Cuando llegó a establecerse el Cristianismo por Ley de Estado en las partes occidentales de Europa se había ya hecho lenguaje común el Latino corrompido: y por consiguiente en este corrupto Latín que era el idioma vulgar, se acostumbraba leer a los fieles en las Iglesias el servicio, u oficio eclesiástico, y la Sagrada Biblia. Después de las irrupciones de las bárbaras naciones que talaron y destruyeron el Romano Imperio fue desusándose gradualmente en toda Europa el hablar vulgarmente en aquel idioma latino; pero la veneración del pueblo que siempre es constante en conservar las establecidas ceremonias y ritos de la religión, guardo siempre uniforme aquella disciplina aun después de mudadas enteramente las circunstancias. Aunque el Latín pues no se entendía ya en parte alguna por la gran masa del común pueblo, continuó todavía celebrándose los ritos de la Iglesia en aquel idioma: por lo que quedaron naturalmente establecidos en Europa dos lenguajes diferentes a similitud de la antigua Egipto