Tecnología y solidaridad: la efectividad de los sistemas comunitarios Las alarmas comunitarias proponen una alternativa para la seguridad de los vecinos. Gracias a las nuevas tecnologías de comunicación y el avance de la electrónica, es posible lograr protección efectiva a través de los propios usuarios.
Las alarmas comunitarias son la solución que encontraron los vecinos para cuidarse y protegerse mutuamente, por sus propios medios, frente al desamparo que sienten por parte de las autoridades y las fuerzas policiales. Este sistema surgió como respuesta a la demanda de seguridad en la vía pública, por fuera del Estado y sin la necesidad de comprometerse con el costo fijo de los servicios de seguridad física y monitoreo. Para quienes han escuchado hablar de alarmas comunitarias pero nunca las vieron, cabe señalar que se trata de un dispositivo tecnológico que se complementa y armoniza con el compromiso de vecinas y vecinos. Por eso, sería más certero definirlas como sistemas de cuidado y aviso co-
munitario, ya que actúan con la premisa de que la mejor manera de protegerse es hacerlo en comunidad. LOS PRIMEROS SISTEMAS COMUNITARIOS Los sistemas de alarmas comunitarias surgieron a partir de desarrolladores electrónicos que se enteraron de las necesidades que tenían los vecindarios, se pusieron en los zapatos de los damnificados por hechos de inseguridad y se dieron a la tarea de analizar cómo podrían adelantarse a esos hechos para que no sucedieran. Es por ello que los sistemas más básicos de este tipo consisten en equipos de alarmas colocados en la vía pública, con reflectores y sirenas comandadas por los vecinos
del barrio, a través de controles remotos, de forma inalámbrica. Esto permite al usuario encender luces en lugares de poca iluminación y tener un botón para activar la sirena y llamar la atención de sus vecinos, lo cual ahuyenta a los sospechosos o agresores. Tiene como principal finalidad prevenir y disuadir los hechos o las conductas delictivas y las situaciones de violencia familiar o callejera, además de iluminar la vía pública para brindar un entorno de mayor seguridad dentro de la zona de cobertura. CONOCERSE Y COMUNICARSE Desde estos primeros sistemas, la comunidad entendió que las alarmas comunitarias son meramente disuasivas y su función principal es la prevención de hechos de inseguridad. Sin dudas, lo que espera el usuario es espantar el peligro mediante una alerta de sirena. Para que el sistema sea realmente efectivo, son necesarias la organización, la participación, la solidaridad y el compromiso de la comunidad. Además, es vital acompañar el sistema con una relación vecinal activa, conocer a las personas de la zona y comunicarse directamente para mantenerse alertas. Han funcionado las reuniones vecinales, en las que se crea conciencia de la responsabilidad y el compromiso que se necesita, y se aclara el funcionamiento y los planes de actuación frente a respectivas alertas. Los sistemas comunitarios tomaron un impulso notable gracias a que la tecnología avanza y se instauran en la sociedad las