Cultivo de exterior
Soft Secrets
Las tareas del invierno Catar el pasado, disfrutar el presente, planificar el futuro Monseñor José Maria.
El declinar del verano y avance del otoño trae buenas noticias para el cannabicultor aplicado, los frutos de su trabajo ya se hayan listos para la cosecha, secado, curado y degustación. ¡Ah el íntimo placer del que cata en plenitud, el fruto de su trabajo!.
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factores claves es meter una cantidad de materia vegetal adecuada al tamaño de la bolsa y tener la maquina en la temperatura correcta para el sellado, no debe estar ni fría ni recalentada.
datos sobre temas tan diversos como climatología, comportamiento de las distintas variedades, prevención de plagas o fertilidad de la tierra, ayuda mucho a mejorar de un año a otro.
El sellado al vacío es excelente para la conservación, disminuye el volumen de la marihuana e impide la salida de olores delatores, por ello facilita el traslado y la ocultación en pequeños espacios. Se recomienda no usar una bascula para meter cantidades exactas en cada bolsa,
Preparar la tierra. El invierno es el momento ideal para preparar la tierra de la siguiente temporada, de forma que los diversos materiales tengan tiempo de interactuar entre si y favorecer en profundidad la
Ciertas variedades adquieren al final de la floración un tono violeta.
Envasado al vacío de marihuana curada.
Cada planta tiene su punto de maduración, unas ya están listas a finales de septiembre, mientras que otras se alargan hasta noviembre. Las puntas superiores suelen madurar antes, por ello lo mejor es la cosecha por partes, dado que ofrece un tiempo extra para que entren en sazón los bajos de la planta.
De la cosecha al curado. Como referencia para los cannabicultores inexpertos se propone que la mayoría de los pistilos de la flor ya estén maduros, es más exacto usar un microscopio y cortar cuando las cabezas de las glándulas pasan de transparentes a lechosas. Recoger antes potencia el efecto mental, cosechar tarde
demasiado lentos aumentan el riesgo de pudriciones. Cuando las ramitas secundarios se quiebran con un crujido, la yerba puede pasar a ser consumida o sometida a un proceso de curado en cajas de madera o cartón primero, luego en frascos herméticos que se airearán una vez al día al principio del proceso y cada vez menos, hasta llegar a abrirlos solo una vez cada dos o tres semanas. Conviene llenar bien los tarros para eliminar todo el aire posible. En el proceso de curado se suele invertir unos tres meses. Hay que vigilar bien los cogollos cuando se abre el recipiente, si aflora la humedad es que se han guardado demasiado rápido y aún no estaban secos.
“La planificación, el método, la recogida de datos, son aspectos cruciales.” aumenta la producción, pero también el efecto físico. Con el tiempo y la experiencia cada cannabicultor aprende a distinguir en que momento le interesa recolectar, en función de sus gustos, variedades con que trabaja y climatología. La siguiente parte del proceso es el manicurado o corte de las hojas. Se empieza por las más grandes que pueden servir para cocina y ungüentos, las más pequeñas y cubiertas de resina pueden ofrecer hachís de excelentes calidades. A la vez que se eliminan el follaje se inspeccionarán los racimos florales a la busca de infecciones o plagas, para dejarlos limpios de enemigos. Ha de secarse en un lugar oscuro, aireado y fresco, la humedad relativa ideal es 60% para que el proceso se alargue unos quince días, los secados rápidos dejan la yerba con sabor a clorofila que no se puede descomponer adecuadamente, los secados
La marihuana está almacenada es importante mantenerla alejado de luz, oxigeno y temperaturas excesivas, pues estos factores degradan el THC. Una solución típica es guardarla en recipientes herméticos y opacos que se colocan en un sitio oscuro, fresco y seco.
Envasado al vació. Una solución para el almacenado es usar una maquina de envasar al vacío, su uso cada vez es más popular en el campo para guardar embutidos y productos de la huerta, también es muy útil en el caso de la marihuana, de no poseerla se puede alquilar o pedirla prestada a algún vecino. Hay que asegurarse de que esté bien seca, pues de lo contrario se estropeará al envasarla al vacío. Antes del proceso se eliminarán todas las pequeñas ramitas, pues de lo contrario pueden producir roturas en la bolsa que dejen penetrar el aire, lo que abortaría la operación. Los dos
Después de una temporada exitosa el cannabicultor puede permitirse algún pequeño capricho como recompensa. Todos los años surgen buenas piezas de parafernalia como la Splif, la Share the Pipe o lo nueva versión del grinder Combat. La novedad del 2005 fue la Rolling Board, una bandeja para liar y tenerlo todo a mano sin que se pierda nada.
sino rellenarlas “a ojo”, de esta forma en caso de problemas policiales es más fácil justificar que no son dosis embolsadas y listas para la venta. Para saber el contenido de cada paquete, solo hay que pesar la bolsa antes de la operación y restarla de la cifra final.
Recogida de datos y valoraciónes. Los cultivadores de guerrilla pueden aprovechar este tiempo en buscar nuevos espacios donde realizar sus operaciones. Crucial tarea es valorar la última cosecha y planear la siguiente, observar aspectos que se podrían optimizar, donde estuvieron los fallos, cambios que permitirán mejorar en la siguiente campaña. La planificación, el método, la recogida de datos, son practicas que ayudan al avance en la cannabicultura. Una valoración correcta de cada operación facilita planificar con mayor éxito la siguiente temporada. Es importante buscar información en internet, libros y revistas, conocer
vida del suelo. En los terrenos nuevos hay que remover bien la capa superficial, y deshacer los terrones grandes de tierra, en los ya cultivados no hace falta trabajarlos tan en profundidad. Añadir materia orgánica, como estiércoles de animales, compost, guano de murciélago, humus de lombriz, harina de pescado o algas. Hay a la venta supermezclas muy apropiadas para esta operación, algunos ejemplos: Profi Mix de Bionova, Bio Supermix de Plagron, o Premix de BioBizz. La perlita es un excelente drenante y aligera suelos pesados, la turba de coco es una gran retentora de humedad. La rotación de cultivos y el uso de abonos verdes también son dos medios muy eficaces de mejorar la tierra. Los abonos verdes y el compostaje ofrecen excelente solución para los cultivadores de guerrilla que quieran mejorar su terreno de un año a otro, sin transportar sacos.
Instrumentos e Instalaciones. Otra operación invernal es guardar y reparar los instrumentos que no se vayan a utilizar hasta la siguiente temporada, bien limpios y engrasados los que lo precisen. Es mejor invertir una vez en instrumental de calidad y luego conservarlo, a comprar material de tercera cada poco tiempo. Los tiestos hay que lavarlos y sumergirlos en un baño con algunas gotas de desinfectante, dejarlos sucios de tierra es invitar a las plagas a anidar en ellos. Además de meditar los planes para la primavera que llega, se pueden emprender obras y mejoras, la construcción de un invernadero, preparar un compostera o semilleros protegidos para aclimatar plántulas y esquejes, son muchas las mejoras que se pueden planear y emprender en el invierno.