EL PIRATA SM
BY ERIK CEMBREROS
El pirata SM Había una vez un pirata llamado SM, le llamaban SM porque él era un Señor Misterioso del que nadie conocía su nombre pero sí sus hazañas. Esta es la historia de una de ellas. Todo empezó en un día soleado, pleno Agosto, SM estaba sentado en lo alto de la torreta de vig ía de un galeón francés que tomó “prestado” a un general de igual nacionalidad llamado Bonaparte, Napoleón Bonaparte; cuando divisó a través de su catalejo de bronce una pequeña embarcación de hermoso roble y con la bandera ondeante de la armada inglesa. Veloz SM se apresuró a ordenar a sus hombres que sacaran el C.C.C (Cañón de Cadencia Continuada) posteriormente llamado ametralladora. Era una estructura de bello castaño con ocho cañones de dos metros de longitud y una abertura de dos centímetros de ancho, todas unidas por un cinturón de hierro forjado y con las cargas automáticas de pólvora preparadas para poder disparar mil veces cada cañón antes de recargar, suficiente para hundir un pequeño bajel de guerra. Cuando sus hombres sacaron el C.C.C SM, como buen caballero, lanzó un aviso a la otra embarcación: -Virad 180 grados u os hundiremos –Aseguraba SM amenazante. La embarcación inglesa empezó a virar, parecía que se estaba rindiendo pero solo viró 90 grados, para mostrar la nueva adquisición de la armada inglesa, un C.C.C en el que una máquina de vapor elevaba un percutor que al crear fricción contra un pedernal hacia que solo hubiera que meterle pólvora y balines por dos embudos distintos. -¡Disparad, pero no toquéis ese invento, será nuestro!-Gritaba SM. A su orden, empezaron a disparar ambos bandos y aunque el C.C.C inglés era muy bueno, él solo no podía competir contra un C.C.C bastante bueno y 168 cañones de hierro forjado. El pequeño barco quedó hecho trizas en segundos y SM mandó anclar su barco encima de sus restos, quería mandar a sus buzos a por el C.C.C inglés. Después de vestir a los buzos, preparar el sistema de aire y también la plataforma que les subiría después de estar en el fondo marino; los buzos empezaron a descender hasta que tocaron el fondo. Tiraron de la cuerda dos veces lo que significaba “está todo bien” y se dirigieron al arma, estaba perfecta solo tenía la pólvora mojada, ataron y lo subieron. Parecía que todo estaba bien hasta que, de repente, la máquina de vapor empezó a funcionar, el traqueteo debilitó la cuerda que terminó por romperse provocando que los buzos junto con la nueva arma se sumergieran hasta el fondo. -¡Maldita sea!- Se lamentaba el buzo Samuel.
-Mantengamos la calma, nos mandarán otro elevador- Decía Jack tranquilizador. En el buque pirata no hacían eso, sino que preparaban un nuevo invento que se le ocurrió a SM, una embarcación hermética, con 200 kilos de peso y que al tirarla al mar descendía rápidamente, aunque después ascendía con 10 motores de vapor que expulsaban cada uno 5 metros cúbicos de vapor por décima de segundo, como no se puede respirar debajo del agua tenían oxígeno sólido, piedra que SM conseguía al exponer las partículas de aire a una presión tan grande que se juntan y se solidifican; un barril de 10 kilos con oxígeno sólido puede tardar en agotarse 24 horas con 10 personas. El submarino, así lo llamó SM, empezó a sumergirse hasta llegar a los buzos, les recogió mediante un sistema de exclusas y comenzó a emerger, el barco lo recogió y se fueron hasta una pequeña isla cerca de Cerdeña propiedad de SM. Al desembarcar SM se dirigió directo a su cueva del tesoro donde guardaba todas las cosas interesantes que se “encontraba”, colocó el C.C.C a vapor en medio de la cueva y empezó a limpiarla con un paño y aceite. Cuando lo estaba limpiando encontró una inscripción que decía “Created by Jefry Kaláshnikov” -Yo tenía un aparato inacabado y unos papeles suyos- Divagaba SM.
Empezó a rebuscar en su inmensa estantería y terminó por encontrar un documento escrito a mano que decía:
“Por Jefry Kalásnikov, el viaje en el tiempo. Afirmo que es posible viajar en el tiempo, si unas partículas de perlidia son aceleradas con un aparato en el que estoy trabajando, llamado, acelerador de partículas. El único inconveniente sería que solo se podrá viajar al futuro y no al pasado.” SM fue corriendo hacia otro invento en el que ponía “acelerador de partículas”, lo encendió le echó unos polvos de perlidia y… no pasó nada. SM pensó en el nombre “acelerador” y, de repente, cayó en la cuenta de que el invento era anterior a la máquina de vapor, entonces reemplazó unas aspas de madera por la máquina de vapor y… ¡Plof! SM estaba mareado, confuso y en ¿Oviedo? Cuando volvió en sí miró hacia todos los lados y le preguntó a un hombre: -¿En qué año estamos? A lo que el hombre respondió: -Estamos en el 9 -¡Ya es 1809! -No, ya es 2009, miré el periódico de hoy, hay un loco que dice que se puede viajar en el tiempo. SM no respondió, porque acababa de ver a un niño de apenas 11 años leerse una enciclopedia y a gente saliendo de un sitio, llamado biblioteca, con libros en la mano. Comprendió que estaba
en el futuro y se compró una casa con 100 de los 20.000 doblones de oro que había traído. Después de tres meses abrió una editorial con su nombre para que los niños pudieran aprender.
Y… esta es la historia de SM.