Es este un tema importante por no decir, fundamental, y si a alguien aĂşn le queda duda, veamos algunos datos que lo confirman.
La felicidad es algo efímero, algunos viven su vida sin encontrarla y otros la esperan desesperados. Pero la felicidad no llama a tu puerta un buen día, entra en tu casa y se queda para siempre. La facilidad es algo que no puedes comprar, ni siquiera se puede aprender. La felicidad es de aquellas cosas que la buscas, la encuentras, la recoges, la guardas y la conservas. Para tener la felicidad completa es indispensable que pases por todas y cada una de las fases. No puedes coger la felicidad si no la has encontrado antes. No puedes guardarla si no la recoges y no la puedes conservar si la has perdido. Todos tenemos diferentes niveles de felicidad, las más ambiciosas necesitan mucha para sentirse satisfechos, en cambio otros son capaces de llenar su vida con una cantidad mínima de felicidad.
El día que decides salir a buscar la felicidad, muchas veces no tienes claro que forma tendrá, tal vez de cuenta corriente, o mejor, de cuerpo de persona. En ocasiones, la felicidad está en el interior de un coche oficial acompañado de una cargo público. También la puedes encontrar en una casa con cuatro paredes o puedes sentirla cuando unas manitas de bebé te cogen el dedo. La felicidad también puede estar fragmentada y escondida en lugares ocultos, por tanto has de ser muy hábil e ir cogiendo los granitos de felicidad con paciencia y sin rendirte. Los conformistas dejan de buscar cando encuentran una de las porciones de felicidad y se pasan el resto de sus vidas cuidando y mimando, tal vez en exceso, la única que tienen.
También se puede ver la felicidad en el interior de las personas, pero la tienen tan incrustadas que no se la debes quitar, lo que has de hacer es estar junto a ellas, porqué serán generosas y compartirán su felicidad contigo. Esto suele ayudar hasta que encuentras la tuya propia, pero no es bueno crear dependencia, porqué entonces dejas de buscar y tal vez se haga demasiado tarde.
Una vez tienes toda la felicidad que has podido coger, has de guardarla en un lugar seguro. No es bueno que los demás la vean toda a la vez, existen seres envidiosos que no han sabido ni buscar ni encontrar la suya propia, y harán todo lo posible para que tú la pierdas. Estos seres malvados no la querrán para ellos, ya que su mente funciona de otra manera, y están convencidos que pueden vivir sin sentirla y que la satisfacción será mayor. Así que enséñala poco a poco, compártela y explícala sólo a aquellos que te quieren y te aprecian. Para guardar correctamente la felicidad es bueno disfrutar de ella en soledad, no siempre, pero de vez en cuando es positivo hacerlo para valorar su importancia. Con los años te será más fácil dosificarla y disfrutarla, aunque la felicidad no se gasta, sí puede aburrir y por tanto se pierde el interés y acabas dejándola de lado.
Muchas veces ocurre que aún teniendo toda la felicidad que crees que necesitas y que la tienes bien guardada y en buenas condiciones, de pronto ves que los momentos de tristeza van ganando terreno a los momentos de felicidad. Esto podría significar que algún granito está entrando en un proceso de caducidad. Es bueno detectar el granito y aislarlo, descubrir cual es para poder encontrar una solución e intentar que vuelva a su estado original. Pero no siempre es posible, entonces tal vez ha llegado el momento de abandonarla o regalarla y buscar otra cosa.
1. Ser felices nosotros mismos y dejarle ser como sea; no se puede basar nuestra felicidad en lo que la otra persona te da. Debes ser feliz con lo que tú mismo te das, ser feliz contigo mismo. 2. No pretendas cambiarle, todas las personas tenemos nuestra forma de ser y pretender cambiar a alguien es ir contra la naturaleza, es demoledor y no se puede hacer. Si tu felicidad está pendiente de los cambios que ella llegue a realizar algún día nunca podrás ser feliz, eso es desesperante y agotador. No esperes que ella sea feliz para serlo tú, sé feliz hoy, ahora mismo, incluso con tu pareja siendo como es. 3. Intenta contagiarle tu felicidad. No estará garantizado, pero es mucho más fácil que tu pareja sea feliz contigo si tú mismo eres feliz, incluso con ella. Si durante mucho tiempo te has estado contagiando de su infelicidad, ahora intenta tú contagiarle la felicidad. Pero piensa que ante todo eres responsable de tu propia vida, como ella de la suya; debes ser feliz tú mismo y ojalá, con algo de suerte, algo se le pegue. 4. Si no hay salida considera dejarla antes de quemarte. Es bueno luchar por nuestro amor, por la persona que amamos… pero si ella nunca pone de su parte y no puedes ser feliz te acabarás quemando. Si la relación se ha convertido en un continuo desgaste emocional tal vez sea hora de dejarla.
Intenta ser feliz tú mismo, abandona la idea de cambiar a tu pareja porque los adultos ya tenemos nuestras manías y personalidad formada. Dicen que nuestras manías se van haciendo más intensas con el paso de los años, por lo que realmente no es lógico que esperes a que ella cambie, posiblemente pasen otros diez años y todo siga igual o peor.
Aprovecha de reír, de dar mucha paz porque tú sientes que eres una persona muy dichosa, pero no olvides que porque tú seas así eso no quiere decir que la otra persona también deba serlo, cada persona es un mundo y tú debes respetar ese espacio.
Muchas veces nos cegamos a la realidad por el deseo de querer estar en compañía, para muchas personas el tener alguien a su lado es su prioridad; les asusta la soledad, el no tener a quien amar. Pero debes valorarte, quererte a ti mismo como persona que eres. Muchas veces por miedo a acabar solos acabamos fingiendo que nada pasa, intentando ignorar lo que día a día nos va matando por dentro y eso no es bueno para nadie. No se puede vivir así.
Hay que aprender a no ser dependiente de nadie, hay que saber que nosotros somos capaces de llegar lejos y solos, que no necesitamos un bastón, queremos un buen amor y una buena relación, pero ante todo tenemos que estar contentos nosotros mismos, porque pretender hacer feliz a otra persona que no quiere serlo es des gastador.
PENSAMIENTO DE LA FELICIDAD
La Felicidad es una elección que se puede hacer en cualquier momento y en cualquier lugar. Los pensamientos son los que hacen sentir, no los circunstancias. Sé capaz de cambiarte a ti mismo, y el mundo cambiará contigo. Solamente tu, puedes controlar tus pensamientos.
La felicidad no está en los años, meses, en las semanas. Sólo se puede encontrar en el momento. Disfruta de cada momento como si fuera él ultimo día de la vida.
No puedes ser feliz, si sigues teniendo odio y resentimiento. El acto de perdonar, pone un alto a los sufrimientos que sientes.
La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.
Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.