Por: Fabiola Sánchez
Dentro de la organización de nuestra Iglesia del Nazareno, contamos con una variedad de ministerios que nos ayudan a poder trabajar de una mejor forma para la edificación de la Iglesia y para así juntos alcanzar a otras personas para Cristo. Algunos de estos ministerios son: Ministerio de Escuela Dominical y Discipulado, Misiones Nazarenas Internacionales, Ministerios de Compasión, Ministerio de la Mujer, Ministerio entre los niños, Juventud Nazarena Internacional, y muchos mas, que nos ayudan a idear formar diferentes para darle atención especial a cada grupo de nuestra Iglesia como niños, jóvenes, adolescentes, mujeres, etc. Todos estos ministerios se enfocan a algo y a alguien en específico pero buscan cumplir juntos una misma misión: “Hacer discípulos semejantes a Cristo en las naciones”. Pero, ¿Qué relación tiene la Escuela Dominical y la JNI? La Escuela Dominical educa, enseña, forma discípulos basándose en verdades bíblicas y la Juventud Nazarena Internacional involucra a esos jóvenes de una forma dinámica por medio de diferentes programas, recursos y actividades, movilizándolos para alcanzar a más jóvenes para Cristo. De modo que la Escuela Dominical los ayuda en su formación espiritual como hijos de Dios y la JNI los encamina a distintos ministerios y formas de servicio. Definitivamente cada uno tiene un papel muy importante en la misión, pero para que ésta pueda cumplirse, es necesario que cada uno se prepare, se actualice y busque las mejores formas para lograr sus objetivos y metas.
Propositos: Ser, Amar y alcanzar Ser, Compartir, influenciar y alcanzar
Que ha pasado con la Escuela Dominical y los Jóvenes? En la mayoría de las Iglesias en nuestro país, contamos con Escuela Dominical especial para cada miembro de la congregación. Clases para párvulos, principiantes, primarios, adolescentes, jóvenes, adultos, e inclusive, para mujeres, varones, matrimonios jóvenes, personas con capacidades especiales, entre otras. La escuela dominical es un pilar fundamental en la formación espiritual de los adolescentes y jóvenes, y es la que permite que el joven comparta sus dudas con su maestro y otros jóvenes y así ir avanzando en su educación cristiana. A pesar de ser la Escuela Dominical un espacio tan importante para los jóvenes, hemos observado que en los últimos años, su asistencia a la Escuela Dominical ha disminuido considerablemente. Lógicamente las consecuencias de esto van mas allá de una simple baja numérica en las estadísticas de MED. El verdadero problema es que los jóvenes y adolescentes, al no asistir a la Escuela Dominical, o bien, al asistir y no recibir clases adecuadas a sus necesidades reales, truncan su crecimiento espiritual y repercute en toma de decisiones equivocadas, apatía, enfriamiento espiritual y muchas otras consecuencias que sabemos que afectan a los adolescentes y jóvenes en su vida y entorno. Ante esta situación podemos simplemente pensar en continuar con nuestras clases tal y como son hasta hoy, aunque veamos que no son del todo, del interés de los alumnos e inclusive son tan aburridas y fuera de contexto que prefieren llegar solamente al culto de adoración (que además es mas tarde y así podemos dormir un poquito más jeje). O bien, podemos ser parte de este RELANZAMIENTO DE LA ESCUELA DOMINICAL, en el cual debemos analizar que nos ha funcionado, que no, que debemos cambiar y que debemos mantener; para así llegar a las verdaderas necesidades de los miembros de la Iglesia y de las personas que nos llegan a acompañar por primera vez, logrando que la Escuela dominical involucre a TODOS, fortalezca la vida espiritual de los miembros y los forme como discípulos que hacen discípulos en su vida diaria. Me gustaría mencionar el estudio que hace James Fowler, un investigador contemporáneo que ha publicado varios trabajos sobre el desarrollo de la fe. Este autor afirma que todas las personas pasan por diferentes etapas en el desarrollo de su fe, así como ocurre con el desarrollo de su intelecto o moralidad. La adolescencia y juventud están saturadas de mitos, influencias externas y situaciones adversas. Se habla de la crisis de la adolescencia, de la rebelión del adolescente, se comenta que nunca había resultado tan difícil y complicado vivir la adolescencia y juventud, como en estos tiempos. Entender el proceso de desarrollo de la fe en los niños, los adolescentes y los jóvenes puede servirnos de gran ayuda para entenderlos, ministrarlos y guiarlos hacia el conocimiento de Jesús como su Señor y Salvador personal.
Las seis etapas de desarrollo que maneja James Fowler son:
“1.- La fe intuitivo-proyectiva (de los 3 a los 7 años) En esta etapa la fe se basa en la fantasía y la imaginación; no usa la lógica, pues la percepción es la dominante. Los niños obtienen de los adultos sus ideas acerca de Dios y de la religión. Así que van configurando su fe de una forma totalmente intuitiva, mientras observan y escuchan a sus padres, que son los adultos que, en la mayoría de los casos, más influencia ejercen sobre ellos en esta fase de la vida. Por lo general sus primeras ideas acerca de la divinidad las construyen cuando proyectan sobre Dios sus impresiones o su concepto que se van formando de sus padres. La fantasía ocupa un lugar importantísimo en el pensamiento de los niños. Son altamente imaginativos y, por tanto, muy influenciables por las historias y experiencias de la fe de los adultos. Por eso es que la idea de la deidad como creador o causa de todo la entienden en términos mágicos.
2.- La fe mítico-literal (de los 8 a los 11 años) En esta edad comienzan a descubrir el mundo que los rodea y a diferenciar entre la fantasía y la realidad. Este cambio se debe a que comienzan a desarrollar la capacidad de pensar de forma lógica y concreta. Sin embargo, en esta etapa, los niños adelantan y retroceden entre el pensamiento abstracto y el concreto. Las creencias y los símbolos los toman literalmente; de esa manera consiguen diferenciar los hechos de la fantasía. Pero todavía no existe en ellos la capacidad para reflexionar sobre el significado de los símbolos. La fe puede darles un sentido de seguridad ante las incertidumbres que van descubriendo en el mundo real.
3.- La fe convencional y de síntesis (adolescencia) El mundo del adolescente se extiende mucho más allá de los límites de la familia. Otras muchas fuentes reclaman su atención e interés, ya que él se encuentra inmerso en un proceso de descubrimiento del mundo que lo rodea, como son los amigos, la escuela, el trabajo, el grupo de jóvenes de la iglesia, algún equipo deportivo al que pertenece, y los medios de comunicación masiva. De manera que, su fe debe proveer coherencia y significado a todas esas nuevas experiencias. Dicho de otro modo, el adolescente deberá enfrentarse al proceso de tener que encajar la fe que ha heredado de su familia con las nuevas realidades que va descubriendo en su entorno. La afirmación «fe de síntesis» significa que el adolescente va moldeando sus creencias por sus relaciones interpersonales con otros individuos y su propio entorno. El proceso en que se halla lo obliga a encontrar un equilibrio entre sus propias creencias y las de las otras personas, que pueden, perfectamente, ser diferentes e incluso incompatibles con su propia fe.
Esta búsqueda de equilibrio le genera mucha tensión y, ante esta última, algunos adolescentes ceden a la tentación de adoptar una actitud conformista y adolecer de creencias, evaluaciones y percepciones autónomas e independientes, para así sostenerse y aferrarse a las de personas de su entorno que son significativas para ellos. Esto sucede por dos razones. El adolescente está dispuesto a renunciar a las propias para no ser rechazado o entrar en conflicto con el grupo. La primera se relaciona con su sensibilidad a las opiniones, juicios y expectativas de las personas con las que ellos quieren congraciarse. En esta edad, el grupo de amigos es altamente significativo, y por tanto, sus opiniones también. El adolescente está dispuesto a renunciar a las propias para no ser rechazado o entrar en conflicto con el grupo. La segunda razón tiene que ver con su identidad, esta todavía no está suficientemente moldeada, está en construcción, por lo cual, es posible, que las creencias y convicciones propias estén en fase de maduración.
Los adolescentes tienden a llenar de compartimientos su fe, de manera que sus compromisos del domingo no provocan impacto alguno sobre el resto de su vida semanal. Es muy propio de los adolescentes cristianos que vivan su fe de una manera dividida, los domingos son santos, los días entre semana, “no tanto”. El ambiente en que se desenvuelven ejerce una gran influencia sobre ellos. De manera que este el adolescente puede adaptar su comportamiento a las expectativas que el ambiente tenga sobre él. En casa se comporta de la forma que los padres esperan; en la iglesia, de acuerdo a los parámetros que debería seguir, según sus líderes, y, finalmente, con los amigos, como la mayoría lo disponga, de forma que no tenga que entrar en conflictos por dar explicaciones. Esta etapa y sus características se convierten en la estructura primaria de la fe de muchos adultos.
4.- La fe individual-reflexiva (juventud adulta) Conforme va desarrollando su identidad y sus decisiones entran en conflicto con el ambiente que lo rodea, el joven empieza a diferenciarse de las demás personas y del sistema de valores de otros. Con esta autonomía inicial desarrolla sus propios valores, creencias y convicciones. Un individuo entra a esta etapa cuando asume la responsabilidad de sus propias acciones, actitudes y valores, y, así, es como consigue desarrollar una fe de primera mano. Se trata de una fe individual, pues hablamos de una fe propia, que el mismo individuo ha alcanzado a construir. También es pensada como una fe reflexiva en el sentido de que la persona que pasa de la etapa anterior a esta ha tomado tiempo para reflexionar acerca de lo que real y personalmente cree. De esta manera logra abrirse a una reflexión crítica de los valores y las creencias que hasta ahora lo han acompañado. Conforme va desarrollando su identidad sus decisiones entran en conflicto con el ambiente que lo rodea.
5.- La fe conjuntiva (media vida) En esta etapa el individuo reconoce pensamientos, impulsos, sentimientos y memorias que ha reprimidos previamente. En el proceso de aceptarlos reconoce las influencias paternas, sociales, étnicas y religiosas que de alguna manera han afectado a su desarrollo. La fe es conjuntiva, en el sentido de que es más amplia y permite la existencia de contradicciones y de ironías, sean reales o aparentes. Esto se debe a que el concepto de absoluto, aunque pueda parecer una paradoja, se relativiza.
6.- La fe generalizadora (vejez) Pocos acceden a esta etapa, pero cuando sucede, la persona produce un impacto significativo en la sociedad. Los que llegan hasta acá acostumbran a ser personas con un compromiso absoluto con la causa de universalizar los conceptos de amor incondicional y justicia absoluta. No les satisface nada que no sea el bien último de la humanidad. Muy a menudo, las estructuras políticas existentes los conciben como peligrosos. Ejemplos de este tipo de estas personas serían: Martín Luther King, Juan Wesley. Con la ayuda de Dios todos podemos y debemos llegar a esta etapa de madurez, en la que sea Dios el que mueva cada aspecto de nuestra vida.”1
Al leer este estudio, podemos confirmar la gran importancia que tiene proveer a los jóvenes y adolescentes de bases bíblicas y conocimientos sólidos que lleguen no solo a su mente, sino a su corazón, que los ayuden a tener una fe definida en el contexto tan difícil en el que se encuentran. En el taller: “La Escuela Dominical y la JNI”, en la cumbre de Escuela Dominical y Discipulado del Área MAC México Norte, realizada del 05 al 07 de marzo del 2010, en Guadalajara, Jalisco, trabajamos en equipo; y con la participación de jóvenes de diferentes edades, pastores y maestros, logramos concentrar algunas ideas que consideramos pueden ser de utilidad para los maestros y líderes que comparten la palabra de Dios con jóvenes. Nos enfocamos en 4 aspectos importantes dentro de la Escuela Dominical, los cuales son: Temas, Perfil del maestro, salón de clases y actividades. Además, al final podemos encontrar algunos materiales sugeridos para utilizar en las clases de adolescentes y jóvenes.
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Extracto del estudio realizado por el investigador cristiano James Fowler. www.desarrollocristiano.com
Los temas de Escuela Dominical deben tener siempre como objetivo ayudar al crecimiento espiritual, y por lo mismo, deben tratar aspectos del ser “integral” del adolescente y joven. Además los temas deben darles los fundamentos necesarios para enfrentarse a las situaciones sociales en las que se encuentran, y de este modo les resulte mas fácil compartir su fé y creencias a los que les rodean. Algunos de los temas sugeridos son:
Los desastres naturales en el mundo y mi papel como cristiano. La homosexualidad, matrimonios gay. Noviazgo…para qué? Aborto aceptado por los hombres, que dice Dios? Consecuencias de las relaciones sexuales antes del matrimonio Las drogas y sus consecuencias. El Internet. Beneficios Y Peligros. Unión libre? El divorcio (jóvenes que atraviesan por esta situación con sus padres) Preparación profesional, es indispensable? Porqué debo creer en Jesús? La legalización de las drogas en México Sanidad después de un aborto No comprendo a mis padres!!! (Rel. Familiares) Modas actuales que atraen a los jóvenes La escuela y su importancia Higiene Personal Ejercicio y vida saludable Las compras y la mercadotecnia Como cuidar a tus amigos? Como debo orar? Por que es importante congregarnos en una iglesia? Debo diezmar aunque no trabaje? Por qué? Y Como? Promesas de Dios que se han cumplido y que ahora se están cumpliendo El fin del mundo. Se acerca? Como será? Debo tratar solo con personas cristianas?
En esta etapa formativa de adolescencia y juventud, es indispensable que tomemos en cuenta las características principales que debe tener un maestro de adolescentes y/o jóvenes. A esta edad, sobre todo los adolescentes, observan cada paso que dan las personas a su alrededor, ya que se encuentran en una etapa de “búsqueda de identidad”. Un comentario muy interesante en el taller fue: “a veces como pastores o presidentes de MEDD, buscamos que el mejor maestro sea para los adultos”. Como líderes, debemos buscar que el maestro de jóvenes sea una persona preparada y dispuesta a estar al frente de un grupo de personas que estarán al pendiente de sus movimientos y comentarios, que le harán muchas preguntas y que sobre todo desean tener una relación cercana y de amistad con él. Algunas características, que los mismos jóvenes reconocieron buscar en sus maestros, son:
Amor por los jóvenes Creatividad para dar sus clases Dinamismo Buen líder Disposición a ayudar y estar al pendiente de ellos Que entienda las necesidades de los jóvenes Paciente Puntual Integro y de buen testimonio Que este en constante preparación (teológica y secular) Responsable Buen consejero y confiable Buena presentación personal Respetuoso Amigable Que trabaje en equipo e involucre a todos Que conozca el medio de los jóvenes, inclusive de tecnología Que los acompañe a los eventos de jóvenes Que los motive a participar en actividades especiales
Debido al dinamismo y curiosidad de los jóvenes, el salón de clases juega un papel muy importante en nuestra escuela dominical. Si ofrecemos a los jóvenes, tanto de la iglesia, como a los visitantes, un lugar adecuado, cómodo, motivante y que los haga amar ese lugar como su espacio especial de clases, lograremos que se sientan bien y les resulte agradable asistir siempre a la Escuela Dominical. Es importante considerar que un “salón” puede ser la “base principal”, sin embargo, la clase puede moverse de lugar si así se desea, para poder ser un medio por el cual podamos compartir con otros. Además de esto, podemos considerar otros aspectos importantes para nuestro “salón de clases”, como los siguientes:
Área adecuada para leer y escribir Espacio cómodo, con lugar para sentarse Buena iluminación Lugar alejado de ruidos o demasiados distractores Área limpia, aunque sea informal Salir a dar una clase a un parque o plaza cercana Un periódico mural con información y noticias de JNI Calendario de actividades para jóvenes Fotos del grupo Área de expresión (dibujos, pensamientos, etc.)
Nota: Las ultimas 4 ideas nos ayudan a mostrar a los visitantes, la unidad y amistad que existe entre nuestros jóvenes y los invita a involucrarse en el grupo, informándoles lo que hace la JNI y las actividades próximas de las que puede ser parte.
Cada uno de nosotros logramos obtener conocimientos de diferente forma. Algunos aprendemos “escuchando” (método auditivo), otros “viendo” (método visual) y muchos otros “haciendo” o “experimentando” (método kinestetico). Como maestros, debemos tomar en cuenta que tratamos con personas con métodos distintos de aprendizaje, y de una forma u otra, debemos lograr enseñar con el método que les resulte más fácil aprender y así ellos puedan aplicar esos conocimientos a sus vidas. Esto quiere decir entonces, que es necesario que nuestras clases incluyan distintas formas de trabajo, actividades especiales y mucho dinamismo para involucrar a todos los jóvenes en lo que deseamos compartir con ellos. Algunas actividades que nos pueden ayudar son:
Visitas a personas y lugares en necesidad Debates para afirmar la idea de la enseñanza Mesas Redondas con previo estudio del tema por parte de los alumnos y el maestro Juegos y dinámicas reflexivas Círculos de lectura Sacar la clase de E.D. a un parque, hogar, café, etc. Programar retiros específicamente para adolescentes y / o jóvenes Fomentar la unidad entre ellos a través de tarjetas, cartas Utilizar imágenes para representar ejemplos del tema de la clase Utilizar videos, comerciales, alguna parte pequeña de una película conocida, etc; como ilustraciones para el tema. Permitir que los alumnos participen y expresen sus dudas Llevar la clase teórica a la practica junto con ellos (si hoy hablamos de visitar a los enfermos, visitemos hoy mismo a un enfermo junto con ellos. Veremos que será más impactante para ellos el haber actuado ante esa necesidad, que la misma lección teórica).
La Iglesia del Nazareno cuenta con una interesante variedad de recursos para trabajar con adolescentes y jóvenes. Los materiales que se mencionan a continuación son de mucha ayuda para la Escuela Dominical. Pueden ser solicitados al representante de la casa nazarena en su distrito, o bien, contáctenos y con gusto le ayudaremos a conseguirlos.
Alto Voltaje: 13 lecciones de Discipulado para Jóvenes y Adolescentes
CLIC: 52 clases de educación cristiana para adolescentes de 12 a 17 años y jóvenes de 18 a 23.
El Sendero de la Verdad: 52 lecciones enfocadas en jóvenes de 24 años en adelante, matrimonios y adultos.
Revista Jóvenes de Discipulado: Lecciones de Discipulado con dinámicas e ideas de cómo dar la clase según la edad. (Disponible Revista 1, 2, 3 y 4)
Amorcito Corazón: Historieta que trata temas como noviazgo, matrimonio y sexualidad a la luz de la palabra, para jóvenes.
CONTACTO: Fabiola Sánchez, Coordinadora de JNI Área México Norte jni@nazareno.mx
SITIOS WEB AUXILIARES: www.nazareno.mx / www.jnimac.com / www.jnihoy.org / www.academiadeministeriojuvenil.com / www.nazmac.org / www.cnpeditorial.com