Después de siglos de estar condenados a usar medias oscuras y llanas, los hombres hemos sido liberados: desde 2008, la multinacional sueca Happy Socks ofrece medias de colores y diseños disruptivos. Sus ventas al 2014 superan los 10 millones de pares al año y tienen presencia en más de 30 países.
Amparada en las macrotendencias hemisféricas del individualismo, del mayor cultivo de la imagen personal y de nuevos rasgos demográficos en la sociedad, el nuevo consumo de medias trasciende largamente el mundo del underwear y podría marcar el inicio de la extinción del hombre descuidado y simplón, y la masificación de los denominados citysexuales.