Honduras entre la resignaci贸n y la esperanza
Jubenal Quispe
Primera Edición, abril de 2012 © Grupo Editorial Kipus, Cochabamba - Bolivia. Calle Hamiraya Nº 127 casi Av. Heroínas, Cochabamba – Bolivia. Telfs./Fax.: (591– 4) 4731074 – 4582716 E-mail: ventas@editorialkipus.com Página web: www.editorialkipus.com Autor: Jubenal Quispe © Jubenal Quispe 2012 Depósito Legal: 2-1-1382-12 ISBN: 978-99954-59-86-4 Queda rigurosamente prohibida, bajo las sanciones previstas por ley, sin autorización escrita del titular del Copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la fotocopia y el tratamiento informático. Diseño Tapa: xxx xxx xxx Diagramación: Noemi Marina Balboa Cañizaca (GEK) Impreso en Grupo Editorial “Kipus” Telfs.: 4116196 – 4237448, Cochabamba. Printed in Bolivia
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza
ÍNDICE Prólogo....................................................................................................9 Introducción.........................................................................................25 CAP. I DISOLUCIÓN DEL ESTADO APARENTE Y EL IMPERIO DE LA MUERTE Honduras sumergida en las Honduras de la muerte.............................31 Honduras, secuelas de un estado fallido............................................35 Entre la disolución del Estado y el imperio de la muerte....................37 País de incontrastables contradicciones................................................41 El pecado original de Honduras............................................................43 Honduras, ¿un pueblo enfermo?...........................................................49 CAP. II MECANISMO DEL NEO COLONIALISMO Adoctrinamiento religioso.....................................................................55 Educación como adoctrinamiento.........................................................59 Adoctrinamiento político...................................................................63 Adoctrinamiento mediático................................................................65 Adoctrinamiento militar ......................................................................67 CAP. III LA EDUCACIÓN Y LA ANULACIÓN DEL PENSAMIENTO ¿Importa la educación en Honduras?...................................................73 ¿Por qué el régimen neoliberal se ensaña con el magisterio?...............75 Municipalizar la educación, ¿para qué?................................................77 5
Jubenal Quispe Lecciones de una huelga magisterial.....................................................79 Desafíos de la educación para la refundación.....................................81 CAP. IV LA MALDICIÓN DE LA ABUNDANCIA Un pueblo condenado a repetir su nefasta historia................................87 Ayer vinieron por oro, madera y tierra. Ahora, es por agua..................91 La privatización del aire y la expulsión de los pueblos indígenas........93 ¿Será que todos ganamos con la cumbre climática en Cancún?...........97 Las cenizas de la biodiversidad...........................................................101 La inmoral tenencia de la tierra y el empobrecimiento nacional........103 Entre la soberanía alimentaria y la Palma Republic............................107 A cuatro décadas del día internacional de la Tierra.............................111 ¿Día del medio ambiente o de la sobrevivencia?................................115
CAP. V FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR ¿Por qué surgen los movimientos sociales?........................................119 Una creciente insubordinación silenciosa...........................................121 ¿El Frente Nacional de Resistencia Popular, es un movimiento social?.............................................................................................123 A un año del Frente Nacional de Resistencia Popular.........................127 La consolidación del Frente Nacional de Resistencia Popular como un movimiento social amplio................................................131 El Frente Nacional de Resistencia Popular seducido por las urnas....135 Una oportunidad para el Frente Nacional de Resistencia Popular......139 ¿Quiénes distraen al FNRP con el debate electoral?........................141 Tomar el poder, ¿para qué?..............................................................145 A dos años del nacimiento del FNRP y sus desafíos...........................149 Movimientos sociales y partidos políticos..........................................157
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza CAP. VI LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, UNA OPORTUNIDAD PARA REPENSAR HONDURAS Origen de la demanda de la Asamblea Constituyente.........................161 Argumentos básicos que impulsan un proceso constituyente.............165 Un pueblo que desde sus cenizas desafía lo imposible.......................171 ¿Existen propuestas para la refundación del país?..............................173 De la reforma constitucional a la Asamblea Constituyente................177 ¿Es viable una Asamblea Constituyente auto convocada? ..............179 Retos para la refundación de Honduras...............................................183 CAP. VII PUEBLOS INDÍGENAS Y NEGROS IMPULSAN UN INÉDITO PROCESO CONSTITUYENTE La democracia asamblearia de los pueblos indígenas y negros..........189 Pueblos indígenas y negros impulsan un inédito proceso constituyente...............................................................................191 Pueblos indígenas y negros demanda su autonomía...........................193 La resistencia de los pueblos indígenas y negros................................197 Negras e indígenas en resistencia desafían al Estado cristiano...........199 El poder constituyente de las mujeres indígenas y negras..................201 El calvario del pueblo indígena Maya Chortí.....................................205 CAP. VIII LECCIONES DE UN GOLPE DE ESTADO EN PLENO SIGLO XXI Honduras, víctima del analfabetismo constitucional de sus élites......209 Lecciones de un golpe de Estado en pleno siglo XXI.........................215 América Latina del siglo XXI, entre urnas y fusiles...........................227 El golpe de Estado restableció bases militares norteamericanas en Honduras....................................................................................231 Honduras, el régimen del humanismo cristiano en la incertidumbre......233 7
Jubenal Quispe Honduras, Hugo Chávez, de demonio a redentor................................237 Lecciones del retorno de Manuel Zelaya Rosales...............................241 La incorporación del golpe de Estado en la democracia de la OEA del siglo XXI..........................................................................243 CAP. IX LA AMBIGÜEDAD DEL CRISTIANISMO Y EL RÉGIMEN DEL TERROR Hoy, como ayer, los golpes de Estado se ejecutan legitimados por el cristianismo...........................................................................249 Consecuencias del golpe de Estado en las iglesias.............................251 Organizaciones evangélicas apuestan por la Constituyente...............255 Una Diócesis católica apuesta por el proceso constituyente...............257 Un cardenal, tan cerca del poder y tan lejos del Dios de la Vida........261 Jesús, ¡por qué no resucitas!................................................................265 Bibliografía.........................................................................................267
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza
PRÓLOGO UN MUNDO CORTADO EN DOS “El mundo del colonizado es un mundo cortado en dos. La línea divisoria, la frontera, está indicada por los cuarteles y las delegaciones de policía. En las colonias, el interlocutor válido e institucional, el vocero del colono y del régimen de opresión es el gendarme o el soldado… La Iglesia en las colonias es una Iglesia de blancos, una iglesia de extranjeros. No llama al hombre colonizado al camino de Dios, sino al camino del blanco, del amo, del opresor…La descolonización realmente es creación de hombres (mujeres) nuevos” Frantz Fanon: (Los condenados de la tierra) Mi primer encuentro con JUBENAL QUISPE ocurrió en Tegucigalpa. Sus palabras me recordaron la auténtica esperanza tal como la consideraba Paulo Freire: “No soy esperanzado por pura terquedad, sino por imperativo existencial e histórico… Ella sola (la esperanza) no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea”. Aquella conversación sacudió mi memoria acerca a la injusticia extrema en Honduras cuyos seres viven colonizados y neocolonizados como si fueran los “condenados de la tierra” que describió magistralmente Frantz Fanon. Dialogamos sobre los diversos modos de analizar la realidad hondureña. Sobre el enfoque relacional, comunitario y colectivo que parte de lo local, de la vida cotidiana y de la cultura en una “secuencia de coyunturas” que articula los saberes y conocimientos con las prácticas sociales, políticas y transformadoras que contribuyen a la descolonización de las ideas prestadas o impuestas por el coloniaje del poder. Coincidimos en la necesidad de replantear y cuestionar el enfoque angloeurocéntrico que tanto ha dominado al pensamiento y a las prácticas de los sectores y movimientos sociales y de las organizaciones no gubernamentales que al seguir la cultura hegemónica de occidente llegan a negar y excluir la sabiduría y la lucha histórica de los pueblos originarios, indígenas y afrohondureños. 9
Jubenal Quispe Pocos meses después recibí la invitación de Jubenal a escribir el prólogo de su libro titulado: HONDURAS ENTRE LA RESIGNACIÓN Y LA ESPERANZA. Aquella noticia fue la grata sorpresa, el honor especial y el desafío intelectual. Acepté el desafío y solicité la hoja de la vida al autor. Jubenal me respondió con una breve epístola: “Pues, soy indígena quechua, vengo del campo, amo a la tierra porque me siento y soy Tierra que ama, que piensa, que siente, que sufre... Aprendí el español a los 9 años. Por la gratitud de la vida pude nadar en el río de la cultura occidental. Estudié derecho, filosofía y teología. Escribí algunos libros sobre ecología y teología, derechos humanos y medio ambiente, democracia boliviana, etc. Pero, ante todo soy un apasionado por la Vida como Ud., y, ahora, enamorado de las Hibueras. Un abrazo doctor Almendares y muchas gracias por leer y prologar mis impertinencias”. La lectura del libro convulsionó mi conciencia de tantas atrocidades, masacres, genocidios, desigualdades e injusticias que históricamente ha vivido nuestro pueblo. El texto plantea un reto teórico y práctico. Presenta el debate sobre el enfrentamiento contrahegemónico de la cultura y sabiduría de nuestros pueblos con el bloque histórico hegemónico capitalista. La historia es la historia del dolor y el sufrimiento, de la humillación y la rebeldía. Se caracteriza por el sujeto negado, el “no ser”, las reformas epidérmicas, la deformación de la verdad y la construcción de la infamia donde las víctimas son los agentes de la violencia y por lo tanto ellas son el objetivo estratégico del exterminio, la tortura y todas las formas de violación a los derechos: humanos, individuales, familiares, comunitarios, de la Madre Tierra; la soberanía alimentaria, y la autodeterminación de los pueblos. Narra los crímenes de lesa humanidad, racismo y exclusión social que se han realizado desde inmemoriales tiempos en nombre de la democracia, de Dios, la ley y el orden; ante lo cual el pueblo responde por medio de la organización, la movilización, la resistencia y los 10
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza sueños de la transformación radical de las estructuras de explotación y dominación. El sueño de libertad es la esperanza; y la esperanza auténtica es la liberación y la construcción de una sociedad nueva plurinacional, con democracia económica política, autonomía cultural y respeto a los derechos de la Madre Tierra, la territorialidad, la vida y la dignidad histórica de América Latina y el Caribe. Jubenal nos invita a la reflexión crítica a partir de la local, de la vida cotidiana, al análisis de las raíces estructurales e históricas de la violencia. Nos hace comprender el silencio e inmovilidad que ocasiona el terror. Mueve las conciencias ante el grito de los excluidos y explica con claridad la algarabía de la juventud alienada o rebelde que se enfrenta a los procesos de violencia del colonialismo interno, externo o, como lo expresa Aníbal Quijano, coloniaje del poder. En estas páginas me concentraré en tres de los aportes significativos del texto de Quispe. El Análisis del Estado, el Frente Nacional de Resistencia Popular y Los Desafíos del Futuro.
-Análisis del Estado A través de la lectura de este libro llegué a la sencilla conclusión de que son esenciales la reflexión e investigación sobre la naturaleza y la transformación del Estado para comprender la realidad político social de Honduras, su situación de violencia y los desafíos del futuro. Porque he considerado limitados mis conocimientos sobre esta materia, desde hace algún tiempo me he dedicado a estudiar y a cuestionar los modelos o sistemas que aplicados mecánicamente a nuestra realidad resultan poco creativos, reduccionistas y a veces una copia burda del pensamiento angloeurocéntrico. Sin embargo, no se trata de un simple rechazo a las ideas dominantes occidentales; sino en saber analizar el contenido ideológico y hegemónico; de valorarlo en forma dialéctica, histórica y crítica; desde la ontología (realidad), la gnoseología (diálogo de saberes, conocimientos, ciencia, filosofía entre los pueblos) para llegar a la 11
Jubenal Quispe validez objetiva intersubjetiva, histórica, artística, científica y cultural de la epistemología del Sur, manifestada en la cosmovisión y la dignidad histórica de los pueblos… Reconocer la sabiduría concreta y singular de lo local, lo comunitario; luchar por el respeto a los derechos de la Madre Tierra, de los territorios, y al buen vivir de los pueblos es un proceso sustantivo para lograr la identidad cultural que se expresa en la capacidad organizativa movilizadora, participativa, en la toma de decisiones. Políticas que se encaminan a la trasformación del Estado por una sociedad más justa, verdaderamente humana y planetaria. La naturaleza de este proceso debe ser simultánea y sinérgica; de solidaridad conjunta y contrahegemónica en la transformación de la base y la superestructura de la sociedad frente a la violencia del Estado hondureño por parte de las clases dominantes y de dirigentes racistas, patriarcales y opresores del género y de la diversidad sexual mediante el proceso de la mundialización del capital y del coloniaje del poder, articulados con las oligarquías y las burguesías locales. Después de estas reflexiones escribí en el tablero de mensajes la siguiente reflexión de Quispe:“En Honduras, ante la ausencia del Estado, el reino de la muerte se impone como el único modo posible de subsistencia”. Esta afirmación me obligó a conversar nuevamente con él y a formularle la siguiente interrogante: ¿Existe el Estado hondureño? A lo cual me respondió: “Desde la perspectiva de las y los excluidos hondureños, no existió Estado (constitutivo y/o garante de derechos). Existió y existe un Estado aparente en proceso de licuefacción, fruto de las contradicciones de las élites que lo pergeñaron. Pero este Estado aparente (Marx lo plantea así para diferenciarlo del Estado Integral que propone como una etapa necesaria para llegar a la nueva sociedad) es enemigo para los colectivos de indígenas, movimientos sociales, etc. En ese sentido, incluso la condición de aparente está en entredicho en estos sectores. Desde lo coyuntural fáctico, ¿cómo podemos sostener la existencia del Estado si la materialización más 12
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza próxima del Estado, como es la policía, evidencia, en el caso hondureño, la ausencia total de garantías, imperio del crimen delincuencial, sicariato, derrota de lo mínimo racional contractual, etc.? Sólo asumiendo la inexistencia del Estado para las grandes mayorías, y la situación de crisis terminal del Estado aparente para las minorías (acomodadas), podemos plantear con mediana coherencia racional la necesidad de crear el Estado mediante un proceso constituyente originario”. Existe un debate teórico sobre el análisis del Estado en América Latina; sin embargo son poco los estudios sobre el Estado hondureño. Sin entrar en la discusión sobre esta temática, Quispe nos plantea relevantes interrogantes sobre el Estado como una cuestión esencial en el abordaje de la direccionalidad del proceso de la construcción de la toma y mantenimiento del poder, ya sea a través del proceso electoral, la movilización social, la Asamblea Nacional Constituyente o la Refundación del Estado. En los pasajes o etapas del Estado Colonial Capitalista, Estado Criollo Burgués, Estado Nación Moderno, Estado Neoliberal y al Estado No Ser (Negación del Estado), el poder siempre ha estado controlado por una minoría local oligarca y burgués articulada al capitalismo mundial y al neoliberalismo. No obstante, en Honduras, al igual que en la mayor parte de los pueblos de América Latina coexisten las diversas formas de vida precapitalista y capitalista; sin embargo, el modo de producción capitalista es el dominante y su naturaleza es racista, desigual, excluyente, patriarcal, violadora sistemática de los derechos humanos integrales de la vida de la Madre Tierra y de la dignidad histórica de los pueblos. Así, se puede observar que, según el momento histórico y las necesidades del sistema capitalista y de sus aliados locales, el Estado hondureño ha tenidos diversas estigmas: enclave minero, enclave o “República Bananera”, dictadura militar, “Estado de contrainsurgencia”, “Estado de la Seguridad Nacional”, “ Porta aviones 13
Jubenal Quispe Político, Ideológico y Militar del Pentágono”, “Patria Alquilada” “Narco- Estado”, “Estado Terrorista”, “Estado Privatizado”, “Estado de Sitio”, “Estado Alterno de Golpes militares” y, en la proyección próxima futura “El Estado de las Ciudades Charter”. Son nombres malditos que enmascaran la historia del crimen, la corrupción y la negación de un pueblo que siempre ha luchado por su liberación. La historia del experimento “Honduras” ha sido una de las más crueles, infames y sangrientas de América Latina. El capitalismo imperialista neoliberal en forma progresiva ha exterminado a las poblaciones indígenas, afro hondureñas, campesinas, obreras y sobre todo a la niñez y a la juventud. Se ha instaurado un proceso aniquilador de la cultura, de la interculturalidad, de las lenguas originarias y del sentido de vida comunitaria y de nación. La maquinaria de la barbarie ha realizado la tortura y muerte programada del pueblo mediante las invasiones de “marines”, filibusteros, mercenarios, sicarios. Los experimentos de los manuales de tortura de la CIA en los cuerpos y mentes de los compatriotas sirvieron para ser aplicados en Irak y Guantánamo y en la propia Honduras durante y después del golpe militar del 28 de junio del 2009. La invasión militar ha estado articulada a la explotación minera, bananera, destrucción del bosque, la biodiversidad, los manglares y de la vida de pescadores y ecosistemas del mar con la industria del camarón. La biotecnología de la MONSANTO y de otras empresas ha violado la soberanía alimentaria al sustituir las semillas originarias, al crear y dominar el mercado con las semillas híbridas, transgénicas y promover los agrocombustibles y los plaguicidas. Por otra parte, las maquilas, como parques industriales, se han caracterizado por la explotación de niñas, particularmente de mujeres jóvenes, expropiándolas de sus derechos laborales. La geoexpansión bélica, la construcción de múltiples represas y el desalojo violento de comunidades indígenas, garífunas, campesinas, junto con las frecuentes masacres en la zona de El Aguán por parte del complejo militar, minero, energético, agroindustrial y financiero 14
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza han destruido la naturaleza e intensificado el impacto humano y ambiental de los huracanes, tormentas tropicales, inundaciones y de los fenómenos sísmicos tales como deslizamientos y derrumbes. Al ser Honduras el epicentro de las maniobras militares estadounidenses en América Latina, el territorio se ha convertido en el área geopolítica clave del Pentágono, en la contrainsurgencia, contrarrevolución y amenaza constante a Nicaragua, a Cuba, a Bolivia, Ecuador, Venezuela y otras naciones de América Latina. En el presente siglo XXI, la agresión neocolonial en contra de Honduras se ha hecho más evidente después del golpe militar. El país está inmerso en la violencia de los proyectos hegemónicos: Plan Puebla Panamá (Plan Mesoamérica), Plan Colombia, Plan Mérida, Bases militares, Programas Satélites de la Escuela de las Américas (Honduras, Panamá, El Salvador, Costa Rica y Guatemala). Maniobras militares, incremento de la carrera armamentista, (golpes de Estado) y los planes bélicos de la Cuarta Flota del Atlántico del Comando Sur. Estos planes neocoloniales no han estado divorciados de las políticas concesionarias y dominantes del Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos de América y Europa (TLC y ADA). El texto de Quispe nos plantea la ausencia del Estado en Honduras en el sentido de que las políticas no están dirigidas a transformar la desigualdad e injusticia social. En igual forma nos desafía sobre la identidad como país, y como sujetos que viven sometidos y avasallados. Ante este entramado perverso e infame se plantean las siguientes preguntas: ¿Cuál es la reacción social y política del pueblo hondureño? ¿Tienen identidad las y los hondureños? ¿Somos seres conformistas, sumisos? O, por el contrario, Honduras es uno de los países más violentos porque tiene la tasa de homicidios más alta del mundo ya que excede de 80/100 mil habitantes. Nuestras reflexiones nos conducen a pensar que no somos el país más violento sino que es el territorio donde el capitalismo y todas sus formas ideológicas, religiosas, jerárquicas, educativas, mediáticas y políticas han ejercido la mayor violencia militar, policial y cultural. 15
Jubenal Quispe Bien podría decirse con Fanon que las primeras reacciones violentas de los hondureños no son contra el colonizador sino contra sus hermanas y hermanos colonizados o que el “sujeto negado” se autodestruye por medio del alcohol, el tabaco y las drogas. El colonialismo interno, externo y el coloniaje del poder en el proceso de la negación del sujeto: “el no ser”, han creado valores negativos y desvalorizantes de la cultura e historia hondureña. Héroes, heroínas y mártires desconocidos y notorios como Lempira y Morazán fueron aniquilados por sus ideas y prácticas de libertad y justicia. Francisco Morazán, héroe máximo de la unión centroamericana, fue fusilado 1842 por la oligarquía colonial en Costa Rica y desde aquella época hasta la fecha actual no ha sido posible la construcción de la Federación Centroamericana. La guerra colonial y neocolonial (interna y externa) contra nuestro pueblo, aparece como una guerra entre nosotros y nosotras. Se inventa al enemigo y se crea la idea perversa de que la amenaza bélica proviene de Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y otras naciones en proceso de liberación. Somos objeto de agresiones por parte de soldados entrenados en el terror y la tortura en la Escuela de las Américas, de los sicarios de Colombia y de las políticas de contrainsurgencia de bases y maniobras militares estadounidenses que hieren la dignidad y violan la soberanía. La solidaridad del pueblo hondureño con los procesos revolucionarios ha sido genuina y auténtica. El Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua fue fundado en Honduras. Un contingente de hondureños y hondureñas participó en los procesos de liberación de Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Centenares de exiliados salvadoreños, nicaragüenses, guatemaltecos, chilenos y argentinos fueron acogidos por nuestro suelo. Conquistas relevantes en los derechos laborales fueron logradas por la huelga bananera antiimperialista de 1954. Honduras firmó el Tratado de la Alianza Bolivariana de Nuestra América (ALBA). Las diversas masacres en la historia del movimiento campesino en diversos lugares del territorio nacional, particularmente en el Valle 16
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza de El Aguán, son el cruel indicador de las luchas del pueblo hondureño por la reivindicación de los derechos y por la transformación agraria. Los crímenes de lesa humanidad y los asesinatos impunes contra los sectores de oposición a las fuerzas que produjeron el golpe militar son los hechos más evidentes de que existe un proceso de resistencia, identidad y liberación nacional. Los pueblos originarios e indígenas inspirados por la cosmovisión ancestral sobre el amor y el respeto a la Madre Tierra, nos han legado el germen de la lucha. El visionario Mariátegui señalaba al respecto: “No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia sino una creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano... El socialismo no es ciertamente una doctrina indoamericana... Aunque haya nacido en Europa, como el capitalismo, no es tampoco específica ni particularmente europeo... El socialismo, en fin, está en la tradición americana. La más avanzada organización comunista, primitiva, que registra la historia, es la incaica”. En relación a la memoria de la desigualdad, el sufrimiento y la dependencia es la historia de Honduras. El ecuatoriano Agustín Cueva, en una conferencia sobre el análisis postmarxista del Estado Latinoamericano, en Tegucigalpa (1962), decía: “Se observa una amnesia recurrente con respecto al análisis de la dependencia, curiosamente en el momento en que ésta se acentúa, así como una repulsión a mencionar siquiera las determinaciones económicas…” En otro texto agrega: “El desarrollo del capitalismo no es otra cosa que el desarrollo de sus desigualdades presentes en todos los niveles de la estructura social…El desarrollo desigual adquiere por eso aquí el carácter de una verdadera deformación, y a la vez que la explotación y la consiguiente pauperización de las masas toman el cariz de una súper explotación”.
-El Frente Nacional de Resistencia Popular Desde 1956 hasta el presente siglo se han producido siete golpes militares, que significan siete plagas contra el progreso de la nación. 17
Jubenal Quispe El segundo golpe militar de América Latina durante el inicio de este milenio se produjo en Honduras el 28 de junio del 2009. El secuestro del Presidente de la República Manuel Zelaya Rosales por parte de sujetos militares armados hasta los dientes que aterrorizaron a su familia y golpearon al mandatario, violó las leyes constitucionales desde el momento en que no tuvo derecho a defensa alguna. Sumado a lo anterior el “Estado de Sitio” y la consecuente suspensión de todas las garantías constitucionales. ¿Por qué se produce el golpe de Estado? ¿Por qué la desesperación del poder para producir el golpe, si tiene casi todo el control de los poderes del Estado incluyendo las fuerzas militares, policiales nacionales y privadas; y de las tropas de ocupación del Pentágono? ¿Por qué la totalización o el control absoluto del poder que caracteriza al Estado fascista? El golpe militar se produce porque el poder dominante (oligarquías y burguesías parasitarias del Estado, cuenta con el apoyo de la mayoría de los propietarios de los medios de comunicación, las jerarquías católicas y evangélicas vinculadas con las multinacionales, mineras, (Gold Corp, Yamana Gold, American Pacific, mineral de Agalteca, empresas bananeras, monocultivos de camarón, piña, agro combustibles, explotación de madera y maquiladoras. Sin embargo, el golpe militar es el producto del concurso de las fuerzas de la contrainsurgencia e ideológicas apoyadas por la derecha extrema estadounidense, europea y latinoamericana con el objetivo de gestar nuevos golpes en América Latina y obstaculizar el incipiente proceso de liberación de Honduras y el avance de este proceso en América Latina. Proclaman y mantienen el golpe militar en nombre de la paz, el diálogo, el respeto a los derechos humanos. En vez de usar las camisas negras fascistas, se visten de uniforme blanco y enarbolan consignas fundamentales como “ley y orden”; discursos xenofóbicos, e igualdad de clases, como proclamaba Mussolini, mientras continúan preparando a sus ejércitos... ¡Qué contraste con la gran desigualdad social de este sistema que mantiene a los hondureños como a los “Condenados de la 18
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Tierra” en este infierno de injusticias! La justificación de este golpe, tanto en el discurso golpista como en el discurso teológico y jurídico, ha sido ¡la defensa de la Constitución en un país ocupado por las tropas estadounidenses desde la década de los años ochenta! Ante el golpe militar surge de inmediato la protesta masiva popular del pueblo hondureño, aparentemente espontánea; sin embargo, es el resultado de experiencias anteriores y de la sabiduría acumulada que sorprende a los analistas locales e internacionales. Nace el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) que logra movilizar con frecuencia a más de un millón de personas en las calles y llega un momento en que la lucha organizada y pluralista alcanza condiciones prerrevolucionarias. Violando todos los principios constitucionales se impone el Gobierno de Facto con Roberto Micheletti desde el 28 de junio 200927 enero 2010 cuyas primeras acciones fueron: tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes; asesinatos y persecución contra los miembros de la Resistencia y de todas las fuerzas opositoras para amordazar y reprimir la libertad de expresión, restituir y garantizar el monopolio de las petroleras, facilitar el despido masivo de trabajadores, el principio del libre mercado, la propiedad privada y la privatización de los servicios públicos del Estado; multiplicar las concesiones mineras otorgando todos los privilegios a la oligarquía, a la burguesía y al capital financiero internacional en perjuicio de las capas medias y las clases menos favorecidas de nuestro país. En noviembre del 2009, con el control total del las fuerzas golpistas, se producen las elecciones de la democracia blindada. El Presidente electo Porfirio Lobo Sosa tuvo el reconocimiento de la mayor parte de los países que condenaron el golpe; sin embargo, los actos de corrupción y crimen por parte de las fuerzas golpistas han continuado. Es un gobierno con cara civil y corazón militar, oligárquico y de extrema derecha. El mando real lo sigue teniendo la línea fascista que en cada momento desobedece y hace lo contrario a cualquier intento reformista del Presidente Lobo.
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Jubenal Quispe Tres estrategias han caracterizado al golpe: el Síndrome de Desgaste y Agotamiento Prolongado del Adversario hasta obtener su derrota total mediante la guerra psicológica, la guerra de conflictos de baja intensidad y la guerra irregular. La segunda estrategia es aniquilar, desacreditar, infiltrar, dividir y demonizar a las fuerzas opositoras aglutinadas en el Frente Nacional de Resistencia Popular acusándolas de vándalos, anarquistas, chavistas, comunistas, enemigos de la democracia, subversivos, para crear condiciones y gestar más violaciones a los derechos humanos y promover el terror de una guerra civil… La tercera estrategia es el Síndrome del Chivo Expiatorio, que consiste en depositar la responsabilidad de todos los males, desgracias , violaciones a la ley, la constitución, acuerdos y la mala gobernanza en un solo individuo o sea en el presidente Zelaya, quien ha sido tratado en forma cruel y degradante por el circo neroniano mediático, por medio de calumnias, mentiras, acusaciones de violar la constitución, estigmatización y con privación de su libertad bajo la tortura psicológica y exposición a gases, sustancias tóxicas, ruidos infernales tanto a él, como a su familia y acompañantes durante la estadía solidaria en la Embajada de Brasil de Tegucigalpa.
-Los desafíos del futuro. El desafío del pueblo hondureño es la sabiduría de la unidad y la esperanza en el proceso de la construcción, y la toma y el mantenimiento del poder. La esencia es la formación del sujeto histórico y político que se define como aquel ser individual y colectivo que se organiza, participa, moviliza, desarrolla la conciencia social, política, ideológica, ética y cultural; toma posición en función de la transformación de la realidad generada por el sistema capitalista mundial de dominación histórica para lograr la justicia social, climática, la paz humana y planetaria. Cuando hablamos de unidad nos referimos a la idea de la totalidad de una determinada realidad, en este caso a la formación social concreta de Honduras a partir del momento que ocurre en el siglo XXI, sin excluir la historia, antes, durante y después del golpe de Estado militar del 28 de junio del 2009. Esta visión nos lleva a 20
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza considerar la totalidad como el movimiento de la unidad material, espiritual y cultural heterogénea, contradictoria, de relaciones desiguales, que se manifiesta en la lucha de clases, el racismo, el sexismo y el patriarcado frente al movimiento de poder hegemónico. Son dos poderes que se enfrentan: El bloque histórico hegemónico (la articulación de la oligarquía, el poder militar, policial, ideológico mediático, educativo, jerarquía religiosa con el capital minero, agroindustrial y financiero en el plano local e internacional). Y el poder contrahegemónico que se organizó espontáneamente al inicio y posteriormente como Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que a integra todas las fuerzas sociales opositoras con carácter pluralista que se oponen a las fuerzas golpistas que todavía controlan al Estado. Ante el desencanto del pueblo con el bloque hegemónico de poder, el FNRP se convirtió en la esperanza del pueblo; sin embargo la esperanza no es vacua, se ancla en la práctica con la satisfacción de las necesidades materiales, espirituales y culturales. La satisfacción de tales necesidades es la tarea esencial de la resistencia y se logra con el proceso de construcción del poder en todos los espacios de la vida cotidiana de las familias, comunidades, esferas políticas locales, regionales, nacionales e internacionales mediante la asimilación de las experiencias propias, mundiales sin excluir ninguna de ellas en el análisis y la praxis social. Entender la unidad es reflexionar sobre la identidad, la diferencia y semejanza, que se da en los procesos en los cuales pueden existir o coexistir los fenómenos de cooperación, antagonismo, resistencia, y transformación. La unidad sólo puede entenderse cuando se comprende la unidad dialéctica de lo viejo y lo nuevo. Por lo tanto, los procesos pueden ser evolutivos, involutivos, reformadores, transformadores y revolucionarios. Lo inmediato, lo urgente debe ser tratado y es el primer paso para mover la conciencia de realidad; sin embargo, no debemos quedarnos en esta etapa y debemos pasar del fenómeno a la esencia, o sea a la raíz de los problemas y de la esencia al fenómeno. 21
Jubenal Quispe La idea de la unidad está en toda cosa o en toda relación social. Para construir la unidad se requiere la organización, la resistencia, la movilización y la transformación de los procesos sociales desiguales e injustos. La reflexión crítica y la participación real y transparente garantizan el rechazo al verticalismo, autoritarismo, patriarcado, racismo y exclusión de género y clase social. Ésta es la base para la construcción de los sujetos históricos y políticos que van más allá de ser simples ciudadanos partidarios de un sistema dominado por el capitalismo. En otras palabras, es esencial erradicar al sectarismo tanto en la base como en la dirigencia mediante el respeto mutuo durante los procesos de participación en la toma de decisiones. El respeto mutuo de la base y la dirigencia se construye con el amor, la solidaridad humana y planetaria; mediante la transformación de todos los valores del patriarcado, la explotación clasista, racista y de género. Uno de los caminos esenciales es la Refundación del Estado de Honduras mediante la lucha pacífica activa de la articulación de la cultura comunitaria de los pueblos originarios, indígenas, garífunas, misquitos, campesinos con las demandas de los trabajadores de la educación y la salud; el movimiento estudiantil, los artistas, las organizaciones feministas y de la diversidad sexual. Otro camino es la construcción del poder constituyente mediante la convocatoria a la Asamblea Constituyente por parte del pueblo organizado mediante la transformación cualitativa de normas y principios que contiene la Carta Magna de una democracia representativa actual, para llegar a ser una democracia participativa, comunitaria, construida por sujetos históricos y políticos. La última asamblea del FNRP aprobó mayoritariamente la creación del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) para participar en las elecciones presidenciales del 2013. En el seno de las organizaciones políticas del FNRP, existen las siguientes interrogantes: ¿Es posible que existan elecciones libres y legítimas cuando el control total de los aparatos electorales está bajo el poder de las fuerzas golpistas? ¿Cómo se podrá instalar la Asamblea Constituyente sin tener 22
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza el poder de convocarla? ¿Podremos derrotar a la partidocracia del bipartidismo al participar en las elecciones? ¿Tenemos claro el significado de construir el poder, tomar el poder o mantenernos en el poder, o para qué el poder? En el trabajo por la construcción del poder está la sabiduría de la unidad en la diversidad y en la esperanza. Debemos integrar todas las fuerzas opositoras al golpe en el FNRP, y si no es posible hacerlo, debemos mantener con ello los mejores vínculos. El FNRP es la creación nueva del pueblo y debemos cuidarlo como un tesoro. En síntesis, debemos fortalecer y desarrollar cualitativamente el núcleo histórico del Frente Nacional de Resistencia Popular sin excluir a ningún sector de la construcción del poder; ya sea en la Refundación del Estado, la Asamblea Constituyente y el instrumento de la lucha electoral del FNRP, el partido Libertad y Refundación (LIBRE). Aunque pareciera que son caminos diferentes o contradictorios, todos son importantes de considerar en una estrategia común del FNRP. Algunas fuerzas tienen experiencia en los procesos electorales, otras en el desarrollo de la autoconvocatoria y participación comunitaria y algunas en el contenido jurídico, teórico, derechos humanos, arte y ciencia; filosofía, género, diversidad sexual y ambiente, en una nueva Constitución. Aboguemos por la unidad en la diversidad y la esperanza; por una conducción colectiva, participativa, democrática, donde todas las fuerzas puedan trabajar conjuntamente en las elecciones, en la Constituyente y en la Refundación del Estado de Honduras; y donde el amor y la solidaridad sean el fundamento del respeto, base y dirigencia. Es urgente que el FNRP le dé prioridad a la solidaridad con las necesidades materiales (alimentos, vivienda, educación, salud, transporte y sobre todo la tierra, territorio y el agua para los campesinos y pueblos originarios, indígenas, garífunas y misquitos). Como dijo Paulo Freire: “No soy esperanzado por pura terquedad, sino por imperativo existencial e histórico… Ella sola (la esperanza) no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea”. 23
Jubenal Quispe Sin olvidar la realidad objetiva y subjetiva de América Latina, Agustín Cueva manifestaba con cierta ironía: “Dudo por ejemplo que el poder se construya a través del voto, no sólo por razones abstractas que hoy no me propongo exponer, sino por la buena razón empírica de que jamás he visto ni he oído hablar de ningún lugar del planeta en donde asuntos tan decisivos como los que a continuación voy a señalar hayan sido sometidos a votación: a)La cuestión del sistema de propiedad; b) La estructura del aparato militar; c) La construcción de las relaciones que la CEPAL denomina “centro- periferia”. En el prólogo de la novela titulada “Metal del Diablo”, de Augusto Céspedes, Manuel Galich (1964), sobre la explotación minera de Bolivia, nos recuerda la similitud con Honduras: “Por otra parte, el mundo brutal que descubre Céspedes no es exclusivo de Bolivia. Pertenece a todos los países neocolonizados del mundo, a todos los sometidos a la explotación imperialista, esas tristes páginas del Estado, sus gobernantes, sus magistrados, sus ministros, sus legisladores y sus abogados, grotescos e ínfimos de espíritu, rendidos abyectamente y a merced de la voluntad de los grandes intereses del capital internacional, de sus empréstitos y de sus órdenes para depravar la política nacional hasta convertirla en servidora de la política de los grandes monopolios”. Finalmente deseo expresar nuestro reconocimiento a Jubenal Quispe por su valiosa contribución al escribir como producto de sus reflexiones, compromiso y solidaridad con nuestro pueblo el libro que nos desafía y nos invita a leerlo en forma crítica, para profundizar en la práctica y en la teoría la transformación de la injusta realidad de Honduras.
Juan Almendares
Ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras Tegucigalpa, diciembre de 2011.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza
Introducción Los países de América Latina se encuentran en plena celebración de sus procesos bicentenarios como repúblicas. Sin embargo, en Honduras, uno de los 35 países latinoamericanos, dicho ambiente festivo está completamente ausente. Honduras, al igual que los otros 4 históricos países centroamericanos, acaba de marcar en el calendario 190 años de vida “independiente”, pero aquel día, en las principales ciudades de este país la resistencia popular desfiló exigiendo independencia y la refundación de Honduras. Una aproximación rápida a la realidad hondureña evidencia que las promesas de progreso, democracia y civilización fueron espejismos determinantes que mantuvieron y mantienen a este pueblo centroamericano en una de las peores contradicciones terminales. Como bien dicen algunos “campesinos indígenas” en la montaña adentro: “aquí no conocemos Estado, pero esperamos que con la gracia de Dios salgamos adelante”. Esa es Honduras. Un país sin Estado y sin nación para las grandes mayorías, encomendado a la gracia divina. No es del todo cierta la afirmación de que en Honduras la institucionalidad y la idea de Estado se diluyeron con el golpe político militar del 2009. El Estado nación, en estos 190 años de vida republicana, no ha logrado consolidarse en el imaginario colectivo, mucho menos abarcar a todo el territorio del país. Lo que diluyó el golpe militar fue la institucionalidad del aparente Estado colonial, ahora en entredicho. Las grandes mayorías sobreviven sin Estado y sin nación, en unas condiciones de empobrecimiento y miseria superables sólo por los filmes cinematográficos sobre el África. No existe en América Latina, fuera de Haití, otro país como Honduras, tan pequeño territorialmente, homogeneizado idiomáticamente (todos hablan español), pero tan desarticulado, territorial y socialmente. Ante la anomia crónica de identidad nacional, la población se refugia en la adhesión a las iglesias y partidos políticos para darse a sí misma un sentido social de pertenencia. Pero este refugio afianza el espíritu providencialista de la población, siempre 25
Jubenal Quispe a la espera de algún agente del Imperio o algún caudillo como mesías enviado para salvarlos. El momento crucial que vive Honduras, acelerado por el golpe político militar, es una oportunidad histórica sin precedentes para mirarse a sí mismo como país e intentar resolver sus desencuentros y deudas históricamente irresueltas. A Honduras la convirtieron en porta tropas norteamericana, república bananera, maquilera y de ciudades modelo, la hicieron Malinche del Imperio para acosar y colonizar a los países vecinos, pero jamás le preguntaron al pueblo si esa historia era la que quería heredar para las presentes y futuras generaciones. Ahora es el momento para que, mediante un pacto sociopolítico ampliado (Asamblea Constituyente), todas y todos los hondureños se atrevan a imaginar el país que siempre han soñado, a lo que jamás se atrevieron sus ancestros. Se dice que la desgracia de Honduras es estar geográficamente ubicado en el centro de los intereses del gobierno de los EEUU. En parte, es cierto. Pero, lo que hizo de Honduras lo que es no fue sólo la permanente y sistemática colonización brutal por parte del Imperio norteamericano, sino la condición servil e ignorante de sus élites que jamás fueron capaces de sentir a Honduras como su propio país. Una élite que siempre quiso trepar lamiendo hacia el norte y escupiendo hacia el sur y hacia la Honduras profunda. Esta élite, mediante sus instrumentos de dominación estatal, infundió e infunde un espíritu de fracaso, vaciamiento, culpabilidad y derrota permanente en la población. Así se afianzó la condición psicológica/espiritual de un pueblo que atribuye su destino a la Voluntad Divina y rehuye de sus responsabilidades ciudadanas/políticas. Sin embargo, las esperanzas de un nuevo amanecer surgen desde las cenizas de esta tierra colonial permanente. El movimiento social denominado Frente Nacional de Resistencia Popular, con todas sus limitaciones, materializa los procesos de despertar, quizás aún sonámbulos, de la Honduras excluida y resentida. Este movimiento que nació como resistencia al golpe y que luego se aglutinó en la demanda de una Asamblea Constituyente (ahora postergada por el inmediatismo 26
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza electoralista), tiene la ardua labor, no sólo de constituirse en el sujeto sociopolítico colectivo para la refundación de Honduras, sino de hacer que cada hondureño/a en resistencia se constituya en sujeto decisivo para la nueva Honduras. El presente libro expresa las ilustraciones coyunturales que se fueron recogiendo, como en estampas, sobre el proceso sociopolítico emergente en Honduras, dinamizado por el sangriento golpe político militar (que a su vez aceleró la instauración del imperio de la muerte y el terror, cuyo fin nadie vislumbra), en el marco de un continente cada vez más vulnerable a los nuevos mecanismos de intervención imperial y a la crisis ecológica planetaria. Este texto no aspira a constituirse en un libro de historia, ni mucho menos. Únicamente es un registro de hechos, en tiempos cortos de la historia, que por justicia debe quedar registrado para las presentes y futuras generaciones. Como sostiene Hugo Semelman: “la historia hay entenderla como un proceso que construyen los hombres, socialmente hablando, en coyunturas precisas (..)”
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Honduras, entre la Resignaci贸n y la Esperanza
Cap. I DisoluCi贸n Del estaDo aparente Y el imperio De la muerte
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza HONDURAS SUMERGIDA EN LAS HONDURAS DE LA MUERTE Honduras, país de tierras fértiles, envidiables bosques frondosos, apetecibles reservas de agua dulce, y de gente apasionadamente hospitalaria, soporta una brutal dictadura de la violencia fratricida. Según el último informe del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en 2011 se registraron 20 homicidios diarios. Situación que convierte a Honduras en uno de los países más violentos y peligrosos del planeta con un promedio de 86 asesinatos por cada 100 mil habitantes (en Nicaragua, el promedio es de 17, por cada 100 mil habitantes). De estos asesinatos sólo 4 de cada 100 llegan a ser conocidos por el sistema judicial, pero sancionados, casi ninguno. Desde el 2010, 17 periodistas fueron asesinados sin que exista investigación alguna. Si bien la violencia se recrudeció con el golpe militar del 28 de junio de 2009, en el gobierno actual se agudizó aún más. Todos los informes, nacionales e internacionales, denuncian la sistemática violación de los derechos humanos en el país, pero la interminable lista fúnebre sigue y suma. ¡Infelizmente Honduras se está convirtiendo en el Hades donde reina el Thanatos! Desde diferentes rincones del país se oyen estridentes gritos ahogados de sentenciados/as a muerte por sicarios anónimos. Pero la ayuda no llega de ninguna parte. Periodistas valerosos/as, dirigentes del Frente Nacional de Resistencia y personas comprometidas con el sueño de una nueva Honduras viven con la incertidumbre porque sus futuros están inscritos en la macabra lista negra de sentenciados/as a muerte por sicarios organizados y traídos desde tierras extrañas para matar. Y así, la inseguridad y la zozobra se apoderan de la sociedad hondureña. Todos los días medios empresariales de información nacional hacen rating con titulares e imágenes dantescas de familias enteras acribilladas y de decapitados que superan toda imaginación de películas de terror. ¡El sicariato, de tanto reiterarse, se está “naturalizando” en la idiosincrasia pacífica de la población hondureña! 31
Jubenal Quispe ¿Qué ocurrió para que Honduras se convirtiera en un país tan violento, incluso mucho más que los países en estado de guerra? ¿Qué hizo que este país de gente amable y cariñosa asumiera el desprecio por la vida como parte de su cultura diaria? De los países de Centro América, Honduras fue uno de los pocos países que se mantuvo fuera del fratricidio de la guerra civil. En Honduras, la poca institucionalidad que se había intentado consolidar, con mínimo respaldo social, terminó diluyéndose con el golpe militar y el régimen dictatorial. El famélico Estado nación en crisis, fue sistemáticamente sepultado por el golpe de estado reciente. ¡No existe Estado de Derecho, ni garantías para quienes piensan y actúan de manera distinta al régimen actual! El gobierno de Porfirio Lobo, quien intenta hacer de equilibrista en un contexto generalizado de desencuentro nacional, se encuentra capturado por las élites golpistas, promotoras de la muerte, que no escatiman irracionalidad alguna con tal de mantener sus privilegios. El Tribunal Supremo de Justicia, el Ministerio Público e instituciones públicas de información permanecen en manos de sujetos y promotores del golpismo. Sobre el actual Fiscal General de la República pesan denuncias de violación de los derechos humanos, pero el sistema judicial lo protege. Mientras, el mismo aparato judicial expulsa a profesionales de la justicia, de la educación y a todo aquel funcionariado público que se resistió al golpe de estado. Un cura, refiriéndose a las personas responsables de investigar los asesinatos, dijo hace dos domingos atrás en su homilía: “Qué van a investigar, sin son ellos quienes contratan y pagan a los sicarios para callar al pueblo”. Y el Director de la Radio Voz del Occidente desesperado denunció el sábado pasado: “Yo, mis hijos y familia estamos amenazados de muerte, nos disparan a la casa, pedimos auxilio a la policía, denunciamos ante la fiscalía, pero nadie se mueve…” De esta manera, las irresponsables élites empresariales/militares y narcotraficantes intentan mantener sometido al pueblo infundiendo miedo y terror, sin percatarse de que el Frankestein (cultura del 32
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza sicariato) que han puesto a andar no descansará hasta engullir a sus progenitores. Y, entonces, Honduras habrá dejado de ser el terruño firme y seguro que alguna vez infundió aliento y certidumbre a los intrépidos navegantes de las Europas que por vez primera pisaban tierra firme en meses de naufragio.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza HONDURAS, SECUELAS DE UN ESTADO FALLIDO Mientras los bicentenarios estados de Latinoamérica se fortalecen, y como región se constituyen en interlocutores propositivos en un mundo sacudido por crisis sistémicas, Honduras se disuelve como Estado y como sociedad, producto de la atrofia mental y moral de sus élites. Sería una insensatez sostener que la acelerada licuefacción de las instituciones estatales y la violenta desintegración social generalizada son fruto del golpe de Estado. Este acto criminal sólo aceleró las contradicciones terminales con las que nació Honduras a la vida republicana. Por cerca de dos siglos, las élites creyendo que gestaban y administraban un Estado real, prohijaron un Estado ilusorio. Y, ahora, miran sin querer ver, cómo se diluyen las fachadas institucionales de una ilusión estatal que no pudo cuajar, ni material, ni simbólicamente, en el territorio del país, como tampoco en el imaginario colectivo de sus habitantes. Las sociedades, por sus necesidades de convivencia, tienden a organizarse jurídica y políticamente, en aras de buscar el bienestar común de sus integrantes. Para ello acuerdan normas de convivencia obligatorias y nominan autoridades que velen por el cumplimiento de dichas normas. A eso se llama Estado. La violencia generalizada, por el contrario, es la ausencia del Estado. La Rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos, ante la incertidumbre existencial del país, afirmó que: “En Honduras no existe Estado. Lo que existen son funcionarios sin Estado”. Pero, la realidad es mucho más dura. Honduras se encuentra bajo las hordas de funcionarios criminales organizados para asaltar, torturar, matar y robar, ya no sólo a los resabios institucionales del Estado, sino a la población en general. Es esto lo que hace la Policía Nacional. Suficiente escuchar testimonios de sobrevivientes a los asaltos policiales, como es el caso del sacerdote católico, Marco Aurelio Lorenzo, o de las más de 20 personas acribilladas diariamente, pero sin ninguna investigación sobre los 35
Jubenal Quispe culpables. De cada 100 casos de asesinatos, 4 llegan al sistema judicial, pero de éstos casi ninguno se investiga, ni se sanciona. De este modo, la impunidad es un premio ejemplar que estimula a los criminales. En Honduras sobrevivimos en una situación en el que los resabios institucionales del aparente Estado fallido se volvieron criminales con la misma sociedad. En estas condiciones de incertidumbre la gente se arma y resuelve sus conflictos interpersonales a bala y machete. Y así, transitamos de un Estado fallido, hacia una sociedad fallida por desintegración. Cuando la disyuntiva de “matar para sobrevivir o morir en el intento” se vuelve permanente, estamos en una sociedad fallida. Frente a esta situación, quienes simulan gobernar a Honduras, argumentan: “La violencia es generada por las pandillas, el narcotráfico, la corrupción policial, etc.” Y como medidas de solución sacan a militares a patrullar las calles y debaten la depuración policial con especialistas colombianos e israelíes. Pero, el crimen organizado, policial o no, es una industria de jugosas utilidades para las élites cuyos ingresos mermaron con el fracaso estatal. Y así, el crimen organizado no sólo utiliza lo que fue la inteligencia estatal para delinquir, sino que descuartiza el territorio nacional en feudos criminales, y destruye todo lo poco que se pudo construir en el país. En estas condiciones límites, el presente y el futuro de Honduras no pasan por la depuración de la Policía Nacional, o por la reestructuración del aparato judicial promotor de la impunidad. Todo esto son propuestas de parches en el vacío. Por instinto de sobrevivencia, Honduras tiene que emprender un acelerado proceso de reconstitución estatal y social con la más amplia participación, en especial de las y los excluidos, en el marco de un proceso constituyente. Y toda Latinoamérica debe acompañar a este urgente proceso de la refundación hondureña. De lo contrario, la experiencia hondureña no sólo será un mal ejemplo para la integración y la convivencia social intrarregional, sino una derrota para la región en su intento de constituirse en un referente propositivo en un sistemamundo en crisis. 36
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ENTRE LA DISOLUCIÓN DEL ESTADO Y EL IMPERIO DE LA MUERTE Desde hace algún tiempo, el asesinato y la masacre violenta se apoderan del país. No existe un solo día que los diarios y noticiarios no nos anuncien datos policiales de decenas de asesinatos. Sí. Decenas. Somos uno de los países del planeta donde más asesinatos violentos se cometen. Como sociedad estamos acostumbrándonos al nauseabundo olor de la muerte. No sólo son el Estado, el narcotráfico, las maras o los sicarios quienes matan, sino nosotros “arreglamos las cuentas pendientes” a balas. ¿Qué ocurrió con Honduras para que se hundiera en esta vorágine de violencia fratricida de la cual muy difícilmente podrá salir? Las clásicas teorías sociales nos explicaban que sociedades con historiales de guerras internas engendran descendientes socialmente resentidos y violentos, pero Honduras no tiene el historial de guerrillas de El Salvador, Nicaragua o Guatemala. Pero, ni estas sociedades son tan violentas como la nuestra. ¿Será que por una causa misteriosa la psicología hondureña dio el salto de la amabilidad colectiva hacia la demencia y la locura social? Ud. me dirá: no todos somos asesinos. Pero, las y los hondureños que jalan el gatillo a mansalva, con premeditación y alevosía, son de los nuestros. Los que integran este ejército de la muerte, que crece incontenible, son hijos/as nuestros. Nosotros los criamos y los toleramos sin inmutarnos. Son nuestro reflejo como sociedad. No creo que la demencia colectiva esté carcomiendo las bases y estructuras de nuestra sociedad. No creo que el sádico sentimiento asesino esté apoderándose de la estructura psicológica de la población hondureña. Nuestra sociedad continúa hospitalaria y amable con propios y extraños. Aunque nuestra indiferencia ante las matanzas cotidianas sí es evidente. Honduras ha sido condenada al sistemático empobrecimiento. Casi como ningún otro país del continente. Este empobrecimiento es y
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Jubenal Quispe ha sido la peor violencia en la que hemos crecido y convivido en el país. El adagio dice: la violencia engendra violencia. Allí tenemos una explicación. Ud. dirá, Haití, Bolivia, son tan empobrecidos como Honduras, pero allí no hay tantas matanzas. Pues, otra desgracia que soporta Honduras es que el Estado jamás se ha consolidado como tal en el país. En lugar de buscar el bien común de todos/as, el Estado se convirtió en la corrupta policía para defender a quienes empobrecen y empobrecieron impunemente al país. Por eso, el Estado jamás tuvo autoridad en el país. Y al no tener autoridad para gobernar, recurre a la masacre contra civiles que exigen sus derechos. En otros países empobrecidos, por lo menos las élites consolidaron un Estado aparente con mediana autoridad. En Honduras, ante la ausencia del Estado, el reino de la muerte se impone como el único modo posible de subsistencia. En Honduras, una persona puede tener legalmente hasta cinco armas de fuego. En pocos lugares ocurre esa permisividad. Entonces, como no hay Estado y el empobrecimiento genera inseguridad, es lógico que la gente se arme y “arregle sus cuentas pendientes” a balas, porque desconfía del sistema judicial del Estado policial. En un país con un Estado ilusorio, el narcotráfico, los sicarios importados por terratenientes y por el empresariado, las maras, hacen de estas tierras su paraíso. Pero, también está la condición moral. Quien asesina tiene que vencer esa barrera misteriosa, en el fuero interno, que separa la vida y la muerte. El acto de matar necesariamente refleja la estructura de valores que profesa y practica el individuo. El asesinar es un acto que manifiesta la moral privada y la moral pública que una sociedad practica. Así nuevamente la pregunta es para las familias y la sociedad hondureña. ¿Qué valores promovemos en las familias? ¿De qué nos hablan en las iglesias? ¿De qué nos habla la TV? Quizás, la sociedad hondureña es “muy” cristiana en la moral privada, pero indiferente con la moral pública. El país ha ingresado en el fatídico remolino de la muerte. Esto refleja la galopante desintegración social que sufre Honduras 38
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza producto del empobrecimiento violento y de la ausencia de un Estado con autoridad (no con más poder, el poder es para matar, la autoridad es para persuadir y prevenir). Pero también es responsabilidad política y moral nuestra. No somos sólo producto de la sociedad, sino también somos constructores de la sociedad en la que convivimos. La indignación y la protesta ante tanta muerte que nos inunda son los primeros actos de defensa frente al monstruo del thanatos que ahora viene por Ud. y por mí.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza PAÍS DE INCONTRASTABLES CONTRADICCIONES Honduras es uno de los principales productores de café con calidad, pero sus habitantes sólo pueden consumir cáscaras de café. Más del 80% del territorio nacional es de vocación forestal, pero la madera fluye hacia los EEUU y Europa, dejando sólo muebles de aserrín prensado para el mercado interno. El país es tropical, con grandes caudales de ríos y con envidiables precipitaciones pluviales, pero el agua en Tegucigalpa es más escaso y caro que en ciudades desérticas como Lima. Además, es uno de los países más rurales del continente, pero las tierras de cultivo están acaparadas por terratenientes/empresarios que producen para la exportación, con apoyo estatal. Mientras, el campesinado sin tierras, con familias desnutridas, se esfuerza para alimentar a la ingrata población citadina que se avergüenza de las manos de quienes les alimentan. Sus gobernantes alardean grandilocuencias y formalismos medievales, pero carecen de una mínima visión integral para la transformación del país a largo plazo. Detestan la suerte de su país vecino Haití, pero irremediablemente aceleran a Honduras hacia ese destino nefasto. Dicen que luchan contra la desnutrición y el analfabetismo, pero sólo promueven la producción de biocombustibles, y satanizan/expulsan del país a solidarios hermanos/as educadores/as de origen cubano. El Presidente de la República discursea sobre soberanía nacional y humanismo cristiano, pero enajena por pedazos el territorio nacional para “ciudades modelos” (refugio para la delincuencia financiera) y bases militares extranjeras que exterminan al pueblo consciente que se levanta. El Cardenal oficia misas predicando paz y reconciliación pertrechado por militares armados como en tiempos de guerra y persigue a organizaciones defensoras de derechos humanos. El Congreso Nacional remienda una Constitución Política envejecida, fruto de la frenética violación, y retaceada por el golpe de Estado que se fraguó justamente para frenar dichos cambios. La Corte 41
Jubenal Quispe Suprema de Justicia, refugio de magistrados del golpismo y coraza para los actores del actual régimen del terror, sermonea sobre justicia y defensa de derechos humanos, en un país donde está prohibido acceder a la justicia y tener derechos humanos. En la cotidianidad, el o la hondureña es agradable y espontáneo. Amante de la cordialidad y de la igualdad. Pero muy dado a enseñorearse y/o acomplejarse con títulos de excelentísimo, de licenciaturas, abogado/a, doctor/a. Idealizan la blanquitud de la piel y el apellido como un capital social necesario para el utópico ascenso social. Son asiduos/as a los templos católicos y evangélicos como en las épocas coloniales, pero son indiferentes ante las masacres cotidianas y la criminal injusticia social que devora generaciones completas en el país. Se escandalizan con una pequeña infracción de la moral sexual, pero conviven con el narcotráfico y promueven la corrupción pública. En las últimas décadas, el sentimiento anti norteamericano ha aumentado considerablemente en la población, pero el esfuerzo por imitar el estilo de vida consumista y visitar a los EEUU para alardear supremacía social es una constante creciente en la población. La gran mayoría añora con liberarse de su condición de dominado/a, pero aprueba y confía en los principales instrumentos de dominación, como son las iglesias, las FFAA y los medios de información masiva. Como sociedad se esfuerza por salir del alto grado de analfabetismo, pero la virtud de la lectura y el esfuerzo por conocer su realidad histórica son prácticamente inexistentes. Así, este grado de ignorancia y analfabetismo popular son intensamente optimizadas por las burdas élites provincianas que hacen de la sumisión y de la resignación valores supremos en la idiosincrasia popular. Hasta hacer de Honduras un pueblo enfermo, carente de identidad. Pero, la mayor contradicción es que este pueblo cristiano y tradicional, predestinado por sus verdugos para la resignación, ahora, despierta gradualmente, sacudiéndose las escamas de los ojos que los mantenían sin luz como al mítico ciego bíblico de Jericó. 42
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza EL PECADO ORIGINAL DE HONDURAS Cuando leemos, pensamos y hablamos de la realidad sociopolítica hondureña en la actualidad, identificamos golpe de Estado, crisis política y económica, corrupción generalizada, desintegración social, resistencia popular, etc. Tendemos a esconder las raíces de nuestros males con estadísticas sobre menores que mueren de hambre, macroeconomía e inversiones financieras en números, porcentaje de analfabetismo, cantidades de asesinatos por bala y muertes por dengue. Con estos y muchos otros detalles más pintamos la realidad hondureña cuando hacemos un análisis de la problemática nacional. Pero, ¿son suficientes estos elementos para comprender la contradictoria y dolorosa realidad hondureña? ¿Es el golpe de Estado el problema de la Honduras actual? ¿Es la rebeldía e insubordinación de la resistencia nacional el problema para la convivencia pacífica en Honduras? ¿Estamos verdaderamente en una crisis política y económica? ¿Cuál es el pecado original de Honduras que irremediablemente la condena a un destino adverso? El problema en Honduras no es el zancudo, ni el golpe de Estado, ni mucho menos la pobreza o la crisis política.
El pecado original de Honduras es la exclusión de las grandes mayorías Varios males estructurales nos acechan como país. Pero el origen de los males de Honduras se llama exclusión social, económica, cultural y política de las grandes mayorías. Unos pocos, que se autoproclamaron ciudadanos plenos, intentan imponer su visión de país y plan de nación, a espaldas (sin la participación) de las grandes mayorías, subestimando a éstas como la ciudadanía de segunda, bajo la tutela de los primeros. Por eso, Honduras no pudo consolidarse como país, ni mucho menos como Estado nación. Existió, existe y existirá malestar económico, político, social, identitario, etc., pero todas estas crisis se fundan y se afianzan en la 43
Jubenal Quispe crisis de Estado y nación. No pudimos construir el Estado, ni hemos logrado compactarnos como nación, porque jamás nos atrevimos a dar el primer paso para estos cometidos, que es el reconocernos como iguales entre todos y todas.
Honduras, un Estado aparente a fuerza de fusil El Estado, según la moderna teoría política básica, es la organización de un grupo de personas (sociedad) que se reconocen como iguales entre sí. Se organizan para gobernarse, y para cumplir sus acuerdos (leyes) aprobados por sí mismos/as. La finalidad del Estado es la construcción del Bien Común (bienestar integral de todos y todas) En Honduras, jamás nos hemos reconocido, entre todos y todas, como iguales. Unos fueron y son más iguales que otros. El desprecio y la exclusión de las grandes mayorías (mujeres, indígenas, campesinado, proletariado, el pueblo empobrecido, las y los analfabetos, etc.) ha sido y es la regla de oro en toda la cruda historia de Honduras. ¿Quién fundó, y quiénes son los herederos del Estado hondureño? ¿A quiénes protege y beneficia el Estado? ¿Quiénes hacen las leyes, y quiénes están obligados a cumplirlas? En Honduras unas pocas familias (10) nacieron para mandar y gobernar (gozan de una ciudadanía plena), y el resto sufrimos la condena de tener que obedecer como sirvientes. Por eso los patrones se molestan cuando exigimos nuestro derecho a participar y decidir ejerciendo nuestro derecho a la ciudadanía plena. En otras palabras, el Estado jamás existió, ni existe actualmente, para las grandes mayorías de hondureños/as relegadas a la exclusión y al empobrecimiento sistemático. El Estado, creado por las élites de Honduras en 1821, no ha podido consolidarse en todo el territorio nacional, ni mucho menos ha podido sentar su autoridad en todos los segmentos de las sociedades hondureñas disgregadas. Y, ¿qué hicieron los patrones ante su incapacidad de sentar autoridad mediante el Estado ilegítimo (o inexistente) para las grandes 44
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza mayorías? Renunciaron a la razón política y recurrieron permanentemente al uso brutal de la fuerza militar/policial para “disciplinar” al pueblo hondureño. ¡No existe, en la historia del país, un solo gobierno que no haya estado sometido a los militares! Si Ud. no me cree, vea el artículo 272° de la actual Constitución Política, síntesis de la democracia a la hondureña. ¡Las élites gobernantes mantuvieron, por cerca de dos siglos, este ilusorio Estado democrático entre simulacro de urnas y fusiles sanguinarios! Los golpes de Estado jamás fueron atentados a la democracia hondureña, si no manotazos entre los patrones para alternarse en el poder, a espaldas del pueblo. ¡En Honduras jamás hubo democracia! ¿Acaso no fueron militares quienes promovieron y fundaron los dos partidos políticos (Liberal/Nacional), auténticos instrumentos de dominación política y cultural? En Honduras actual, el problema no es el golpe de Estado. Esto es la consecuencia de la ausencia de un Estado verdaderamente democrático y soberano. ¡Honduras vive la tragedia irreversible de la crisis terminal del Estado ilusorio fracasado en el intento! Por eso es urgente la construcción de un Estado con y para todos/as. El golpe de Estado del pasado año es sólo una consecuencia inevitable de esta crisis estatal.
Honduras, un Estado sin nación Ahora bien, la ausencia de un Estado legítimo y soberano trae consigo la inexistencia de la nación hondureña. Nación (comunidad política) y Estado (comunidad política y jurídicamente organizada) en la teoría política son las dos caras de la misma moneda. La nación crea y legitima al Estado, y éste consolida y defiende a la nación. En Honduras, el Estado (actualmente en crisis) existe sin nación (porque no nació de la voluntad legítima y genuina del pueblo), y las grandes mayorías que cohabitan en el territorio del país sobreviven sin Estado, bajo la prisión del revólver y el rifle. En las escuelas, las iglesias y el cuartel nos inculcan himnos, banderas, fútbol, moneda, héroes, etc., pero, ¿por qué estos símbolos no lograron configurar el sentido de pertenencia a una comunidad política (nación hondureña) en la idiosincrasia colectiva? ¿No será 45
Jubenal Quispe porque en estas tierras cohabitan diferentes pueblos (con historias, sueños, grandezas y esperanzas diferentes) sin encontrarse y reconocerse como tales entre sí? En educación cívica nos inculcan valores ciudadanos como libertad, igualdad, solidaridad, justicia, respeto, etc. Pero estos principios no pasan de ser meros discursos teóricos, porque en Honduras unos pocos son más iguales, reconocidos, libres y respetados que la mayoría.
Hacia una Honduras de todos, con todos y para todos Ante la crisis sistemática del Estado hondureño y ante la desintegración social del país, la violencia emerge y se impone como el único medio de resolución de conflictos. En la medida que recrudecen estas y otras crisis, el país ya no sólo padece un déficit de identidad nacional, sino la figura de autoridad se va diluyendo. Tanto quienes caminan entre riquezas y como las y los empobrecidos vamos camino a nuestra destrucción. El valor de la vida se reduce al valor económico de una bala. En estas condiciones, nuestro instinto de sobrevivencia nos convoca a soñar en una Honduras de todos/as, con todos/as y para todos/as. En esta dolorosa realidad estamos conminados a emprender un camino sin retorno de un proceso de transformaciones trascendentales de largo aliento. La exclusión y el desprecio de las grandes mayorías, que a su vez generan la galopante crisis estatal y la desagregación social, justifican de sobremanera un proceso constituyente soberano y participativo en Honduras para iniciar el proceso de la refundación del país con la participación activa de todos y todas. Así lo están haciendo otros países latinoamericanos que han fracasado en el intento de consolidar un Estado nación excluyendo a sus grandes mayorías. Este proceso depende del compromiso de cada uno de nosotros/as. Informarnos, organizarnos y generar propuestas de cara a la Asamblea Constituyente, como insumos para la nueva Constitución Política, es nuestra tarea esencial. Es verdad que el nuevo texto constitucional no resolverá de inmediato los efectos urgentes de la sistemática exclusión 46
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza y discriminación a los que casi nos hemos acostumbrado, pero será un paso significativo y trascendental en el proceso de reencuentro nacional que urge en este momento. Son agendas pendientes para este proceso constituyente: la propiedad y gestión de todos los recursos naturales del país, la redistribución de la tierra, la soberanía nacional, la transición de la democracia representativa/excluyente hacia una democracia participativa, la desmilitarización de la democracia hondureña, los roles de las fuerzas armadas y de la policía nacional, la diversificación de la economía nacional, la democratización del sistema judicial, el reconocimiento y garantía de nuevos derechos fundamentales de la persona, pueblos indígenas y los de la Madre Tierra. Las instituciones públicas y privadas, ONGs, iglesias y demás entidades, estamos en la obligación moral y cívica de acompañara este proceso. Para ello nuestras tareas urgentes son dos: fortalecer a los movimientos sociales que demandan e impulsan el proceso constituyente, y facilitar espacios de encuentro para la generación y construcción de propuestas concretas hacia la Asamblea Constituyente. Debemos acompañara este proceso desde los caseríos, aldeas, municipios, departamentos y regiones. La construcción de las propuestas para la nueva Honduras tiene que ser de abajo para arriba. Debemos construir plataformas interinstitucionales, intereclesiales. Campesinado, proletariado, citadinos/as, intelectuales, profesionales, indígenas, mujeres, todas y todos tenemos que consolidar alianzas para emprender el arduo camino hacia la nueva Honduras incluyente y participativa. Si asumimos nuestra misión de acompañara este proceso histórico, estaremos dejando en herencia a quienes vienen después de nosotros un país redimido de su pecado original. De lo contrario, seguiremos padeciendo la maldición del mito de Sísifo, sumergidos en las Honduras del destino adverso. Entonces, Dios, Padre y Madre de la Vida será implacable y nos increpará: “Caín, Caín, qué has hecho con tu hermano Abel. El clamor de su sangre ha llegado hasta mí”.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza HONDURAS, ¿UN PUEBLO ENFERMO? Conversando con un joven padre de familia, sobre el incierto futuro de Honduras, le pregunté ¿cuál creía que era la solución para el país? La respuesta inmediata fue, “que los EEUU nos anexe como su territorio”. En otra oportunidad, en una plática sobre la cuestionada identidad nacional, un funcionario del Estado, casi a punto de graduarse de la universidad, me sorprendió con sus afirmaciones: “No somos nada los hondureños”, “por más esfuerzo que hagamos sólo desprecio recibimos”. Este desgano, resignación e incluso avergonzamiento de “ser hondureño” es producto de la ausencia de un proyecto de nación serio y permanente en el país. Pareciera que un o una hondureña ya nace derrotada. Sin ningún amor propio por los suyos, carente de un referente de comunidad política y cultural. Sin una identidad nacional. Esta anomia colectiva, que por momentos es apaciguada con refugios en las iglesias, con adhesiones ciegas en los caudillos o con el espectáculo del fútbol, tiene sus causas en las recurrentes historias inconclusas de Honduras como nación. Estas condiciones históricas configuran estructuras psicológicas individuales y colectivas del hondureño hundido, pero, a su vez, hunden psicológicamente en la indiferencia a todo un pueblo. Maldita sea la exitosa dictadura de la resignación que nos obliga a creer que la realidad es intocable y que la libertad es una enfermedad mortal. En Honduras, al igual que en el resto de los países vecinos centroamericanos, no hubo guerra alguna para la expulsión de la Corona española, y no fue porque no hubiera amos, sino porque la “independencia” consistió en una sucesión de amos. Así, nacimos en la mentira, y en la mentira vivimos cerca de dos siglos. Aquí no hubo ni héroes, ni heroínas míticas en el acta de nacimiento de la República. Sólo resistencia indígena que la historia oficial extirpó. Aún se discute la fecha exacta de la supuesta independencia, porque antes y después de 1821, criollos e ingleses continuaron cohabitando sobre las cenizas de indígenas cristianizados y mestizos empobrecidos. 49
Jubenal Quispe Cuando los gamonales criollos se enteraron de que ya no pertenecían a la Corona española, desesperados se arrimaron a los pies del Imperio Mexicano. Casi al mismo tiempo surgió la fallida idea de la confederación centroamericana, encabezada nada menos que por el hondureño Francisco Morazán, quien jamás estudió en escuela alguna, pero fue fusilado por “letrados” de entonces. Así fue cómo en el actual territorio hondureño caudillos liberales y conservadores se enfrascaron en guerras provincianas en defensa de la República que nadie supo que había nacido. La población, conformada por mestizos e indígenas, desconocía por completo la existencia del Estado y de la República. Los gamonales, víctimas de su analfabetismo y presos de su codicia, continuaron expoliando el territorio hondureño como una tierra de nadie, sin ninguna visión de país. Jamás pensaron en la educación, en la red caminera, en las instituciones estatales. La inconclusa reforma liberal de 1876 intentó concretar la idea de Estado nación, mediante una educación obligatoria basada en principios filosóficos de la modernidad. Pero también este único intento de proyecto de nación hondureña fue sepultado por el analfabetismo gamonal y el oscurantismo clerical. A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, EEUU inició la colonización de Honduras. Pseudoempresarios de dudosa procedencia legal hicieron de Honduras una “República Bananera”. Convirtieron en mulas y peones a los gobernantes gamonales, y en esclavos a los trabajadores analfabetos. Los terratenientes continuaron guerreando entre sí en nombre de la ilusoria República. Hasta que llegó el dictador Carías de la mano de las bananeras. Éste, que tampoco sabía lo que hacía, mucho menos tenía idea de nación, puso el “estate quieto” entre sus colegas iletrados. Dicen que en esos 16 años del cariato (dictadura de Carías) se sembraron las ilusorias bases institucionales del Estado sin nación. Lo cierto es que Carías sembró y afianzó las bases de algunos instrumentos de dominación vigentes en la actualidad. La segunda mitad del siglo XX está condicionada por la guerra fría y de baja intensidad entre Washington y Moscú. Un tiempo en el 50
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza que Honduras fue convertida en Malinche y porta tropas de la marina yanqui para invadir y tumbar gobiernos legítimos en la región. En las últimas décadas del siglo pasado se fortaleció la oligarquía militar, mansa a las reiteradas violaciones norteamericanas y bruta con el pueblo que le dio a luz. En lo que va del presente siglo, hasta los residuos dejados por la alternancia del colonialismo permanente de cinco siglos están siendo escarbados y saqueados en nombre del mito del desarrollo y la modernidad que jamás se asomaron por estas tierras sin Estado y sin nación. La competencia por lo que queda de los recursos naturales es tal que las apátridas élites montan incluso golpes de Estado en un territorio sin Estado. Un territorio en el que comienzan a galvanizarse narco gobiernos locales. Sin mayores inconvenientes, el Presidente de Honduras, Roberto Suazo Córdova (1982-1986), incapaz de gobernar un Estado insipiente, pidió al gobierno de los EEUU que asumiera a su país como un protectorado. Los EEUU, lejos de cargar con el muerto, infectaron de bases militares a la Honduras convidada. En 2010, el régimen del Humanismo Cristiano puso en subasta, al mejor postor, nada menos que la soberanía territorial, mediante la constitucionalización de las “ciudades modelo”. El pueblo tampoco reaccionó, quizás porque nadie defiende lo que no ama, mucho menos lo desconocido. Estas historias irresueltas, vergonzosas por momentos y deprimentes casi siempre, han engendrado un pueblo enfermo. Carente de identidad e incapaz de dar razón de su orgullo colectivo. Ignorante de sus historias irresueltas. Incapaz de identificar sus raíces culturales y renegado de sus vertientes milenarios. Sin amor propio y afanado en ilusiones foráneas. Un pueblo que trepa lamiendo hacia el norte y escupiendo hacia el sur. Pero la historia no termina allí. Este pueblo enfermo y postrado se levanta sacudiéndose las cenizas de su sufrimiento, dispuesto a recorrer las rutas de su autoliberación interna y externa, mediante un proceso refundacional por un nuevo amanecer postergado por esta larga y radiante oscuridad de más de cinco siglos. 51
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Cap. II meCanismos De neo Colonialismo
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ADOCTRINAMIENTO RELIGIOSO Cuando uno se aproxima a la dolorosa Honduras actual, e intenta escarbar las raíces estructurales del porqué esta tierra de pueblos milenarios se ha convertido en un pueblo enfermo que idolatra a sus verdugos y reniega de la sangre que fluye por sus venas, identifica vetas de dominación a flor de piel. Cuando en 1821 se vivió la mutación de los amos, los herederos de la colonia intentaron imitar el formato europeo de Estado nación para preservar y acrecentar sus privilegios. A esta mala imitación de Estado nación ilusorio le proveyeron de instrumentos eficaces para subordinar a la gran masa excluida. Y así fue cómo se instauró el colonialismo interno desde hace dos siglos. La dimensión espiritual es la matriz existencial de las personas y de un pueblo. Allí se funden y renacen las matrices de la identidad, dignidad y autodeterminación de un pueblo. La dominación colonial y republicana (colonialismo interno) identificó este talón de Aquiles en los pueblos vencidos y actuó en consecuencia. Mediante el adoctrinamiento religioso se saqueó el meollo milenario de las espiritualidades de las y los aborígenes para trasplantar la fe cristiana que no sólo legitimaba el robo de los bienes de los pueblos, sino la aniquilación física de los “paganos” indios. Así fue cómo los pueblos vencidos fueron “convertidos” al cristianismo, renegando de sus identidades y espiritualidades, postrados ante el amo que venía en nombre del Dios desconocido. Para hacer eficiente este proceso de subyugación, inocularon en el corazón y en la mente mágica de las y los nativos el sentimiento de pecado y culpa. Además, el lejano y desconocido Dios que predicaron era un castigador implacable de cualquier intento de insubordinación. De este modo, con el adoctrinamiento en la fe en un Dios castigador y la inoculación del sentimiento de culpa/pecado, las matrices psicológicas para la dominación política, económica, social y cultural estaban más que garantizadas.
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Jubenal Quispe Las y los adoctrinados se asumen y se asumían como pecadores, indignos, impuros, incapaces. Mientras los patrones, enviados por el Dios desconocido, se asumían como seres superiores llamados a dominar, vigilar y castigar en nombre del Altísimo. Así nació la actitud resignada y fatalista en la feligresía. Y así, la inmoralidad y cultura de la muerte de los patrones se convirtió en el modelo de vida para los y las fieles. De allí viene la adulación al patrón y la recriminación de la rebeldía como inmoralidad. Se premia al perdón y al olvido, pero se evade la justicia y el derecho. Se promueven los rezos y devocionales, pero se fustiga la participación y el compromiso político. Se busca a Dios en el alma, pero se le escupe al mismo en la calle. Dios se ocupa del cielo y del alma, del resto se ocupan los patrones. Así el pueblo está condenado a la amnesia total sobre las fechorías de sus amos. En el mejor de los casos se recomienda: “dejar todo en manos de Dios, que él juzgará” o “asumir el sufrimiento como una prueba divina que acrisola el alma del pecador”. De este modo, cinco siglos después, el cristiano pueblo hondureño idealiza a sus verdugos, y vive agradecido por las migajas que de cuando en cuando le arrojan sus gobernantes cristianos. Pero, ¿por qué las autoridades eclesiales prostituyen de esta manera su fe? ¡Por el poder y el dinero! Peor aún cuando se asume el dinero como señal de bendición, y si el poder genera dinero, entonces, también el poder político, por más criminal que sea, es asumido como de origen divino. Por tanto, la desobediencia o resistencia son sancionadas como apostasías. Las bayonetas que descabezaron a Francisco Morazán, Ramón Rosa, Manuel Zelaya y a muchas mujeres cuyos nombres el sistema no registró, no sólo estuvieron bendecidas en las capellanías, sino simultáneamente estaban arengadas con truculentas prédicas religiosas que confundieron a un pueblo enfermo. Sólo para citar como ejemplos. Cuando en 1835, las cenizas del volcán Cosigüina (Nicaragua) oscurecieron los cielos de la región provocando desastres, los sacerdotes católicos predicaron que dicho 56
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza fenómeno era un castigo divino porque los gobernantes liberales (que expropiaban los bienes de la Iglesia católica y suprimían el diezmo) eran sacrílegos. En 1837, ante la epidemia del cólera en la región centroamericana, desde los púlpitos se predicaba que esa plaga era una manifestación de la ira divina en contra del impío, Francisco Morazán, que ocupaba el poder. Cuando las autoridades hacían desinfectar los pozos, los curas hacían correr la voz en los pueblos, de que, en realidad, los estaban envenenando. Aparecían monjas visionarias que tachaban a Morazán como el anticristo. Así, en el corazón del pueblo analfabeto y crédulo se activaba el sentimiento de miedo/culpa y rechazo en contra de gobernantes impíos que afectaban los patrimonios y privilegios de las iglesias y de cristianos bendecidos (ricos). He aquí una de las razones del porqué no se pudo concluir ningún intento de modernización o de transformaciones estructurales en Honduras. ¿Cuál fue el rol y el discurso de las jerarquías católicas y evangélicas durante y después del golpe de Estado en Honduras, en 2009?
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza EDUCACIÓN COMO ADOCTRINAMIENTO El sistema de dominación y saqueo, tanto por parte de intereses foráneos, como de internos, perdura en Honduras por más de cinco siglos consecutivos gracias a un sistema educativo colonial que engendra colonizados y colonizadores. Este sistema no sólo multiplica la población analfabeta excluida, sino, sobre todo, ignorantes bañados en la resignación, refugiados/as en el fatalismo religioso, que mantienen y reproducen las estructuras del sistema colonial. Existieron iniciativas liberales por modernizar al país mediante procesos educativos, pero estos esfuerzos no pasaron de intentos y fueron saboteados por las élites analfabetas e ignorantes de ayer y hoy. Para éstas es más conveniente contar con mano de obra analfabeta e ignorante, que con trabajadores/as con identidad y conciencia. Así, política y religiosamente son más manipulables, y económicamente se les puede exprimir a cambio de dádivas simbólicas. La educación formal e informal que se imparte en el país está dirigida, consciente o inconscientemente, a reproducir y garantizar el sistema sociopolítico impuesto por las élites políticas, económicas y religiosas. Se educa para despreciar y avergonzarse de lo que uno/a es, y desear y amar los estilos de vida de las élites dominantes y de países extranjeros. Hay muchos que dicen: “Honduras sería perfecto sin hondureños”, “aquí la gente es sucia, ociosa, mala, corrupta...”, “los extranjeros son inteligentes, ordenados, trabajadores, triunfadores, honestos…” Así, este auto rechazo va carcomiendo los resabios del sentido y de la autoestima hondureña hasta llevarlos al hundimiento psicológico que inevitablemente desemboca en una muerte cultural e identitaria. Así los procesos de dominación/colonización están legitimados porque los dominados y dominadas se asumen responsables y culpables de su condición. Sin derecho ni aspiraciones a revertirlo. Y los colonizadores/patrones se sienten justificados de sus actos criminales porque como los colonizados/dominados se asumen sin derechos, y responsables de su situación, entonces, los patrones no 59
Jubenal Quispe tienen obligaciones, ni responsabilidades para cambiar dicha condición. Y este sistema de dominación/colonización se galvaniza en el tiempo porque el dominado/colonizado, no sólo defenderá el sistema de dominación y/o las actitudes del patrón, sino que se esforzará por reproducirlo en su vida cotidiana. Basta escuchar cómo, muchos hondureños/as, justifican las condiciones de dominación petrificadas en el país. Y cuando la razón les revela su incoherencia discursiva, entonces, dicen: “Dios los juzgará, él sabe por qué lo hace”. En la tradicional sociedad hondureña, el prestigio, el apellido, el título, el color de la piel, la visa norteamericana, etc., son determinantes para mantenerse o formar parte de los estratos sociales. Se puede ser un perfecto ignorante y analfabeto, pero si uno cumple con algunos de estos requisitos exigidos por la sociedad castiza medieval, qué mejor si es devoto de alguna iglesia, no hay incomodidad. Como parte de las políticas públicas estatales, durante las primeras décadas del siglo XX se impulsaron brutales procesos de mestizaje para aniquilar a las identidades indígenas. Así, por ejemplo, se promovieron leyes para estimular la llegada de migrantes del norte de Europa al país, con la finalidad de blanquear el color de la piel de la población hondureña, y así avanzar hacia el soñado progreso y desarrollo. No llegaron los europeos, llegaron los “indeseables” árabes, judíos y chinos. Estos nuevos huéspedes, tan violentos como los anteriores, en poco tiempo, se convirtieron en nuevos patrones de Honduras. Pero la sociedad, mediante sus diferentes canales de formación, sigue idealizando y persiguiendo los viciados estilos de vida de los patrones como virtudes cotidianas para parecerse un poco a ellos. Aunque la población hondureña excluida sabe que, por más que se esfuerce, jamás llegará a ser como ellos, porque los patrones, no sólo la repudian sino, simplemente para ellos las y los excluidos no tienen derechos, por tanto, no son personas.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza El sistema educativo castra el pensamiento crítico y la inquietud intelectual. Por tanto, la rebeldía y los procesos de liberación están postergados. Se sanciona y excluye como irreverente a el o la estudiante que cuestiona. Está prohibido pensar, mucho más dudar de las verdades religiosas. En las escuelas se premia a quienes repiten de memoria las mentiras impuestas como verdades históricas por los vencedores. Para blindar que lo que se enseña o lo que se calla, en las aulas de las escuelas y universidades, es verdad absoluta, en pleno siglo XXI se imparten clases de Biblia de manera obligatoria en todas las aulas. Así, la gente hace alarde de su amplio y sagrado conocimiento de la verdad divina, repitiendo citas bíblicas, pero ignorando casi por completo sus derechos y deberes ciudadanos. Mucho menos es consciente de que es un ser con derecho a tener derechos en esta tierra. El fracaso de la consolidación de la nación y de la identidad nacional hondureña es una evidencia del fracaso del sistema educativo. No se puede construir una identidad nacional con una educación que promueve una amnesia cultural e histórica de los pueblos. Esto es como intentar cultivar un árbol sin raíces en el desierto. No se puede construir una sociedad con proyección histórica hacia el futuro si al mismo tiempo no se motiva a sus integrantes a ejercer sus derechos y responsabilidades ciudadanas, y más por el contrario, de manera irresponsable, se castra la participación ciudadana, invocando que “Dios es bueno y él proveerá…” Esta educación sólo engendra una sociedad providencialista, siempre a la espera de la llegada de algún mesías/caudillo que los libere. Y la nefasta historia del caudillismo permanente en Honduras tiene mucho que ver con este tipo de educación.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ADOCTRINAMIENTO POLÍTICO A finales del siglo XVII y principios del siglo XIX, las élites de terratenientes fundaron dos partidos políticos en Honduras: el Partido Liberal (1891), por Policarpo Bonilla, y el Partido Nacional (1924), por Manuel Bonilla y otros. Estos dos partidos se turnaron en el poder, unas veces con las urnas y otras, con las armas, por más de un siglo en Honduras. Jamás permitieron que naciera o creciera otro contrincante político. ¡El Tribunal Supremo Electoral (máximo ente nacional electoral) es una asociación de representantes/militantes de los partidos políticos! Los liberales “proclaman” los ideales del progreso y de la modernidad, los nacionales “proclaman” la conservación de las estructuras sociales “señoriales”. Aunque en Honduras no hay nada que conservar. Mucho menos existe un imaginario de nación. En los hechos, es un solo partido con dos colores diferentes. Ambos promovieron golpes de Estado, hicieron de Honduras colonia de las diferentes potencias mundiales. Persiguieron, torturaron y asesinaron a quienes verdaderamente pensaron y quisieron construir la nación hondureña de todos y para todos/as. Aún lo siguen haciendo en estos tiempos. Las obras más sobresalientes de ambos partidos fueron y son: el Partido Liberal convirtió a Honduras en una República de las Bananeras, y el Partido Nacional hizo de Honduras una República de Maquilas y actualmente descuartiza el territorio y la “soberanía” del país para la construcción de “Ciudades Modelo”. En las familias hondureñas, la identificación con estos dos colores políticos es sencillamente impresionante. No es una identificación política o ideológica (estas organizaciones carecen de basamento teórico); la adhesión es cultural y familiar. Uno es liberal o nacional porque el bisabuelo/a fue del partido. Muy en el fondo, el partido político, en Honduras, se constituye en un refugio identitario, al igual que las iglesias, porque no existe un imaginario cultural identitario en el país. Las identidades nativas, por el brutal mestizaje, fueron 63
Jubenal Quispe mutiladas, y tampoco se logró consolidar una identidad nacional. Como el individuo no puede sobrevivir sin referentes identitarios culturales, entonces, para llenar ese vacío se identifica con el partido. De este juego cultural político son conscientes los caudillos. Por eso, no sólo manipulan políticamente la anomia cultural de las y los excluidos, sino que se sienten justificados por la adhesión popular para seguir turnándose en el poder, desmantelando el país, sin rendir cuenta a nadie, violando sus propias leyes establecidas como obligatorias. De cuando en cuando el político patrón se aparece por las aldeas y departamentos llevando víveres y besando niños/as, no porque sea su obligación, sino porque es un acto de caridad que la Biblia así lo manda para esa pobre gente. Y ésta así lo asume, y agradece semejante humillación. Aquí también se reproduce y recrea la condición colonial. El y la colonizada termina asumiendo y defendiendo, no sólo al partido político del colonizador/patrón, sino los intereses malsanos del partido. Por eso, en la lógica de los gobernantes patrones nada es ilícito en sus actos. Ni incluso el robo. El colonizado no tiene derecho a nada. Además, el colonizado apoya y defiende al patrón político y sus obras. El Estado es del patrón, éste ha nacido para gobernar, el resto, para obedecer y callar. Todo está justificado. Mucho más, los gobernantes lo hacen con la venia y según la voluntad de Dios. ¿Quién puede rebatir la voluntad divina? Y, en el mejor de los casos, cuando la corrupción es demasiado evidente, el colonizado voltea la mirada hacia el cielo del cual le hablan sus pastores.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ADOCTRINAMIENTO MEDIÁTICO La primera imprenta en Honduras fue instalada por Francisco Morazán, en Comayagua, recién en 1830. Para ese entonces, los países vecinos ya contaban con decenas. Sólo el Estado de Puebla, México, tenía 15 imprentas. La revolución liberal inconclusa de 1876 intentó romper con la tácita prohibición de la libre lectura impuesta por los terratenientes y mineros colonizadores, pero en el imaginario colectivo pudo más el miedo al mito de que “el diablo se apoderaba del alma a través de las letras”. Y así, el analfabetismo se convirtió en una virtud colectiva sobre la cual se cimentaron los procesos de dominación y saqueo del país. Cuando la difusión radial y escrita de la información ya era inevitable en la región, entonces, las élites patronales crearon la primera radioemisora del país, HRP1, en 1931, en San Pedro Sula. Siempre con la finalidad de difundir sus mentiras como verdades. Así las mentiras del patrón se fueron, no sólo convirtiéndose en verdades únicas, sino en elementos constitutivos de la conciencia y del conocimiento de la maleable población analfabeta. Este cerco y dictadura mediática es una de las peores maldiciones que le ocurrió a Honduras. La hipnotización de la audiencia es tal que grandes mayorías del país todavía se resisten a dudar de la veracidad de la información (expresa y subliminal) que los medios empresariales difunden. Quizás no tanto por el contenido, sino por quienes son los dueños. Ya se dijo, la colonialidad permanente en la que vivió y vive Honduras hizo que la población aceptara, amara, defendiera e imitara, no sólo al patrón, sino a sus bienes, verdades y antivalores éticos. En la actualidad este cerco mediático continúa en vigencia, y más fortalecido que antes. Veamos quiénes son los dueños de la artillería mediática en Honduras: Periódicos: La Tribuna, del ex presidente de Honduras, Carlos Roberto Flores Facussé (1998-2002). Sobrino del terrateniente y empresario más influyente del país, Miguel Facussé. La Prensa y El Heraldo, de la familia Canahuati Larach (con diferentes negocios con 65
Jubenal Quispe el Estado). Tiempo, de Jaime Rosenthal Oliva. Empresario en diferentes rubros. Tiene una universidad privada, canal de TV y principal dueño de los servicios de televisión por cable. Ex candidato a la presidencia por el partido Liberal. Televisión: La televisión de Honduras está controlada por una sola persona, José Rafael Ferrari, también de gran presencia en la radio y presidente de la Fundación Teletón. Posee una cadena imponente con canales de distintas denominaciones: Canal 5, Canal 13, Canal 7. Radios: Radio HRN, con énfasis en noticias, de José Rafael Ferrari García. Radio América, de Miguel Andonie Fernández. Igual con repetidoras en todo el país y énfasis en noticias. Estas familias forman parte de las 10 familias más influyentes en el país. No sólo política y económicamente, sino en la formación de la opinión pública y de la configuración de las estructuras psicológicas de las y los colonizados. Todos son de ascendencia extranjera que llegaron para “mejorar la raza hondureña”, pero, por lo general, no se relacionan con las y los hondureños de ascendencia nativa. Después del último golpe de Estado, crecen y ganan audiencia medios empresariales como Globo TV y Radio Globo, Cholusatsur, Radio Uno, etc., por acompañar el proceso de la resistencia del pueblo frente al golpe En el país sólo existen cerca de 28 radios comunitarias, pero a inicios del 2011, legalmente el gobierno suspendió el otorgamiento de nuevas frecuencias radiales de baja cobertura (comunitarias) por “saturación en la ocupación del espectro radioeléctrico en las zonas más pobladas”. Si esto no es cerco mediático, entonces, ¿qué es?
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ADOCTRINAMIENTO MILITAR Tanto las Fuerzas Armadas (FFAA), como la Policía Nacional, como instituciones, tienen sus orígenes en la segunda mitad del siglo pasado. Hasta la dictadura de Tiburcio Andino Carías (1933-1948), los caudillos vencedores y vencidos, cada quien por su lado, reclutaban y conformaban sus fuerzas de seguridad militarizada. Con la Doctrina de Seguridad (contra el fantasma del comunismo), el gobierno de los EEUU organizó y financió el nacimiento de las FFAA y de la Policía Nacional hondureña como un cuerpo de seguridad para preservar la seguridad y los intereses de la élite económica y política servil a los intereses norteamericanos. Producto de un acuerdo político, en 1957, se estableció en la Constitución Política de Honduras la autonomía total de las FFAA con relación al gobierno nacional. Es decir, las FFAA era un Estado dentro del Estado de Honduras. Además, se estableció el servicio militar obligatorio. Fue cuando las FFAA comenzaron a cobrar poder económico y presencia político militar en el país. Jamás enfrentaron una guerra contra los enemigos extranjeros, pero hicieron del país un cementerio clandestino de hondureños/as que aspiraban a tener derechos. La profesionalización de las FFAA consistió en cursillos intensivos, para algunos de sus elementos en la Escuela de las Américas y en las del Plan Cóndor, Argentina, para perseguir, torturar, matar y desaparecer a todo hondureño/a que buscaba organizarse para defender a su país. Hasta 1987 (II Acuerdo de Esquipulas), en el territorio hondureño convivieron cuatro ejércitos para contrarrestar al comunismo que jamás llegó a la región: El Centro Regional de Entrenamiento Militar (CREM), el ejército nicaragüense de los contras, más de una decena de bases militares norteamericanas y el ejército nacional. Una vez fracasada la lucha militar anti comunista, por ausencia del enemigo, el gobierno de los EEUU decidió entregar el simbólico poder político a los políticos civiles de Honduras. A las FFAA hondureñas les regaló, como recompensa por masacrar al pueblo, 12 avionetas viejas, dólares en efectivo e inmunidad para el narcotráfico. 67
Jubenal Quispe En Honduras, para imponer el Consenso de Washington (mediante la democracia representativa para el libre saqueo), aparentemente pusieron en un perfil bajo a las FFAA. En la larga y triste noche neoliberal, la Policía Nacional cumplió de cuerpo de seguridad para el ejército de ejecutivos de las corporaciones empresariales que se repartieron los bienes y recursos del país. Sin embargo, ante el avance apabullante de demócratas insumisos que pujaban desde el Sur, los asustadizos comensales del banquete neoliberal hondureño recurrieron a sus FFAA y militarizaron a su Policía para reprimir y masacrar (220 asesinatos), una vez más, al pueblo que comenzaba a despertar del colonialismo neoliberal. Las élites hondureñas comparten con las FFAA el negocio del Estado. Por ejemplo, la Marina Mercante, Empresa Nacional de Telecomunicaciones (HONDUTEL), Migraciones, etc. están en manos de las FFAA. Aparte del lucrativo “cuidado” de los bosques. Pero el gran negocio lucrativo que hace que las FFAA incluso soporten el odio y la burla popular por lo ridículo militar, es el narcotráfico. De esta manera, en Honduras, los colonizadores/patrones garantizan, no sólo la vitalidad y permanencia de la colonia, sino, además, mediante el servicio militar (ya no obligatorio desde 1997), configuran la psicología individual y colectiva de soldados y oficiales en base a las verdades, los valores y las aspiraciones de los verdugos del país. El soldado que dispara a un manifestante lo hace, no sólo por obediencia, sino porque sabe que el sistema y el (des) orden que defiende y resguarda es el único y mejor sistema para aproximarse a la condición de sus superiores. Pero, quizás lo que no sabe es que al final, por más méritos que haga, sus jefes/patrones jamás lo aceptarán como parte de ellos. El colonizador nunca acepta al colonizado como su igual, porque éste no es persona para aquel. Éstos y otros son los mecanismos que los gestores y administradores del Estado fallido utilizan para garantizar el colonialismo interno. Mientras Honduras no logre desmontar estos mecanismos de colonización y dominación, jamás podrá emprender y 68
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza garantizar un proyecto de país con sentido histórico para las presentes y futuras generaciones. Estos mecanismos que se materializan en las instituciones estatales, también condicionan, de forma determinante, las estructuras psicológicas (configuran los sentimientos, el intelecto, la autoestima, etc.) y antropológicas (estética corporal, opciones culturales, religiosas, etc.) del hondureño/a. Por eso, los procesos de liberación o refundación son caminos por recorrer hacia adentro y hacia fuera en busca de la libertad permanente. El primer paso fundamental es conocer y aceptar nuestra condición de colonizados/as. Luego, emprender el difícil camino de suprimir/ asesinar esa parte colonizada que nos habita y condena a la negación. Al mismo tiempo, debemos emprender el camino de la libertad en todos los sentidos y aspectos de la vida. Los caminos interno y externo de los procesos de liberación no serán posibles si no nos liberamos de las categorías coloniales de análisis, comprensión y explicación de la realidad. El reto de la superación de la condición de la colonialidad no es sólo tarea de la población colonizada, sino también de quienes colonializan. Como dice Albert Memmi, la colonialidad engendra colonizadores y colonizados. Y la condición del colonizador también es un suicidio lento y seguro para los patrones. Si éstos desean permanecer y convivir en Honduras, deberán liberarse también del colonizador que los habita y apostar a un proyecto de país entre todos/as.
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Cap. III la eDuCaCi贸n Y la anulaCi贸n Del pensamiento
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿IMPORTA LA EDUCACIÓN EN HONDURAS? Honduras es el país más empobrecido y desigual en el mundo. Las condiciones de sobrevivencia en la Honduras de las montañas, no son nada distintas al dolor africano. Esto ocurre porque el país subsiste, por cerca de dos siglos, bajo la tiranía del analfabetismo. Y para desgracia nuestra, los fallidos intentos de sistemas educativos ensayados en el país terminaron aniquilando los conocimientos y tecnologías de las civilizaciones originarias que cohabitaron en este territorio. Fue en 1822, al año de la “independencia” nacional, cuando el Presidente de la Provincia de Honduras, Juan Lindo, decretó la creación de escuelas en las aldeas más importantes de la Provincia. Ocho años después, en 1830, el General Francisco Morazán, proveyó al país con la primera Ley Educativa. Morazán buscaba prevenir el sometimiento del pueblo hondureño. La revolución liberal, de finales del siglo XIX, apostó a la masificación de la educación. El siglo XX también está preñado de leyes educativas. Pero, ¿por qué Honduras continúa postrada en la oscuridad del analfabetismo? Por varias razones: Las políticas educativas del país siempre fueron y son copias de sistemas educativos foráneos. Por eso nunca funcionaron, ni funcionarán, porque no corresponden a la realidad diversa de Honduras. La labor educativa se convirtió en el oficio más seguro y académicamente poco exigente en el país. Como sociedad perdimos la perspectiva de la importancia de la educación para acceder a condiciones de vida más plena. El Estado jamás asumió la educación como “su máxima función” como indican las leyes. En el mejor de los casos, para el Estado, la educación es un gasto económico, mas nunca una inversión fundamental. Mire Ud. la distribución del presupuesto nacional. La educación está lejos de las prioridades estatales. Las escuelas no estimulan el pensamiento crítico. Las y los maestros no enseñan para la vida, sino para el examen. Las universidades quizás nunca fueron templos del saber, lo más seguro es que ahora son laboratorios donde se fabrican técnicos/as urgidos por 73
Jubenal Quispe ganar más plata. ¡Verdaderos mercados de títulos! El sistema educativo ya no responde a los intereses de la sociedad, sino a las empresas y al libre mercado. ¡Ni hablar de la función ética de la educación! En términos más realistas, la educación ya no la controlan ni el profesorado, ni el Estado, sino las empresas de información masiva. ¡La TV y el internet configuran la mente, el espíritu, la personalidad y la conducta de las y los educandos! En estos tiempos, la responsabilidad histórica nos exige que asumamos la deuda pendiente de la educación. Honduras exige una transformación cultural radical construida con la amplia participación y acorde a la realidad nacional. El Estado está en la obligación de invertir primordialmente en la educación e investigación. Nuestra tarea es vigilar y exigir a los sujetos de la educación para que éstos asuman sus roles. La ignorancia y la actitud sumisa son instrumentos eficaces para la dominación y el atraso de los pueblos. Si como país soñamos despegar, entonces, apostemos a la educación liberadora y descolonizadora.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿POR QUÉ EL RÉGIMEN NEOLIBERAL SE ENSAÑA CON EL MAGISTERIO? No existe en el mundo otro país, aparte de Honduras, cuyos gobiernos (des)gobiernan a su pueblo como si fuera un tumulto de bestias inútiles, temerosas al látigo y obedientes a la prepotencia del amo. Ésta es la idea que tienen del pueblo hondureño las élites gobernantes, y actúan en consecuencia. Es evidente que la historia republicana de Honduras está surcada por interminables guerras civiles, dictaduras, masacres, etc. Sin embargo, no existe en la memoria inmediata del pueblo un ensañamiento tan brutal, por parte de un gobierno, en contra de sus educadores/as, como acontece actualmente. Por dos semanas consecutivas el régimen actual, igual o peor represor que el del dictador Roberto Micheletti Baín, reprime, intoxica, persigue, encarcela y asesina al sector magisterial movilizado, ahora, en defensa de la educación pública y gratuita. Aunque Ud. no lo crea ¡hasta en sus domicilios están persiguiendo y capturando, bajo las sombras nocturnas, a las y los docentes que están dispuestos a dar la última lección a Honduras en defensa de la educación y de la dignidad del país. ¿Por qué tanta saña contra el magisterio hondureño? El magisterio hondureño se dividió en 6 organizaciones gremiales, pero, ahora, aglutinado en una sola confederación, es quizás el único gremio que no sucumbió a las garras desgarradoras del neoliberalismo vigente en el país desde la década de los 90 del pasado siglo. Todos los gremios fueron copados por el bipartidismo letal, y desarticulados/ domesticados por el neoliberalismo. El magisterio, no. Las y los maestros, con sus luces y sombras, se constituyen en una amenaza real en contra de los intereses de la irreflexiva dictadura neoliberal en Honduras. De allí viene el ensañamiento contra este sector. La actual dictadura neoliberal, en los meses anteriores, transfirió el agua, los ríos, las tierras, los yacimientos mineros, los bosques, las 75
Jubenal Quispe costas del Caribe y hasta territorios con soberanía, al dominio de las empresas privadas y transnacionales. Y nadie dijo nada. El caso del agua fue patético. Se inició con la municipalización del agua en el 2003. Actualmente, el agua de San Pedro Sula (segunda ciudad más grande del país) se encuentra en manos de la empresa privada. Las ciudades de Comayagua y Siguatepeque corren la misma suerte. El pueblo tampoco despertó. Pero, con la intención de la privatización de la educación, vía municipalización y descentralización, las ambiciones neoliberales encontraron una férrea resistencia en el sector magisterio. Además, el magisterio, aparte de ser la columna vertebral para la existencia del Frente Nacional de Resistencia Popular, es el sector que con sus grandezas y flaquezas aportó y aporta al proceso del despertar y emancipación del pueblo hondureño. Muchas maestras y maestros han despertando de su letargo, con el último golpe de Estado, y, ahora, promueven la duda y la sospecha en la mente y en el corazón de sus educandos/as. Las y los maestros conscientes se constituyen en tábanos que aguijonean al aún dormido pueblo hondureño, adicto a las costumbres feudales, y sumiso al temor religioso. La dictadura neoliberal hondureña sabe que si el pueblo despierta, no sólo sus intereses perversos están en peligro, sino la misma existencia de la oligarquía. He aquí otra de las razones para el ensañamiento sangriento contra el magisterio. En estas circunstancias dolorosas, pero también de purificación para el sector magisterial, los sectores aún dormidos del pueblo hondureño deberían salir, no en defensa de las y los maestros, sino del sistema de la educación pública y gratuita. Porque ésta es la demanda de este colectivo, que ahora desafía al régimen golpista neoliberal que en casi 2 años no ha logrado consolidarse, ni legitimarse en el país. Ya comenzaron con la privatización del agua. Ahora, intentan adueñarse de la educación. Mañana será la salud. ¿Qué herencia dejaremos a nuestras hijas e hijos? ¡No hay mejor herencia que la educación! 76
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza MUNICIPALIZAR LA EDUCACIÓN, ¿PARA QUÉ? Indignante y doloroso es ver al profesorado en las calles, bajo el imperio de la fuerza bruta de las fuerzas del “orden”, ante la indiferencia de una sociedad sumida en el analfabetismo. Profesores y profesoras que son apresados como viles delincuentes tan sólo por exigir el respeto y la reposición de sus derechos conculcados. Y la sociedad mira sin ver, ni conmoverse. Las y los educadores no están locos para salir a las calles a protestar sin motivos. El INPREMA fue y es saqueado por la partidocracia; a muchos profesores/as el Estado les debe los salarios de varios meses; el Congreso Nacional, dice por “error”, suspendió el estatuto del docente. Y a las y los educadores que protestan contra estos y otros abusos, el gobierno central los persigue y los manda apresar, para sentarlos enmanillados ante los tribunales de justicia. ¿Qué espíritu humano, medianamente lúcido, quedaría indiferente ante este sistemático abuso intimidatorio? Y por si fuera poco, ahora, el gobierno central impulsa la municipalización de la educación como la solución a este histórico problema irresuelto. Y, así, nuevamente al profesorado no le queda más opción que salir a las calles, dejando sin clases a las y los estudiantes, porque la tal municipalización no es más que el inicio de la privatización educativa, según el magisterio. Mientras tanto, los patrones de Honduras se frotan las manos porque tienen para rato un feudo de analfabetos. Y la sociedad murmura contra las/os maestros como si fueran causantes de esta vorágine de analfabetismoempobrecimiento-dominación. La municipalización de los servicios, no es buena ni mala en sí misma. Depende de las intenciones que están detrás de dicha descentralización administrativa. La experiencia internacional nos muestra que la simple descentralización de los servicios, sea de educación, salud, seguridad, etc., no ha tenido los objetivos esperados. La municipalización de la educación sólo es factible en el marco de la autonomía real de los municipios y/o departamentos. Y autonomía 77
Jubenal Quispe significa distribución del poder legislativo y ejecutivo (administrativo y financiero) a los municipios y/o departamentos. ¿Estará dispuesta la élite política de Tegucigalpa a compartir su monopolio de poder con las alcaldías? ¿De qué sirve transferir la propiedad de la infraestructura educativa a las alcaldías si no se les transfiere el presupuesto para pagar al profesorado, mucho menos potestad para hacer leyes y políticas públicas locales en educación? Es más, el Estado no ha sido capaz de montar una infraestructura básica para la educación nacional. ¿Con qué presupuesto asumirán esta responsabilidad las alcaldías? ¿Será que el gobierno central transferiría también a las alcaldías las deudas y los problemas acumulados que tiene con el sector educativo? A todas luces, el gobierno central quiere cargarle un muerto gigante a las alcaldías. Por las actitudes recurrentes del gobierno central, todo hace sospechar que la “municipalización” de la educación en Honduras, no es más que una propuesta desesperada e irresponsable como son las satíricas “ciudad modelo”. El gobierno central, incapaz de satisfacer el derecho a la educación del pueblo hondureño, ha convertido este derecho en un problema, y entonces, ahora dice: “que se las arreglen las alcaldías”. Y así, la municipalización no será otra cosa que mayor analfabetismo en el país, desarticulación de las organizaciones magisteriales y paraíso lucrativo para la empresa privada. Además, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial desembolsan dinero al gobierno central con la condición neoliberal de que se reduzca al máximo el gasto público. Y eso significa reducir lo poco que el Estado invierte en educación, salud, etc. Así, ante la necesidad de escuelas, y con la actual Ley de Inversión Pública Privada, las empresas privadas tendrán campo abierto para lucrar con la educación y convertir este derecho en un lujo reservado sólo para ricos.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LECCIONES DE UNA HUELGA MAGISTERIAL El magisterio en Honduras está conformado por cerca de 65 mil profesores/as, organizados en 6 sindicatos, y aglutinados en una confederación nacional. Además, se dice que el magisterio es una de las columnas vertebrales del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). La huelga general de tres semanas, que concluyó el lunes pasado, sin conseguir sus objetivos, fue uno de los últimos actos de protesta más populares del país. Padres y madres de familia, estudiantes y el mismo FNRP salieron espontáneamente a las calles en defensa de la educación pública. Pero también fue una de las movilizaciones permanentes más reprimidas por el Estado de Terror instaurado en Honduras. Pero, ¿qué acobardó a las y los aguerridos maestros que por tres semanas consecutivas fueron reprimidos con gases lacrimógenos, toletes, persecuciones sangrientas, encarcelamientos y el asesinato de una de sus colegas? ¿Habrá sido la amenaza gubernamental de las supuestas destituciones laborales que nunca llegaron? En 1954, 30 mil campeños/as (en la semi esclavitud de las bananeras), en 40 días consecutivos de huelga general, derrotaron no sólo al gobierno de entonces (Juan Manuel Gálvez), sino a las empresas bananeras del país (United Fruit Co., que en el mismo año había logrado derrocar al Gobierno de Jacobo Arbenz, en Guatemala). Entonces, los medios de comunicación, organizaciones de derechos humanos, apoyo internacional, etc. eran completamente desconocidos para el campesinado. La gran mayoría de las y los huelguistas eran analfabetos, pero con conciencia de clase. Aquella huelga galvanizó a la conciencia nacional, y logró legalizar y garantizar varios derechos sociolaborales en el país. Derechos de los cuales goza todavía la comunidad educativa hoy en día. Pero, ¿qué pasó con los 65 mil maestros/as, profesionales de la educación y formadores de la conciencia nacional? ¿Por qué retrocedieron en su cometido “en defensa de la educación pública”? 79
Jubenal Quispe La historia oficial nos recuerda que hace más de 500 años el trío de Cortés, Pizarro, Almagro, y unos cientos de sus secuaces, lograron arrodillar a 70 millones de indígenas (asustados muchos de ellos), con el cuento de que eran enviados de los dioses. ¿Será que el dúo de LoboHernández goza de aquella capacidad de intimidación y persuasión mesiánica? A nivel de la organización magisterial, el desenlace final de la huelga refleja la deficitaria conciencia gremial de las y los maestros. La dirigencia confió en la conciencia gremial de sus bases. Se equivocó. El hecho de que un profesor aporte económicamente a su sindicato, cada mes, (para su jubilación), no expresa necesariamente la conciencia sindical del maestro. Esta es una tarea pendiente. Pero también está la falta de capacidad de convocatoria de dirigentes del sector, fruto del desprestigio y de la partidización de los cargos. Mientras las y los maestros continúen orgullosos del color político de sus patrones, estarán siempre condenados/as a negociar de rodillas con sus amos. La “defensa de la educación pública” fue presentada como un asunto exclusivo del magisterio. ¿Acaso este asunto no es de interés nacional? He aquí el otro error. Algunos maestros y maestras se resistían incluso a que el FNRP se sumara a las movilizaciones. Mientras no exista una conciencia nacional en defensa de la dignidad y de la soberanía del país, ninguna movilización, por más multitudinaria que fuera, logrará sus objetivos. Tenemos que tener una visión de país integral e incluyente. Si cada quien defiende lo suyo, más temprano que tarde terminaremos negociando de rodillas las migajas de nuestros derechos. Si deseamos refundar Honduras, tenemos que revisar y reforzar las estrategias organizativas, de comunicación y de movilización. Necesitamos tener amor propio y conciencia colectiva para ir en busca de nuestros sueños postergados. De lo contrario seguiremos condenados a fracasar en el intento.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN PARA LA REFUNDACIÓN La Ley de Fortalecimiento a la Educación Pública y a la Participación Comunitaria, aprobada en contra de la opinión pública generalizada en el país, carece de un mínimo contenido doctrinal y filosófico-ético que cualquier ley debería contener. Mucho menos considera las condiciones culturales, morales, sociales y económicas del país. Es una legalización más de las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), en el marco del Programa de Ajuste Estructural, para desarticular a la organización magisterial y reducir el gasto público. En un país como Honduras, ¿cómo una ley educativa puede obviar la carencia de valores éticos, como el respeto a la vida, la honestidad, la interculturalidad, la solidaridad, el amor propio, la equidad de género, el respeto a la Madre Tierra, etc.? ¿Acaso no estamos asediados por el sicariato y las matanzas diarias? ¿Acaso no somos el país más corrupto de Centro América? ¿Por qué olvidar que vergonzosamente formamos parte del Triángulo Norte de la Muerte, infectado por el narcotráfico? ¿Acaso no somos un país racista y fundamentalista que desprecia a sus raíces indígenas, rechaza todo lo que no sea cristiano y añora todo lo foráneo? ¿Acaso no asesinamos a las mujeres y a los homosexuales tan sólo por ser mujeres y homosexuales? ¿Acaso jóvenes y adultos no vivimos avergonzados de ser hondureños, a la espera de la primera oportunidad para huir del país? La dignidad y la soberanía hondureña han sido, y son violadas, permanentemente por la prepotencia norteamericana. Con esta vergüenza nacemos, crecemos y morimos en Honduras ¿Por qué no nos atrevemos a superar esta histórica maldición mediante una educación liberadora? ¿Acaso Honduras no fue y es la Malinche del Estado de los EEUU para intervenir y matar en los países de la región? ¿Por qué no intentar una educación descolonizadora? Fuimos deformados y vivimos en la esquizofrenia moral. Piadosos cristianos de fines de semana en los templos, pero cómplices 81
Jubenal Quispe pasivos o activos de la injusticia, represión y muerte que los patrones legalizaron en el país. El sistema nos educó, no sólo para la pasividad y la indiferencia hacia nuestro sufrimiento, sino para reproducir la “moral” de la muerte y los deseos egoístas de los patrones en nuestra vida cotidiana. ¿Por qué no intentar una educación que nos libere de esta esquizofrenia moral y cultural en la que languidecemos? ¡Somos un país sacudido por las nefastas consecuencias del cambio climático!, pero en la mencionada ley, ni por casualidad se menciona la convivencia equilibrada con la Madre Tierra. ¿Por qué? Pero nada de esto importó a los escribidores de las leyes nacionales a cambio de un manojo de dólares con olor a sangre. Dóciles al FMI, BM y BID, deciden en 15 minutos las maldiciones más brutales y permanentes para su pueblo. Irresponsables “Padres” de la Patria. Esta ley educativa debería titularse, Estrategia sutil para desarticular a la organización magisterial. Sí. Éste es el objetivo “encubierto”. Desarticulado el magisterio, como organización nacional, estarían derribadas las compuertas de la defensa de la educación pública como un derecho fundamental. Y, entonces, la educación privada dejará de ser la excepción en el país para convertirse en una regla general. Y esto no será en mucho tiempo. En el caso de Servicios de Agua, la desarticulación de SANAA (Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados) y el comienzo de la privatización, demoró menos de 10 años. En este caso el argumento “bonito” también fue la “participación” de los gobiernos locales y ciudadanía. Por eso dejamos que aprobaran aquella ley en 2003. Por sensibilidad y responsabilidad para con las presentes y futuras generaciones, apostemos por una educación en valores con pensamiento crítico. Nos educaron (formatearon) la mente, el espíritu y el corazón para la resignación fatalista. Y, para reprimir cualquier asomo de duda o sospecha, nos inculcaron la confianza ciega en un dios que no admite sospechas, ni mucho menos cambios estructurales. Así, nos mantienen dormidos en la Edad Media, cuando el mundo transcurre en el siglo XXI.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Si en verdad queremos refundar Honduras, apostemos por una educación liberadora, descolonizadora e intercultural. ¡No dejemos que un manojo de dólares pueda más que la razón, la libertad y el derecho a la educación de todo un pueblo!
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Cap. IV la malDiCi贸n De la abunDanCia
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza UN PUEBLO CONDENADO A REPETIR SU NEFASTA HISTORIA El 9 de abril de 1910, el Estado hondureño entregaba por 99 años, bajo contrato, a la empresa bananera Standard Fruit, nada menos que 71 mil hectáreas de tierras. A cambio, la empresa bananera se comprometía a construir ferrocarriles para el desarrollo del país. Bajo la misma promesa, la United Fruit también recibió miles de hectáreas de tierras por un plazo indefinido. Estos contratos terminaron porque las bananeras se hartaron con las ganancias y Honduras quedó más haraposa que nunca. Un siglo después, Honduras, apuesta por el mismo camino suicida. El régimen del humanismo cristiano, los días 6 y 7 de mayo, en un acto titulado “Honduras Abierta al Negocio”, ofertó al mundo los últimos bienes comunes del país como agua, bosques, suelos y playas, en un paquete de cerca de 160 proyectos. ¡Las condiciones favorables ofertadas para la inversión privada son insuperables! ¡Hasta el mismo gobierno se ofreció en constituirse en un equipo técnico para facilitar la inversión y las ganancias a las multinacionales! Con las empresas mineras ocurrió u ocurre lo mismo. Si las mineras, en el siglo XVIII pagaban un impuesto del 20% (quinto real), en la actualidad, con todas las comodidades y beneficios, pagan apenas un impuesto de 1%. Todo en nombre del desarrollo y creación de fuentes de empleo, sin cuantificar los irreversibles daños ecológicos que las operaciones mineras irresponsables dejan para el presente y futuro de Honduras. Desde las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo se promueven en el país las maquilas y las comidas rápidas con todas las exoneraciones tributarias y beneficios inimaginables. El argumento siempre fue el mismo: desarrollo del país y creación de empleos. Estas empresas no pagan impuestos, ni de importación, ni de exportación. Mucho menos de comercialización. Nadie sabe cuánto ganan. Cadenas de supermercados que no pagan ni un centavo de impuestos, mientras a las pulperías familiares se les imponen todos los impuestos. El 87
Jubenal Quispe Secretario de Finanzas denunciaba en el 2010 que “más de 170 empresas lacras no pagaban impuestos en el país”. Con estos y otros históricos negocios, ¿quién ganó?, ¿es mejor Honduras que hace uno o dos siglos atrás? ¿Las generaciones actuales tienen mejor calidad de vida que antes? ¿La juventud y la niñez tienen mayores expectativas de felicidad? NO. En la actualidad cada 43 minutos se asesina violentamente a un hondureño/a. ¡16 niñas/os hondureños mueren diariamente carcomidos por la desnutrición! Las bananeras jamás trajeron desarrollo a Honduras. Jamás cumplieron con la construcción de ferrocarriles. Incluso, las pocas líneas férreas tendidas, al marcharse, se las recogieron. Sí, llegaron a emplear a más de 25 mil campeños/as, pero los dejaron carcomidos por la tuberculosis. Si Ud. duda, mire la miseria en los ex fundos de las bananeras. En la actualidad el Canciller de Honduras, dueño de maquilas, argumenta que las inversiones en las maquilas generan empleo. Sí que generan empleo. Cerca de 200 mil mujeres y jóvenes son exprimidas en condiciones infrahumanas a cambio de un salario que muchas veces ni llega al mínimo establecido por ley. Éste es el empleo para las y los profesionales jóvenes del país. El día que se marchen las maquiladoras sólo dejarán generaciones completas enfermas. Lo mismo ocurre con las franquicias y con las mineras. Nadie está en contra de la inversión privada. Toda inversión tiene que realizarse en el marco de una política nacional de transformaciones integrales y sostenibles hacia un buen vivir para las presentes y futuras generaciones. Cuidando el bienestar de la Madre Tierra. Pero, tampoco podemos dejar de denunciar la avaricia y opulencia de unos cuantos que se atiza en Honduras sobre las cenizas de las grandes mayorías. Bastante sería con que las empresas exoneradas de impuestos tributen como se debe. Pero no. El régimen del humanismo cristiano, igual que en tiempos pasados, impone a sangre y fuego la privatización de los pocos bienes 88
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza comunes que quedaban en el país, sin una pizca de sensibilidad ante el futuro de miseria del pueblo. ¿Por qué seguir apostando por un modelo de saqueo fallido? ¿Será que el régimen actual es tan ignorante que desconoce la nefasta historia de las mineras y bananeras en Honduras? ¿Hasta cuándo el dormido pueblo hondureño seguirá condenado a repetir su nefasta historia?
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza AYER VINIERON POR ORO, MADERA Y TIERRA. AHORA ES POR AGUA Desde hace 19 años la comunidad internacional, por decisión de la Asamblea General de la ONU, celebra cada 22 de marzo el día mundial del agua. Fecha que, no en pocas ocasiones, en varios países, pasa completamente silenciada por los acontecimientos coyunturales. Pero el agua, como derecho universal, hoy se constituye como una cuestión de vida o muerte. Mañana será peor. Si bien el planeta Tierra es azul porque está compuesto de 71% de agua, sin embargo, sólo el 2.5% de esa agua es dulce. Y del total del agua dulce, sólo el 0.4% se encuentra en la superficie en estado líquido. El resto está en los glaciales y el subsuelo. Este pequeño porcentaje de agua dulce disponible se va agotando a causa de la contaminación, la mala distribución y la “cultura” del despilfarro. Sí, aunque Ud. no lo crea, nuestra conducta inmoral e irresponsable hace que cada 20 segundos muera un niño/a en el mundo a falta de agua limpia. En la actualidad, más de mil millones de personas ya padecen sed, y más de 2.5 millones (40% de la población mundial) carecen de saneamiento básico. Para 2025, 2 de cada 3 personas en el mundo pasaremos sed. En la actualidad cerca de 30 países tienen serios problemas de agua. Entre ellos Kuwait, Libia, Qatar, Arabia Saudita, Singapur, etc. En los EEUU cerca del 40% de las reservas de agua dulce se encuentran contaminadas. Los 10 principales ríos del planeta están contaminados. Ante la imposibilidad humana de aumentar las reservas de agua dulce, y ante la imparable contaminación de las pocas reservas que quedan, se plantean dos posturas filosóficas y políticas para la administración de este recurso vital: La primera, promovida por los promotores del libre mercado (BM, FMI, BID, CAF, etc.) que consideran al agua como un simple recurso mercantil y que para su eficiente administración y asignación 91
Jubenal Quispe debería pasar a manos de empresas privadas, porque consideran que el Estado es el principal responsable del despilfarro de este recurso. La segunda, promovida por la ONU, ONGs y pueblos conscientes del mundo que consideran y defienden al agua como un derecho universal, requisito para la satisfacción de los demás derechos fundamentales. Destinada a satisfacer las necesidades de todos los seres vivos, el agua es un derecho, no una mercancía. Por tanto, son las comunidades organizadas las que deben administrar y cuidar el agua y los bosques. Por eso, en 2010, el acceso al agua potable y al saneamiento básico fue declarado como un derecho humano fundamental por la ONU. Honduras, país bendecido por la Madre Tierra por sus reservas hídricas, asumió, de manera irresponsable e irreflexiva, la primera postura. Los servicios de agua y saneamiento, que históricamente fueron asumidos, de forma espontánea, por las organizaciones comunales (juntas de agua), desde inicios de la pasada década (2003) están siendo trasferidos a los municipios para su inmediata privatización (como está ocurriendo en la ciudad de San Pedro Sula). Casi simultáneamente, se transfirieron y transfieren los ríos a las empresas privadas para la producción de hidroeléctricas. Y, ahora último, hasta los bosques están siendo vendidos “para el mercado de carbono”. Así, sin servicios de agua, sin ríos y sin bosques, el pueblo hondureño va camino seguro a su calvario infernal. Y todo, en nombre del “Humanismo Cristiano”. Si no le conmueven los niños/as que murieron en los minutos que leyó o escuchó esta editorial, quizás porque sean del África o Asia, piense en sus menores o sus nietos/as. Las futuras generaciones padecerán el calvario de la sed y se enfrascarán en guerras de exterminio por unas moléculas de agua. Y, entonces, sólo quedarán lamentos y maldiciones por cómo usamos el agua, y nuestra indiferencia ante la mercantilización de ríos y bosques. Ahora es el momento para que Ud. y yo alcemos nuestras voces y defendamos la sangre y los pulmones de nuestra Madre Tierra.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LA PRIVATIZACIÓN DEL AIRE Y LA EXPULSIÓN DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Sin cámaras, ni periodistas, sólo con la protección del Corazón del Cielo y el Corazón de la Tierra, bajo la mirada atenta y muda de la sagrada montaña Celaque (cumbre más alta de Honduras), miles de indígenas lencas (sobrevivientes al exterminio colonial y al colonialismo interno republicano) marchan por las carreteras polvorientas, del Departamento de Lempira-Honduras, proclamando: “los bosques no se venden, los bosques se defienden”, “el aire no se vende, el aire se defiende”. ¿Qué ocurre con este pueblo indígena, recluido en las montañas profundas de Honduras, que, ahora, demanda el respeto de sus bosques? El mesoamericano pueblo Lenca, al igual que los otros ocho pueblos indígenas de Honduras, siente que los ejecutivos del señor Mercado (ahora apellidado “de Carbono”) rondan por sus comunidades indígenas, ofreciendo hasta 17 mil lempiras por manzana de las tierras boscosas (cerca de 900 dólares) para el mercado de carbono. Estas tierras comunales, despreciadas por terratenientes y el propio Estado, jamás se valuaron por encima del equivalente a 40 dólares la manzana. Pero, ahora que la Madre Tierra ha sido devastada en más del 85% de su extensión total, con nefastas consecuencias climáticas y financieras, los especuladores del mercado salen a comprar los bosques para comerciar con el carbono, el nuevo activo tóxico del planeta. El Mercado lapidado por la crisis especulativa necesita circulantes. Por eso, ahora, se inventan los bonos (certificados) de carbono para inyectar más dinero a las cuentas de los especuladores, vendiendo incluso uno de los últimos bienes de la humanidad, el aire, y sin renunciar a sus estilos de vida ecocida y suicida. Mientras tanto, otros ejecutivos del señor Mercado, en Cancún, México, hacen lobby para definir las reglas sobre la compraventa del aire en el mercado internacional, en la 16ª Conferencia de Partes sobre Cambio Climático. Aunque, ya con la implementación de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), del Protocolo de Kyoto, se dio inicio a la mercantilización de los bosques y del aire. Honduras 93
Jubenal Quispe tiene 17 proyectos de MDL (hidroeléctricas), aunque después de recibir la plata no cumplió con los compromisos socioambientales adquiridos. En este carnaval climático, en Cancún, legalizarán la privatización mundial del aire. Sí, aunque Ud. no lo crea y le suene a ciencia ficción. Para tal efecto, privatizarán los bosques mediante los programas de REDD (Reducción de Emisión por Deforestación y Degradación de los Bosques), definirán un mecanismo financiero (para repartirse las invaluables ganancias económicas generadas por el negocio del aire en un planeta intoxicado) y crearán un Comité de Tecnologías para el cambio climático (sin abandonar la “civilización” del petróleo, ellos dirán a qué otras fuentes de energía debemos acudir, y qué tecnologías “modernas” debemos comprarles y aplicar). ¡Es un verdadero ecocolonialismo de los energívoros sobre los pueblos empobrecidos! Ellos ensuciaron y destruyeron sus bosques, pero, ahora, no sólo nos “expropian” los nuestros, sino que además nos “enseñarán” el cómo debemos cuidar el pulmón de nuestra Madre Tierra. ¿Con qué autoridad moral un ejecutivo de una transnacional podría enseñar a un indígena lenca (Honduras), machiguenga (Perú) u ogooni (Nigeria) a cuidar sus bosques o a utilizar energía sustentable? En Copenhague prometieron hasta 100 millones de dólares anuales para ayudar a la “buena” muerte de las y los sobrevivientes de los efectos del cambio climático en los países empobrecidos. Pero en Cancún, definirán cómo se repartirán ese dinero (mediante sus propias consultoras), aparte de privatizar el aire y despojar de sus bosques a los pueblos del Sur. Ahora sí viajamos en la nave Tierra pilotados por enfermizos homínidos, con la adrenalina al tope, bajo los delirantes efectos de la avaricia. Lo triste es que la gran mayoría nos encontramos encerrados en el compartimento de carga, mientras quienes deciden nuestra suerte viajan en la clase ejecutiva súper lujo de la nave. Cuando las y los lencas salen en defensa del aire y de los bosques, al igual que los otros pueblos indígenas del mundo, presienten no sólo un nuevo despojo a gran escala de su hábitat, sino una apoteósica 94
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza tribulación nunca antes vista. Saben que la visita de los mercaderes de carbono hasta las faldas del Celaque es un presagio de mal agüero. Los pueblos indígenas, mal que bien, cuidaron y cultivaron los bosques. Por eso dichos ecosistemas, ahora, se encuentran en situación apetecible. Y, entonces, nuevamente sus últimas “riquezas” se constituyen en una muerte anunciada. Ocurrió con el oro, la plata, el petróleo, las tierras fértiles, sus fuerzas de trabajo. ¡Ahora, sus bosques! Quizás Ud. dirá que con los programas de REED no siempre se transfiere la propiedad de las tierras, sino sólo la capacidad de absorción de carbono por los bosques de esas tierras (servicio ambiental). Pero, ¿qué pasará cuando los especuladores jueguen dichos certificados de reducción o bonos de carbono en las bolsas de valores, registrando como garantía a las mismas propiedades boscosas? Es evidente que la mayoría de los bosques en el mundo se encuentran bajo la propiedad de los estados, y en menor cantidad como propiedad de los pueblos indígenas. Sin embargo, la privatización del aire, con la garantía de los bosques, es el acabose de los pueblos indígenas del mundo. ¿Cuál fue la suerte de los milenarios guardianes de los bosques con la fiebre de las áreas protegidas? Sin autodeterminación, sin territorios, sin tierras fértiles, subalternos y sin idiomas los pueblos indígenas sobrevivieron. Pero sin sus bosques no sobrevivirán. En los bosques están la vida de los pueblos y la de nuestra Madre Tierra (el agua). En los bosques están las farmacias, laboratorios, bibliotecas y centros del saber de los pueblos indígenas. Los bosques son el templo de las divinidades y de los/as ancestros/as. Los bosques son nuestras despensas y pulmones de nuestra Madre Tierra. ¿Qué hijo/a vendería las partes sanas del pulmón de su Madre convaleciente con cáncer respiratorio? Los bosques no se venden, los bosques se defienden porque son hermanos nuestros que posibilitan la subsistencia de la vida en sus múltiples manifestaciones.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿SERÁ QUE TODOS GANAMOS CON LA CUMBRE CLIMÁTICA EN CANCÚN? “Cancún concluyó con un acuerdo más ambicioso de lo previsto”, “EEUU y China se suman en la reducción de gases de efecto invernadero (GEI)”. Con éstos y otros titulares de prensa se fueron a celebrar las fiestas de fin de año las y los participantes en la 16ª Conferencia de Partes sobre Cambio Climático de la ONU en Cancún, México. Pero, ¿qué rigurosidad y veracidad tienen estos titulares? Veamos los tres acuerdos más importantes de Cancún.
Fondo Verde administrado por el Banco Mundial (BM) Esta iniciativa fue promovida por los EEUU, UE, Japón y el propio Banco Mundial (BM). Este fondo, que funcionará bajo la tesorería del BM, estará conformado por los US$ 30 mil millones (hasta el 2012) y US$ 100 mil millones (de 2012-2020) anuales prometidos en la Cumbre de Copenhague por los países ricos. Se celebra la creación de este fondo como una ayuda para socorrer a los pueblos afectados por los efectos del cambio climático. Pero, ¿será verdaderamente una ayuda? NO. Actualmente, de los US$ 30 mil millones anuales, prometidos en Copenhague, se hicieron efectivos apenas US$ 7.9 mil millones, de los cuales el 42% (US$ 3.3 mil millones) será canalizado a través del BM, y el 47% (US$ 3.7 mil millones) se aplicará a través de PRÉSTAMOS. ¡Apenas el 1% de dicho aporte ha sido comprometido para el Fondo de Adaptación que maneja la ONU! Pero, ¿le interesa la mitigación y/o adaptación climática al BM? No. Veamos dónde invierte el BM. Entre 1992 y 2004, aprobó más de US$ 11 mil millones en préstamos para más de 120 proyectos de combustibles fósiles, (20% de sus emisiones bancarias actuales). Sólo entre 2007 y 2008, financió otros US$ 7.3 mil millones en proyectos de combustibles fósiles (sin incluir los préstamos para políticas y agentes financieros intermediarios del sector de combustibles fósiles). En este período, también financió US$ 5.3 mil millones para energía renovable y eficiencia energética, no tanto por el cambio climático, sino porque el petróleo se agota. 97
Jubenal Quispe Está claro a dónde irá a parar el Fondo Verde. Esto lo saben los pueblos. Por eso demandan la expulsión del BM del mercado de carbono.
REED como mecanismo para mitigar Gases de Efecto Invernadero (GEI) Los mercaderes de carbono nos dicen que la deforestación es la responsable del 20% del cambio climático. Por tanto, en buena medida, este problema se podría resolver plantando árboles, porque sólo el 80% del cambio climático sería responsabilidad de los hidrocarburos. Falso. El CO2 liberado por la deforestación es parte del total del CO2 existente en la atmósfera de la Tierra. Por tanto, será reabsorbido en la medida en que hayan árboles. Pero, el CO2 liberado por la quema del petróleo es un añadido extra que se incorpora a la atmósfera. Proviene de las profundidades del subsuelo (sabiamente encapsulado por la Tierra). No hay bosque que tenga la capacidad de absorber el CO2 proveniente del petróleo. El CO2 petrolero no es asunto de bosques. Podrán comercializar todos los bosques del planeta, pero no podrán revertir el cambio climático. Entonces, ¿qué está detrás del programa REED? Mercantilizar los bosques y el aire para oxigenar con capitales frescos al convaleciente mercado financiero. Para entender esto, basta saber cómo nació el famoso Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). En 1997, el Vicepresidente de los EEUU, Al Gore (quien estableció el MDL), planteó que si el comercio de carbono era parte central del Protocolo de Kyoto, entonces, su país apoyaría dicho Protocolo. El comercio de carbono formó y forma parte del Protocolo de Kyoto (a través de MDL), pero EEUU jamás ratificó dicho convenio que obliga a la reducción del 5% de emisiones de GEI. Lo que EEUU hizo con los MDL, en 1997, para incorporar el activo tóxico de carbono en el mercado, ahora, países como China, Japón, el propio EEUU y UE acaban de hacer con los programas de REED para oxigenar sus deficitarias finanzas privatizando los bosques del planeta. Dicen que al próximo año en Durban 98
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza (Sudáfrica) asumirán compromisos medibles y obligatorios para reducir sus emisiones de GEI. ¿Qué asegura que lo harán? Ellos y nosotros/as sabemos que la cuestión del calentamiento global no es asunto de bosques, sino del desenfreno de los hidrocarburos. Pero, sin hidrocarburos ahora es impensable la “civilización” del capitalismo actual. Transferencia de tecnologías para energía renovable e inversión en los bosques Ahora la autopista está expedita para la privatización de más ríos. En el mundo y en Latinoamérica, los comandos privados de energías renovables tienen nefastas historias. En Honduras, sólo meses antes de la cumbre de Cancún, cerca de medio centenar de ríos fueron transferidos, hasta por 30 años, renovables, para hidroeléctricas a las empresas privadas que antes lucraron con las termoeléctricas. Este acuerdo acelerará la expulsión y la extinción de pueblos indígenas y campesinos que cohabitaron y cuidaron dichas cuencas hídricas. ¡Energía renovable sí, pero con la participación y beneficio directo para los pueblos! Otro de los acuerdos de Cancún fue que, considerando las promesas de los diferentes países industrializados para reducir voluntariamente sus emisiones, mantendrán en 2° C° el aumento de la temperatura de la Tierra. ¿Cómo lo harán si no existen instrumentos de verificación confiables y mucho menos compromisos obligatorios? Con estos resultados, ¿valió la pena la Cumbre Climática en Cancún? La cúpula de banqueros, petroleros, empresas consultoras y ONGs urgidos por el dinero fresco, al igual que las sociedades que aún no sufren las fatídicas consecuencias del cambio climático, posiblemente digan que sí. Pero, para quienes sufrimos cotidianamente los fatídicos cambios climáticos, Cancún fue otra traición a la vida y al planeta. Mucho más todavía cuando so pretexto de cambio climático se habilitó la privatización mundial de nuestros ríos, bosques y aire, tan sólo para oxigenar una economía mundial de especuladores.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LAS CENIZAS DE LA BIODIVERSIDAD El Día de la Biodiversidad inicialmente se celebraba el 29 de diciembre, hasta que la ONU, el año 2000, estableció el 22 de mayo como el Día Internacional de la Biodiversidad. Pero, ¿por qué se estableció un día especial para recordar la biodiversidad? Ocurre que en el planeta Tierra las diferentes formas de vida están desapareciendo irremediablemente por la conducta irresponsable del ser humano. Engañados por nuestra autoconciencia errática, nos auto proclamamos como la especie principal y superior al resto de los animales y plantas que cohabita en la Madre Tierra. Así fue cómo sometimos y aniquilamos al resto de nuestros hermanos: bosques, animales, aguas, suelos, oxígeno, ecosistemas, etc.; siempre persiguiendo satisfacer nuestras necesidades y deseos insaciables activados por el mercado. A tal grado que este desequilibrio ecológico que hemos generado, ahora, acelera en contra de nuestra propia existencia. Como consecuencia de la destrucción de los bosques, contaminación de ríos, mares y lagos, construcción de carreteras y crecimiento de las ciudades, la pesca y la agroindustria, la industria extractiva y los monocultivos, etc., la desaparición de la biodiversidad es mil veces mayor en relación al proceso natural. Cada día se despiden para siempre de la Madre Tierra entre 50 a 300 especies de vida. En el mundo, cada día se cortan y queman bosques del tamaño de 24 mil campos de futbol. 2 de cada 10 especies de árboles están amenazadas de desaparecer definitivamente. El 40% de los anfibios se encuentran en proceso de extinción. ¿Cuántas especies de animales y plantas que conocimos ya no conocerán las futuras generaciones? Desde 1970, hemos reducido las poblaciones animales en un 30%, el área de manglares y vegetación marina en un 20% y la superficie de los corales vivientes en un 40%. En la selva atlántica del Brasil, más del 90% del bosque ha sido deforestado, cultivado y/o urbanizado. ¡De la contaminación de los mares, ríos y lagos, ni hablar! 101
Jubenal Quispe Frente a esta situación, la humanidad ha concertado diferentes acuerdos para preservar y remediar esta acelerada extinción de la biodiversidad, pero todos los intentos han fracasado. Nos dicen que el 13% de la superficie de la Tierra, y el 10% de los mares están protegidos. Pero, en los hechos, sobre las cenizas y los nostálgicos recuerdos de lo que fue la biodiversidad, se galvaniza el imperio de las empresas multinacionales y las farmacéuticas. Éstas se adueñan de la vida que queda en el planeta, patentando propiedades medicinales y nutritivas de las especies que aún se resisten a morir. Monstruos agroindustriales que desmontan continentes enteros de bosques para mono cultivos y productos transgénicos, ahora, se agazapan como aves de rapiña sobre las semillas nativas cultivadas por nuestros milenarios ancestros. Ahora que se globalizan los biocombustibles, la situación será peor. Mientras los pulmones, las venas, la piel y todos los tejidos de nuestra Madre Tierra arden, por nuestra conducta inmoral y suicida, seguimos con la ilusión de ser una especie superior (auto consciente), sobre el resto de los integrantes de la comunidad cósmica. Y así, mientras aniquilamos a las diferentes formas de vida que cohabitan en la Madre Tierra, aceleramos nuestra irremediable extinción, porque plantas, animales, suelos, aguas, piedras, humanos, ríos, mares, etc. dependemos unos de otros. Mientras no entendamos y asumamos esta realidad como una verdad, será difícil frenar la devastación de la Biodiversidad, y de nuestra propia especie.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LA INMORAL TENENCIA DE LA TIERRA Y EL EMPOBRECIMIENTO NACIONAL La última masacre de 5 hermanos campesinos, en la zona norte del país, concentró nuevamente la atención nacional e internacional. Cadáveres de campesinos regados y abrazados a fusiles mal acomodados dieron la vuelta al mundo, mostrando la mentira y la barbarie en la que Honduras sobrevive. Lo más grotesco fue que Miguel Facussé, terrateniente implicado en los asesinatos, salió aseverando: “para qué se acercan a mis propiedades sabiendo que mis hombres estaban armados”. En seguida el gobierno central, de manera irresponsable, alertó a la población sobre la presencia de campesinos guerrilleros, entrenados en el extranjero. Casi al mismo tiempo, el Congreso Nacional aprobó la Ley Antiterrorista para criminalizar a los movimientos sociales. De este modo, el problema medular del país, como es el acaparamiento inmoral de la tierra por los terratenientes, pasa a segundo plano.
¿Cómo están distribuidas las tierras? Cerca del 80% del territorio nacional es forestal. Es decir, para producción de madera. Del total de tierras cultivables, el 1% de los productores acapara la tercera parte de las tierras fértiles del país. Mientras 375 mil pequeños agricultores/as carecen de tierras para cultivar. Además, cerca del 75% de los productos agropecuarios nacionales que el país consume, lo producen las y los pequeños productores agrarios. Las grandes empresas agropecuarias producen para exportar, sin dejar mayores beneficios para el país. El principal problema agrario del país es que unos pocos acaparan grandes extensiones de tierras de cultivo, muchas veces improductivas (latifundios), y la gran mayoría del campesinado escarba retazos de metros de tierra (minifundios) para alimentar al mercado nacional. Esta inmoral distribución y tenencia de la tierra es la expresión de la voluntad política de las élites que desgobernaron y desgobiernan al país. Todos los intentos de reforma agraria que priorizaban la redistribución de las tierras fueron sistemáticamente truncados. 103
Jubenal Quispe En el siglo XVI, cuando la Corona española, mediante la Ley de Indias, reconoció el derecho a la tierra de los pueblos indígenas en el “nuevo mundo”, los usurpadores de estas tierras hicieron caso omiso de aquella Ley. Luego, con los procesos de “independencia”, en el siglo XIX, se abolió la esclavitud y se abogó por el derecho a la tierra de las y los campesinos e indígenas. Pero estas iniciativas también fueron truncadas por los nuevos patrones criollos y mestizos. En los siglos XIX y XX hubo varios intentos de redistribución de las tierras. Muestra de ello fue la inconclusa reforma agraria de 1962 que definió el carácter colectivo de las tierras en manos del campesinado. Pero esta reforma postergó la tecnificación, los mercados, el financiamiento, las redes camineras, etc. del agro. Entonces, el agro continuó postergado, y el campesinado, empobrecido. Las condiciones de necesidad del campesinado fueron capitalizadas por los nuevos y viejos terratenientes, quienes, amparándose en la Ley de Modernización Agrícola de 1992, acopiaron las tierras. Convirtiendo a sus antiguos propietarios en peones sin tierra, o, en muchos casos, expulsándolos hacia las ciudades a suplicar limosnas.
¿Tiene solución esta problemática? Honduras continuará ahogándose en el empobrecimiento crónico mientras las tierras continúen en manos de unos pocos. El país es rural. El 54% de la población nacional (sobre) vive en el campo, pero el Estado sólo invierte el 2% del presupuesto general en el agro. Por eso es urgente emprender una verdadera transformación integral de este sector. Los terratenientes tienen que comprender que, más temprano que tarde, la miseria y el minifundio terminarán obligando al campesinado a avanzar sobre las grandes propiedades agrarias. Cuando el hambre apremia, no hay moral, ni Ley Antiterrorista que detenga el instinto de sobrevivencia. Ésta es una evidencia socio antropológica. La paz social en Honduras está condicionada a la redistribución de la tierra. 104
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Transformación agraria y el proceso constituyente El proceso de transformación integral agraria tiene que realizarse en el marco del proceso constituyente, con la participación y decisión de todos/as. Honduras debe aceptar su condición sociocultural primordialmente rural, y apostar por el agro como una prioridad nacional. El desabastecimiento de los alimentos a nivel mundial, acelerado por los efectos del cambio climático, es otra de las razones del porqué el país debe optar por la producción agraria campesina. La transformación agraria integral debe contemplar: Saneamiento de los títulos de propiedad agraria y reversión de los latifundios improductivos. Se debe establecer un límite máximo de extensión para la propiedad agraria. Redistribución equitativa de la tierra para las comunidades que no la tienen o la tienen insuficiente. Los títulos tienen que ser colectivos e intransferibles. Esta redistribución tiene que estar acompañada de una política nacional integral de formación y capacitación de las y los campesinos, tomando en cuenta también las tecnologías y conocimientos agrícolas ancestrales. Esta prioridad agraria debe de contar con un presupuesto suficiente, no sólo para la tecnificación y los préstamos, sino también para la red caminera y la apertura de mercados. El Estado, y todos nosotros/as debemos comenzar a consumir lo nuestro. Así, entre todas/os, enfrentaremos esta problemática agraria con la que siglos hemos convivido.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ENTRE LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y PALMA REPUBLIC La soberanía alimentaria consiste en la potestad de un pueblo para decidir qué, cómo y cuándo producir para alimentarse de manera amigable con la Madre Tierra. Esto significa identificar y cultivar los alimentos más nutritivos y necesarios para la dieta alimenticia. La seguridad alimentaria, en cambio, consiste en tener satisfecho el estómago sin importar la calidad nutritiva, mucho menos saber el origen y la historia de los productos. Parte de la seguridad alimentaria son las donaciones de trigo, maíz y soya transgénicas que nos regalan los países ricos a los países empobrecidos sin importar las consecuencias en la salud. Con la seguridad alimentaria otros deciden sobre qué, cómo, cuánto y cuándo debe comer un pueblo. En estos momentos Honduras y el mundo viven una de las peores alzas en el costo de la canasta básica familiar. Con todos los “esfuerzos” que la comunidad internacional hizo y hace para luchar contra la hambruna, ésta sigue derrotando a todas las políticas internacionales contra el hambre. Si en la década de 1990 había 800 millones de personas que padecían hambre, ahora ya suman más de 900 millones las y los hambrientos. ¡Casi una tercera parte de la humanidad (más de 2 mil millones de personas) está en situación de desnutrición! En Honduras, la desnutrición carcome a más 30% del total de la población. En el área rural del país, cerca del 60% de las y los niños están desnutridos. La causa del hambre en el mundo, y en Honduras, no sólo es el acaparamiento inmoral de unos ricos que despilfarran la comida de otros. La causa principal para la hambruna en países como Honduras es que las y los empobrecidos jamás nos hemos preocupado de producir para alimentarnos. Nuestros gobernantes, siguiendo los dictámenes de grupos financieros como FMI y BM, y otros, impulsan e impulsaron 107
Jubenal Quispe la explotación de nuestras tierras para producir sólo para exportar a cambio de unos centavos. En el siglo XX, nos convirtieron en una Banana Republic para alimentar a los mercados externos. Ahora, en el siglo XXI, vamos camino a convertirnos en Palma Republic para alimentar a los motores. Actualmente la política agraria nacional hondureña consiste en el monocultivo de la palma africana. ¿De dónde viene esta política criminal en un país con el 70% de su población en pobreza? Nos obligan a producir para exportar, y con los pocos dólares que deja la exportación nos venden los alimentos que ellos producen a precios altísimos. ¿A quién beneficia esto? ¿En qué restaurantes se sirven los camarones hondureños? ¿A dónde va a parar el café de calidad, mientras nosotros bebemos cáscara molida de café? ¿Acaso no es un crimen de la humanidad quemar alimentos para producir biocombustible en un planeta carcomido por el hambre? Honduras, según el Ministro de Relaciones Exteriores, compra alrededor del 70% del maíz y arroz que consume. Mientras cerca de medio millón de campesinos/as de Honduras deambulan sin tierras y buscando qué cultivar y qué comer. El gobierno actual está prácticamente obligando al campesinado e indígenas del país para que cultiven palma africana para generar biocombustible (es el caso del pueblo garífuna y campesinos/as que deben por sus tierras al Estado). ¿Acaso esta criminalidad en un pueblo desnutrido tiene perdón divino? Mientras el hambre ya tiene carta de ciudadanía en Honduras, y sus gobernantes promueven la “producción” para la exportación, monstruos multinacionales como Monsanto, Bayer, Syngenta, Nestlé, entre otros, dedicados al monopolio de la venta de insumos y productos agrícolas, acrecientan sus utilidades hasta en 60% en plena hambruna mundial. Estas multinacionales, promotoras de transgénicos, prácticamente deciden qué y quién debe comer en el planeta de las y los empobrecidos. He aquí la materialización de la seguridad alimentaria. Ellos deciden lo que Ud. y yo debemos consumir. Mientras a nosotros 108
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza nos obligan a producir para atiborrar de alimentos a los insaciables mercados de Nueva York, Londres, Madrid, y otras ciudades, habitadas por desenfrenados estómagos de la civilización del despilfarro. Y, ante este suicidio anunciado, ¿nos vamos a callar? Honduras no está condenada a subvencionar con su miseria la opulencia de los ricos. Tenemos que exigir a nuestros gobernantes que promuevan técnica y financieramente a la pequeña agricultura para garantizar la alimentación del país ¿Acaso es imposible ponernos de acuerdo entre todos/as sobre qué, cómo y cuánto producir para alimentarnos? Nuestros ancestros, con sus limitaciones, vivieron dignamente por miles de años produciendo y alimentándose con lo que producían. Producían lo que necesitaban, y el resto lo conseguían intercambiando con otros pueblos. ¿Si ellos lo lograron, por qué nosotros no? La soberanía alimentaria es una columna vertebral para la refundación de Honduras. Actuemos ahora y paremos la anunciada desgracia de la Palma Republic que se cierne sobre Honduras. De lo contrario las futuras generaciones nos maldecirán así como nosotros maldecimos a quienes hicieron de Honduras, en el pasado siglo, una Banana Republic.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza A CUATRO DÉCADAS DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA TIERRA Hace 42 años (1970), la ONU declaró el 22 de abril como día mundial de la Tierra. Desde entonces se celebraron tres cumbres mundiales sobre la Tierra: Estocolmo (1972), Río de Janeiro (1992), Johannesburgo (2002). En el año 2000, producto de varios años de debate, la ONU aprobó la Carta de la Tierra como una guía ética y espiritual para hacer sostenible la vida en el planeta. En 2010, desde Bolivia, los pueblos del mundo plantean el reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra. Estos documentos ya no están centrados sólo en la búsqueda del bienestar humano, sino en el cuidado y respeto de las diferentes formas de vida y de la Tierra como un gran organismo vivo. En estos 40 años, como nunca antes, se han celebrado una diversidad de conferencias y convenios internacionales para preservar las condiciones de vida en el planeta. 16 conferencias mundiales sobre el cambio climático, 5 cumbres sobre el agua, etc. Pero, las condiciones de vida para las grandes mayorías, incluyendo a los países industrializados, son más vulnerables que en cualquier otro tiempo conocido. Más del 40% de la superficie cultivable de la Tierra ya no produce porque ya es estéril. Pero la humanidad no para de crecer en número. Cerca de 80 millones de niños y niñas vienen al mundo, cada año, con un futuro incierto. La humanidad necesita más alimentos, pero no sólo decrecen los suelos cultivables, sino también el agua se agota a velocidades inimaginables, y las multinacionales capitalizan el hambre mundial. ¿Cómo garantizar alimentación para una población en crecimiento, si los suelos y el agua escasean de manera alarmante? Por si esto fuera poco, los tiempos de cultivo son completamente erráticos, y los efectos del cambio climático engullen e incineran cultivos de países enteros, convirtiendo a sus habitantes en interminables columnas de refugiados climáticos. A todo esto se suman la permanente crisis financiera mundial y la incómoda noticia del pico del petróleo. ¿Imaginó alguna vez Ud. un planeta moderno en 111
Jubenal Quispe permanente bancarrota financiera, y sin hidrocarburos, ni automóviles, ni aviones? Bosques, lagos, manglares, ríos, mares, sitios ramsar, santuarios ecológicos y ecosistemas, se despiden dejando sólo nostálgicos recuerdos fotográficos para las siguientes generaciones, como pruebas de nuestra irresponsabilidad con la vida de las demás especies. ¿Cuánto tiempo necesitó la Madre Tierra en fecundar la vida, en sus diversas formas? Tres mil ochocientos millones de años del esfuerzo de nuestra Madre, por fecundar vida en el planeta, están siendo arrasados por el suicida y ecocida estilo de vida moderno, ideado en el siglo XVII. ¡Bastaron sólo tres siglos! ¿Cómo podía el ser humano en la modernidad alcanzar el desarrollo infinito con “recursos” finitos? ¿Dónde se equivocó la humanidad en su apuesta por perseguir sus sueños? ¿En qué momento el homo sapiens se convirtió en homo demens? ¿En qué momento el jardinero bíblico (Gn.2:15) se transformó en el Satán de la Tierra? Todo ocurrió cuando el Homo (viene del latín humus, tierra fértil) sapiens renegó de su identidad Tierra y convirtió a su Madre, la Tierra, en una burda despensa inevitable para saciar sus infinitos deseos de confort. Con la ilusión de convertirse en el centro del universo, buscó la “perfección” espiritual. Se enemistó, despreció y maldijo a la materia, habitáculo de los demonios. Por eso hasta la Biblia maldice a la Tierra (Gn. 3:17). Allí comenzó el calvario para la Madre Tierra y toda su descendencia. La conducta ecocida del ser humano radica en esa ruptura identitaria. Incluso de allí viene el insuperable miedo a la muerte (incorporación al vientre de la Madre Tierra) Necesitamos reconstruir/reconciliar nuestra identidad Tierra. Nuestro origen, destino y composición fisiobiológica nos hablan de ello. Somos Tierra que siente, que llora, que piensa, que ama, que sueña. Somos Tierra con conciencia y complejidad diferenciada al resto de nuestras y nuestros hermanos de la comunidad cósmica. Si aceptamos esta condición nuestra, entonces, el amor y la austeridad (en 112
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza aras de preservar a nuestra Madre) fluirán casi instintivamente en cada quien . De lo contrario, todo esfuerzo por preservar la habitabilidad en la Tierra será siempre un intento fallido. Podemos celebrar el día mundial de la Tierra los 365 días del año. Podemos pintar de verde todas las leyes y políticas nacionales e internacionales. Podemos cambiar el sistema capitalista y socialista. Podemos inventar un “perfecto” sistema alternativo al desarrollo. Pero el problema no es el sistema solamente, sino los sujetos del sistema. Mientras vivamos renegando y escupiendo a nuestra identidad y condición Tierra, de nada sirve.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿DÍA DEL MEDIO AMBIENTE O DE LA SOBREVIVENCIA? El 5 de junio fue establecido por la ONU como el Día Internacional del Medio Ambiente, en 1972. Desde entonces, de manera progresiva, en esta fecha se realizan conferencias ambientales, conciertos de música, se plantan árboles, se suplantan los automóviles por bicicletas, etc. en los cinco continentes de la Madre Tierra. Para dinamizar aún más la conciencia y la cultura ecológica, anualmente la ONU establece un tema concreto. El presente año la atención está centrada en la defensa de los bosques, bajo el lema de: “La naturaleza a su servicio”. A casi cuatro décadas de estas iniciativas, la pregunta inevitable es, ¿fueron o son suficientes estos esfuerzos para detener el acelerado deterioro de la Madre Tierra? ¿Existe un reconocimiento real de la dignidad y los derechos de los demás seres (vivos y no vivos) que cohabitan con el ser humano en la Tierra? ¿Cuidamos el medio ambiente sólo porque nos es útil para satisfacer nuestras necesidades, o porque realmente reconocemos el derecho a existir a las plantas, ríos, bosques, mares, animales, piedras, etc.? Cada año son exterminados, por la voracidad del mercado, cerca de 20 millones de hectáreas de bosques naturales. Cada día se desmontan bosques del tamaño de 24 mil campos de fútbol. La Amazonía está perforada por todas partes. La biodiversidad es cada vez menos diversa. El agua dulce se agota, y lo que de él quede será motivo de guerras nucleares. Y el efecto invernadero se acelera sin pausa ni clemencia. En el tiempo que oímos o leemos este editorial, ha desaparecido para siempre una especie de animal y/o vegetal del planeta. Cada año se pierden 25 millones de toneladas de humus por causa de la erosión, salinización y desertización de los suelos. Cerca del 50% del planeta ya ha sido cultivado, construido o pastoreado. En el siglo pasado la temperatura media de la Madre Tierra aumentó en 0.7º C., para el presente siglo se pronostica un aumento promedio entre 1.5º a 6º C.; lo que provocará desastres descomunales. No sabemos si sobreviviremos a estos infernales cambios. 115
Jubenal Quispe Mientras esto ocurre, los gobiernos del mundo y los intereses multinacionales hacen de los últimos bienes de la Madre Tierra recursos capitalizables (activos) para salvar al Dios Mercado en crisis. ¡Si hubiera un comprador capaz, venderían toda la Madre Tierra al mejor postor! Naufragamos en el tercer milenio con cerca del 40% de la humanidad sumida en la miseria, el hambre y la sed. Cada año mueren de hambre más de 60 millones de personas (de las cuales 20 millones son niños/as). El 20% de la población consume el 80% de los bienes y servicios disponibles en la Madre Tierra, y el resto de la humanidad sobrevive con las migajas que el Norte deja a su paso por el Sur. ¡Éste es el costo de la religión del libre mercado! El origen de este terrorismo ecológico está en el instinto del frenético deseo del hombre moderno. Producir, consumir, acumular, derrochar es la lógica del “Desarrollo Infinito”. ¡Cómo podrá haber desarrollo infinito si los recursos de la Madre Tierra son limitados! Mientras más presionamos a la Madre Tierra, mayor es el cambio climático. ¡Qué conducta suicida la nuestra! Ahora más que nunca debemos asumir nuestro rol de jardineros de la Madre Tierra. Ésta ya no es una opción ética, sino una obligación moral de sobrevivencia. No estamos predestinados a ser el Satán de la Tierra. Nuestra misión es la de ser guardianes de nuestra Madre Tierra. La ciudadanía del presente siglo, tiene una doble responsabilidad ética: Con la comunidad cósmica, porque por nuestra autoconciencia y ética fuimos puestos en la Tierra para cuidarla. Y con las futuras generaciones, porque debemos dejarles una Casa habitable, como la que hemos heredado . Una tercera más, para quienes creemos en un Dios Padre y Madre, origen y destino de todo cuanto existe: Él nos pedirá cuentas si le reconocimos o no en todos los miembros de la comunidad cósmica (incluido el ser humano), y nos dirá: “( ...) lo que con ellos hicieron, a mí me lo hicieron” (Mt. 25,46). Entonces, habrá grandes sorpresas. 116
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Cap. V Frente naCional De resistenCia popular
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿POR QUÉ SURGEN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES? Los movimientos sociales son organizaciones de personas que se unen en solidaridad alrededor de una demanda común. Por lo regular surgen ante la violación de los derechos humanos o el incumplimiento de las obligaciones del Estado para con el pueblo. Los primeros movimientos sociales datan del tiempo de los egipcios. La Biblia habla de Moisés encabezando un movimiento social de judíos hacia su liberación de la dominación egipcia. Jesús de Nazaret fue otro de los dirigentes históricos del movimiento social de judíos y extranjeros hacia la liberación del poder romano. En el siglo XVIII, con la llegada de la revolución industrial y la sobreexplotación del proletariado en las fábricas, surgieron los movimientos sindicales reivindicando sus derechos laborales y sociales frente al Estado cómplice del abuso de los patrones. Estos movimientos sindicales, incluso hasta nuestros días, todavía subsisten, reclamando sus derechos vulnerados. En la segunda mitad del siglo XX surgieron nuevos movimientos sociales como los ecologistas, feministas, anti nucleares, indígenas, etc. Estos nuevos movimientos sociales ya no buscan la toma del poder, como lo planteaban los movimientos sindicales. Los nuevos movimientos sociales buscan construir nuevas relaciones de poder en la vida cotidiana, porque se dan cuenta de que el poder ya no está más en los palacios de gobierno sino en las sedes de las empresas transnacionales que saquean y destruyen a la Madre Tierra. A finales del siglo XX, el sistema económico neoliberal, impuesto por los grupos financieros, desarticuló y fragmentó a las organizaciones sindicales en los diferentes países. Pero, como la situación económica, política y social de los pueblos empeoró a causa del neoliberalismo, la gente se auto organizó y se auto organiza nuevamente para plantear transformaciones estructurales tanto a nivel estatal como a nivel de la sociedad. A estos procesos de transformaciones estructurales se denominan procesos de refundación.
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Jubenal Quispe En el caso hondureño, sacudido por el golpe de Estado de junio de 2009, las organizaciones sociales y la gente sin ninguna afiliación sindical, se auto convocó y aglutinó en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Este movimiento social tiene como tarea principal impulsar la refundación del país mediante un proceso constituyente participativo, de abajo hacia arriba. Los movimientos sociales refundacionales también surgieron en el presente siglo en Ecuador, Bolivia, Venezuela, Perú y otros. El FNRP, con sus luces y sombras, es sólo eso: un movimiento social amplio que sueña e impulsa otra Honduras posible. Este movimiento no responde a intereses de partidos políticos, mucho menos sigue a caudillos. Es una expresión popular de insatisfacción frente al fracaso rotundo del sistema neoliberal en el país. Y mientras subsistan los engaños y las frustraciones en el sentir de las grandes mayorías, el FNRP seguirá fortaleciéndose e impulsado la refundación del país, mediante la Constituyente, como el único espacio de reencuentro y reconciliación nacional. Después de todo, la resistencia ante las injusticias y ante la muerte es y siempre será una virtud. Y esta virtud deberíamos cultivar todas y todos los ciudadanos, sobre todo quienes decimos ser cristianos.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza UNA CRECIENTE INSUBORDINACIÓN SILENCIOSA La historia oficial hondureña está empedrada de recurrentes guerras civiles y golpes de Estado. Desde la “independencia” (1821), hasta el arribo del dictador Carías al poder (1936-1948), los caudillos resolvían con las armas lo que no podían en las urnas. En 1963, los rifles retomaron el palacio de gobierno por cerca de dos décadas. A principios de la década de los 80, el ejército nacional, desprestigiado por su criminalidad, y desahuciado por el gobierno de los EEUU se vio obligado a transferir el gobierno a los civiles. Y así, unos civiles sin mucho poder, y una cúpula militar con mucho poder, pero sin un ápice de vocación patriótica, simularon una democracia formal a la hondureña. Pero, como todo simulacro, esta democracia de los patrones colapsó con el golpe de Estado de 2009, defenestrando al propio Estado. Este desfile de fusiles y simulacro de urnas fortaleció el colonialismo interno en Honduras. El Estado, para dominar y colonizar a su población, recurrió a un sistema educativo disciplinario, al bipartidismo obcecado, a supersticiosos procesos de evangelización, a un parasitario servicio militar obligatorio y a unos comandos de medios de (des)información bien sincronizados. De este modo, la ignorancia, el analfabetismo, la superstición, la prepotencia, la resignación y la indiferencia adquirieron carta de ciudadanía hondureña. Y así la población sucumbió en un profundo y perenne adormecimiento nacional. Pero el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 sacudió las estructuras del imaginario colectivo. ¡Feliz culpa la que perpetró aquel fatídico acto criminal sin medir sus consecuencias aún insospechadas! Los tabús y los mitos tradicionales que sostenían las anquilosadas relaciones de poder entre los patrones y la servidumbre política se remecieron. El golpe de Estado no sólo fecundó al inédito movimiento social del Frente Nacional de Resistencia Popular, sino activó en la población hondureña en resistencia una ciudadanía aún inexplorada. Son impresionantes las asambleas locales, municipales, departamentales y regionales de este movimiento, no sólo por la concurrencia y las ansias 121
Jubenal Quispe de participación de las y los resistentes, sino, sobre todo por la nueva actitud de estas y estos ninguneados por el sistema feudal hondureño. En una sociedad, acostumbrada, hasta no hace mucho, a la “recompensa” económica para concurrir a las asambleas (así los domesticaron los dueños de los partidos políticos), es sorprendente la disponibilidad de tiempo y recursos para “estar debatiendo, por largas horas, los asuntos del país”. Las reuniones semanales de los colectivos de la resistencia, prácticamente se están convirtiendo en el semillero de la nueva ciudadanía activa y reflexiva naciente en Honduras. En las asambleas, ellas y ellos no tienen las palabras técnicas exactas para expresar su rebeldía frente al sistema y ante los políticos tradicionales dentro del movimiento. Pero, tampoco están más para ver, oír y callar. Saben lo que no quieren. Aunque el cómo llegar a lo que quieren es todavía una tarea pendiente. En otros tiempos no muy lejanos, estos insubordinados, psicológicamente estaban estructurados para escuchar y asentir la voluntad opresora de sus patrones. Ahora ya no. Ellos y ellas se quedan en las asambleas hasta el final, defendiendo sus ideas y haciendo sentir su mayoría demográfica sobre la minoría de quienes ya tuvieron su oportunidad. La reconfiguración identitaria de estos nuevos sujetos es sorprendente. Muchos abiertamente repudian su pasado político (en Honduras, la pertenencia a un partido político, es una cuestión cultural). Las iglesias (evangélicas y católica) perdieron feligresía porque las jerarquías (con pocas excepciones) defendieron y defienden al golpe de Estado. A las sacrosantas Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional les gritan: “nos tienen miedo porque no tenemos miedo”. Los medios empresariales de (des)información se impacientan porque merma su audiencia. La religiosidad de la obediencia sumisa decrece, en una Honduras de la cristiandad. Mientras esto ocurre, las espiritualidades de la resistencia emergen en espacios y circunstancias insospechadas, alimentando la creciente insubordinación insurgente. Nadie sabe a ciencia cierta qué forma tomará finalmente esta rebeldía hondureña; lo único cierto es que Honduras jamás será la misma de antes después de este despertar. 122
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿EL FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR ES UN MOVIMIENTO SOCIAL? Muchos académicos/as se niegan a reconocer al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) como un movimiento social. Entre ellos, la actual rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Pero, ¿por qué? La principal razón es porque el FNRP, por su naturaleza y características, no calza en los modelos de movimientos sociales tradicionales que todavía la vieja academia universitaria enseña. Las características de los movimientos sociales tradicionales son: una estructura organizacional/dirigente articulada. Demandas ante el Estado y dentro del sistema establecido. Un objetivo común. Enmarcado en la lógica de la lucha de clases. El FNRP carece de una estructura organizacional uniforme y definida. En algunos lugares el Frente es más horizontal y asambleario, y en otros, comités de delegados y asambleas consultivas. Este movimiento surge justamente ante el debilitamiento y ausencia estatal. Y, es más, expresamente la gran mayoría de sus integrantes se niegan a reconocer al gobierno actual por su génesis y prolongación inconstitucional. La demanda principal del Frente es el proceso de la Asamblea Constituyente para la refundación de Honduras, y no para oxigenar al ilusorio sistema existente. Quizás muchos/as sueñen con un sistema socialista (capitalismo de Estado), pero ninguno quiere la continuación del neoliberalismo. El denominador común es el rechazo al mortal sistema-mundo-occidental que pone en riesgo la permanencia de la vida en el planeta. El FNRP es transfronterizo. Es decir, ante el ilegítimo Estado en proceso de autodestrucción, el Frente busca hacer incidencia en la comunidad internacional. La capacidad de incidencia de este movimiento se mide en el frenético pulso actual que mantienen el gobierno de los EEUU y UNASUR, más los países de UE y SICA, para reincorporar o no a Honduras a la “comunidad” internacional. 123
Jubenal Quispe El FNRP es amplio. Los viejos movimientos sociales fueron excluyentes con quienes no comulgaban con la ideología que profesaba el movimiento. El Frente Nacional acoge a quienes sueñan y apuestan por una Honduras de todos, con todos y para todos. Cristianos/as y ateos/as, ambientalistas y socialistas, liberales y nacionales, indígenas y mestizos, católicos/as y evangélicos/as, todas y todos han convivido ya por más de un año en el Frente porque han identificado a un enemigo común en el país: la muerte. El FNRP es fundacional. Exige la concertación de una nueva partida de nacimiento del Estado de Honduras que exprese la voluntad genuina de la población hondureña . Las y los resistentes no demandan nada al Estado, más por el contrario, buscan construir un nuevo Estado y un nuevo país. El FNRP es simultáneo y espontáneo. Las y los resistentes, desde diferentes rincones del país, y con ritmos diferenciados, se auto convocan y organizan alrededor de la demanda común, que es la Asamblea Constituyente fundacional. Existe una comisión nacional del Frente, pero ésta, hasta ahora, es más simbólica que real en su injerencia a nivel nacional. Cada quien acude a las asambleas según sus tiempos y convicciones. No existe mecanismo alguno de coacción (obligación) en los colectivos. Ésta es una de las diferencias con los sindicatos (movimientos sociales clásicos), pero al mismo tiempo frena los avances del movimiento. El FNRP es multitudinario. Son multitudes de personas que se movilizan, de manera simultánea y espontánea, en diferentes momentos. No son representantes quienes van a las marchas de protestas y/o a las asambleas, sino las que puedan y quieran movilizarse según el grado de sus convicciones. La resistencia, en Honduras, más allá de ser un nuevo movimiento social, se ha convertido en una virtud ciudadana que implica un grado de conciencia elevada con relación a las y los indiferentes con el sistema vigente en el país. Por eso, ser resistente implica identidad y orgullo, mientras que ser golpista es un insulto intelectual y moral. 124
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Con estas y otras características, el FNRP es un nuevo movimiento social que supera al nacionalismo metodológico (actúa fuera de las categorías del Estado nación) y a los paradigmas ideológicos de izquierda y derecha. Y, esto ocurre, porque la conciencia individual y colectiva intuye y siente las nefastas consecuencias a las que nos encamina esta cultura de la muerte, oficialmente instaurada en Honduras. Por eso, en la Honduras actual, el ejercicio de la ciudadanía pasa necesariamente por la práctica de la virtud de la resistencia propositiva.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza A UN AÑO DEL FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR El golpe de Estado, no sólo aceleró el descalabro terminal del ilusorio Estado Nación hondureño, sino, también enfureció a la gran mayoría hondureña empobrecida y excluída, y precipitó el surgimiento del nuevo sujeto político colectivo en el país aglutinado en el todavía precario Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). En este sentido, lo que se celebra este mes de junio en Honduras es el primer aniversario del nuevo sujeto político (FNRP), sin olvidar a las y los mártires cuyas almas deambulan por las calles del país exigiendo justicia y una Asamblea Constituyente, bajo la sentencia de: ¡Ni olvido, ni perdón, justicia! Este nuevo sujeto político nació con tres tareas concretas: formar, organizar y movilizar a la Honduras resentida para demandar y encabezar el proceso de la Asamblea Constituyente. Como no podía ser de otra manera, la privilegiada élite del país (aglutinada en los guetos empresariales, terratenientes, sectores de jerarquías eclesiales medievales) denigró sistemáticamente al FNRP hasta “convertirlo” en un monstruo en el imaginario colectivo de la religiosa sociedad hondureña, para luego lapidarlo sin misericordia, desde los medios empresariales de información y los púlpitos. Este cometido está llegando a su fin porque las élites del país ahora pasan el tiempo amenazándose entre sí con ruidos de sables. Otro de los males con los que nació el FNRP fue el haber comenzado a existir bajo la dirigencia “transitoria” de liberales y ex liberales en resistencia. Es decir, líderes formados y formateados políticamente en la nefasta bipatidocracia corrupta de los partidos políticos tradicionales. Quizás de allí venga el carácter de transitorio permanente de la dirigencia nacional actual. Por ello, urge establecer que el FNRP no es liberal. Y que quienes quieran permanecer o adherirse tienen que renunciar o subordinar sus intereses partidistas a los intereses del FNRP. Sólo así este movimiento crecerá como el nuevo y verdadero sujeto político constituyente. Después de todo, 127
Jubenal Quispe liberales y nacionales, con sus propias ideologías partidistas, ya tuvieron la oportunidad (por casi un siglo) de proyectar la Honduras soñada de todos y para todos/as, pero nunca lo hicieron. Con estos y otros desafíos, externos e internos, el FNRP celebra su primer aniversario. Por ello, es importante evaluar el avance de sus tres tareas fundacionales. A nivel de organización, son evidentes los avances en las bases. Desde las aldeas y municipios las y los resistentes se organizan. Pero la transitoria dirigencia nacional no necesariamente acompaña al proceso, porque, aparte de perderse en el debate si son resistencia o liberales, replican las viejas manías de la partidocracia excluyente. Sólo por poner un ejemplo, el sábado pasado, durante la última asamblea nacional, la imposición inconsulta de la agenda de la sesión, evidencia que la democracia aún no es participativa en la configuración política de los y las dirigentes. A nivel formativo, las carencias son mucho más contundentes. Se nota en la dirigencia un discurso de protesta dura, pero sin propuestas concretas. Uno de los participantes en la asamblea dijo: “A un año, y estamos todavía con lo mismo. La gente quiere firmar las declaraciones para la Asamblea Constituyente, pero nos preguntan por qué y para qué, y no sabemos responder con claridad”. Uno pregunta a los mismos liberales en resistencia en qué no están de acuerdo con la Constitución Política en vigencia, o por qué y para qué la Asamblea Constituyente, el titubeo y/o el silencio son evidentes. Ni qué decir sobre qué es lo que quieren modificar o incorporar en la nueva Constitución Política. El silencio es casi total cuando uno pregunta de cómo y cuáles serán los mecanismos para la participación directa de las bases en el proceso constituyente. Es verdad que la Constituyente tiene que ser popular, pero no van a ser constituyentes los 8 millones de hondureños/as. Tiene que haber propuestas de representación y participación más allá del monopolio político de representación que han secuestrado los partidos políticos. La tarea de la movilización permanente, multitudinaria, simultánea y espontánea de las bases no tiene duda. Pero este sujeto 128
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza constituyente multitudinario movilizado puede desgastarse. Y ocurrirá en la medida en que el FNRP no cuente con estrategias claras de formación y de organización. A estas alturas ya se debería estar debatiendo en las comunidades, aldeas, municipios y núcleos del FNRP, no sólo la naturaleza y sujetos del proceso constituyente, sino, sobre todo, propuestas de contenidos para la nueva Constitución. Esto pasa por dar a conocer la historia y los contenidos de la Constitución en vigencia. No se puede cambiar o modificar lo que se desconoce. Es verdad que la demanda de la Constituyente nació de un líder político (recogiendo el sentir popular), pero tenemos que hacer que la ciudadanía, que las y los hondureños del monte adentro, se aglutinen alrededor de esta demanda. Y no hay otra manera de hacerlo, si no es creando espacios de debate y recogiendo las propuestas/demandas de abajo para arriba. Sólo así todas y todos nos sentiremos parte del nuevo país y Estado que soñamos forjar con el proceso constituyente. De lo contrario, habremos repetido la nefasta historia: cada golpe concluye con una Constituyente de élites para consensuar y negociar sus privilegios. Pero entonces, ni el pueblo, ni la historia nos perdonarán porque habremos abortado una brillante oportunidad que las circunstancias nos ponen para intentarlo todo por una Honduras de todos, con todos y para todos.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LA CONSOLIDACIÓN DEL FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR COMO UN MOVIMIENTO SOCIAL AMPLIO Las decisiones asumidas por el movimiento social, Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), reunido en asamblea, en Tocoa-Colón, el pasado fin de semana, dilucidan varias dudas y sospechas que, tanto la Honduras oficial, como sectores indiferentes y/o prudentes mantenían respecto a dicho movimiento social y al proceso de la Asamblea Constituyente Popular en Honduras. Primero 56 representantes, 36 por los 18 departamentos (2 por Departamento) y 20 por las organizaciones sociales, confirmaron la extremaunción al moribundo sistema dedocrático del bipartidismo en Honduras. La asamblea en Tocoa estableció que el FNRP no es ningún analgésico para revivir partidos políticos tradicionales. Y, si “los liberales en resistencia” quieren formar parte de la dirigencia nacional del Frente, pueden hacerlo, pero ya no como patrones, ni dueños de la verdad política, sino como uno más entre las y los 15 que ahora conforman la temporal comisión nacional. ¡El pueblo está despertando! ¡El Partido Liberal tuvo más de un siglo para refundar al país y al Estado de Honduras! Pero, ¿qué hicieron liberales y nacionales? Hundieron a Honduras a las profundidades del analfabetismo y de la muerte prematura. ¿Quiénes (des)gobernaron, pues, a Honduras en el último siglo? ¿Cómo creer, pues, la bondad de los lobos, incluso cuando éstos ahora aparecen bajo la bandera de la resistencia? El mensaje del FNRP en Tocoa fue claro: “si quieres servir al pueblo hondureño, ¡no puedes, al mismo tiempo, servir a la rancia partidocracia que tanto daño hizo al país!” Pero, para algunos/as, en Honduras, parece que es más fácil renunciar a una religión o iglesia que al bipartidismo. 131
Jubenal Quispe Segundo La nominación del compañero Manuel Zelaya Rosales como Coordinador Nacional del Frente es también otra ratificación estratégica del sentir popular. En la coyuntura hondureña, Zelaya es un líder popular/nacional indiscutible. Pero, dicha nominación es una estrategia sociopolítica. El FNRP necesita articular a todas las células de la resistencia desperdigadas en el país, y así construir una hegemonía sociopolítica a nivel nacional. Y esta difícil tarea, contra el tiempo, sólo se puede hacer con un liderazgo nacional fuerte y evidente. He aquí la razón estratégica de la nominación del compañero Zelaya, pero esto no quiere decir que el FNRP se agote en Manuel Zelaya Rosales. Esta designación obliga al compañero Zelaya, actualmente en exilio en Costa Rica, a tomar varias definiciones inmediatas. Primero, considerando el sentimiento popular con relación a la partidocracia y al bipartidismo, Zelaya deberá renunciar a su ancestral Partido Liberal, sólo así consolidará al movimiento social del FNRP. Segundo, tendrá que volver de inmediato al país para avanzar con la etapa preparatoria a la Asamblea Constituyente. (incluso a los empresarios que (des)gobiernan Honduras, ahora, les conviene el retorno de Zelaya, de lo contrario, estar en Honduras será igual o peor que sobrevivir en Haití o en Somalia) Tercero Los discursos en la asamblea, la metodología y las definiciones de la misma (incluyendo la pluralidad de la transitoria comisión nacional designada) indican que el FNRP avanza hacia su consolidación como un nuevo movimiento social amplio y heterogéneo. No revivirá, ni fortalecerá ningún partido político (lo cual no niega la posibilidad de contar con un instrumento político propio). El FNRP se consolidará en el gran río (sujeto sociopolítico) que impulsará el soñado proceso constituyente popular y de largo aliento en Honduras. Hacia este río confluirán todos los otros movimientos y organizaciones sociales. 132
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza En estas condiciones, ya no hay más motivos para sospechar del FNRP. Acompañar y consolidar a este nuevo sujeto sociopolítico es una obligación moral y cívica de todas y todos cuantos tenemos la dicha de vivenciar esta nueva, policromática y refulgente primavera sociopolítica hondureña. Nuestra indiferencia, incluso encubierta por la “falsa prudencia”, es y será un delito que ni la historia, ni las futuras generaciones nos perdonarán.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza EL FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR SEDUCIDO POR LAS URNAS Hace más de dos meses, cerca de 1.4 millones de hondureños/as demandaron, mediante una declaratoria firmada, la convocatoria a una Asamblea Constituyente Nacional. ¡Fue un verdadero aluvión de la voluntad popular sin precedentes! Sin embargo, el ejecutivo nacional del FNRP, en lugar de organizar a esta multitud y darle cuerpo (con propuestas concretas, de abajo hacia arriba), ahora plantea a las bases “la toma del poder”. Es decir, convertir a la resistencia en un instrumento político para las próximas elecciones generales. Como era de esperar, la multitudinaria resistencia popular, empobrecida y resentida por la dictadura partidocrática, rechazó sin titubeos esa desatinada propuesta, calificándola incluso de traición a las bases. Frente a esta situación, dos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del Frente, conjuntamente con sacerdotes de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, convocaron a una reunión regional a participantes de los diferentes colectivos del Occidente del país para dialogar sobre la propuesta de la “toma del poder” y otras. El encuentro regional se llevó a cabo en el Municipio de Sensenti, Ocotepeque, el 01 de diciembre (2010). En dicha reunión, la asamblea, después de un extendido debate, definió lo siguiente: Primero. No a los distractivos debates electoralistas por ahora, salvo que sea para la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. Segundo. Construir propuestas para los contenidos de la nueva Constitución Política, desde los caseríos y las aldeas (de abajo hacia arriba), las mismas que deberán ser presentadas y consideradas por la próxima Asamblea Nacional Constituyente. Tercero. Conformar un equipo de reflexión regional (para la construcción del pensamiento) integrado por representantes de los colectivos locales. 135
Jubenal Quispe El NO rotundo al electoralismo inmediatista expresa, no sólo el rechazo espontáneo a cualquier intento de manipulación, sino, ante todo, es una reiteración contundente de la naturaleza y el norte del FNRP. Una de las participantes resumía el debate de la siguiente manera: “A nosotros no nos urge la toma del poder. Además, ¿para qué queremos tomar el poder ahora? Si ni siquiera estamos bien organizados”. Otro de los presentes decía: “Quien crea que el poder está en el sillón presidencial, se equivoca. Tenemos que recuperar la propiedad de nuestros recursos naturales si queremos tener el poder”. Uno de los representantes de la Diócesis de Santa Rosa de Copán dijo: “Si el FNRP quiere que en este momento vayamos a elecciones, entonces, que les vaya bien. Nosotros como Iglesia nos hacemos a un lado”. Desde cualquier punto de vista, plantear “la toma del poder” mediante las próximas elecciones es un suicidio sociopolítico. Tomar, ahora, el poder ¿para qué? ¿Sólo para vengar la defenestración de Manuel Zelaya? El FNRP todavía no tiene ni propuesta, ni programa político para ofrecer al país. ¡Honduras requiere de una refundación integral! Y es mentira que desde el poder vayamos a refundar el país. Cerca de 200 años se viene intentando en eso de construir el país de arriba hacia abajo. Pero, sólo se han fortalecido las élites. En lugar de tomar el poder central, necesitamos construir el poder local con la participación activa de todas y todos. Si el FNRP se deja seducir por el espejismo de la toma del poder, entonces, será el “hazmerreír” de los patrones de Honduras. En este momento, lo mejor que puede y debe hacer el Comité Ejecutivo Nacional de FNRP es acompañar a los colectivos en la construcción de propuestas, tanto para la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, como para los contenidos de la nueva Constitución Política de Honduras. En unos meses más el gobierno central convocará a una Asamblea Constituyente, ¿Quiénes y con qué 136
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza propuestas legítimas debatiremos? La Constituyente no es sólo protesta, ni consigna, sino, ante todo, propuestas. La dirigencia tiene que entender que el mal endémico de Honduras es la exclusión de las grandes mayorías, y este mal se cura haciendo que las y los excluidos participen de manera activa en la construcción de la nueva Honduras. O ¿será que seguimos asumiendo que la revolución es el monopolio de unos cuantos “iluminados”? En este esfuerzo de la construcción del poder de la nueva Honduras, mediante el proceso constituyente, es urgente superar el centralismo político e intelectual de Tegucigalpa. El FNRP, por su carácter multitudinario, simultáneo, espontáneo, divergente y asambleario, no será jamás un sindicato. Mucho menos un partido político. Por tanto, en el marco de la demanda aglutinadora que lo une, es importante la autonomía de pensamiento, pero de manera articulada con el resto del cuerpo. Seamos atrevidos/as. Atrevámonos a soñar más allá de las urnas. Éstas tan sólo son ritos del mito de la democracia formal fallida. La toma del poder no es ninguna garantía para la refundación del país. Más por el contrario, tan sólo viabiliza la sucesión de élites en el banquete del poder.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza UNA OPORTUNIDAD PARA EL FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR Contra todo pronóstico de amenazas de división y disolución, la unidad en la diversidad se impuso en la última asamblea nacional del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Muchos medios de (des)información masiva auguraban que este movimiento social no sobreviviría a su última asamblea nacional, en Tegucigalpa, el 26 y 27 de febrero (2011), por las divergencias ideológicas internas, y el inoportuno debate electoral. Pero, no fue así. La vocación por la unidad en pro de los intereses refundacionales de Honduras posicionó al FNRP como el único sujeto sociopolítico capaz de inspirar confianza en el país. De la asamblea nacional del Frente, todos los hondureños/as que asumieron la resistencia como una virtud para impulsar procesos de transformaciones estructurales en el país, salen con la convicción fortalecida de que la opción electoralista hubiera sido un suicidio prematuro para el movimiento. No tanto por falta de votos, sino, sobre todo, porque aún no existen, dentro del movimiento, propuestas concretas y consensuadas para las transformaciones estructurales del país. Por eso, con mucha madurez y sabiduría los diferentes colectivos locales, municipales y departamentales del Frente expresaron el siguiente mensaje previo a la asamblea: “No es convirtiéndonos en un partido político que vamos a refundar el país. Elecciones sí, sólo si es para la Asamblea Constituyente Refundacional”. Y así fue. Los más de 1.400 delegados/as, en asamblea, ratificaron que el Frente sigue siendo un movimiento social amplio, más no una organización política. Esta sabia decisión tiene varias implicancias. Primera. Deja desarmados a todos los detractores de la resistencia que acusaban a este movimiento como un nido de viejos/as políticos oportunistas que utilizaban a la resistencia como escalera para ascender al poder. Es verdad que el Frente también aglutina a dirigentes y militantes de viejos y nuevos partidos políticos, pero la evidencia es que ellos no mandan en el Frente. La multitudinaria insubordinación de las bases fue innegable cuando algunos dirigentes nacionales quisieron imponer sus visiones y ambiciones políticas en la asamblea. 139
Jubenal Quispe Segunda. Con esta ratificación de la vocación social del Frente, varios “militantes” abandonarán el movimiento de la resistencia porque ven que sus aspiraciones políticas y personales inmediatistas son postergadas. Esto ya se vio en el desarrollo de la asamblea nacional del Frente, donde más de medio centenar de delegados/as ya no volvieron al segundo día de la reunión, porque el FNRP se negó a convertirse en partido político. En este sentido, esta sabia decisión del Frente sirve y servirá para desenmascarar y depurar a supuestos resistentes pro refundación en el seno del movimiento. Tercera. La sensata opción de no convertir al Frente en una organización política, no sólo acrecienta la autoridad y credibilidad de este movimiento nacional. Esta definición sensata es una oportunidad para que este movimiento continúe creciendo y articulando sus bases hasta convertirse en una fuerza sociopolítica con hegemonía nacional sin precedentes en el país. Grandes bolsones de empobrecidos/as del país, que hasta ahora miraban a este movimiento con recelo o desconfianza, pueden sumarse a la resistencia como nuevos militantes o simpatizantes. Depende mucho del plan de trabajo que elabore e implemente el movimiento, a nivel local, departamental y nacional. Cuarta. Ahora, el FNRP tiene más posibilidades de ganar no sólo adeptos/as, sino aliados estratégicos tanto nacionales como internacionales. Muchas instituciones, como ONGs, iglesias, redes sociales, asociaciones o fundaciones, que sueñan con una nueva Honduras, ahora, deberían estar más dispuestas que antes a acompañar a este promisorio movimiento social amplio para la refundación del país. Esta sabia decisión del Frente confronta con sus ideales al cúmulo de ONGs, iglesias y fundaciones cuyas existencias se justifican en el sueño de una nueva Honduras. Ahora es el momento para que estas organizaciones e instituciones, en coherencia con sus principios fundacionales, apuesten por los ideales del FNRP. Por ahora, no hay motivos para seguir sospechando de las aspiraciones legítimas y justas de este movimiento.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿QUIÉNES DISTRAEN AL FNRP CON EL DEBATE ELECTORAL? “Nosotros, debatiendo el tema electoral y la toma del poder, y ellos repartiéndose y rifando lo que queda del país”, decía uno de los presentes indignados en una jornada de reflexión sobre la situación actual del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Otro de los presentes, reflexionaba: “Los grupos de poder nos pusieron en la agenda del Frente el falso debate electoral para distraernos de nuestro objetivo refundacional. El asunto de la toma del poder está acrecentando las divergencias internas en nuestro movimiento, y postergando el debate fundamental. ¿Quién quiere destruir al FNRP con este falso debate?” En otro rincón de Honduras, en una asamblea mayor, uno de los campesinos planteaba: “Suponiendo que electoralmente ganemos y tomemos el poder. Seremos el peor gobierno en la historia del país, no sólo porque no tenemos programa aún, sino las condiciones del Frente no están dadas para ello”. Un sacerdote católico, integrante activo del FNRP, en una reunión ampliada, en sintonía con el sentir del grupo, concluía: “Si el Frente se vuelve un partido político, que vayan a buscarse otros lugares para sus reuniones. Los salones de mi parroquia no se prestarán para ello”.
¿Quién agendó la cuestión electoral y la toma del poder en al FNRP? El asunto electoral y la cuestión del poder político no son malos en sí mismos. Lo que pasa es que, en el imaginario colectivo, y en la intuición general de las bases del Frente, no son una prioridad, ni es el momento para debatir estos temas. El FNRP se organizó, luego del golpe de Estado del 2009, como un movimiento social pro constituyente y refundacional. En la última asamblea del Frente, en Tocoa, Colón, en 2010, se ratificó este mismo objetivo. Y, entonces, ¿quiénes se encaprichan con el inoportuno debate electoral y la toma del poder? 141
Jubenal Quispe El partido Liberal y el partido Nacional fueron y son eficientes instrumentos para la domesticación del pueblo. A los propietarios de estos partidos, les interesa distraer al FNRP con el circo electoral. Ellos saben que el caramelo de la toma del poder atrae a varios dirigentes del Frente. Y, ¿quién está detrás de los partidos políticos tradicionales y de sus dueños? Nada menos que el vecino imperio del Norte. Lo triste es que incluso dirigentes del FNRP se prestan, quizás con “inocencia”, a este juego. El gobierno de los EE.UU. está preocupado porque el huracán anti imperial que cobra fuerza en Latinoamérica y Norte del África puede tocar tierra en Honduras. EE.UU. sabe que el golpe de Estado en Honduras, lejos de conseguir asustar a Honduras y a la región, dinamizó y aceleró el despertar del pueblo. Por eso, ahora ensaya el circo electoral, para distraer a Honduras que despierta sigilosamente como un animal sedado. EE.UU. y las élites hondureñas estarían dispuestos incluso a colocar nuevamente en el sillón presidencial a Manuel Zelaya Rosales, tan sólo para domar al pueblo y evitar el proceso refundacional del país.
¿Por qué en las bases del FNRP genera alergia el debate electoral? La dirigencia del Frente tiene que bajar a las bases y dirigir obedeciendo el sentir de este movimiento social. Los diferentes colectivos del FNRP no quieren distraerse en el juego electoralista porque tienen memoria histórica. Han sufrido y sufren en carne propia las consecuencias de este nefasto engaño. ¿Qué cambió en Honduras con el rito de las urnas cada cuatro años? Con democracia formal representativa o sin ella, el saqueo y el empobrecimiento del país siguió su curso. La historia da derecho a desconfiar de la “buena” fe de quienes, ahora, plantean la toma del poder. ¿Por qué será que liberales o ex liberales plantean la toma del poder político? ¿No suena más a una venganza política entre liberales y nacionales? ¿Por qué no hemos avanzado lo suficiente en la organización, en los debates y consensos, para la refundación del país mediante el proceso constituyente? 142
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Una joven dirigente del Frente decía en una reunión: “Más de quinientos años hemos estado en resistencia. Por qué desesperarnos ahora por la toma del poder. Organicemos y fortalezcamos con propuestas el FNRP para la refundación del país. En su momento se verá si queremos o no el poder político”. La dirigencia nacional del Frente tiene que volver a las bases, participar en los debates y escuchar el sentir colectivo generalizado sobre la cuestión electoral y la toma del poder. La Honduras profunda resentida y en resistencia está en busca de “otro país posible”, “otro sistema de vida posible”, y no tanto detrás del manipulable y desprestigiado sillón presidencial.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza TOMAR EL PODER, ¿PARA QUÉ? En la medida que pasa el tiempo, la demanda de la convocatoria a una Asamblea Constituyente Soberana y Participativa está siendo suplantada por el “debate” de la toma del poder en los espacios del FNRP. A tal grado que la Asamblea Constituyente, en su naturaleza, conceptos, contenidos, modalidades de participación, etc., sigue siendo aún desconocida, incluso para los y las dirigentes del Frente. ¡Ni qué decir en las bases! No es que el debate de la toma del poder sea necesariamente contrario a la demanda de una Asamblea Constituyente para la refundación del país. Lo que ocurre es que en Honduras “la toma del poder” no tiene ninguna capacidad aglutinadora, ni como tema, ni como demanda. Más por el contrario, este debate despierta muchas sospechas y divergencias innecesarias en el mismo Frente Nacional. ¿Por qué? Hasta ahora, el FNRP se ha mantenido como un movimiento social amplio, espontáneo y simultáneo, aglutinado alrededor de la demanda de una Asamblea Constituyente refundacional. Incluso cuando esta demanda no se ha profundizado lo suficiente, es el único elemento aglutinador de los diferentes grupos dentro del Frente.
¿Por qué la divergencia frente a la toma del poder? Los movimientos sociales de las últimas décadas del siglo pasado se plantearon la toma del poder como el único medio para transformar la realidad. Por eso, movimientos de obreros, ecologistas, etc. crearon sus propios partidos políticos para acceder al poder (gobierno) y desde allí realizar los cambios que perseguían. Eran otros tiempos. Los últimos movimientos sociales que surgen, a partir de la década de los 90 del siglo pasado (ante el fracaso del neoliberalismo) ya no buscan necesariamente la toma del poder para hacer las transformaciones, sino “otro mundo posible” desde lo cotidiano. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que en un planeta invadido por transnacionales sin patria, de nada sirve tomar el gobierno. ¿Qué gobierno nacional tiene control sobre estos monstruos? El poder 145
Jubenal Quispe (político, económico, militar) ya no está más en los sillones presidenciales. En este nuevo contexto, ¿de qué sirve tomar el sillón presidencial, si los presidentes sólo hacen de monigotes? En este contexto planetario, tomar el poder ¿para qué? ¿Por qué será que la consigna de la toma del poder genera sospechas y desconfianza en amplios sectores del FNRP? ¿No será porque casi son los mismos políticos antiguos quienes promueven o defienden este debate? El mayor error de cálculo político que cometen los promotores de este debate es plantear este tema aislado del proceso constituyente.
El poder no se toma, se construye La toma del poder, hasta por su propio nombre, es ambigua. El poder no es ninguna taza de leche para arrebatarle a quienes lo detentan actualmente. El poder no se toma. El poder se construye de abajo hacia arriba. Y eso también es un proceso. La construcción del poder, desde lo local hacia lo nacional, en el marco del proceso constituyente, es más coherente que la sola demanda de la toma del poder. Así es cómo entendieron e hicieron los pueblos de Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay, Venezuela, etc. En Honduras todavía no hemos comenzado el camino de la construcción del poder, y ya queremos tener el gobierno. En el debate de la construcción del poder es importante identificar dónde y quiénes tienen el poder (económico, político, cultural). En Honduras, el poder lo tienen los terratenientes, la embajada norteamericana, comerciantes, banqueros, empresarios, etc. ¿Cómo contrarrestamos el poder a éstos? Además, en el contexto planetario actual existen nuevos sujetos/víctimas a quienes no se les puede obviar. Estos nuevos sujetos sufrientes son: la Madre Tierra, las mujeres, los pueblos indígenas, entre otros. Y son estos nuevos sujetos quienes no necesariamente están siendo considerados en los debates “revolucionarios” en Honduras, porque todavía somos intelectualmente presos de manuales de la izquierda de antaño. Moralmente, víctimas del antropocentrismo patriarcal. 146
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza En el siglo XXI, el debate de la construcción del poder necesariamente implica superar la simplificación del mundo entre izquierda y derecha, entre capital y trabajo. Nuevas categorías de análisis como las identidades, la interculturalidad, la autonomía de la Madre Tierra, nuevas relaciones de género, etc. son realidades que ya no se pueden obviar ahora. De lo contrario, el debate de la toma del poder seguirá sonando a “más de lo mismo”. No sólo por quienes lo promueven, sino por su contenido.
Tomar el poder, ¿para qué? Supongamos que en Honduras el poder estuviese aún en las estructuras del Estado. Pero el Estado hondureño desfallece actualmente, víctima de sus propios fracasos. ¿Será que al FNRP le interesa cargar con este ataúd? Es más, ¿existen propuestas consensuadas desde las bases sociales para la administración del poder en este momento? El asunto no es llegar al poder, sino mantenerse en él para implementar todas las transformaciones posibles. Y una de las transformaciones estructurales es la refundación del Estado mediante el proceso constituyente. Por tanto, el debate de la construcción del poder sólo tiene sentido si se plantea como un mecanismo más para impulsar el proceso constituyente refundacional en el país. Construir el poder local y nacional, de abajo hacia arriba, con candidaturas independientes y organizaciones políticas aliadas, para impulsar y acelerar el proceso constituyente por otra Honduras posible, debe ser una estrategia del FNRP. Sólo así la cuestión de la “toma del poder” dejará de ser la manzana de la discordia en el seno de este movimiento social. No distraigamos el objetivo refundacional del Frente. Aunemos esfuerzos para impulsar con creatividad el proceso constituyente. Allí está la reforma del Art.5° de la Constitución Política que nos deja una rendija para posibilitar, en el marco legal, la convocatoria a una Asamblea Constituyente. No es lo mejor, pero, por el momento, es el instrumento inmediato más viable para obligar a los detractores del proceso constituyente a ingresar en el debate de ideas para refundar Honduras. 147
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza A DOS AÑOS DEL NACIMIENTO DEL FNRP Y SUS DESAFÍOS El golpe político militar perpetrado el 28 de junio de 2009 visibilizó la resistencia dormida del subyugado pueblo hondureño. Multitudes de personas, se volcaron a las calles de manera espontánea y simultánea y se mantuvieron en movilización permanente por varios meses, desafiantes a la represión militar. Pero, como las multitudes no podían permanecer indefinidamente en las calles, éstas se organizaron bajo una estructura básica, y volvieron a sus aldeas, municipios y departamentos, para desde allí seguir en resistencia. Así nació el movimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en el que actualmente se aglutinan más de medio centenar de organizaciones campesinas, obreras, políticas, indígenas, juveniles, feministas, lésbicas, gremiales, artísticas, etc., unidas por el sueño de la refundación de Honduras mediante un proceso constituyente. A dos años del nacimiento de este inédito movimiento social, es necesario realizar un análisis general aproximativo considerando sus logros y oportunidades. Es importante indicar que el Frente es un movimiento megadiverso a nivel cultural, conciencia política, aspiraciones, etc.
¿Qué motivó el surgimiento de este movimiento? Ante esta pregunta, la respuesta inmediata es: “El golpe de Estado activó la resistencia dormida del pueblo hondureño”. Pero, ¿es del todo cierta esta afirmación? No. La historia hondureña está empedrada de infinidad de lápidas de golpes de Estado que jamás activaron la rebeldía popular como el último golpe. Y es más. Las grandes mayorías que se volcaron a las calles por la expulsión de Manuel Zelaya, el 28 de junio del 2009, sobrevivieron y sobreviven, por cerca de dos siglos, sin Estado. En el mejor de los casos, del Estado sólo conocen su carácter represor.
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Jubenal Quispe ¿Qué defendían las multitudes en las calles después del 28 de junio del 2009? ¿La restitución del Estado de Derecho o a Manuel Zelaya? Si para las grandes mayorías en Honduras el Estado aún es desconocido, ¿se podría argumentar la existencia de un golpe de Estado en el imaginario colectivo de las y los excluidos? Las grandes mayorías se movilizaron en Honduras en defensa del discurso y de los derechos conculcados de Manuel Zelaya Rosales. Mas no así en defensa de la restauración del ilusorio Estado de Derecho, o de la democracia de los patrones ricos. Zelaya, con su mística, encarnaba para las y los ninguneados la realización de los sueños postergados, incluso en contra de la legalidad institucional. En otras palabras, el movimiento de la resistencia popular surgió más en gratitud a Zelaya y en defensa de las esperanzas truncadas. Existe un porcentaje, dentro del Frente, que apuesta por procesos de transformaciones estructurales, incluso sin Zelaya. Pero, una gran mayoría sigue ciegamente a Zelaya, dispuesta incluso a “ir al infierno si Mel tomara esta determinación”.
¿Y la demanda central? Los sueños de transformaciones que encarnaba Zelaya, antes de su expulsión de la presidencia, se materializaban en la demanda de una Asamblea Constituyente para la refundación del país. Pero algunos/as incondicionales de Zelaya no tenían la capacidad para comprender la naturaleza y las implicancias de un proceso constituyente refundacional. Por eso, en estos casi dos años del FNRP y del exilio de Zelaya, la dirigencia nacional prácticamente no hizo nada para impulsar el proceso constituyente. A nivel de la dirigencia nacional, la demanda de la Asamblea Constituyente continúa como hace dos años: sólo como una consigna, sin propuestas de fondo, ni de forma. A tal grado llega la ignorancia sobre el proceso constituyente en la dirigencia nacional del FNRP que en el camino terminaron confundiendo la demanda principal del movimiento con cuestiones secundarias. Por momentos se habló de la Asamblea Constituyente 150
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza como la demanda aglutinadora del Frente, luego fue el retorno al país del líder nacional Manuel Zelaya, luego, la toma del poder. La confusión llegó a tal grado en la dirigencia nacional que terminaron, por momentos, “estigmatizando” a las organizaciones refundacionales dentro del mismo FNRP. Habrá quienes digan, ¿acaso estas tres demandas no se complementan entre sí? Por supuesto que sí. Pero la demanda de la toma del poder, obviando el objetivo de la refundación del país, suena más a una oportunista venganza política partidocrática. Así como la demanda del retorno de Manuel Zelaya Rosales, silenciando la Constituyente para la refundación, no es más que la reiteración del caudillismo históricamente lacerante en Honduras. Ahora que Zelaya volvió al país, la Asamblea Constituyente para la refundación del país es prácticamente inexistente en el discurso del líder nacional de la resistencia popular. Manuel Zelaya está más centrado en posicionar la figura política de su esposa como la Presidenta de Honduras para el 2013.
¿Hubo logros en el FNRP? El principal logro de esta organización es la permanencia por dos años como un movimiento social en resistencia frente al régimen anterior y al actual. No logró revertir el régimen del terror instaurado, pero se constituyó en la principal fuerza opositora a nivel nacional. Otro logro es la constitución de espacios y colectivos de resistencia permanente en algunas aldeas, municipios y departamentos del país. Estos espacios se constituyen en núcleos de formación política e información permanente para la creciente conciencia de insubordinación política en el país. Estos núcleos surgen y se mantienen de manera espontánea e independiente de la dirigencia nacional. Algunos colectivos están construyendo propuestas para la Asamblea Constituyente, tanto a nivel local (Santa Rosa de Copán), como departamental (Lempira) y sectorial (caso de los pueblos indígenas). Pero, al igual que en el anterior punto, la dirigencia nacional del frente no impulsa ni se involucra en estos esfuerzos. 151
Jubenal Quispe Otro logro, no menos importante, es la acumulación de más de un millón trescientas mil firmas de adherentes demandando la Asamblea Constituyente en el país. Pero este logro fue opacado porque la dirigencia nacional no tuvo la capacidad de gestionar esta acumulación de voluntades para impulsar el proceso constituyente con creatividad. El retorno a Honduras del coordinador general del FNRP no necesariamente fue un logro del movimiento, puesto que la resistencia no participó en las negociaciones, mucho menos en la firma del acuerdo de Cartagena de Indias que terminó reconociendo al régimen actual (que la resistencia se negaba a reconocer como gobierno) y legitimando/legalizando la impunidad de la violación de los derechos humanos en Honduras.
¿Cuáles son las dificultades en el FNRP? Euforia multitudinaria seguida de una indiferencia cultural. La perseverancia no necesariamente es la virtud compartida por toda la resistencia, tanto para organizarse, como para formarse y movilizarse. Los ímpetus esporádicos multitudinarios casi siempre terminan siendo consumidos por la cultura arraigada de la resignación y la indiferencia. Son todavía muy pocos las y los que asumen compromisos voluntarios y permanentes en la tarea por la refundación. El Frente es aún una multitud esporádica y emotiva, más que un movimiento articulado, formado y militante por una causa trascendental. Caudillismo galopante en una sociedad providencialista. La actitud de la euforia y de la resignación colectiva inevitablemente termina engendrando caudillos mesiánicos en el imaginario colectivo. Zelaya es caudillo no porque él quiere, sino porque la multitud, con actitud providencialista, busca un mesías redentor en él. Esto explica el porqué la propuesta de la Asamblea Constituyente (sugerida por Zelaya) no ha germinado lo suficiente en el imaginario colectivo de la resistencia, pero el añorado retorno de Zelaya sí mueve apoteósicas masas humanas.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Pobreza intelectual y rescatismo ideológico. Mientras el resto de los actuales movimientos sociales de la región aspiran por cambiar el sistema-mundo-occidental, el FNRP aún sueña con las ilusorias promesas de la modernidad. La dirigencia se encuentra atrapada en la dinámica de la lucha de clases (etnocéntrica, patriarcal y androcéntrica). La actitud asamblearia y comunitaria (emergente a nivel local), prácticamente es anulada por la imposición vertical de la representación individual y jerárquica a nivel nacional. Esta pobreza intelectual en la dirigencia se refleja en la “novedosa” propuesta ideológica (del siglo XIX) de “liberal socialista” que plantea Manuel Zelaya para el FNRP. Estas involuciones ideológicas no sólo expresan incoherencias teóricas, sino manifiestan las serias dificultades intelectuales del movimiento. Oportunismo político y ausencia de una visión integral de país. Por la ausencia de mecanismos de control social y depuración dirigencial en el movimiento, varios espacios de las estructuras del FNRP han sido copados por deteriorados dirigentes del pasado siglo. Situación que no sólo niega el necesario relevo género-generacional del liderazgo, sino que sacrifica la emergencia de una nueva visión integral y actualizada del país. Dinosaurios políticos fracasados se cuelan en el FNRP, con el argumento de la tolerancia política. La bipartidocracia y la ignorancia histórica. En Honduras, la adhesión a uno de los dos partidos políticos (Liberal y Nacional) fue y es cultural, mas no política. El hijo o el nieto son liberales porque el padre y el abuelo fueron o son liberales. Pero la historia muestra que uno de los principales instrumentos de dominación y saqueo del país fue la dinámica del bipartidismo. Así, por ejemplo, el mayor logro ideológico-político del partido Liberal fue convertir a Honduras en República Bananera y porta tropas de los EEUU para agredir a los países vecinos. A pesar de esta nefasta historia del bipartidismo, muchos y muchas en la resistencia hondureña se oponen a renunciar al color político tradicional, comenzando por Manuel Zelaya que se obstina como liberal en resistencia. 153
Jubenal Quispe Desafíos y oportunidades del FNRP Construir una ideología para la refundación. La demanda del retorno de Zelaya a Honduras y la Asamblea Constituyente, en buena medida, fueron elementos aglutinadores para las diferentes organizaciones y personas en el FNRP. Ahora, con Manuel Zelaya como liberal pro socialista en Honduras, y ante el silencio de la dirigencia sobre la demanda de la Asamblea Constituyente, el Frente podría fragmentarse, quedando sólo en su seno las organizaciones políticas con aspiraciones electorales para el 2013. Frente a esta amenaza real, y ante el tedio de la resistencia popular, es urgente la construcción de una nueva ideología política para la refundación del país, en base a las necesidades y aspiraciones cotidianas y trascendentales de la población excluida. Aspiraciones como: la descolonización, la soberanía, la dignidad nacional, la interculturalidad, la dimensión tierra, etc. son esenciales en la nueva apuesta ideológica para la refundación de Honduras. Urge impulsar el proceso constituyente participativo como la demanda aglutinadora del pueblo hondureño en resistencia. Reorientar la lógica centralista de la dirigencia. Existe malestar en los colectivos del interior del país por las definiciones verticales desde Tegucigalpa. Los colectivos y organizaciones que impulsan la constituyente aspiran a una refundación verdadera, comenzando desde las mismas estructuras del Frente. En este sentido, demandan una dirigencia que los guíe obedeciendo a las asambleas directas. La resistencia popular organizada ya no está más dispuesta a subordinarse a las determinaciones verticales, porque “estos tiempos ya no son más de dirigentes, sino de portavoces obedientes a las asambleas”, afirman en el interior del país. Convertir la mayoría demográfica del FNRP en una mayoría política. Nunca antes en la historia reciente de Honduras, un movimiento social aglutinó a ingentes multitudes como el FNRP. Tampoco existen registros inmediatos de un carismático dirigente con la capacidad de convocatoria que tiene Manuel Zelaya Rosales. Esta 154
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza mayoría demográfica sin precedentes, tiene que ser convertida en una hegemónica mayoría política apabullante para emprender la refundación de Honduras, de abajo hacia arriba, con la participación decisiva de todas y todos. Para ello es imprescindible constituir un instrumento político (subordinado al movimiento social del FNRP), con una metodología asamblearia y con control social, para impulsar la Asamblea Constituyente. Derrotar intelectual y políticamente a la oligarquía. La gran fortaleza del movimiento del FNRP no es sólo su mayoría demográfica, sino, ante todo, el agotamiento (fracaso) intelectual y moral de la oligarquía hondureña, y la legitimidad del Frente para plantear inéditas transformaciones estructurales mediante la Asamblea Constituyente. Las élites que desgobiernan el Estado fallido de Honduras no tienen nada nuevo que proponerle al país. ¿Qué propuestas nuevas planteará al país la oligarquía en la próxima Asamblea Constituyente? ¿Seguirán proponiendo más neoliberalismo, más libre mercado, más democracia representativa, más transferencia de los bienes comunes a los intereses privados? Estos modelos han fracasado en el globo. El FNRP es una novedad en el país. Pero esta novedad tiene que argumentarse con propuestas de transformaciones estructurales en lo económico, lo político, lo cultural, lo religioso, etc. Después de todo, el adagio bíblico es claro al decir: “por sus frutos lo conocerán”, y no hay mayor ciego que quien no quiera ver las secuelas de la oligarquía hondureña con sus dos colores políticos.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza MOVIMIENTOS SOCIALES Y PARTIDOS POLÍTICOS Toda la historia de la humanidad está dinamizada por la insurgencia de diferentes movimientos sociales. Dos mil años antes de Cristo los hebreos esclavos se organizaron y movilizaron para su liberación de la dominación egipcia. Jesús de Nazaret organizó todo un movimiento social buscando la liberación integral del pueblo judío de la dominación romana y de la cúpula religiosa. Y así, la historia humana está tejida de sistemas de dominación y procesos de liberación. La industrialización (siglo XIX y parte del siglo XX) despertó movimientos sociales de obreros/as en diferentes partes del mundo. El fracaso de la civilización occidental moderna (segunda mitad del siglo XX) activó movimientos sociales de ecologistas, de mujeres, de pueblos indígenas, de los sin tierras, etc. que exigieron y exigen la satisfacción de sus derechos fundamentales y el respeto a la Madre Tierra. En la actualidad, emerge una diversidad de movimientos sociales, en los cinco continentes del planeta, demandando otro sistema-mundo sostenible. El común denominador de las y los integrantes de estos movimientos sociales son la vulnerabilidad integral, exclusión e indignación ante un sistema-mundo-capitalista que ha instaurado la civilización del saqueo y la muerte en todo el planeta. Uno de los interrogantes generalizados en medio de estos movimientos es: ¿cómo lograr ese añorado otro-sistema-mundosostenible? A esta pregunta, la gran mayoría de activistas pragmáticos responde: ¡Mediante la toma del poder! Esto significa convertir el movimiento social en una organización política (partido político), para ganar las elecciones, llegar al poder y realizar las transformaciones. ¿Será que las y los árabes movilizados, la población indignada de España, el estudiantado de Chile o la resistencia consciente hondureña sueñan en convertirse en un partido político? Además, ¿será que el poder o la soberanía, en estos tiempos, radica en los sillones presidenciales o curules congresales? ¿Acaso no son las apátridas corporaciones transnacionales las que imponen el saqueo y la muerte en todos los rincones del mundo? 157
Jubenal Quispe Los partidos políticos nacieron, en el siglo XVI, con el surgimiento del Estado nación y de la democracia representativa. El objetivo de un partido político es llegar a ser gobierno para implementar sus aspiraciones ideológicas. Pero, la historia muestra que todos los partidos políticos, una vez llegados al poder, por su estructura vertical e intereses grupales, se corrompen y, en el mejor de los casos, se convierten en negocios de empleo fácil para sus adeptos. Esta amarga experiencia de siglos es conocida por muchas de las y los integrantes de los movimientos sociales actuales; por ello, se resisten a convertirse en partidos políticos. Además, los partidos políticos están en proceso de desaparición, y no pasarán del siglo XXI. Esa misma suerte corren el Estado nación y la democracia representativa. Entonces, ¿qué camino les queda a los movimientos sociales para actuar políticamente? Los movimientos sociales buscan la globalización de la civilización de la vida sobre la cultura vigente de la muerte y del saqueo. Para ello, la apuesta es, ante todo, la transformación integral personal y colectiva para el Buen Vivir. Un movimiento social no se desespera por la “toma del poder” (como si el poder político fuese un helado). Busca, sobre todo, empoderar a las y los excluidos para que sean actores auténticos de su propio destino y emprendan procesos de emancipación colectiva e integral. Un movimiento social no desecha la posibilidad de actuar en una contienda electoral para acceder al poder, mediante un instrumento político subordinado a sus asambleas directas, y así implementar propuestas de refundación construidas de manera participativa. Pero esta determinación tiene que ser producto de una construcción colectiva, de abajo hacia arriba. Esto debe ser producto de un proceso, mas no una imposición de caudillos y/o iluminados desesperados por la toma del poder. Si un movimiento social se convierte en un partido político, deja de ser movimiento social. Los casos de Bolivia, Ecuador, Venezuela y otros, indican que un movimiento social, por más que tenga a sus representantes en el poder, no deja de actuar como organización social, incluso desafiando al gobierno de sus propias entrañas cuando éste titubea ante la civilización de la muerte. 158
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Cap. VI la asamblea ConstituYente una oportuniDaD para repensar HonDuras
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ORIGEN DE LA DEMANDA DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Hace aproximadamente un año, el ex Presidente Manuel Zelaya fue derrocado violentamente por un golpe de Estado por aceptar la urgente necesidad de promover una Asamblea Constituyente en Honduras. El argumento jurídico y político de la élite golpista fue, y aún lo es: “la Constitución Política del Estado (CPE) no admite Asamblea Constituyente alguna”. Pero, ¿quiénes redactaron dicha CPE? ¡Fueron los patrones de Honduras (que no pasan de 10 familias) quienes la escribieron y la aprobaron en 1982 (de espaldas al pueblo), la misma que modificaron, según sus caprichos, hasta en 21 oportunidades hasta el 2005! Si ésta era una contradicción fáctica del golpismo, lo que viene a continuación, sencillamente evidencia la inmoralidad y la deshonestidad intelectual de quienes (des)gobiernan al país. Para sorpresa de algunos “inocentes” de la comunidad internacional y sectores de clase media y alta de Honduras, el actual Presidente Porfirio Lobo (Mandatario gracias al golpe, y quien gobierna con los golpistas), expresó públicamente, en una entrevista de TV: “los empresarios piden Constituyente, al igual que la resistencia, entonces, no veo por qué no ir a la Constituyente”. Semanas atrás, el mismo Lobo dijo, entre otras afirmaciones: “no le tengo miedo a la Constituyente”. “Una generación no puede imponer su voluntad a todas las generaciones”, etc. Con estas declaraciones, ¿dónde queda el argumento jurídico y político de los golpistas que confrontaron y masacraron al pueblo hondureño, dizque “en defensa” de la Constitución y en resistencia a la Asamblea Constituyente? ¿Acaso no derrocaron a Zelaya por intentar convocar a una consulta popular sobre la posibilidad de una Asamblea Constituyente? Pues, bien, ¡feliz culpa la de los golpistas! El golpe de Estado, la represión militar y el sicariato importado, ahora instaurado como política de “seguridad” nacional, se han constituido en fertilizantes que 161
Jubenal Quispe fortalecieron y fortalecen al Movimiento del Frente Nacional de la Resistencia Popular. En las entrañas de este Frente se fecundó la demanda de la Constituyente para refundar una Honduras de todos, con todos y para todos. ¡El proceso Constituyente ya es una agenda nacional ineludible! Por eso, ahora, hasta sus detractores la mencionan. Y nada raro que intenten arrebatarlo como suyo para continuar garantizando sus privilegios mal habidos. Por ello, para que el proceso de la Asamblea Constituyente no sea secuestrado por las élites excluyentes que diseñaron y gobernaron al país en función de sus intereses egoístas, el pueblo hondureño debe considerar con suma urgencia las siguientes tareas: Identificar, debatir y consensuar contenidos temáticos para la nueva CPE. Todas las organizaciones sociales, culturales, religiosas, campesinas, indígenas, feministas, políticas, de profesionales, gobiernos locales, ONGs, etc., deben elaborar con suma urgencia sus propuestas (parciales o totales) para presentarlas a la Asamblea Constituyente. Temas como propiedad y gestión de los recursos naturales, soberanía alimentaria, mecanismos de participación ciudadana, soberanía e identidad nacional, control social y político sobre los gobernantes y las instituciones públicas y privadas, desmilitarización de la Constitución y del país, incorporación de nuevos derechos fundamentales, modelos de economías, descentralización, derechos colectivos de los pueblos indígenas, etc., tienen que ser debatidos e incorporados en la nueva CPE. Otro reto prioritario, antes de ingresar en la elección de las y los constituyentes, es terminar con el nefasto monopolio representativo de los partidos políticos. El actual bipartidismo (Liberal, Nacional) corrupto, excluyente de las grandes mayorías empobrecidas, no garantiza la plena representación política de la Honduras diversa. El Frente Nacional de Resistencia tiene que ser reconocido como una organización política nacional con derecho a proponer candidatos/as a la Constituyente. De igual manera otras organizaciones sociales deben ser reconocidas y reguladas por Ley para presentar sus candidatos a la Constituyente. 162
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Es tarea de todas y todos el organizarnos y fortalecer los movimientos sociales locales, regionales y nacionales. Sólo así garantizaremos un auténtico sujeto político que viabilice el proceso Constituyente en Honduras. De lo contrario, habremos fracasado en el intento. Las y los profesionales (académicos o no) estamos en la obligación de acompañar a este proceso desde y con las bases. Una tarea fundamental es la socialización de la información y la formación política permanente en las organizaciones sociales. Inventar y/o fortalecer los medios de información alternativos es tarea rezagada. Nosotras y nosotros, tan sólo por el hecho fortuito de estar en estos históricos tiempos en Honduras, estamos conminados a apostar y priorizar este inédito proceso nacional para resolver nuestros desencuentros estructurales por la vía democrática. De lo contrario, la historia y las futuras generaciones serán implacables con nuestra indiferencia.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ARGUMENTOS BÁSICOS QUE IMPULSAN UN PROCESO CONSTITUYENTE Como nunca antes en su historia, el pueblo excluido hondureño desafía a la clase política dominante al debate constitucional para recrear las bases jurídicas y políticas de un nuevo Estado. Quienes afirmen que la causa de esta insubordinación colectiva es el golpe de Estado del 28 de junio del 2009 están equivocados. Éste fue sólo una consecuencia que agudizó los desencuentros históricos irresueltos sobre los que se intentó consolidar el Estado nación fundado hace 189 años. En las líneas que siguen a continuación se intenta identificar las razones fundamentales que justifican con urgencia la instauración de un proceso constituyente soberano, construido de abajo hacia arriba, con la participación de todos/as, con todos/as y para todos/as, para recrear el nuevo país.
La sistemática exclusión de las grandes mayorías como un pecado capital hondureño Cuando en 1821, criollos y mestizos fundaron el Estado nación de la República de Honduras, lo hicieron excluyendo a las grandes mayorías que en aquel entonces cohabitaban en la Provincia de Honduras. Un minúsculo grupo emuló al Estado nación para garantizar sus aspiraciones y privilegios, reservándose la cualidad de ciudadanía plena para ellos, y subordinando a las grandes mayorías como ciudadanía de segunda clase. De esta manera se establecieron en el país dos Honduras: una, la oficial, de privilegiados ricos, cada vez más ricos, autoproclamados para gobernar; la otra, la Honduras profunda, constituida por una mayoría excluída y empobrecida, condenada a obedecer. Esta sistemática exclusión política, económica, cultural y social de las grandes mayorías es el pecado original que mantiene y mantuvo a Honduras entrampada en la disfuncionalidad sociopolítica en estos 189 años de su vida republicana. En todo este tiempo se promulgaron 15 constituciones políticas de Estado, pero en ninguna 165
Jubenal Quispe participó el pueblo. Se implementaron diferentes políticas de desarrollo económico en el país, pero todas fueron aplicadas de espaldas a las grandes mayorías, generándoles miseria, analfabetismo y exclusión social. Para legalizar esta sistemática exclusión de las grandes mayorías, la élite político militar inventó el bipartidismo (entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX), y mediante este instrumento político, esta élite, acrecentó su patrimonio económico y sometió a la Honduras profunda, utilizando al Estado como un poder para instaurar el colonialismo interno en el país. En Honduras, el bipartidismo prácticamente se constituyó en una cultura y en una religión. Liberales y nacionales adormecieron las conciencias de generaciones enteras del pueblo hondureño, y de este modo tuvieron el camino expedito para desmantelar las riquezas del país sin resistencia, ni oposición significativa. En la década de los 80 del siglo pasado, esta élite político militar de liberales y nacionales, luego de recurrentes sucesiones de caudillos e innumerables golpes de Estado entre sí, decidió, presionada por la Embajada de los EEUU, instaurar una democracia formal en el país. Pero dicha democracia jamás permitió, en las casi tres décadas de subsistencia, la participación real y decisiva del pueblo excluido. Más por el contrario, la democracia formal, sin ningún control social, acrecentó la corrupción (según el informe de Transparencia Internacional, 2010, Honduras ocupa el cuarto lugar en la corrupción pública en Latinoamérica, y primero en Centro América) y el clientelismo en la administración pública y profundizó la fractura entre el Estado (que no terminaba de legitimarse socialmente) y la sociedad hondureña. De este modo, la débil base social del Estado hondureño se fue corroyendo hasta que finalmente el último golpe de Estado desestabilizó por completo lo que quedaba de la institucionalidad del Estado y agudizó la desintegración social del país. Por eso la ciudadanía demanda no sólo la refundación del Estado y del país mediante el proceso de una Asamblea Constituyente 166
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Soberana, sino también la transición de la democracia representativa, formal y excluyente hacia una democracia participativa y comunitaria para reinventar la correlación sociopolítica entre Estado y sociedad que haga realidad la Honduras que siempre hemos soñado, pero que jamás nos hemos atrevido a intentarlo apostando lo cierto por lo incierto.
La retirada del Estado y la instauración de la violencia Otra de las razones que justifican la apuesta por el proceso Constituyente, como el camino para la reconciliación y el reencuentro nacional, es la desintegración social generalizada que vive el país. En Honduras, después de casi 200 años de vida republicana, la violencia fratricida se ha impuesto como la única manera para la resolución de conflictos personales y de carácter socio familiar. Como en las épocas pre estatales, el hombre se ha convertido en lobo del hombre. Si en el 2009, según informes del observatorio para la violencia de la UNAH, se asesinaba impunemente a 24 personas diarias, en el 2010, el luto invade en la misma o en peor magnitud al impotente pueblo hondureño. Prácticamente los derechos humanos y sus garantías han sido extirpados en Honduras. Y en estas condiciones no es posible una convivencia social pacífica. Ante la ausencia del Estado, el narcotráfico ingresó y se estableció en el país para quedarse. Para nadie son novedad las permanentes denuncias a cargos públicos en alcaldías y diputaciones, que involucrados en actividades del narcotráfico, quedan en la impunidad. Según la sub comisionada en retiro de la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Nacional, María Luisa Borjas, “el 70% de la policía está ligada al narcotráfico”. Se diluyó el Estado a tal nivel que en su lugar emergen “narco estados” y “narco municipios” en el país. El Estado hondureño se encuentra prácticamente en retirada en diferentes espacios sociales y territoriales del país. En estos 189 años, el Estado no ha podido consolidarse en el país. Vivimos una sistemática y estructural crisis terminal del Estado. Las grandes mayorías empobrecidas y excluidas económica, social, cultural y políticamente no se sienten parte del Estado hondureño. Estos sectores se asumen 167
Jubenal Quispe como colectivos sociales sin Estado. Y lo poco que conocen o recuerdan de Estado es su mano dura, garrotazos y corrupción. En los últimos tiempos la desconfianza generalizada por parte de la población hacia las instituciones y autoridades públicas del país se ha convertido irremediablemente en un repudio abierto. Este resentimiento social acumulado (agudizado por el golpe de Estado del 2009), y la imprudente actitud soberbia de las élites gobernantes, manipuladas por intereses foráneas, están acelerando el desplome generalizado del ilusorio aparataje estatal en Honduras. Así como no se pudo consolidar el Estado en Honduras, tampoco se ha logrado construir la nación hondureña en el imaginario colectivo, ni en el sentimiento social de la población hondureña. Sin una consciencia de pertenencia política a una comunidad política, el pueblo padece una anomia identitaria. Y sin una identidad nacional, y sin un Estado que la promueva, es ilusorio cualquier proyecto político sostenible en el tiempo. En Honduras se intentó legitimar un Estado nación de arriba hacia abajo, pero este proyecto no ha terminado de cuajar. Por eso, la situación actual evidencia que el Estado en crisis ha intentado subsistir, por cerca de 200 años, sin una nación que lo legitimara. Y un Estado sin nación, o colectivos sociales sin Estado, necesariamente agudizan el desencuentro social. En este contexto de desintegración e incertidumbre generalizada, por causa de la ausencia estatal, es de suma trascendencia y urgente la convocatoria a un proceso constituyente con la finalidad de debatir y consensuar un pacto social ampliado con la participación activa de todos los (y las) hondureños (as). En las condiciones en las que nos encontramos ninguna propuesta sociopolítica que provenga de arriba para abajo será una solución. Ahora, las y los excluidos demandan reconocimiento, y en igualdad de condiciones exigen debatir y construir, de abajo hacia arriba, el nuevo país y el nuevo Estado que urge en Honduras.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Intentos fallidos de los modelos de desarrollo Como ningún país del continente latinoamericano, con la excepción de Haití, el 75% de la población hondureña sobrevive con un dólar al día. Más del 80% de su población languidece en el empobrecimiento. Esta situación dolorosa se materializa en la desnutrición crónica que carcome inclemente las entrañas de más de 60% de las y los niños del área rural. En esta dolorosa realidad, cerca de 10 familias opulentas acaparan el mayor porcentaje de las tierras fértiles, el control del espectro radioeléctrico, la banca, el comercio internacional, la industria, la energía, el transporte y los medios masivos de información. ¡El 5% de la población hondureña maneja el 70% del Producto Interno Bruto del país! Es decir, los bienes y servicios del país están concentrados en pocas familias. En estos 189 años de vida republicana, el país aún se mantiene entrampado en una agricultura cada vez más rudimentaria. Las inconclusas reformas agrarias casi siempre terminaron promoviendo la agroindustria para la exportación, mientras el campesinado languidece en sus intentos de alimentar al país, sin ninguna política estatal que lo apoye. Los niveles de desempleo bordean el 36% de la población económicamente activa. Como consecuencias de esta situación, cerca de un millón doscientos mil hondureñas/as se encuentran trabajando en el Norte rico en condiciones completamente precarias para aportar el 25% del PIB del país mediante las remesas. Este sistemático empobrecimiento de las grandes mayorías se evidencia en el analfabetismo que corroe cerca del 30% de la población general, y 40% de la población rural, condenándola a la negación de oportunidades y a la violación permanente de sus derechos fundamentales. Mujeres e indígenas corren la peor suerte. En estas condiciones, la población se encuentra completamente vulnerable al colonialismo interno por parte del Estado en crisis, y de las empresas multinacionales.
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Jubenal Quispe En la medida que transcurre el tiempo, Honduras se va convirtiendo en un territorio desmontado y contaminado. Si ayer vinieron por el oro, la plata, la madera, la tierra para las bananeras, ahora, los bosques, los ríos, los minerales, los manglares siguen “satisfaciendo” la voracidad de intereses privados, en su gran mayoría de extranjeros. Honduras entrega su territorio a la expoliación extranjera, bajo la promesa de desarrollo, pero desarrollo es lo que menos ha llegado al país. En estos cerca de 200 años, Honduras, padece un empobrecimiento crónico. El país, cargado de un cúmulo de delitos socio ambientales impunes, sin montañas, ni tierras, ni ríos, camina seguro a su nefasto destino, si no hay voluntad popular que la reoriente. Ningún modelo de desarrollo implementado en el país ha funcionado, ni funcionará nunca, mientras Honduras siga asumiendo ciegamente las recetas económicas extranjeras. Está reiteradamente demostrado que las recetas impuestas por los grupos financieros internacionales, y asumidas dócilmente por las élites gobernantes, han servido y sirven para saquear al país y convertir a su población en consumidor frenético mientras sobreviva.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza UN PUEBLO QUE DESDE SUS CENIZAS DESAFÍA LO IMPOSIBLE El 12 de septiembre quedará como un hito inolvidable en el histórico proceso de transformación que comienza en Honduras. El pueblo, venciendo sus limitaciones materiales y culturales, logró la adhesión de 1’270.000 hondureños/as conscientes al sueño de la nueva Honduras. Sí, aunque Ud. no lo crea. En la Honduras feudal, de la intimidación, represión y asesinatos selectivos, se logró superar la meta del 1’250.000 firmas que el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) se había propuesto como meta para exigir la convocatoria a la Asamblea Constituyente Popular. El actual Presidente de la República fue electo con 1’215.000 votos. ¿Qué dirán, ahora, los patrones del país que sistemáticamente intentaron convencer al país y al mundo de que el FNRP era una mara de 10 ó 20 pelagatos? El 28 de junio del 2009, dieron el vergonzante golpe de Estado para evitar que el pueblo se expresara en las urnas a favor del proceso constituyente. ¿Cómo silenciarán y esconderán, ahora, a este cerca del 30% del electorado hondureño que con su impronta exige la refundación del país? Éste es un golpe duro contra el golpismo enredado en sus propias contradicciones internas. Ellos reprimieron y reprimen en las calles. Pero, ahora, son reprimidos por el inesperado y caudaloso aluvión de firmas que los repudia exigiendo una nueva Honduras. Esta cantidad de firmas ratifica que son millones las y los hondureños en resistencia. Las firmas sólo se recogieron en algunas zonas geográficas del país, porque el FNRP carece de recursos financieros, logísticos y humanos para cubrir todo el territorio nacional. El FNRP aún no se ha consolidado en los 298 municipios del país. Pero, incluso, con estas limitaciones lo imposible se hizo posible. Para la dirigencia nacional del FNRP este logro es una gran responsabilidad sociopolítica. ¡Es el momento de convertir esta mayoría demográfica de hondureños/as en resistencia en una mayoría política! Esto pasa necesariamente por la organización/ articulación y 171
Jubenal Quispe formación de esos millones de resistentes declarados en todo el territorio nacional. Está claro que la demanda aglutinadora de la resistencia es la Asamblea Constituyente. Ahora, es el momento de pasar de la resistencia en protesta a la resistencia con propuestas. ¡El FNRP tiene que idear (juntamente con el pueblo) la nueva Honduras que será plasmada en la nueva Constitución Política! No es el momento de tomar el poder, sino de construir el poder desde lo local. Para los sectores de la clase media, ONGs, iglesias, organizaciones de la sociedad civil, etc., es el momento de tomar decisiones. Este pueblo que, ahora, desde sus cenizas se levanta lamiendo sus heridas, jamás perdonará la indiferencia o la falsa prudencia de cuantos con su silencio cómplice legitiman el sistema de la agonía implantado en Honduras. El pueblo ha abierto los ojos, y como un león herido va directo a conseguir su objetivo: la construcción de la nueva Honduras posible. Para los patrones del país, enquistados en las estructuras del Estado en crisis, en las dirigencias de los moribundos partidos políticos tradicionales, en las fuerzas armadas, en las jerarquías religiosas y en todo el empresariado y terratenientes del país, el mensaje es claro. Ahora es cuando tienen la oportunidad para prevenir posteriores lamentos irremediables. Esta élite debe aprender de lo que ocurrió con sus similares obstinados en Bolivia, Ecuador y Venezuela. En estos países, el pueblo consciente les dio oportunidades para que dichas élites recapacitaran en su momento. Pero, el egoísmo y el desprecio hacia el pueblo pudieron más que la sensatez en los patrones. Por eso, ahora, aquellos patrones andan errantes en el autoexilio porque el pueblo despierto y empoderado muy difícilmente perdona a sus verdugos. Los resultados del escrutinio de las declaratorias del 12 de septiembre son campanazos que anuncian el galopante clarear del nuevo amanecer de la nueva Honduras. Si nos mantenemos sordos/as a estos campanazos preventivos, el reflujo de las fuerzas sociales del país nos arrojará fuera de los destinos de Honduras, y, entonces, nuestro destino será el lamento inconsolable. 172
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿EXISTEN PROPUESTAS PARA LA REFUNDACIÓN DEL PAÍS? Más de 150 representantes de diferentes colectivos locales y departamentales del occidente de Honduras, aglutinados en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), se reunieron por tercera vez, el pasado 28 de diciembre, en la ciudad de Santa Rosa de Copán, con el objetivo de elaborar y consensuar propuestas para los contenidos de la nueva Constitución Política de Honduras mediante un proceso constituyente. Este histórico evento fue organizado por el equipo de coordinación del colectivo local de Santa Rosa de Copán, acompañado por un grupo de sacerdotes representantes del clero de la Diócesis de Santa Rosa de Copán y por una plataforma regional interinstitucional. Como auténticos y legítimos constituyentes, campesinos/as, citadinos/as, indígenas, profesionales, sacerdotes, académicos/as, jóvenes y abuelos/as, presentaron y debatieron las propuestas elaboradas en sus diferentes colectivos de origen. Ilusión y esperanza reflejaban los rostros y las palabras de las y los presentes. Y no era para menos. Es la primera vez, en la historia hondureña, que el mismo pueblo impulsa un proceso constituyente incluyente, participativo y soberano para refundar al país con la voluntad de todas y todos. Uno de los participantes graficó la importancia material y simbólica de este proceso en los siguientes términos: “Tengo 26 años, no sé si tendré otra oportunidad en la historia, quiero ser parte de este proceso, quiero que la nueva Constitución Política me represente, quiero que lleve una partecita de mí”. Entre las más importantes propuestas consensuadas en este encuentro regional, están:
Tipo y organización del Estado Un Estado Pluricultural, soberano, descentralizado, con autonomías indígenas, laico y que reconozca la diversidad de 173
Jubenal Quispe espiritualidades existentes en el país. Además, se plantea la creación de un cuarto poder (órgano) llamado Poder Popular.
Nuevos derechos fundamentales Entre los nuevos derechos sugeridos, están: derechos de la Madre Tierra, acceso al agua potable-saneamiento y medio ambiente saludable como derechos fundamentales.
Sistema político Un sistema político participativo y con control social. Esto significa: revocatoria de mandato para todos los cargos de elección popular, elección por voto popular de magistrados/as de la Corte Suprema, Fiscal General, magistrados/as del Tribunal Supremo Electoral, aparte de diputados/as alcalde/sa y Presidente/a de la República. Se plantea el reconocimiento y la implementación de mecanismos de participación como el referéndum, plebiscito y Asamblea Constituyente. Asimismo, se propone que todo candidato o candidata político (a) sea nominado por las bases y controlado en función al cumplimiento de su plan de trabajo propuesto. Reducción de la cantidad y el sueldo de diputados/as. Participación e igualdad de oportunidades para mujeres, jóvenes, indígenas y adultos mayores.
Recursos naturales Recuperación de la propiedad y administración pública de los recursos naturales. Prohibición de nuevas concesiones a manos privadas. Participación y beneficio comunitario y público del manejo de los recursos naturales. Prohibición de la minería a cielo abierto. Nuevo ordenamiento territorial según la vocación productiva de cada región del país. Recuperación del dominio del espectro radioeléctrico y promoción de la comunicación alternativa comunitaria.
Sistema económico Una economía diversificada y complementaria. El Estado debe promover la pequeña y mediana empresa, los emprendimientos 174
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza comunitarios y campesinos. La iniciativa privada debe estar bajo el rol protagónico del Estado en la actividad económica.
Servicios sociales Seguro social para todos/as. Educación y salud intercultural, gratuita, universal y preventiva. Una educación liberadora. Sistema agrario. Recuperación y redistribución de las tierras con carácter colectivo para las comunidades campesinas e indígenas que carezcan de ella. Fijar un límite al tamaño de la propiedad agrícola. Reversión de los latifundios. Promover la agricultura campesina/indígena para garantizar la soberanía alimentaria del país, libre de transgénicos.
Seguridad Abolición de las FFAA. Prohibición de bases militares extranjeras en territorio nacional. Reestructuración de la Policía Nacional. Creación de policías municipales.
Relaciones internacionales Libre circulación de personas en la región centroamericana. Reincorporación de Honduras al ALBA y renuncia a los diferentes TLC con los países ricos. La calidad y la novedad de estas y otras propuestas reflejan la sabiduría subestimada de la Honduras excluida. Todo proceso constituyente implica un debate de ideas y propuestas. Y éstas serán legítimas en la medida que salgan de abajo/adentro hacia arriba. Este proceso de inclusión es la única vía y espacio para la reconciliación nacional. Así lo entienden los colectivos del FNRP que paulatinamente transitan de la protesta hacia las propuestas. Y esto deben escuchar y entender las y los dirigentes nacionales del mismo Frente, quienes, aparte de estar ausentes en estos espacios locales/regionales, no están acompañando con urgencia estos procesos de participación primigenia y genuina de las bases por distraerse con la ilusión de la toma inmediata del poder. 175
Jubenal Quispe A 18 meses del golpe de Estado político militar, el pueblo consciente, incluso rebasando las prioridades de sus dirigentes, se encamina finalmente a dar cuerpo/contenido a la demanda de una Asamblea Constituyente Soberana para la reinvención de Honduras, mediante una nueva Constitución Política del Estado. Ahora es el momento para que todas las instituciones públicas y privadas, ONGs, iglesias, cooperación internacional, organizaciones gremiales, activistas e intelectuales acompañen a este proceso de reencuentro nacional si en verdad se busca la convivencia pacífica en el país. De lo contrario, los discursos de reconciliación nacional seguirán hipócritas discursos hipócritas y demagógicos para mantener los estilos de vida de los privilegiados alargando la agonía de las y los excluidos. ¡El proceso constituyente incluyente y participativo es el único espacio genuino para la reconciliación nacional!
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL A LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Sólo una élite con el particular perfil intelectual y moral como la hondureña pudo haberse atrevido a consumar el delito del golpe de Estado en América Latina del siglo XXI. Creyeron que EEUU los protegería ante la comunidad internacional. Confiaron en que el pueblo sumiso, que habían criado por cerca de dos siglos, se resignaría como tantas veces ocurrió en la historia hondureña. Pero estos supuestos eran del pasado. No previeron que el golpe sería su propio holocausto y un perfecto caldo de cultivo para la fecundación de los temidos cambios en el país. Y así fue. Lo que hace 18 meses atrás fue motivo de un golpe de Estado, ahora, se convierte en la única tabla de salvación de la Honduras que languidece sin autoridad y sin Estado. Lo que Manuel Zelaya planteó en 2009, ahora es la “solución” para el desencuentro nacional. El Congreso Nacional actual plantea: “dejar que el pueblo decida sobre lo que quiera decidir, mediante referéndum y plebiscito”. Una de esas decisiones podría ser la Asamblea Constituyente, actualmente entrampada entre la consigna de la “auto convocatoria” popular y el “silencio” constitucional sobre el tema. La propuesta de reforma al Art. 5° de la actual Constitución Política, que debate el Congreso Nacional, deja abiertas todas las posibilidades de consulta. Aprovechando esta reforma constitucional, mediante referéndum, se debería incorporar en la Constitución Política actual la figura de la Asamblea Constituyente. Pero ni los promotores del golpe, ni sectores de la resistencia popular están de acuerdo con esta propuesta de modificación constitucional. Los primeros dicen: no queremos cambios. Que la Constitución y el país sigan como están, pero no se dan cuenta de que viven en una Honduras minada por el caos total y sin un Estado que la dirija. Los segundos dicen: no queremos reformas a una Constitución Política que “no existe”. Exigimos una nueva Constitución para refundar Honduras. Pero tampoco quieren darse cuenta de que en los hechos esa Constitución violentada y rota (por el golpe de Estado) es la que aún 177
Jubenal Quispe rige a este país que se muere. Y, sólo incorporando la figura jurídica de la Asamblea Constituyente en la Constitución actual será posible convocar a la Constituyente para la redacción y aprobación de la nueva Constitución Política. De lo contrario, los detractores de la Constituyente siempre demandarán su inconstitucionalidad. Así, ambas posturas parecen ser de avestruces suicidas. ¿Por qué será que se oponen a este elemental razonamiento jurídico-político las y los “dirigentes” dogmáticos y “progresistas”? ¿Será que en el fondo ambos tienen miedo a que la gente participe y decida? ¿O será que carecen de la capacidad intelectual básica para comprender este razonamiento elemental evidente para el común de hondureñas/os despiertos? ¿Recuerda Ud. la negativa secante de los líderes del FNRP de asistir al “diálogo” convocado por el gobierno de Pepe Lobo en octubre pasado? ¿Ganó o perdió el FNRP con esa actitud? Por las condiciones sociopolíticas en las que sobrevive Honduras, el proceso constituyente es el único espacio para el reencuentro y la refundación del país. Y en este proceso vencerán quienes tengan propuestas e ideas claras para los contenidos de la nueva Constitución Política. En lugar de entramparnos en consignas, debemos estar ya debatiendo los contenidos tanto para la Ley de Convocatoria para la Asamblea Constituyente, como los contenidos de la nueva Constitución. Pero, esto también tiene que ser una construcción de abajo hacia arriba. No se puede seguir subestimando al pueblo como si aún fueran ganados encerrados en establos que se contentan con el forraje que le arrojan sus pastores. No es con consignas que se derrota a la desintegración sociopolítica del país, ni a sus promotores. El proceso refundacional implica amplitud y claridad en el pensamiento. Ninguna Constitución Política, por más popular y participativa que fuera, es garantía per se para la refundación de un país. Depende mucho de lo que cada uno de nosotros/as estemos dispuestos a hacer por el país, y no tanto de lo que el país o las leyes puedan hacer por nosotros/as. Este asunto pasa por un profundo cambio de actitud y de pensamiento. 178
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿ES VIABLE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE AUTO CONVOCADA? El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), a casi dos años de su nacimiento como movimiento social amplio, continúa entrampado en la inviabilidad jurídica de la convocatoria a una Asamblea Constituyente Originaria. La Asamblea General del Frente, en febrero del 2011, determinó: ¡No al proceso electoral, sí a la auto convocatoria a la Asamblea Constituyente! Y es más, dicha auto convocatoria, es excluyente del ejercicio de la consulta popular contenida en el artículo 5° reformado de la Constitución Política en vigencia, porque el FNRP, en el discurso, no reconoce la vigencia de dicha Constitución. Nadie duda de la legitimidad de dicha auto convocatoria, pero ¿qué valor jurídico constitucional tiene una Asamblea Constituyente fuera del orden jurídico establecido? Se podrá redactar un brillante texto constitucional, con la participación directa de todo el pueblo en resistencia, pero el FNRP no podrá obligar democráticamente a quienes no son resistencia a someterse a dicho texto, porque carecerá de valor legal.
Una auto convocatoria que excluye la contienda electoral La auto convocatoria es y será siempre un buen ensayo de participación y consenso de metodologías y contenidos para el texto de la nueva Constitución, pero siempre carecerá de valor legal mientras no esté reconocida en la Constitución Política en vigencia. Es más, mientras la figura de la Asamblea Constituyente no esté incorporada en la Constitución Política actual, y regulada su convocatoria mediante ley, seguirá siendo una demanda legítima, pero ilegal. En otros términos, una Asamblea Constituyente auto convocada fuera del ordenamiento jurídico, no podrá reconstituir nada, mucho menos refundar al país. Éste es el punto ciego de una auto convocatoria sin hegemonía política.
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Jubenal Quispe Pero, ¿cómo hacemos que una demanda legítima, pero no legal, se convierta en una demanda legal? Ésta es cuestión de una construcción de hegemonía política. Es decir, el movimiento social que impulsa la Constituyente Originaria tiene que convertir su mayoría demográfica en mayoría política y ocupar espacios en los órganos Legislativo y Ejecutivo del poder constituido. En democracia, nos guste o no, las hegemonías políticas se construyen mediante el voto popular en las urnas. Sólo así, las amplias mayorías que demandan la Asamblea Constituyente podrán incorporarla en la Constitución Política y regular su convocatoria. Esto significa, en la Honduras actual, participar y triunfar en las elecciones generales, e implementar y ejercer la consulta popular del artículo 5° de la Constitución Política en vigencia para convocar a la Asamblea Constituyente. La sola auto convocatoria, sin contemplar estrategias de contienda electoral, no pasa de ser una consigna. ¿Dónde están las declaratorias, pro Constituyente, firmadas por cerca de un millón cuatrocientos mil ciudadanos? ¿Alguien hizo caso a dichas firmas? Ud. dirá: “Participar en elecciones es hacerle juego a la partidocracia y caer en el electoralismo político”. Pero, ¿acaso la Constituyente no es una cuestión de contienda política? ¡La Constitución y las leyes no son más que la voluntad escrita de los vencedores, fruto de una contienda política o militar! Por tanto, un proceso Constituyente sin una estrategia electoral no es viable en Honduras. El juego electoral es perverso si sólo es para refundar el bipartidismo o rearticular a la vieja élite política castiza. La contienda electoral es el camino para la convocatoria a la Asamblea Constituyente. En este sentido, los colectivos locales y regionales del FNRP, con mayor claridad que la misma dirigencia, fueron y son claros: “Elecciones sí, sólo si es para viabilizar la convocatoria a una Asamblea Constituyente”.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Experiencias constituyentes a tomar en cuenta En 2007, Ecuador estuvo entrampado políticamente. El pueblo pedía Constituyente, las élites de poder se negaban a dicha demanda. Entonces, el movimiento político Alianza País, encabezado por Rafael Correa, apareció y participó en la contienda electoral con una sola promesa: “Si ganamos las elecciones, nuestro primer acto de gobierno será convocar a la Asamblea Constituyente”. El pueblo ecuatoriano le respondió a Correa: “¿Qué nos garantiza que una vez en el poder te olvidarás de la Constituyente?” Correa, de manera inesperada, renunció a presentar candidatos para el Congreso Nacional, y la gente comprendió la imposibilidad de Correa de mantenerse en el poder sin congresistas. Ecuador votó, Correa ganó y su primer acto de gobierno fue convocar a la Asamblea Constituyente. En las elecciones para constituyentes, Ecuador votó por Alianza País, y así se consolidó una hegemonía política para viabilizar el proceso Constituyente. En algún momento los movimientos sociales e indígenas de Bolivia también se plantearon la auto convocatoria, ante la negativa de la élite política, para impulsar el proceso Constituyente. Pero, dichos movimientos sociales e indígenas, persuadidos de la inviabilidad de dicha consigna, crearon y fortalecieron su instrumento político, el Movimiento Al Socialismo (MAS), para participar en las elecciones municipales y nacionales. Así, progresivamente fueron consolidando el sujeto político y construyendo el poder de abajo hacia arriba. El MAS, con Evo Morales a la cabeza, tuvo que llegar al gobierno (2005) para destrabar la demanda legítima del proceso Constituyente en Bolivia, reclamada desde principios de la década de los 90. El sentido común básico nos indica que toda apuesta por la auto convocatoria a la Constituyente, excluyendo la estrategia política electoral, es una consigna que inviabiliza cualquier proceso constituyente en democracia. Es más, esta consigna favorece a la insensible apuesta de los grupos de poder de postergar indefinidamente la convocatoria a la Asamblea Constituyente. 181
Jubenal Quispe El FNRP tiene que contemplar una estrategia política electoral si acaso verdaderamente desea impulsar el proceso refundacional en Honduras de todos/as, con todos/as y para todos/as. Pero, esta estrategia tiene que ser debatida y consensuada en las bases, y no sólo por delegados/representantes. De lo contrario, este promisorio movimiento social terminará diluyéndose en sus contradicciones internas, llevándose consigo las acumuladas y postergadas esperanzas de la Honduras que desea subsistir.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza RETOS PARA LA REFUNDACIÓN DE HONDURAS Con el retorno del ex Presidente José Manuel (Mel) Zelaya Rosales al país, luego de más de 18 meses de expatriación, producto del golpe de Estado político militar, del 28 de junio del 2009, se aceleran las esperanzas para la refundación real e integral de Honduras. Con sólo casi dos años de existencia, el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), es el movimiento social más grande del país. No existe en la historia hondureña otro movimiento social similar. Sin embargo, en el marco de los tres objetivos del Frente (organizar, formar y movilizar), aún nos falta mucho para consolidarnos como un sólido sujeto político colectivo para impulsar la refundación del país. ¿Cuántos colectivos organizados y en funcionamiento permanente tenemos? ¿Cuántas estructuras participativas y asamblearias constituidos? ¿Con cuántas propuestas concretas, tanto para la convocatoria a la Asamblea Constituyente, como para los contenidos de la nueva Constitución Política contamos? Si el objetivo intermedio es la construcción (que no es lo mismo que toma) del poder, ¿qué avances existen para alcanzar este objetivo, y con qué programa de gobierno se aspira a acceder al poder? Estas interrogantes de auto crítica nos desafían, ahora, con el retorno del compañero Mel Zelaya al país.
¿Cuáles son los retos para la refundación? Construir un plan estratégico para la refundación. Construir, de abajo hacia arriba, una metodología y un plan estratégico para impulsar el proceso refundacional, mediante una Asamblea Constituyente. En este momento no existe ningún plan a nivel nacional. Este plan debe contener elementos como: procesos de formación, organización, comunicación/sensibilización, autofinanciamiento, movilización, construcción del poder local.
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Jubenal Quispe Construir un instrumento político. Más de un siglo de historia de los dos partidos políticos mellizos demuestra que éstos no pueden refundar Honduras, por más que cambien de nombre. El FNRP debe definir y construir un nuevo instrumento político, de abajo hacia arriba, para dinamizar el proceso refundacional. Este instrumento político tiene que ser lo más amplio y participativo posible, pero a la vez lo más estricto posible para cernir a las y los oportunistas de sus estructuras. Es decir, el FNRP tiene que contar con un instrumento político, bajo su control, pero no convertir a todo el FNRP en un instrumento político. Construcción participativa de un programa de gobierno. El instrumento político del FNRP tiene que estar aglutinado alrededor de un programa de gobierno. Este programa tiene que ser construido desde los caseríos, aldeas y municipios, incorporando las agendas más postergadas, y considerando los nuevos planteamientos filosóficos para intentar un nuevo sistema. Ya no debemos elegir candidatos/as, debemos elegir programas de gobierno construidos de forma participativa. El FNRP tiene que decirle a Honduras, concretamente para qué quiere llegar al poder. Para qué y por qué impulsa la Asamblea Constituyente
Democratizar la estructura nacional del FNRP. El mal endémico de la representación irresponsable se está apoderando del Frente. En el interior del país se siente el malestar por la dictadura de Tegucigalpa. Urge transitar de la dinámica de la representación a la dinámica de la participación asamblearia. ¿Quién eligió a la coordinación nacional de los 41, o a la asamblea intermedia de los 150? ¿Alguien sabe cómo, quienes y por qué conforman las diferentes comisiones? Las y los representantes tienen que ser PORTAVOCES de los colectivos y dirigir obedeciendo a las asambleas.
Elaborar los contenidos para la nueva Constitución Política. Tenemos que implementar una metodología participativa e incluyente para construir propuestas para la nueva Constitución Política, de abajo hacia arriba. Sólo así se podrá construir la nueva 184
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Honduras entre todas y todos. En este momento existen algunas iniciativas, pero no necesariamente están articuladas entre sí. La refundación no se hace sólo con protestas, ante todo, se hace con propuestas consensuadas.
Lo que Mel no podrá hacer por nosotros/as Nos entusiasma el retorno esperado del Coordinador Nacional de FNRP, y ¡qué bueno! Pero, ¿por qué será que no nos entusiasma tanto el comprometernos y perseverar en la apuesta diaria por la refundación? Las y los hondureños todavía seguimos presos de la maldición del providencialismo. Nos educaron para esperar todo (del Estado, de los políticos, de Dios, etc.) sin mayor esfuerzo. Vivimos creyendo que somos incapaces de hacer las transformaciones por nosotros mismos. Por eso pasamos la vida creyendo que otros harán por nosotros lo que no estamos dispuestos a hacer por nosotros mismos. ¿Acaso no pensamos y actuamos automáticamente expresando que “Diosito lo hará todo por nosotros”? Estos tiempos de la refundación nos exigen a gastar la vida, diariamente por organizarnos y formarnos para las responsabilidades y tareas que nos exige este proceso. Los y las dirigentes y líderes, sin nuestra participación y vigilancia, jamás lo harán por nosotros/as. Jamás habrá refundación si cada uno/a no se refunda moral, espiritual e intelectualmente. Mel, por más que quisiera, no puede hacer este milagro. La refundación comienza cada mañana, y está contenida en los esfuerzos y sueños que anidan en nosotros/as.
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Cap. VII pueblos inDígenas Y negros impulsan un inéDito proCeso ConstituYente
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LA DEMOCRACIA ASAMBLEARIA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y NEGROS Las teorías políticas modernas asumieron la democracia representativa como el único mecanismo políticamente correcto. El argumento principal fue: “La multitud puede deliberar, pero es casi imposible que se ponga de acuerdo para tomar decisiones, si no es mediante sus representantes”. De esta manera, todas las otras formas de democracia se invisibilizaron. Pero las consecuencias fueron fatales. La democracia se convirtió en un rito de las urnas, vacío de contenidos. La corrupción pública fue y es el negocio lucrativo más seguro para los funcionarios públicos. Y la participación política retrocedió en la ciudadanía. En estos días se reúnen, en San Juan, Tela, más de 1.500 representantes indígenas y negros/as de Honduras en una Asamblea Constituyente Refundacional. Según las teorías políticas tradicionales sería descabellado convocar y reunir a esta cantidad de gente para debatir y consensuar los contenidos de una nueva Constitución Política de Estado. Además, para cualquier dirigente social o político, sea de derecha o de izquierda, esta asamblea multitudinaria sería sencillamente inviable. Sin embargo, los pueblos indígenas y negros, no sólo en Honduras, sino en diferentes latitudes de Abya Ayala, desafían las teorías políticamente correctas. ¿Por qué? Entre las muchas verdades que le cuesta aceptar a la socioanalítica liberal o marxista se encuentra es la vocación democrática de los pueblos indígenas y negros. No tanto por racismo, sino porque se asume que la democracia; es de origen occidental. Por tanto, a las y los indios y negros se les debe educar en la virtud de la democracia. Además, se asume que los de arriba (pensadores, políticos, dirigentes, activistas) saben de democracia, los indios, las mujeres, los negros, no. Quizás porque los pueblos indios y negros jamás fueron asumidos como sujetos en la construcción de los estados nacionales mestizos. Pero, la verdad es que de un tiempo a esta parte, y ante el fracaso de la democracia representativa occidental, los pueblos indígenas y negros se han convertido en la reserva de una democracia asamblearia 189
Jubenal Quispe y comunal. Sí. Multitudes indígenas y negras dan lecciones de prácticas democráticas que incluso asustan a las y los dirigentes tradicionales. Ni qué decir a los caudillos. Y uno pregunta, ¿dónde aprendieron los indios? Pues, es su práctica casi cotidiana. Sólo que la democracia asamblearia y comunal, por su alta peligrosidad, jamás fue reconocida como una forma de gobierno por los bicentenarios estados de Latinoamérica. La auto convocatoria a la Asamblea Constituyente Refundacional de los pueblos indígenas y negros de Honduras nos deja grandes lecciones. No sólo para el país, sino para el mundo entero que asiste al fracaso de la democracia representativa excluyente. Observara centenares de hombres y mujeres debatiendo sus problemas y buscando propuestas de soluciones, casi con una mística estoica, a la sombra de los árboles, despierta asombro y admiración. En estas asambleas los intereses y la ética individual está supeditada a los intereses y a la ética colectiva; por tanto, las divergencias, en lugar de fraccionar al grupo, fortalecen el desenvolvimiento de la asamblea. Estos encuentros no son las manifestaciones multitudinarias donde desfilan oradores al calor de las emociones y aplausos de las masas. Son verdaderas jornadas de trabajo, en las que disciplinadamente las y los participantes, en asambleas pequeñas, debaten por horas enteras. Luego acuden a plenarias generales para poner en común las conclusiones consensuadas. Quizás no con un lenguaje exquisito y técnico como lo harían las élites revolucionarias o conservadoras. Pero, lo cierto es que lo que expresan lo dicen con convicción y de corazón. Que al final eso es lo que cuenta. Las formas siempre se pueden suplir con el asesoramiento. Las organizaciones políticas, movimientos sociales y todas las instituciones que proclaman la democracia deberían considerar esta metodología asamblearia de los pueblos indígenas y negros. Después de todo, estos pueblos milenarios y centenarios (en el caso de misquitos y garífunas) son el núcleo duro de la moral y de la resistencia en las repúblicas de Latinoamérica. Por tanto, sus prácticas democráticas se constituyen, per se, en un imperativo ético. 190
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza PUEBLOS INDÍGENAS Y NEGROS IMPULSAN UN INÉDITO PROCESO CONSTITUYENTE Cerca de 1.500 representantes de los pueblos indígenas y negros de Honduras (Pech, Lenca, Chorti, Tolupan, Tawaka, Garífuna, Misquito y negros de habla inglesa) se auto convocaron a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, en San Juan Durugübuti, Tela, con la finalidad de consensuar propuestas concretas para la refundación de Honduras. Rostros negros, mulatos, cobrizos y blancos, unidos por una misma historia de exclusión y de dominación, se reúnen, por vez primera, en mucho tiempo, para compartir sus historias inéditas y soñar juntos y juntas otra Honduras posible. El festivo pueblo garífuna de San Juan, Tela, recibió y acoge con algarabía a sus hermanas/os que vienen de las montañas y playas hondureñas como si siempre los hubieran conocido. Aunque históricamente el colonialismo interno del Estado separó a los pueblos indígenas y negros, condenándolos a vivir como grandes desconocidos entre sí en su propia tierra. Este encuentro de los pueblos en Asamblea Constituyente Originaria y Refundacional comenzó con una experiencia espiritual intercultural. Garífunas y lencas encabezaron un ritual policromático pidiendo permiso a la Madre Tierra y al Mar para dar inicio a este histórico encuentro sin precedentes en el país. Bajo un sol radiante, y al compás del chasquido de las olas marinas, las y los excluidos/as por el sistema estatal e imperial, se impregnaron de la presencia fecunda de las divinidades y del espíritu de las y los ancestros. Así, una energía inédita de empatía y hermandad entrelazó a las y los presentes de colores diversos. Diferentes idiomas desconocidos se pronunciaron en la palestra del evento al momento del esperado saludo y presentación oficial de los pueblos presentes. Evidenciando, de esta manera, la esquizofrenia cultural del Estado hondureño, que jamás tuvo el valor de reconocer 191
Jubenal Quispe su realidad multicultural y plurilingüe. Este encuentro nacional exterioriza la insubordinación de los pueblos por más de cinco siglos en resistencia, y muestra el fracaso del fallido proyecto monocultural del Estado Nación mestizo. Todas las demandas de las delegaciones presentes coincidieron en la unísona demanda mayor de la refundación de Honduras, con la participación activa de todas y todos, mediante un proceso constituyente originario. Éste es el actual objetivo trascendental que mueve a estos pueblos empobrecidos de tanta exclusión y dominación. Con este mandato salieron de sus lugares de origen, superando todas las dificultades de largos viajes. Y no están dispuestos a volver a sus lugares de origen sin propuestas concretas consensuadas para los contenidos de la nueva Constitución Política del Estado. Por eso, desde San Juan, Tela, los pueblos indígenas y negros le gritan al país y al mundo: ¡Honduras, nunca más sin los pueblos indígenas y negros!
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza PUEBLOS INDÍGENAS Y NEGROS DEMANDAN SU AUTONOMÍA Motivados por los tambores y la sensualidad de la ritual danza garífuna, las y los 1.500 representantes de los pueblos indígenas y negros de Honduras (Chorti, Lenca, Tawaka, Tolupa, Pech, Miskitu, Garífuna y Creol, que representan alrededor del 20% de la población nacional), auto convocados y declarados en Asamblea Constituyente Refundacional, concluyeron su primera sesión de tres días, en San Juan, Durugubüti, Tela, Honduras, el 23 de febrero del presente año. Este encuentro negro-indígena, marca un hito histórico en el proceso refundacional de Honduras, no sólo por la complicidad que sellaron las y los vencidos (mas no derrotados) por el sistema republicano neocolonial, sino, sobre todo, por las propuestas construidas para los contenidos de la nueva Constitución Política del Estado. Aunque las limitaciones reales para negociar e implementar dichas demandas no dejan de ser más que evidentes. Acogidos por la hospitalidad y la mística sonora garífuna, las y los constituyentes negros e indígenas, debatieron propuestas para la refundación de Honduras superando incluso las previsiones metodológicas y las limitaciones teóricas de las y los organizadores. De este modo, las y los sobrevivientes al bicentenario holocausto republicano, se convierten ipso facto en un imprescindible faro luminoso que ya ilumina la oscuridad de propuestas refundacionales que padece el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), especialmente a nivel de la estructura nacional. Aunque las preguntas generadoras para la asamblea no estaban pensadas para construir una nueva visión de país, mucho menos plantear elementos paradigmáticos alternos al sistema-mundooccidental-androcéntrico, las y los asambleístas plantearon el cosmocentrismo y la ecointerculturalidad como marcos teóricos que deberían orientar y fundamentar al nuevo Estado y sociedad hondureña. Entre las principales propuestas concretas planteadas, se pueden identificar las siguientes: 193
Jubenal Quispe Tipo de Estado. Estado unitario, soberano, democrático, libre, justo, plurinacional, intercultural, interespiritual, con autonomías negro indígenas. Identidad hondureña. El Estado debe promover, como política nacional, la intra e interculturalidad como el nuevo estilo de vida nacional. Se prohíbe toda expresión de racismo. Esta tarea pasa porque el Estado debe reconocer su condición sociocultural multicultural. Derechos fundamentales. Se plantea que todos los derechos reconocidos en el Convenio 169° de la OIT y en la Declaración Universal de los Derechos Colectivos de los Pueblos Indígenas, deben ser constitucionalizados. Así mismo, se propone incorporar los derechos de la Madre Tierra como derechos fundamentales que garantizan los derechos humanos. Además, la asamblea propone que el derecho del acceso al agua potable sea un derecho fundamental. Soberanía. La asamblea propone el reconocimiento y el fortalecimiento de las identidades indígenas negras como un elemento previo para la construcción de la soberanía (poder) plurinacional. Sistema político. Se propone la prohibición de la reelección de diputados/as y alcaldes/as como mecanismo preventivo de la corrupción pública. Sistema judicial. Se plantea el pluralismo jurídico. Además, se propone que el Estado reconozca y promueva los sistemas de justicia practicados por los pueblos indígenas y negros. Se propone que existan tribunales indígenas y negros con el mismo rango que en el sistema ordinario. Recursos (bienes) naturales. El agua debe ser de propiedad pública. Gestionada y administrada por las comunidades beneficiarias, nunca por intereses privados. Los bosques y los ecosistemas deben ser protegidos y gestionados en beneficio de las comunidades usuarias. La asamblea propone la prohibición de las concesiones mineras. En estos y otros casos, se debe garantizar el derecho de la consulta previa a las comunidades afectadas.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Tierra y territorio. Se plantea el reconocimiento, regularización y titulación de las tierras ocupadas por comunidades indígenas y negras. En dichas tierras, el Estado debe garantizar el fortalecimiento de las instituciones indígenas y negras. Salud, educación y comunicación. Las y los indígenas plantean un sistema de salud preventiva, intercultural y gratuita. De la misma manera plantean una educación intercultural, gratuita, laica y liberadora. En cuanto a la comunicación proponen que el Estado debe promover sistemas de comunicación comunitaria, garantizando el derecho a la información y a la libertad de expresión. Recuperar la propiedad y administración del espectro electromagnético es una terea primordial del Estado. Economía. La economía del país debe estar fundamentada en la pluralidad de cosmovisiones de los pueblos indígenas y negros, dicen las y los asambleístas. Se plantea la propiedad y producción comunitaria por encima de los intereses individuales. Agricultura y soberanía alimentaria. Se propone una revolución agraria integral que promueva la producción para el consumo interno, libre de transgénicos y de agroquímicos. El Estado debe promover la agricultura indonegra campesina. Temas fundamentales como visión de país, estructura y funcionamiento del Estado, estructura axiológica, sistema político, seguridad nacional, relaciones internacionales, participación ciudadana y control social, entre otros, aún no fueron abordados. Y así concluyó la primera sesión de negros/as e indígenas, quienes asumieron la tarea de debatir y consensuar con sus bases este avance de propuestas. La auto convocatoria para la II sesión de la Asamblea Constituyente indígena negra, está fijada para el próximo 3 de junio, en La Mosquitia. Allí se continuará con la profundización y ampliación de las propuestas para la refundación del país. Como se puede ver, el criminalizado proceso constituyente refundacional avanza en Honduras impulsado por sujetos menos 195
Jubenal Quispe sospechados y más subestimados por las estructuras de poder, tanto oficial, como alternativos, como es el FNRP que aún se resiste a tomar en cuenta con seriedad a los pueblos indígenas y negros como uno de los auténticos sujetos políticos y verdaderas reservas morales e intelectuales para la genuina tarea refundacional del país.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LA RESISTENCIA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y NEGROS A la llegada de los españoles, (inicios del Siglo XVI), la Honduras actual estuvo habitada por cerca de 400 mil originarios/as. Pero, sólo unas décadas después, los hijos del África remplazaban a los originarios exterminados por la peste y los trabajos forzados en las minas. Honduras esperará hasta finales del siglo XIX para recuperar su nivel demográfico del siglo XVI, pero las y los indígenas serán recluidos como minorías incómodas. En la actualidad, según fuentes extraoficiales, cerca del 20% de la población hondureña es indígena (incluyendo a garífunas, misquitos y creoles), distribuida en 8 pueblos (Lenca, Maya Chorti, Tawaka, Pech, Tolupa, Garífuna, Misquito y Creol). Estos pueblos sobrevivieron en resistencia, por cerca de dos siglos, al apartheid social, político, cultural y religioso de la Honduras republicana. Sin tierras, sin lenguas, sin dioses/as, sin ropas, nos dejaron una lección de resistencia sin precedentes. De un tiempo a esta parte es impresionante ver la reconstitución territorial e identitaria de estos pueblos de la Tierra, vencedores de la humillación, exclusión y etnofagia estatal mestiza. La actitud resistente del Consejo Cívico de Organizaciones de Pueblos Indígenas de Honduras (COPIHN) y de la Organización Fraterna Negra Hondureña (OFRANEH), frente al golpe y al régimen sucedáneo, son sólo el reflejo de la vocación resistente de los pueblos originarios. Contagiados con el renacer de los pueblos milenarios del continente, desde la década de los 90 del pasado siglo, los pueblos indígenas y negros de Honduras se organizaron alrededor de agendas sociales inmediatas como tierra, salud y educación, pero con mínimos logros. Organizaciones indígenas como COPINH y OFRANEH, superando las demandas locales, platean la refundación de Honduras con autodeterminación para los pueblos indígenas y negros. Del mismo modo, los pueblos indígenas de la Mosquitia demandan su autonomía para preservar, según dicen ellos, la biosfera del Río Plátano y la Madre Tierra. 197
Jubenal Quispe COPIHN es la única organización que cuenta actualmente con una propuesta concreta para los contenidos de la nueva Constitución Política de Honduras, construida y consensuada en asambleas locales. La Asamblea Nacional de los Pueblos Indígenas, encabezada por OFRANEH y COPIHN, con la participación activa de todos los pueblos indígenas de Honduras, es la única iniciativa seria y legítima que impulsa la construcción de propuestas para la refundación de Honduras de abajo hacia arriba. Como se puede ver, los pueblos indígenas de Honduras están en resistencia, no sólo desde hace dos años, sino desde más de cinco siglos. Son los pioneros en la construcción asamblearia de propuestas para la refundación del país. Sin embargo, siguen ninguneados en las estructuras nacionales y departamentales del Frente. Mucho menos se les presta la debida atención dentro del movimiento del Frente. ¿Por qué será? En la última asamblea nacional del FNRP (Tegucigalpa, febrero 2011), una compañera negra, reconocida dirigente, a nivel nacional e internacional, fue increpada públicamente por un mestizo citadino en resistencia sólo porque no representaba a una unidad territorial. Si las y los indios aún no tienen territorio ¿a qué unidad territorial debería ella representar? Para la asamblea nacional del FNRP, el 2010, la dirigencia del FNRP asignó un solo cupo para los pueblos indígenas de Honduras, ¿a cuál de los 8 pueblos le correspondía aquel cupo? Con todo esto, y mucho más, los pueblos indígenas y negros del país, continúan y seguirán en resistencia. Soñando y haciendo camino, juntas y juntos, hasta ver el clarear del nuevo amanecer que sus ancestros y divinidades les prometieron. Después de todo, se constituyen en la reserva ética y sapiencial para reinventar a este ingrato país que jamás les reconoció mérito alguno, aunque sobre sus cenizas se emuló el Estado nación hondureño.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza NEGRAS E INDÍGENAS EN RESISTENCIA DESAFÍAN AL ESTADO CRISTIANO Diez siglos después, el Santuario Espiritual Maya Chortí, llamado Sepulturas, ubicado en el Departamento de Copán, Honduras, lució su milenaria majestuosidad ceremonial al constituirse en la sede del diálogo intercultural e interespiritual de mujeres indígenas y negras de Honduras. Nunca en la historia conocida del país se ha registrado un encuentro de esta magnitud. Mucho menos en un lugar tan sagrado como éste. Ancianas y jóvenes indígenas y negras, venidas de diferentes rincones del país, inauguraron, de forma inédita, su primera asamblea nacional intercultural para debatir y aportar propuestas concretas para refundar Honduras, mediante un proceso constituyente. Mayas, lencas, tolupas, pech, misquitas, creoles y garífunas, mediante sagrados rituales ancestrales convocaron a sus antepasados y entablaron un diálogo reconciliador con ellos/as y con los espíritus de los bosques, mares, montañas y la Madre Tierra, y pidiéndoles permiso dieron por instalado el poder constituyente de las indígenas y negras en Honduras. Así, estas 300 mujeres sientan precedente y presencia en una sociedad ilusionada con la blanquitud, y ante un Estado etnofágico que, por dos siglos, intentó silenciar lo que material y simbólicamente no pudo destruir. Pero, ¿por qué recurren estas mujeres a la dimensión espiritual en su proceso de resistencia refundacional? ¿Acaso Honduras no es uno de los países más cristianizados del mundo occidental? ¿Acaso no estaban sepultadas para siempre las satánicas idolatrías indígenas en Honduras? Miriam Miranda, garífuna, dirigente de la Organización Fraternal de Negros de Honduras (OFRANEH), dice lo siguiente: “A veces estamos tan dispersos y no hacemos ese encuentro espiritual que es importante para nuestros procesos de lucha. Se reafirma la necesidad de fortalecer nuestra propia espiritualidad e identidad. (…) Nos quitaron nuestra espiritualidad e identidad y así le negaron a nuestros hijos/as el derecho de saber sobre su origen”. 199
Jubenal Quispe La matriz fecunda y creativa de los pueblos en resistencia, en todos los tiempos, siempre es su dimensión espiritual. La espiritualidad es esa fuente inagotable que nace del reencuentro comunitario y personal con las divinidades que posibilita la esperanza activa, incluso cuando en la realidad cotidiana sólo se evidencia derrota y exclusión permanentes. La resistencia fecunda y creativa, sólo es duradera en el tiempo si está asentada y dinamizada en los reencuentros con las trascendencias presentes en lo cotidiano. En otros términos, lo más importante de los procesos de la resistencia es la dimensión espiritual. Dimensión todavía ignorada y excluida por buena parte de la dirigencia del Frente Nacional de Resistencia Popular que cree que toda su fortaleza está en los manuales marxistas que quizás leyeron sin entender en el pasado siglo. Esta verdad y fuerza probada de la resistencia de los pueblos no era, ni es desconocida para los imperios que con lenguajes religiosos intentaron apoderarse de los bienes, cuerpo y alma de sus súbditos. La historia de las evangelizaciones cristianas está empedrada con lápidas de extirpación de idolatrías, caza de brujas, bibliolatrías, culturisidios, etc. Todos, con la finalidad de silenciar la presencia viva y activa del Espíritu Divino que habla desde diferentes lenguajes espirituales para resistir al imperio de la destrucción y a la cultura de la muerte en todos los tiempos. Esta emergencia vital de las diosas y dioses de todos los nombres es una derrota rotunda del cristianismo. Muestra el fracaso de los dos mil años de procesos de evangelización. Después de más de cinco siglos de evangelización se evidencia que: Honduras no es cristiana como se había creído ingenuamente. El proceso de la resistencia de los pueblos está descascarando el barniz “cristiano” de Honduras, y en su lugar están emergiendo espiritualidades milenarias que “creíamos” que ya habían sido sepultadas y evangelizadas. Y son justamente las mujeres negras e indígenas quienes nos regalan estas estampas históricas que muchos ojos y oídos hubieran querido testimoniar. ¡Feliz culpa de quienes impulsaron el golpe de Estado en Honduras en pleno siglo XXI!
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza EL PODER CONSTITUYENTE DE LAS MUJERES INDÍGENAS Y NEGRAS El poder constituyente es la capacidad y la potestad de crear o reinventar un Estado y una nación mediante consensos políticos plasmados en un pacto social. Los sujetos del poder constituyente, en lo que se conoce de la historia, casi siempre fueron individuos varones, libres, enriquecidos, adultos, alfabetizados (aunque ignorantes) y blancos (mestizos o criollos en el caso latinoamericano). Por lo general, éste es aún el perfil para gozar de la ciudadanía plena. Las mujeres indígenas y negras de los pueblos de Honduras, constituidas en Asamblea Constituyente, los días 11, 12 y 13 de julio, en Copán Ruinas, dan pautas de una verdadera democracia comunitaria, tanto por la auto convocatoria, como por sus metodologías de trabajo, los contenidos de sus debates y las conclusiones de las sesiones. Francisca, indígena pech, de 54 años, llegó a la asamblea, con otras nueve de su pueblo, viajando 2 días, desde Subirana (Olancho). El resto de las cerca de 300 participantes igual tuvieron que trasladarse, venciendo los contratiempos, aunque de distancias diferentes. Por eso, Miriam Miranda de OFRANEH dice: “Muy poca gente se imagina lo que cuesta mover a los pueblos indígenas (por las condiciones de aislamiento). Mucho más, porque como mujeres estamos restringidas de salir de nuestras casas”. Pero, tanto COPINH, como OFRANEH, con la ayuda solidaria de algunas organizaciones, y con mucha voluntad y aporte propio de las mujeres, pudieron reunir a las mujeres de los mares y montañas en esta histórica Asamblea Constituyente. Esta asamblea de indígenas y negras no fue una reunión de representantes, como se practica en las organizaciones tradicionales, incluso en la Resistencia Nacional. Aquí vinieron todas las que pudieron y quisieron venir. De lo contrario, la asamblea nacional de mujeres indígenas y negras en Honduras no sería de más de 8 mujeres (representantes). Otro aspecto sugerente e innovador (al menos para el modo del ejercicio de la ciudadanía clásica) es la logística y el autofinanciamiento 201
Jubenal Quispe de esta asamblea. El traslado de las delegaciones, la preparación y distribución de la alimentación, la seguridad y el hospedaje estuvieron completamente bajo la responsabilidad de varones. Hipólito López, Consejero Mayor Chortí, dice: “Cada comunidad chortí envió a un varón para que se turnen en la preparación de los alimentos en la cocina (cerca de 20 en total). Otras, aportan con leña. Y casi todas las comunidades, con frijoles y maíz.” Uno de los chortís, en medio de hornillas improvisadas y pailas de frijoles, dice: “Esto que hacemos es cuestión de igualdad de oportunidades y enfoque de género. Para que nosotros nos capacitemos y deliberemos, ellas asumen casi siempre todas las tareas domésticas. Ahora, nos toca a nosotros cocinar y hacer que ellas tengan lo necesario para que se capaciten y debatan. Algunos todavía sienten vergüenza al hacer tortillas en público. Pero los tiempos van cambiando”. Y es verdad. En Honduras, casi nunca se ve, en espacios públicos, a varones echando tortillas y removiendo pailas de frijoles, sin poner en duda su masculinidad. Mientras los varones cocinan, las mujeres se escuchan y debaten la problemática nacional e internacional desde sus condiciones de mujeres. En América Latina, cuya maldición permanente es la desigualdad, la mujer indígena sobrevive a cuatro exclusiones sistemáticas y permanentes: la condición de ser mujer, empobrecida, analfabeta e indígena. Estas condiciones configuran la identidad subalterna de la mujer. Sin embargo, en esta Asamblea Constituyente de mujeres indígenas y negras, ellas no se sienten ni superiores, ni inferiores. Toman la palabra, se expresan, se quejan, proponen, cantan, ríen, etc. Miriam Miranda al respecto dice: “Aquí nadie enseña a nadie. Todas aprendemos juntas. Construimos nuestras verdades como mujeres. Nadie se desespera por hacer protagonismo”. Y también es verdad, al finalizar la jornada todas terminan contentas porque ellas sienten que las conclusiones del día llevan la impronta de cada una de ellas.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Esta metodología de asamblea comunitaria, sin ningún tipo de exclusión, ni censura, ni ansiedades, permite que ellas vean la realidad con un enfoque mucho más holístico que los varones, pues éstos están condicionados por la competencia. En esta Asamblea Constituyente, en el análisis y comprensión de la realidad, se transita con mucha facilidad del ámbito público al ámbito privado, de lo profano a lo sagrado, de lo material a lo espiritual, de lo humano a la Madre Tierra, de la economía a la ecología, de la política a la ética del cuidado. En las condiciones de sobrevivencia en las que nos encontramos en el planeta, es un imperativo ético ineludible voltear la mirada hacia estas formas de ver y organizar el mundo. Sobre todo a esta metodología comunitaria y holística. Del sistema mundo-occidental (capitalista o socialista)-patriacal ya no saldrán soluciones sostenibles. Es tiempo de asumir como válidos y necesarios los modos de ver, sentir, explicar y organizar la realidad desde las condiciones de las mujeres. En este caso, indígenas y negras. De lo contrario, en el aletargado acto de estar velando al moribundo sistema actual feneceremos como especie.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza EL CALVARIO DEL PUEBLO INDÍGENA MAYA CHORTÍ En el Consejo Nacional Indígena Maya Chortí (CONIMCH), se encuentran registrados más de 38 mil indígenas afiliados, distribuidos en los municipios del Departamento de Copán, Santa Rita, Copán Ruinas, Cabañas, El Paraíso y Dulce Nombre. Y en el Departamento de Ocotepeque, Sensenti y La Labor. La existencia del pueblo Maya Chortí, en Honduras, expresamente fue negada por políticos y ganaderos de la región occidental del país, con el argumento de que eran extranjeros guatemaltecos pobres y ociosos asentados en la región. La historia y la verdad terminaron derrotando a esta mentira porque el pueblo Maya Chortí desde hace más de 8 mil años habita en buena parte de Meso América. ¿Quiénes construyeron, pues, el actual Santuario Arqueológico Maya Chortí, insólitamente llamado ruinas mayas de Copán? De un tiempo a esta parte, mediante la organización y movilizaciones permanentes, las y los descendientes del aguerrido pueblo Maya Chortí, lograron arrancarle al Estado hondureño el compromiso de 14 mil hectáreas de tierras (1997), escuelas y centros de salud básica. Estas promesas fueron cumplidas en parte. En la actualidad, las condiciones paupérrimas en las que sobreviven las y los chortís retuercen a cualquier corazón sensible. Familias enteras en la miseria total. Sin maíz, ni frijol. Cubiertos de harapos. Niños y niñas con los estómagos hambrientos, hinchados de parásitos y sin ningún futuro. Así paga el Estado hondureño a los descendientes de una de las civilizaciones más importantes de su pasado legendario. Mientras en el Santuario Arqueológico Maya Chortí, turistas y nacionales alardean de las huellas de grandeza dejadas por la civilización Maya Chortí, las y los indígenas chortís se encuentran recluidos en las montañas aledañas, asediados por terratenientes y políticos inescrupulosos, bajo la implacable tiranía del hambre y del analfabetismo. 205
Jubenal Quispe En el pasado, los terratenientes y políticos les quitaron su cultura, su idioma, su espiritualidad, sus tierras fértiles. Ahora, pistola en mano, los patrones los persiguen para quitarles sus bosques y fuentes de agua dulce. ¿Habráse visto semejante ingratitud de un país para con sus raíces milenarias? Mientras esto les sucede a las y los chortís, el pueblo hondureño mira sin ver, ni indignarse. ¿Habráse visto semejante indiferencia de una sociedad para con el sufrimiento de sus hijos?
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Cap. VIII leCCiones De un golpe De estaDo en pleno siglo XXi
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza HONDURAS, VÍCTIMA DEL ANALFABETISMO CONSTITUCIONAL DE SUS ÉLITES Así como ahora, que al releer la historia, nos indigna la trágica comedia del ferrocarril interoceánico por el que Honduras se endeudó a cambio de la locomotora que nunca llegó, o la afirmación despectiva que las bananeras solían decir: “en Honduras cuesta más caro comprarse una mula que un diputado/a”. De la misma manera, o quizás peor, irritará a quienes vienen después de nosotros/as la grotesca historia del fatídico golpe de Estado, que en pleno tercer milenio permitimos se consumara en Honduras, al mismísimo estilo del canibalismo salvaje de antaño. En Honduras, al igual que en el resto de los países de América Latina, un reducido grupo de criollos fundó la República y el Estado, excluyendo y subyugando a las grandes mayorías. Casi dos siglos después, en algunos países, esta deuda histórica está siendo resuelta mediante mecanismos de participación directa y procesos de transformaciones estructurales. En Honduras, el intento del reencuentro nacional, mediante una Asamblea Constituyente, fue reprimido a la fuerza el 28 de junio del 2009. Muchos/as juristas dicen que aquel quiebre fue una sucesión constitucional; también hay quienes opinan que fue un golpe de Estado. Pero, ¿qué es lo que exactamente dice la Constitución Política y la doctrina del derecho constitucional? La Constitución Política del Estado hondureño, siguiendo la doctrina constitucional comparada y los fundamentos teóricos básicos de la democracia, en su Art. 2° establece que la soberanía reside en el pueblo, y éste transfiere parcialmente el ejercicio de la misma a sus representantes (diputados/as). En ningún momento dice que la titularidad de la soberanía se transfiere a las y los representantes. El pueblo es el Soberano que tiene la máxima potestad incluso para dar por terminada dicha transferencia del ejercicio del poder. Esto lo sabe hasta el más neófito en Derecho porque es una figura base en el derecho civil para las representaciones.
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Jubenal Quispe Pero, en los hechos, de manera inconstitucional, las élites políticas del país secuestraron la soberanía e hicieron creer que el Soberano son las y los diputados, y bajo este argumento transfirieron las riquezas del país a intereses privados y foráneos. Ésta es una de las sistemáticas violaciones a la Constitución Política que ellos mismos aprobaron en 1982. Violentaron permanentemente el derecho a la participación directa del pueblo, incluso cuando la misma Constitución establece que el gobierno se sustenta en el principio de la democracia participativa (Art. 4° y 5°) El argumento de la soberanía popular y el establecimiento de la democracia representativa y participativa (mediante consultas populares), ambos dispuestos en la Constitución Política del Estado, fueron, son y serán argumentos jurídico/constitucionales y políticos suficientes para convocar a una nueva Asamblea Constituyente en Honduras. El Soberano tiene la potestad para establecer nuevos pactos sociopolíticos cuando el pacto (Constitución) en vigencia no exprese la voluntad general de todas y todos. Así fue cómo procedieron, proceden y procederán los países democráticos, especialmente en procesos de transformaciones estructurales. En Bolivia, en 2004, el entonces Presidente Carlos Mesa, ante la demanda popular de la Asamblea Constituyente, que no estaba reconocida en la Constitución, dijo: “Promulgo esta reforma constitucional incorporando la Asamblea Constituyente en nuestra Constitución, incluso en contra de los procedimientos establecidos para las reformas a la misma, porque el Soberano así lo exige”. Y era un Presidente neoliberal, pero inteligente. Quienes perpetraron el golpe de Estado el 28 de junio del 2009 en Honduras leyeron mal la Constitución Política que ellos mismos la redactaron y aprobaron en 1982. El error no fue ni siquiera de interpretación, porque no hay nada que interpretar, fue de comprensión de lectura y de asesoramiento. El Art. 373° dice: “La reforma de esta Constitución podrá decretarse por el Congreso Nacional, en sesiones ordinarias, (…)” Este artículo y el siguiente, que llaman “pétreos”, está hablando de la reforma constitucional. La Asamblea Constituyente no reforma constituciones, sino redacta una nueva. Además, este artículo pétreo 210
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza dice podrá, mas no deberá. Este texto no es prohibitivo, sino facultativo. En introducción al Derecho se recalca como elemento básico para la comprensión de textos jurídicos el siguiente principio universal: “lo que no está prohibido está permitido”. Y, entonces, ¿dónde está el argumento para el quiebre del orden democrático? Las y los apologetas del golpe de Estado dicen: “pero la Constitución Política no permite la convocatoria a una Asamblea Constituyente y Manuel Zelaya quería convocarla”. Pero la Constitución no prohíbe dicha convocatoria para la redacción de una nueva Constitución. En las 15 asambleas constituyentes que celebraron las élites del país para redactar las diferentes constituciones, incluida la actual, casi nunca incorporaron en las constituciones la figura de la Asamblea Constituyente, pero siempre se auto convocaban a nuevas constituyentes para legalizar sus golpes de Estado. Además, el Art. 63° de la actual Constitución Política dispone que: “Las declaraciones, derechos y garantías que enumera esta Constitución, no serán entendidos como negación de otras declaraciones, derechos y garantías no especificados, que nacen de la soberanía”. La Asamblea Constituyente, como mecanismo de participación popular, es un derecho político fundamental de los pueblos, y el hecho de que no esté incorporado en la Constitución no significa que esté prohibido. A todas luces, el golpe de Estado, desde un básico análisis jurídico constitucional, fue y es una flagrante ruptura del orden democrático y constitucional. Las y los abogados que asesoraron el golpe no leyeron bien la Constitución. Dicen que defenestraron, con fusiles en mano, al gobierno constitucional de Manuel Zelaya, para preservar la democracia y el orden constitucional. Pero, por más que fuera un delito convocar al Soberano a la Constituyente, ese supuesto delito ni siquiera se había consumado aún. No hubo delito alguno. La cuarta urna era sólo una convocatoria para consultar. Supongamos que la Constitución prohibiera la convocatoria a la Asamblea Constituyente, y alguien transgrediera dicha prohibición 211
Jubenal Quispe para salvaguardar el bienestar común. En este caso incluso se debe analizar y valorar la preservación del bien mayor para actuar. La mínima noción jurídica nos dice que no se puede, ni debe, sacrificar vidas humanas para salvaguardar disposiciones jurídicas excluyentes y generadoras de conflictos sociales. Por donde se mire, el golpe de Estado del 28 de junio del 2009 fue una flagrante violación del orden constitucional que mal o bien se había intentado establecer en Honduras por cerca de 28 años continuos. Las sanciones penales para este delito y sus nefastas secuelas también están establecidas en la misma Constitución Política. El Art. 2° establece: “La suplantación de la Soberanía Popular y la usurpación de los poderes constituidos se tipifican como delitos de Traición a la Patria. La responsabilidad en estos casos es imprescriptible (…)”. El Art. 96° establece cadena perpetua para delitos muy graves que generen conmoción y rechazo internacional. Honduras, con el golpe de Estado y las matanzas sobrevenidas, se convirtió en un paria mundial. Humillado y expulsado de espacios internacionales. Hasta se le prohibió sobrevolar por espacios aéreos en países como Ecuador. El Art. 375° establece también incautación de bienes, fuera de las sanciones penales a cuantos quebranten el orden constitucional. Otros delitos, dispuestos en la misma Constitución, que cometieron quienes promovieron el golpe de Estado son: Delitos contra la dignidad y la vida (más de 250 asesinatos en 15 meses de persecución política) (Art.59°,65° y 68°). Delitos contra la libertad de las personas (Art.69° y 84°). Delitos contra la libertad de expresión y de prensa (Art.72° y 73°). Delitos contra la libre locomoción (Art.81°, 102°). Delitos contra la propiedad privada e inviolabilidad de domicilios (Art.99°). Quienes cometieron y cometen estos actos delictivos de esa humanidad saben que la ley más temprano que tarde les alcanzará. ¿Por qué desobedecer, de esta manera, al instinto de sobrevivencia en libertad? ¿Por qué obviar elementales consecuencias jurídicas al momento de emprender tan descomunal cometido? 212
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ¿Será que subestimaron demasiado a la manipulable e influenciable “masa ignorante” de hondureñas/os? ¿Por qué no consideraron la nueva reconfiguración internacional de las fuerzas políticas de la región? Estos tiempos hondureños ya no son las épocas de Carías. ¿Acaso no conocieron la suerte de dictadores como Pinochet, García Meza, Videla, Fujimori y otros a los que más temprano que tarde la justicia humana los alcanzó en América Latina?
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LECCIONES DE UN GOLPE DE ESTADO EN PLENO SIGLO XXI Honduras es el segundo país centroamericano más grande en territorio. Cuenta con las mayores reservas de agua dulce en la región. Tiene unas envidiables y paradisíacas playas e islas caribeñas. Sus bosques montañosos, productores de madera y agua, son codiciados por propios y extraños. Sus manglares lo convierten en una potencia regional en la exportación de camarones. Durante la Colonia, aportó a la Corona española con cerca del 5% del total de las extracciones mineras del nuevo continente. Pero, casi dos siglos después de su “independencia”, esta tierra fértil y de gente querendona, se encuentra peor que cuando arribaron los españoles. Un país sin paz, ni pan, ni identidad. Un país en la bancarrota económica. ¿Qué pasó? En Europa o Norteamérica, los juicios simplistas de las y los satisfechos con los camarones y el café hondureño, dicen: “Honduras es así porque su gente es ociosa y corrupta” ¡No! La hondureña de tierra adentro se levanta a las 4:00 am para preparar los alimentos para quienes marchan, machete en mano, a cultivar la tierra o cuidar los ganados. No hablamos de minorías. El 56% de la población nacional es rural. Es impresionante ver, en estos tiempos de corte (cosecha) de café, familias enteras, como hormigas, persiguiendo las hileras en los cafetales, incluso los domingos. Por lo general, el o la hondureña no roba, se deja robar. Honduras, en buena medida, es la ceniza que ha dejado el desarrollismo de los países enriquecidos económicamente y empobrecidos moralmente, en complicidad con las apátridas élites del país. Honduras cumplió y cumple todos los servicios más sucios en la contienda económica y política de los países ricos. A principios del siglo pasado EEUU lo convirtió en una república bananera. Luego sirvió y sirve de porta tropas gringas (actualmente existen tres bases militares extranjeras en Honduras), antes, para persuadir al fantasma del comunismo, ahora, para intimidar a la 215
Jubenal Quispe democracia participativa e insubordinada que emerge desde Sudamérica. Desde las últimas décadas del pasado siglo, las multinacionales hicieron de Honduras un país maquila (anularon así lo que de dignidad nacional quedaba, y sepultaron los derechos socio laborales) Y, como esta cenicienta aún servía, entonces, la convirtieron, sin más, en la mula del continente para cargar la droga que las y los frenéticos cocainómanos demandan desde el norte. Pero, la peor desgracia le llegaría a Honduras el 28 de junio del 2009. No tanto porque se haya quebrado la casi inexistente democracia o paz social, sostenida por el formalismo político y jurídico, sino por las consecuencias nacionales e internacionales de esta pulseta de las élites rústicas. Élites ancladas en el bipartidismo político militar, y legitimadas por jerarcas católicos y evangélicos, prostituyeron y prostituyen a Honduras hasta convertirla, ahora, en una paria internacional. Mientras el resto de los países de Latinoamérica se entusiasman en celebrar su bicentenario, Honduras, recluida en la soledad internacional, no tiene nada que celebrar. Más por el contrario, su existencia como Estado y nación está en entredicho.
¿Cuáles son las consecuencias más crudas en el país, a 18 meses del golpe de Estado? Un pueblo sin derechos, ni garantías Todos los informes nacionales e internacionales coinciden en que en Honduras la gente que está en contra del golpe de Estado y a favor de la democracia participativa sencillamente no tiene derecho a tener derechos. La UNAH, en el 2009, informaba 14 homicidios diarios (22 muertes violentas diarias). En el 2010 los asesinatos violentos registrados sobrepasaron 16 muertes diarias. ¡Ni en los países en guerra declarada se asesinan tantas vidas! Muchas de estas víctimas son dirigentes o integrantes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), asesinados de forma selectiva. Como en las épocas de la Colonia, 35 campesinos fueron asesinados por patrones terratenientes, a vista y paciencia de las 216
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza autoridades. En San Pedro Sula, con intervalo de semanas, fueron masacrados 17 jóvenes en una zapatería y otros 14 en una cancha de fútbol con ametralladoras AK 34. Pero, como el negocio de las armas es monopolio legal de las FFAA, se espera que la amnesia colectiva y “la confianza en el juicio divino” tranquilicen a la inexistente conciencia nacional. Lo más indignante es que la Policía Nacional y la Fiscalía reducen sus hipótesis investigativas a simplismos de: “muertes causadas por arreglo de cuentas”. Así, nadie investiga nada. Nadie va a la cárcel. ¡Ningún implicado en el golpe de Estado ha sido procesado! Si las almas del ejército creciente de asesinados/as, en estos 18 meses de golpe de Estado, deambulan por las calles y montes de Honduras clamando justicia, igual o peor suerte corren cerca de doscientos hondureños/as perseguidos/expatriados en tierras extranjeras. Las organizaciones e instituciones que exigen el respeto mínimo a los derechos humanos son criminalizadas y hostigadas con la Ley Antiterrorista, aprobada hace unos meses por el Congreso Nacional. La ONU, a finales del pasado año, en Suiza, entregó al gobierno hondureño 129 recomendaciones para el restablecimiento de los derechos humanos en el país. Pero, como no es el gobierno quien manda en Honduras, el capricho y la prepotencia continúan imponiéndose en estas tierras.
Un pueblo desamparado, sin Estado En los primeros meses del 2010, en el norte atlántico del país, una parte de las propiedades agrarias de Miguel Facusse fue ocupada por campesinos sin tierras. El gobierno de Pepe Lobo postergó el diálogo con los campesinos. Pero, como en las mejores épocas del feudalismo medieval, el terrateniente empresario, Miguel Facusse, convocó, financió y movilizó a la Policía Nacional, a subalternos del Ejército y a elementos de la Fuerza Aérea hacia sus propiedades para expulsar a los ocupantes. Mejor caricaturización de quién tiene el monopolio de la fuerza en el país, ya no es posible. 217
Jubenal Quispe Casi al finalizar 2010, la guardia de seguridad del mismo empresario mató a cinco campesinos desarmados. La reacción grotesca del empresario fue: “Para qué se acercan a mi propiedad sabiendo que mis hombres están armados”. Casi de este mismo nivel cultural son las otras 9 familias que controlan la banca, el comercio internacional, la agroindustria y cadenas del comercio nacional. Honduras no ha podido consolidarse como nación ni como Estado en estos 189 años de su vida republicana. El Estado no sólo carece de un control total sobre su territorio, sino simplemente no ha logrado consolidar su autoridad en el país. Por ello, la ley del más fuerte ha sido y es una verdad recurrente. Bolsones completos de la Honduras profunda son excluidos y no se sienten parte del proyecto de nación, de la comunidad política. Por tanto, tampoco se puede afirmar que exista una nación hondureña. Este Estado que subsistió con sus contradicciones internas, el 28 de junio del 2009, fue fulminado dejando a la población al imperio del caos y de la muerte. Con una Constitución Política rota, con un ordenamiento jurídico interno cuyos administrativos de justicia son los mismos que fulminaron al Estado de Derecho mediante el golpe. Entonces, es explicable, más nunca justificable, porqué el sicariato, la impunidad y el narcotráfico reinan en Honduras. Después del golpe de Estado no es coherente hablar de crisis política, sino de una crisis terminal del Estado. Con el golpe de Estado, el grado de participación ciudadana en asuntos públicos (fuera del rito de las urnas) prácticamente desapareció. Las autoridades gubernamentales ruegan a la ciudadanía para que Asista a “diálogos”, a la socialización de leyes, etc., pero sencillamente la gente no asiste. No sólo porque desconfía del gobierno, sino porque el repudio hacia las autoridades se materializa en la indiferencia. Sin embargo, espacios de encuentros alternativos y espontáneos como los colectivos del FNRP son envidiablemente concurridos. Esta nueva ciudadanía emergente, en 18 meses, ha logrado colocar la demanda de una Asamblea Constituyente para la refundación del país en la agenda nacional. Al ex Presidente Manuel Zelaya lo 218
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza destituyeron y lo exiliaron por su determinación de consultar al pueblo sobre la convocatoria a una posible Asamblea Constituyente. Ahora, es el mismo Presidente Pepe Lobo, secundado por el Presidente del Congreso Nacional, quien convoca a diálogos políticos para consultar al pueblo sobre lo mismo, en el transcurso del presente año. ¿Cómo en tan sólo 18 meses lo que fue un delito constitucional se convierte ahora en la única tabla de salvación para una élite ahogada en sus contradicciones internas? El país está más empobrecido que nunca y con una economía colapsada. Antes del golpe de Estado, mal que bien, con la ayuda internacional, el Estado podía pagar a sus empleados. Ahora, miles de profesores exigen sus salarios devengados desde el 2009. En 2010, el irrisorio aumento al salario mínimo se aprobó recién en octubre, pero pagaderos sólo desde septiembre y excluyendo al sector magisterial. Los hospitales se encuentran sin medicamentos y las alcaldías sin presupuestos. El grifo de la ayuda internacional quizás ya no se abra más como antes del golpe, no sólo porque Honduras es la malcriada en la comunidad internacional, sino porque la crisis financiera mundial no tiene cuándo acabar. El 80% del presupuesto general del país es destinado para salarios de los empleados públicos aglutinados en Tegucigalpa. Prácticamente el presupuesto para la inversión pública es inexistente. De cada 100 lempiras que circula en el país, sólo 5 van para beneficiar a las aldeas y caseríos. En estas condiciones, el empobrecimiento carcome al 75% de la población nacional. Mientras, el 70% de la riqueza nacional está concentrado en manos del 5% de la población más opulenta. Según el Secretario de Hacienda, “existen 170 empresas lacras que no pagan impuestos”. La inversión extranjera se encuentra en su mínima expresión porque el país se encuentra en el limbo político y jurídico nacional e internacionalmente. Sólo unas cuantas empresas se atreven a invertir, pero imponiendo sus caprichos como las exenciones tributarias, arancelarias, etc. De los 6 millones de hondureños/as en edad laboral, sólo 2.7 millones se encuentran ocupados, en su mayoría por el sector 219
Jubenal Quispe informal y las maquilas. ¡El desempleo alcanza a más del 50% de la población! Así, Honduras se ha convertido en el principal exportador de “mojados” (indocumentados). Aunque EEUU expulsa mensualmente a 2.500 hondureños indocumentados, 1.2 millones de expatriados laborales cubre el 25% del PIB de Honduras con sus remesas. Estos históricos problemas irresueltos recrudecieron con el golpe de Estado. Casi el triple de las reservas internacionales del país (cerca de mil millones de dólares) se esfumaron por la magia de la corrupción. De los dineros que llegaron de Petrocaribe y el ALBA, después del golpe, nunca más se supo. El déficit de la producción nacional para la alimentación es crónico. Un país, cuyos milenarios ancestros cultivaron y diversificaron frijoles, ahora, sencillamente carece de este grano básico. El precio de la canasta familiar no para de subir. El gobierno estabilizó, mediante Ley, los precios de dichos productos, pero como el Estado perdió control y poder en su territorio, los especuladores gobiernan en los mercados locales. Entre gasolinazos e impuestazos, definidos por el BM y FMI, Honduras es estrangulada.
Los periodistas andan con el testamento bajo el brazo Uno de los principales instrumentos de dominación en Honduras (junto al sistema educativo, las iglesias, el bipartidismo y las FFAA) son los medios de información masiva. Sólo conociendo el entramado de relaciones existentes entre empresarios, terratenientes, propietarios de medios de información, dueños de universidades y escuelas privadas, líderes de iglesias, militares, dueños de partidos políticos, etc., uno puede comprender de cómo sistemáticamente se impusieron los pocos ricos sobre los muchos empobrecidos en Honduras. Para esta dominación sistemática se recurrió y se recurre a obreros periodistas serviles que, desde las cabinas radiales y televisivas, con sus alocuciones, envenenan e hipnotizan al religioso y tradicional pueblo hondureño. Así, mientras las FFAA y la Policía Nacional masacran al pueblo movilizado, los medios desinforman y conminan a la resignación sepulcral a su audiencia devota.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Esta desvelada instrumentalización de los medios recrudeció con el golpe de Estado de 2009, y despertó la insubordinación de periodistas. Pese a que el nefasto suceso del 28 de junio del 2009 persiguió, secuestró y censuró a los medios de información masiva contrarios al golpe, dichos medios se fortalecieron y cobraron audiencia y legitimidad social. Pero el costo fue demasiado caro. En 2010 fueron asesinados 11 periodistas. La gran mayoría de ellos verdaderos/as profetas, defensores/as de los derechos humanos en el país. Convirtieron de esta manera a Honduras, en 2010, en la subcampeona del continente americano en el asesinato de periodistas, superada sólo por México. Estos asesinatos continúan impunes. Ni la Policía ni la Fiscalía hicieron el mínimo esfuerzo por investigar. Así, la intimidación, persecución y muerte de comunicadores sociales insubordinados es un desenlace inevitable en un país donde la pistola habla más fuerte que la razón. De este modo, los derechos a la información y a la libertad de expresión son casi inexistentes, como ocurre con el derecho a la vida de las y los comunicadores. ¿Por qué será que se ensañan tanto con las y los profetas de la palabra? ¿No será que estos tábanos benignos están despertando al dormido pueblo hondureño que ahora se desbanda rompiendo los establos en los que los patrones los tenían encerrados?
Un pueblo sin justicia Antes del golpe de Estado, el pueblo sentía que la justicia hondureña era una serpiente que sólo mordía a los que andaban descalzos. Desde el 28 de junio del 2009, la confabulación de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia con la élite político militar es más que evidente. Los magistrados que judicializaron y defendieron el golpe de Estado desde la Corte Suprema, a 18 meses de aquel fatídico acto inconstitucional, continúan en sus cargos desafiando a los órganos Ejecutivo y Legislativo que discursivamente intentan cumplir con las recomendaciones de la ONU sobre derechos humanos.
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Jubenal Quispe Esta misma Corte Suprema, ante el malestar creciente de la población en contra del Fiscal General de la República (autor intelectual del golpe), blindó a este funcionario, mediante sentencia judicial suprema, para que no proceda la investigación o destitución de su cargo. La Constitución Política de Honduras faculta al Congreso Nacional a nombrar y remover al Fiscal General. Por su parte, este funcionario solicitó al órgano Judicial el sobreseimiento definitivo del proceso judicial que se le seguía al Cardenal Óscar A. Rodríguez por haber recibido dinero del Estado en el gobierno del ex Presidente Manuel Zelaya. Mientras en el órgano Judicial se atrincheran para defenderse mutuamente, los asesinatos selectivos de dirigentes, masacres grupales y asesinatos de periodistas continúan impunes. Ni qué decir de la corrupción que corroe la deficitaria finanza pública. El ex dictador Roberto Micheletti fue descubierto, hurtando energía eléctrica al Estado, para tres de sus propiedades, desde tiempos indefinidos, pero eso no pasó de ser noticia. En un aeropuerto del país, bajo vigilancia militar, se robaron una narco avioneta, pero a ningún oficial de alto rango se le juzgó por ello. El Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Defensoría del Pueblo, en Sudamérica) continúa en manos de otro promotor del golpe de Estado, que en su momento negó internacionalmente la masacre y la represión militar que sufría el pueblo. La empresa pública de telecomunicaciones, Hondutel, se encuentra bajo la dirección de un militar, autor material del golpe de Estado. Del mismo modo migraciones, marina mercante y otros cargos. Existe una Comisión Nacional contra la Corrupción bajo la dirección de un pastor evangélico, pero la élite evangélica tampoco puede hacer mucho porque el Congreso Nacional le regaló una Ley Especial que promueve y beneficia la libre empresa evagelística en el país. Esta cinematográfica situación del aparato judicial genera incertidumbre en la población hondureña, obligándola a asumir la justicia por mano propia. 222
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza A todo esto se agrega la violencia generada por el narcotráfico. Negocio que entró en Honduras en la década de los 80 del pasado siglo, y en estos tiempos se ha consolidado a tal grado que su poder permea casi todas las estructuras sociales. Se denuncia la existencia de narco municipios, narco diputados, narco Estado. Incluso ya asesinaron a un diputado. Pero, como si se tratase del accionar de las hermandades del Medioevo, todos guardan un temeroso silencio sepulcral.
Un pueblo sin sus últimos recursos naturales Históricamente Honduras fue y es un Estado concesionario que ilusoriamente transfirió sus recursos, aunque sin ninguna capacidad para hacer cumplir los términos de los contratos. Transfirió sus minerales, maderas, tierras, bosques, manglares, etc. Pero preservaba sus ríos como una de sus últimas tablas de salvación en cuanto a recursos se refiere. En los 18 meses que van del golpe de Estado, no sólo se han transferido los ríos a perpetuidad a empresas privadas para la generación de hidroeléctrica, sino que el país está siendo “pensado” según las cuencas hidrográficas. En estos 18 meses se han aprobado normas nacionales como la Ley General de Agua, Ley de Plan de Nación y Visión de País, siempre pensando desarrollar Honduras según las cuencas de los ríos. En ambas leyes, y según la Constitución Política, se prioriza la actividad económica privada. En ninguno de los 47 contratos de concesión de los ríos participan las comunidades afectadas ni como beneficiarias directas, ni, mucho menos, como cogestoras de los proyectos. Además, bajo el argumento del mercado de carbono, muchos bosques nacionales se encuentran en la mira de inversionistas privados. De este modo, el país se está quedando sin sus últimos recursos naturales. El tiempo dirá cuáles fueron los motivos por los que países como EEUU, los de la UE y otros países económicamente emergentes no fueron contundentes contra el golpe de Estado en Honduras. ¿Habrá sido sólo un ensayo fallido para aleccionar a los gobiernos insumisos de Sudamérica? ¿Habrá sido para entregar los últimos recursos del país a manos privadas?
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Jubenal Quispe Quizás simplemente fue una errática determinación irracional de una élite rústica nacional que intentó agradar a su envejecido patrón, defendiendo lo establecido, para preservar sus privilegios. Algún malpensado dijo que era para proteger y promover la actividad del narcotráfico, y así oxigenar a la crítica economía norteamericana con nuevos y frescos activos financieros. Lo cierto es que EEUU, acompañado por otros países “democráticos”, invadió Irak y Afganistán, con mentiras veladas, en defensa de la democracia, y en el caso hondureño ninguno de estos países democráticos ha movido un solo dedo para reponer el orden constitucional resquebrajado.
Un país excluido de la comunidad internacional Quienes promovieron el golpe confiaron en demasía en la hegemonía norteamericana y subestimaron la emergente configuración de la geopolítica continental. Realidad cuya magnitud sobrepasa la capacidad de comprensión de la élite hondureña. El Presidente Pepe Lobo, prácticamente invirtió su primer año de gobierno implorando reconocimiento internacional. Pero sólo rechazos recibió. De manera vergonzosa fue expulsado el Ministro de Ambiente hondureño de una reunión iberoamericana en Madrid. Todos los jefes de Estado son invitados a reuniones regionales y continentales, pero al gobierno hondureño se le ignora casi por completo. Ni con todo el poder de persuasión norteamericano se ha podido reincorporar a Honduras en la OEA. De manera inédita, el Estado ecuatoriano le negó la posibilidad de cruzar el espacio aéreo ecuatoriano al avión que transportaba al Presidente Lobo. Ningún Presidente extranjero enalteció a Honduras con su visita en este tiempo. Salvo la “honrosa” visita del ex presidente colombiano Álvaro Uribe quien entusiasmó con sus conferencias sobre seguridad e inversiones privadas a empresarios nacionales dominados por el desconocimiento y el miedo. Las últimas definiciones de UNASUR contra los golpes de Estado anuncian que Honduras continuará en el limbo internacional, excluida como la niña malcriada de la región. Mientras eso sucede, los 224
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza promotores del golpe de Estado, ya van restando 18 meses al tiempo que les queda fuera de las cárceles. Ellos saben cómo empezaron este agravio, y lo que por ley les corresponde por ello. Así, a 18 meses del golpe de Estado, Honduras se encuentra en peores condiciones que hace tres décadas. Un país dividido, sin una comunidad política, sin pan, ni paz social. Un país sin un Estado legítimo. Sin democracia, ni derechos humanos, sin reconocimiento internacional y con una economía colapsada, el país va directo a su debacle final inevitable. De allí la urgente necesidad de que el pueblo hondureño y la comunidad internacional, ambos responsables en diferentes grados, restablezcan las condiciones mínimas para un pacto social ampliado de abajo hacia arriba, en el marco de un proceso de transformaciones estructurales e integrales. Éstos son algunos de los costos evidentes del golpe de Estado en un rincón de Latinoamérica en pleno siglo XXI. Las rupturas de las familias, las tragedias de las y los huérfanos y sobrevivientes a las masacres y asesinatos son literalmente indescriptibles. Ésta es la lección hondureña que ningún pueblo debe olvidar porque estos tiempos ya no son del pasado.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza AMÉRICA LATINA DEL SIGLO XXI, ENTRE URNAS Y FUSILES Los golpes de Estado son rústicos instrumentos políticos de élites derrotadas intelectualmente. Estas élites, cuando sienten el asedio de la democracia participativa que pone en peligro sus privilegios, recurren a las botas y al fusil para defender lo indefendible: su estilo de vida inmoral. El golpe de Estado corresponde a la reacción “natural” del gamonal avaro e inculto de antaño, quien pistola en mano escarmentaba a sus peones hambrientos. Este instrumento político militar de las élites para resguardar sus intereses en el mundo, fue cayendo en desuso conforme los Chicago Boys fueron desarrollando nuevas estrategias económicas para sujetar a los pueblos. En la década de los 80, el gobierno de los EEUU cayó en cuenta de que los golpes de Estado, lejos de disciplinar a las y los latinoamericanos, había despertado el sentimiento antinorteamericano y encubierto la corrupción y el narcotráfico en las élites. La decepción fue peor porque dichas cúpulas de empresarios/militares y terratenientes no habían logrado aprehender la “filosofía” del capitalismo por ser ésta una materia que sobrepasaba su rudimentaria capacidad de comprensión. Así fue que EEUU tuvo que cambiar de discurso, y promover la democracia representativa neoliberal. La finalidad de esta democracia de las élites era encubrir y garantizar la aplicación del ALCA, como el instrumento de anexión comercial de todo el continente americano frente a las amenazas comerciales de la UE, China y demás países de Asia. Pero, de manera inesperada, la democracia representativa excluyente comenzó a transformarse en intentos de democracia participativa, con soberanía popular, en varios países de Sur América. Este fenómeno democrático engendró líderes insubordinados como Evo Morales, Hugo Chávez, Lula Da Silva y otros, quienes boicotearon al ALCA antes de que naciera. Este giro democrático enfadó al gobierno de los EEUU, peor aún cuando los insubordinados crearon su ALBA y comenzaron a platicar incluso con Irán. 227
Jubenal Quispe El gobierno de Bush no iba quedar indiferente. Incluso cuando todas sus guerras en el medio oriente se le complicaban, pensó como única alternativa en la democracia a la colombiana. Esto consiste en la militarización de la democracia representativa para controlar los desbordamientos sociales hacia la democracia participativa. El discurso que utilizará, aunque de manera fallida, será la lucha anti drogas. Con el golpe de Estado de militares trajeados en Honduras se asesinó y se sigue matando ya a más de 250 civiles tan sólo por exigir una Asamblea Constituyente Popular. Otros tantos fueron expulsados del país, incluido el entonces Presidente Zelaya. Pero, el grotesco golpe en el país centroamericano se volvió en contra de sus promotores porque otra vez sus anquilosadas capacidades de comprensión de la realidad fueron rebasadas por la inédita, permanente y militante resistencia popular nacional e internacional. Las magnitudes del golpe son aún impensables en Honduras, porque este zarpazo prácticamente mató al convaleciente Estado y en su lugar se instaura, hoy, una anarquía galopante de narco estados municipales por lo que el propio EEUU ya no recomienda a sus ciudadanos la visita a este país. Ocurrió casi lo mismo con el golpe en Venezuela contra Hugo Chávez, en 2002. Intentaron, en 2008, un golpe cívico militar en Bolivia contra Evo Morales. Y ahora otro intento fracasó en Ecuador contra Rafael Correa, líder nacional convertido en héroe latinoamericano gracias al nefasto intento. Estos cuatro países son del ALBA, e intentan beneficiar a sus pueblos con la recuperación y el negocio de sus recursos naturales. Pero lo paradójico es que en estos pueblos los golpistas son golpeados una y otra vez en las urnas de manera recurrente. La gente perdió el miedo a las botas y al fusil. ¿Por qué será que el golpe hondureño despertó de manera inédita a este pueblo hundido en el profundo sueño de la apatía? Un hondureño dijo: los perros abren los ojos a los 8 días de nacidos, yo los abrí a los 35 años, gracias al golpe. ¿Será el golpe de Estado un antídoto para las democracias participativas en América Latina?
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Las respuestas pueden ser variadas, pero de lo que estamos seguros es de que los golpes de Estado fueron ideados como la panacea frente a la insurgencia de los pueblos en décadas pasadas, pero de un tiempo a esta parte los golpes fertilizan y agilizan la dinámica de los países latinoamericanos del siglo XXI, conscientes y apasionados por concluir sus historias inconclusas.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza EL GOLPE DE ESTADO RESTABLECIÓ BASES MILITARES NORTEAMERICANAS EN HONDURAS Honduras, con sus 112.088 km2, es el segundo país centroamericano más extenso, superado sólo por Guatemala, pero tres veces más pequeño que los departamentos de Loreto en el Perú o Santa Cruz en Bolivia. Sin embargo, por la ineptitud y complicidad de sus gobernantes, es el país que más bases militares norteamericanas alberga considerando su tamaño diminuto. Aunque Panamá nos hace competencia con las 4 bases militares de los EEUU en proyección. Los EEUU tienen 5.323 bases militares, de las cuales 4.500 están en su propio territorio y 823 bases en el resto del mundo. En Latinoamérica se encuentran cerca de 25 bases militares. En la década de los 80, la revista Envío, de la Compañía de Jesús, identificaba en Honduras nada menos que a 13 bases militares norteamericanas en operación. El argumento en aquel entonces era: “aniquilar a los subversivos comunistas que querían condenar a Centroamérica a la miseria cubana”. 30 años después, los cubanos tienen una calidad de vida promedio muchísimo mejor que cualquier país centroamericano, mientras el 80% de las y los hondureños languidecen angustiados por el hambre. En Honduras, la base militar norteamericana permanente es la de Palmerola, Departamento de Comayagua, fundada en la década de los 50 del pasado siglo. Desde allí se ejecutaron todos los últimos golpes de Estado, incluyendo el del 2009. En abril de 2010, se estableció una segunda base militar norteamericana en Taracasta, Departamento de Gracias a Dios (frontera con Nicaragua). El argumento fue y es, proteger a Honduras del narcotráfico. Recientemente, al concluir su visita de dos días en Honduras, el jefe del Comando Sur, Douglas Fraser, anunció el funcionamiento de la tercera base militar norteamericana en el país. Esta vez en Guanaja, Islas de la Bahía. Y el Régimen del Humanismo Cristiano, ilusionado 231
Jubenal Quispe con los 200 millones de dólares prometidos por Obama para Centroamérica, recibía con aplausos el anuncio de la tercera base militar. En la década de los 80, el gobierno de Reagan infestó a Honduras de bases militares prometiéndonos el paraíso terrenal, pero sólo llegaron 12 aviones de guerra usados y con ellos la miseria y el infierno en los que sobrevivimos. Ahora nos invaden “para protegernos del narcotráfico”. ¿Creerán que somos idiotas? La agenda velada del Premio Nobel de la Paz es apropiarse de la biosfera de la Mosquitia y de la Amazonía, y de todos los bienes comunes (recursos naturales) de Abya Ayala. Las bases militares sirven para vigilar y castigar a todos los pueblos que se opongan, generando caos y confrontación entre sí. Por eso, ahora más que nunca, debemos luchar unidos. ¿Por qué será que cuanto más los EEUU “luchan contra el narcotráfico”, el narco negocio avanza galopante hacia el norte. ¿No será que el gobierno norteamericano prohíja el narco negocio porque le inyecta capital fresco a su economía quebrada? El reino de los monarcas del narcotráfico avanza hacia el norte de México, pero los EEUU no instalaron ninguna base militar en la frontera norte de México. ¿Por qué será? A más de dos décadas del Plan Colombia, con 7 bases militares incluidas, ¿disminuyeron el narco negocio y la violencia en Colombia? ¡Cientos de miles de asesinados, más de 4 millones de desplazados! ¿Cómo cree el Régimen del Humanismo Cristiano de Honduras que las bases militares preservarán al país de su adverso destino? ¿Cómo podemos mirar indiferentes cuando nuestros “gobernantes” aceleran nuestro descalabro final como país, ahogado en sangre? Honduras no está predestinada a ser la ramera del gobierno de los EEUU. De una vez por todas apostemos y emprendamos el camino de nuestra independencia inconclusa, que Dios Padre y Madre, y nuestro hijos/as nos exigen. 200 años de república, y estamos muriendo de rodillas. No estamos predestinados a morir humillados. La dignidad nos habita. Bolivia nos da el ejemplo: aceleremos el proceso refundacional del país y expulsemos a las bases militares de la muerte. Nuestros hijos e hijas nos agradecerán. 232
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza HONDURAS, EL RÉGIMEN DEL HUMANISMO CRISTIANO EN LA INCERTIDUMBRE El gobierno del Sr. Porfirio Lobo Sosa naufraga camino hacia la incertidumbre total. Sus mentiras y contradicciones lo van los va envolviendo como un remolino letal. Prometió ser un gobierno de reconciliación nacional, pero hasta ahora sólo sembró un régimen de odio, con centenares de crucifijos y tumbas anónimas (que claman justicia) en el territorio nacional. Quizás sin entender lo que decía, el Sr. Lobo se autoproclamó como gobierno del “Humanismo Cristiano” y defensor de los pobres, pero transfirió y transfiere todos los bienes comunes (recursos naturales), los servicios sociales y hasta el territorio nacional, a empresas privadas y foráneas. Y así empobreció más a los pobres y aseguró opulencia perpetua para la decena de familias más ricas de Honduras. Cuando los sectores organizados del pueblo hondureño se movilizan en defensa de la dignidad y la soberanía del país, el gobierno recurre a la maliciosa calumnia para satanizarlos y criminalizarlos. En Honduras, todo aquel que reclama sus derechos es estigmatizado como vago, delincuente, marero, financiado por los dólares de Hugo Chávez. Si uno piensa u opina en forma contraria al régimen actual, es catalogado como comunista y escribano ateo. Y así, en una sociedad tradicional y cristiana, son muy pocos las y los que se atreven a decir su verdad. Veamos el caso de la defensa de la educación pública. Cuando profesores/as, padres y madres de familia, estudiantes y diferentes organizaciones, salieron a las calles para la defensa de la educación pública, el gobierno respondió con calumnias alevosas. Acusó al sector magisterial de irresponsables y criminales por atentar contra la educación de las niñas/os. El objetivo fue poner a los padres de familia y a la ciudadanía en contra del magisterio. ¡Hasta los empresarios hicieron y hacen efusivas declaraciones en defensa de los derechos de las y los escolares! Pero, ¿desde cuándo les interesa a ellos la educación de los/as hondureños/as? ¿Acaso la corrupción pública con la que se 233
Jubenal Quispe enriquecieron las élites hondureñas no fue letal, no sólo para la educación de millones de niños/as, sino para la vida misma de jóvenes y adultos, ahora, analfabetos y sin oportunidades? Después vino el otro ensayo gubernamental en el conflicto: “Tenemos identificados a cubanos, venezolanos y nicaragüenses agitando y financiando con dólares falsos al movimiento magisterial”, decían algunos ministros. Creyeron que enarbolando el fantasma de Castro y de Chávez desinflarían la popularidad del movimiento magisterial. Pasaron varios días, y la policía militarizada sólo capturó a profesores catrachos (hondureños) que llevaban piedras y pañuelos con vinagre en sus bolsos. Odian a Hugo Chávez, pero qué bien reciben y malversan los millones de dólares que transfirió el ALBA antes del golpe de Estado. Ahora dice el Presidente Porfirio Lobo: “Los enemigos del país están detrás de estas movilizaciones porque no quieren que Honduras sea incorporada a la OEA”. Pero, ¿cuáles enemigos? ¿Cuántos autores y promotores del golpe de Estado han sido procesados por este delito de traición a la patria? ¡Ni uno solo! Todos fueron y son premiados con altos cargos en la Corte Suprema de Justicia, Ministerio Público y en diferentes negocios estatales. ¿Cuántos asesinatos de dirigentes sociales, periodistas y activistas fueron investigados? ¡Ni una sola investigación! Los sicarios traídos para matar siguen asesinando bajo el silencio cómplice del gobierno. ¡El ex presidente Manuel Zelaya y los cerca de 200 exiliados/as políticos no pueden retornar! ¿Quién es el responsable para que Honduras continúe fuera de la OEA? El Presidente Lobo, del Humanismo Cristiano, dice: “Nadie me va a poner de rodillas”, refiriéndose al magisterio con el cual se niega a dialogar. Pero, acaso no llegó al sillón presidencial de rodillas. Si de rodillas lo tienen las élites políticas, militares y económicas que están terminando de repartirse el país. ¡Ni hablar de la Embajada de los EEUU o de los grupos financieros! ¿Creerá el Sr. Presidente que las y los hondureños somos tan brutos como para no darnos cuenta de estas y otras mentiras? 234
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza En su desesperación, el gobierno pide auxilio a las confederaciones de obreros del país para que medien en el “conflicto” de la educación. Las organizaciones de derechos humanos ya no cuentan. ¿Por qué será? ¿Por qué están divididas las organizaciones de los obreros, y a quiénes responden? Por donde se mire, el régimen represor se diluye en sus contradicciones y camina a su debacle final. Y una de las razones fundamentales es: no puede mantenerse ningún gobierno sin un Estado de Derecho y anclado sólo en un Estado de Terror. En Honduras, las instituciones estatales fueron licuadas por el conflicto de intereses de las élites. Las mismas que implantaron el actual Estado Represor para garantizar sus privilegios y patrimonios mal habidos. Pero, ocurre que el pueblo comenzó a perder el miedo porque ya descubrió el “jueguito” de la gestión de miedos y deseos.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza HONDURAS, HUGO CHÁVEZ, DE DEMONIO A REDENTOR El sábado pasado, el Presidente Porfirio Lobo arrancó más de una sonrisa jocosa al escabullirse, casi de manera clandestina, en una reunión oficial de los jefes de Estado de Venezuela y Colombia, en Cartagena de Indias. La sonrisa se convirtió en una histórica carcajada nacional e internacional cuando el jefe de Régimen Represor del Humanismo Cristiano estrechaba nada menos que la “diabólica” mano de Hugo Chávez suplicándole petróleo e intercesión ante la OEA. Para los sectores hondureños que comienzan a despertar de su letargo, el impacto fue fuerte. ¿Cómo el Humanismo Cristiano podría sollozar de rodillas a los pies del Anticristo del siglo XXI? ¿No perpetraron el golpe de Estado en nombre de Cristo y en defensa de la fe? ¿Acaso ya no es suficiente la (pre)potencia del imperio yanqui para ayudar a sus satélites? Los promotores y ejecutores del fatídico golpe de Estado, lograron imponerse, rifle en mano, sobre la población hondureña, ignorante y supersticiosa, satanizando a Hugo Chávez y enarbolando la “protección” norteamericana hacia Honduras. La dictadura, desde los medios de información masiva, logró inocular en el inconsciente hondureño mentiras como: “Chávez es comunista come niños”, “Chávez viene por nuestra propiedad privada”, “Defendamos a la Honduras cristiana de las acechanzas del Lucifer de Chávez”. De tanto repetir, la gente terminó asumiendo dichas mentiras como verdades religiosas. ¡Hasta los mendigos terminaron creyendo que los bienes que no tenían peligraban con Chávez! Cualquier gesto de simpatía y admiración por Hugo Chávez es una confesión de culpa y motivo suficiente para ser vigilado, perseguido y acribillado en Honduras. Hace tan sólo unos días, un ministro de gobierno decía que Chávez era el culpable y promotor de las protestas “delictivas” del magisterio. ¡Hasta las narco avionetas fugitivas son catalogadas de venezolanas!
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Jubenal Quispe Así, escribanos, telesicarios, locutores prosaicos, profesores irresponsables e “intelectuales” envenenan a sus asiduos espectadores. ¡Ni qué decir de algunos medievales jerarcas católicos y evangélicos que predican la encarnación de Belcebú en Hugo Chávez! Por eso la peregrinación de Pepe Lobo hacia Cartagena de Indias para suplicar las benditas manos del Comandante Hugo Chávez ridiculiza a los autores del golpe de Estado que ahora se muerden las uñas esperando el colapso total de la patraña que urdieron. La derrota intelectual, moral, espiritual y discursiva que padecen es total. ¿Acaso no perpetraron el golpe de Estado, el 28 de junio del 2009, para preservar a la Honduras cristiana de la constelación del comunismo de Chávez? ¿Cómo es que, ahora, peregrinan de rodillas, al mismísimo Belcebú, implorando salvación para Honduras? ¿Será que el Dios del Sr. Cardenal es incapaz de proveer petróleo para la Honduras cristiana? No cabe duda. La insensatez se paga caro y la necesidad tiene cara de hereje. La Venezuela del Comandante Hugo Chávez Frías es la primera potencia mundial en reservas probadas de petróleo. Digo de Hugo Chávez, porque si no fuera por la Constitución Política que impulsó el Comandante, en 1999, para la recuperación de los hidrocarburos, ahora, Venezuela sería de la comparsa del lamento hondureño. ¡En este mundo suicida de la civilización del petróleo y del imperio del automóvil, es imposible abstraerse del petróleo! ¡Sin dios y sin biblia podemos vivir, pero sin hidrocarburos es difícil! Honduras, que ahora paga 150% veces más caro por los hidrocarburos que en tiempos de Mel Zelaya, lo sabe muy bien. Por eso el Régimen Represor del Humanismo Cristiano no escatima el suplicio cristiano con tal de conseguir el beneplácito de Petrocaribe (al cual viven escupiendo desde hace dos años). Otra de las razones para la peregrinación sigilosa de Lobo al Comandante Chávez es el soñado retorno a la OEA. El Régimen Represor, al no lograr legitimarse en el país, busca, a como dé lugar la legitimación internacional. 238
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Hasta el siglo pasado, para la expulsión o reinserción en la OEA era suficiente la anuencia de los EEUU, ahora no. Existe UNASUR, existe ALBA. Y en estos espacios existen líderes indiscutibles. El Comandante Hugo Chávez es uno de ellos. ¡Sólo retrógradas que viven en la Edad Media pueden ignorar esta realidad del tercer milenio! Las condiciones sugeridas a Honduras por la OEA, hace aproximadamente un año, para su reincorporación a este organismo, fueron y son claras: Restablecimiento del régimen democrático, fundado en el respeto a los derechos humanos y a través de un proceso participativo; sanción penal para los responsables materiales e intelectuales del golpe de Estado; retorno de las y los exiliados políticos (incluyendo a Manuel Zelaya); reconocimiento legal del movimiento Frente Nacional de Resistencia como principal fuerza opositora. Pero ninguna de estas condiciones ha cumplido el régimen de Pepe Lobo. Más, por el contrario) ha convertido a Honduras en un dantesco infierno de multitudes de almas en pena que claman justicia desde los cementerios clandestinos, cuerpos mutilados y huérfanos/as y viudas en llanto. El Humanismo Cristiano podrá peregrinar de rodillas por toda Abya Ayala implorando perdón y olvido. Pero, mientras los golpistas sigan asesinando impunemente desde los aparatos estatales; mientras las y los exiliados políticos continúen condenados a deambular en el extranjero; mientras la actitud virtuosa de la resistencia sea motivo suficiente para la sospecha, el secuestro y el asesinato selectivo; mientras la “democracia” hondureña siga sentada en la bayoneta y el rifle; mientras en Honduras esté prohibido el derecho a tener derechos; mientras el Humanismo Cristiano no nos trate como a humanos sólo porque no profesamos la religión del saqueo y del exterminio, entonces, el retorno a la OEA seguirá siendo una ilusión casi religiosa que el Sr. Lobo intenta vender incluso cruzando ríos de sangre.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LECCIONES DEL RETORNO DE MANUEL ZELAYA ROSALES Después de más de 18 meses de expatriación, el ex Presidente Manuel Zelaya Rosales reingresará al país, bajo la vigilancia nacional e internacional, como el político más influyente de Honduras y el más popular de Centro América. Este retorno deja varias lecciones: Primera. Los caprichos políticos están irremediablemente sometidos a las necesidades económicas. La élite político militar que ejecutó el golpe de Estado, el 28 de junio de 2009, ciegamente confió en el respaldo financiero norteamericano y del empresariado foráneo para mantener al moribundo Estado hondureño. Pero, se equivocó. Con el golpe de Estado, el flujo de la limosna internacional se cerró. EEUU cortó incluso 200 millones de dólares de ayuda económica para el 2011 a Honduras por la corrupción del régimen. ¿Cómo podría mantenerse en el poder el régimen del humanismo cristiano sin dinero? Ahora que Honduras será reincorporada a la OEA, gracias al Acuerdo de Cartagena de Indias entre Lobo y Zelaya, la burocracia clientelar del régimen del humanismo cristiano se frota las manos porque, según ella, cerca de 600 millones de dólares frescos ingresarán al país por concepto de ayuda internacional. Segunda. Por más que la élite política gamonal hondureña se ofusque en el siglo XIX, América Latina y el resto del mundo corren en el siglo XXI. En la región existe una nueva correlación de fuerzas geopolíticas. América Latina ya no es más el patio trasero del gobierno de los EEUU. ¿Quién logró castigar a Honduras fuera de la OEA por cerca de 2 años? ¿Los EEUU o la UNASUR? ¿Quién obligó a la élite política hondureña actual a comerse sus patrañas contra Zelaya? ¿Obama-Clinton o Chávez-Santos? ¿Quién se fortaleció con el golpe de Estado hondureño? ¿Washington, la chabacana élite política hondureña o la UNASUR? Tercera. Si la élite patronal desea mantener adormecido al pueblo hondureño, tiene que inventar nuevas mentiras que provoquen nuevos sustos. Los antiguos miedos ya no adormecen al pueblo como antes. 241
Jubenal Quispe El flamante reingreso de Zelaya a Honduras como un coloso pro socialista es el acabose de los miedos al comunismo, socialismo, chavismo, etc. en el imaginario colectivo del pueblo. En el siglo XIX, todavía se podía someter al pueblo con el miedo del castigo/infierno y el deseo de la salvación. Ahora que los mismos patrones peregrinan de rodillas, clamando misericordia y perdón, ante el convaleciente Hugo Chávez, ¿cómo seguir infundiendo miedo en el pueblo con el fantasma del anticristo de Chávez? Cuarta. La Biblia dice: “La piedra que desecharon los arquitectos, ahora, es la piedra angular”. Los arquitectos del golpe de Estado expulsaron a Mel Zelaya de la Presidencia de la República y del país creyendo que así aniquilarían sus intenciones de democratizar la democracia de los ricos hondureños. Pero aquel fatídico acto produjo un efecto contrario. Hicieron de Mel Zelaya un coloso político, a cuyos pies, ahora, incluso se rinden los golpistas y Lobos más feroces. Prácticamente hicieron de Mel Zelaya un mito viviente en quien el pueblo en resistencia deposita todas sus esperanzas para refundar al país, mediante un proceso constituyente. En otros términos, el retorno festivo de Manuel Zelaya a Honduras es un destello más de la supremacía de la razón sobre la brutalidad de la fuerza. Estos tiempos ya no son más tiempos de golpes de Estado, ni de la democracia de los ricos. Ahora, es el tiempo de las y los excluidos y empobrecidos, decididos a reinventar su presente y su futuro que comienza a clarear.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza LA INCORPORACIÓN DEL GOLPE DE ESTADO EN LA DEMOCRACIA DE LA OEA DEL SIGLO XXI La Organización de Estados Americanos reincorpora al Estado hondureño, luego de cerca de 2 años de expulsión, sin exigirle antes el cumplimiento elemental de principios básicos de justicia. “No exigimos que resuciten a nuestros muertos. Por justicia pedimos cárcel para quienes instauraron un régimen de la muerte con el golpe de Estado en Honduras. Ahora que la OEA reincorpora al Estado hondureño, como si aquí no hubiera pasado nada, quienes nos masacraron se nos ríen en la cara. No exigimos ni venganza, ni olvido. Exigimos justicia.” Así expresa doña Maira su sentimiento de indignación e impotencia ante el silencio de la justicia y el retorno del Estado hondureño a la OEA. Frente a este hecho, las y los hondureños se preguntan: Eso del golpe de Estado que molestó incluso a la OEA en su momento, ¿qué fue, un cachondeo? ¿Fueron fantasmas quienes rifle en mano expulsaron al Presidente del país? ¿Dónde diablos están quienes torturaron y asesinaron a más de 200 personas durante y después del golpe? ¿Son ángeles inmaculados venidos del cielo quienes asesinaron a 12 comunicadores sociales durante el régimen actual? ¿Dónde están los autores intelectuales y materiales del golpe de Estado? ¿En qué reclusión penal purga sentencia Roberto Micheletti Bain, los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los militares y los congresistas que destituyeron al Presidente, incluso con una firma de renuncia falsificada?
Así se premia a los autores del golpe de Estado en Honduras Roberto Micheletti Bain fue condecorado como héroe nacional por su cómplice Óscar Andrés Rodríguez (cardenal), nada menos que en el Santuario de la Virgen de Suyapa, en 2010. Hace unos meses, fue denunciado por robar energía eléctrica y no pagar los servicios de agua para sus empresas. Actualmente es uno de los principales apologetas de los golpes de Estado para domesticar a 243
Jubenal Quispe gobiernos progresistas en la región. ¿Acaso éste no es un arquetipo de Frankenstein para la democracia en América?
Los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (15), que galvanizaron el golpe de Estado, continúan señoreándose y administrando justicia para los suyos y encarcelando a las y los insubordinados en el país. Expulsaron del sistema judicial a jueces que denunciaron la criminalidad de la ruptura del orden constitucional y blindaron judicialmente, de cualquier intento de destitución, al Fiscal General que promovió el golpe. Hicieron la pantomima de juzgar a Manuel Zelaya, por supuestos actos de corrupción, sólo para amedrentarlo. ¡Ésta es la justicia que la OEA respalda con su última resolución! Los políticos que legalizaron el golpe, siguen redactando leyes perversas, en 15 minutos, en el Congreso Nacional. Desde la perspectiva de los intereses de empresarios privados, el golpe de Estado tuvo por finalidad legalizar la transferencia rápida a manos privadas de los bienes del país (recursos naturales). Durante el golpe se aprobó la Ley General de Agua (que mercantiliza el agua). Las y los legisladores, en estos dos años del quiebre constitucional, se constituyeron en simples tramitadores de concesiones de ríos, playas, suelos y bosques a manos privadas. ¿Acaso estos actos no son delitos de lesa humanidad? Se negociaron leyes como la de Plan de Nación y Visión de País (hasta 2038), Ley de inversión Pública Privada (por la que el Estado pierde y los privados ganan), Ley Antiterrorista (que criminaliza la protesta social), Ley de Promoción de Empleo por Horas (que sepulta las 8 horas de trabajo). Derogaron el Decreto 18-2000 que redistribuía tierras a campesinos sin tierra. Ahora, luego de haber reglamentado el reparto de las ciudades modelo, negocian la Ley de Minería, siempre en 15 minutos y a espaldas del pueblo. ¿Es esto democracia para la OEA? El Gral. Romeo Vásquez V., autor material e intelectual del golpe, fue y es premiado con el cargo de gerente general de la empresa nacional de telecomunicaciones, Hondutel. La Marina Mercante y 244
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Migraciones son premios entregados a militares que ejecutaron el golpe. René Osorio, militar que encabezó al pelotón de armados que irrumpió en la casa presidencial el 28 de junio de 2009, ahora, es el Jefe de las FFAA de Honduras. La persecución, seguida de tortura y asesinato, es una política de Estado vigente en el régimen actual. En estos momentos persiguen con una querella al Obispo Luis A. Santos sólo porque se opuso al golpe de Estado y al régimen de la muerte instaurado en Honduras, país en el que cada 43 minutos cae una persona acribillada a bala. En este contexto, la OEA, con su última resolución, no sólo legitima a los autores del golpe de Estado premiados en Honduras, sino que justifica el retroceso de más de un siglo en materia de derechos humanos en el país, y la reincorporación del golpe de Estado en la democracia latinoamericana del siglo XXI. Los gobiernos del continente que permiten el retorno de Honduras al seno de la OEA, en las condiciones actuales, cavan su propia tumba (y la de sus sucesores) en la que sus tiranos, más temprano que tarde, los enterrarán.
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Cap. IX la ambigüeDaD Del Cristianismo Y el régimen Del terror
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza HOY, COMO AYER, LOS GOLPES DE ESTADO SE EJECUTAN LEGITIMADOS POR EL CRISTIANISMO A dos años del golpe de Estado en Honduras, la brutal represión siguió y sigue sin pausa y de prisa. Mientras los demócratas occidentales bombardean al pueblo de Muamar Gadafi (para apropiarse de sus reservas financieras internacionales y de los yacimientos petrolíferos), en nombre de la liberación del pueblo libio, en Honduras prohíjan un régimen de gobierno represor y asesino insaciable. Mientras el sistema neoliberal, por sus estrepitosos fracasos, fue frenado en varios países de la región latinoamericana, en Honduras, todos los bienes naturales y los servicios sociales, progresivamente, están siendo transferidos a las empresas privadas. Los derechos sociolaborales ya son historia. ¡El derecho a tener derechos está en entredicho en la tierra de Morazán! Hasta los ángeles del cielo lloran de indignación ante la brutalidad del régimen del “Humanismo Cristiano” (así se autodenomina el gobierno actual) en Honduras. Aquí, está prohibido tener derechos. Está prohibido pensar, informar, organizar y manifestarse. Si lo que creías que eran tus derechos son conculcados. Te callas o te callan. Si el hambre carcome el estómago de tus hijos/as, y la inseguridad te inunda, te aguantas o te matan. Si el analfabetismo y la desinformación mediática te envenenan el alma, tienes que agradecer por el veneno dosificado y encomendarte a la providencia divina, porque nada viene sino es de Dios, te dicen. El gobierno del “Humanismo Cristiano” impone la obediencia cadavérica como virtud, bajo el argumento de voluntad divina. En pleno siglo XXI, este régimen, legitimado por las altas jerarquías católicas y evangélicas concubinas, persiste en su ilusión de instaurar la perversa cristiandad del siglo XIV. Perversidad que ni al Papa, ni a los actuales señores cruzados les conmueve. Desapariciones, asesinatos, heridos, huérfanos/as y exiliados siguen sumando día que pasa. Pero el régimen del “Humanismo 249
Jubenal Quispe Cristiano” continúa implacable, cual si fuera un hambriento Lobo rapaz. Demandando más vidas humanas de un pueblo cuyo único “delito” fue y es soñar/demandar otra Honduras para todas y todos. A este régimen represor del “Humanismo Cristiano”, instaurado en Honduras con el golpe de Estado, San Óscar Romero de Abya Ayala, le dice: “Si lo que pretenden es decapitar la organización del pueblo, y estorbar el proceso que el pueblo quiere, no puede progresar otro proceso sin las raíces en el pueblo. Ningún gobierno puede tener eficacia, mucho menos cuando quiere implantarlo a fuerza de sangre y de dolor. Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles (...) Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos (…) Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: ‘No matar’. De nada sirven las reformas si van teñidas de tanta sangre. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión”. (Homilía dominical, 23 de marzo de 1980) El régimen represor del “Humanismo Cristiano” de Honduras y sus promotores internacionales y eclesiales tienen que escuchar este llamado ético. La historia de los pueblos vecinos, en los últimos años, nos enseña que la represión, lejos de amedrentar, enerva la indignación popular, obligando incluso a los “mancos” y “ciegos” a salir al encuentro de sus verdugos.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza CONSECUENCIAS DEL GOLPE DE ESTADO EN LAS IGLESIAS El último golpe de Estado político militar que se fraguó en Honduras, en junio del 2009, sirvió no sólo para desenmascarar a las y los políticos demócratas y los intereses que defendían, sino también sacudió y sacude la tranquilidad de las jerarquías eclesiásticas constituidas en más de cinco siglos de trabajo. En algún lugar del presente trabajo se afirmó que Honduras es una de las sociedades latinoamericanas tradicionales más “cristianas”. No sólo porque es mal visto quien no frecuenta una iglesia, sino porque la bibliolatría (asumen la Biblia como ídolo que tiene respuestas para todo) configura las estructuras psicológicas, individuales y colectivas de la sociedad. Esta configuración hace que la superstición y el fatalismo hagan escarnio en la feligresía. Al límite de asumir lo religioso y lo sagrado como un tabú incuestionable, bajo pena de maldición divina. Para quienes gustan de la historia eclesial de siglos pasados, Honduras actual es un excelente campo de estudio sin recurrir a la máquina del tiempo o a las bibliotecas. Quienes planificaron y ejecutaron el golpe de Estado, lo hicieron asumiendo la condición cristiana (católica tradicional y evangélica apolítica). Además, el Cardenal, Óscar Andrés Rodríguez, y la confraternidad evangélica de pastores, legitimarían dicha consumación delictiva. Y así fue. La jerarquía católica (con excepciones) y las jerarquías evangélicas, llamaron al pueblo hondureño a preservar la calma (obediencia), porque todo era para “defender la democracia cristiana”, y fustigaron y fustigan duramente a las personas organizadas en el movimiento de la resistencia contra el golpe. Entre las consecuencias más inmediatas y visibles para las iglesias, a causa del apoyo expreso de sus líderes al régimen del golpe se evidencia:
Pérdida de la credibilidad y legitimidad de las autoridades eclesiales. Hasta antes del golpe, la Conferencia Episcopal de Honduras era un referente moral y político para la 251
Jubenal Quispe mediación y resolución de coyunturales conflictos sociopolíticos. Ahora, no sólo guardan silencio, sino lo poco que dicen no tiene resonancia en la sociedad. Se rompió con el mítico tabú del “respeto” a las autoridades eclesiales. En las manifestaciones populares, es casi común ver parodias jocosas en las que personifican al Cardenal Rodríguez atiborrado de defectos, delitos, insultos, etc. Lo llaman “cardeMAL mata palomas”.
Fragmentación interna. Con el apoyo al golpe y las dádivas que recibió la fraternidad evangélica de pastores, se difundieron más los desencuentros entre las y los evangélicos. Las iglesias con menores recursos, asentadas en las zonas más excluidas del país, se insubordinaron y desconocieron a dicha fraternidad. En el caso de la jerarquía católica, aunque la derrota moral y política es compartida y contundente (porque incluso la Comisión de la Verdad afirma en su informe que lo que ocurrió en Honduras el 28 de junio de 2009 fue un golpe de Estado), se acrecientan las divergencias internas entre la Diócesis de Santa Rosa, en la zona occidental del país, que se opuso al golpe, y el resto de las diócesis que asumieron la disposición política del Cardenal. La aparente fraternidad de la jerarquía católica también fue resquebrajada por el golpe.
La feligresía optó por la resistencia y abandonó a las iglesias. Es muy común escuchar testimonios y quejas, por parte de las personas organizadas en resistencia, en contra de los sacerdotes y pastores que los intimidan y amenazan con castigos divinos. Situación que los separa de las organizaciones eclesiales. Por ejemplo, doña Marta, activa integrante de una iglesia evangélica en Santa Rosa de Copán, puntual y dadivosa con el diezmo de su negocio por más de 10 años, abandonó a la iglesia porque “ya no soportaba las injurias y calumnias, en contra del movimiento de la resistencia, que su pastor realizaba en las prédicas”. Ella, y toda su familia, desde el momento del golpe se sumaron al movimiento de la resistencia. Dejó a la iglesia para “quedarse en la resistencia porque es cuestión de conciencia”, dice ella. 252
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Doña Leticia, católica de 53 años de edad, con 22 años de servicio activo en su parroquia como lideresa, también fue forzada a abandonar a la iglesia con toda su familia, porque a raíz del golpe, ella y su familia se unieron al movimiento de la resistencia, hecho que disgustó al párroco y los expulsó. Ella asume que Dios es Justicia, y que ella estará donde se aspire y promueva la justicia. Estos abandonos se dan porque en la interpretación teológica política de la gran mayoría de las jerarquías eclesiales, el movimiento de resistencia y espiritualidades cristianas son excluyentes entre sí. Pero, el movimiento de la resistencia está conformado y dirigido por varios sacerdotes, pastores, ex sacerdotes, líderes eclesiales (evangélicos y católicos) comprometidos con la justicia social, dándole cuerpo y vivacidad a la espiritualidad de la resistencia practicada por siglos por cristianos místicos cuando el cristianismo era un movimiento, y no un imperio. A cambio del apoyo cerrado al golpe, la jerarquía de las iglesias evangélicas (aglutinadas en la fraternidad nacional de pastores) logró, mediante una Ley, conseguir las mismas exoneraciones y beneficios de que goza la jerarquía católica. Pero, esta concesión, que excluye a las pequeñas iglesias evangélicas y las somete a una misma jerarquía para la interacción con el Estado, generó y genera mayor malestar y distanciamiento entre las iglesias evangélicas. En el caso de la jerarquía católica, el repudiado blindaje político espiritual que el Cardenal Rodríguez brindó al golpe todavía no generó más dádivas materiales que las prerrogativas preexistentes. Pero, el sistema judicial, administrado por magistrados que promovieron y defienden el golpe, sentenció, en 2010, el sobreseimiento definitivo del proceso penal (con pruebas documentadas) que se seguía en contra Óscar Andrés Rodríguez por recibir dineros del Estado de manera ilegal.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza ORGANIZACIONES EVANGÉLICAS APUESTAN POR LA CONSTITUYENTE Los días 29 y 30 de julio del 2010, en las proximidades del milenario Centro Ceremonial Maya Chortí, de Copán Ruinas, las y los trabajadores del Organismo Cristiano de Desarrollo Integral de Honduras (OCDIH) se congregaron para analizar, reflexionar y definir el rol institucional en el marco del proceso de transformaciones históricas que emerge en Honduras. El efervescente contexto social hondureño, que rebasa todas las categorías socio analíticas modernas, desafía a todas las instituciones (con proyección en el tiempo) a asumir una postura clara y actuar en consecuencia. El golpe de Estado no sólo ha reconfigurado el mapa político del país, sino, además, está obligando a reelaborar las categorías de comprensión del entramado social del país. Hasta ahora se asumía que los únicos sujetos sociopolíticos eran el Estado y la sociedad civil (ONGs, partidos políticos, organizaciones cívicas, iglesias). Ambos apoyados por la cooperación internacional. Pero, los nuevos movimientos sociales, como el Frente Nacional de Resistencia, toman su lugar exigiendo su reconocimiento. Éste es el contexto que está obligando a las iglesias y ONGs a redefinir su rol en la sociedad hondureña. Por eso el Coordinador del OCDIH desafiaba a todo su equipo de trabajadores/as en los siguientes términos: “Debemos decidir entre quedarnos con el enfoque de caridad, inmovilizados o promovemos un pensamiento más propio que logre definir objetivos de transformación”. Y efectivamente, el OCDIH, en el encuentro de Copán Ruinas, dócil a sus principios y opciones fundacionales que inspiraron su nacimiento, apostó por lo segundo. Acompañar proactivamente el proceso del fortalecimiento de los movimientos sociales que confluyen en el Frente Nacional de Resistencia y promover espacios de diálogos sociopolíticos, en las bases y en las estructuras, para la construcción de propuestas, tanto para los contenidos de la Ley de Convocatoria para la Asamblea Constituyente, como para la nueva Constitución Política del Estado. 255
Jubenal Quispe Esta apuesta no es coyuntural. No se circunscribe a la realización o no de la Asamblea Constituyente. Es una apuesta a un proceso para la concertación e implementación de un nuevo estilo de vida en un nuevo país. Aquí, el reto mayor es la fecundación del nuevo sujeto sociopolítico que impulse y asuma las transformaciones para la convivencia pacífica en equilibrio con la Madre Naturaleza. Ésta ha sido una opción permanente del OCDIH en sus 16 años de vida institucional en el occidente del país al servicio de las y los excluidos. Por eso, los diferentes equipos del OCDIH han asumido como tareas urgentes y permanentes la formación política y la promoción de medios de comunicación alternativa como instrumentos, no sólo para el fortalecimiento de las organizaciones y/o movimientos sociales, sino también para la construcción de la nueva cultura ecopolítica. Además, en el marco de las líneas de acción institucional, se identificaron las siguientes agendas como propuestas para los contenidos de la nueva Constitución Política: redistribución de las tierras con una política agraria integral sostenible, soberanía alimentaria, promoción de tecnologías y conocimientos ancestrales, reversión de latifundios. Para una democracia participativa se planteó la necesidad de que las y los diputados sean propuestos y electos en cada municipio, mecanismos directos de participación ciudadana (revocatoria de mandato), presupuesto participativo en los gobiernos locales. Así mismo, se identificaron demandas como la necesidad de imponer responsabilidad socio ambiental a las empresas transnacionales, participación popular en la gestión de los recursos naturales, reconocimiento del acceso al agua como un derecho fundamental, exigir el reconocimiento de la deuda ecológica. La autodeterminación de los pueblos indígenas y el reconocimiento de la igualdad de oportunidades para todos y todas, también estuvieron presentes. Esta apuesta institucional de OCDIH se constituye en una ruta a seguir por las diferentes organizaciones, instituciones e iglesias que aún se mantienen en la comodidad de la “indefinición” sociopolítica. Aunque lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer por completo, la historia será implacable con la “prudencia” institucional de quienes se aferran a la seguridad, porque el proceso que impulsan las y los “vencidos” de Honduras es un camino sin retorno. 256
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza UNA DIÓCESIS CATÓLICA APUESTA POR EL PROCESO CONSTITUYENTE En la paradisiaca ciudad de La Esperanza, Intibucá, cerca de medio centenar de sacerdotes de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, convocados por su Obispo, se reunieron, los días 6, 7 y 8 de julio, para reflexionar y debatir sobre el proceso constituyente que demanda el pueblo hondureño. Sí, aunque Ud. no lo crea. Sectores de la Iglesia Católica e iglesias evangélicas comienzan a debatir la demanda popular legítima y genuina de la Constituyente, que hasta hace tan sólo unos meses era criminalizada y satanizada por la hipócrita cúpula golpista/seudo cristiana hondureña. Pero, ¿por qué sacerdotes católicos comienzan a debatir el proceso de transformaciones impulsado por las y los excluidos de Honduras? Existen varias razones. Siendo la más importante, la fidelidad religiosa, profesada por el Obispo Mons. Luis Alfonso Santos y sus sacerdotes, en su doble vertiente (fidelidad a la Palabra de Dios, quien habla desde la Biblia y desde el clamor de los pueblos). Las y los seguidores auténticos del Dios de la Vida no pueden guardar silencio ante el reinado violento de los escuadrones de la muerte. Pero también está el básico sentido de responsabilidad social ante una Honduras en acelerado proceso de desintegración (violencia generalizada) y ausencia casi total de un Estado (autoridad). ¡Honduras está desangrándose y va camino a su desintegración sociopolítica total! Y esta situación no sólo es producto del último fatídico golpe de Estado, que ya se perpetúa por más de un año imponiendo los asesinatos selectivos como el único instrumento de poder, sino es la acumulación de los históricos problemas estructurales irresueltos en Honduras por casi dos siglos. Honduras, como país, ha vivido en el espejismo. Por casi dos siglos hemos vivido de ilusiones políticas y jurídicas, sin atrevernos a preguntar: ¿A quién representa y protege el Estado? ¿Quiénes hicieron las constituciones y las leyes, y qué voluntades expresan? ¿Existe la nación hondureña? ¡Para las grandes mayorías, el Estado, sus 257
Jubenal Quispe instituciones y las leyes no son más que la expresión de los intereses egoístas de las reducidas élites que fundaron y heredaron el negocio del Estado a sus derechohabientes! Por eso, las grandes mayorías en Honduras sobreviven sin Estado. Y en el mejor de los casos el Estado para ellas es sólo un ente represor y asesino. La otra ilusión es la nación hondureña, porque jamás se ha construido una comunidad sociopolítica compacta. Las élites, así como han intentado imponer un Estado ilusorio a fuerza de rifles y simulacro de urnas, también intentaron e intentan imponer su fallido plan de nación a fuerza fútbol, himnos, etc. ¡Eso no es construir nación! Y estas ilusiones, ahora han tocado fondo en la realidad cruda de la Honduras excluida/empobrecida. Por eso las y los sobrevivientes a la explotación/represión asesina del Estado, ahora, como nunca demandan el proceso Constituyente para refundar al Estado y la a comunidad política hondureña. Por eso este proceso no puede y ni debe ser entendido sólo en el marco, ni mucho menos como respuesta a la coyuntura del golpe de Estado. El desangramiento mortal de Honduras tiene que activar nuestro instinto social de sobrevivencia. De lo contrario, más temprano que tarde, la hermana muerte nos tocará la puerta. Y, entonces, será demasiado tarde para lamentar. ¡La responsabilidad de consensuar y sentar bases sólidas y legítimas de convivencia pacífica es de todos y todas! Esta dolorosa y cruda realidad es la que ha convocado a los sacerdotes de la diócesis de Santa Rosa de Copán, presididos por su Obispo del lugar, Mons. Luis Alfonso Santos. Por eso, desde sus limitaciones, deponiendo sus intereses institucionales y venciendo sus contradicciones, ahora, asumen el compromiso de acompañar al despertar profético del pueblo hondureño, en diferentes grados. Ellos son conscientes de la magnitud de sus responsabilidades como guías espirituales y culturales de sus pueblos. ¡El pueblo hondureño comienza a despertar ante la tiranía “democratizada” de dos siglos! Y como bien enseñaban Santo Tomás de Aquino, Francisco de Suárez y muchos otros teólogos, “resistir a la tiranía no sólo es un derecho, sino una obligación moral de todo mortal”. Después de todo, sabemos que el diálogo cara a cara con el 258
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza Dios de la Vida (a la hora de nuestra muerte), será sobre lo que hicimos o dejamos de hacer con las y los excluidos/empobrecidos (Mt.25:3146). Allí, Dios no nos preguntará si cumplimos o no con los cultos, los sacramentos, las limosnas. Ésta es la razón fundante del porqué los sacerdotes de la Diócesis de Santa Rosa de Copan ratifican, una vez más, su compromiso con el Dios de la Vida que clama desde el sufrimiento de las y los despreciados en Honduras.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza UN CARDENAL, TAN CERCA DEL PODER Y TAN LEJOS DEL DIOS DE LA VIDA Una vez más, el Sr. Cardenal de Honduras genera violencia y brutal represión policial en contra de ex católicos/as en resistencia quienes rechazaban su presencia en la empobrecida colonia Óscar A. Flores de Tegucigalpa. A este lugar acudió el “príncipe” purpurado para inaugurar un templo (con un mensaje de reconciliación nacional), pero a su salida se encontró con un grupo de personas en resistencia quienes con pancartas y arengas arrojaron huevos podridos a su movilidad. El Sr. Cardenal no comprendió aquella explicable manifestación e hizo que acudieran al lugar los integrantes de un violento escuadrón de la policía, quienes toletes y gases lacrimógenos en mano molieron a golpes a las familias, mujeres, jóvenes, niños/as y vecindario del lugar. Mientras la policía ensangrentaba a los vecinos y vecinas manifestantes, el Sr. Cardenal, protegido por un cordón policial, abordó su lujoso carro y salió del lugar. Óscar Rodríguez Maradiaga, sacerdote salesiano, hizo carrera eclesiástica recurriendo a contactos políticos. Por su condición social de origen, y dificultades intelectuales para la filosofía y la teología, era improbable que alcanzara el cardenalato por sus propias virtudes. Un sacerdote, ex estudiante del Mons. Rodríguez, dice: “En el seminario nos daba clases de moral, pero jamás se actualizaba, ni preparaba sus clases…” Una vez ungido Cardenal, subestimando al obediente pueblo católico hondureño, conspiró contra el orden constitucional del país y comprometió a la jerarquía católica en el vergonzante golpe de Estado militar el 28 de junio del 2009. Como en las peores épocas de la colonia, el Sr. Cardenal se constituyó de facto en el capellán del comando sanguinario de patrones y militares que masacraron y masacran al pueblo consciente. El derrocado Presidente Manuel Zelaya fue su “amigo”, hasta que éste suprimió los cinco mil dólares mensuales de asignación que el Cardenal recibía del Estado. Antes, nadie había cuestionado estos y otros privilegios. Además, empresarios cafetaleros le obsequiaron un lujoso palacio en Tegucigalpa. 261
Jubenal Quispe Movido por su megalomanía, y urgido por los favores que debía honrar a la corrupta oligarquía seudo católica golpista, el Sr. Cardenal vendió su alma al demonio para legitimar la masacre sangrienta hondureña de nunca acabar que hasta la fecha ya segó más de 250 vidas. Nadie sabe cómo terminará este baño de sangre que los jinetes de la muerte inauguraron en Honduras el 28 de junio del 2009. Para legitimar el golpe de Estado, el Sr. Cardenal prácticamente obligó a los obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras a firmar una declaración de apoyo a los golpistas. Y en todos los medios de comunicación (controlados casi en su totalidad por los patrones) reprodujeron reiteradas veces las santas palabras del Cardenal en defensa del golpe. ¡Algunos canales de TV reprodujeron hasta 18 veces por día el sacro discurso del cardenal llamando a la tranquilidad en pleno golpe! Pero el empobrecido y excluido pueblo católico, enfurecido, se mantuvo en resistencia de manera espontánea y multitudinaria. Entonces, ya era febrero del 2010, y los golpistas se ahogaban en sus contradicciones internas. Así fue que el Sr. Cardenal nuevamente prostituye el rito católico. Convoca al burdo ex dictador Roberto Micheletti (cuya capacidad de comprensión no lograba intuir lo que ocurría) nada menos que al Santuario de la Virgen de Suyapa en Tegucigalpa y, en presencia de católicos fariseos en misa, lo declara y lo unge como héroe nacional de la democracia y del cristianismo en Honduras. Todo con la finalidad de manipular y atemorizar al resentido pueblo hondureño en resistencia. Estos y otros actos ofensivos a la racionalidad cristiana exacerbaron más el resentimiento y repudio contra el Cardenal por parte de las y los católicos en resistencia. A donde va, el Sr. Cardenal genera reacción y rechazo como el azufre en el agua. Ocurrió en Italia, Guatemala, y otros lugares. Últimamente, al igual que su amigo Roberto Micheletti Baín (quien en el silencio espera la acción de la justicia penal), el Sr. Cardenal pasa 262
Honduras, entre la Resignación y la Esperanza casi en el anonimato. Ya no acude a las invitaciones oficiales de su amigo Pepe Lobo, el “Presidente” de Honduras. Ya no se aproxima a las asambleas nacionales de pastoral católica, por miedo a la insubordinación y rechazo de sus ovejas. Sus representantes episcopales huyen por las puertas traseras ante el asedio de la prensa insumisa. En fin, el Sr. Cardenal padece un insomnio permanente y una crónica paranoia porque siente que un ejército creciente de centenares de almas hondureñas asesinadas le pisa los talones clamando justicia y chillándole en sus oídos: “¡Mons. Rodríguez, las y los masacrados y desaparecidos/as por el golpe le esperamos en el más allá!” Nadie quiere imaginar el diálogo que el Sr. Cardenal mantendrá, al final de los tiempos, con el galileo crucificado por los religiosos y políticos de Jerusalén, hace más de 2.000 atrás. Lo único cierto es que, entonces, no habrá poder, ni escuadrones de policías militarizados, protegiendo a los verdugos del mismísimo Cristo, quien, hoy, como ayer, dinamiza la resistencia popular desde las honduras más profundas del país.
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Honduras, entre la Resignación y la Esperanza JESÚS, ¡POR QUÉ NO RESUCITAS! La Semana Santa para el cristianismo es el tiempo religioso más importante y significativo de su calendario. Alfombras multicolores, procesiones multitudinarias, vigilias emotivas, aromáticos inciensos, penitentes acongojados, templos ornamentados. Todo nos habla de dolor, arrepentimiento, espera y alegría. No es para menos. Cerca dos mil millones de personas en el mundo recuerdan en esa fecha el sufrimiento, muerte y resurrección de su Dios Redentor. Hasta hace unas décadas en estas fechas también se expresaba la repulsa contra los judíos por haber mandado a matar a Jesús. Pero, ¿sabe ese gentío en las calles e iglesias atiborradas los motivos por los que colgaron de un madero a su Dios? ¿Alguien se pregunta qué fue verdaderamente lo que había hecho el tal Jesús para activar tanta brutalidad en sus asesinos? El tal Jesús, a quien en Semana Santa le paseamos en andas, ataúdes, cruces, etc., fue asesinado por dos motivos que casi nadie de las y los cristianos quiere recordar. Primero, por desafiar al poder político militar del Imperio, que en ese tiempo usurpaba la Provincia de Jerusalén, saqueando sus recursos y sometiendo a su gente. A este poder abusivo fustigó duramente Jesús. Llamó zorro a Herodes. Invitó y agitó a sus seguidores/as a la desobediencia civil contra el Imperio de la muerte. Por eso acusaron a Jesús de subversivo y revolucionario. Segundo, por desafiar las doctrinas religiosas judías que eran y son altamente denigrantes con el ser humano, en especial con la mujer. Desafió dichos dogmas religiosos, a tal grado de llamarse a sí mismo Dios. “Yo soy Hijo de Dios” y vengo a liberarles de esos dogmas (leyes esclavizantes), les dijo. Con esto estaba desafiando nada menos que a los amos religiosos que mantenían en una actitud servil a la feligresía, para ellos disfrutar de sus privilegios a costa del pueblo en “nombre de Dios”. Jesús estaba destrozando la doctrina religiosa que mantenía y justificaba toda la estructura social, política y religiosa injustas e inhumanas de su tiempo. Por eso lo acusaron de apóstata y blasfemo. 265
Jubenal Quispe Desde aquel tiempo, el poder político-militar y el aparato religioso ya estaban aliados para someter y adormecer al pueblo. Jesús se rebeló, se insubordinó contra ese sistema de dominación. No sólo atacó a las bases de la dominación política, sino atacó sobre todo al instrumento más eficiente de una dominación: la doctrina religiosa que dice “soportemos el sufrimiento aquí, que en el cielo está la liberación”. ¿No le suena conocida esta doctrina hoy? Jesús fue asesinado por desafiar al poder imperial y religioso. Él fue un subversivo rebelde. Un revolucionario que sacudió con su mensaje las estructuras más dogmáticas de la dominación. Por eso lo asesinaron. Por ser político (constructor del bien común) en resistencia y revolucionario. Un antiimperialista. Más de dos mil años después del asesinato y resurrección del Jesús Revolucionario, el mundo cristiano continúa en las mismas o peores condiciones de vida. En la parte occidental del mundo todas y todos confesamos ser cristianos, pero en las iglesias no se fustigan las injusticias, las dictaduras, los saqueos. Más, por el contrario, se siguen asesinando a las y los nuevos Jesús de Nazaret que proclaman liberación y llaman a la resistencia. Así, no hay Dios que resucite en el mundo cristiano. América Latina es cristiana, decimos. Pero, somos la región más saqueada y dominada por el Imperio, mediante transnacionales y regímenes dictatoriales. ¡En nombre de Jesús legitimaron y legitiman estas atrocidades! Somos la región más desigual social, económica y políticamente. Sin embargo, en Semana Santa, patrones y peones, verdugos y víctimas, amos y esclavos, ricos y empobrecidos, asesinos y dolientes, vamos detrás del mismo crucificado olvidando las razones del porqué le crucificaron. ¿Hipocresía, o traición al sueño del Nazareno? ¿Cómo se sentirá Jesús de Nazaret con esta traición por parte de quienes decimos ser sus seguidores? ¿Se callará Jesús en el día el Juicio esta verdad amarga? ¿Guardará silencio por lo que premiamos a los verdugos del pueblo y castigamos a la resistencia revolucionaria? 266
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