se le ha dado el nombre de Navidad. Y se adornan las calles, y se comen turrones, Y a Ti te siguen cerrando los corazones. Y una pregunta en el aire, suena y resuena; ¿Hallará fe el Hijo del Hombre… Cuando vuelva? Autora: Mª Isabel Cazorla López


“VENTANA DEL CUENTO NAVIDEÑO” “SUBÍ A CORTAR UNA ESTRELLA” FLOR DEL CARMEN/ 17

El sueño tocó al niño con sus dedos de rosa, pero pudo más el duende del insomnio y los ojos de Juanito danzan bajo las estrellas, que asoman sus curiosas miradas a través de la ventana de aquel sombrío cuarto. __ A este niño le faltan besos, abrazos, está muy triste. Sobre todo, le falta el calor de una madre –pía el ruiseñor, que llega a cantar al frente de su ventana, todas las tardes. __ Sí, dice el árbol, apenado… Si pudiera lo mecería en el abrazo de mis ramas. El niño ha pasado un año largo, sentado al borde del camastro. Mira por la ventana día y noche, porque este es su mundo. No puede caminar y su silla de ruedas está descompuesta. Por las mañanas, divisa a las golondrinas y patos que emigran al sur, pues estamos en vísperas de Navidad y hace frío, que trae el Viento Norte. Ellas buscan el calor del trópico, pasarán estos meses haciendo sus nidos. A media mañana saluda a las mariposas que llegan a libar la miel de las chinas, las begonias y los geranios, que tiene su hermana sembrados en un pequeño jardín debajo de su ventana. Vigila el riachuelo cantarín que parece una cinta desplegada y ondeante, que pasa cerca de la casa para observar a los animales que se acercan a beber. Cierto día pudo ver a un jilguerillo que entonaba maravillosas melodías, mientras se bañaba. Los zorros, las ardillas, iguanas y conejos salvajes son clientes frecuentes del playón. Por las tardes, observa a los cuervos en grandes bandadas, regresar a dormir sobre los laureles de la India. Desde aquel ventanal toma el sol por la mañana y por la tarde, mira a través de la puerta de la casa, el bello atardecer con un sinfín de colores. Se regodea cuando llueve y se atemoriza con los rayos y truenos. Entonces su hermana lo abraza y lo consuela. Juan es un niño en extremo delgado, de piel blanca, de ojos hundidos color café con pestañas pobladas y de mirada viva. Su cuerpo no funciona bien, pero su mente es muy clara y traza sus propios mundos. Observa como los rayos de sol se cuelan entre las ramas y proyectan fantasmas que besan la patria y danzan, se encogen y alargan, por último las nubes tapan al rey y las sombras se diluyen entre el pasto y las violetas. Dialoga con los pájaros, las nubes, la niebla, como si ellos escucharan. Se ha acostumbrado a hablar solo… Su voz es triste, habla tan quedo, que solo él la escucha. El reloj de la iglesia da la hora con campanadas y él las oye todas. A veces le da tos, de tanto estar acostado, es una tos poética, dulce, resignada, tímida, discreta…, como música de sordina. Un par de palomas llegan a su ventana, donde les pone unas boronas de pan o de tortilla y a veces, arroz. Se reconocen mutuamente. Ellas llevan sus mensajes para el viento, la lluvia, la niebla… Juan las ama, son sus amigas del alma, lo acompañan en los momentos de más soledad y le son fieles. Por la noche, mira a la luna regodearse ante el sol moribundo y lucir sus rayos plateados sobre los árboles del patio. Luego, dialoga con las estrellas a las que les ha puesto nombres: Sirio, Ani, Cori, Otto, Lucy… __ Pobrecillo –dice una estrella a otra– le debe doler todo su cuerpecito. __ Pero es muy dulce, porque puedo leer sus pensamientos. Es considerado con su hermana Rosita y procura no molestarla con sus malestares. El niño estoicamente soporta lo que le ha tocado vivir. A Juanito le diagnosticaron una Distrofia Muscular Progresiva, que ha ido aumentando y le impide caminar y las manos se le atrofian lentamente, aunque todavía puede escribir. Tiene solo once años… Su hermana Rosita es la que lo cuida, pero debe lavar ropa ajena y plancharla para luego ir a dejarla a las casas y así ayudar con el gasto para poder comer. Ahora mismo, ella ha salido a dejar una ropa lavada y planchada a la Hacienda “Los Reyes”. Cuando regresa, pasa al almacén de víveres, compra una manzana y un ramito de uvas para obsequiar a su hermanito Juan, de regalo de Navidad. Su hermano Carlos trabaja lejos de la casa y vuelve los fines de quincena para traerles la comida y al día siguiente, regresa al trabajo en el puerto, cargando banano en los barcos. __ Carlos, cuéntame cómo son los barcos… –Pregunta Juan. El hermano inventa una historia que el niño cree. __ Bueno, yo estuve dentro de un barco hace poco y tiene una plataforma muy grande, que se llena de contenedores para tráiler, repletos de bananos y cacao, que van en proceso de maduración durante el viaje. Dice el capitán, que esos bananos van hacia Europa, un continente muy lejano y que ahí los venden en los supermercados, cuando maduran. Además vi los camarotes donde duermen los marineros, que hacen el aseo del barco y están ubicados en el casco. Tiene una cocina y oficinas para recibir gente importante y la cabina de mando donde viaja el piloto del barco, supervisado por el capitán y sus ayudantes. __ ¿Hacia dónde van los barcos? –Pregunta Juancito muy interesado. __ Bueno, van a muchos países como España, Francia, Alemania, Rusia e Italia. Países exóticos donde hay de todo y la gente vive muy bien. Posiblemente van a China, Japón y otros países de oriente, desde donde vuelven


cargados con todas esas cosas de Navidad, que la gente compra. __ Entonces van llenos y se devuelven llenos, también. __ Así es, hermanito. Todo lo que te puedas imaginar existe en un barco, es una gigantesca casa. El niño cierra los ojos y se imagina un barco muy grande, que cruza en el mar de su imaginación. __ Carlitos, ¿no habrá en esos países una cura para mi mal? __ Quizás sí, Juancito, pero no está a nuestro alcance… ¡Duérmete ya! Voy a dormir, estoy cansado del viaje. Carlos le da un beso, lo arropa y se retira al otro cuarto. El niño se queda despierto dando cuerda a su barco, que nada en el mar de su fantasía y él es el capitán que va en la barandilla de la proa, que se eleva hasta el cielo. Son muy pobres, pero viven tranquilos. Han cenado sopa de gallina y se sienten muy satisfechos y de postre han comido un trozo de rosca navideña, que trajo Carlos. Hoy es Nochebuena. Por suerte, viven en casa propia, en un pequeño terreno que había comprado su padre y que después del accidente con la sierra…, en el bosque, le quedó a su madre. Pero ella, también falleció hace un año. Su hermano se ha hecho cargo del gasto, pero gana poco y les trae lo básico. La hermana Rosita ayuda también y el niño casi siempre está solo, por esta razón. Rosita lo ama, le tiene la ropa limpia, planchada y quiere estar a su lado, pero debe ganar un poquito para darle una mejor calidad de vida. Juan no tiene sueño, así es que mira las lucientes estrellas por la ventana. Con dificultad trata de incorporarse. Es Nochebuena y está muy contento, ha venido su hermano Carlos y su hermana ha hecho una sabrosa cena. También puso un Nacimiento pequeñito sobre una mesita, con toda la fe y el amor por la Navidad, que su madre le enseñó. Le colocó unas bombitas de colores y recogió musgos y líquenes, entre un seto de árboles cercano. Agregó unas ovejitas y un pastor. El ángel de yeso tiene escarcha que brilla con la poca luz, que viene de afuera, pero le falta la estrella… La noche está muy fresca y clara. __ Si pudiera subir a cortar una ‘estrella’ para mi Portal… Hay miles de estrellas que parpadean allá en lo alto, saludando a todos los belenes del mundo. De repente, entra una pequeñísima estrella por la ventana y el niño con gran dificultad la atrapa. Es una luciérnaga, que anida entre sus manitas deformes. Una luz especial embellece su nacarada y pálida faz, que esta noche tiene un brillo especial. El niño toma un frasquito transparente y coloca ahí al insecto, que sigue prodigándole su tibia luz y lo coloca en la bolsita de su camisa. Mira por la ventana y siente que el Espíritu del Niño Dios, se ha acercado y lo llama… __ ¡Ven Juan…! ¡Ven, no tengas miedo…! ¡Juguemos…! Juan observa movimientos extraños en el cielo y se sorprende… Las estrellas se alinean formando una escalera. El niño siente un cosquilleo en sus piernas que sanan milagrosamente y Juan se pone en pie, trepa a la ventana y sube por un rayo de luz hasta la estrella Ani y pegando brinquitos llega a Cori, luego a Otto y a Lucy. Escala a través de muchos luceros más hasta llegar a Sirio. Luego, da un gran salto hasta alcanzar a la Estrella del Niño, más grande y más brillante que todas. La corta y la pone en su pecho, para colocarla en el portal. Pero mira más allá de las estrellas y ve una luz sublime. Aquella estrella es más luminosa e imperecedera que todas, la cortará. De nuevo, sube y sube, usando como peldaños a las demás estrellas. Remonta hasta el lucero más brillante del universo y se encuentra en un bellísimo lugar, donde puede correr, brincar y jugar sin ninguna dificultad, como cuando era saludable. Ahí encuentra a un Niño, que tiene una aureola de luz y que está dispuesto a jugar ‘Escondido’ con él. El Niño se oculta detrás de un gran árbol de manzanas y Juan lo busca. Al hallarlo, desgranan grandes carcajadas de felicidad y de nuevo a correr por todo el hermoso jardín del Edén. Juan en su regocijo, olvida regresar a la tierra. Tiene un ardiente fuego en el corazón y se transforma en estrella. Al alba, sin encender la luz para no despertarlo, su hermana Rosita, se levanta a colocar su humilde regalo a la par de su almohada y mira que el pecho del niño despide un resplandor rojizo, como si su pecho tuviera una llamita encendida. Se acerca y observa su rostro, está muy pálido y yerto, pero con una sonrisa en los labios y una luz en el pecho, que parpadea. Sobre la mesita de noche encuentra la libreta donde Juancito había escrito algo: __ “Subí a cortar una estrella…” FLOR DEL CARMEN/ 17 “DISFRUTA DE LA NAVIDAD, PERO NO OLVIDES A JESÚS EN TU CORAZÓN Y EN TU MENTE” “FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO 2 018”


“VENTANA DEL HUMOR” 1-Jamás me quito la ropa pero si me pongo un disfraz, y sobre mi vestido verde llego a la Navidad. ¿Quién es?

El pastel

2. En mis grandes jorobas llevo a los reyes que vinieron del desierto sin agua y sin alimento, para ver el nacimiento de Jesús Nazareno. ¿Quién es?

Camello

3. Salimos del oriente con rumbo hacia Belén y si quieres tus juguetes escríbenos a los tres. ¿Quiénes son? 4. Lleva almendras, maní y miel, se come en la Navidad y con un sabor delicioso nos deleita. ¿Qué es?

Árbol de Navidad

5. Las comemos al compás de las doce campanadas cuando llega la media noche y empieza el Año Nuevo. ¿Qué son?

Uvas

6. Se dispone cuando se acerca la Navidad junto a los animales y personas, junto a los ríos y puentes, junto a los pastores y sus ovejas, frente a un ángel y una estrella. ¿Qué es? 7. Cae del cielo y parece algodón, Abrígate, porque causamos una extraña sensación de frío. ¿Qué es? 8.Tiene zapatos de madera y ojos de cristal. y dentro del establo siempre suele estar. Es guiado por un hombre gordo y seis remos, pasea en Navidad y tintinea al pasar ¿Qué es?

La nieve

El trineo

Reyes Magos

Pesebre de Belén


“VENTANA DEL CUENTO DE NAVIDAD UNIVERSAL”

CUENTO DE NAVIDAD RAY BRADBURY El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer viaje en cohete, y deseaban que fuera lo más agradable posible. Cuando en la aduana los obligaron a dejar el regalo porque excedía el peso máximo por pocas onzas, al igual que el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando estos llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios. __ ¿Qué haremos? __ Nada, ¿qué podemos hacer? __ ¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol! La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El niño iba entre ellos, pálido y silencioso. __ Ya se me ocurrirá algo –dijo el padre. __ ¿Qué…? –Preguntó el niño. El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Los pasajeros durmieron durante el resto del primer “día”. Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo: __ Quiero mirar por el ojo de buey. __ Todavía no –dijo el padre. Más tarde. __ Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos. __ Espera un poco –dijo el padre. El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en los regalos y en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea que, si daba resultado, haría que el viaje fuera feliz y maravilloso. __ Hijo mío –dijo–, dentro de medía hora será Navidad. __ Oh –dijo la madre, consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se iluminó; le temblaron los labios. __ Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron. __ Sí, sí. todo eso y mucho más –dijo el padre. __ Pero… –empezó a decir la madre. __ Sí –dijo el padre. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto. Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía. __ Ya es casi la hora. __ ¿Me prestas tu reloj? –Preguntó el niño. El padre le prestó su reloj. El niño lo sostuvo entre los dedos mientras el resto de la hora se extinguía en el fuego, el silencio y el imperceptible movimiento del cohete. __ ¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo? __ Ven, vamos a verlo -dijo el padre, y tomó al niño de la mano. Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los seguía. __ No entiendo. __ Ya lo entenderás –dijo el padre–. Hemos llegado. Se detuvieron frente a una puerta cerrada que daba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando un código. La puerta se abrió, llegó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces. __ Entra, hijo. __ Está oscuro. __ No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, mamá. Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por la cual podían ver el espacio. El niño se quedó sin aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre contemplaron el espectáculo, y entonces, en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar. __ Feliz Navidad, hijo –dijo el padre. Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas. “NAVIDAD ES AMOR. NO OLVIDES MANIFESTARLOS A TODOS”


EL ROMPECABEZAS

Emilia Pardo Bazán

El niño es una de esas criaturas delicadas y precozmente listas, que se crían en las grandes poblaciones, privadas de aire, de luz, de ejercicio, de alimento sólido y sano, víctimas de las estrecheces de la clase media, más menesterosa a veces que el pueblo. Siempre limpito, con su pelo bien alisado, formal, dócil y reprimido naturalmente, Eloy no da en la casa quebraderos de cabeza. Verdad que si los diese, ¿cómo se las arreglaría para meterle en costura su infeliz madre, viuda sola y atacada de un padecimiento crónico al corazón? Precisamente la verdadera causa del buen porte y conducta de Eloy es esa vehemente y temprana sensibilidad que suele despertar en las criaturas el temor de hacer sufrir a un ser muy amado, de entristecer unos ojos maternales, de agravar una pena que adivinan sin poder medir su profundidad. Eloy estudiaba las lecciones al dedillo, porque su madre sonreía con descolorida sonrisa cuando le oía recitarlas de memoria; Eloy cuidaba mucho la ropa y el calzado, porque se daba cuenta de que su madre no tenía para comprar y reponer lo manchado o roto; Eloy se recogía a casa al salir de la escuela, en vez de quedarse pilleando y haciendo travesuras con sus compañeros, porque su madre se alegraba al verle volver, y el chiquillo, con la intuición del corazoncito cariñoso, olfateaba que la melancolía de mamá se aliviaba con su presencia, y que al enviarle a aprender, separándose de él por largas horas, realizaba un sacrificio. Recordaba Eloy, sin embargo, confusa y minuciosamente a la vez, como recuerdan los niños, tiempos recientes en que su madre no se quejaba, en que vivía gozosa. Es cierto que entonces un hombre joven, brioso, animado, de pisar fuerte y negros bigotes, vivía en la casa. ¡El papá! Eloy asociaba su memoria a la de cabalgatas en las rodillas o sobre la punta del pie, violentos besos en los carrillos, un simpático olor a cigarro fino, risas y juegos y humoradas como de otro muchacho… Después…, el papá desaparecía, y la mamá tenía a toda hora los párpados hinchados y rojos. La casa se volvía callada y tristona, y Eloy sentía escrúpulos, recelos de jugar o de pedir alto la merienda, porque le parecía estar dentro de una iglesia oscura o de un sepulcro. Los conocidos que encontraba le hablaban en tono compasivo al preguntarle «si había noticias de papá, que estaba en la guerra». ¡En guerra! Por el acento con que madre y los amigos modulaban la frase, comprendía Eloy que la guerra era una cosa muy terrible, atroz, malísima. ¿Quizá en la guerra papá se podía morir? ¡Ah, vaya si podía! Como que una tarde, al volver de la escuela, Eloy encontró a su madre con un síncope, a la criada hipando, a las vecinas del segundo que se lo llevaron y le atracaron a golosinas «para que no se impresionase, pobre pequeño»… Y al otro día, mamá le reclamó, le abrazó silenciosa, sin verter una lágrima, y le vistió de negro: traje entero, desde las medias hasta la boina. El muchacho no sabía definir, no acertaría a explicar en qué consistía la muerte; pero estaba seguro de que era algo espantoso, y que ese algo les impediría ya para siempre vivir contentos. Lloró a escondidas por no afligir más a su madre, rezaba las oraciones que sabía, muchas veces, «por el alma de papá». Desde entonces empezó a empollar firme las lecciones, a no hacer nada malo, a doblar la chaquetita antes de acostarse, a volver «al reloj» de la escuela, con los libros atados bajo el brazo. El alma de papá de seguro aprobaba tal proceder. Sin embargo, el chico más juicioso es chico al fin, y Eloy, como oyese en los primeros días del año las conjeturas de sus compañeros acerca de lo que le traerían los Reyes, y los proyectos de zapatos colocados en la ventana o la chimenea, no pudo menos de dar suelta a la imaginación. También él deseaba que los Reyes le trajesen algo… ¿Por qué no se lo habían de traer, señores? ¿No había sido bueno el año enterito? Si pusiese su zapato en el alféizar de la ventana, ¿era justo que el zapato amaneciese vano como avellana vieja? Afortunadamente, la misma idea de la equidad se había abierto camino en el espíritu de la madre de Eloy. Ella, que jamás salía, que se ponía a morir en las escaleras, se echó a la calle la tarde del 5, envuelta en su modesto coleto de paño pasado de moda, y se detuvo en la tienda de juguetes. Cuando volvió a casa llevaba escondida una cajita plana de cartón. La escasez, al imponer el cálculo, destruye muchos gérmenes de poesía. ¡Qué no hubiese dado aquella madre por traer a su niño el fogoso caballo mecánico, la reluciente bicicleta, el caprichoso cinematógrafo, la locomotora de vapor con ténder y vagón, raíles verdaderos y caldera de cobre! Pero, ¡ay!, eran caprichos de media onza, diez duros, quince, y el bolsillo se encogía aterrado… No, no; convenía que el regalo


de los Santos Reyes magos, sabios y doctos, no fuese una inutilidad, sino que coadyuvase a la instrucción del niño… Y la madre adquirió, por módico precio, un rompecabezas geográfico, nada menos que el mapa de España… Así, Eloy, jugando, aprendería mejor lo que ya había dado pruebas de no ignorar, pues en Geografía llevaba el número uno. Levantándose a medianoche, dejó el huérfano su zapato entre la fría ceniza de la chimenea del gabinete, la única de la casa, encendida rarísima vez. Por la mañana, saltó de la cama, descalzo y tiritando, a ver si los Reyes… ¡Sorpresa inolvidable! Sus majestades se habían dignado venir: allí estaba la dádiva, el obsequio… ¿Qué encerrará aquella cajita chata, tan mona, con sus filetes dorados?… Eloy la cogió afanoso, se volvió a la cama blanda y tibia, y allí, con los brazos fuera y el tronco bien abrigado, desató la cinta y miró… ¡Anda, corcho! Los Reyes le habían traído un mapa… ¡Cómo les constaba el comportamiento de Eloy, su costumbre de «sabérselas»!… __ ¡De todos modos, un mapa! ¡Pch!… ¿No valía más un aristón o una lámpara mágica igual a la de Aladino… Empezó Eloy a reconciliarse con los Reyes al averiguar que el mapita era de pedazos, y se desbarataba y volvía a arreglarse… Y ya levantado, tomó el café caliente. Mientras mamá se preparaba para ir a misa, Eloy se divirtió, armó y desarmó el país, barajó a España cien veces, revolviendo a Zaragoza con Valladolid y a Salamanca con Vigo… De pronto, meditabundo, interrumpió su tarea e interrogó, inquieto, a su madre: -Mamá, te han engañado… El juguete está incompleto. Falta aquí mucha España. No encuentro la isla de Cuba. Ni a Puerto Rico… ¡Falta España! Se arrasaron los ojos de la madre, y se quedó parada, con el velito a medio prender. Por último, encogiéndose de hombros: -¡Esas tierras están tan lejos! -dijo-. Y ya no son de España, mira… Acierta el rompecabezas, porque… ya no son. ¡Allí murió tu padre…! Eloy calló: una tristeza mayor que las habituales, desmedida, que no cabía en el alma de un niño, pesó un instante sobre su pensamiento. Y con ademán expresivo, apartó y rechazó el regalo de los Reyes.

“NAVIDAD EN UN NIDO” Alborada. Dentro de un nido, entre tibiezas y arrullos: un pichoncito de jilguero oye a su padre cantar. Con asombro, pregunta a mamá: __ ¿Quién le dio tan hermosa voz a papá? __Hay un Creador, no puedo decirte dónde está ni cómo se llama. Sus palabras son semillas vivas para sembrarlas en los corazones. Escúchalo en el murmullo del viento, en el perfume de las flores, en el sabor de las frutas y en mis plumas que te calentaron en esta noche fría de Navidad. __ ¿Él está en todas partes y en todas las cosas? __ÉL vuelve a nacer cada Navidad en los corazones. Es campana eterna del amor que no pasa. ¡Escúchalo, ahora, ríe…!


VENTANA DEL POETA INVITADO

Ani Brenes

De su libro: “AL MAESTRO CON CARIÑO” CANCIÓN Hermoso milagro MAÑANITAS DE CRISTAL el que aconteció ANI BRENES Estas son las mañanitas que venimos a cantar a Jesús Rey de los cielos, que ha nacido en el portal.

¡Despierta, Jesús, despierta, venimos a disfrutar el calor de tu presencia y tu belleza sin par. Lanita de sus ovejas, los pastores han traído para hacer una cobija al niño recién nacido. Los Reyes desde el oriente han seguido aquella luz que en la forma de una estrella los conduce hasta Jesús.

pues nadie vacío de ahí se alejó. Pastores y Reyes Reyes y pastores con Jesús volvieron en sus corazones. Hoy no es nochebuena y no estoy en Belén, mas en mí el milagro sucede también. Si sigo la estrella, si busco a Jesús, podré fácilmente llenarme de luz.

“TRES”

Y yo con este canto, hoy te vengo a agradecer que hayas venido a la tierra bendiciones a traer.

Tres Reyes Magos por tres caminos cargan regalos para el Dios Niño.

“MILAGRO”

Un rico cofre lleno de oro y en las mochilas mirra e incienso.

Pastores y Reyes siguieron la estrella brillante y hermosa de la nochebuena. Reyes y pastores siguieron la luz que los llevaría al Niño Jesús. Con sus manos llenas fueron hasta Él: ovejas, incienso, queso, leche y miel, oro, flores, mirra, canciones y pan, aceite, mantillas y mil cosas más.

Vienen de oriente en tres camellos, siempre seguros mirando al cielo. Siguen la estrella hasta el pesebre donde entre pajas el Niño duerme. Y en un silencio colmado de paz tres Reyes se postran con humildad.


VENTANA DE LOS RECURSOS LITERARIOS

Consejos para escritores de CIENCIA FICCIÓN Y FANTASÍA “Escribe lo que quieras, pero escríbelo bien” 1) APRENDE INGLÉS. La CIENCIA FICCIÓN Y LA FANTASÍA está dominada por el inglés. Lograrás más lectores y reconocimiento si puedes publicar tu obra en inglés. Las grandes publicaciones de ciencia ficción son estadounidenses o británicas. En español no se lee mucha fantasía. A los escritores les cuesta vivir de la escritura. 2) SUSCRÍBETE A REVISTAS DE CIENCIA FICCIÓN Y FANTASÍA en inglés. De todos los libros que publica AMAZON, dentro del género de la FANTASÍA, son en inglés. Una muy pequeña parte es traducida al español. Si sabes leer en inglés tendrás una mejor visión de lo que se escribe sobre el tema en el mundo. 3) SUSCRÍBETE A REVISTAS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA ESPECIALIZADA y utiliza este material para tus historias y la creación de mundos nuevos. Debes de leer mucho, si quieres tener una visión más amplia sobre los adelantos de la ciencia. A veces son necesarios cursos sobre temas mitológicos o de química orgánica, química inorgánica, de toroides, nanotecnología, estrellas, galaxias y supernovas, para crear mundos verosímiles al lector. 4) COMIENZA POR EL CUENTO. Cuando domines esta técnica y sepas los recursos y técnicas para hacer un cuento redondo, estarás listo para ir más allá y hacer novela. Esos cuentos puedes mandarlos a los concursos literarios para ver su valor. Un cuento ganador o que ha sido escogido entre los diez primeros, te pone en la realidad de la validez de lo que escribes. Empezarás a ser publicado y a tener lectores. 5) MENOR CONSTRUCCIÓN DE MUNDOS Y MÁS CALIDAD A TUS PERSONAJES. Asegúrate de construir mundos con finales interesantes, con tus propias reglas y realidades, pero no te pierdas en ellos con demasiados detalles. Construye bien y simboliza a cada personaje con sus detalles. Crea un universo vivo. Usa mucha palabra literaria a la hora de hacer las diferentes descripciones de lugar, del clima y la naturaleza, escenario, de personajes, de detalle, fenomenológicas, etc. Delinea bien a tus personajes y busca para ellos buenos finales. Con suerte se convertirán en íconos. 6) DIÁLOGOS: Tanto en los cuentos como novelas se utiliza el diálogo, pero que sean de calidad con ritmo y dinamismo. Deben sumar al conjunto. Si no es así elimínelo. Evite divagaciones, rodeos, parloteo insulso. Responde con preguntas o con reacciones sentimentales o de sensaciones físicas, en vez de verbales. Valore los silencios. Puedes usar diálogos incoherentes, donde los personajes, cada uno habla de cosas diferentes. Hacer diálogos con personajes ausentes (diálogo de una sola voz). 7) SOLILOQUIOS: Cuando la persona piensa en decir algo, pero solo lo dice a nivel mental. SOLILOQUIO I: Habla consigo mismo. SOLILOQUIO II le dice algo a otra persona, pero no pasa de pensarlo. 8) MONÓLOGO: la persona habla a alguien pero nadie le responde. Discursos, sermones. ESCRÍBEME: florguez.segura@gmail.com


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.