libro del mundial 1990

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V


Entonces luz. Entonces decidimos transcribir desde las líneas de nuestras manos un metalgoritmo evolutivo que escape a las predicciones de Apolo. Tal sea nuestra Voluntad de Transgénesis. Una satisfacción mayor trae la inmunidad de los eremitas frente a la pasión de un té sediento de la nostalgia que generan las desdichas. Esta tumba tiene todos mis bienes y mis males, está incendiada por mi pulsión de vida insatisfecha y gritona, que dibuja emociones inadmisibles en los ojos del violador maldito de la mañana, una sensiblería que podemos evitar prendiendo fuego los cimientos del histrionismo sacerdotal. Querría ofrendar mis yugos a la primavera un cielo de miel y silicona del cual se desprenden los sueños de mis iguales lámparas de poco beneficio para el pollo ahorcado que simula en este universo Del medioevo al renacimiento ida y vuelta sin parar, pero en bigbang infinitamente expansivo. Una nube con ciertos gritos de insomnio se presenta en la alfombra regia. Se sienta esta nube tardes más en la mesa del león crepitando. Hubieses venido con el átomo entre las gargantas. A cada minuto nace un cristo, dos, está el amigo de la escoba en callos desviados. Andando sienes con una canilla sin cuerito y buena, reirías. Claro que está presente en la conciencia el hermético ron, pedaleando crisis de agudos. El clon de la decoración interior se desploma sobre la mesa y muere al llegar con el mensaje, éste, solo nombra a los afortunados y deja imaginar quiénes sucumbirán a manos de la libertad.


Esa vez nací y era un centauro pude ver que habían muchos más depositos velados donde caer, ya que en ese mantenía memoria de quién fui hoy. Vivía sobre una nube en la que se esuchaba perpetuamente música de un instrumento que resumía todo. Ese lugar, ese nacimiento, y esa vida, son perpetuos, es un lugar eterno el que describo, así que de haberlo visto una vez, ya estamos ahí para siempre, aunque estemos aquí o en varios lugares más. También existe una eternidad titilante, que es el rostro de todos como visión, cada uno visita ese lugar algnas veces y siempre vuelve. El universo confesó que estaba conformado por capas todas falsas. Quise detener todo en elgo que fuera personal pero empecé a disolverme y solo repetía la primera persona como pudo haber hecho otro. Los siglos fueron carteles en una carretera, pero esa velocidad no tuvo mayor carga emotiva o de sorpresa. Los que sufrieron por su propia desaparición, quienes no vieron caer su árbol al nacer, lloran al costado de la carretera obras que perduran. Y la vida les hace el chiste de la inmortalidad sobre el mndo, los convence muy inernamente de que perdurar es vivir más.


iso_nómen serán los primeros arcanos sellados al orinar auténticamente líbidos. Aerear, dirigíame la noverá. Alas se debían ver abriendo, anticipa una sucesiíon la hilaridad que perdura hasta coalinearse en feudales fetos caudales de lo mudo; enuncia abyecto ciruelo espectralidad, la partida vertical de sus lábiles ohm.egos, serafinia-nos todo terreno reposan en levantar sus lenguas. sin envolverse A la buena fe.

el aeromodelismo fulmina lo inmediato burbujeando la suciedad del papel. las curvas de donde el ojo se posa alejan la fuerzacuando esta habia ideado acelerar el tacto hacia justo al lado de los huesos, donde la córnea hunde más sus ramas discontinuas. Silencio ante algo que titila en nunca ser, ser, ser. la palabra se estructura en gametos de vidrio. Frente al matema respiro olvidando los tramos causales y ticks crónicos. En 17681 se columna a los sentidos; los detenidos resultan exactos la perpendicularidad, de ese caudal de recto anudando. Mantienen los detenidos, retienen e intensifican; para sí; sus fuegos en carne de ser glandulinos.-


Estabas hecha trizas en la puerta de la enemistad respirando la digestión de los dioses que se cagan de la risa sabiendo que nada vale la pena. Un ángel guerrero viene hasta tu puerta y te inunda la inteligencia con preguntas a las que no tengo respuesta. Eres la era digital. Eres mi corazón digital de morbo eres la comida rápida de los transbordadores. Está hecha trizas en la puerta de la eternidad respirando la transpiración de los dioses que se mofan de que nada es cierto. El ángel dogmático de Satán explica el origen de Dios y esto la sorprende y lo que cuenta la sorprende. Y todos queremos entender de qué se trata toda la parodia. Una tribu de protogitanos recorre la inmensidad a bordo de una piedra y deben admitir ante un dios pequeño y pueril que no, que no cocinan sus alimentos. Este dios de un centímetro altura da comienzo al tiempo físico. Algunas otras veces suicidios manufacturados a la hora de decir lo siguiente: no muero ni marchito al saber de tu situación actual ya que puedes recordar por qué fui elegido para darte muerte inmundo pájaro de luz mientras coagulas todas mis esperanzas en tu rincón de sinceridades y cosas por el estilo porque te crees pillo rufián y pagarás con esta maldición casi que eternamente soy una libélula de pocas palabras que te persigue por este mundo de videojuego en un barrio inventado por un adolescente enfermo como tú y toda tu parentela los veo esconderse de noche para robarme los envases o crees que soy ciego todos pagarán triplemente mi dolor...?

nacidos en el cinc de la placa del muro vegetal. Lo que va pesando el balanceo de su pregunta la que acaso fuera, moriremos en el tornasol de los ojos; entre cuyas flores se suceden las flores del guión que rodó desde el entreceño aural número séptimo, del ano de luz y cristal de su dios

el cielo de seoul, ahora es un caldo sondeado por el litio boliviano. Que con un gesto de clausura delimita la ortodromia dentada de un horizonte, fangoso y neurado. Urdir el grifo de tu V central; hasta los hocicos; desde y hacia los hocicos tallados en humo y elefancia, aguda.


Así los parásitos del reptil no fulminan ya al mediodía con preguntas hirientes sobre el destino y el infinito. Gracias a los astros, que festejan tu vida, se puede aún pisar el pasto desnudo y gritar de nuevo que no hemos nacido ni existimos, entre la tormenta de pasiones crudas que va a matar una vida más lisa y rubia, a la que no llegaremos, porque nuestros libros están escupidos de aquella vida subterránea, donde no nos atrevemos a penetrar de lleno. Y tu revólver, para tu conciencia fatua, semeja una puerta de entrada al paraíso, paraíso de destellos de inocencia, entre orgías mudas con montañas y peces muertos y desesperados.

las asíntotas separan, o funden; no importa saberlo sino más bien ladrar el silbo de bicarbonato; nos hará saber; las asíntotas marcan las pras seoulinas, crecen desde la triple pixelada. el silencio de la materia. se vuelve noventa cinturas de caldos de cesár, cesár, escer.

La ginebra te destroza el pecho, en un cielo que es todo horizonte, desprovisto de la dimensión a donde crecen las almas marchitas. Un libro alto como una muralla de miedo erige la tumba de nuestro dios, un hongo negro, salpicado de la suspicacia que solo los niños parecen tener.


De espaldas al miedo sueña con matar a nuestro sol, mientras niños hambrientos venden sus alas por un dólar imaginario en la oscuridad. Carne de muerte, que codicia mi alimento y mi silencio, dos dioses calvos y borrachos que discuten por un trozo de pan de centeno viejo. Alma de la vida, espejo nublado en la atmósfera de la crisis más dura, grito de guerra perdida de antemano, el hilo más pobre sobre el que se lamenta un rey herido del pasado, del que comeremos los restos y los títulos nobiliarios, excusas para merodear por cualquier ciudad del mundo, rozando apenas con el meñique a los monos de cristal que comen oro. Los ojos son un muro entre el mundo y nosotros, que estamos del otro lado para todos, que nos desconocemos hasta el punto en que es absurdo pensar en decir nosotros. No me arrancaría los ojos, pero sé de gente que ha dicho que sí, que lo haría con tal de terminar con la soledad. La sensación de que todo siempre va a estar bien es la adecuada indispensable para la vida, pero requiere que todo esté bien, cosa que muy pocos logran. Así que ya lo sabe, déspota lector: apenas sienta que todo va bien, diga que todo siempre va a estar bien. Y lo estará, porque los colores de las cosas son tanto obstáculos como nexos, hoy que no distingo entre concordancia y discordancia entre las especies de estos pececitos de hierro que colocaron en mis pies no se sabe para qué.

Las dos estrellas del donante y el donado organizan frutas que no se delimitan bien. La estructura de un cristal de pan es el cromatismo del sismo de los peces. La sintaxis de mi sombrero es el conjunto simple del alma de los lunares. La sintaxis de los peces reacciona histriónicamente sobre la cláusula del pan.


A veces cesa de tener misión este microtexto, sucede que cada consecuencia elige a posteriori causas o sensaciones casi humanas, para desparramarlas por toda la razón del movimiento del recuerdo. A veces el tango último de las cosas es una esfera de la alegría previamente programada por antiguos microdígitos que deambulan. Deambulan por la razón y la experiencia, deambulan por lo asimilable para el espíritu (el nuestro), deambulan desnudos, plenos de apariencia a nuestras a veces minusválidas conciencias, pero más que nada huérfanas, huérfanas de paz, como las partes de la herrumbre total. Querríamos inyectar sentido a nuestro disenso, pero es como querer chocar entre sí las verdades de un mundo y otro.


Arre factos para Rox Libros de ciencia, artefactos de humanidad mitigada, luces, policías. Este cielo tan igualitario permitió que dos constelaciones de medicinas y expresiones corporales surcaran el espacio con dos notas, fueron re y mi bemol. Las tablas respiraron y transpiraron los cantares de un cierto gallo homero hecho del panfleto único y semejante. No llovió. La platea se portó mal y hubo una hoguera con papelitos que cada uno quemaba y decían lo que cada uno sintió que era la conciencia que regula el mundo esa noche. En el after-hour se sirvió pan. Se dijo y no vuelve a decirse que hoy es un día de andar sacudiendo cajas donde fermentan los venenos únicos de la raza humana. Entre todo el alboroto, se me planta el mango izquierdo del volante y me pasó a doler la cara ¿te imaginás? No hubo feria que aguantara. Ya no da lo mismo y es inútil responder con el pelo manchado, un poco enojado por el eco que dejó hace un rato para vos una guitarra hueca. Aquí vive el cómplice de suicidios tragicómicos de actores del cine mudo, está cambiándose de ropa y nada le parece cierto. Salta el reloj final de una función que se juega en el cuarto de al lado.


Por las redes, pasen y sostengan. No puede fundamentar con una claustrofobia este no-hecho. Se disiparon y está, solo, en la plaza de pirámides de cartón rojo. Se muda para la otra vereda, lo están esperando gestos impersonales, pero extrañamente dirigidos a él. Cree mudarse para la otra vereda, porque la avenida es fuerte y él un alambre sin rostro. Los gestos se volvieron personales con la fuerza que un estallido vuelve personal a una carta obvia. Pero son gestos bastante orientales y se descontracturan pronto del apego a aquel compañero de encuentro en la plaza de pirámides de cartón rojo. Es un jamón. Hacemos grappa. Sos una grupi. Todo lo que nos lleve a nuestro cosmos. Andate. Es una fe, juega al póquer, es la tormenta. Hace que se nos caiga la botella. Creeme. Llamame juez, siempre llegamos, es una fija. Juegan con manos grises y marchitas, son nenes. No creas, son alimento firme de la nena, es la más fea, nunca nos llama. Usá la paz. Hagan maletas, a veces vienen. Acá es el mundo, nos hizo con peleas entre monos y teclados, es sano. No bailen, ustedes son jugadas apagadas de algún bosque, el más verde, las hadas los marearon. No maten al juez. Compren boletos, hoy ya no hubo. Es en la feria, los trajo con la flauta de los malos y juglares, los viejos. Descansen. Aquellos eran bailes amarillos del perfume, el del agua, los juegos se terminan. Hagan al pastor. Lo que un amigo trae, lo hizo después que los años. Creo que eso se extingue. ¡Sonia es una concheta! Verdad es lo que nadie quiere decir, hoy por lo menos. Todos desviamos la atención de los demás lejos de nuestras flaquezas o de nosotros mismos. Los juegos que nos van a enseñar, todos los días, siempre se desvanece la canción de todos entre las bolsas de plástico o en lo hondo de la mar.


mundo no tiene revés. Lo que el amigo trae, lo hizo después que los años. Un mundo es solo un mundo, aquí y en el bosque más verde. Creo que eso se extingue. Y es claro que el pastor no es un jamón, es un amigo sin revés. ¡Sonia es una concheta! Los juegos se terminan. Después de los años, un amigo trae jamón. El revés de un mundo verde no se extingue. Verdad es lo quenadie quiere decir, hoy por lo menos. Más que nada ayer, la colección la colección de insultos proferida por el rebaño que juega babeante en la cima del bosque. Todos desviamos la atención de los demás. Los juegos se terminan. Un hermano de este mundo vive escalando espaldas de perro. Los juegos que nos iban a enseñar, años atrás, todos los días. En un planeta con dientes por doquier siempre se desvanece la canción entre bolsas de plástico o en lo hondo de la mar. Los juegos se terminan, mientras se desvanece la canción. Una canción sobre árboles absurdos. Porque el mundo no tiene revés. Es solo el chillido de una máquina que miente juegos. Un mundo es solo un mundo, aquí y en el bosque más verde. Todos los días nos enseñan a jugar a morder el cielo. El revés de un mundo verde no se extingue, es una canción, el chillido de un árbol absurdo. Más que nada ayer, que llega una colección de insultos desde la cima del bosque. Un hermano de este mundo que vive escalando espaldas de perro. Tatuajes perrunos que olvidan su origen, en el más allá, entre bolsas de plástico o en lo hondo de la mar. El color de nuestro sol incoloro, el dolor de aquel verde sol en estado inconciente. Con bailes amarillos de agua, entre manos grises y marchitas. Este planeta tiene dientes por doquier, se deja llevar en taxi.

*[asC_hérmen]

Es un jamón, los juegos se terminan. Hagan al pastor. Porque el


Hasta hoy

Frutos de mi vientre eran, Los tejí con esmero Pero al llegar no estando cansado‌ Sabio trote Mesura


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