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MENTE SANA

¿Quieres un hijo exitoso?

Por Mara Nandi

Todos tenemos música preferida para diferentes momentos del día o estados de ánimo. Hay canciones que pueden modificar nuestro humor, pues en un instante te activa o te deprime y esto es por el efecto que genera en nuestro cerebro la letra, el ritmo, el tono, la armonía y los instrumentos empleados. Debemos tomar en cuenta todos estos elementos para elegir la música ideal para el proceso de aprendizaje. Hace poco un amigo me dijo: “…Lo mejor que pude hacer por mis hijos fue meterlos a clases de música”. Ahora sus hijos son grandes y exitosos en distintas áreas como las matemáticas y las ciencias, sin olvidar que siguen creciendo en el arte de la música. Es posible que los hijos de mi amigo no se dediquen profesionalmente a la música, pero aprender les ha ayudado a abrir su mente. Diversos estudios en los campos de la educación y la psicología, han demostrado que el aprendizaje en la infancia de una disciplina artística como la música, mejora el aprendizaje de lectura, el lenguaje, matemáticas, habilidades espaciales y rendimiento académico en general, potenciando además otras áreas del desarrollo del ser humano no por algo el neuropsicólogo Howard Gardner la considera como una inteligencia en la teoría de las inteligencias múltiples. La música activa más partes del cerebro que cualquier otro estímulo es por eso que debemos elegir bien cada canción que escuchamos, pero sus beneficio se incrementan cuando no solo la escuchas sino ejecutas un instrumento musical.

Beneficios de escuchar y tocar un instrumento • Activa la memoria y las emociones • Facilita el aprendizaje de idiomas • Aumenta la creatividad • Mejora tu estado de ánimo • Combate la fatiga y estimula la producción de dopamina • Mejora las habilidades matemáticas • Reduce el estrés • Disminuye la ansiedad • Fortalece el sistema inmunológico • Disminuye la presión arterial • Previene el envejecimiento cerebral

Pero no cualquier tipo de música te puede ayudar a desarrollar todas estas habilidades. La música clásica, el jazz, los sonidos celtas y de la naturaleza son las más utilizadas para activar tanto el hemisferio izquierdo como el derecho para impulsar la capacidad de aprendizaje, retención, concentración y aumentar tu productividad.

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