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Los Crímenes sin resolver más icónicos de nuestra historia
from Crimen y asesinos - Nigromante noviembre 2022
by Nigromante. Revista de la DCSyH, Facultad de Ingeniería, UNAM.
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más icónicos de nuestra historia
El pertenecer a una especie sapiente como lo es la raza humana, en donde nuestro psique se conforma de una gama finita y complicada de matices en las cuales el medio, nuestra educación y las experiencias determinan el carácter del individuo, generan entre los miles y millones de seres humanos ciertos distintivos, que, entre la inmensa masa poblacional existente en nuestro planeta nos hacen únicos e irrepetibles. Como resultado a esto último encontraremos que cada uno de nosotros nos desempeñamos de distinta manera, algunos se especializan y desarrollan de mejor manera en las artes, otros en las ciencias aplicadas y otros en una habilidad ajena a ellas, lo que de cierto modo conforma de alguna manera la equilibrada línea en donde nuestra sociedad está construida. Segmentando esta última idea, podemos decir que dentro de un cierto porcentaje de personas existirán casos excepcionales ya sean Por Diego Pérez
genios en una ciencia o maestros en las artes, esa particularidad tan propia de nosotros se seguirá repitiendo en nuestra civilización hasta el final de nuestra especie. Sin embargo, estos factores no siempre desembocan en un talento positivo y esperanzador.
Es aquí donde las mentes más viles, siniestras y evidentemente psicópatas maquinan sus mejores planes para suplir sus más turbias fantasías, son aquellos actos realizados por estos individuos que salen completamente del paradigma en el que nuestro sistema funciona, los que marcan en la historia de la criminalística, manchas turbias atemporales y sin respuesta, terminando en el peor de los casos en el olvido colectivo.
Es por ello queridos lectores, que hoy les traigo algunos de los casos criminales sin resolver más icónicos de nuestra historia.
¡Cómo empezar este pequeño top sin mencionar al caso más icónico referente a la temática de crímenes sin resolver!
El caso de la Dalia Negra es uno que ha dejado mucho de qué hablar, pues se ha convertido dentro de este folclor de misterio en un punto de inspiración para juegos, novelas y películas, ya que el asesinato de Elizabeth Short es uno de los crimenes que aun en nuestros días permanece sin resolver. En primeras instancias este parecería ser un cruento feminicidio más cobijado en las turbias noches de los Ángeles, una mujer descuartizada a la mitad, desnuda y sin presencia de sangre en el área de cortes, pese a la opinión pública, la propia víctima y lo rebuscado del caso han convertido a la Dalia Negra en un ícono de misticismo desde los primeros días del descubrimiento de su cuerpo. Elizabeth Short era una mujer con un atractivo despampanante, una joven aspirante a actriz de 22 años de edad quien trabajaba como camarera en restaurantes de Hollywood con la esperanza que su belleza y carisma la hicieran resaltar entre todas las demás camareras y así algún día, un director se fijara en ella y entrara de lleno en la farándula hollywoodense. El aparatoso nombre con el que será recordada se asocia a su particular gusto por vestirse de negro para resaltar su piel pálida que tanto la caracterizaba. Sus sueños en conjunto con los trabajos que decidía tomar para mantenerse en los Ángeles, la ropa y el maquillaje que compraba para lucir bien para sus posibles contratistas del medio del espectáculo causaron que ella tuviese que invertir menos dinero en cosas que no eran “prioritarias”, tal es el caso de los gastos de inmueble, prefiriendo vivir en hostales y apartamentos baratos, lo que conllevo a que ella misma se pusiera en una zona de riesgo, lo que concluiría en su triste final.
Cabe resaltar que los esfuerzos de los investigadores de los Ángeles no concluyeron del todo posterior a la primera investigación realizada a finales de los 40’s, lo que ha llegado a dilucidar posibles culpables (dato curioso: entre detectives privados y la policía de los Ánge-
les recabaron tanto en la época como en el siglo XXI un total de cincuenta posibles victimarios, a pesar de ello, ninguno ha sido hecho responsable de tan sanguinario crimen). Entre los sospechosos más sorprendentes se encuentra su propio padre (cirujano, quien tenía su consultorio a solo dos cuadras del hotel Cecil, lugar donde frecuentaba dormir su hija y el lugar donde fue vista por última vez) y Mark Hansen (esposo de una de sus amigas más cercanas el cual la dejaba hospedarse en su casa y que tenía deseos sexuales por ella, su nombre fue obtenido de un paquete enviado por el supuesto asesino a uno de los periódicos de la zona), aun así la investigación llegó a estancarse y olvidarse en la memoria colectiva de la época.
Todo parecía perdido hasta que en 1999, Steve Hodel, quien era un investigador privado, hiló cabo sueltos, todo señalaba a un solo culpable, a alguien tan cercano a la víctima que con solo aseverar el caso tomaba un matiz bastante sombrío: su padre. Él tenía un coche similar al que se observó el día del suceso (día en que dejaron los restos de la víctima), un ticket por la compra de 10 costales de cemento, similares a los que contenían los restos de la joven en la escena del crimen y la ocasión perfecta para realizar el crimen (en las fechas estimadas de la torura pre-asesinato, su padre se encontraba en su mansión solo, pues su familia se encontraba de viaje, además, lla vivienda contaba con un sótano lo bastante grande y profundo para realizar el acto sin llamar la atención), lo incriminaban casi perfectamente. Lastimosamente dado a lo rebuscado del caso y por evidentes pausas no justificadas por parte del sistema de justicia estadounidense el caso aún no tiene un fin, muy probablemente el asesino se encuentre muerto y muy posiblemente no estaban muy lejos de descubrirlo.
Entre la niebla londinense más espesa los callejones de Whitechapel guardan entre las esquinas un peligro al acecho de los incautos.
En segundo puesto tenemos otro caso bastante conocido que al igual que con Elizabeth Short ha sido fuente de inspiración para escritores, directores de cine y programadores de videojuegos.
Nos situamos en Londres, transcurre el año de 1888 en Whitechapel, una ola de misticismo y terror corre entre la población, pues se han encontrado durante la madrugada y muy temprano por la mañana cadáveres de mujeres desmembradas con un particular patrón en sus cuerpos.
Las víctimas se trataban en su mayoría de mujeres jóvenes de la clase baja, prostitutas que ejercían sus servicios a altas horas de la noche. El modus operandi del victimario era fácil de identificar, pues en la escena del crimen se encontraban los restos humanos de las jóvenes víctimas, mutiladas o descuartizadas.
Las primeras dos víctimas encontradas y a las cuales se les son relacionadas a Jack, son prostitutas, ambas con cortes en el cuello realizados de izquierda a derecha. Posterior al segundo homicidio, la policía decidió realizar de manera sistemática el perfil del asesino. Encontraron que este debía ser extanjero, de unos cuarenta años y que, acorde al testimonio de una persona allegada a la segunda victima, se vestía con un sombrero de copa y abrigo, ambos de color negro. Después de varios arrestos la policía arresta a un sospechoso que encaja bastante con el perfil antes mencionado: Charles Ludwing, un peluquero alemán quien fue arrestado al tener todas las fichas en su contra, era extranjero, su edad rondaba los cuarenta años y vivía muy cerca de los lugares donde las primeras dos víctimas habían sido asesinadas, todo parecía que los asesinatos de Whitechapel habían concluido.
Dos semanas despues, un doble asesinato en la misma zona le brinda a Ludwing su libertad y a los investigadores más trabajo a realizar; Elizabeth Stride es la primera en ser encontrada, a diferencia de los asesinatos atribuidos al asesino de Whitechapel, en la escena el cuerpo solo presenta una incisión limpia en el cuello,
sin mas daños considerables en la víctima los policias deducen que el asesino fue descubierto por alguien mientras realizaba el acto, por lo que al dejar inconclusa su diabólica escena, el asesino prosiguió por los barrios bajos para encontrar otra víctima (esto lo hizo porque acorde con criminalistas expertos, satisfacia sexualmente a Jack, al no satisfacerse decidió buscar otra victima). Ella fue Catherine Eddowes, quien al contrario que Stride fue encontrada con el mismo patrón que las mujeres asesinadas anteriormente.
Una vez realizados los trabajos de peritaje se llegó a la conclusión de que dentro del perfil del asesino, este debía tener conocimientos avanzados de medicina, pues sabía dónde se encontraban los órganos de sus víctimas, sus cortes eran bastante precisos por lo que o podría tratarse de un cirujano o un carnicero, sumado a algunos detalles más (se encontró cerca del asesinato de Eddowes una prenda ensangrentada junto a una puerta con una leyenda realizada con gis “Los judios son los hombres que no podrán ser culpados de nada”) con esto, reafirmaron que el asesino era extranjero. al igual que las otras víctimas ejercía como prostituta, particularmente ella había decidido dejar la profesión resultado de los asesinatos en los barrios bajos, pero esto no la salvó de su trágico destino. El último testigo que la vió fue un obrero, amigo cercano de ella quien constató haberla visto con un hombre vestido con un abrigo y sombrero de copa negro, se denotaban rasgos extranjeros en el sospechoso por lo que sí, ¡se trataba del famoso destripador! A diferencia de las otras víctimas esta fue brutalmente mutilada, cara, senos, partes íntimas, el asesino no escatimó en la crueldad con la que realizó el acto.
Después de este crimen, nunca más se supo del enigmático asesino, sea por el nivel de tecnología que se tenía en ese tiempo o el contexto y la insensibilidad de la época, el asesino jamás fue atrapado.
En 2014 científicos analizaron ADN de una de las víctimas encontrando material genético de un hombre: Aaron Kosminski un inmigrante polaco que parecía de esquizofrenia, aunque los científicos consideran que esta prueba no es concluyente por lo que la identidad del asesino de Whitechapel aún es un enigma.
Por que vivos se los llevaron, vivos los queremos.
Por último quiero hacer mención de un caso de nuestro país, México, que aún a la fecha de creación de este artículo continúa sin ser resuelto. Qué puedo decir de este caso que otros no hayan dicho ya, ¿un caso cruel?, ¿un caso que denota la realidad en la que miles de jóvenes viven y que no conocemos, pues no nos encontramos en las zonas marginadas de nuestro país?, ¿un caso que denota que el estado es y seguirá siendo cruel con los estudiantes si estos se entrometen en los intereses de la élite política de México?. Sin lugar a duda lo único que puedo decir es que el caso Ayotzinapa es uno de los que más han marcado a la sociedad mexicana y aún más a la sociedad estudiantil (hablando claro está después de la masacre del 68 y el halconazo del 71). La desaparición de cuarenta y tres jóvenes en la madrugada del 27 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero, aún genera más preguntas que respuestas. Pues a diferencia de los crímenes anteriores, la resolución del caso perjudica a un núcleo poderoso de la élite militar y política del país, por lo cual es muy viable que dentro de la investigación de este caso los datos, testimonios y versiones oficiales se vean bastante comprometidas ( ojo, en este apartado evito de manera respetuosa dar mi opinión, por consideración a las familias de las víctimas de este suceso, sin embargo, no cabe duda que la carencia de resultados denota más lo anteriormente dicho).
Entre los posibles perpetradores del crimen se encuentran policías municipales, estatales, militares del 27vo. Batallón de Infantería y carteles del crimen organizado.
Todo comenzó en la tarde del 26 de septiembre, cuando los estudiantes raptaron dos autobuses de la línea Estrella de Oro, con los números 1568 y 1531, la intención del secuestro de esos dos autobuses era para usarlos de transporte e ir a manifestarse en conjunto con los estudiantes de la Ciudad de México por la masacre del 2 de octubre de 1968 (es mi deber como escritor del artículo notificar al lector que esta es la primera versión del secuestro de los autobuses y que de aquí en
adelante es casi seguro que encontraremos mucho más discrepancias que en los casos de Jack y la Dalia Negra), una segunda versión aclara que el motivo del secuestro era para transportarse hacia Chilpancingo y manifestarse en un evento orquestado por la esposa del edil Jose Luis Abarca.
Esta segunda versión, que se denota entre ambas por ser la que se encuentra en los reportes oficiales será la coartada de la policía estatal y municipal para justificar la persecución realizada por ellos a los dos camiones antes nombrados. Acorde a la GIEI, los sucesos serían los siguientes:
[19:30-20:00 horas]: Los estudiantes observan que policías detienen otros dos camiones en la caseta número 3, lo que los obliga a descender de las unidades antes tomadas.
[20:00 horas]: Los estudiantes deciden tomar medidas para llevar a cabo su cometido inicial, por lo cual deciden tomar otro autobús, este será el 2513 de Costa Line, sin utilizar la violencia el operador de la unidad acepta, siempre y cuando le permitan dejar a los pasajeros originales en la central de autobuses de Ayotzinapa.
[21:16 horas]: Cinco autobuses parten de la central de Ayotzinapa, tres de ellos al norte (2012, 2510 y 1568 este último siendo el único Estrella de Oro), los dos restantes (1531-Estrella de Oro y 3278-Estrella Roja) tomaron otra ruta que los llevaría a Chilpancingo, siendo ellos los que serían perseguidos por la policía desde Iguala.
[21:16->adelante]: Los uniformados abren fuego en contra de los estudiantes, deteniendo a varios jóvenes. Solo 14 estudiantes del autobús 1531 huyen al cerro a ocultarse.
[00:30 horas]: Los autobuses con destino al norte no son atacados y logran llegar a la vialidad Juan N. Alvarez donde realizarán una primera rueda de prensa y darán a conocer el ataque.
Resultado de ello, 43 jóvenes son desaparecidos en la madrugada, entre las posibles soluciones al crimen (dado a que
aún hoy 20 de septiembre del 2022 sigue sin tener una resolución) son los siguientes: la policía en conjunto con el ejército capturaron a los normalistas para que posteriormente fueran llevados ante una banda criminal de la zona (Guerreros Unidos) esta los matara y posteriormente ocultaran sus cuerpos (algo controversial dado a que aún no se encuentran dichos cuerpos y que siguiendo la historia oficial aun surgen discrepancias en los insumos necesarios para desaparecer dichos restos humanos). La segunda versión, algo más turbia y con patrones que muestran la decadencia del sistema de justicia es que fueron capturados por los cuerpos judiciales, asesinados y calcinados en el cuartel del 27vo regimiento de infantería, esto último respaldado al registro de actividad telefónica de los dispositivos de los desaparecidos, registro de actividad satelital de la zona y distancia de ésta al lugar de lo sucedido.
A diferencia del sexenio en el que se efectuó tan macabro acto, la presidencia actual en conjunto con la Comisión para la Verdad Ayotzinapa han realizado una investigación exhaustiva, considerando este acto como crimen de estado. Hasta ahora se ha concluido que el estado en conjunto con las fuerzas del orden denotaron actos de negligencia y omisión para la resolución del caso, se ha detenido al ex procurador Murillo Kharam con los cargos de desaparición forzada, negligencia y obstrucción de la ley a raíz de esta (aunque se a otorgado un amparo a este último en contra de los cargos otorgados ). Entre los resultados de esta comisión se confirmó que sí hubo participación de las fuerzas del orden y de la organización de “Guerreros Unidos”, que los mandos del ejército de la zona estaban notificados de la situación de los estudiantes, a lo cual no intervinieron para salvar la vida de los estudiantes y que los detalles para su desaparición acorde al informe oficial del caso han sido desacreditados, lo que ahoga en un vaso de agua a los responsables de la desaparición de los estudiantes, dejando a la comisión y a la presidencia actual la responsabilidad de esclarecer por fin este crimen sin resolver.