Solo un sueño - Chris Van Allsburg

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COLEGIO AMERICANO

NOMBRE:

MIRANDA URBAN SOLANO

GRADO:

EDUCACION INTEGRAL CON CALIDAD HUMANA

MATERIA:

LIBRO DE LECTURA

MAESTRA:

MISS CECILIA SALAZAR CONTRERAS


SóLO , UNSUENO l'f/ltJ

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DIRECCIÓN EDITORIAL: Adriana Beltrán Fernández CooRDINACióN DE LA COLECCióN: Karen Coeman CrnDADO DE LA EDICióN: Pilar Armida y Ariadne Ortega González

D•s&�o v FORMACióN: Maru Lucero TRADUCCióN: Pilar Armida

Chris Van Allsburg Texto e ilustraciones

Sólo un sueño Título original en inglés: Justa Dream Texto e ilustraciones D.R. © 1990, Chris Van Allsburg

Editado por Ediciones Castillo por acuerdo con Houghton Mifllin Harcourt Publishing Company,

10003, Nueva York. E.U.A.

PRIMERA EDICIÓN: enero de

2013

D.R. © 2013, Ediciones Castillo, S.A. de C.V. Castillo

® es una marca registrada.

Insurgentes Sur

SóLO UNSUEÑO

1886. Col. Florida,

Del. Álvaro Obregón, C.P.

01030. México, D.F.

Ediciones Castillo forma parte del Grupo Macmillan

www.grupomacmillan.com www.edicionescastillo.com infocastillo@grupomacmillan.com Lada sin costo:

01 800 5361777

Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana. Registro núm.

ISBN:

3304

978-607-463-661-1

Prohibida la reproducción o transmisión parcial o total de esta obra por cualquier medio o método, o en cualquier forma electrónica o mecánica, incluso fotocopia o sistema para recuperar la información, sin permiso escrito del editor. Impreso en México/Printed in Mexico

Impreso en los talleres de Editorial Impresora Apolo, S.A. de C.V.

150-6. Col. Granjas Esmeralda, C.P. 09810, Delegación Iztapalapa Centeno

México, Distrito Federal. Enero de 2013.

Castill

' de•• la lectura � P.!l'


W

. lter siempre se detenía en la panadería

cuando regresaba a casa de la escuela. Ese día, como siempre, compró una enorme

Al llegar a casa, Walter vio que Rosa, la vecina de al lado, estaba regando un árbol que acababa de plantar.

dona rellena de mermelada. La sacó de

-Es mi regalo de cumpleaños -dijo ella.

la bolsa y se la comió rápidamente mientras

Walter no podía entender que alguien

caminaba. Cuando terminó, se relamió la mermelada de los dedos y tiró la bolsa vacía junto a la toma de agua. 4

quisiera recibir un árbol como reg?-lo de cumpleaños. El suyo sería en un par de días. -A mí nadie me va a regalar una tonta planta -le dijo a Rosa. S


... al futuro.

Walter se fue a la cama deseando vivir en el futuro. Apenas podía esperar a tener un avión de su tamaño, un robot que sacara la basura y una máquina que pudiera preparar miles de donas rellenas de mermelada. Cuando se quedó dormido, su sueño se convirtió en realidad. Esa noche, la cama de Walter viajó....' ..

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Walter se despertó en medio de un tiradero enorme. Una excavadora empujaba un montón de bolsas de basura llenas

Pero no por mucho tiempo...

a reventar en dirección a él. -¡Deténgase! -gritó Walter. El hombre que manejal;Ja la excavadora puso el motor en neutral. -Disculpa -le dijo-. No te había visto. Walter miró las montañas de basura y vio casas medio enterradas en la inmundicia. -¿Están habitadas? -preguntó. -Ya no -respondió el hombre. A unos metros de su cama, había un viejo letrero con el nombre de una calle. Decía: AVENIDA DE LAS FLORES.

-¡Oh, no! -dijo· Walter con un grito ahogado. ¡Él vivía en Avenida de las flores! El conductor aceleró el motor y dijo: -Bueno, creo que ya es hora de que regrese a trabajar. Walter metió la cabeza debajo de las cobijas. "Éste no puede ser el futuro", pensó. "Estoy seguro de que sólo es un su�ño." Y tras eso, se volvió a dormir. 12

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Walter se asomó por la orilla de su cama. Estaba atorada en las ramas de un árbol muy alto. Abajo, alcanzó a ver a dos

Hasta que. . .

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hombres que cargaban una gran sierra. -¡Hola! -gritó Walter. -¡Hola, tú! -gritarqn ellos a su vez. -No van a cortar este árbol, ¿o sí? -Walter preguntó. Pero los leñadores no contestaron. Se quitaron sus chaquetas, se arremangaron las camisas y se pusieron a trabajar. La sierra se movía hacia adelante y hacia atrás, serruchando poco a poco el tronco del árbol donde estaba Walter. -De seguro necesitan este árbol para construir algo muy importante, ¿verdad? -dijo Walter desde arriba. -Ah, sí -dijeron-, muy importante. Walter vio que en las chaquetas de los leñadores había un letrero. Desde arriba, apenas alcanzó a distinguir las siguientes palabras: PALILLOS DE DIENTES DE CALIDAD. Walter suspiró y volvió a deslizarse bajo las cobijas.

'··

...

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Walter no podía dejar de toser. Su cama se balanceaba en el borde de una chimenea gigantesca. El aire estaba cargado de

Pero, entonces ...

un humo que picaba la garganta e irritaba los ojos. A su alrededor, docenas de chimeneas eructaban densas nubes del mismo humo caliente y nauseabundo. Walter vio que un trabajador subía por una de las chimeneas. -¿Qué es este lugar? -preguntó Walter. -Ésta es la fábrica de la medicina Máxima Potencia -respondió el hombre. -Cielos -dijo Walter, mirando el humo-. ¿Y qué clase de medicina es ésa? -Una maravillosa -respondió el trabajador-; cura la picazón en la garganta y los ojos irritados. Walter empezó a toser de nuevo. -Si quieres, puedo conseguirte un poco -ofreció el hombre. -No, gracias -dijo Walter. Luego apoyó la cabeza en su almohada y, cuando la tos se detuvo, se quedó dormido. ;

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Copos de nieve empezaron a caer sobre

Pero aún había mucho que ver ...

Walter. Estaba en lo alto de una montaña. Un grupo de excursionistas que vestían ' zapatos para la nieve y lé!-rgos abrigos de pieles pasaron a su lado. -¿Adónde van? -Walter preguntó. -Al hotel -respondió uno de ellos. Walter volteó y vio un edificio enorme con un gran letrero que decía: HoTEL EvEREST. -¿Acaso este hotel está en la cima del Everest? -preguntó Walter. -Sí -dijo uno de los excursionistas-. ¿No es hermoso? -Bueno... -c0menzó a decir Walter, pero el grupo no esperó a que respondiera. Se despidieron con un gesto de la mano y se marcharon.

Walter miró fijamente el letrero amarillo que se encendía y se apagaba, y luego se acurrucó de nuevo bajo las sábanas .

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La mano de Walter estaba húmeda y fría. Cuando abrió los ojos, descubrió

Pero sólo por un momento ...

que su cama flotaba a la deriva en el mar. El viento los empujaba e_n dirección a un barco pesquero. Los hombres que estaban en el bote reían y bailaban. -¡Barco a la vista! -gritó Walter. Los pescadores agitaron la mano para saludarlo. -¿Qué celebran? -preguntó. -Acabamos de atrapar un pez -gritó uno de ellos-. ¡Es el segundo de la semana! Levantaron en el aire un pececito para que Walter pudiera verlo. -¿No se supone que deben regresar los peces chicos al mar? -les preguntó. Pero los pescadores no lo escucharon. Estaban muy entretenidos cantando y bailando. Walter se dio la vuelta. Pronto, el vaivén de las olas lo arrulló y se volvió a dormir.

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Un claxonazo escandaloso hizo que Walter se levantara de un brinco. A su alrededor, había cientos de autos

Pero su cama siguió viajando . . .

y camiones. Todos pitaban sin parar

mientras se arrastraban lentamente por la carretera. Cada conductor tenía un teléfono celular en una mano y una gran taza de café en la otra. Cuando el tránsito se detuvo por completo, el ruido de los cláxones aumentó. Walter no podía volverse a dormir. Pasaron horas. Walter se preguntó si se quedaría varado en esta carretera para siempre. Se cubrió la cabeza con la almohada para uo oír. "Éste no puede ser el futuro", pensó. "¿Dónde están los aviones miniatura? ¿Y los robots?". Los bocinazos continuaron hasta bien entrada la noche. Finalmente, los autos y sus conductores fueron guardando

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silencio uno a uno, y Walter por fin p_udo conciliar el sueño.

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Walter despertó y miró hacia arriba. Un caballo estaba de pie junto a su cama,

Pero no fue así. . .

mirándolo fijamente. En la montura iba una mujer vestida de vaquera. -Le caíste bien a mi caballo -dijo ella. -Qué suerte -respondió Walter, preguntándose adónde habría llegado ahora. Lo único que alcanzaba a ver era una bruma parda y amarillenta. -Hijo -continuó la mujer, extendiendo los brazos hacia el frente-, éste es el magnífico Gran Cañón. Walter miró la nebulosa a la distancia. -Claro que, con toda esta contaminación, nadie ha podido verlo en años. La mujer quiso venderle algunas postales que mostraban el Canón tal como había sido en los viejos tiempos. -Están muy bonitas -la mujer insistió, pero él no quiso verlas. "Sólo es un sueño", se dijo a sí mismo. "Pronto despertaré y estaré de vuelta en mi cuarto."

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Walter se asomó por debajo del cobertor.

Entonces, finalmente . . .

Su cama volaba por el cielo nocturno. Una bandada de patos pasó por encima de su cabeza. Uno de ellos aterrizó sobre su cama y, para sorpresa de Walter, empezó a hablar: -Espero que no te importe que descanse aquí por un momento. . . -dijo el ave. Los patos llevaban días volando. No podían encontrar el estanque donde siempre se detenían a comer. -Estoy seguro de que está allá abajo -dijo Walter, aunque sospechaba que algo terrible había sucedido. Después de un rato, el pato se dirigió al borde de la cama, respiró profundamente y se echó a volar. -Buena suerte -Walter le gritó. Luego se tapó la cabeza con las cobijas-. Sólo es un sueño -susurró, y se preguntó si alguna vez terminaría.

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. . . la cama de Walter regresó al presente. Estaba a salvo, de regreso en su habitación, pero se sentía fatal. El futuro que había

De un salto, bajó de la cama y se echó a correr por la cuadra aún en pijama. Cuando encontró la bolsa vacía de la

visto no era lo que él esperaba. Los robots

dona de mermelada que había tirado el día

y los aviones miniatura ya no parecían tener

anterior junto a la toma de agua, la recogió. Luego regresó a casa y, antes de que

tanta importancia. Se asomó por la ventana y miró los

saliera el sol, separó la basura y la tiró en

árboles y el césped iluminados por la ·pálida

los botes correctos que estaban a: un lado

luz de la madrugada.

de la cochera.

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El día del cumpleaños de Walter, todos sus amigos fueron a comer pastel y helado a su casa. A todos les encantaron los nuevos juguetes de Walter: la pistola de rayos láser, el yayo eléctrico y el dinosaurio inflable. -Mi mejor regalo -dijo Walter orgulloso- está allá afuera. Entonces les enseñó el obsequio que había escogido esa mañana: un árbol.: .

Después de la fiesta, Walter y su papá lo plantaron en el jardín. Antes de acostarse, Walter se asomó por la ventana. Desde ahí, podía ver su árbol y el árbol de Rosa. Le gustaba cómo se veían lado a lado. Luego se durmiq, pero no por mucho tiempo. Esa noche, su cama lo llevó de viaje una vez más. 45



Walter despertó bajo la sombra de dos altos árboles. El cielo estaba completamente azul. La ropa limpia que colgaba de un tendedero se sacudía en la brisa. Un hombre empujaba una vieja podadora mecánica. "Éste no es el fp_turo", pensó Walter. "Es el pasado." -Buenos días -lo saludó el hombre-. Qué buen lugar encontraste para dormir. -Sí -Walter asintió. Había algo sumamente apacible en los enormes árboles que estaban junto a su cama. El hombre levantó la mirada hacia las hojas que susurraban en el viento y dijo: -Mi abuela plantó uno de esos árboles cuando era pequeña. Walter miró las hojas y se dio cuenta de dónde estaba. Después de todo, sí habían viajado al futuro, pero a un futúro distinto. Aquí tampoco había robots ni aviones miniatura. Ni siquiera había podadoras eléctricas. Walter se recostó y sonrió. -Me gusta este lugar -le dijo al hombre, y se quedó bajo la sombra de los árboles

inmensos que Rosa y él plaqtaron,.. alguna vez. 48


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Walter espera con

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ansias el futuro. Según un

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programa de televisión, habrá aviones miniatura que los niños podrán manejar solos y estacionar

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en el techo de su casa. Sin embargo, un fantástico paseo en cama a través del tiempo le muestra a Walter que, si sigue tirando papeles

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en la calle y no se molesta en separar la basura

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orgánica de la inorgánica, el futuro será

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muydistinto de lo que él imagina.

Una impactante fábula contemporánea cuyas imágenes actúan como recordatorios contundentes -

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de que el futuro, para bien o para mal, aún está en nuestras manos.

CHRIS VAN ALLSBURG (Michigan, E.U.A.) es uno de los más importantes creadores de libros álbum. Su trabajo ha sido considerado como "obras de arte en forma de libro". Es uno de los pocos ilustradores que ha recibido la

·

Medalla Caldecott en dos ocasiones.


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