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ARQuelarre, colectiva feminista de académicas, graduadas y estudiantes de la arquitectura
Ellas se atreven a cuestionar lo disciplinar y lo proyectual también
ARQuelarre, colectiva de arquitectas, docentes y estudiantes de arquitectura feministas, es otra de las organizaciones de mujeres que empuja cambios en la tradicional supremacía masculina en el mundo de la construcción y diseño. Ellas se atreven a cuestionar lo disciplinar y lo proyectual también. Piden “transversalizar contenidos de la carrera con la perspectiva de género” para ganar inclusión y equidad.
Nacieron en 2018 y no paran de crecer, suman profesionales del sector, graduadas y por graduarse, académicas o no, y utilizan toda su capacidad creativa colectiva para hacerse ver y mostrar las injusticias que les hacen sentir “techos de cristal” profesionales. Tampoco se alejan del reclamo general de los movimientos de mujeres y denuncian la violencia machista, los femicios y la discriminación patriarcal. Sus campañas y performances se destacan por los soportes desde los cuales las llevan al espacio público, diseñados íntegramente por ellas.
Sus campañas buscan copar el espacio público y también las inmediaciones de la Facultad de Arquitectura local, son performáticas y efímeras, pero bien notables. “Pensamos todo, el mensaje, cómo construimos sentido, el soporte, la materialidad para que se adapte a cada acción y espacio”, explican desde ARQuelarre.

“Hay una exploración proyectual -cuenta la arquitecta Victoria Funes, miembro de ARQuelarre-, en la campaña contra femicidios, diseñamos estacas, cuidamos la tipografía, pintamos una cara de violeta, usamos varas de hierro de sostén y a la vez vimos que no debían ser tan altas porque las íbamos a portar en una marcha y después las clavamos temporalmente. Necesitábamos estabilidad sin exceso de peso”. En otra de las acciones, “Los trapitos al sol”, se tiñeron telas de violeta y verde y se colgaron como “al sol”. La búsqueda fue denunciar, hacer saber que la equidad en la profesión es una materia pendiente. También replicaron la campa- ña “Zapatos rojos”, que es global y representa a las que ya no están, víctimas de violencias. “En Milán, por ejemplo, donde también se hizo, los zapatos estaban dispuesto linealmente sobre la vereda, pero como a un costado. Acá en Rosario nosotros buscamos obstaculizar el paso, los distribuimos como para interrumpir la circulación para interpelar a la o el que pasara. Evitar la indiferencia”, cuenta Victoria Funes de ARQuelarre.

Para contactarse: @arquelarre