Realizado por: Nataly Elena Villegas (producci贸n y dise帽o) Daniel Jizar (Ilustraci贸n) Historia: Carlos Andr茅s Cardona
- Resumen Vicentico se encuentra tomando un aguardiente en el bar de costumbre, el que atiende su amigo Saúl con quién se conoce desde los primeros días en que llegó al barrio después de presenciar el asesinato de su hermano . Durante la noche llegan dos mujeres muy bonitas quienes no frecuentan el lugar, pero que por su belleza llaman la atención de los hombres que allí se encuentran, en especial de Vicentico quién se queda mirando una de ellas. Después de un tiempo Vicentico ve a las dos mujeres salir por la puerta del bar, pero no se da cuenta que tras de ellas va un tipo que también suele frecuentar el bar. Esa misma noche en la madrugada, mientras está en su cuarto afinando su guitarra, recibe una llamada a su celular, pero decide no atender y se acuesta a dormir. Tres horas mas tarde despierta y ve que hubo mas llamadas del mismo número, sin responder a las llamadas se levanta, se pone la ropa que encuentra y sale de su cuarto. Llega a una estación de policía donde trabaja como dibujante de retratos hablados, allí lo espera una de las chicas que salio del bar, pero el no la reconoce, Ellas fueron víctima de un intento de violación en horas de la madrugada, Vicentico se limita en realizar su labor sin determinarla, pero la descripción que la mujer está dando le llama la atención. Al llegar a su cuarto, saca una caja donde tiene algunas pertenencias del pasado, sobretodo de su hermano mayor con quién compartía mucho tiempo, entre aquellos elementos descubre un retrato hablado hace mucho tiempo, es el asesino de su hermano quién fue visto por un testigo anónimo en el momento que cometía el delito. Vicentico sale con el dibujo apresuradamente para la estación donde trabaja y descubre que las mujeres que intentaron violar fueron las mismas que él vio insistentemente en el bar de Saúl, se acerca al tablero donde colocan los retratos hablados y mira con detalle su último dibujo, el agente Abad lo mira con atención sospechando que él conoce al victimario, Vicentico da vuelta y de inmediato el agente Abad se esconde sin poder ver mas el tablero, Vicentico saca el retrato del asesino de su hermano y lo compara con el que está en el tablero, la similitud no deja dudas, es el mismo hombre.
Vicentico sale entonces con apuro hacia el centro médico donde está en recuperación una de las mujeres violentadas, al llegar al lugar ve que está acompañada por la amiga que hizo la descripción del acusado, se acerca a ellas y les dice que él quiere ayudarlas a encontrar al sujeto. Marina, la mujer que está en la cama se niega por el miedo. Alicia quién fue la mujer que hizo la descripción de los hechos y quién fue la mujer que él tanto miró, accede a ayudarlo. Las sospechas los llevan a pensar que el victimario también se encontraba en el bar, por lo que pactan un encuentro en un lugar cercano donde puedan ver las personas que entran y salen del bar, un rato después Alicia ve salir al sujeto, de forma sigilosa comienzan a seguirlo por las calles del barrio intentando no ser vistos de forma sospechosa por ningún transeúnte, el sospechoso gira en una calle solitaria, Vicentico y Alicia se quedan observando desde la esquina, Vicentico se gira y le dice a Alicia que vaya a la estación mientras él se queda vigilando al sujeto, ella se resiste por un momento pero finalmente la convence, mientras esto sucede el sospechosos ha vuelto a salir de la casa y a desaparecido por la esquina de la cuadra siguiente, cuando Alicia ha desaparecido de su vista, Vicentico vuelve su mirada a la puerta por donde entró el sospechoso, sin dudarlo corre hacia ella, toma un varilla que encuentra en el camino y toca la puerta, al abrirse Vicentico le da un golpe a la persona que se encuentra adentro tumbándolo al suelo, se arroja encima y comienza a ahogarlo mientras lo insulta por asesinar a su hermano. Al día siguiente, a su llegada a la estación es recibido por un agente a quién no reconoce, éste mismo se tapa el velero que dice su apellido y lo reta a que adivine quién es; Vicentico se enoja y le pregunta por que esta haciendo eso , Abad destapa su velero y le responde que el capitán le ha contado todo, que su historia clínica dice que padece de un desorden mental que no le permite reconocer ningún rostro, Vicentico le resta importancia y pregunta por el caso del violador, el agente le responde que lo andan buscando porque una de las chicas llegó por la noche a decir que sabía donde vivía, pero que apenas llegaron encontraron muerto a su hermano menor.
- Cuento (fragmento) Vicentico está en el bar de siempre, el que atiende su amigo Saúl. Con tranquilidad se toma un aguardiente, él suele tomárselo de forma diferente al resto de las personas quienes lo beben shot style. Vicentico en cambio, lo bebe como un trago largo a pequeños sorbos. En el bar suena “las tumbas de Ismael Rivera” a gran volumen. El bar está levemente iluminado por luces cobre, como de un rojo desgastado, oxidado; éstas luces no alcanzan siquiera a denunciar todo el espacio, entre la penumbra que dejan los haces de luz y el humo apenas se alcanzan a ver algunas figuras sin mucho detalle. Es el ambiente en el cual Vicentico se siente más a gusto; la atmosfera lúgubre del sector no lo ha dejado desde los primeros días que llegó, días luego de presenciar el asesinato de su hermano. Aunque no le gusta entrar en contacto con la gente, en este ambiente se mueve en su salsa, pues su afinado oído así lo permite, sin tener que esforzarse por reconocer el rostro de nadie que se le acerca. Es bien conocido en el sector, a donde llegó ya hace 5 años, después que la vida le cambiara dramáticamente, desde entonces le dicen Vicentico, no ha cambiado mucho su fisionomía, sigue siendo pequeño y delgado, pero su cara ya refleja otras experiencias. Es un tipo callado y solitario, pero no le faltan los amigos que a fuerza de proximidad y estilo de vida ha hecho. Se toma su aguardiente lentamente, mientras recuerda, se pierde en sus pensamientos con la mirada dirigida al vacío --En esta ciudad no faltan los pillos haciendo porquerías y los ojos curiosos que los ven, y mejor que no falten, porque después de unos trazos eso se vuelve plata para mi— piensa Vicentico llama a Saúl y le pide que le sirva más aguardiente, al mismo tiempo por la puerta del bar se ven las siluetas de dos mujeres que entran cortando la luz de la calle, las dos chicas avanzan a lo profundo del bar hasta que se sientan en una mesa cerca de la barra, a tan solo unos metros de Vicentico. La escasa luz de la barra alcanza a las dos mujeres lo que les permite a Saúl y Vicentico ver sus rostros, él segundo queda atónito por la belleza
de una de las mujeres, aunque solo la alcanza a ver de medio perfil. –que mujer tan linda— le dice a Saúl -- ¿qué harán por acá ese par de reinas?— termina su frase sin dejar de mirar a la mesa de las nuevas clientes. -- ellas vienen cada semana--- le responde Saúl Vicentico lo mira con desconcierto y lo niega con la cabeza. -- Es mas, la que a usted le gustó, la de la derecha—continúa Saúl – ustedes ya tuvieron un rollo , pero como usted se hace el loco y que no reconoce a la gente…esa vieja le quedó toda ofendida. -- Noooo, eso es pura mierda--- responde Vicentico—yo a una mujer así no la olvidaría --- Eso dice usted ahora, pero como usted tiene la teja corrida, no se sabe ---- Deje de decir bobadas, usted no sabe de lo que habla—replica Vicentico con cierto malestar. Se queda pensando y luego mira nuevamente a Saúl que limpia unos vasos con un trapo y le pregunta --- ¿me estas hablando en serio? ¿ yo la conozco?— Saúl se ríe y le responde --- no, solo estoy jugando con vos --Vicentico lo mira con desdén, coge el vaso y se toma un trago volviendo la mirada a la mujer. Al cabo de un rato, todo sigue igual, la música sigue sonando duro y el bar sigue lleno de personas que no se ven los rostros. Vicentico no sabe ya cuantos aguardientes se ha tomado, pero aún así no es capaz de hablarle a la mujer que tanto mira, ellas por el contrario se preparan para salir y llaman a Saúl, éste sale de la barra y va hasta su mesa. Hay varios hombres que las miran, pero al otro lado del bar hay uno en especial que no les ha quitado los ojos de encima al igual que Vicentico. Vicentico las ve salir del bar, pero no se percata que unos segundos después sale también el otro hombre que las miraba.
Todo en el bar sigue tranquilo, incluso Saúl que después de unos instantes se percata que aquel hombre ya no se encuentra en su sitio, que se ha ido sin pagarle. Saúl va entonces a la barra, toma un lapicero y anota en una agenda lo que parece es la cuenta de aquel hombre. Vicentico absorto en sus pensamientos inútiles no se da cuenta de nada y pide otro aguardiente. ----En la madrugada Vicentico ya está en el pequeño cuarto del pensionato que alquila en el centro de la ciudad, cerca al bar de Saúl. Sentado en el borde de su cama intentando dibujar el rostro de la mujer que hace algunas horas lo impactó por su belleza, en la hoja que tiene en sus manos se alcanzan a ver algunos trazos incongruentes que mas parecen una mala imitación de Picasso que un dibujo de una hermosa mujer, Vicentico para de hacer trazos en el dibujo y lo mira por un instante con detalle, vuelve a hacer unos trazos, en esta ocasión hace una cuadrícula de toda la hoja, es un pequeño patrón que aprendió en su trabajo de retratista freelance para la policía, en aquel patrón se pueden ubicar con precisión las partes individuales del rostro de cualquier persona, en la cuadrícula se ve que algunas partes del rostro que dibuja no están en el lugar que les corresponde, él se irrita y pasa las hojas anteriores de su block, en todos los intentos, el dibujo es diferente. Vicentico arroja con rabia su block y se para, dando algunos pasos desesperados mientras murmulla entre dientes.
camino (fijamente), Vicentico no responde a sus miradas y pasa derecho sin hacer gesto alguno de amistad, después que pasa uno al lado del otro, Saúl se vuelve por un instante y lo mira por la espalda, gira hacia el frente para seguir caminando mientras sonríe y agita su cabeza con extrañeza.
-- la vi toda la puta noche, porque no soy capaz de recordarla---
-- ¿Cómo así que cómo le va?—Le replica el capitán – lo estuve llamando toda la noche, usted sabe que el mejor momento para coger a un pillo es al poco tiempo que cometió el crimen. Vamos para que haga sus dibujitos, nosotros ya la interrogamos—
Al instante suena su teléfono celular, se dirige hacia él y lo toma en su mano izquierda, mira la pantalla y ve que es una llamada del capitán Martínez. Lo vuelve a colocar en el nochero y deja que timbre hasta que se cansen. Toma su guitarra e intenta afinarla un poco, acerca su oído a las cuerdas y ejecuta unas notas. ----Después de dormir un par de horas, Vicentico despierta con un rayo de luz en su rostro, se sienta sobre su lecho intempestivamente y mira su teléfono celular, en la pantalla de este se alcanza a leer 4 llamadas perdidas, pero Vicentico no mira de quién son las llamadas, sin embargo se para de la cama, pone en funcionamiento una cafetera que tiene en algún rincón del cuarto y luego se va para el baño para lavarse la cara, se pone alguna ropa que se encuentra regada en el cuarto mientras se sirve un café. Sale de su cuarto, está caminado por una de las calles del barrio, de frente a él viene Saúl, quién lo mira con indiferencia y sigue su
Vicentico continúa su camino hasta llegar a la estación de policía, a su entrada lo recibe un agente al cuál no reconoce, sin embargo este agente lo saluda amistosamente--eh…que carita! ¿Mucho guayabo?- le dice el agente con frescura – venga, sígame que desde hace rato lo está esperando el capitán Benjumea, incluso lo estuvo llamando— Vicentico no pone mayor atención a lo que el agente le dice, en cambio intenta reconocerlo, pero es difícil, todos los agentes son igualitos, el mismo motilado, el mismo caminado, muy pocas características los diferencian, y de todas formas Vicente no pasa tanto tiempo con ellos como para conocer los detalles de cada uno. De cualquier forma sigue al agente a través de la estación, al fin y al cabo él sabe que aunque no lo reconozca, lo debe conocer. Llegan donde el capitán Benjumea y al instante el capitán llama la atención de Vicentico. -- Capitán, ¿cómo le va?—
--¿Y que fue lo que pasó? --Dos mujeres fueron interceptadas por un tipo, las golpeó y procedía a violarlas, pero una de ellas alcanzó a volarse, les avisó a Marín y a Rave que patrullaban el cuadrante y fueron al lugar donde las había llevado el tipejo ese pero ya no estaba, los buscaron por un corto tiempo hasta que escucharon los gritos de la otra mujer, apenas se acercaron al lugar donde se originaban los gritos el tipo ya estaba emprendiendo la fuga, no pudieron cogerlo, pero la mujer que está acá dice que lo recuerdan muy bien— Mientras conversaban, pasaron al frente de una mujer que se encontraba dormida en una banca y recostada sobre la pared.
--Ella es la que logró escapar—dice el capitán Vicentico pasa al frente de ella y la mira de reojo --huy que mujer tan linda, lástima la golpiza que le dieron, le dejaron los labios vueltos mierda—piensa mientras camina detrás del capitán. --¿Donde está la otra mujer?—pregunta Vicentico al capitán. --A ella la tuvimos que llevar a la unidad médica, el malandro ese tubo mas tiempo para golpearla, según ella, cuando llegaron los agentes estaba apunto de violarla-El capitán se dirige a una mesa y saca una silla --siéntese Vicente, yo le hago las preguntas a la mujer—Un agente se aproxima a la mujer, la despierta y le dice que se aproxime a la mesa. Vicentico saca sus implementos de trabajo tratando de evitar mirar a la mujer, él solo tiene que escuchar lo que dice. El capitán comienza a hacerle las preguntas a la mujer para que ella refresque la memoria, Vicentico comienza a realizar las cuadrículas, como esas que hizo la noche anterior mientras trataba de recordar a la mujer del bar. Vicentico está concentrado en su hoja, no levanta la mirada para nada, cuando comienza la descripción detallada Vicentico empieza a dibujar el rostro del sujeto, a medida que los trazos van descubriendo en mayor medida las características del sujeto; Vicentico comienza a pausarse, lo mira detalladamente, mira cada característica puntal que él usa para reconocer a las personas, mira sus ojos, la forma del mentón, la nariz. Se empieza a sentir extraño, parpadea con rapidez, se “restriega” los ojos parando de dibujar por un instante, el capitán lo mira. --¿Que pasó Vicente?—le pregunta el capitán. Vicentico quiere saber mas característica evidente que le permita reconocer a esa persona, siente que la conoce pero no sabe de donde. --¿tiene alguna cicatriz en la cara?—Le pregunta Vicentico a la mujer. --No, no recuerdo ninguna cicatriz en su cara—Le responde ella sin dudar.
--concéntrese usted en el retrato que yo hago las preguntas—replica el capitán. La descripción continúa hasta finalizar los detalles, Vicentico le muestra el retrato a la mujer y ella asiente, el capitán se lo arrebata de las manos a Vicentico y se lo alcanza a uno de los agentes que está próximo, quién lo va a escanear y a pasar al resto de las estaciones. El capitán y le mujer se despiden mientras Vicentico se queda sentado mirando el proceso de escaneo, cuando el agente termina, saca el dibujo y lo pone con un chinche sobre un corcho donde hay mas retratos, Vicentico se para y se acerca al tablero mirando con atención su último dibujo, pasmado trata de identificar porqué aquel dibujo lo impacta tanto. Luego de despedirse la mujer sale de la estación y el capitán se acerca a Vicentico. --¿Porqué esa mirada?—Le pregunta el capitán – ¿usted lo conoce? Vicentico lo niega con la cabeza, pero hace un gesto dubitativo con su cara --¿O es que se cree muy artista?—vuelve y le pregunta el capitán –si lo conoce es mejor que no se ponga a hacerle favores a ese pillo, usted sabe que también sale perdiendo—termina por advertirle el capitán mientras se retira para su oficina. Vicentico se gira para emprender su partida de nuevo a su ratonera, mientras el agente organiza algunos papeles al frente de él, éste le mira el velcro que contiene el apellido del agente y se despide de él con mas familiaridad. --Abad, suerte!— --Suerte Vicente, vaya duerma ese guayabo— Nuevamente es de noche y Vicentico se encuentra como de costumbre tomándose su aguardiente en el bar de Saúl, la inquietud no le permite pensar claramente, así que decide tratar de atar cabos a partir de lo que ha escuchado del capitán Benjumea, comienza entonces a pensar en la dos mujeres, cae en cuenta que la chica que había estado la noche anterior en el bar venía acompañada de otra mujer, también atractiva aunque no tanto como la que a él le gustó, pensó entonces que podrían ser ellas.